Partida Rol por web

Pese a la herejía que había sido que la despidieran del Mercadona - ¡a ella! -, se lo pasaba bien viendo las discusiones de fuera... hasta que la Gothorita mencionó que la Sholi podía revolver entre sus cosas.

¡Oh no no no no! - empezó a hablar Saray muy molesta - Mis cosas no las toca nadie, y mucho menos la Kangaskhan. ¡Ya no hay respeto por nada!

Vladimir se despertaba de la resaca que había tenido y se agarró a la botella que todavía tenía cerca. Todo había sucedido muy rápido. Y había demasiada gente hablando por lo que se mareaba todavía más.

- Bajarrr la voz - dijo aunque ninguno de sus compañeros de retiro estaba gritando.

Sonrío cuando cayó en la cuenta de que la causa de su expulsión estuviera fuera del supermercado. 

- Bien ¿Y cuando podrrremos volverr? - preguntó con cierta inocencia - Aquí empieza a hacerr frrío

Miró alrededor y la verdad es que no le gustaba nada cómo pintaba aquello.

La noche cae en la calle Prosperidad y lo que ya ha comenzado a convertirse en una rutina comienza: los periodistas se montan en su furgoneta y se marchan, las proabortistas se ponen la camiseta, los indignados preparan las tiendas y empiezan a pasarse botellas de kalimotxo entre ellos, algunas señoras dejan una silla de camping en su lugar para que no les quiten el sitio si a la mañana siguiente se abren las puertas y los afectados directos termináis acomodándoos para pasar una noche más en el exterior, que cada vez está más lleno de gente. Y finalmente, todos caéis dormidos.

Son algunos gritos los que os despiertan cuando la mañana llega. Junto a la puerta lateral dos personas más han aparecido en el exterior del supermercado. Dormidos uno junto al otro y los dos con un papel en la mano, podéis ver a Manuel y al Seta, que poco a poco despiertan con expresión confusa.

Son unos gritos los que te despiertan en la calle, con la espalda apoyada en la pared del supermercado y una carta de despido entre las manos. No notaste nada en la noche, pero parece que alguien ha decidido que tu trabajo en Mercadona ha llegado a su fin. 

Sin embargo, entre la aglomeración de gente ves de nuevo algunas caras conocidas. Manuel está sentado a tu lado, con un papel en la mano al igual que tú. 

Son unos gritos los que te despiertan en la calle, con la espalda apoyada en la pared del supermercado y una carta de despido entre las manos. No notaste nada en la noche, pero parece que alguien ha decidido que tu trabajo en Mercadona ha llegado a su fin. 

Echas un vistazo al papel que tienes en la mano y puedes ver que por la parte trasera parece que alguien te ha escrito un haiku, a saber con qué intención:

La poderosa

patada giratoria

te expulsa lejos.

Sin embargo, entre la aglomeración de gente ves de nuevo algunas caras conocidas. Alberto está sentado a tu lado, con un papel en la mano al igual que tú. 

Todos miráis hacia el grupo de gente que está montando tal escándalo y podéis ver que hay varias personas aporreando la puerta lateral del supermercado y llamando a los del interior con gritos ininteligibles. Entre ellos está Pascual, con un papel en la mano y sentado dentro de un carrito del Mercadona, que a saber quién ha traído y de dónde. 

Cuando la puerta se abre y asoma uno de los armarios con mala cara todos a una cogen impulso y lanzan el carrito hacia dentro con toda la fuerza que pueden. El 4x4 se queda mirando con cara de gilipollas cómo Pascual se cuela de esta manera en el supermercado y los que lo han ayudado a impulsarse empiezan a gritar y aplaudir, chocando los cinco entre ellos.

El armario se pone muy rojo, tanto que su cara parece un pimiento a punto de explotar. Levanta un dedo señalando amenazante a los indignados del exterior, pero finalmente de su garganta sólo sale un extraño gruñido gutural antes de que se vuelva a meter hacia dentro dando un portazo.

Tras este suceso algunos esperan que vuelvan a echar a Pascual de inmediato, pero eso no sucede y la calle se va llenando de gente una mañana más. La furgoneta de los periodistas llega, las proabortistas se quitan la camiseta y una señora despistada se acerca a las que ya tienen sitio cogido para pedir la vez, alegando que necesita comprar merluza de la de oferta para sus nietos. Todo parece desarrollarse con normalidad. Si es que a esta situación se le puede aplicar ese adjetivo.

-¡Lo que hay que ver! Aquí sólo falta traer el bocadillo, porque el espectáculo.. Está claro que los de dentro son unos mantas, aún no han echado fuera al inflitrado. Nos han sacado a los inocentes, eso sí, pero al traidor no. ¡Con las ganas que tengo de ir a casa! Pero cualquiera se pierde ésto. Ya me contará Justina lo del interior, seguro que se están matando con las barras de pan, o algo.

Maricarmen echaba de menos cotillear, y se acerca a la puerta a ver si ve algo.

Aquella era la primera noche que pasaba fuera. Un jodó era poco para mi voraz estómago, pero no protesté ni dije nada. Ya me acercaría al día siguiente al mesón de aquí al lado si hacía falta. Y que cargasen todo a la cuenta del Bulldog, por supuesto. Cuando se fue haciendo tarde acabé quedándome dormida sentada contra la pared del Mercadona, y a la mañana siguiente los gritos me despertaron.

Al ver a Manuel fuera así, medio dormido y con una carta de despido me preocupé un poco, pero pronto el barullo que estaba organizando Pascual llamó mi atención. Me acerqué hasta allí sin saber si habría oportunidad para que otros entrásemos, pero no hubo manera.

Luego volví con los demás. Mis tripas rugían. A estas horas dentro estaría desayunando.

- Bueno, a ver si lo que decía Pascual era verdad. - Dije con cierta esperanza sentándome cerca de Joel. - Manuel, ¿qué ha pasado? ¿Te han vuelto a echar?

La puerta lateral se abre de nuevo y la cara colorada del armario asoma por ella. Recorre a los presentes con la mirada escondida tras esas enormes gafas de sol y finalmente señala con un dedo regordete a Joel. - Tú, te han readmitido. - Dice, mientras le pone una carta de readmisión a su nombre en la mano. - Para dentro. 

Permite que el reponedor franquee el paso hacia el interior del supermercado y tras echar una nueva mirada a todos los presentes, cierra la puerta tras de sí.

Al despertar Manuel pensó que aun estaba dentro del Mercadona,pero cual fue su sorpresa al ver lo confundido que estaba, estaba a punto de levantarse cabreado para insultar a todos cuando Eva  le pregunto ,eso hizo que se calmara un poco desde luego ella no tenia culpa  y no se merecia una mala palabra.

Si tia me han tirado con carta de despido y mira que pone " la poderosa patada giratoria te expulsa lejos" que cojones es esto,ademas por que yo? lo del Seta lo entiendo,pero yo ... solo he intentado ayudar todo el rato a todos,esto no es justo.

Al ver cómo Joel era readmitido me quedé con ganas de darle ánimos. Sin embargo antes de que pudiera darme cuenta ya se había ido.

Cuando Manuel me enseñó su orden de despido abrí los ojos, sorprendida. Era la primera que veía así, y eso que yo misma había utilizado alguna.

- Ya sé que no es justo, tío. - Le dije. - No sabes la rabia que me da pensar que tú o yo estamos aquí y gente como la Sholi están dentro. - Enuncié antes de emitir un suspiro, quedándome algunos segundos callada, en silencio con la cabeza en otra parte. Al volver a reaccionar lo hice de repente, formando una pequeña sonrisa para intentar reconfortar a Manuel. - Pero no podemos desanimarnos. Seguro que Pascual nos readmite.

Al escuchara Eva, Aicha la miró con un poco de incredulidad.

-¿Y porque "Manuel o tu"? ¿A caso que culpa tengo yo de estar aquí fuera? Tengo el mismo derecho a que me readmitan ¿no crees?

Pense que los infiltrados no podian usar de estos  dice moviendo la carta , pense que eso solo lo podias hacer tu y Lourdes... entonces? Eva... Lourdes es una traidora? alguien de dentro juega a dos bandas?

Realmente Manu estaba abatido,se sento en el suelo y se puso a fumar,tenia ganas de llorar por que lo habia dado todo por los de dentro.

Al escuchar cómo Aicha intervenía para increparme me encogí de hombros suavemente. Llevar la contraria a la gente siempre me había costado, y a pesar de que estos días estaba aprendido mucho sobre eso no me sentía con ganas de empezar a discutir aquí fuera.

- Bueno, Aicha, cada uno sabrá si tiene o no la culpa de estar aquí. - Le dije bajando la mirada. - Yo por ejemplo estoy aquí por haberme expuesto demasiado delatando y echando a infiltrados. Tú lo estás porque alguien creyó que lo eras, probablemente por defender a Saray. - Expliqué antes de encogerme otra vez de hombros. - Pero he dicho Manuel o yo porque estaba hablando con él. También me sabe mal lo de Hipólito o Maricarmen, que se han estado defendiendo con Justina de todos los que se acercasen, por ejemplo.

- No sé, tía, eres la que menos debería rayarse. De todas formas tu padre hará que te vuelvan a contratar sí o sí cuando todo se aclare, ¿no? - Pregunté antes de volver a dirigirme a Manuel.

- Todos los que estamos aquí fuera hemos sido echados con esos papeles o con órdenes de alejamiento. - Expliqué. - Bueno, o cuando los gorilas nos echan en votaciones, pero supongo que ahí el Bulldog rellena un papel de esos en su despacho.

- La diferencia es que los infiltrados usan esos papeles mientras todos dormimos, sin dar la cara, y los que conseguimos algún papel de esos de otras formas no tenemos problemas en hacerlo de día.

- Sobre Lourdes... No es que sea una traidora, es que la Sholi y ella sólo tienen ojos la una para la otra. Les da igual lo que nos pase a todos mientras ellas estén bien, así que pretendían echarnos a todos a la calle para asegurarse.

Yo estarr aquí por olerr mal y beberr mucho... ya saberr yo.... - dijo Vladimir encogiendose de hombros - Aguantarrrrse.. el bueno de vlady os habrrrrria ayudado.. pero nada... patada en el culo por serrr extranjero... malditos capitalistas todos.

Allí estaba de nuevas. Una vez más, no estaba sorprendido.

-Claro que los infiltrados pueden usar cartas de despido. Yo cuando era del lidl lo hice... y supongo que me ha despachado quien trabaje para esos tipos por haber delatado al niño y dicho como funciona el percal del tipo o tipa que esté trabajando ahora para el Lidl. Y hasta puede que me hayan elegido a mí por si acaso podía delatarle también.

Sin duda el niño había vuelto a escoger a alguien como su sucesor. Esperaba que a éste también le pillaran pronto.

-Una ventaja que hay sobre quien trabaje para el Lidl es que no conoce todos los detalles de su funcionamiento. Yo, hasta que no me despacharon la primera vez no supe que el del lidl podía elegir a otro una vez expulsado. Tampoco creo que eso dure mucho más o pasara lo que pasara siempre ganaría el del Lidl. Si el niño no era el último que podía heredar este puesto, no creo que puedan hacerlo muchos más. Otra cosa buena es que tampoco tiene aliados, solo hay uno cada vez, así que le es más difícil hacer tejemanejes.

Sin embargo, tampoco creía que debían desconfiarse, seguía echando gente.

Decir que Miriam dormía de fruta madre en cualquier esquina, pero ya solo pensaba en arrastrar al señor Kanaka a un karaoke y después a un hotel 3 estrellas para engendrar un chino español.
Aun así, se había levantado pidiendo payasadas como cada mañana desde que estaba fuera, esta vez lacasitos y un sombrero de paja, y de vez en cuando… cagándose muy esquizohappy en todo lo cagable en su bonito idioma.

Por lo demás, Manuel estaba fuera, junto con la seta maliciosa que ya no parecía maliciosa, pero su sorpresa llega cuando Pascual entra por todo lo alto en un carrito para readmitir a Joel - Yo flipo!!! – berrea la chinita, por todos los dioses chinos! – yo también quielo que me empujen encima de un calito así!!! - Delira, delira, delira...

Y el día llego de nuevo,esta vez con otras dos victimas.Previsible.Lo que no lo fue tanto fue la entrada triunfal de Pascual,la verdad es que Paquito no había creído en sus palabras,todo le había parecido bastante raro pero parecía ser que el sindicalista había dicho la verdad Bueno,mejor para todos

Antes de que siquiera le hubiera dado tiempo a desperezarse el seta empezó a echarle mierda de nuevo -¿Pero de que vas? no soy un vendio y si lo fuera ni me hubiera dado tiempo a elegir a un sustituto ¿no ves que alguien uso una de esas cartas conmigo? si el que lo hizo tenia buenas intenciones ¿porque no decirlo directamente en vez de ocultarse como una rata?-

El niño tiene razón. Está clarro que había interresados en echarrme. El niño dijo que vio al Seta también. Perrro se lanzarron a porrr mi. Yo que sólo querrría un poco de... - agita las manos - Bueno da igual lo que yo querrría - dice y se encoge de hombros - Puede que haya muchos enemigos allí.. pero sin duda el peorrr enemigo es la desconfianza..poooobrrrre Vlady - dice y le pega un trago a la botella de Vodka que lleva con él.

Al ver cómo de repente todos empezaban a justificarse yo me quedé sentada, mirándoles embobada. Había algunos que decían cosas que podían tener sentido, pero lo de Vladimir era increíble.

- Vladimir, - Le llamé. - a ti te eché yo y lo hice a la cara. - Le recordé. Lo mismo con lo deteriorada que estaba su mente se le había olvidado. Bastante que recordaba su nombre. ¿Cómo sería estar así? Si siguiéramos dentro podría fijarme tranquilamente en él y tratar de entenderle un poco más, pero ahora era tarde. Aún así me decidí a  tomar notas de ciertas cosas. Una nunca sabe cuando va a tener que hacer de mendiga borracha rusa, después de todo. Sin embargo tras apuntar un par de detalles resoplé con desgana para volver a dirigirme a él. - Es lo que tiene que te vieran yendo a por las viejas. Claro que había interesados en echarte: todos los no infiltrados.