Partida Rol por web

Casa de Muñecas - HLCN

Día 9: Susurros

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13/05/2014, 06:49
Narrador

Todo comenzó por una convocatoria abierta que se hizo hace un mes atrás, la cual tuvo gran acogida por la generosidad de quien había abierto la convocatoria al público. Una propuesta muy buena, sin duda, para alguien con escasos recursos que quisiera darse unas vacaciones o para alguien que quisiera ampliar sus horizontes financieros. Todos tuvieron un motivo para llegar allí, absolutamente todos y cada uno había ido por una razón allí y tal vez ahora, esa razón no parecía más que un distante recuerdo.

Tal vez algunos no lo habían olvidado y por eso habían hecho cosas inimaginables para ellos mismos, antes de pisar este lugar. Recuerdan la muñeca que la anfitriona anunció como la pieza clave de su colección, aquella que había inspirado tristeza en sus corazones y también recuerdan aquella joven de vestido rojo, la cual había dado un mensaje a todos y cada uno.

La aparición de los rayos del sol por los ventanales del museo sólo traía angustia para los vivos, además de recordar con esto las casi dos semanas que llevaban encerrados en ese lugar. Tan sólo dos semanas que habían hecho de todos los aquí presentes, alguien diferente, alguien jamás pensado. No era difícil identificar a las víctimas, siendo ya tan pocos quienes quedaban con vida, aunque sólo parecía haber una persona que se sorprendiera con los sucesos que marcaban el inicio de ese último día en el hotel. La joven francesa volteó a mirar a la estantería para ver dos muñecas en el suelo, lo cual marcaba el número de víctimas como cada amanecer. Una era del otro hombre que quedaba en pie, aquel aque había llorado a Amanda, aquel que decía haberse ido perdiendo a sí mismo al ser el puente entre ambos mundos, Andy, el único vínculo restante entre vivos y muertos, había caído esta noche. En su cuerpo se apreciaban múltiples heridas y algo aún más inquietante, lo cual compartía con el cuerpo de la segunda muerte. La otra muñeca se distinguía al instante por una cabellera azul larga que sólo poseía una joven intrépida en aquel lugar. April había sido la segunda víctima de esta noche, de la cual no se hallaban heridas en su cuerpo pero algo faltaba en ambos cadáveres: sus cabezas. Ambos habían sido decapitados, incluso después de haber sido asesinados.

La joven se pone de pie y por un momento, ve sangre gotear en el suelo pero proveniente de una altura mayor. Alza la cabeza y encuentra aquel espectáculo de terror montado sólo para ella. Las cabezas de todos aquellos que habían pisado el hotel, al inicio o hasta el final, estaban colgadas en la pared y en los lugares donde debían estar sus ojos, había botones negros cosidos a su piel con un alambre lo suficientemente fuerte que los mantenía unidos.

Cada una de las cabezas mostraba el estado de descomposición propio de cada cuerpo, marcando la cronografía de la masacre. Los nombres de todos y cada uno estaban escritos debajo de su cabeza con sangre. Aunque su tipografía era cuidada para ser dactilar. Quien había hecho eso, se había tomado su tiempo.

La cabeza de Reuel era la que encabezaba la fila, con el rostro de incomprensión de su último segundo, seguido por Kenneth, cuyo rostro se veía momificado aún, luego Loren, aún desfigurada por el banquete que representó para las muñecas de los caídos, a su derecha Louis y Yorgan quienes buscaban la mirada de su enamorado y siguiendo con las parejas, la cabeza de Benén y la de Sara, cuyo rostro a pesar de la hinchazón de su piel, aún reflejaba su tristeza por su enamorado muerto. El siguiente es el rostro de Henri, aquel gemelo que se había quitado la vida, presa de la pena de perder a su hermano, al lado Wolfgang con la sonrisa aún en su rostro por un trabajo bien hecho. Ahora, era Amanda quien seguía el desfile y aunque su rostro se veía un poco más fresco que los anteriores, su rostro aún reflejaba el dolor causado por su propia muerte. Ian con las gafas rotas mostraba las dudas sobre la razón de su ejecución, Nathaniel con su rostro cubierto de sangre pero con satisfacción de haber muerto abrazado a su muñeca, Efraín con el rostro desencajado por la agonía que le quitó la vida, April con temor en su rostro y aún algo desconcertada, Charles con el temor en sus facciones pero a la vez, devorado igual que su amada, José, aquel silencioso hombre que había caído por la bala dorada de Loren, el rostro triste de Hikari al ser separada de April permanentemente, Noor con la compasión y la incomprensión en su rostro, tras haber sacado de la línea de fuego a la pequeña Alicia, Michelle aún de semblante triste y con el tacto de las gentiles manos de Keelin como último contacto humano... Cada vez acercándose más al final y viendo el rostro de Andy, aún goteando sangre, aún podía escucharse aquel grito mudo que su cuerpo emitía antes de perder la vida, el hambre de justicia y libertad. Aquello que acompañaba cada muerte.

No era esa la visión más escalofriante porque aún había un espacio más, un espacio vacío con una leyenda escrita con sangre, al igual que las otras, pero falta de cabeza...

Un susurro de muerte, un tatuaje en el destino de la chica, un mensaje simple pero claro para ella. Su cabeza era la próxima que colgaría de esa pared y ella lo sabía...

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14/05/2014, 00:16
Narrador

Pasos se escuchaban por debajo de la madera, aquellos que recordaban a todos los sonidos extraños que habían acompañado estos últimos días la estancia en el hotel y de una trampilla cercana a la puerta, se comienza a ver la figura de la joven que todos recordaban del inicio del viaje.

A todos y cada uno había dado un regalo, el cual muchos aprovecharon y otros tal vez, no pudieron hacerlo, aunque venía con un artefacto en su mano que muchos de ustedes reconocían al instante. Era una pequeña casa de muñecas de madera, la cual traía algunas pesadillas a los presentes y recordaba amarguras y sentimientos de soledad. Era el lugar donde los caídos llegaban pero ¿Cómo podía tenerla aquella joven?

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14/05/2014, 00:27
Mina

La joven los mira con tristeza y mira a Lisseth. Parecía sentir culpabilidad por todo lo que estaba sucediendo o así mostraba con su expresión.

Cargando aún la casita en su mano, dice - Los muertos no pueden hablar ahora pero pueden escuchar y por esto, los he traido - miró al balcón donde se encontraba el nuevo anfitrión, el cual parecía guardar silencio, esperando las acciones de la joven.

- Escucharán sus palabras, así sus deseos sean contrarios. No podrán guardar más silencio - abre la puerta principal de la casita, de donde un humo gris sale y se posa sobre las muñecas de todos los caídos, devolviéndoles la vida, a pesar de no tener sus ojos. Las muñecas comienzan a rodear a los últimos vivos, formando una rueda lo suficientemente grande donde podían transitar pero todos sabían a la perfección que de allí no podrían salir hasta que la voluntad de ellos fuera cumplida.

Vivos y muertos, juntos en el amanecer de su último día.

La joven aún con mirada triste, observaba a los humanos restantes por fuera del círculo, expectante de lo que sucedería.

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14/05/2014, 08:57
Lisseth Lefebvre

Lisseth ve como los demás se empezaban a poner cómodos para pasar la noche. Ella no quería estar sola, pero viendo las caras de los demás, como cada uno se encerraba en sus pensamientos, decide irse a su habitación a pasar la noche y sumirse también en sus pensamientos. 

Se levanta intranquila. Mira por la ventana y esta un rato así, hasta que decide bajar.

Ya queda poco Lisseth, la niña y ya estará, podrás volverte a casa... Se dijo para si misma mientras va bajando las escaleras.

Una vez abajo, decide acercarse a la estantería donde estaban las muñecas, mientras aún estuviera Alicia viva, aún encontrarían muñecas muertas. Por lo que no le sorprende ver que en efecto, habían muertos. Lo que si le sorprende es que hay dos, Andy y April. 

-¿Dos muertos? ¿Alicia ha podido con dos esta noche? -se gira para buscar con la mirada a la niña- ¿Y por qué la decapitación?

Se levanta para dirigirse hacia la niña cuando entonces ve caer una gota de sangre y mira hacía arriba. Entonces ve el horror de las cabezas. Las piernas le fallan y cae al suelo sin poder dejar de mirarlas, los ojos se le humedecen y empiezan a caerle lagrimas.

Escucha los pasos de Mina, ve como lleva la casa de muñecas y escucha sus palabras, viendo a continuación como las muñecas cobran vida y les rodean. Vuelve a mirar las cabezas colgando y ahí se queda, en silencio, sin poder parar de mirarlas, con lagrimas cayéndole por las mejillas.

Notas de juego

La última foto del primer mensaje no se ve >A<

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14/05/2014, 12:36
Keelin O’Connor

Keelin abrió los ojos lentamente en el sillón y se llevó una mano a la cabeza mientras tomaba aire despacio antes de mirar a su alrededor. 

Contempló en silencio con gesto horrorizado el espectáculo que les tenía preparados el amanecer y se levantó para mirar las cabezas de la pared con los ojos comenzando a humedecérsele. Durante largo rato no dijo nada. Un pequeño respingo la sobresaltó cuando la mujer del vestido rojo salió del suelo, con esa casita de madera en la mano y las muñecas empezaron a cobrar vida, aún sin ojos. Miró la casita con el ceño fruncido. No quería volver ahí por nada del mundo. 

Volvió a dirigirse hacia las cabezas de la pared y se llevó la mano a la boca, apretándola con horror mientras las miraba una vez más, con un gesto de incredulidad. - Oh, joder... - Musitó, viendo el último hueco con el nombre de Lisseth. 

Durante un par de segundos permaneció así, hasta que un pequeño sonido empezó a escapar de sus labios, ahogándose contra su mano. Al principio parecía un leve llanto, pero pronto fue subiendo de volumen hasta convertirse en una carcajada incontenible.

Keelin reía y reía sin poder controlarse mientras miraba la pared y luego a Lisseth y el brillo de su mirada empezó a volverse completamente desquiciado. La risa movía su pecho una y otra vez y la joven tardó alrededor de medio minuto en conseguir apagarla lo suficiente para girarse y buscar a Alec. 

Al llegar al lugar donde estaba el muchacho directamente lo tomó de la nuca y acercó sus labios a los suyos para besarlo con fiereza. Y cuando se separaron lo miró fijamente a los ojos, entrecerrándolos. - Te dije que la mataría. - La risa volvió a sacudir su pecho una vez más mientras lo soltaba y se acercaba a la urna. Tomó un papel y escribió en letras mayúsculas un sólo nombre, sin esconderse lo más mínimo: LISSETH.

Finalmente se dirigió al sillón para dejarse caer otra vez en él. - Oh, joder, me duele la cabeza. - Se quejó, llevándose la mano a la frente una vez más, con el gesto típico de quien sufre una tremenda resaca.

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14/05/2014, 13:11
Alec Schnieper

Alec se despertó con un dolor de cabeza horrible. Joder... Dijo, llevándose una mano a la cabeza. Nunca más... Abrió los ojos, despacio y vio la cabeza de April colgando de la pared. Se la quedó mirando unos momentos, con gesto crítico, como quien observa una obra de arte. Mierda, está girada. Se acercó hasta ella y la colocó bien, asintiendo cuando hubo terminado.

Fue entonces cuando algo lo distrajo de su labor. Keelin lo cogió de la muñeca y lo besó. Él devolvió el beso a la pelirroja, con la misma pasión y fuerza que ella. Aquel beso despertó un poco al joven, haciéndolo olvidar durante unos instantes el horrible dolor de cabeza. Cuando la joven le habló Alec sonrió de forma traviesa. Espero que lo disfrutaras... Dijo, aunque en realidad sabía que lo había hecho. Él mismo había probado la sangre de la peliazul de la boca de Keelin.

Cuando la pelirroja se alejó para votar, Alec se fue al centro de la estancia para contemplan la obra mejor. Era perfecta. Pero sus ojos se fijaron en aquel hueco vacío, esperando con ansia una cabeza. Se giró hacia la francesa y tuvo que reprimir una sonrisa. Corrió hasta la urna y cogió una papeleta, donde escribió un nombre.

Después, se acercó a la francesa y se inclinó sobre ella para susurrarle al oído. ¿Qué pasa, Liseth? ¿Acaso no te gusta la obra? Soltó una risita llena de crueldad. Vamos, abre tu mente, esto le da mil vueltas al Louvre! Además... Dentro de poco serás parte de ella!

Le puso a la altura de los ojos su papeleta, donde podía leerse un nombre en letras mayúsculas: LISSETH. Se alejó riéndose, dejándola allí tirada para meter su voto en la urna.

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14/05/2014, 15:21
Esther Grenholm

Cuando me levanté lo primero que hice fue llevarme una mano a la cabeza. El mundo se movía a una velocidad distinta a la que lo hacía yo, pero aún así una sonrisa estaba instalada en mis labios. Llevaba aún el pijama con el que había pasado la noche, pero hoy se encontraba totalmente manchado de sangre. Lo cierto es que era un completo asco, pero con la borrachera del día anterior me había quedado dormida antes de ponerme a planchar como era mi intención inicial. Tenía que tener toda la ropa bien lista para cuando nos fuéramos del lugar, de eso no había duda. Quién sabía quién nos fotografiaría.

Sentada en mi colchón admiré lo que habíamos hecho con los ojos brillantes y una expresión de admiración. Y acto seguido mi mirada buscó la de los demás, cómplice para algunos, escrutadora para Lisseth. Expectante, esperaba ver su cara cuando leyera su nombre pintado en la pared.

Al ver cómo Keelin y Alec decidían dejar de disimular me puse en pie, contenta, desperezándome sin pudor. Por fin un día en que despertábamos realmente tranquilos. Ya no parecía haber mordedores, pistoleros, ni peligros acechando en las sombras.

El beso de los chicos me provocó una enorme sonrisa y me acerqué a ellos risueña. - Os dije que hacíais buena pareja. - Les dije poniendo una mano en el hombro de cada uno, antes de dirigirme directamente a la casita de madera primero, observando por una de las ventanas, y luego a las muñecas.

- Joder, qué cabeza más dura teníais algunos. - Les dije. - No veáis lo que cuesta trabajar con material así. - Continué antes de emitir un suspiro y dejarme caer lánguidamente en uno de los sofás.

- En realidad yo quería que el último vivo fuera Andy para que pudiera transmitir a los muertos nuestro más sentido pésame. - Comenté en tono de burla. - Pero supongo que ahora nos podéis oír sin problemas: eso está bien. A ver, cómo os digo esto... - Empecé, dejando la frase en el aire. - Sois unos pringados. Os habéis matado entre vosotros más de lo que nosotros os hemos matado.

- Y por cierto, April... Una pena que no te unieras a nosotros. Y mira que Alec y yo te dimos la oportunidad. - Añadí encogiéndome de hombros. - Pero qué quieres que te diga: querías matarnos a todos. Y si tengo que escoger entre tú y el rubito... Pues oye, no hay que pensarlo mucho. - Informé antes de liberar una risa que había sido contenida durante días.

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14/05/2014, 15:47
Lisseth Lefebvre

Ante las reacciones de los demás, primero se queda sin palabras, arqueando una ceja y dejando que las lagrimas aun le cayeran por las mejillas. Tras el impacto de la escena de las cabezas, el hueco con su nombre y ahora los tres sincerandose tan tranquilamente, no tenía palabras que decir.

Miró a Esther, siempre se había mantenido con indiferencia con ella, nunca llegó a considerarla una asesina aunque muchos la culpaban. Luego miró a Keelin, había confiado en ella, como podía ser tan tonta de haberlo hecho. Finalmente miró a Alec, y recordó cuando la resucitó.

-Por eso lo hiciste antes de que yo resucitara... Para que confiara ciegamente en que no te haría nada... -niega con la cabeza y suspiró, esa noche la matarían con las votaciones. Se limpió con la maga las lagrimas, estaba sola contra ellos y era obvio que no podría hacer nada- ¿Por qué?... Solo eso, ¿qué habeís ganado matandonos a todos?

Ya que iba a morir si o si, al menos quería morir sabiendo el porque de todo eso.

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14/05/2014, 16:10
Alec Schnieper

Escuchó a Lisseth y ensanchó la sonrisa mientras daba un golpe en la urna y se acercaba a ella. Lisseth, Lisseth... Vas bien encaminada, pero no es del todo así. Sabíamos que ibas a volver por tu cuenta, así que... Me pareció más fácil traerte a ti, que ibas a volver igualmente, antes que verme obligado a traer a alguien que podría ser... peligroso. Así matábamos dos pájaros de un tiro. Te dejábamos para el final y así no tendrías tiempo para volver a revivir y seguíais confiando en mí. Miró a la francesa con un brillo de locura en los ojos. Graso error por vuestra parte. Mucha insistencia en traer de vuelta a alguien tan dudoso como nuestra querida Esther, ¿verdad?

Ensanchó la sonrisa. Fuisteis de monos... Nos contasteis todo lo que podíais hacer y usasteis vuestros poderes para protegernos. Michelle... Que absurdo todo. Además eso la llevó a la muerte. April, que mató a Andy y nos allanó el camino. Se puso a reír. Y lo de que Noor no usase su poder para proteger a los inocentes de nosotros, también muuuuuy fácil.

Miró a Esther y a Alicia, divertido. Lo mejor fue cuando fingisteis que Alicia confesaba. Se lo tragaron todos.

Se volvió hacia Lisseth, sin compadecerse un poco de ella. Mis alas eran blancas al principio. Puras. Lo dije, pero nadie pareció inmutarse. Pero antes de las votaciones en las que me tocó ser el verdugo se quemaron y se volvieron negras. Cortesía de Keelin. Ella me cambió. Se encogió de hombros. Cambié a mejor. Ya no tengo miedo. sabía lo que tenía que hacer para salir de aquí y lo hice. Aunque bueno, técnicamente yo no he matado a nadie. Sigo siendo un tierno ángel. Le dedicó una de sus tímidas sonrisas a Lisseth antes de alejarse riéndose de ella.

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14/05/2014, 16:26
Keelin O’Connor

Keelin sonreía tirada en el sillón y cuando Alec habló de cómo lo había cambiado, su sonrisa se amplió, milímetro a milímetro. Cuando el muchacho se alejó de Lisseth le hizo un gesto para que se sentase con ella. - Ven aquí, angelito. - Pidió con una sonrisa traviesa. 

Luego miró a la joven y suspiró. - ¿Por qué? No sé por qué lo hacían los que comenzaron... La noche que te protegí a ti, Lisseth a mí me atacaron y me arrancaron el corazón. - Dijo, llevándose una mano al pecho y tocando con la punta de los dedos un lugar concreto. - Y luego volvieron a matarme, por segunda vez. Kenneth, supongo. Esas heridas me hicieron darme cuenta de que me habían matado dos veces. Y ninguna de ellas habían sido los asesinos, habían sido los que deberían haber sido mis compañeros. El dolor se volvió odio y el odio terminó de emponzoñar mi alma. - Su voz sonaba tranquila, como si estuviera hablando del tiempo. - Tuve que elegir alguien para que viniera conmigo. - Miró a Alec y volvió a sonreír. - ¿Acaso había una opción mejor que Alec? Tú has visto su magnificencia, Lisseth. Es... increíble. 

El brillo desquiciado de sus ojos no había desaparecido cuando señaló con la cabeza a Esther. - Pregúntale a ella el porqué. Es la única que lleva en esto desde el principio. - Luego miró a las muñecas de los caídos y se encogió de hombros. - Os lo dije. Os dije que Esther apestaba. Pero decidíais creer en ella una y otra vez. Tenéis lo que os habéis labrado día tras día vosotros mismos. Ella se comió mi corazón.

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14/05/2014, 17:08
Narrador

Las muñecas comenzaban a danzar alrededor de los únicos vivos , mientras el viento traía sus voces desde el abismo. El primer mensaje en llegar era el mensaje de Loren...

Alicia, hija mía. Te he hechado tanto de menos. Por favor resucita a tu madre y volvamos a la granja. Todavía tienes allí tu amada muñeca. Como has podido hacerle esto a tu querida madre. Te mereces un cachete en el culo. Puedo matar por ti, lo volvería a hacer encatada. Habló con un tono candido y dulce.
 

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14/05/2014, 17:24
Narrador

El silencio reinaba y con ello, el segundo mensaje de la muerte, pero esta vez, era la voz de Michelle...

-Keelin... ¡Keelin! No me dejes sola con esta gente. Por favor- dijo, con voz lastimera- Me da igual lo que hayas hecho. Te perdonaré que me hayas votado. Te ayudaré a salir de aquí, y haré que los abogados de mi padre nos defiendan cuando estemos en casa. Pero, ¡no me dejes aquí! Toda esta gente me importa una soberana mierda, pero somos amigas. Lo prometimos. Y te dije que no te votaría pasara lo que pasara. Y lo he cumplido, ¡maldita sea! Lo he cumplido- sollozó- Me importa una mierda que se mueran los demás. De hecho, si yo no puedo volver a casa, prefiero que estén muertos. 

Suspiró- Mentí con respecto a Alec. Le protegí, pero no esa misma noche- le tembló la voz, avergonzada- Joder, sé que fue estúpido, pero... Es que él de repente dijo aquello y yo pensé que entonces si decía que sí fue esa noche iba a quedar bien. Protegí también a Andy y a ti. Protegí sólo a quien podía beneficiarnos en caso de que una muriese. A nadie más. Esta gente me importa muy poco. Me jodió que Noor metiese sus narices en mis asuntos. Yo estaba conforme con mi papel. Yo había aceptado mi función. Pero él llegó e hizo de buen samaritano y... Entonces no pude seguir haciendo aquello. 

- Joder... ¡No quiero quedarme aquí! Que se mueran todos los demás. No me importa. Yo sólo quiero volver a casa. 

 

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14/05/2014, 18:19
Alec Schnieper

Alec fue hasta Keelin y se sentó a su lado, para acto seguido girar el rostro de la pelirroja hacia el suyo y besarla. Un beso apasionado y que habría sido largo si no fuera porque las muñecas decidieron hablar. La muñeca de Loren desconcertó al chico por completo.

Alicia, es tu madre? En serio? O está tan loca como aparenta? Preguntó el chico a su compañera.

se empezó a reír cuando la muñeca de Michelle empezó a suplicar por su vida. Oh, Michelle... No creo que debas hablar así de las muñecas con las que vas a compartir el resto de tus días. En serio, podrían sentirse ofendidas y tenéis una eternidad por delante en esa bonita y divertida casita. Sonrió de forma macabra.

Y no te preocupes por nosotros. Estaremos sin los abogados de tu padre. Mejor que bien. Alec agachó la mirada, como había hecho cada día hasta ahora y volvió a poner su típica voz tímida. Yo... Fue horrible... Nos encerraron en el hotel y empezaron a matarnos. Ellos... ellos... Intentaron matarme una noche. Sus ojos se pusieron llorosos. Casi lo consiguen, pero... yo... Yo me escondí y... Cuando me atreví a salir estaban todos muertos... Todos... La voz se le entrecortaba y tenía los ojos muy abiertos, como si estuviera traumatizado. 

Sin embargo, de pronto se echó a reír. Os lo habéis tragado vosotros mientras íbamos matándoos uno a uno, no será difícil engañar a la policía. Al fin y al cabo, teníamos un detective entre nosotros, verdad genio? Dijo, dedicándole una mirada divertida a Benen.

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14/05/2014, 18:33
Narrador

Las voces de los muertos seguían llegando, doloridas, tristes, desanimadas. Ya no había nada más para ellas. La siguiente voz en aparecer fue la de Yorgan...

-Se que estáis 5, seguramente 3 inocentes y 2 culpables y digo 2 porque mientras yo estuve vivo, supe de que tanto Alicia como Esther estaban del lado de los asesinos. Y mientras ella sigan convida todos corren peligro. Desconozco los planes que tengan Alec y Esther o si esta a corrompido a este muchacho, pero si estas libre de pacto o embrujo no te dejes engañar, ella era y me atrevería decir que sigue siendo parte de los asesinos como lo eran Ian o Sara. Keelin confió en ti, confía en mi, esas dos mujeres deben venir con nosotros, si tu y Lisseth quieren sobrevivir. Por favor hacer caso a este judío, mi don me permitió saber que no me equivoco con lo que digo. Ambas padecen claros trastornos de manual. Estoy cansado de ver la eterna procesión de almas por la casa de madera, darnos un buen final.

 

Notas de juego

Fue la mejor y no tienen idea de cuánto busqué T.T

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14/05/2014, 18:38
Narrador

Hubo alguien que no se hizo esperar. La voz ácida de Sara resonó en el lugar...

Esther, la gran madre. Siempre fuiste mi favorita del grupo, siempre tuve mis mayores esperanzas en ti, y no nos has defraudado. Siento estar aquí en esta forma, me habría gustado poder mostrarte toda mi adoración. Engañaste a todo el mundo, incluso a mi. Aquí no me haré la lista, durante un tiempo llegué a pensar que realmente habías abandonado la causa. Pero no, tu jamás harías eso, y por eso aún te deseo más.

La mirada de la muñeca de Sara se desvió hacia Alicia.

Alicia, la pequeña. No sabes cuantas ganas tenían aquí los muertos de matarte. O al menos, ponían esas excusas para acabar contigo. ¡Ja! Como si pudieran... Cuando pudimos hablar con los vivos, pensé en hablar contigo, saber como estaba la situación, si alguno más se había unido como lo hiciste tu. Y entonces me di cuenta de algo. Que me tenían demasiado calada. Cualquier cambio hubiera sido sospechoso. Así que preferí mantenerme en una verdadero desconocimiento, dejarme llevar por las sorpresas. ¡Y vaya si las hubo!

Sara miró a Keelin, y su expresión cambió.

Keelin, la zorra. No deberías estar aquí. Yo debería ser la pelirroja con vida, y tu la decapitada. Se los dije. Dije que te habías cambiado de lado, que no eras de fiar. ¿Y me creyeron? No, y es lo más delicioso de todo. Seguramente habrían sospechado más si de pronto hubiera puesto a defenderte, a valorar tu importancia. ¿Pero quien iba a creer a una asesina que acusaba a una de las más importantes salvadoras? Nadie te caló salvo yo, y por eso, ellos están muertos. Se lo merecen, por no hacerte caso cuando estabas de su lado, y por hacerte caso cuando ya no lo estabas. Sigo envidiando tu posición, pero también reconozco, que mereces estar como autora final de esta gran obra de arte, la que sin ti no habría sido posible, mi dulce zorra pelirroja.

Sara volvió a tener una expresión de completa alegría cuando miró a Alec.

Alec, el ángel. Estoy tan orgulloso de ti, de como protegiste y salvaguardaste a Esther. Sin ti esto no habría sido posible, así que disfrútalo. Cuida de tu madre, tu hermana y tu novia, y fornica mucho. Con las tres. - Sara hizo una pausa, y si la muñeca hubiera tenido una lengua, se estaría relamiendo los labios - Lo que daría por estar con vida, y hacer lo mismo que harás tu. Así que ya sabes, hazlo por ti y por mi. Y por todos los motivos y excusas que desees. Te mereces esto y mucho más.

Para finalizar, Sara miró a Lisseth.

Para ti cielo, no tengo palabra alguna. Sólo pena... pena que April no se uniera al bando ganador. Ayer estuve echando números, y la contaba a ella como nueva recluta a la causa. Me alegra saber que yo no me equivoqué, que fue ella. Si lo hubiera hecho, no tendrías que presenciar lo que está a punto de ocurrir desde ese lado. Aunque estoy segura, que una vez veas esta obra final desde nuestra perspectiva, te sentirás orgullosa de haber sido la pieza final jajajaja...

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14/05/2014, 18:42
Esther Grenholm

Mi sonrisa se amplió cada vez más: al escuchar las palabras de las muñecas, al ver el beso entre los dos tórtolos... Y también al escuchar lo que ellos decían.

- Bueno, es difícil saber por qué. - Dije, encogiéndome de hombros. - Creo que Louis y Henri venían con sed de sangre. Sara era una artista, e Ian... - Dejé la frase a medias, antes de hacer un gesto con la mano. - Bueno, ya conocéis a los rusos.

- Por cierto, Sara. - Recordé entonces. - Espero que te guste la obra que hemos hecho entre los cuatro que estamos aquí. - Dije a su muñeca con una sonrisa.

- En cuanto a mí... Bueno, supongo que es lo que tiene que te arranquen el útero contra tu voluntad cuando vienes a pasar unas estupendas vacaciones. - Expliqué con la voz un poco más aguda, casi como si aquello fuera una broma. - Empiezas a odiar un poco al mundo. Y sobre todo quería salir viva de aquí, y no me fiaba de vuestra capacidad para conseguirlo, así que creí que lo mejor era buscarme la manera por mi mano. Y parece que la he encontrado. - Añadí encantada.

- ¿Sabéis lo mejor? Desde hace mucho quería que saliésemos Alec, Alicia y yo. April también, pero el que quisiera descuartizar a culpables e inocentes me ha hecho dejarla un poco atrás, ya sabéis. - Comenté. - Así que supongo que la cosa no ha quedado nada mal. Vosotros supongo que os quedaréis siendo un montón de muñequitas. - Aventuré fijándome en la de Hikari, tan mona ella con sus rasgos chinos.

- Sobre por qué escogí a Keelin... Bueno, ya se lo he explicado a ella. Tenía que ser alguien lo suficientemente inteligente como para entender que cuando llegase el momento Alec sería la mejor opción, y además era la que más cerebro tenía. Y es que todos le hacíais caso. - Dije, empezando a negar con la cabeza. - ¿No os dijimos muchas veces que no os fiarais de nadie? - Pregunté de manera retórica mientras empezaba a chasquear la lengua de manera recriminatoria. - Y eso de que no paraseis de matarla con lo buena que era ella ayudó a que lo aceptara, sin duda. Supongo que vosotros os lo habéis buscado. - Comenté, antes de dirigirme a la muñeca de Michelle. - Tú sobre todo.

Luego permanecí unos segundos callada, escuchando los nuevos mensajes que venían de las muñecas, y una risa se me escapó al oír a Yorgan.

- ¿Cómo puede ser que de verdad te enteres de tan poco? - Le pregunté directamente, alucinada.

Sin embargo, acto seguido, Sara comenzó a hablar, y sus palabras sí me llegaron más. Me acerqué despacio a ella y me senté en el suelo para quedar a su altura.

- De todos los demás que estaban al principio tú eras la mejor. - Le dije. - Una pena lo de Benén, Noor te jodió bien. Pero me alegro de que te lo hayas tomado tan bien. Era necesario que alguna de nosotras cayera, y más con el chivato de Louis, y no te voy a mentir: me alegro de no haber sido yo.

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14/05/2014, 18:59
Keelin O’Connor

Keelin escuchó los mensajes de todas las muñecas sin perder su sonrisa. Arrugó la nariz al escuchar a Michelle y se volvió hacia Alec señalándola con la cabeza. - ¿No nos la podríamos llevar? Aunque fuera así, con forma de muñeca. Tanto quería parecerse a una y lo ha conseguido de verdad...

Al escuchar a Yorgan puso los ojos en blanco, pero no dijo nada y dejó que el hombre siguiera en su mundo. Pero al escuchar a Sara su sonrisa empezó a ampliarse cada vez más. Sin levantarse del sillón se dirigió a ella. - Sara... No lo des todo por perdido. Las dos hicimos bien nuestro papel cada una a nuestro lado. Y tienes toda la razón. Si están así es porque no me hicieron caso cuando debían y sí cuando no... Es incluso poético, ¿no te parece? Pero quizá quede una forma de que haya dos pelirrojas vivas y ninguna decapitada. - Miró a Alec y le sonrió. - ¿No la hay? - Preguntó al muchacho con los ojos brillantes. Volvió a mirar a la muñeca pelirroja. - Pero eh, de fornicar con el angelito nada. No he matado a April para que ahora vengas tú a hacerme la competencia. - Añadió con una sonrisa, esperando la respuesta de Alec.

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14/05/2014, 19:05
Alec Schnieper

Alec escuchó a Keelin y a Esther y dudó unos instantes. Se acercó a la muñeca de Sara y escuchó lo que le tenía que decir. Una chispa de duda recorrió sus ojos. Sara... Nunca me fié de ti cuando estaba en el otro bando. La miró con curiosidad y cierto temor.  Nunca hemos llegado a hablar, cuando yo me convertí tú ya estabas muerta... Una pena. Tampoco te pude traer de vuelta, era demasiado obvio que eras una de ellos y me habría puesto en evidencia.

Hizo una pausa. Me alegra que aprecies la obra de arte. Sonrió. Voy a intentar una cosa... Espero que no te moleste que te quite de la obra de arte durante unos segundos. 

Se acercó hasta la cabeza de la otra pelirroja y la quitó de la pared. Quitó los botones de los ojos y se dirigió hacia las habitaciones. No te aseguro que funcione, pero no perdemos nada.

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14/05/2014, 20:59
Alicia Moreu

Cuando me desperté un terrible dolor de cabeza me sacudió,me levante lentamente con los ojos entrecerrados y me quede observando la reacción de Lisseth,al ver sus ojos llorosos una pequeña sonrisa se dibujo en mi rostro -¿Y por que no?-

La risa de Keelin comenzó a inundar la sala,haciendo que mi dolor de cabeza se acentuara,puse una de mis manos sobre mi cabeza con una clara expresión de dolor y tras hacer un pequeño quejido dije con tono lastimero -Se supone que no ibas a dejar que esto pasara,no vuelvo a beber en mi vida-

Al ver la es la escena entre Keeling y Alec sonreí y mire de reojo a Lisseth -Quien lo hubiera dicho ¿eh? toda la semana escuchándola y haciéndole caso y resulta que la muchacha se divertía pensando cual seria la manera mas dolorosa de ir matándoos - después de eso me quede callada escuchando al grupo hasta que la primera muñeca empezó a hablar,mi expresión cambio totalmente,pase de una alegría mas que palpable al desconcierto total,mire a Alec y negué con la cabeza -No...vamos..no mi madre esta muerta- las palabras de Loren me habian dejado mal cuerpo pero al escuchar a Michelle volvi a sonreir -Venga ya,con lo mal que le caes,seguro que no te traia ni aun pudiendo- escuche las demas con una sonrisa en el rostro,por fin todo acabaria.

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15/05/2014, 06:33
Narrador

La muñeca de Sara comienza a tomar vida y donde antes había un espacio vacío, ahora surgían sus ojos una vez más.

Todos miran a Alec y luego hacia la tercera planta, donde hace varios días habían hallado el cadáver de aquella pelirroja y allí la ven salir, seguida por aquella hermosa luz del joven Alec. Los mira a todos y mira su cuerpo. En parte, no podía creerlo, pues había pasado una larga temporada en aquella rota muñeca.

Sara había regresado para vivir los últimos momentos de este espectáculo.