Partida Rol por web

La rapidez con la que el bardo se puso a animar el lugar apenas acabando de entrar hizo sonreir a Brann, aunque se escabulló a un lado para hacerle más sitio.

Una vez terminada la canción y viendo la buena acogida que había tenido, el hombre se acercó de nuevo al bardo. ¡Tú si que sabes entrar con buen pie! Dijo Brann dándole una palmada en la espalda y viendo que habían llamada la atención del grupo de enanos.

- En absoluto camarada hijo de Durin. Yo soy Bruni, y estos son los hermanos Nori y Pori. Venimos del sur, de Piedrasacra. De vez en cuando venimos hasta aquí en busca de recursos para abastecer la antigua fortificación. No somos muchos allí pero trabajamos duro para reconstruirla. Pero bien, perdón porque me vaya por las ramas. El caso es que salimos de allí hará cosa de una semana. Por el camino hemos encontrado algunas sorpresas. Por un lado, dicen, hay una terrible criatura que arrasa campos enteros. Matahombres, la llaman. Ha arrasado varios poblados y caravanas. Al menos eso nos dijo un extraño viajante que nos cruzamos. Valderic, se llamaba, y viajaba con una caravana que se hacían llamar los Errantes. Un tipo un tanto raro. Sin embargo, por vuestra cara, entiendo que esperábais otras noticias. ¿Me equivoco? También nos topamos con unos bandidos, algo harapientos, bien armados y protegidos. Salteadores nada corrientes. Su cabecilla, creo recordar que se llamaba Malarico, hablaba excepcionalmente bien. Ahora hacéis más buena cara, maese enano.

- Ah, buenas y malas nuevas, amigo Bruni. Contadnos más de ese Matahombres, y contadnos más de ese Malarico, amigos nuestros, mientras aún espumeen nuestras jarras.

Dicho lo cual pego un trago.

- Cierto, buenas y malas nuevas amigo Holdin. No sabemos muy bien quién o qué es Matahombres. Le llaman así varias granjas entre el vado y Piedrasacra. Parece que arrasa campos, roba gallinas y sorbe la sangre de los hombres. Suponemos que por eso los mata, a decir por su nombre. Sabemos poco más. En cuanto a Malarico pues lo que os he dicho, intentó asaltarnos a medio camino. Le dijimos que obviamante no traíamos nada de valor. Ese tipo se rió de mi ocurrencia pero era la más pura verdad. Con él iba una mujer. Sigfrid creo que escuché que se llamaba. A mi parecer son gente del sur. Deben provenir de algún poblado de los Hombres del Bosque. Aunque no se dedican a la rapiña, nunca se sabe amigo Holdin. Las caravanas de comerciantes están aumentando su frecuencia de paso. Todo eso pasó a medio camino, cerca de la aldea del Vado de Piedra. Si están acampados deben estar por esta zona. 

No ves nada en especial que te haga pensar que Bruni miente, más bien todo lo contrario. Es un tipo optimista y dicharachero (y seguramente lleva algunas jarras de cerveza vaciadas) que a pesar de los encontronazos con que se ha topado, tira adelante sin demasiados problemas gracias a su suerte.

Como detalles te das cuenta que el enano juguetea con un anillo mientras habla y que el resto de sus compañeros parecen llevar anillos muy similares en el mismo dedo de su mano. No parecen llevar otros elementos que los identifiquen como enanos pudientes, como es el caso de los que habitan en la Montaña Solitaria.

Escuchaba atento las explicaciones de su interlocutor. Pero sois tres enanos como tres peñascos. Supongo que tan solo un hombre y una mujer no fueron unicamente los que os asaltaron. ¿Sabríais decir cuantos eran?. Preguntó al hijo de Durin. ¿Vado de Piedra, eh? Creo que es hacia ahí donde deberíamos poner nuestro rumbo camaradas. Y si nos queda tiempo, investigar sobre ese Matahombres. ¿Qué me decís?

- Si os habéis encontrado con Malarico, ¿no os habrá hecho algo malo? Porque por el nombre de mi padre, ni el Matahombres ni esos Malarico y Sigfrid van a llegar muy lejos mientras mi compañía esté aquí.

"Debemos ayudar en lo que podamos"

Miro a mi compañero Thror y cuando me mira me toco el dedo de la mano como si llevara un anillo y le señalo con la vista el anillo de BRUNI. A ver si le llama la atención su talla o forjado...

Con disimulo, guiña el ojo a su compañero y, de igual forma, dirige su vista hacia el anillo del enano.

El anillo es una preciosa obra de orfebrería, te atreverías a decir que prácticamente de manufactura élfica si no fuera porque ello te parece del todo imposible en manos de un enano. Su valor es muy elevado, sospechas que no solo a nivel económico, esa pieza no crees que la pueda lucir nadie sin tener un porqué. Podrías describir el anillo como una pieza de plata con unas formas intrincadas entre ellas formando lo que parecen ramas de exquisita finura. El anillo, además, tiene incrustado una luminosa piedra de color rojo muy intenso. Parece un rubí.

Te parece observar que los otros dos compañeros enanos tienen sendos anillos parecidos.

- Estimado amigo, podemos parecer tipos rudos pero no estamos dados al combate. Creo que podría llegar a enumerar una docena de tipos contando tanto a Malarico como a esa bella mujer.

¡Vaya! Si que son una buena banda, sin lugar a dudas. Exclama el enano. Podría decirse que habéis tenido mucha suerte de haber salvado el pellejo con el buen arte de la palabra. ¿No lo creeis así? Se toma un tiempo prudencial para esperar por la respuesta de los enanos.

Aunque admito que cuesta creer, amigos mios, que sea solo cuestión de suerte que doce salteadores de caminos bien armados dejen escapar a tres mercaderes que no estan dados para el combate. Deja posar su jarra en la mesa. Más aún cuando estos portan tan valiosas joyas como las que vos portais en vuestra mano. Limpia su barba con el dorso de su mano. ¿Seguro que no hay nada más que tengáis que decirnos? No querría tener que llegar a pensar que parte de mi clan tiene tratos con escoria de tal calaña.

Bruni baja su mirada hacia su dedo índice mientras sus dos compañeros esconden sus manos bajo las mangas.

- Maese enano, disculpe si me aventuro a pensar que esa última pregunta ha sido descortés. Si bien es cierto que somos tres enanos en busca de mercaderías para nuestros compañeros en Piedrasacra. Ciertamente no viajamos solos, este es un camino transitado y el encuentro con esos hombres fue fugaz. ¿Creen ustedes que los asaltadores asaltan a todo aquél que ven?

Bruni levanta un grueso dedo delante de sus ojos.

- En cuanto a estas joyas. Bien, son algo así como una herencia familiar, ¿verdad compañeros? Las únicas joyas que transportamos. El resto son viejos ponis, un par de carros destartalados y estas viejas ropas que nos delatan como poco más que obstinados mineros. Y ahora, si nos disculpan, tenemos temas que tratar.

Sarunniel había escuchado atentamente la conversación con el grupo de enanos, y no pudo evitar esbozar media sonrisa ante la aguda y ciertamente directa pregunta de Thror hacia el trío de enanos, y la reacción de estos a su cuestión. Le pareció claro que de algún modo su astuto camarada había dado en el clavo...