Partida Rol por web

Me dirijo por un breve instante a Pep y le pido algo de comida y un poco más de vino. Provisto de su encargo, me dirijo a la mesa dónde está el muchacho y, sin pedir permiso, me siento con él dejando ante su atónita mirada la comida. 

-Veo que alguien está buscando una oportunidad. Come. Tengo que hablar contigo. 

Y le acerco el plato. 

-Quizá te interese hacer un trabajo para alguien a quien represento. 

Y le muestro la nota que Vicenç ha escrito.

Han venido ocurriendo algunos sucesos desde que mi hermano cayó enfermo, Dios sabe que he intentado atajarlos y solucionarlos, al menos sin poner en un aprieto a nadie, pero no tengo el poder necesario para solventarlos de forma satisfactoria. Por eso recurro a mis señores, los únicos que pueden hacerlo. Tomo aire, al fin y al cabo lo que viene a continuación es pesaroso.

Hace un tiempo, cuando mi querido hermano empezó a estar enfermo hubo un suceso que me extrañó pero malinterpreté de forma errónea como un ataque de celos, Vincenç estuvo hablando sobre quitar del medio a su hermano mayor por su incompetencia, esas fueron sus palabras, no las mías, y nos pidió a Clara y a mi nuestro apoyo, Clara se lo negó, yo acepté por una sencilla razón, si no lo hacía, seguramente, los primeros en desaparecer serían Clara y su consejero, osea yo. Tomo aire y evalúo la situación para saber si es mejor callar el resto o seguir con los hechos. 

El muchacho te mira, mira la comida y el vino, y come sin avidez, sin preguntas. Al acabar, nervioso, asustado, pero convencido de que es lo mejor que puede hacer, agacha la cabeza y dice:

-- Lo que sea por vos, mi señor. ¿A quién debo entregarle la carta?

-Quiero que hagas lo que en ella se pide. Si eres rápido y efectivo, tengo una recompensa para tí. 

Por la cara que puso el chico entendí, a la primera, que no podia leer la nota de Vicenç. Así que, como queria sacarme el tema de encima, decidí leer yo las instrucciones que habia escrito. 

Las palabras de Manel, resonaban en mi cabeza y algunas piezas empezaban a encajar o simplemente era un montón de coincidencias. 

Mis señores, que debemos hacer, es un asunto muy grave de ser cierto. No me malinterpretéis Manel. Pero esa información junto con todo lo que pasa es…, me calle y me quede mirando a mis señores. No sabía si seguir hablando o callar, así que preferí guardar silencio. Este asunto, ya ha sobrepasado, cualquier autoridad que yo pueda disponer.

Mostré un rostro un poco siniestro y triste, el cual mis señores ya vieron en el pasado. Todo esto empezaba a traerme recuerdos del pasado y no precisamente agradables.

Pero eso, por desgracia, no es todo mis señores.

Suspiro.

Recientemente Clara ha recibido amenazas por parte de Vincenç, lo cual no hubiera sido más problema que una rencilla de hermanos si no fuera por el tipo de amenazas. Resoplo por el cariz que está tomando mi monólogo.

Creo sin duda que vuestro hijo quiere atentar contra su hermana y contra mi. Por eso indiqué a Clara que siguiera las exigencias de su hermano hasta que se nos ocurriera algo que hacer. Por eso Clara delante del rey y algunos testigos más me ha repudiado como su consejero. 

Sinceramente, espero que se les ocurra a sus mercedes algo, sino tendré que marcharme de Alós, por el bien de Clara y el de la casa de Mormont.

Pues tendré que preguntarle a Vicenç que decía la nota xD

Asentí ante aquellas palabras

- Entiendo... Entonces todo cristiano al que se le ofrezca la oportunidad de llevar la Cruz a esas tierras repletas de infieles para recuperar esos Santos Lugares de las veces paganas... ¿No? Es decir... Sería una falta ante los ojos de Nuestro Señor... ¿Verdad? ¿Eso significa que todo cristiano debe responder a la llamada a una cruzada?

Mi voz sonaba como la de alguien que desconoce sobre el tema y que espera unas posible respuesta de alguien a quien ve como un hombre sabio que sabe del mundo mucho más que ella...

Vicenç, estoy ahora con Dionís, y está intentando hacer uno de tus recados:

Necesito que encuentres a alguien de la catadura más baja y le des esto, le entrego una bolsita que contiene algunas monedas y una nota.

Necesito que mi hermana entienda que no puede hacer lo que quiera, que toda acción por su parte tendrá una reacción por la mía. Luego, también necesito que entregues al correo del castillo esta carta, nadie, excepto el obispo, debe leerla. Doy un apretón de manos a Dionís y me despido.

Ahora he de ir a ver a Teresa. Luego nos vemos.

¿Qué dice la nota?

En la nota pone con una letra distorsionada lo siguiente:

La bolsa entregada es la primera parte del pago, la segunda al haberlo realizado, como verás soy muy generoso.

El objetivo es Clara de Mormont, haz que entienda lo que les pasa a las mujeres vírgenes fuera de la protección de la corte.

Ráptala, viólala y hazla todo el daño posible durante tres días. Si lo consigues serás rico.

En la nota pone con una letra distorsionada lo siguiente:

La bolsa entregada es la primera parte del pago, la segunda al haberlo realizado, como verás soy muy generoso.

El objetivo es Clara de Mormont, haz que entienda lo que les pasa a las mujeres vírgenes fuera de la protección de la corte.

Ráptala, viólala y hazla todo el daño posible durante tres días. Si lo consigues serás rico.

Se lo advertí. Soy un hombre de palabra.

Notas que al conde le empieza a dar vueltas la cabeza. Obviamente le falta contexto: ¿de qué hablará esta mocosa? ¿de ir a Tierra Santa? Si todo el mundo sabe que esa cruzada es una farsa que ni siquiera ha sido ratificada por el Santo Padre. Es una cruzada política, mocosa, po - lí - ti - ca.

Pero lo que dice es:

-- Es exactamente lo que digo, sí. Todos los nobles cristianos tienen el deber de enrolarse en la Cruzada contra los infieles. Ahora, si me disculpáis, hay asuntos que requieren mi atención. Id con Dios.

Y se fue, tan pancho, a echarse trapos húmedos y fríos en la frente.

Escucho las palabras de mi cuñado con atención, tratando de averiguar si es todo un subterfugio, alguna estratagema que se me escapa, pues la realidad que dibuja es demasiado cruel. La sangre de mi sangre en contra de su propia familia: conspirando, manipulando, agrediendo y quién sabe cuántas otras cosas malvadas. No quiero creer en sus palabras, mas tengo motivos propios para hacerlo. Su historia encaja y no sería el primer Mormont en volverse contra sus hermanos, y sin embargo...

-Estas que decís son acusaciones muy serias. Terribles. Si estuvieséis dando falso testimonio... -dejé las palabras al aire. Todos los presentes conocían bien mi ira y cuán alto era el precio que debían pagar los traidores. -¿Qué pruebas tenéis que respalden vuestras palabras? -dije, casi en un susurro, como si tuviera miedo de que lo que allí se decía escapara por las rendijas de las paredes.