Partida Rol por web

Bree en apuros

I. Aventuras que no terminan nunca.

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08/02/2020, 22:29
Director

27 de Marzo del año 1780 de la Tercera Edad

Es mediodía y podéis contemplar la colina de Bree resplandeciendo bajo el sol.

 

 

 

 

 

 

 

Bree, condado autónomo de Arthedain... No es preciso ser un gran erudito en materia histórica, basta con no ser un completo ignorante: el relato de estas tierras os es más que familiar a todos. Tras la invasión por el Rey Brujo de Angmar en 1410, Arthedain concedió la autonomía al pueblo de Bree como premio al coraje demostrado por sus habitantes. Sin embargo, la corona ha mantenido en ella presencia militar y administrativa por la importancia estratégica del enclave, y con el objetivo de contrapesar los egoístas intereses de los nobles locales. La Gran Peste de 1636 castigó cruelmente a la región, que pudo sin embargo superponerse al desastre a base de esfuerzo y optimismo.

Situada en medio de unas tierras eminentemente agrícolas, Bree ha servido por centurias como el corazón económico de la región, reuniendo en sus calles a campesinos, molineros, esquiladores, plateros, orfebres, herreros de Fornost, vinateros, zurradores, peleteros, curtidores, pergamineros; y mezclados junto con estos oficios más o menos respetables, canallas y buscavidas de toda índole. Habéis conocido a unos cuantos por el camino, y escuchado sin interés el zumbido de sus gruesas pasiones y fanfarronadas - desde la historia de mi primo el que acabó en el fango con los cerdos, a con quién me pegué en "el Pony", sin olvidarse de la moza que me voy a encamar hoy..

Vuestro curioso y heterogéneo grupo de viajeros destaca en medio de tanta gañanía rural. Por el Gran Camino del Este, una bella aunque algo harapienta montaraz elfa sinda de mirada perdida ha trabado conversación con un locuaz hobbit de La Comarca y un dunlendino de cabellos extrañamente rubios. Desde el norte por el Antiguo Camino del Norte, procedentes de Fornost Erain, llega un pertrechadísimo y acorazado enano acompañado con silenciosos pasos por una esbelta mujer envuelta en austeros ropajes. En la confluencia de estas dos importantes rutas los dos grupos compartís una frugal comida a la vera del camino y cruzáis unas breves palabras. El vino circula en botas de mano en mano y los manjares de cada uno se ofrecen cortésmente al resto (salvo la elfa, quien simplemente acepta con un agradecimiento desesperado toda ofrenda que se hace). No tenéis ningún motivo especial para permanecer unidos, más allá de la falta de pertenencia a cualquiera de los gremios y de las toscas gentes que nutren estos caminos y que ahora se condensan en la última milla escasa de la Puerta Oeste de Bree, en atronadora algarabía.

El camino ha transcurrido plácido para todos, y los días soleados han imprimido jovialidad en los ánimos. Sólo los muy apresurados grupos de guardias exploradores de Arthedain, sobrepasando a caballo a toda velocidad a los viajeros en el camino, os han hecho recordar de tanto en cuando los nuevos y preocupantes rumores al respecto de Angmar y de la creciente presencia de agentes de la Oscuridad en el Reino. No es una novedad. De hecho, se han dicho tantas veces en las últimas décadas cosas similares, que el momento en que de verdad llegue una nueva invasión desde Angmar, muchos de los habitantes de estas tierras no se lo creerán y continuarán recogiendo nabos como si nada. Vuestra posición es generalmente equidistante entre los que dramatizan en exceso sobre el final de los tiempos de paz y los que creen que el Rey Brujo no es más que un apunte en los libros de Historia. Una cosa es cierta, y es que es innegable que la actividad de las fuerzas de vigilancia en los caminos se ha incrementado sensiblemente en los últimos tiempos.       

Pero, ¡helos aquí! Una reconfortante sensación de bienestar os invade en el momento de llegar a tiro de piedra de los muros de la ciudad. Todos habéis caminado largamente con unos planes bien definidos en vuestra mente, pero (será por el vino y la compañía) ahora en vuestros corazones sobrevuela el deseo de prolongar este status de provisionalidad - la que tiene toda travesía - el máximo tiempo posible. Antes de que Bree repare en vuestra presencia y os reclame silenciosamente la ejecución de los asuntos que habéis venido a resolver aquí, os gustaría sentiros libres; libres para visitar las tabernas y los puestos del Mercado, para conversar con unos y otros, para explorar los alrededores, o visitar la hermosa villa de Archet...

Dos guardias de la guarnición salen a vuestro paso. Con actitud expeditiva, escrutan al pintoresco grupo, y sus ojos saltan rápidamente de un individuo al otro, y de un arma a la otra. En medio de vuestra ensoñación de mediodía, no habéis reparado en el efecto que causaría en la Puerta Oeste semejante aparición. 

- Vaya, vaya..aquí veo llegar gentes de guerra sin estandarte, mujeres sin corpiños..y hasta un mediano ¡en solitario! sin nadie de su gregaria raza que lo acompañe a su lado, ¡tan impropio! - dice uno de los guardas. Su actitud se ha relajado y casi os habla con afabilidad- ¿qué se os ha perdido, decidme, entre las murallas de nuestra provinciana Bree? si me dijérais que venís para hacer función en los corrales de comedia de Bree me lo creería, ¡más que cualquier otra razón peregrina!- sin duda se ha animado al ver al grupo en medio de su aburrido turno de guardia. El otro guardia se mantiene callado - y seguramente avergonzado de su compañero - y sigue pareciendo hacer recuento mental de todo vuestro equipamiento. En las cotas de malla de los guardias se puede ver el símbolo del reino de Arhtedain, las Siete Estrellas, y sus vestimentas siguen fielmente el esquema de colores oficial de la guardia, en negro y plata.

  

Notas de juego

1) Mientras contestáis al guardia, podéis intentar atisbar algún detalle relevante en los alrededores, a pesar de que el trasiego en la Puerta Oeste es intenso y no es tan fácil. Podéis hacer cada uno una tirada de PERCEPCIÓN (1d100* más vuestro bonificador de PERCEPCIÓN y un -10 por dificultad "Difícil") - posteriormente explicaré cómo se resuelve.

* Las tiradas d100 en MERP, salvo que se indique lo contrario, son abiertas: esto significa que si el resultado de la tirada está comprendido entre 96-100, debes hacer una segunda tirada y sumar ambos los resultados (un acierto extraordinario); de lo contrario, si el resultado de la tirada está entre 01-05, se debe hacer una segunda tirada y restar al resultado a la primera (una cagada acojonante). Además, en el improbable caso de que la segunda tirada vuelve a estar en alguno de esos rangos, se haría una tercera tirada y así sucesivamente.  Esto significa que teneis que tenerlo en cuenta en todas las tiradas. Si, por ejemplo, la primera es un 97, haced ya inmediatamente la segunda tirada para agilizar. Si se os olvida, la haré yo como máster en vuestro lugar durante la resolución de la acción.

2) Nota sociológica, por si durante la partida queréis interpretar las filias/fobias de los PJ: según el compendio de razas del manual, dunlendinos y dúnedain tienden al desprecio mutuo; los hobbits generalmente son poco propensos a mezclarse con la Gente Grande, aunque hay excepciones; los enanos desconfían en extremo de elfos y magos (aunque Öter ha estado caminando durante leguas al lado de Rowen, no se ha enterado aún de la profesión de ésta - entendemos que sobretodo por la prudencia y discreción de Rowen, aunque también es posible que Öter haya estado acaparando toda la conversación con las batallitas de su familia y ni haya preguntado). En cualquier caso, no olvidéis que ante todo sois compañeros de aventuras ;)

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13/02/2020, 17:22
Oter, hijo de Hreimdar

Pardiez! Había escuchado de las buenas gentes de Bree y de su amabilidad, pero no hubiera podido imaginarme tan grato recibimiento! Öter se apoya en la hacha de forma amistosa mientras da un paso hacia delante.
Mi nombre es Öter, hijo del gran Hreimdar,el enano se golpea el pecho con orgullo seguro que habrás oído de sus grandes hazañas.
Estoy de paso en busca de una cama, un mendrugo de pan y algo de la riquísima cerveza que se que sirven en estas buenas posadas.

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13/02/2020, 17:38
Bradoc

— No puedo hablar en nombre de mis compañeros o de sus motivos — dice Bradoc después del enano, dirigiéndose al guardia pero yo solo busco una taberna con buena bebida donde pasar los días hasta que llegue el Mercado.

Se había sorprendido a sí mismo llamando compañeros a los que estaban con él. Apenas había compartido unos pocos momentos de viaje con ellos y, aunque estaba acostumbrado a recorrer los caminos en solitario, se había sentido extrañamente cómodo con tan pintoresco grupo.

Bradoc se apoya ligeramente sobre su cayado, echando un vistazo a su alrededor mientras los restantes miembros del grupo dan su particular explicación al guardia.

 

- Tiradas (1)

Motivo: Percepción

Tirada: 1d100

Resultado: 6 [6]

Notas de juego

Uf la tirada, rozando la pifia. 

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13/02/2020, 18:03
Mithgannel

—Vaya, ¡qué divertido! Es la primera vez que veo un espectáculo cómico antes del comienzo del Mercado— dijo sarcástica Mithgannel con una sonrisa forzada, mientras sus penetrantes ojos acaparaban la mirada del risueño portero —Me parece genial que se tome su trabajo con tanta ligereza, joven, pero le pediría algo de respeto hacia los buenos viajeros que vienen a dejar su dinero en las fiestas provinciales. ¿Para qué si no vamos a venir a la tumultuosa Bree en estas fechas? Para disfrutar del Mercado, consumar unos negocios y emprender nuevos tratos con mercaderes locales... y antes que todo eso darme un buen baño en mi caso—. Poca verdad había en sus palabras además de lo del baño, pero por suerte o desgracia la joven sinda tenía ya algo de experiencia en esto de sobrepasar las cansinas guardias de los poblados del este.

La viajera elfa se encontraba complacida por la comida que le habían ofrecido los extraños acompañantes y portaba un semblante parecido a satisfacción que no se le veía desde hacía mucho tiempo. Lo único que le incomodaba ahora mismo era la sensación de suciedad por el barro y el polvo del camino. Largo tiempo llevaba en marcha, de un poblado a otro en su búsqueda de información. Sola, con mucho cansancio acumulado y escasa recompensa hasta ahora, había reencontrado sentimientos largo tiempo olvidados durante el encuentro y la frugal comida compartida por el peculiar y cosmopolita grupo que se había formado en el cruce de caminos.

Siempre alerta, mientras el resto hablaba con los guardias, Mithgannel iba analizando su derredor, las condiciones de los portones, el trasiego de gente con carromatos llenos de frutas, grano gallinas y telas e intentaba comprender a qué instrumento pertenecía la lejana música que escuchaba tras las puertas de Bree. Demasiada información y barullo impedía que pudiera concentrarse en lo importante.

- Tiradas (1)

Motivo: Percepción

Tirada: 1d100

Resultado: 34(+37)=71 [34]

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13/02/2020, 18:16
Oter, hijo de Hreimdar
- Tiradas (1)

Motivo: percepcion

Tirada: 1d100

Resultado: 82(+5)=87 [82]

Notas de juego

Hago la tirada que se me ha olvidado!

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14/02/2020, 00:30
Rowen

El mundo había resultado siempre un lugar frío y árido. Para ella era suficiente motivo recorrer los caminos para mantenerse alerta. La presencia de los soldados, lejos de tranquilizarse, avivaba sus temores. Buscavidas, pendencieros y canallas no ayudaban a mantener el pulso a buen ritmo. Al menos así había sido hasta que había topado con maese Öter. El encuentro había sido causal pero, como un rio que sigue su cauce, había fluido hacia un destino inesperado. En pocos momentos, el temor de Rowen se había convertido en algo lejano, distante, espantado por la poderosa voz del enano quien le había relatado ciertas historias. Y cuando él se detenía ella, aún tímida y con voz delicada, dejaba caer una observación aquí y una pregunta allá, para espolear la lengua del enano. Aunque ella apenas había hablado probablemente había sido una de las mejores charlas de su vida.

Otros se habían unido en mitad del camina. La elfa era radiante, estaba tan llena de fuerza como de belleza. Avergonzada de su propio aspecto, uno al que no había dedicado tiempo debido a sus estudios, se escondió un poco más dentro de su capucha. Había un dunelino también. Sus libros decían que aquel hombre y ella misma estaban destinados al recelo, al desprecio e incluso al odio. Pero ella no sentía nada de ello. El conocimiento le había elevado por encima de aquellas mezquindades que solo veían raza cuando debían ver persona. Además, él le intrigaba. Y era hermoso. No como la elfa, sino, diferente. El último de ellos, un miembro de la Comarca, era quien más despertaba en ella simpatía, pero su timidez le había impedido cruzar con él más que un par de palabras. Y sonrisas. Ella siempre tenía sonrisas, torcidas, tenues, calladas, y palabras de gratitud para todos.

Lo que había empezado como un camino lleno de posibles peligros; soldados y buscavidas, se había convertido en una grata excursión. Por lo menos hasta que, llegados a la villa, uno de los guardias encontró divertida aquella reunión y no tardó en increparles. Maese Öter respondió de forma cercana y contundente. La mujer elfa, como era de esperar, sacó su carácter a relucir. Le hubiera gustado tener la presencia de una y la fuerza de otro. Bradoc también respondió al guardia. Ella se sonrojó cuando él mencionó la palabra compañeros. No esperaba que nadie la considerarse algo más que una comparsa.

Hasta ahora los libros habían guiado su vida. Habían sido su refugio. Debía empezar a poner en práctica lo aprendido. Un mago no se achantaba. Así debía ser y así obraría. Algo dentro de ella le decía que si hubiera estado solo no habría abierto el pico, pero en tan grata compañía, de alguna manera, se sentía respaldada.
—Si os encontráis ocioso, señor, o si vuestro turno os aburre, seguramente vuestro oficial superior podrá encomendaros misiones más gratas para vos que increpar a cansados viajeros — trató de sonar altiva y peligrosa, pero solo logró articular palabras con su habitual tono bajo y sereno, incluso dulce. Allí no había amenaza alguna —. Mis motivos no os corresponden, señor. Y salvo que tengáis un motivo de ley para tal curiosidad, así se mantendrán.
Y lo que debería haber sido un broche tajante para sus palabras se quedó en apenas un susurro.

- Tiradas (1)

Motivo: Perceción

Tirada: 1d100

Resultado: 48(+5)=53 [48]

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14/02/2020, 16:34
Director

(Para tus privilegiados ojos, enano):

En los muros de la ciudad, algo por encima de la escena que está teniendo lugar con los guardias, ves algo en una ventana, la cual tiene el dintel decorado por un tapiz con las Siete estrellas de Arthedain:

En ella se recorta el busto de un hombre de mediana edad, de porte dominante y aire inteligente. Te parece que lleva atuendos más lujosos que los de los guardias, aunque con el mismo esquema de colores. Está observando a vuestro grupo con gran interés y desde su posición puede que esté lo suficientemente cerca para poder escuchar vuestra conversación con los guardias. De pronto, ves que la figura le hace una seña al guardia callado que está junto a vosotros, y éste se moviliza.

 

Notas de juego

NOTA: No hace falta que respondas a esta información, seguiremos la escena con el resto de PJs. 

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15/02/2020, 00:34
Ruby Moss

Asuntos personales me habían empujado a abandonar la comida y rutina de su añorada Comarca. El camino me había juntado con el peculiar grupo que ahora llegaba a la Puerta Oeste. Aunque no de buena gana me había parecido inteligente compartir el camino con ellos.

Ahora llegados a la puerta salían guardias al paso para mas preguntas, esta gente alta siempre con sus desconfianzas. Era ya hora de la primera merienda y nos iban a entretener. 

- Unos viajeros cansados que acuden al mercado, nada mas. Mientras digo esto alzo los pies para enseñar los pies a los guardias. - Vengo al mercado hacer algunas compras y visitar a algunos amigos.

Sin dar demasiada importancia, viendo que los guardias relajan su actitud continuo la marcha sin prestar mucha atención.

-Algún sitio donde degustar una buena jarra de hidromiel.

- Tiradas (1)

Motivo: Percepción

Tirada: 1d100

Resultado: 56(+8)=64 [56]

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15/02/2020, 09:00
Director

El irritante guardia se retira de la penetrante mirada de la elfa, pensando que "no va a ser de ésas que se dejan lisonjar tan fácil, la estirada orejuda...pero mira que está lozana la jodía..." y se vuelve buscando a otro personaje, alguno con el que se desenvuelva más cómodamente. 

Hmmm...creo que olvidé todas las hazañas de vuestra familia, honorable enano - mientras parodia una expresión de concentración, pero el enano, lejos de prestar atención a lo que podría de otra manera antojársele un terrible agravio, está escrutando algo en la muralla, con el ceño fruncido. Mientras tanto, Bradoc, el dunlendino de rubios cabellos, se mira con fastidio la suela del zapato "diría que he pisado una mierda del maldito rebaño ovejas que llevábamos por delante" y se abstrae de la escena. Ahora el guardia, dirigiéndose a la dúnadan de la túnica, la que le ha contestado sin demasiada antipatía y quien le sigue mirando calmadamente:

Señores y señoras, ¡se os ve tan dignos! Pero no os doy ni un par de horas para que estéis ahogándoos en cerveza y caminando a cuatro...- súbitamente el guardia callado se ha acercado a él y le ha susurrado unas rápidas palabras al oído, señalando a sus espaldas con el pulgar. El guardia guasón cambia el semblante en una fracción de segundo y balbucea, con un repentino rictus de seriedad en el semblante, mezclado con tal enrojecimiento que sólo la vergüenza puede provocar:

Rue..ruego me acompañéis. El capitán de la Guardia de Bree solicita que habléis con él. Venid conmigo.   

En un santiamén tenéis a ambos guardias escoltándoos a través de la multitud. Un tercer y un cuarto guardia se unen a la escolta y os veis impelidos a seguirles. La turba de mercaderes y ganaderos se aparta cautelosamente y os mira con curiosidad mientras franqueáis la Puerta Oeste.

Los guardias os conducen a un barracón construido junto a la muralla que parece ser el alojamiento de los soldados. Una vez dentro, a un lado veis una gran sala llena de camastros que en estos momentos se encuentra vacía. Pasáis a través de un pasillo y subís unas escaleras hasta llegar a un descansillo donde veis una puerta de madera noble vigilada por otros dos guardias con la misma indumentaria. Os parece entender que la puerta da directamente a una de las torres de la muralla. Uno de los guardias entorna levemente la puerta y podéis oír una profunda voz desde dentro: - Que pasen.

Debéis dejar aquí las armas - dice uno de los guardias con firmeza señalando un gran banco de madera arrinconado en la pared mientras el resto tiende sus manos hacia vuestras armas sin esperar otra cosa que vuestro voluntarísimo desarme...

 

Notas de juego

Madre mía!!, parece mentira que tenga que ser el enano (alias "el topillo de la montaña") el único que haya visto algo a plena luz del día XD

(Veréis que he añadido un foro de apoyo llamada ANEXOS donde están los las tablas donde se resuelven las tiradas. La de PERCEPCIÓN que acabáis de hacer se puede ver en la tabla Maniobras Estáticas MT2, última columna).

Bienamados PJs: aunque generalmente no soy partidario de coartar la libertad en las decisiones de los PJs, por una vez os imploro: aunque tengáis muchas ganas de pelea, no me la liéis ahora!. Pensad que sois héroes novatos de nivel 1 y el Capitán de la Guardia tiene nivel 12, por no hablar de que os encontrais en las dependencias de su guardia de élite, armada hasta los dientes. Como mucho (y esto está al límite del sentido común) podéis intentar esconder un arma pequeña (tipo daga, como máximo) entre los ropajes e intentar pasar el cacheo, por lo que pudiera pasar ahí dentro, y esa maniobra tendría una penalización de -10 (maniobra estática difícil) en una tirada 1d100 con vuestra habilidad de subterfugio ACECHAR/ESCONDERSE...pero ateneos a las consecuencias si sacáis una tirada excesivamente baja!:P

(jeje creo que me encanta tentaros al abismo...)

Daré poco tiempo para contestar esta vez, por si alguno quiere narrar o esconder algún arma, y proseguimos rápidamente. 

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15/02/2020, 16:19
Ruby Moss

Una vez que hemos llegado al barracón y tras las peticiones de los guardias dejo las armas sobre el suelo mientras que miro a mis compañeros. Acabamos de llegar y creo que no es buena idea meterse en problemas tan pronto. Mientras dejo las armas y el escudo sobre el banco que nos ha indicado el guardia, pienso que habrán echo mis nuevos compañeros. Espero no meterme en problemas por juntarme con quien no debía.

Antes de darme la vuelta para atravesar la puerta miro a los guardias que hay a mi alrededor y a mis nuevos compañeros. En ese momento echo mano a mi cinturón y saco mi daga de repuesto que siempre llevo camuflada con mi chaqueta en la espalda bajo mi cinturón. La dejo en el banco junto a resto de mis pertenencias. Será mejor no buscar problemas aquí, sobre todo con gente que todavía no conozco bien. 

Notas de juego

He tenido la tentación pero de momento vamos a dejar la fiesta en paz. 

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15/02/2020, 17:21
Bradoc

Bradoc, al igual que el grupo con el que estaba, siguió diligentemente a los guardias de la puerta hasta un barracón anexo a la muralla. Debido a su estilo de vida no le resultaban extrañas este tipo de situaciones, por eso cuando antes cruzar la puerta le exigieron depositar sus armas en un gran banco de madera no puso ninguna pega. Estaba más que acostumbrado a tratar con clientes obsesionados con su propia seguridad.

Siguiendo el ejemplo del mediano, colocó su pequeña daga en una esquina del banco, dejando el arco y el carcaj justo al lado. Sin embargo mantuvo el cayado entre sus manos. No estaba tranquilo si lo dejaba fuera de su vista y tampoco pensaba que los miembros de la guardia lo considerasen un arma.

Oh... No querrás privar de su apoyo a un cansado viajero — respondería en caso de que algún guardia le comentase algo acerca del cayado.

Sin embargo no tenía ninguna intención de enemistarse con la guardia, y menos cuando le esperaba una larga en Bree hasta el comienzo de su contrato. Por lo que en caso de que insistieran, Bradoc no tendría más opción que dejar el cayado junto a sus armas.

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15/02/2020, 17:36
Mithgannel

A la elfa le sorprendió el cambio de actitud del guardia. No puso impedimenta en acompañar a la guardia, pero no le gustaba no saber a lo que iban. Durante el trayecto hacia los barracones preguntó a sus acompañantes –¿Tiene alguno de vosotros tratos con el capitán de la guardia? ¿Sabéis de qué se puede tratar?–

Sin muchas respuestas afirmativas llegaron a la sala donde el responsable de la Guardia de Bree les esperaba. –No creo que ninguno de nosotros haya accedido a venir para montar aquí un escándalo, señores. Hemos confiado en ustedes pensando que habría una buena razón para acompañarlos, y sin tener ahora ninguna otra información ¿pretenden que me aparte de lo único que me ha mantenido viva en los últimos tiempos? ¿Hemos sido acusados de algo?– La joven sinda hizo una pausa aguardando la respuesta de los guardias que custodiaban la puerta con gesto grave –De no ser así, supongo que el Capitán tendrá algún interés en conversar con nosotros y proponernos algo. Y de ser este el caso, un mínimo lazo de confianza tendría que tenderse para que toda empresa llegue a buen puerto. Comprendo su desconfianza y espero que ustedes sepan entender mis reservas tras el vergonzoso trato recibido anteriormente–. Y tras echar una mirada atronadora al guardia guasón se dirigió al encuentro con el Capitán.

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16/02/2020, 01:16
Rowen

No se sentía nada cómoda. El guardia descortés había resultado molesto e irritante. Ahora despertaba en ella temores. Temores sobre hombres que, amparados por su rango y su posición, por su fuerza, subyugaban a su voluntad, y por sus propios deseos, a otros que estaban en peldaños inferiores a ellos. Si hacía unos momentos se había sentido segura de si misma, una falsa ilusión, ahora dudaba. Ella no era una gran combatiente pero el palmo de metal que llevaba en el cinto le daba confianza. Observó a los otros. El mediano y el dunadan cedieron, no así la elfa quien quizás no entendía del todo la situación. Aquellos hombres no pedían, exigían.
Entregó su daga no muy convencida. Por inercia, fue a hacer lo mismo con su varita; una pieza ornamentada, para nada discreta. La varita poseía un potencial especial pero, quizás, los guardias no supieran verlo.
—No es bagatela. Un coleccionista me espera para entregarle esta pieza de excelente manufactura. No quisiera desprenderme de ella aunque lo haré si consideran que es un arma —respondió, algo seca, casi con un susurro. No se atrevió a mirar a los guardias a los ojos.
Con varita o sin ella recordó las palabras de su maestro. "Un mago nunca está desarmado si su corazón es uno con la Gran Fuerza". Hinchó sus pulmones de aire, y de valor, y se dispuso al encuentro con el capitán.

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16/02/2020, 09:02
Director

El estrépito del metal chocando entre sí perturba en un instante la atmósfera de aquel pequeño descansillo. Dagas, carcajs, un hacha, etc, se van añadiendo al arsenal que se está formando sobre aquel banco desvencijado.

Pero entonces, todo sucede de forma muy rápida. Nadie esperaba que las mordaces réplicas de Mithgannel terminaran en aquel rápido movimiento hacia la puerta, imposible de franquear por parte de los sobrecargados guardias. Quiere la Providencia que sea el mismo célebre guardia, el más dicharachero de la guarnición, quien quede más cerca de ella para abalanzarse detrás de la elfa, que ya está dentro de la sala. Con rudeza la prende por la espalda y la inmoviliza empujándole la nuca hacia adelante con el antebrazo. Con ojos desencajados, profiere todo tipo de improperios en su oído, demasiado soeces como para reproducirlos aquí.

Por un momento el tiempo queda suspendido. En el descansillo, Ruby Moss se santigua instintivamente pensando en sus dos hijos de La Comarca y Bradoc sujeta con fuerza bajo la camisa su colgante de oro, el único objeto que tiene de su desconocido padre. Rowen, aparentemente mucho más serena pero también alarmada, aprovecha el instante para guardarse su preciada varita bajo sus ropajes.

¡Calla y suéltala! - resuena la misma profunda voz que oísteis antes - Me parece que ya nos diste suficiente bochorno por hoy, ¡retírate! - Mithgannel puede sentir el cuerpo del guardia temblando contra ella justo antes de liberar la presión y separarse. Realiza una estrepitosa genuflexión antes de retirarse con torpeza de la sala.

Con semblantes aún lívidos, el resto del pintoresco grupo entra discretamente en la sala, en medio de un silencio sepulcral, sólo quebrado por el suave repicar del cayado de Bradoc contra el suelo de piedra. Os encontráis una sobria estancia de unos seis metros por seis, en la cual preside una mesa de despacho antigua con una silla robusta, de espaldas a una ventana desde la que se ve la campiña de Bree y el concurrido Gran Camino del Este. En efecto, os encontráis en una de las torres de la muralla. Sentado a la mesa, un hombre corpulento y con buen porte, de pelo moreno aunque levemente encanecido, ojos oscuros y de edad madura. A su lado, apoyado en la mesa y  recortándose a contraluz, veis la silueta de otro oficial. Éste aún tiene su mano en la empuñadura de la espada, y dos pulgadas de reluciente metal asomando de la vaina brillan tenuemente en la penumbra: una protectora e instintiva reacción a la entrada en escena de la elfa.

En un lateral de la sala hay una mesa grande rodeada de numerosas sillas. El hombre de la voz profunda suaviza por fin su expresión y se dirige a vosotros:

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Reacción temeridad

Tirada: 1d100

Resultado: 87 [87]

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16/02/2020, 09:06
Meneldir

- Buenos días viajeros. Por favor pasar y tomad asiento - realiza una pausa mientras os sentáis a la gran mesa - Me llamo Meneldir y soy el Capitán de la Guardia de Bree, bienvenidos. Este es Ossandrei, consideradle mi mano derecha - El otro oficial realiza una leve inclinación de la cabeza y permanece en silencio. -Veo que estáis muy bien pertrechados y por lo que mi intuición me dice sois guerreros o exploradores, ¿me estoy equivocando? - y, sin esperar respuesta - Sí, os escuché desde esta ventana, mientras mi guardia os...entretenía en la entrada. No os culpo si no habéis querido confiar a ese mequetrefe vuestros verdaderos motivos para recalar en Bree. Desgraciadamente, en los tiempos que vivimos, no podemos permitirnos el lujo de prescindir de ninguno de ellos, ni siquiera podríamos dar justo castigo a su idiotez. Aunque estemos destacados en Bree, nos debemos al rey Arveleg II de Arthedain, y para él todos somos súbditos igualmente valiosos....ya véis, a veces la razón de Estado puede ser insondable, pero nosotros no somos nadie para discutirla - su expresión adquiere durante sólo un instante una cierta expresión escéptica, para retornar inmediatamente a la firmeza inicial - Pero hablad ahora vosotros, decidme, ¿cuáles son vuestros nombres y de dónde venís?

El magnetismo de Meneldir ha captado poderosamente vuestros sentidos durante su presentación, de modo que os cuesta romper el influjo que su grave voz ha dejado en el ambiente. Procedéis a responderle por turno, veraz, escueta y servilmente. El capitán os escucha con atención.

Bien. No voy a indagar más en vuestros orígenes o en vuestros planes aquí. Bree es libre, desde que se la nombró condado autónomo e incluso antes. En el fondo, su espíritu siempre lo fue. Aquí llegan las gentes más extrañas, se quedan para siempre o se van poco después, y sólo sus viejas paredes saben lo que ocurre entre ellas. Pero el sentido de responsabilidad que me otorga el cargo que ostento me obliga a tomar con vosotros ciertas consideraciones - ahora su tono se torna enigmático - En primer lugar, suponiendo que hubierais venido aquí a buscar fortuna en la aventura, debo apelar a vuestra lealtad, ya no a Arthedain sino al conjunto de los Pueblos Libres, para colaborar en su legítima defensa; pues en las últimas semanas los guardias de Bree han observado intensa actividad en la sombra y las noticias sobre Rhudaur no son buenas. Hemos recibido información de movimientos de orcos en los pasos de las Montañas Nubladas sin saber exactamente en que dirección marchan. Por esta razón mandé a dos de mis mejores exploradores a las tierras colindantes y avisé al Rey de Arthedain de estas y otras noticias. Hace un par de días volvieron los exploradores con información de la zona, extenuados y en un estado de gran agitación. Casi hube de retenerlos por la fuerza para que no volvieran a salir inmediatamente a los caminos, para proseguir con la misión que habían tenido que interrumpir para informarme. Me comprometí a proporcionarles una partida de exploración en condiciones, lo antes posible - os sorprende que todo un Capitán de las fuerzas reales de Arthedain adquiera este tipo de compromisos con sus subalternos, pero también os complace escuchar esa actitud por parte de Meneldir. El capitán prosigue:

Nuestra guardia, y aquí mi buen Ossiandrei me dará la razón ¡muy a nuestro pesar!, no conoce otros métodos que los que la recta instrucción oficial dicta. Necesitamos otro tipo de perfiles, gentes que vengan de más lejos y nos aporten ideas y talentos novedosos. Hace falta todo eso e incluso, cómo decirlo...un cierto descaro y desapego por la autoridad- aquí lanza una mirada cómplice a la elfa protagonista de la irrupción de hace escasos minutos - algo que en la guarnición muy pocos son capaces de mostrar. Pero no es ese el único problema: como sabéis, en unos días celebraremos el inicio del Mercado, y por este motivo tengo a toda la guardia en tareas de protección de las sendas y caminos de Bree, así como de la protección de los comerciantes y eventos. - sacude la cabeza, como si todo el asunto del Mercado le pareciera una niñería, una pérdida de tiempo y recursos en medio de desafíos más oscuros - El reino de Arthedain sabe cómo recompensar con generosidad a sus benefactores. - realiza una pausa para sopesar el efecto que estas palabras tiene entre vosotros- Podéis pensarlo y debatirlo antes de que continuemos la conversación, ya que si no vais a colaborar con nosotros, la prudencia me dicta callar ahora y no daros más detalles de nuestras pesquisas. Si tal fuera vuestra decisión, os desearé que disfrutéis de la libertad de Bree, de su fiesta y su Mercado, y podéis estar seguros de que gozaréis de nuestra hospitalidad mientras no causéis problemas.

Se levanta de su silla y Ossandrei le sigue, incorporándose. Meneldir se detiene un momento:

Una cosa más, por si no volviéramos a vernos: si tenéis, u obtuviérais durante vuestro camino, cualquier noticia del Rey Brujo y sus fuerzas en Angmar, os imploro acudáis cuanto antes de nuevo a mi presencia.

A continuación ambos salen de la sala dejando la puerta entreabierta y os dejan a solas en la habitación. Podéis escuchar sus pasos alejarse y bajar las escaleras.

 

 

 

 

 

 


Notas de juego

Bueno bueno bueno...he realizado una tirada de dados por detrás de la pantalla de Máster para medir cuán adversa o favorable resultaba la temeraria maniobra de la elfa...pffff, habéis tenido mucha suerte! 

PJs, tiempo para debatir y comentar entre vosotros, a la luz de vuestros intereses personales. Si deseáis realizar alguna acción, y esto vale como regla general durante la partida, podéis tantear al máster para que os dé algo de información al respecto (de hecho, el reglamento contempla este tema, pues antes de emprender una maniobra estática o dinámica o en general cualquier acción, el master debería daros informaros sobre la dificultad de la misma)

Si hacéis este tipo de tanteos, escribidlo en el cuadro de Notas y os contestaré a la mayor rapidez para que no perdáis tiempo del turno.

Ved también que en este post hay un link a la wiki, esto lo haré cuando haya información de cultura general que más o menos todos conocéis.

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16/02/2020, 15:44
Director

Bradoc, no te comenté antes sobre el colgante de tu padre porque en el fondo no parece tener un significado más que sentimental. Tu madre te lo entregó a la vez que te daba sus sabios consejos y el cayado mágico el día de tu partida del nido. Es la única vez que te mencionó a tu padre desde que tienes memoria, y es el único objeto suyo que te legó. Un discreto colgante redondo, de oro, con fina filigrana representando 3 flechas entrelazadas. Una cadena discreta, también de oro, lo une a tí por donde quiera que vayas, siempre debajo de la camisa, alejado de ojos ajenos, para no mostrarlo a los peligrosos salteadores de los caminos por los que te mueves debido a tu profesión. Pero cuando te atenaza la sensación de peligro o te sientes especialmente nervioso, lo aprietas en tu puño con fuerza...

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17/02/2020, 01:13
Bradoc

Bradoc observa como Meneldir y su oficial, Ossandrei, abandonan la sala y les dejan a solas para que pudiesen discutir la oferta que les acababan de hacer. Había escuchado en silencio el breve pero intenso discurso del Capitán, escudriñando cuidadosamente la poca información que les dio.

Y lo que escuchó no fue en absoluto de su agrado. Oír que nuevamente los orcos recorrían los pasos de las Montañas Nubladas le afectó más de lo que se hubiese imaginado. La imagen que se formó en su cabeza de su aldea natal infestada por los orcos era más que suficiente para que Bradoc marchase a la zona con ansia. Pero las últimas palabras de Meneldir acerca del Rey Brujo y el reino de Angmar le preocupaban aún más y en cierto modo le hacían ser más cauto.

Nada le debemos a la guardia de Bree y, sinceramente, apenas os conozco – comenzó diciendo Bradoc viendo que de momento nadie había dicho nada – pero me intriga la propuesta que nos acaban de hacer. Me crié cerca de las Montañas Nubladas, de modo que la noticia de orcos rondando por la zona no es en absoluto de mi agrado. Es por eso que ya tengo un motivo para querer saber más de esta expedición.

Sin embargo, creo que cualquier asunto relacionado con Rhudaur ha de ser tomado con extremada cautela así que no pretendo influir en vuestra decisión — añade pero han llamado mi atención y tengo la intención de colaborar con ellos por el momento.

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17/02/2020, 05:41
Mithgannel

Tras la orden del capitán, una sonrisa rabiosa se le dibujó a la elfa al tiempo que mantenía su mirada fija en el malencarado guardia hasta aquel éste salió de la estancia –Debería usted tener la potestad de castigar las malas formas de sus subordinados, mi buen señor, pero su sinceridad le honra. Mi nombre es Mithgannel. Provengo de las costas del oeste y llevo un tiempo explorando estas tierras–. La joven sinda dio unos pasos adelante y quedó de pie, detrás de una de las sillas de la mesa.

Escuchó con mucho interés lo que el Capitán Meneldir estaba contando, y esperó su oportunidad para hablar –La verdad es que me viene usted como traído por las aguas de Ossë*. Acepto sin dudas su propuesta de colaboración, y cuando vuelva me gustaría resolver algunas dudas al respecto. Para entonces supongo que alguno de los presentes se habrá marchado, ¿O no?– terminó, curiosa, mientras sus ojos claros escrutaban la reacción del resto de viajeros.

El dunlendino expuso sus intenciones rápidamente, y a su pesar la sinda entendía que no iba a conseguir que le dieran el trabajo a ella sola, pero tenía dudas sobre las razones por las que otros de los allí presentes quisieran comprometerse con la tarea propuesta.

Notas de juego

*"como caído del cielo" xD

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17/02/2020, 11:40
Oter, hijo de Hreimdar

Todo había pasado demasiado rápido para el enano, aún estaba intentado poner sus ideas en orden al ver al oficial asomarse a la torre, cuando los hicieron entrar a todos a tropel, dejar sus armas y que el capitán les soltara una charla sobre orcos y reyes magos brujos que solo hacían que aturullar las pobres neuronas de Öter.

Después de todo el solo buscaba una forma de ganar algunas monedas para poder financiar su expedición.

Mientras veía toda la escena al final se dio cuenta de que uno de sus acompañantes era una elfa, que a juzgar por su comportamiento, no podía esperar nada bueno de ella, así como los de su raza, nada nuevo.

Al escuchar como la elfa aceptaba el trabajo se sintió tentado de rechazarlo, pero necesitaba algo de oro en su bolsillo.

-Mientras paguen bien, puedo librarme de los orcos yo solo, así que no necesitaré vuestra ayuda camaradas. Si queréis acompañarme vosotros mismos. Y espero que tengas mejores modales con nosotros mith..-La lengua del enano se trababa con el difícil lenguaje elfico-elfa-

Dijo esta ultima palabra como si algo maloliente si se le hubiese metido dentro de la garganta.

Tendré un ojo en mi espalda para que no me la apuñales

Al decir esto se queda ceñudo y de brazos cruzados esperando a que vuelva el capitán, mientras observa a su alrededor inspeccionando el grado de riquezas del tal Meneldir.

Notas de juego

Observo a mi alrededor para certificar que REALMENTE nos puede pagar lo que valemos

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17/02/2020, 14:39
Director

(Mientras seguís debatiendo...)

Resulta conmovedor - patético para algunos/as - ver al enano dar vueltas en círculos alrededor de la sala, golpear las paredes con el puño por todos lados, esperando que de pronto alguno de los gruesos sillares de los muros se mueva y active algún mecanismo secreto, revelando tal vez un pasadizo secreto ("como sin duda los constructores de mi pueblo habrían hecho"). Nada. Las paredes, peladas. El escaso mobiliario, vacío - ¡Maldita sea! en toda mi vida de enano había visto una estancia más austera!

Bien pensado, no deja de ser comprensible: si hubiera objetos de valor a la vista, o documentos secretos, no os hubieran dejado solos tan tranquilamente. Más bien parece ésta una sala de visitas, sin otra actividad que la de recibir y despachar. Öter ya ha empezado a pisar con fuerza las losas del suelo cuando de pronto se detiene junto a la mesa del Capitán y se agacha trabajosamente para recoger algo que ha llamado su atención. Cuando se vuelve a incorporar, sostiene en la mano lo que parece un pequeño rollo de pergamino atado con una cinta de cuero a su alrededor...       

 

Notas de juego

Todos habéis podido ver a Öter inspeccionando la sala.