Partida Rol por web

El viaje a lomos de la pick up dotada de enormes llantas ha transcurrido en silencio acompañados de la sensación calurosa y pegajosa, húmeda de los cuerpos que se apiñonan en el interior del vehículo. El sonido de los trabajadores yendo y viniendo, y el penetrante olor a sal os indican que debéis de estar cerca del puerto, pero no os ha pasado desapercibida la forma en la que el hispano ha conducido durante el último cuarto de hora: Doblando de forma sucesiva sobre su propia ruta, casi dandoos a entender que conduce en círculos para dificultar que podáis haceros una idea exacta de la ruta que está siguiendo.

El vehículo se detiene con un frenazo brusco y el sonido del contacto al parar el motor, que pasa a guardar silencio como una bestia a la que se adormece de repente con una orden imprevista.

-Hemos llegado gringos... Todo el mundo abajo- anuncia el hombre hispano mientras abre la puerta del conductor y los demás miembros de la extraña troupe que se ha convertido en vuestra salvación de la noche, lo siguen poniendo el pie en tierra.

El sol os deslumbra al bajar de la pick up y casi es de agradecer que pare esa sensación de acuciante mareo que había comenzado a embriagaros durante la última parte del silencioso trayecto compartido. Vuestros pies pisan asfalto duro cubierto de gravilla que todavía no ha comenzado a calentarse por efecto del sol, pero la brillante luz de un nuevo día de verano deslumbra vuestros ojos, y la brisa salada que lo acompaña os salpica la cara como un bálsamo reparador.

-En marcha. No tenemos todo el día- ordena Kim señalando al fondo hacia una gran estructura de hormigón desprovista de ventanas que se situa al fondo del aparcamiento. La pick up es la única y solitaria habitante del mismo.

Con pasos arrastrados que golpean rítmicamente sobre el manto de pequeñas piedras que cubren el asfalto, os encamináis hacia el edificio gris y anodino, enmarcado por la lejana silueta de las grandes gruas del puerto que ya han comenzado su ardua y repetitiva labor diaria. El sonido de una gran persiana metálica que se levanta da paso a la oscuridad de la inmensa nave que se encuentra a oscuras.

Lo primero que notáis al penetrar en la oscuridad no sin cierta sensación de resquemor, es el penetrante olor almizclado que preside el interior de la nave industrial. Que se sirve acompañado por una miriada de extraños sonidos, gruñidos y murmullos, tal que si hubiérais interrumpido un congreso de voces y susurros cuyo lenguaje con acertáis a comprender.

De golpe y con un sonido seco, la persiana metálica baja de improviso tras vosotros dejandoos sumidos apenas unos instantes en la oscuridad, y vuestros nervios se ponen de punta no pudiendo evitar pensar que habéis sido conducidos una vez más como corderos al matadero.

La sensación se disipa de golpe cuando las luces, situadas a muchos metros sobre vuestras cabezas, comienzan a encenderse con los chasquidos que producen uno tras otro, los inmensos fluorescentes que iluminan el interior de lo que parece una inmensa nave comercial de almacenaje.

Y entonces lo veis.

El interior de la nave está repleta de jaulas que a su vez contienen toda clase de animales exóticos: De un lado la mirada triste de un orangután de Sumatra os saluda, y vuestra mirada se distrae al escuchar el cacareo de un inmenso Tucán que parece acabar de despertarse por el efecto de la luz eléctrica. Más allá una pecera sirve de refugio al incesante ir y venir de varias especies de pequeños tiburones que crean un eterno bucle de movimientos entre sus aguas, una cria de oso grizzly dormita todavía en otra jaula cerca de vosotros acompañada de una miriada de jaulas más pequeñas que parecen contener insectos y pequeños reptiles.

El rugido de una pareja de tigres de bengala os indica que aspiran quizás también en este laberinto de jaulas y barrotes, a ser los reyes de una selva oculta entre gruesas paredes de hormigón gris y deslucido.

Ante vuestras miradas de desconcierto, y mientras el resto de los miembros del equipo se acercan a una larga mesa donde disponen lo que queda de su equipo tras la misión de apenas unas horas antes, el hombre hispano sonríe y acalla vuestras preguntas.

-No hay dramas gringos... Bienvenidos a vuestro nuevo hogar durante unas cuantas horas- dice mostrando una sonrisa lobuna y un extraño brillo asesino en los ojos... -¿Os late que la decoracíón es extraña eh?- pregunta riendoo -Tranquilos, tranquilos... Es lo mejor que Big Blue pudo alquilarnos. Aquí almacena toda clase de animales que trae de muchas partes del mundo...- anuncia de forma natural mientras señala a la bestias con un gesto de su mano.

-Que chingada de mundo es este... Cuando sale más lucrativo comerciar con especies en extinción que dedicarse al tráfico de seres humanos escabulléndolos por las fronteras ¿Ah?... Sí, ya lo creo. Menos riesgos y menores penas si te desmontan la operación, y los agentes de aduanas son más baratos de comprar y hacer que estén bien calladitos y miren hacia otro lado que otros agentes federales, como los de la IRS o inmigración... ¡Chale es puro contrabando no más!- dice encogiéndose de hombros.

Mientras os regodeáis en el improvisado y triste zoo formado por animales venidos de todas partes del mundo cuyos destinos casi no quisieráis deducir, Kim se vuelve a acercar a vosotros e interrumpe la conversación con sequedad.

-Deja las explicaciones de guía turístico para otro momento Romeo. Lo que quiera explicarles Blue sobre sus negocios que lo haga él mismo si es que deciden ir a verle- dice dirigiéndose a vosotros. -Y en lo que os toca a vosotros, tranquilos. Aquí estáis a salvo. Como ha dicho Romeo, Blue tiene compradas a las autoridades del puerto, y todos estos animales generan suficiente calor como para hacer que un elefante pase desapercibido bajo una lectura térmica por satelite. Pero por si acaso y hasta que acabemos aquí, tenemos una jaula también diseñada éxpresamente para nuestros invitados más distinguidos...- dice con cierto aire de chanza.

En ese momento reparáis en una gran estructura interior levantada en el interior de la nave. Totalmente negra y sin ventanas, parece un inmenso cubo de obsidiana situado en uno de los extremos de la misma.

-Vamos, os están esperando- dice Kim echando a andar, con el resto de miembros del grupo de la Nación situados a vuestras espaldas. Escoltandoos al interior de la siniestra estructura interior.

La voz de Moonglow se hace escuchar por encima del coro de gruñidos, murmullos y cacareos que sirve de banda sonora al curioso escenario al que os han conducido mientras camináis y os introducís en el interior del cubo que por momentos parece la boca inmensa de una criatura cuyos afilados dientes se manifiestan como estalactitas de metal sobresaliendo del techo y las paredes.

-Tranquilos chicos, no hay peligro. Estáis entre amigos- dice con voz suave mientras entráis dentro de la estructura -Esto es una cámara anecoica y fáraday; está diseñada para aislar en su interior cualquier tipo de señal electromagnética. Es por vuestra seguridad... Mientras permanezcáis aquí dentro no podrán rastrear vuestros implantes- trata de informaros de la forma más agradable y menos invasiva posible.

En el interior de la perturbadora estancia, y de espaldas a vosotros la figura de un hombre con bata blanca permanece en su interior mientras parece atender a manipular una serie de extraños instrumentos.

-Hey Doc- saludan a coro los demás miembros de la Nación mientras se desplazan por el interior de la cámara y se derrumban visiblemente agotados sobre horrendas sillas de plástico...

La voz del hombre de bata blanca os saluda con un vago aire eslavo.

-Sed bienvenidos. Les prometo que esto no dolerá- dice con voz agradable típica de un médico acostumbrado a tratar con pacientes asustados.

A vuestras espaldas, el joven universitario al que llaman Wire, es el último en entrar en la extraña cámara y con visible esfuerzo, tira de la puerta que hace las veces de entrada a la estructura, haciendo que esta se cierre con un chirrido metálico.

En ese momento os sentís como Jonás: Engullidos aunque todavía con vida, y atrapados en el vientre de la bestia...

- Si sé que venimos al zoo, habría traido cacahuetes -dijo Max distraidamente mientras miraba a un lado y a otro de la enorme estancia repleta de jaulas-. No es que le molestara particularmente lo que aquel hispano chiflado estaba contándoles sobre el tráfico de animales y todas esas mierdas. Para IV lo menos importante en aquella situación tan extraña que estaban viviendo, era que unos tipos intentaran hacerse ricos traficando con aquellos pobres bichos. Sin embargo, le dieron unas ganas irrefutables de abrir las puertas de las jaulas y liberarlos cual miembro del Greenpeace. Pero en su cabeza rondaba otra cosa. El paseo turísitico que el tal Romeo les había dado. Estaba claro que no querían que supiesen dónde estaba aquel sitio. Max trató de recordar. Primero torció a la izquierda, quinientos metros en línea recta, después de nuevo izquierda...dos veces, línea recta otra vez, derecha una vez y giro en la rotonda; a continuación...¿derecha? ¿o fue izquierda?. Estaba claro que aquel hispano charlatán había conseguido su objetivo, al menos con él. Caminaron junto a esos hombres hacia una extraña sala. Pudo intuir en las caras de sus compañeros que a nadie la hacía mucha gracia todo aquello. Espera, espera...¿compañeros? Había que reflexionar sobre aquello. Los conocía desde hacia unas pocas horas y la verdad es que le gustaban aún menos que aquel lugar. Eran peligrosos, sobre todo VII. Estaba enfermo, enfermo de odio y frustración. No sabía controlarse, no era como él. Aunque ni él mismo sabía como era. Coño, había sabido su nombre hacia poco tiempo. Una voz se lo había dicho. Joder, podía volver la voz y contarle el resto de su historia...aclararle quién es él. De momento se quedaría con ellos, hasta saber todo sobre sí mismo. - Genial, llevamos implantes, como los perros llevan un chip -exclamó en voz alta-. Entró a la habitación junto al grupo. Allí había un médico. Quizás quisiera sacarle los implantes. Max esperó que, al menos, tuviera anestesia.

Un orangután clavaba sus ojos anhelantes en los II, que se apartaron sin apenas preguntarse qué podía querer de él aquel simio. Además, estaba ocupado repasando mentalmente la ruta que había seguido la pick up hasta aquí, recordando giros, distancias y puntos de referencia. Romeo podría engañar a cualquier otro, pero no a alguien con tantos kilómetros como él.

Hey, Doc, saludó él también con voz neutra, por pura imitación, a medida que se adentraba en la aséptica jaula de alabastro. ¿Qué es lo que se supone que no les va a doler?

El hombre de la bata blanca permanece de espaldas mientras continúa manipulando algo que no podéis ver, aunque si puede entreverse su rostro cano y surcado por una hirsuta barba que le confiere un perfil aguileño y un aspecto vagamente semítico.

Con voz amable y suave responde a los comentarios de los primeros pacientes que se atreven a tratar de romper la fina capa de hielo que separa la confianza nonata entre los recién llegados y sus presuntos salvadores.

-Me llamo Delp... Richard Delp, damas y caballeros... Doc no es más que un apodo amistoso que me he ganado entre los demás miembros de la Nación, y aunque no quisiera que se preocupasen en exceso, debo advertirles que no, no soy médico. Por desgracia nunca llegué a obtener la titulación. Antes de que mi familia y yo recalásemos en el interior de la Nación, me temo que nunca llegué a ser más que un oyente privilegiado gracias a mi puesto de bedel en la Universidad de Cracovia...- admite con un ligero suspiro, como si rememorar tiempos pasados a modo de introducción a sus pacientes fuera un trance desagradable pero obligado.

-No obstante- continua sin dar pie a posibles interrupciones -No quisiera que se preocupasen en exceso, se bien lo que hago y estoy más que capacitado para ayudarles... Porque por otra parte el tipo de ayuda que me veo obligado a prestarles no la encontrarían en ningún otro hospital, y aunque pudieran llegar a algún... especialista de mi campo; dudo mucho que ningún Galenoir estuviera dispuesto a ayudarles...- esta última frase cae sobre vosotros de forma lapidaria, como una puerta que se cerrase a vuestras espaldas.

-Y también comprendo...- continua hablando de espaldas a vosotros -Que les resultará complicado confiar en un completo desconocido para una tarea como la que tengo... entre manos- casi podéis intuir su sonrisa por el agudo juego de palabras sacado de la manga -Por lo que considero importante que antes de nada, comprendan la naturaleza de lo que llevan en su interior... Wire por favor... ¿Te importaría...?- pregunta al joven universitario, que ha sido el último en entrar en el habitáculo, señalando vagamente con su rostro una tablet dispuesta sobre uno de los extraños instrumentos que llenan la estancia.

El joven Wire se acerca con timidez hasta la tablet y la enciende, cruzando después una mirada cómplice con el "Doctor" Delp, mientras los demás miembros de la Nación guardan un sepulcral y estudiado silencio. Tal que si fueran conscientes de que su turno de intervenir en este momento de la función no fuera a resultar procedente.

-Muéstraselo...- ordena Delp mientras se vuelve con sus manos levantadas y los dedos de las manos extendidos cubiertos de una sustancia mucosa, densa y transparente con la que al parecer estaba embadurnándolas mientras se dirigía de espaldas a vosotros...

El joven de mirada tímida recoge el testigo y se ajusta sus gafas con nerviosismo ante la idea de proceder a daros una clase magistral, mientras enciende la tablet y os anuncia...

-Ehm... sí, bueno: Lo que vais a ver es una de las pocas copias de un vídeo que han conseguido ser salvadas de un borrado masivo que se realizó en la red con el fin de contener la filtración. Aunque ignoramos quien pudo acceder y filtrarlo, sabemos sin lugar a dudas que muestra el proceso de inserción de un implante biotecnológico en un sujeto de pruebas que seguramente acabó muerto porque no creo que consiguiera sobrevivir al extremo proceso de...- comienza a divagar mientras carga el vídeo.

-Al grano Wire- insta Delp a modo de voz de fondo.

-Sí, bueno... Básicamente se trata de un organismo n-dimensional que es introducido en el sujeto como van a ver. Funciona a todos los niveles como un parasito que se alimenta y carga con la biolectricidad que produce el cuerpo humano y por lo que sabemos emite una resonancia muy particular. Un tipo de radiación...- Wire calla cuando el vídeo comienza a reproducirse.

La tablet mostrada hacia vosotros reproduce la imagen de una mujer joven y rubia, que de manera fría y con la mayor naturalidad, se acerca a un hombre, que visiblemente malherido y al borde de la inconsciencia, yace semitumbado en una silla que recuerda vagamente al sillón donde un dentista atendería a cualquier anodino paciente.

Enroscado en el brazo de la mujer, algo informe y resbaladizo, vagamente insectoide y con aspecto de larva tiembla ligeramente cuando la mujer, enfocada junto al presumiblemente involuntario "sujeto de pruebas" tal y como se ha referido Wire a él, acerca su mano a la boca del indefenso y magullado paciente...

Lo que viene a continuación es una imagen propia de una película de terror: La criatura, como si supiera exáctamente cual es su cometido, se desliza hacia los labios del hombre desplegando una serie de patas articuladas que utiliza para abrir su boca contra su voluntad. El hombre apenas se resiste, pero muestra índices de una respiración agitada como si parte de su subconsciente fuera consciente de lo que está ocurriendo justo en la entrada de su boca.

Con la misma abierta de par en par, la criatura se introduce a través de ella y se desliza visiblemente desenroscándose del brazo de la mujer y reptando a través de la laringe. Sólo podéis dar gracias a que la falta de sonido del vídeo no os transmita el preciso instante en el que como una ameba, consigue desaparecer a través de la garganta con un presumible gorgoteo.

La mujer finaliza mirando a cámara y sonriendo de manera macabra por su candidez y naturalidad. El hombre símplemente parece cerrar sus ojos y desvanecerse.

Ante vuestras miradas, mezcla de impasibilidad, asco e interés morboso en cada caso, Wire retoma su pequeña clase didáctica...

-Eh... Sí, esto era. Como iba diciendo la criatura emite un tipo de radiación de amplia frecuencia conocida como Efecto Tilinghast. No comprendemos demasiado bien su naturaleza, pero esta energía es capaz de viajar en diferentes dimensiones espacio temporales, y bueno... es como un sónar ¿De acuerdo?... Como una baliza de posicionamiento. Emite pulsos de baja frecuencia que pueden ser rastreados y ss lo que utiliza el Liber Ater para rastrear a algunas personas. Aunque es obvio que la Dhoanoide del bar que decía trabajar para el Concilio de Sombras también pudo "pinchar" la señal; o eso u os localizó de alguna otra manera como tuvimos que hacer nosotros. Básicamente por nuestra parte sabemos que existe esta tecnología aunque... Bueno, nunca hemos podido echarle mano a ningún ejemplar, pero eh... bueno básicamente es lo que tenéis en vuestro interior me temo...- dice mientras mira vuestros plexos solares.

-Así que como ven no se trata exáctamente el mismo caso de un chip de RFID que es lo que se suele utilizar para identificar a los perros como quería su compañero dar a entender- vuelve a interrumpir el "Doctor" Delp.

-No claro...- continua Wire -Es algo un poco más complejo, por eso hemos construido esta... habitación. En realidad es lo que se denomina una Cámara Feynman. El diseño original se perdió por desgracia, pero he tratado de reconstruirla siguiendo las instrucciones que hemos podido obtener. Básicamente este habitáculo está preparado para impedir que ninguna onda de energía entre o salga de entre sus paredes. Lo que tenemos sobre nosotros y a nuestro alrededor es, bueno una cámara anecóica y Faraday como ha dicho Moonglow, aunque entre sus paredes hay símbolos grabados de protección... Como un círculo sagrado, bueno, más bien un cubo sagrado ¿Si?... y por mayor seguridad eh... bueno, esto que tenemos aquí...- dice señalando el aparato sobre el que descansaba la tablet antes de que fuera encendida -...es un generador de ruido blanco. Disimula cualquier cosa que podamos decir, y anulará cualquier tipo de escucha tradicional que podáis llevar encima...-

-Y por lo tanto es obvio que no vais a estar seguros hasta que podamos extraeros dichos implantes, razón por la cual me han invitado a participar en esta operación. Y eso es precisamente lo que me dispongo a hacer por ustedes si me lo permiten, así que antes de comenzar con el proceso: ¿Alguna pregunta damas y caballeros?- interrumpe de nuevo Delp de forma casi teatral...

Había viajado aturdida, y no puso ningún empeño en localizar el lugar al que se dirigían. Sin embargo en su fuero interno sabía que, si se lo proponía, podría identificar y reproducir la ruta sin demasiado esfuerzo. Pero no le importaba. Aturdida, esa era la palabra. Uno puede aceptar muchas cosas, tragedias, injusticias, dolor, hasta la muerte. Siempre que tenga un sentido. Lo que no aceptaba FlyBy era esa maldita incomprensión. No entendía nada, y eso la mantenía en un estado de aturdimiento que le restaba efectividad, que polarizaba su mente hasta un nivel que ella misma sabía que era perjudicial.

Había vivido cada segundo desde su despertar como si lo viese desde fuera. Era un cerebro aislado, metido en una cáscara desconocida, en un ambiente desconocido, rodeada de desconocidos y con una secuencia de hechos ilógica, irracional. Desconcertante.

Por eso se encontró metida en el cubo negro sin haber procesado y valorado demasiado ni los comentarios, ni el papel de los "salvadores" que les habían conducido hasta allí, ni la tapadera de ese Big Blue comepescado. Se sabía sucia, ensangrentada, sudada, y vacía. No necesitaba tecnología, necesitaba una ducha y una cama. Y, desde luego, un cigarrillo. Pero lo que encontró fueron más enigmas.

Miraba a su alrededor intentando identificar algo, cuando empezó la demostración. La tablet, el vídeo, Doc. Sintió algo raro, quizá asco, pero enseguida comprendió que no era eso, no, su cáscara podía contener un hervidero de bichos viscosos y reptantes, seguía siendo una cáscara. No, lo que le producía repulsión era constatar su primera impresión, la de que era, eran, unos títeres de algo que, ahora aún más, estaba fuera de todo esquema aprendido. Era como haber aterrizado en un planeta desconocido, pero con el aspecto de uno de los alienígenas. Le hablaban como si comprendiera, como si cualquier anormalidad proferida o dada por sentado estuviera ya descrita en su memoria, y fuera asimilable. Pero no era así.

-Así que nos tragamos eso en algún momento. Y queréis sacarlo. Y no nos va a doler. Pero ése tipo sí murió. Sin dolor, claro. Y luego... necesito un diccionario. ¿Si tengo preguntas...? No puedo ni repetir todos los nombres incomprensibles que habéis soltado. Si me dais una libreta te lo agradecería, iría apuntando todo lo que no entiendo. -Se encaró a Wire, con cara de poca paciencia mientras tanteaba su bolsillo y sacaba el paquete de Camel.- O mejor, repite tú, y te iré parando, para que me expliques... la Nación, para empezar. ¿QUÉ Nación...?

Todo se precipitaba en un extraño efecto dominó. La primera pieza en la consciencia de V era su despertar, la primera pieza que cayó provocando otras sucesivas y que les habían conducido a aquel punto extraño. En la mente analítica de V, todo un plano de bifurcaciones quedaba atrás, motivado por decisiones personales y otras externas, accidentes y quizás, el propio azar gobernándolo todo.

Y ahora, tras un periplo destinado a desorientarlos para ignorar su actual ubicación, se hallaban en aquella pequeña arca de Noé, de la mano de quienes se presentaban como activos de Big Blue, encerrados en aquella inaudita cámara mezcla de ciencia imposible y magia aún más imposible, con un único fin. Romper su conexión con quien fuera que los rastreaba y quizás, establecer una nueva con quienes se habían personado como inesperados aliados.

Y una vez más, la sobredosis de información, como si todos y cada uno de ellos supieran de lo que se les hablaba, y sumiéndolos sin embargo en la ignorancia, en una piscina de preguntas y en quién sabía qué más.

-Magia, ciencia, n-dimensiones, organismos n-dimensionales, un bedel, Dhoanoides, un documental difícil de ver en el National Geografic... Fascinante sin duda -declaró con parsimonia-. Por no hablar de todos los grupos, nombres, y demás blablabla. Todo un acto de fe el que se nos exige. Y de paciencia. Apoyo a FlyBy en su necesidad de respuestas ante el alud de interrogantes, pero dado que quizás debamos, no sé, diversificarnos, me interesa grado sumo conocer los detalles de la operación que supuestamente desean realizar sobre nuestras personas de cara a eliminar a nuestro... bichito, si es que realmente algo así nos parasita. No escatime en detalles, señor Richard Bedelp -añadió sarcático-. Desde la detección, al alojamiento y concluyendo con la extracción. Y a un tiempo, dado que soy un pobre ignorante, ¿me aclararía por favor qué es un Galenoir?

-Opino lo mismo que ellos. Creo que mejor que traernos aquí intentando que no sepamos donde estamos exactamente y diciéndonos que nos van a sacar a esa cosa de nuestro interior, no es la mejor manera de comenzar. Sentémosnos tranquilamente y empecemos desde el principio con todo esto. Creo que será mejor para todos. Como han dicho ellos dos -dijo señalando a sus compañeros con una mirada- hay muchas cosas que, digamos, nos haría falta conocer antes de ponernos en sus manos...

En el caso de que decidamos ponernos... evidentemente.... acabas de decir que nunca has visto directamente a un ejemplar... pensó, sin llegar a decirlo en voz alta, aunque se podía presuponer sin problemas que pensaba eso o algo parecido dado el tono en el que había terminado de hablar.

Numen soltó todo aquello desde un segundo discreto segundo plano en el que se había situado al entrar en aquella extraña construcción. Se había sentido incómoda ya durante el viaje hasta aquel lugar, aunque en un primer momento se alegró de poder salir de la pesadilla en la que se había convertido el bar. Pero pronto se había percatado del que el conductor parecía más interesado en dar vueltas y vueltas más que ponerlos a salvo lo más rápidamente posible. ¿Intención de que nadie les siguiese la pista? ¿De que ellos perdieran la orientación y no supiesen a donde les llevaban? Una de las dos opciones, o las dos juntas. ¿Por qué no? A aquellas alturas, lo único que tenía claro era que cualquier cosa era posible a su alrededor. Y que la pesadilla aún no había terminado. No la habían dejado en el bar, había venido con ellos sentada en el asiento trasero del coche.

La cabeza le dio vueltas. Fue una sensación repentina y molesta, otra sensación que se acumulaba en todo el torrente de sensaciones que acaparaban sus sentidos desde que había despertado y que amenazaban con embotarla totalmente, sobrepasada por todo aquello, en cualquier momento. Miró a su alrededor y algo encajó. El silencio. Las cámaras anecoicas absorvían el sonido. Salvo sus voces, nada más resonaba en aquella habitación que se había convertido en una especie de ataud. O eso le parecía a ella. Había tan poco espacio...

-Podríamos empezar por ejemplo por como nos localizaron, como supieron donde esperarnos. Porque ya estaban en aquel bar cuando nosotros llegamos. Desde ese momento hasta ahora... Si es cierto lo que dice sobre esta cámara, y la finalidad de los animales que hay fuera, tenemos todo el tiempo que queramos para hablar. Nadie nos podrá encontrar aquí dentro. No tenemos porque temer visitas inesperadas.

Su mirada volvió a toparse con aquella imagen final paralizada en la pantalla de la tablet, aún visible en manos del muchacho, y tuvo que ahogar la sensación de asco que la invadía al imaginar la posibilidad de tener una cosa como aquella en su interior. Desvió la mirada a las manos de Richard y la sustancia que las embadurnaba le recordó a la sustancia que salía de los tanques junto a los que habían despertado. ¿Como planeaba sacarles aquella cosa? ¿Con las manos directamente?

No pienses en eso... todo a su tiempo...

El silencio se hace presa en la extraña habitación mientras los autodenominados miembros de la Nación intercambian miradas cómplices entre ellos tal que si meditaran a que pregunta deberían de responder primero.

Kim es la primera en romper el incómodo silencio, aunque no para ofrecer respuesta alguna...

-¡Oh por el amor de Dios! ¿Estáis hablando en serio? ¿¿Ahora somos tutores y damos clases de conocimientos de la guerra a domicilio??- interroga incrédula a sus compañeros. -Mirad ya hemos hecho el trabajo, lo demás no es asunto nuestro. Yo digo que se jodan, larguémonos y dejemos la mierda de sus parásitos donde los tienen, que se encargue la gente del Panoptikon o el Concilio, o el Libro Negro, o los primeros en reclamar su premio. Yo digo que llamemos a Madame A y le digamos que...-

El enardecido discurso es interumpido de golpe por la voz del hombre hispano al que se han referido como Romeo. Su voz es suave, dulce, sus palabras casi susurradas entre dientes más que correctamente pronunciadas...

-Tú deberías ir a vigilar el perímetro Kim- dice volviendo una mirada dura como el acero ante su compañera, que de pronto se queda en silencio para después enrojecer de cólera y estallar a voces...

-¿O sino qué Romeo? ¿Me meterás una bala entre los ojos? Ni siquiera eres un Dotado, solo estás en la Nación por pura adopción y además no eres más que un mísero asesino y contrabandista venido a más hijo de...- Kim se acerca a grandes zancadas hasta encararse con Romeo... pero antes de que pueda concluir su insulto, la mujer de cráneo afeitado y mal carácter se encuentra mirando fíjamente la boca del cañón de una semiautomática Desert Eagle calibre 50.

La situación se vuelve tensa mientras con la otra mano, Romeo saca un paquete de cigarrillos sin filtro y pausádamente enciende uno con habilidad sin dejar de apuntar a su propia compañera.

-Es una lástima que tú no estés a la cabeza de este nido ¿Cierto prietita linda? Dale, haz tu jugada... Llama a Madame A y preséntale tu queja. De seguro me late que te escuchará con amor de madre...- dice con voz ronca entre caladas de humo azul que se expande por la habitación con un fuerte aroma a tabaco negro -Pero mientras a mi no me bajen al Reino del buen Samedí, fue a mi al que dejaron al cargo de esta huevada de operación. Así que yo digo que vamos a calmarnos todos, que tú te largas a respirar bonito aire fresco y a beberte una de esas botellas de agua no fluorizada que te pierden. Yo digo que los gringos se quedan justo donde están. Yo digo que vamos a responder a todas sus preguntas y después el Doc les saca los bichitos que no más tienen dentro del pechito, y tan rícamente nos iremos todos felices y contentos cada cual por su ladito... Y que si tienes algún problema puedes mamarme la verga o ponerte a tararear mi nombre cantando rancheras morrita. A mi lo mismo me viene dando largarte ahora hasta que te calmes y recuerdes quien manda acá o irte dando pasaporte para las tierras del Barón y allá me lo saludas con cariño de mi parte. Tú decides- finaliza con una macabra sonrisa de tiburón que luce de oreja a oreja.

Un par de segundos pasan mientras calibráis las posibles repercursiones del enfrentamiento...

Finalmente Kim de un manotazo aparta el arma y le escupe a Romeo a la cara musitando una única palabra.

-¡Cabrón!- le espeta directamente.

Después con gesto serio y sin volverse se encamina hacia el exterior del habitáculo. La puerta vuelve a cerrarse cuando Wire deja la tablet y se lanza rápidamente a cerrarla en previsión de lo que pudiera pasar de dejarla abierta.

De alguna manera todos los restantes miembros de la Nación suspiran con cierto alivio. Y no son los únicos que comparten dicha sensación al perder de vista a la explosiva mujer.

Romeo os invita a sentaros en las horrorosas sillas de plástico mientras palmea el hombro del anciano hippie al tiempo que dice:

-¡Andale Moon a ti te se te dan mejor estás pendejadas. Son todo tuyos bro!- dice con una pequeña carcajada no exenta de un punto de quijotismo casi esquizoide. Después se recuesta sobre una de las puntiagudas paredes ante la boca abierta de Wire que en el último momento parece decidir guardarse para sí cualquier comentario sobre lo idóneo de la idea, y el anciano Moon se aclara la garganta...

El asfixiante calor que me rodea me recuerda en parte a las virtudes de un baño turco aderezado con un mix de fragancias entre las que podría incluir la acritud del sudor humano, el olor ferroso de la sangre, matizado con un vaho apenas percibible a flato viejo.
El conductor tampoco hace gala de sus bondades a decir verdad, ya que llevo rebotando como una puta semilla de maíz inflado dentro de una maquina de popcorn al rojo vivo.
De todas maneras no es eso lo me preocupa.
Me preocupan los tentáculos.
En qué punto distante de mi pasado algún ignoto miembro de mi árbol familiar copulo con un pulpo negro salido de algún cuento oscuro de E.Poe o Lovecraft es algo que en verdad me desconcierta.
Como lo hace el hecho de que todas aquellas cosas que creía sabidas, valen tanto como un charco de orín de perro.
Ancianas que se vuelven bestias salidas de algún juego de playstation.
Ancianos capaces de esquivar mis golpes mientras fuman tranquilamente un armado.
Hombres que desaparecen en la nada misma.
Que me apunten con una puta arma a la nuca sin siquiera saber cómo ni cuando llego el dueño del arma a mi espalda.
Y claro, no olvidemos tampoco todo lo demás.
El colectivo de asesinos a sueldo y la criatura pesadillesca que las dirige.
La Jaula de faraday.
La nación.
Las dimensiones espacio temporales.
El Liber ater.
La Dhoanoide.
El Concilio de sombras.
Y que aparte de localizarnos por la supuesta graciosa criatura que llevamos en el pecho, también podamos ser encontrados como según dicen:
“Nos localizo de otra manera como tuvieron que hacer ellos”.
Olvida la física.
Olvida la lógica.
Deja de lado el planeamiento y la táctica.
Acalla el animal interior que se debate por arrancarle la cabeza a los que te rodean.
Y por una vez en la vida – y no sé cómo se esto – permítete vaciar el vaso de tus conocimientos.
Y solo escucha.
…
Mas antes de que te entregues a la tarea de absorber todo el conocimiento que puedan brindarte recuerda dos cosas.
1 – no te permitirás irte de aquí sin una mayor claridad de lo sucede.
2 – mataras al puto negro que te apunto por la espalda.

Se había mantenido en silencio como era su costumbre.
Observaba lo que le rodeaba guardándose para si sus presunciones y análisis.
III ni siquiera había abierto la boca durante la pequeña trifulca entre la pequeña ninja y el hispano de nombre shakespereano.
Pero antes de que el viejo de movimientos a lo matrix comenzara a dar las explicaciones que quisiera brindar III hablo brevemente expresando con claridad lo que quería.
Doctor, le dijo con su voz profunda y carente de emoción mirándolo con aquellos ojos azules y fríos, puede empezar conmigo.

-De acuerdo- toma la palabra el anciano.

-Que quede claro que no me veo a mi mismo haciendo de Virgilio, pero allá vamos...- dice carraspeando. -Lo primero disculpad a Kim. Me temo que está molesta y cambiada desde que perdió a su hermana... Ahora que no está quizás pueda usarla como ejemplo: Ella formaba parte de otro Nido, pero el año pasado fueron arrasados....- dice bajando la cabeza con tristeza.

-Tiff era una buena chica. Muy guapa... Tal y como era Kim antes de perderla- retoma después de unos instantes. -Eran gemelas. El nido estaba situado en el estado de Nueva York. En el transcurso de una operación parecida a esta, cayeron en una trampa. Eran cinco. Tres murieron, Kim consiguió escapar por los pelos cuando a su captor le estalló convenientemente el arma...- suspira rememorando... -Esa es su habilidad. La entropía y el caos la persiguen allí donde va. A menudo eso significa que la gente a su alrededor sale mal parada. Tiff en cambio... Bueno. El vídeo que acabais de ver no es nada comparado con el vídeo que le enviaron a ella... Su propia hermana colgada del techo como si fuera una piñata, con docenas de vías intravenosas que la iban vaciando mientras a su vez seguian alimentándola a la fuerza en un entorno controlado...- guarda un pequeño silencio dramático.

-Tiff era una Telempática. Tenía la capacidad de analizar y revivir las experiencias de otros... ¿Sabéis para que querían su sangre? La utilizaron como ingrediente en una droga de nueva generación. Empatix lo llaman. Ahora se comercializa entre las clases altas. El Club Dyonisos utiliza la droga para agasajar a sus invitados en orgías de todo tipo que no queréis imaginar. La fiesta del Sábado Noche en Sodoma que dieron los chicos de Queen no es nada para lo que se rumorea que se cuece en esas reuniones... Perdonad, estoy divagando- dice con un nuevo suspiro. -Os cuento esto para que comprendáis lo jodido que es el mundo en el que acabáis de meteros de lleno. Esa chica no tiene ni un cuarto de siglo y si sigue viva, lo hace a expensas de ser ordeñada literalmente para que unos cabrones sin alma consigan el viajecito de su vida... Kim ha pedido cientos de veces permiso para ir a buscarla pero la Nación considera que es demasiado peligroso. Por eso ya casi no llevamos a cabo operaciones como esta...- prosigue casi con desesperanza.

-Pero supongo que no querréis escuchar historias tristes sobre Kim y su hermana... Aunque así al menos comprenderéis su rencor hacia vosotros... Aunque sí, no hace falta que me miréis así, abordaremos vuestras preguntas, una a una... De acuerdo, de acuerdo... Veamos: La Nación Cuervo...- comienza a explicaros con gestos pausados. Dejando claro que para él es muy importante lo que va a decir a continuación.

-¿Recordáis el famoso Ferrocarril Subterráneo? ¿El movimiento llamado Tren de la Libertad?- os pregunta alzando sus pobladas cejas blanquencinas -Era una organización que se dedicaba a ayudar a los esclavos fugados; los ayudaba a alcanzar la libertad y una zona segura donde poder vivir lejos de la esclavitud. Nosotros pertenecemos a una versión moderna de ese concepto. La Nación Cuervo existe desde principios de los años 50... Vivimos fuera de la Red, lo que vosotros llamariáis "la sociedad"; en asentamientos autosostenibles. Generamos nuestra propia energía, nuestros pequeños se crían en nuestras propias escuelas, trabajamos la tierra y criamos nuestro propio ganado... En definitiva procuramos mantener el menor contacto posible con la Red por nuestro propio bien- sentencia con gravedad. En su rostro se refleja una preocupación que indica que sus pensamientos se vuelven oscuros por momentos.

-Somos un grupo formado casi en nuestra totalidad por Dotados, o Paragnostas... Como queráis llamarnos. Gente común y corriente que un día descubre que posee talentos fuera de lo común: Clarividencia, Telepatía, Telekinesis... Otros ejemplos como el de Wire, Romeo, o Doc...- dice señalándolos por turnos mientras ellos asienten en silencio con cierta dosis de aburrimiento, tal que si estuvieran asistiendo a una lección que pretendiera ponerles al cabo del día sobre el color del cielo o las cualidades de la lluvia -Son diferentes, pero siguen teniendo talentos sobrenaturales que dificilmente tienen explicación a menos que tengáis un Máster en algo muy complicado y de nombre muy largo como es el caso de nuestro joven Wire- afirma con un tono más animado.

-No nos mezclamos en la guerra que se libra entre diferentes grupos ocultos... Solo queremos vivir en paz. Pero a menudo somos perseguidos, secuestrados, y obligados a... Bueno, ahí está el ejemplo de Tiff, ¿Cierto? Y el Club Dyonisos ni siquiera está respaldado por el gobierno, así que imagináos de lo que son capaces otras conspiraciones de mayor tamaño y con intreses más... Oscuros...- os deja caer mientras se estira y se rasca la cabeza tratando de distender el ambiente que sus palabras crean en vuestras mentes.

-Y en cuanto a cómo os localizamos... Bueno, esa pregunta es simple: Una combinación de la información que recibimo de quien nos contrató para sacaros las castañas del fuego y pura precognición- dice mientras saca una baraja de Tarot de uno de los bolsillos de su chaleco... -Ese es después de todo mi talento. Quise prevenir a Romeo de lo que nos esperaba, pero la situación nos sobrepasó con mucho. No me esperaba que hubiera una resistencia tan fuerte. La clarividencia no es después de todo una ciencia exacta ¿Verdad?- finaliza mientras se encoge de hombros...

II esperó tranquilamente a que el anciano terminara sus explicaciones para volver a hablar.

Eso solo nos da pie a más preguntas, amigo Moonglow. Si la nación no se relaciona con la "red" salvo para defenderse a sí misma, ¿por qué nos habéis rescatado? Has dicho que os contrató alguien, ¿Big Blue? ¿Qué interés tiene él en rescatarnos y vosotros en hacerle el trabajo? Si no es mucho preguntar...

Y usted, doctor Delp, ¿en qué consistirá la intervención a la que tan gustoso se ofrece nuestro compañero III?

Ah y les recuerdo, o les señalo si no lo saben, que Uve McDedosrápidos tiene en su sistema circulatorio un isótopo que lo matará en quince si no hacemos nada. Garantías del Dhoanoide, como ustedes lo llaman.

Y pasando a una cuestión de curiosidad personal, ¿qué es un Dhoanoide, qué eran las cosas que atacaron la cafetería y qué son todas esas organizaciones que han estado nombrándonos como si ya supiésemos de qué va esta fiesta?

Y de alguna forma de las ingenió para mirar fíjamente a los ojos a Moonglow, el doctor y Wire a la vez mientras esperaba respuesta.

- Pobre chica... -dijo Max cuando el profesor habló sobre el fatídico destino de la hermana gemela de Kim. La respuesta fue más en consideración por aquella gente porque su mente no hacía otra cosa que decirle que debía apuntar la dirección del Club Dyonisos. Parecía ser un buen sitio para echar unas copas.

Toda la información que estaban recibiendo lo estaba sobrepasando. Necesitaba sacar ese bicho de su cuerpo, o echar una copa, o hacer las dos cosas a la vez. Eran demasiadas cosas cuando hacía apenas unas horas que habían salido de allí. Aquella gente extraña, sus compañeros, organizaciones secretas, monstruos, poderes psíquicos...demasiado para él...y más estando sobrio. Se congratuló cuando el III decidió ser el primero.

- De acuerdo, dejemos que el Transfomer ejerza de conejillo de indias -exclamó cuando se presentó voluntario-. Era un tipo curioso aquel. Lo que había hecho en el bar no era humano y parecía que no le importaba a nadie. Max decidió que necesitaba descansar un rato y después buscaría la manera de acordarse de su pasado y retomar su vida lejos de aquella locura. En ese momento el chino, coreano o lo que fuera, volvió a preguntar más cosas.

- Después me lo puede sacar a mí y decirme dónde está el bar más cercano -emitió una leve risilla-.

El polvo de granito y roca todavía cubría el rostro de VII. El insistente olor a agua salada inundaba sus sentidos, mientras adquiría un temperamento taciturno, como cada vez que se sumía en sus propios pensamientos. Sus compañeros guardaban silencio, a manera de no molestarle. Después de todo, Manfield era más soportable cuando no estaba lanzando comentarios y pullas a todo el mundo.

Al darse cuenta de las precauciones adicionales, bufó divertido, mientras se dejaba llevar por aquella charada. De último en el grupo, parecía arrancar una u otra mirada desconfiada. Él, por su parte, ignoraba y observaba con atención, intentando reconectar en su cabeza las piezas perdidas de información que parecían flotar distantemente las unas de las otras. Por más que lo intentaba, seguía teniendo apenas atisbos de la realidad que les rodeaba.

Pronto las esencias de sales marinas son remplazadas por el olor a metano y humedad que sólo recordaba de algún zoológico perdido en su propia mente. Su mirada se transporta observando a los animales enjaulados, pensativo, sin decir absolutamente nada. Incluso el marcado acento del hispano, con sus manerismos, pasaba desapercibido. Se llevó una mano a la boca, en donde sentía sangre por momento, a pesar de que sus labios habían adquirido un color cenizo y pétreo, así como una contextura polvorienta. Removió algo de la suciedad y continuó caminando.

Y luego, el desfile de fenómenos. Un doctor sin licencia, de europa del oriente, el tímido estudiante, el vídeo de lo que tenían en su interior -si es que en realidad tenían algo- y el hippie y la tía de los pescados debatiéndose. En aquel punto le fue imposible guardar silencio.

Lo primero que apareció en el rostro del Huracán fue una enorme sonrisa, mostrando sus incisivos. Una sonrisa amarga.

-Que historia más conmovedora. ¿Así que sois los buenos de la historia, verdad?- dice con amargo sarcasmo. -Y si en lugar de negro fuese judío, ¿habríais usado a los nazis como metáfora, en lugar de a los esclavistas del sur? Porque eso tendría más sentido. ¿No es cierto cuatrojos?- dice mirando fulminantemente a IV. Toda la retahíla de armas alemanas y experimentos secretos del Reich que había oído aún le revolvía el estómago.

-Y Big Blue vendría a ser... ¿Jesús? ¿El jodido jesús negro*? Venga ya, vuestra historia es muy bonita- dice mientras se acerca y queda en la delantera -... pero no estáis haciendo vuestra buena acción del día. Dejásteis que la abuela lagarto se nos acercara primero, ¿verdad?, y habéis arriesgado vuestro culo aún cuando la tía calva habría preferido sacrificarse rescatando a su hermana. ¿Soy yo el único al que esto le parece una jodida puta mentira?- y se apoya contra la pared.

-Y ahora vais a liberarnos de estos animalitos localizadores, porque sois la jodida polla, ¿no es cierto?- su sonrisa se borra de la cara. Su rostro adquiere una dimensión intimidante.

-Si algo he aprendido en las putas horas que llevo fuera del tubo, es que todos los que están en este juego buscan algo de nosotros. Sea que estemos muertos, que trabajemos para ellos o que bailemos el can can en uno de sus puticlubs. ¿No es verdad? Antes de que me toquéis un sólo cabello, yo tengo dos preguntas. Y si no me gustan las respuestas, saldré por la jodida puerta con mi babosa, por encima de quien tenga que pasar...- dice serio.

Extiende su brazo, con el puño cerrado. Su dedo índice se levanta.

-¿Que nos pediréis a cambio?...- realiza una pausa -Y golpearé en la puta boca con absoluto placer al que me diga 'nada'- dice sonriendo.

Extiende el dedo anular en seguida.

-¿Por qué el Big Blue está interesado en mí?- dice serio. -Un par de piezas de colección, una fotografía, un libro, en un restaurante que era un jodido centro de reclutamiento antes. ¿Créeis que me creería la historia del Huracán sin masticar?- y mira al grupo.

-Lucas Tyrone Manfield. L.T** Manfield. Teniente Manfield.- hace una pausa-¿De verdad créeis que soy tan jodidamente estúpido?- y al terminar la frase, con el puño cerrado de su otra mano da un golpe sobre la pared que resuena fuertemente.

El "Doctor" Delp toma la palabra asintiendo ante el ofrecimiento de III mientras con gestos tranquilos le indica que se recueste sobre un mueble de pladur lacado en blanco que hace las veces de improvisada camilla...

-No se preocupe, no va a dolerle, aunque puede que note alguna molestia, pero no será cosa mia sino del propio parásito- dice con voz tranquilizadora. Tal vez no sea un verdadero médico pero sin duda no parece que esta sea la primera vez que está en una situación similar.

Cuando III se tumba desprovisto de la parte superior de sus ropas y con el cuerpo desnudo... Delp situa las palmas de sus manos a unos centímetros de la piel de su paciente. Con los dedos extendidos y visiblemente concentrado aguarda durante unos instantes durante los cuales la sustancia blanquecina y viscosa resbala desde sus manos hasta la piel de III.

-Tranquilo. Esta sustancia es... antibiótica. Proviene de mi reserva personal, en realidad es la destilación de la saliva de una de las ayudantes de otro Galenoir. Uno de los más famosos de nuestra pequeña comunidad. La chica era una universitaria de bellas artes antes de que fuera poseida por un Taumovoro... Ahora mi insigne colega la utiliza para rastrear y dar caza a todo tipo de especímenes... Servirá a modo de tranquilizante para evitar que el parásito reaccione en exceso y también como método preventivo para...-

Cuando Delp escucha la cruda voz de VII deja que termine su alegato para después pedir silencio. Esta vez su tono de voz no es agradable pero sí duro y taxativo.

-Señores agradecería por su parte un mínimo de colaboración. Lo que estoy haciendo aqui es similar a la radiestesia... Este tipo de parásitos no viven enteramente en nuestra dimensión, por lo que pasarían desapercibidos ante resonancias o análisis clínicos- dice en un susurro con las manos extendidas que tiemblan ligeramente mientras las desliza en el aire sobre el pecho de III... -Así que debo de recurrir a otros métodos para localizarlo, pero debo de ser rápido porque siempre cabe la posibilidad de que el parásito reaccione ante mi presencia cuando note que... ¡Ah! Aquí tenemos a nuestro amiguito. Por favor contenga la respiración todo lo que pueda- le aconseja a III con una sonrisa amable como si lo que estuviera haciendo fuera algo rutinario.

En ese momento podéis ver como las manos de Delp se situan sobre la piel de vuestro compañero, y ante vuestros ojos, los dedos del falso doctor se introducen bajo su piel mientras III produce un respingo de incomodidad... La voz de Richard continúa hablando en un susurro mientras sin mirar directamente, parece dirigirse a V a fin de responder a sus preguntas anteriores.

-Lo que estoy haciendo no es más que cirugía psíquica- el rostro de III se congestiona en una mueca de dolor con los dientes visiblemente apretados -Una de las habilidades que se transmiten de maestro a alumno entre los llamados Galenoirs... Aunque yo nunca tuve un maestro y mi habilidad es innata, y no soy reconocido como miembro de esa sociedad invisible, he conseguido algo de reconocimiento entre sus miembros...- los dedos de Delp se deslizan y se mueven dentro del pecho de III introduciéndose más y más mientras al tiempo, algo parece revolverse bajo el externon produciéndo en él la necesidad de buscar aire.

-No respire- advierte Delp de nuevo... y después continua indicando... -Los Galenoirs dicen remontar su linaje hasta los antiguos Cirujanos Barberos, y afirman que su sociedad se origina tras el periodo de la Revolución Francesa. Además de la cirujía psíquica poseen otro tipo de talentos que por desgracia quedan fuera de mis capacidades... Quieto ahora... No se mueva- le recuerda a un agónico III cuyos nudillos se han vuelto blancos bajo el esfuerzo que supone agarrarse a los extremos del mueble donde está tumbado.

-Como pronto descubrirán en este mundo en el que van a tener que aprender a moverse, pasar desapercibido es equivalente a la capacidad de volver a ver el sol, así que no suele ser una buena idea presentarse en un hospital con heridas de bala o contratar seguros médicos que dejen un rastro de papeleo... Por no hablar de muchas otras cuestiones a las que un médico de verdad no sabría ni cómo enfrentarse...- mientras el discurso de Delp queda en el aire sus dedos parecen asir algo bajo la piel de III y este sonríe mientras pronuncia un seco -Lo tengo. Vamos allá- para después comenzar a tirar del parásito con suavidad y extraerlo lentamente como quien tira de solitaria alojada en el pecho de un enfermo....

-Zombificaciones, venenos hiperdimensionales, infecciones entrópicas o... - la voz se torna aguda por el esfuerzo de mantener asida a la criatura que se retuerce y chilla de forma agónica mientras se ve retirada la cómoda vaina que resulta el cuerpo de su anfritrión -...Degeneraciones necrománticas... Son algunas de las cosas a las que los Galenoirs se enfrentan y tratan en sus pacientes.... Ya está... Hola cariño. Has sido difícil de agarrar ¿Eh?- pregunta a la criatura que muestra una sonrisa dentada a la par que continua chillando como una pequeña bestia, poniendoos los pelos de punta.

Sin soltarla y con las manos cubiertas de la sangre de III, Delp la deposita en un recipiente de metal relleno de la misma sustancia blanquecina y viscosa con la que había embadurnado previamente sus manos.

-Así que ya ven. En esto consiste la operación... Este es mi trabajo y no hace falta que me lo agradezcan. Tal vez no sea un auténtico Galeno Negro, y ni tan siquiera un médico común con licencia... Pero ni cobro los elevados precios de los primeros, ni tampoco la falta de licencia considero que me exhima de ayudar a los demás pese a no haber prestado el juramento hipocrático- enuncia teatralmente pero con una sonrisa amistosa encuadrada entre el vello de su barba mientras se vuelve a miraros.

-Las demás preguntas creo que podrán contestarlas mis compañeros... Si me permiten creo que deberíamos apresurarnos. Estos parásitos también son capaces de activar mecanismos de defensa que acaban con la vida de sus anfitriones. Por eso el Libro Negro los introduce a menudo en aquella gente a la que desea no sólo tener localizada, sino también... controlada... Por favor, puede aproximarse para ser el siguiente- se dirige hacia Max mientras lo señala con el dedo ensangrentado que procede a lavar para volver a impregnar sus manos de la misteriosa sustancia que afirma poseer cualidades tan... increibles.

-Descuide, no encontrará heridas visibles... ventajas de mi talento psíquico- dice a III mientras este se incorpora y limpia su pecho con unas cuantas toallas húmedas que Wire le proporciona, al tiempo que le paga con una mirada mezcla de extrañeza y agradecimiento...

-¿Y bien... continuamos?- pregunta esta vez dirigiéndose a la figura de Max que no deja de observar como el extraño parásito desalojado del pecho de su compañero se agita y nada en la viscosa sustancia.

Cuatrojos... Max miró por encima de las gafas directamente a los ojos de VII. Estaban bastante cerca. Sería fácil que los pies de IV golpearan a Huracán, pam-pam, con la Patada Mortal del Flamenco Blanco Gigante, provocando el colapso del arco cigomático de su compañero, impulsando, de tal forma, el hueso para que se clavara como una lanza en el cerebro, crac-flup: muerto antes de soltar por su boca una tontería más.

Sin embargo, Max se conformó con sonreir y dirigir su vista al médico. En su cabeza resonaban las plabras de VII como un eco incomprensible e indescifrable que poco le interesaba. Solo volvió a prestar atención cuando habló el médico de nuevo. Iba a empezar la operación de extración a III.

Observó atentamente el proceso completo de la extirpación. Parecía bastante doloroso, pero entre pasar un mal rato y compartir sus jugos gástricos, proteinas, vitaminas, y secretillos interiores más profundos con aquel bicho, se quedó con la primera opción. No le gustaba el dolor y era bastante cobarde, pero el doctor le había convencido. ¡Ah, por cierto! Se unían a la fiesta del disparate los zombis, el veneno y las infecciones. Su situación mejoraba por momentos.

- ¿Un intercambio de saliva con una joven muchacha? No perdamos el tiempo... -fue su contestación a la invitación del doctor para sentarse en aquella silla y ser la segunda víctima-. Espero que tenga un caramelo para mí cuando me saque esa cosa de dentro. Se quitó las gafas y las metió en su bolsillo. Cruzó las manos y esperó paciente a que aquel chalado hiciera lo que tenía que hacer.

Mientras Delp procede a repetir la operación con Max, Wire asume de nuevo la palabra... De nuevo con su actitud tímida y apocada, mientras se limpia su propias gafas de motas de polvo que al parecer sólo él puede percibir...

Encarándose al oriental que lo mira impasible trata de ofrecer una explicación...

-Mira... es complicado ¿De acuerdo?... Lo principal que tenéis que entender es que nada de lo que habéis visto es en realidad magia. Todo es ciencia... Hiperciencia. Y ehm... Bueno, de eso va todo esto. Hiperciencia y organizaciones que saben como utilizarla y se encuentran envueltas en una especie de guerra fría que sufre escaladas puntuales... Mirad, es como... Bueno ahí tenéis a John Dee ¿No? Era matemático y astrónomo y consultor de la reina Isabel I... pero eh, bueno, para él la criptografía y la invocación de entidades no humanas iban de la mano... O bueno, antes Moon os ha contado del Club Dyonisos, pero esos descienden del Hellfire Club de Dashwood que era una especie de escenario para que diversos miembros de facciones de espionaje ocultista pudieran establecer tomas de contacto entre ellos... ¿Sabéis que la fuerza aérea británica puso toda una división al cargo de un renombrado hechicero que se disfrazaba de mentalista? Hizo desaparecer el jodido Canal de Suez y el tipo viene en las enciclopedias... Sólo que si la gente supiera realmente cómo lo hizo... Bueno, esto viene de largo... Siempre ha habido hechiceros, que en realidad no han sido más que científicos heterodoxos ¿Sí? Salvo que operar con estas cosas siempre fue complejo... La mayoría de la gente acababa muerta o enloquecida o peor... Pero vino ese tipo, Alan Turing después de la Segunda Guerra Mundial y lo cambió todo...- véis como poco a poco conforme lleva el discurso a su terreno, Wire va perdiendo la timidez, y esa propiedad que parece tan característica en él, se va transformando como si de un milagro alquímico se tratase, en pura pasión reflejada en su tono, la aceleración de sus palabras y la forma en la que gesticula continuamente con las manos.

-Osea yo era un doctorado en el MIT ¿Sabéis? Y si no me hubiese topado con toda esa teoría bueno, ¿Quién sabe? Lo mismo ahora estaría trabajando para Google... Pero a ver, ehm... ¿Cómo os lo explico? Vale, sí... Inicialmente el teorema de Church Turing ¿Lo conocéis verdad?- pregunta mientras intercambiáis miradas cómplices... -Ehm, bueno, no pasa nada... Es una te-o-ría ¿De acuerdo?- dice remarcando las sílabas una a una como si acabara de descubrir que se está dirigiendo a una clade de párvulos a la que debe de enseñar física cuántica avanzada antes de que suene el timbre.

-Y la teoría dice que todo algortimo en realidad es una máquina de Turing en sí misma, es decir que todo problema computable puede ser resuelto también con el uso de una computadora, aunque no todo claro, porque supongamos que tenemos un problema cuya resolución llevaría más tiempo que la vida del universo o que necesitara más energía que la que todo universo puede contener... Entonces, ehm, ¡Claro! ¡No todo problema puede resolverse mediante el cáculo! ¿Lo entendéis? ¿No? Bueno... Da igual, mirad el caso es que en 1941 el propio Turing descubrió lo que se denominan Curvas Dho-Na... Osea, ehm... ¿Sabéis quién fue Platon y todo eso verdad? Ajá, sí, eso es más fácil... El Mundo Perfecto de las Ideas y todo eso... Vale, pues imaginad que igual que existen tres dimensiones que son aquellas en las que nosotros existimos, hay otras ¿Sí? N-dimensiones... Y esas dimensiones son como el conjunto del reino platónico de las matemáticas. Así que todo cáculo, todo algoritmo que hacemos en nuestro universo, tiene su eco en esas OTRAS dimensiones ¿De acuerdo?- hace una pausa para tomar aire...

-Vale, ehm... pues así funciona: En esas n-dimensiones hay... cosas. Cosas vivas y tienen inteligencia no natural. ¿No resulta gracioso que después Alan sacara todo aquello de la inteligencia artificial? ¿Seguro que nunca lo habiáis pensado eh? Bueno, ehm... Resumiendo, sí- dice al observar la inquisitiva mirada de Moonglow fija en su persona... -Digamos que yo resuelvo un algoritmo, un problema, lo que cualquiera diría que es un hechizo... Eso a su vez activa un mecanismo en ese universo ideal matemático, y atrae la atención de esas inteligencias no humanas con las que uno puede contactar y bueno, hacer que hagan cosas para uno ¿Entendéis? El problema es que esas cosas no son humanas, y su inteligencia no es humana, y creedme lo que habéis visto hoy es el resultado de aplicar casi un siglo de hiperciencia a nuestro universo... No acaba trayendo nada bueno- dice con un suspiro.

-Básicamente Turing intuyó todo esto en el año cuarenta y uno cuando estaba trabajando para los aliados en Bletchley Park y construía la primera máquina computacional. Como he dicho antes era tremendamente complicado interactuar con estas fuerzas, la mayoría de la gente acababa con el cerebro reducido a fritura... Hablamos de matemáticas de tan alto nivel que sólo pensar en ellas puede producir derrames cerebrales... ¡Pero ahora tenemos máquinas que pueden hacer el trabajo sucio! Es decir, suena raro lo sé, pero si tienes la capacidad de computación necesaria, y el software necesario: BINGO... Hiperciencia lista para llevar... ¿Entendéis lo peligroso que resulta todo esto?- os pregunta con mirada desesperada.

-Por eso... Por eso los denominamos Dhoanoides ¿Comprendéis? No se trata de humanos que adopten otras formas, sino de entidades que no son de este universo, pero pueden ser invocadas, aunque claro... Aquí nos vemos constreñidos en tres dimensiones únicas, así que es como un... ehm... como un Tesseract: Pasas por un lado pero el universo entero ha cambiado, ya no pueden volver... Y están por todas partes... ¡Por todas partes!- dice con gran gesticulación de sus brazos y con la frente perlada de sudor.

-¿Y los soldados de la cafetería? ¡Sorpresa no estaban vivos!... ¿Queréis saber como lo hacen? Es genial os lo aseguro... Tenemos todas estas guerras que ocurren en Irak o en Afganistán o pronto en Iran o Corea o... Da igual... Tenemos todos esos soldados que vuelven en ataudes con sus banderas y todo el discurso de las barras y estrellas, sí, y todo el mundo se lo traga, pero de verdad... ¿De verdad creéis que acaban enterrados en Arlington? No, claro que no... Os diré lo que hacen... Cojen esos cuerpos sin vida de soldados entrenados previamente cuando estaban vivos ¿Sí? Y entonces... Entonces hacen eso que llamaríais alquimia, pero que en realidad es ciencia... Hiperciencia: Cojes un cadaver y lo reduces a sales elementales con unos procedimientos muy específicos y entonces, es como química molecular... Puedes hacer que las moléculas que formaban a ese ser humano vuelvan a recomponerse pero con una serie de diferencias infinitesimales y ¡Voila! Soldados Universales como en la jodida película de Van Dame... Y luego preparas un enlace psíquico, porque a fin de cuentas esos soldados están muertos, aunque sus músculos conserven la teoría del entrenamiento que han recibido, lo que queda de su mente no es gran cosa... Por eso... Por eso llamamos a los Ingenieros Gnósticos que los utilizan como marionetas Cyranos... Es como una suerte de telepresencia muy avanzada y antes creíamos que esa tecnología sólo la tenía el Liber Ater pero ahora está claro que también el Concilio la tiene y... y...- Wire da muestras de marearse, y timebla sin motivo aparente, lo que hace que Romeo se ponga en pie y pase delicadamente un brazo por encima de su hombro y le susurre...

-Ya ya, tranquilo manito, tranquilo... Ya pasó wey. Todo está bien acá... Ándale bebe un poco de agua fría te sentará bien- le aconseja con un tono paternal....

El hombre hispano y curtido, de mirada fría y sonrisa sanguinaria de tiburón da paso a una figura paternal que acompaña a Wire hasta una de las horteras sillas de plástico mientras le quita con pacencia las gafas y le conmina a beber de un botellín de agua helada que ha sacado de una nevera portatil situada a ras de suelo y llena de hielo a medio derretir.

-Perdonen a Wire gringos...- dice mientras le limpia el sudor del rostro a su compañero que parece temblar mecánicamente sin motivo. -Es nuestro experto en estas huevadas, y aunque para mi son cosas bien distintas ya ven como acaban algunos otros pendejos. Tuvimos suerte de poder incluir a Wire pese a todo en el grupo; antes teníamos a otro experto hacker pero uno nunca debería de mezclar la familia y los negocios ¿Eh Richard?- dice dirigiéndose con sorna hacia Delp quíén a su vez le responde con una fulminante mirada mientras termina de extraer el parásito de Max.

-Sin ir más lejos el hijo de Richard perdió los tejos tras una morra o eso dicen y se largó de la Nación...- la frase interrumpe con el sonido del chapoteo del segundo parásito que acompaña al primero en el extraño tubo de contención de muestras.

-Una lástima porque Wax sí era un experto en química, bien podría haberle echado una manita a vuestro amigo el que tiene las horas contadas acá. Pero nos da igual gringos porque eso no entra dentro del trato y ni modo tenemos un labo acá para ayudaros. Aunque sí tenemos uno más abajo cerca de la frontera. Pero está bien claro que no confíais en nosotros y no os puedo brindar culpas por ello...- afirma mientras se incorpora y se vuelve para clavar su mirada frente a la de Manfield.

-Sí man, tienes toda la razón del mundo... No somos los buenos en esta historia- afirma encogiéndose de hombros mientras enciende un nuevo cigarrillo sin filtro -Y por lo que yo sé acá no hay buenos. Esto no es una película de gringos man. No hay héroes que vayan a reclamar el premio al final del film ¿Oka? Tómame a mi por ejemplo... He trabajado para grupos de narcosatánicos, he matado para los USA en dos guerras como Marine, y cuando me aburrí colgué los galones para volverme bien coyote y pasar gente por la frontera... A menudo para divertirnos violábamos mujeres en grupo y colgábamos sus interiores de los árboles del camino para demostrar nuestras conquistas... Así que lo mismo en lugar de un héroe, voy a ser el cabrón que andas buscando ¿No?- dice con una sonrisa repleta de dientes sin mostrar el menor atisbo de miedo ante la figura del imponente hombre de color.

-Tú tienes preguntas también pero claro... Y yo de buena gana te las respondo. ¿Quieres saber porqué os rescatamos de aquella pinche vieja? Por un chingo de lana wey... Diez putos millones de dólares. ¿Te suena mejor este giro de guión en la película héroe?-la frase se estrella contra el rostro de VII acompañando al humo del cigarrillo que el hispano echa también en su cara al responder.

-Moon ha dicho la verdad... La Nación no se mezcla en asuntos de la Red. Eso no es bueno para la supervivencia... Acá te aplastan como a una mosquita nada más te atreves a mover demasiado las alas. Pero lo vuestro ha sido una chingada de pura lana que le va a venir muy bien a la Nación... Con eso la neta que podemos comprar generadores eléctricos para abrir lo menos diez campos nuevos. Y que los niños puedan jugar baseball por la noche porque tengan luz, y beber buena agua porque podamos mantener las purificadoras allá en Nuevo Méjico por ejemplo... Los niños de la Nación no quieren acabar rastreando mierda para oscuras organizaciones ni servir de cobayas en experimentos secretos p'al del gobierno de los USA... Ellos quieren crecer en paz y jugar baseball... Y yo no soy un héreo ni un buen hombre... Pero la Nación la neta que me acogió cuando me hizo falta y me caen bien los niños ¿Me captas bro?-

-Y como sé que los señores gringos me lo van a preguntar ya les voy sirviendo la respuestita en bandeja de plata... Ni idea de quién nos contrató ni porqué. No me lo dijeron porque en este baile a mi tampoco me dejaron escoger a la morra con la que he tenido que bailar. No más me dijeron te subes a Baltimore, tratas con el cabrón de Blue y te llevas a los gringos a un lugar seguro y después que se las apañen- confiesa sin dejar de sonreir... -¿Y lo de los bichitos que lleváis acá dentro?- afirma señalando el pecho de Manfield -Es un regalo, pero no para vosotros, no wey... Es para nosotros. Con estas mierdas, la gente como Wire podrá estudiarlos y así tendremos ventaja frente al enemigo porque también se los meten a los niños... Y a eso se dedica la Nación: A salvar a los niños para que puedan vivir tranquilos y en paz y tengan algo parecido a un futuro sin miedo a incendiar sus casas por error cuando los hombres vestidos de negro vienen a por ellos y se los roban de los brazos de sus papás... A mi me espera un buen infierno cuando me bajen a los terrenos del Barón, pero mientras tanto yo también trato de lavar mis propios pecados... ¿Y sabes qué? Te diré alguna cosa más, algo que sí sé sobre ti: Sé que eres un tipo bien duro... La neta que sí. Apuesto a podría meterte una bala entre esos ojazos de princesa de saba que tienes y aún serías capaz de masticarme y escupirme toda la balasera... Pero me chinga un carajo porque no me das miedo... Yo ya cortejo a la muerte desde hace años no más, así que si me quieres matar adelante...- le escupe a la cara sin pestañear.

-Y como pese a todo me pillas de buen humor... Te diré que nuestras instrucciones eran exactas... Tuvimos que tratar con Blue para que nos alquilara esta mierda de nave repleta de un carajo de animales, y nos diera vía libre para operar, porque Baltimore es la ciudad de ese pinche gordo cabrón aunque nosotros no trabajamos para él y yo personalmente no compartiría ni el aíre con esa ballena muerta y varada... Igual que es cierto que le pasé a tu amiguito el de los anteojos uno de mis collares para que nadie pudiera verlo ni oirlo en el bar, porque así nos dijeron que debía de ser: Él y ninguno más que él, y ningún otro de vosotros. Nos dijeron que debíamos de daros la oportunidad de entablar contacto con cualquier otra pinche organización que anduviera en las transas de reclutaros, y después sacaros de allá a toda leche si se ponía la cosa fea... Y ándale si se puso fea wey... Tan fea como tu careto de negro amargado cuando resultó que el puto Concilio de Sombras os anda pisando los talones por no hablar del Panoptikon, que por lo visto con esos si os anduvistéis bien de machos... Yo no sé quién carajos eres, ni si Big Blue sabe mierda de ti o no, y me importa tantito una mierda si vivís o si morís... Yo obedezco órdenes y me llevo la lana pa'casa y le compro guantes nuevos a los chicos pa'que juegen baseball... Y vosotros acá ya me vais diciendo si no tenéis ya acaso suficentes enemigos y queréis que les diga a los Grandes Cuervos del Consejo de la Nación que lejos de agradecer nuestra ayuda nos queréis chingar bien chingados...- El silencio se vuelve sepulcral mientras Romeo y Manfield intercambian miradas fijamente...

-La neta que voy a querer yo de un negro maricón con la bocaza tan grande... Ya cobré la lana que me correspondía, así que si quieres darte el gusto...- dice depositando sus armas con gesto tranquilo y pausado sobre el mueble cercano-No te cortes y rómpeme la madre ahora que voy desarmado. Que sea la propina en toda esta huevada si con eso te vas a sentir mejor ¿Qué me dices wey?- finaliza con tono serio y con una mirada indescifrable.

El rostro del hombre hispano ya no sonríe y parece dispuesto a encajar una lluvia de golpes...

De fondo se escucha el suspiro pronunciado de Moonglow que decide guardar silencio como si supiera que en el fondo nada de esto va a desembocar en realidad en algo más que un juego de machos midiéndose las cornamentas...

Uve se había desplazado tranquilamente hasta una posición ventajosa junto a Delp para observar al detalle el procedimiento con el que llevaba a cabo la extracción del parásito n-dimensional. Su mirada fija y atenta apenas desvelaba la mezcla de curiosidad y fascinación que aquella operación suscitaba en él. De hecho, parecía absolutamente abstraído hasta el punto de no parecer escuchar todo cuanto a su alrededor se decía, si bien, un leve movimiento de sus pupilas, dirigida a uno u otro interlocutor, revelaba que sus sentidos parecían diversificarse con total facilidad, sin perjuicio alguno para ninguno de ellos. Y si en algo le afectó que no tuvieran opciones a eliminar el isotopo que ahora campaba a sus anchas en su organismo no lo demostró. A fin de cuentas, había sido una elección libre y pese a todo, meditada, asumiendo las consecuencias.

-Gracias por su respuestas, Delp -dijo sencillamente, dejando atrás el sarcasmo con el que se había dirigido a aquel hombre en un principio y aparentemente inmune a la escena que se desarrollaba más allá entre el bárbaro latino y el bocazas de Manfield. Tal para cual. Carne de barriada que solo entendían de una cosa. Quién meaba más lejos-. Cirugía psíquica. Si le dijera que entiendo el procedimiento o lo que trata de decir, mentiría. Afirma no haber recibido preparación y que todos esto no es sino una habilidad natural desarrollada de forma autodidacta, a tal punto que no puede considerársele un Galenoir en sentido estricto. Dígame, ¿cómo supo que poseía tales habilidades? O más allá, ¿sería capaz de transmitir sus conocimientos a otro? -los dedos de V se movieron casi con vida propia y su mirada se fijó en la de Delp, con un brillo frío.