Partida Rol por web

En el hotel no estoy seguro, pero aquí estamos rodeados de muñecas - piensa en alto Ben, si había cámaras, podrían estar por todos lados.

Al italiano le empezaban a preocupar los detalles que sin mas, y para mas inri, a propósito... podía haber dejado pasar por alto hasta el momento - Es que no puede uno ni relajarse un puñetero día... - dice en un suspiro, mientras escucha como el exaltado/excitado venezolano, Efrain, le contesta enérgicamente, Ben fija su mirada en el techo y escucha tambien a Kenneth, dice ser parapsicologo y pide por segunda vez que alguien compruebe el pulso de la encargada para que no cunda el pánico... Ben se dispone a hacerlo por inercia, camina entre la gente para intentar llegar hasta los mayordomos antes de que se llevaran a la mujer hacia aquella puerta "negra" - eeemh, perdón... esta bien? - les pregunta con el dedo indice en alto mientras camina con ellos - ...hola? - insiste - hablan mi idioma? ingles?... Italiano? - al ver que no respondían se para en seco, y se da la vuelta para aclarar en un claro gesto, encogiéndose de hombros que "Se la llevan" - no parecía muy... viva... - rebufa Ben para si mismo, bajando considerablemente el tono de voz - Epilepsia? - piensa - no, dijeron que gozaba de buena salud... - sigue pensando - el susto hay que admitir que ha sido bueno... quizá tan bueno que ha sorprendido a quien no debería... un paro cardíaco? - sigue, todavía en busca de alguna opción lógica.

Ben se vuelve a poner la chaqueta, lo que parecía que serian unas buenas vacaciones pagadas, se habían estropeado de repente con un posible muerto, a su vez por la posible bromita (o eso parecía) con la que quisieron impresionarlos - mas les vale tener un buen seguro, supongo... -.
Acto seguido, el italiano observa como la joven japonesa y el hombre de mediana edad, Yorgan, tanteaban la muñeca en vista de el tipo raro, Andy. Ben se acerca a ellos, y a la muñeca, mientras va recolocandose bien la chaqueta, sospechando también que algún tipo de mecanismo fallido o mal regulado por parte de la "estrella del espectáculo" había sido el causante del estropicio - manejarla con cuidado, si vuelve a activarse el grito nos romperá los tímpanos - les advierte, ya que a fin de cuentas, ahora también el estaba cerca...

Buscas hacer una llamada con el móvil pero parece no haber cobertura. Era extraño, pues antes había wifi. Ahora, el wifi tampoco funciona. ¿Será por causa de la muñeca?

Madre mía, es un montaje, se ve claramente, no puede haber muerto así como así. Mira de reojo a Efraín y a Kenneth y niega con la cabeza.

Se acerca a Hikari y se agacha a su lado.

- ¿Necesitáis ayuda con eso? - Se quita la chaqueta que lleva y la deja al lado suyo en el suelo.

- Qué mierda... - Masculló entre dientes la joven mientras miraba la pantalla de su teléfono. - Si es un montaje deben tener también un inhibidor de frecuencias, no hay nada de cobertura. Y el wifi tampoco funciona. - Anunció en voz alta, sin levantase del lado de April, esperando todavía su respuesta.

Su mirada se dirigía cada pocos instantes a los que manipulaban el cilindro de cristal tras el que descansaba la muñeca. Ojalá encontrasen algo con lo que poder demandar a esta gente. 

Después de unos minutos se van pasando los nervios y me tranquilizo un poco. No me puedo creer que tanta gente permanezca tan fría después de todo esto, se creen que es un montaje pero si les digo que no seguramente me tomarán por loca ¿Qué debo hacer?

- ¿Es-estás segura de que estamos incomunicados? -Digo mirando a la pelirroja.- Debo hablar con la embajada de Estados Unidos y... y...

Realmente no sé si debería hacer eso, intentar irme de aquí tal vez sería lo fácil. Huir del problema, pero una sensación de curiosidad me lo empezaba a impedir. Fijo la vista un momento hacía donde miraba Keelin y veo que se han empezado a acercar a esa muñeca maldita.

- No quiero quedarme sola... -Miro de nuevo a Keelin.- No creo que haya sido un truco, aquí pasa algo malo.

Me mantengo callado durante todo el tiempo. Sinceramente me esperaba una actuación mucho mejor después de ver todas las sorpresas anteriores que nos había preparado la anfitriona. Empezó bien con el toque de las lámparas con las muñecas pero no cabe duda que con esto acaba de bajar el listón. Espero que la próxima mejore algo más. 

Me acerco por detrás de Michelle rodeando su cintura con mis brazos. - Claro que no, nadie te hará nada malo. Solamente pretende asustarnos con bromas pésimas como esta, tranquila. - Me pongo a su lado dejando una de mis manos apoyada en su cintura. Acaricio su pelo dedicándole una grata sonrisa. - Los hermanos Poitiers nos encargaremos de que estés a salvo. 

Con el paso del tiempo Alicia se fue tranquilizando -Haber, respira hondo, piensa hay que pensar- miro a su alrededor y escucho las conversaciones de los que estaban a su alrededor -Si...eso es... tiene que ser...una broma una pesada broma- miro a su alrededor y sin mirar a nadie directamente empezó a hablar -¿Por..por que no..no miramos si el autobus aun sigue en la entrada?-  bajo la cabeza -Yo no quiero estar mas aquí y......no creo ser la unica-

luego de dormir mucho tiempo, quedarse ensimismado en su habitación por todo lo que había pasado ese primer día, Reuel por fin baja a compartir un poco con sus compañeros de viaje, no había hecho ningún amigo y eso lo frustraba, nunca había sido bueno para eso... Al momento de la visita guiada vio como todos estaban espectantes, tanto como él, sobre esta mujer y su peculiar museo de muñecas, las cuales estaban por todas partes, en las paredes, en las mesas, en las habitaciones, ¡EN LAS HABITACIONES!Es siniestro todo esto! No podía evitar sentir un poco de temor. Sintió mucho miedo al ver esa muñeca roja, su mirada vacía y cristalizada le decía un ser vivo encerrado allí hacía mucho tiempo, un ser que había sufrido demasiado, un ser con resentimientos, y no se le antojaba otra cosa al juzgar por el lugar en el que fue encontrada, pero cuando la estaban observando todos tan intensamente fue cuando pasó Pero qué demonios...!!!! Dios!!! Los gritos ensordecedores de la muñeca llenaban todo el lugar, y todos estaban tapándose los oídos para no escuchar algo tan aterrador, algo que les bloqueaba la mente, aunque parecía una broma de mal gusto por parte de esa estúpida anfitriona, igual no podía dejar de asustarse, siempre había sentido reticencia hacia las cosas que le provocaran miedo, temor o algún sobresalto en si mismo, no sabía como había sobrevivido a su carrera y a su vida misma, era un milagro la verdad. jajajajajajajaRió para sí mismo, esto se le antojaba un tanto graciosos, pero... Jajaja Estaba muy nervioso ¿Cómo podía alguien reír en un momento como aquel?, pero estaba demasiado nervioso, miraba a las paredes a las demás muñecas, como predisponiéndose a que estas hicieran lo mismo... Una de las mujeres del servicio se acercó a él y le dio un poco de té, y le frotaba la espalada cual niño pequeño, estaba muy nervioso;definitivamente todo lo que él había premeditado se estaba cumpliendo de alguna manera... Se sentó con el resto de sus compañeros de viaje. Su pecho seguía temblando al respirar....

Keelin frotaba suavemente el brazo de April mientras negaba con la cabeza. - Cobertura no tenemos, eso seguro. Y antes en la habitación comprobé que había wifi, pero ahora tampoco llega la señal. Quizá tengan línea fija de teléfono y podamos llamar desde ahí. - La joven suspiró y se dejó caer contra la pared, sentándose al lado de April. - Pero me temo que si se han tomado las molestias de usar un inhibidor y apagar el router, tampoco funcionará un teléfono de cable.

Desde esa nueva postura, con la espalda apoyada en la pared y sentada en el suelo, todo parecía cobrar otra dimensión, como si ambas fueran espectadoras de lo que sucedía. Contempló durante un instante a todas las demás personas del viaje, moviéndose de un lado a otro y la mayoría con la misma expresión asustada que debía tener ella también en el rostro. Se giró después hacia April y se esforzó por esbozar una pequeña sonrisa tranquilizadora. - Tranquila, no estás sola, somos un montón. - Dijo, haciendo un gesto hacia el resto de la gente. - Y si quieres me quedaré contigo.

Nadie quería estar allí, Amanda incluida. Habían presenciado un asesinato y nada hacía parecer que no podría volver a acudir. Algo asustada Amanda intentó hablar.

-Esto debería ser cosa de la policía, yo trabajo instalando sistemas de seguridad pero éstos están diseñados sobre todo para prevenir robos no para... para lo que sea ésto. En estos casos la policía es la única que puede ayudarnos. Quizá el hijo de la encargada sepa si hay teléfonos o si lo de la cobertura es normal.

Aunque no ella estaba segura de sus palabras. Había algo grande sucediendo allí, algo que no era agradable. Algo que ni la policía sabría como lidiar.

Reuel salió de sus pensamientos al escuchar a aquella chica de cabello color café o caoba que hablaba sobre llamar a la policía, ella tenía razón, deberían llamar a alguien que se hiciera cargo.
La miró a los ojos, tratando de snreír para calmar tanto su nerviosismo como el de ella, era obvio que nadie, por más valiente que fuera o que dijera que todo esto eran patrañas, nadie quería estar allí, aunque el solo hecho de una buena historia..hmmm.. le llamaba mucho la atención, ya había estado a punto de morir antes por algo así... un riesgo más no tendría problema...
ehh... Amanda, verdad?, Sería bueno hablar con alguien por fin... necesitaba hablar además...

Tras el grito que solte y pasados un par de minutos logré calmarme un poco, pero todavía tenia el susto en el estomago. Gracias a la ayuda de una trabajadora del hotel que me agasajo un poco la espalda, recupere el aliento. EL te que me ofrecieron me lo bebi de golpe como intentando quitarme de la cabeza la escena tan macabra. Apenas lo pude saborear y me pareció beber agua, aunque no dudo que fuera te de calidad. Doy varias inspiraciones antes de hablar y vuelvo a soltar aire. Nerviosa, mis piernas temblaban y mi boca no queria vocalizar ninguna de mis palabras.

Mire hacia donde estaba la muñeca y como la chica japonesa y el hombre mayor la examinaban en busca de alguna prueba. Mis nervios me hicieron que no escuchara bien los comentarios de la gente, pero sin duda capte que esto seria algo macabro organizado para tener publicidad y buscar clientes.

No sé por que pensais que ha de ser todo un engaño. No se si conoceis las leyendas sobre el alma de los muñecos, el cual gente que muere, su alma queda atrapada en ellos. Todo me parece tan misterioso como a todos, pero de seguro que no habra nada que pruebe que es un montaje. Estamos en un pais de leyendas, y todas las leyendas esconden algo de verdad. Ojala sea todo un engaño y podamos irnos mañana a  nuestras casas. Creo que seria lo ideal para todos.

Sin saber por que, me puse ha hablar sin parar. Quizas para apagar mi frustracion y presentiemientos sobre algo paranormal, pero no queria pensar en ello realmente. Sin duda en el grupo empezaba a haber disparidad de opiniones respecto a lo sucedido, pero no soportaba la gente que no creia en los misterios. Almenos viendolo como una excusa barata para engañar a la gente.

-No... No digas eso. Dijo Alec cuando Loren habó. El chico había empezado a calmarse con la idea de que era todo un engaño. Pese a encontrarse mejor, estaba visiblemente afectado, con los ojos llorosos y con el pulso tembloroso, aunque intentaba calmarse. Nunca había presenciado una muerte y aquella escena le había afectado más de lo que admitiría en alto. No puede estar muerta... Ha tenido que ser un montaje, las muñecas no tienen vida, no tienen alma...

La seguridad brillaba por su ausencia en el tono de Alec mientras miraba a la muñeca y a los que intentaban hacer algo con el cristal que la separaba de ellos, algo que no alcanzaba a ver. Yo no tocaría nada, puede que luego quieran investigar o algo si resulta ser verdad... lo mejor es dejar las cosas como están.

Sabía que sus palabras caerían en saco roto, ya que los mayores no acostumbraban a escuchar a los menores. Sacó el móvil para comprobar que no tenía cobertura y tragó saliva, cada vez más asustado. Quiero irme de aquí, esto empieza a darme miedo. Dijo, con un hilo de voz.

- Eso está mucho mejor. - Afirmé con una sonrisa conciliadora. La situación me superaba, pero si podía ayudar a mantener la calma lo prefería antes a ser parte de los que caían en el pánico.

Unos instantes después repasé con la mirada el lugar donde nos encontrábamos. Ahora, con la gente histérica e incluso gritando, la imagen era completamente diferente. No tardé en buscar con los ojos a alguien en concreto, y me sorprendió verle tan quieto y callado. Alguien menos tolerante que yo habría pensado en el moro de inmediato, dando por hecho que todo tenía que ver con él, pero el hombre parecía tan conmocionado como el que más. Aunque tampoco podía descartar que estuviese fingiendo, o extasiado. Con esa gente nunca se sabía por dónde podían salir. Sin embargo no parecía que fuese a intentar nada más por el momento, así que dejándolo de lado me acerqué adonde Alec se encontraba. Era evidente que el chico no estaba bien.

- Tranquilo. - Le dije al llegar. - Creo que ya están buscando cómo avisar a la policía. La gente está diciendo muchas cosas sin sentido, pero es normal: todos estamos bastante nerviosos. Tú no les hagas mucho caso. - Expliqué, maldiciendo mentalmente a todos los supersticiosos que no paraban de enredar más el hilo. Todos volvían a contar una vez y otra la misma historia, pero siempre añadiéndole algún detalle escabroso a la versión anterior.

Sara se quedó distraída en la habitación y por poco llega tarde. La encargada los recibió y les hizo una visita, y comentó que quería inmortalizarles en forma de muñeca. No era su estilo, pero era una artista como ella, y la respetaba. Ella también esperaba poder sacar una gran obra de toda esa visita, una vez regresara a su Escocia natal.

Entonces todo se descontroló. Hasta Sara se acojonó viva con el grito de la muñeca, aunque pronto recuperó la calma. - Joder con los japos, se habrán quedado atrás en el tema de hacer videojuegos, pero en animatrónics y pelis de miedo siguen siendo los mejores. - Observó la reacción de la mayoría, y hubo algunos comentarios que la molestaron.

¿Y que si todo esto terminase siendo un montaje? Quizás algunos de los presentes están tan acostumbrados, a viajar con todo pagado y en jets privados, que no lo valoran. Pero dado el gasto que han hecho, y dado que estamos de vacaciones, habría que pensar menos en demandas y más en dejarse llevar.  - Sara bufó mientras cruzaba sus brazos en jara - Este es el problema de la sociedad actual occidental. Ya creemos que lo sabemos todo, realismo ante todo, mostrarse como el más macho alfa, el más sabelotodo. - Sara negó con la cabeza - No es que las historias, películas de antaño fueran necesariamente mejores, sino que tenían un mejor público...

Tomando su té, Reuel no pudo evitar escuchar lo que decía esa chica Loren, que cosas las que pasaban en este mundo, y él solo seguía pensando en esa estúpida muñeca...
Alec....-dijo interviniendo en esa conversación a puertas abiertas en el hall donde se encontraban pero yo creo que Loren tiene razón, estamos es un lugar donde abundan las leyendas sobre los espíritus de las muñecas o los castigos a las almas... y aunque parezca mentira, hay que recordar que las leyendas se basan en hechos reales y que nada es imposible..
Se quedó mirándolos a ambos, era incómodo tener que estar en ese lugar, esa mujer había acabado de morir allí, a manos de una muñeca.... ¡pero qué cosa más ilógica!!,no dejaba de pensar en todo aquello, ahora sí que no dormiría tranquilo en su habitación, esta maldita muñeca lo estaría mirando, porque seguramente estaría maldita, con esos ojos cristalizados y vacíos pero a la vez tan llenos de nada y de muchas cosas al mismo tiempo...
Vamos..no seamos tan negativos... debemos de...trataba de darle ánimos al resto que estaba asustado, pero no encontraba palabras para sacarlos del shock de esa ASESINATO...

Y pensando en las ultimas palabras dichas por otro chico (Reuel) empiezo a supeditar opciones. Aunque me gusta el tema paranormal, no quiero pensar en ello. Mucho respeto le tengo y tengo miedo. Yo ya hace años experimente uno en mi familia... y me callo por unos segundos. Si conseguimos tratar de encontrar una lógica y ver que todo ha sido una preparación, podemos decir que es un asesinato. Podrá ser algo premeditado y ponernos a todos como testigos?

La verdad que ya había conseguido recuperar la compostura. Las manos y la espalda habian dejado de sudarme, y pude empezar a pensar mas cautelarmente. No me gustaba tomar iniciativas, ni tampoco empezar a coger ideas, pero quizas algo me impulsaba a hacerlo. Quizas mis remordimientos por mi pasado, y no querer ver la realidad me forzó a decir algunas palabras. A todo esto creo que el hijo nos debe alguna explicación. Su mirada parece esconder algún secreto que seguro resuelve el misterio de este asesinato. A pesar de estar en shock por lo de su madre, no me convence su comportamiento. Si, eso quería pensar, que fuera un asesinato premeditado, y que ahora llegaria la policía y resolvería el caso. Al más puro estilo Sherlock Holmes.

Contemplo el escepticismo que hay en la sala... es normal a fin de cuentas, no tienen ni idea de donde están. Realmente es todo muy confuso e incluso podría ser un montaje. Pero sería una casualidad dentro de otra, la verdad es que no sé me ocurre que hacer excepto contemplar el panorama. Miro a Keelin para decirla mi observación con un susurro:

- Que seamos tantos tampoco me tranquiliza, la gente cuando está nerviosa puede hacer cosas impensables. -Miro a algunas personas que permanecen totalmente escépticas, hasta demasiado tranquilas para lo que acaba de suceder.- Aunque ahora están la mayoría tranquilos es porque se han hecho su propia idea y en ella viven muy cómodos. -No puedo evitar escuchar mi propio tono, era intranquilizador y hasta a mi me sonaban raras esas palabras viniendo de mi.- Lo-lo siento, no quería ponerte nerviosa. Bastante estás haciendo estando a mi lado, gra-gracias.

Cuando escucho el discurso de la pelirroja, esa tal Sara, me quedo anonada ¿En serio da su discursito hipster en una situación como esta? Por favor, típica chica que se cree especial. Encima dice que creemos que lo sabemos todos ¿No se escucha a ella misma? Esos aires de superioridad podrían abrir hasta las ventanas. Frunzo el ceño mirándola tras su comentario, no quiero volver a perder los nervios esta vez con una tonta discusión que no va a llegar a nada.

El tema paranormal tampoco iba con ella, pero tenía ojos... y todos decían ver lo mismo así que no estaba loco.

-Sí, me llamo Amanda- le dijo al chico que pronunció su nombre- y ahora añadiría encantada si no estuviéramos en esta situación. No te ofendas, es que esta situación me supera.

No es que culpara al chico, si no a todo en general. Se sentía estafada y aterrada y la histeria colectiva no ayudaba.

-Yo nunca he estado "relacionada" con nada sobrenatural así que discúlpenme todos si no sé como reaccionar o qué hacer. Sigo pensando que lo mejor es esperar a la policía pero hasta entonces tenemos que hacer algo para garantizar nuestra seguridad. Y nuestra calma, para no empeorar la situación.

Era más fácil decirlo que hacerlo. Ella misma estaba cagada de miedo y era difícil que se calmara. Aunque si enloquecían todos sería peor... por eso tenían que esforzarse en no volverse histérico. por difícil que eso pudiera llegar a ser.

-Bueno sea o no paranormal creo que lo primero es intentar encontrar alguna respuesta y si es o no un montaje creo que la propia muñeca nos lo dirá.-Doble Y contesto a la voz de una mujer a su espalda mientras él continuaba manipulando aquel cilindro con cuidado para poder ver de cerca aquella muñeca y su posible engaño.-¿Las muñecas están vivas? Yo he vivido toda mi vida rodeado de la colección de muñecas de mi madre, la cual crecía día a día y nunca he visto que ninguna hiciera nada parecido y las tengo desde el tamaño de un zapato, hasta la altura de una persona humana. Simplemente algunas son inquietantes y eso juega a su favor para que mentes débiles sean controladas por sus propios miedos subconscientes.-Contesto sin quererlo, de manera automática a las supersticiones de los allí presentes.

-Señorita Hikari, ese hombre tiene razón, debemos tener cuidado de no hacer que chille de nuevo.-Ademas de que no quería hacerle ningún rasguño a algo tan bien confeccionado.