Partida Rol por web

Cançó d'Alós

Escena IV: Vuelta al Torreón

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03/02/2019, 15:47
Director

Notas de juego

Ugh, es una pifia. Tira Irracionalidad con un penalizador de -25.

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03/02/2019, 15:48
Magister

¿Por qué no hay ninguna cruz?

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03/02/2019, 15:50
Pèire
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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03/02/2019, 15:55
Clara de Mormont

Cabalgaba con tranquilidad mientras hablaba con madre. El paisaje era cada vez más hermoso e incluso parecía dibujarse un bonito cementerio oculto en aquel cálido claro del bosque... Su presencia era realmente hermosa y de allí emanaba una calma y paz que invitaban a descansar a su vera... Aunque... Un momento... ¿Sguro que era un cementerio?

- Madre, Señor Pèire... ¿Los cementerios no deberían incluir cruces en sus tumbas? Entonces... ¿Por qué en éste no hay ninguna? ¿Es algún otro tipo de lugar de eterno descanso? ¿Alguien ha podido arrancarlas e inquietar a las almas que aquí moran? 

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03/02/2019, 23:09
Maria d'Olot
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Éxito (19)

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03/02/2019, 23:58
Magister

Ves a una mujer ataviada con una capa roja dejar una rosa en una de las tumbas. Parpadeas un instante, pero ya se ha ido.

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04/02/2019, 00:16
Magister

¿Es eso una flor roja en una de las tumbas?

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04/02/2019, 12:26
Pèire

Me quedo mirando el terreno, con cara de asombro y pálido, como si hubiera visto la misma muerte.

Me llevo la mano a los ojos y me los restriego, cuando vuelvo a ver el terreno se me ve mas aliviado, aunque algo sobresaltado.

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04/02/2019, 16:29
Maria d'Olot

Me sentí algo apenada por las últimas palabras de mi hija. Recordé mi infancia en Olot y cuán diferente había sido, pues vi a mi hermano espantando a aquellos muchachitos del servicio con los que tantos juegos había compartido, siempre a mi alrededor como moscardones en un día de verano. Al menos, ahora creía entender algo mejor a mi propia hija. Iba a responderle justo cuando atravesamos aquel pequeño cementerio. Era un pequeño claro no exento de encanto, pero con un cierto componente inquietante que no era capaz de señalar.

-Qué extraño... No tenía conocimiento de un lugar así en Alós. Mira, Clara, no creo que esté precisamente desatendido -dije, señalando una delicada flor roja que alguien había dispuesto sobre una de las pretendidas tumbas. -Lo más probable es que sean tumbas moras, de antes de que la familia Mormont reclamara su derecho sobre Alós. Aunque, si es así, ¿quién sigue cuidando de las tumbas de estos infieles? -dejé la pregunta al aire.

La reacción de Pèire no me pasó por alto y dudo que lo hiciera para ninguno de los presentes, pues empalideció de golpe como si un de un muñeco de cera se tratase.

-¿Os encontráis bien? -pregunté con prudencia. Fuese lo que fuese lo que afligió al anciano, fue pasajero, pues rápidamente volvió en sí. -¿Acaso sabéis algo de este lugar que yo no?

 

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04/02/2019, 19:17
Pèire

Mi señora, creo que no es nada; me parece que es más por el cansancio de la noche en vela, que hasta me parece ver cosas extrañas.

Aunque lo digo con un tono animado y despreocupado como si no fuera nada, se nota que lo que me ha parecido ver me a afectado.

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07/02/2019, 20:33
Clara de Mormont

-Qué extraño... No tenía conocimiento de un lugar así en Alós. Mira, Clara, no creo que esté precisamente desatendido. Lo más probable es que sean tumbas moras, de antes de que la familia Mormont reclamara su derecho sobre Alós. Aunque, si es así, ¿quién sigue cuidando de las tumbas de estos infieles?

- Sigue pareciéndome extraño... ¿No debería existir algo que indicase la localización? Aunque sean tumbas moros... ¿No poseen acaso también los moros sus propios símbolos sagrados y para el eterno descanso de las almas?

Su voz sonaba dubitativa y curiosa. Como siempre, deseaba aprender más y más del mundo que la rodeaba. De repente, el rostro del anciano Pèire cambia, tornándose un rostro más apático y pálido. 

¿Os encontráis bien? ¿Acaso sabéis algo de este lugar que yo no?

Mi señora, creo que no es nada; me parece que es más por el cansancio de la noche en vela, que hasta me parece ver cosas extrañas.

¿Va todo bien maestro Pèire? Cierto... ¿Conocéis alguna historia o leyenda sobre este lugar o los alrededores? 

 Su pregunta intenta hacer que el anciano torne a un humor algo más jovial de nuevo, al tiempo que intenta poder aprender algo nuevo en el día de hoy. 

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07/02/2019, 22:55
Pèire

Lo siento, señorita Clara, no conocía ni este lugar, pero me inquieta. Creo que deberíamos continuar.

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08/02/2019, 00:27
Dionís

No me había fijado tansiquiera que la comitiva se detuvo en tal sitio. Cuando me giré estaba solo en el camino y mis tres acompañantes contemplaban atónitos los restos de las piedras.
Bfff. Si querian llegar al torreón, no podian ir parandose a contemplar cada recodo del camino.
Y entonces vió la cara de Pèire. Le conocia muy bien y sabia que algo le habia trasbalsado.
-Quereis llegar al torreón y poder volver con luz de día? Pues hay que ir avanzando...

Notas de juego

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08/02/2019, 01:20
Maria d'Olot

Clara volvió a hacerlo. Era capaz de observar cosas que a mí se me pasaban completamente por alto. En aquella ocasión fue la completa ausencia de símbolo alguno ni marca en las piedras. Tenía una curiosidad absoluta por todas las cosas que siempre me había traído de cabeza pues, aunque digna de admiración, podía llegar a resultar conflictiva.

-Es extraño, sí. -dije, sintiéndome algo estúpida por constatar lo obvio.

-Quereis llegar al torreón y poder volver con luz de día? Pues hay que ir avanzando...

-Pero Dionís tiene razón. Si eran buenos cristianos, el Señor les acogerá en Su gloria. Si eran infieles, recibirán su justo castigo. Los muertos no deberían inquietarnos, sino los vivos. Y al parecer, los vivos gustan de campar a sus anchas por Alós al amparo de la noche. Pongámonos en marcha.

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08/02/2019, 09:47
Director

Notas de juego

Seguís vuestro paso al torreón sin mayor problema. Podéis aprovechar para reanudar vuestras conversaciones a dos. Si no tenéis nada, a lo largo del fin de semana escribiré un post con vuestra llegada. Buen trabajo, chicos.

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08/02/2019, 23:59
Dionís

A los pocos minutos de dejar atrás el cementerio, llegamos al punto donde los caballos ya no pueden avanzar. Antes de dejar los caballos busco si hay alguna alternativa para acercarnos más a la torre, pero no veo ningún camino que facilite llegar al emplazamiento si no es dejando las monturas allí, así que, después de dejar descansar unos minutos al equipo, doy la orden:

-Vamos a seguir a pie. Nos queda un buen trecho. 

Eso sí, antes de salir de allí, dejo los caballos bien atados y me aseguro que tengan algo que comer. 

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09/02/2019, 00:03
Dionís

Al empezar a andar me dirijo a mi querido padre de acogida. 

-Pèire, no os voy a descubrir nada nuevo si os digo que sé que no os encontráis bien. Os conozco y percibo la preocupación en vuestra faz, pero respetaré vuestra cautela y no os pediré que me digáis más de lo que queráis compartir. 

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09/02/2019, 14:48
Pèire

Como que no me encuentro bien, estoy más en mejor forma que algunos y pienso vivir todavía mucho más. He sobrevivido a muchas cosas y a este paso a vosotros también.

Hecho una carcajada con cierto tono de malicia y picardía, como para burlarme de todo, para intentar alegrar un poco a Dionís.

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09/02/2019, 20:02
Magister

https://www.youtube.com/watch?v=EUEvLWHWr-I

Poco a poco, mientras camináis hacia el mediodía y vuestros estómagos empiezan a rugir, a lo lejos se hace evidente la silueta patética y solitaria de una torre derruida. Al principio no es más que una aparición intermitente, surgiendo de vez en cuando de entre los pinos que conservan sus puntiagudas y orgullosas hojas a pesar del frío. 

Os acercáis al torreón por el norte, lo que es obvio porque podéis observar cómo las paredes lucen llenas de musgo verde. Esa extraña bienvenida os llena de melancolía. Ubi sunt?

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11/02/2019, 09:12
Maria d'Olot

Agradecí enormemente las palabras de Dionís al anunciar que seguiríamos a pie lo que quedaba de camino, pues no hubiese aguantado un minuto más en la grupa de aquel animal. El resto del ascenso tampoco fue particularmente agradable, avanzando lentamente y vigilando que los faldones de mi vestido no se engancharan en ninguna rama. Al fin, el viejo torreón emergió entre los árboles, como un gigante decrépito. Sin olvidar el motivo por el cual había pedido ir hasta allí, pregunté el parecer del médico, que ya parecía encontrarse mejor:

-¿Qué opinión os merece? ¿Creéis que servirá para la defensa de estas tierras? -En momentos como aquel era cuando más fervientemente deseaba haber nacido hombre para haber recibido la formación militar que con tanta animadversión parecía desdeñar mi señor esposo. -Dionís, dijiste que era posible acceder a su interior pero, ¿es posible subir a la parte superior de la atalaya? Quisiera poder ver qué perspectiva de Alós se tiene desde lo alto y si nos merece la pena la cuantiosa inversión que parece necesitar el torreón para ser devuelto a un estado funcional.