Partida Rol por web

-No espero encontrar el amor hoy, sería muy pretencioso. No soy enamoradizo a primera vista. Si ese amor surgiese un tiempo después me consideraría afortunado, pero no es algo que pueda adivinar hoy. Me gusta vuestra sinceridad. Pese a las palabras que oigamos hoy, es difícil que alguien haya venido a buscar el amor.- 

-Coincido completamente. Si hay que jugar, prefiero saber quién es mi oponente. Odio las sonrisas falsas que cuchichean a nuestras espaldas. Valoraré mil veces más a quien venga de cara, a quien sea sincero, aunque venga con intención de darme una bofetada- sonrió ante la idea. -Por desgracia dudo que las cosas sean así. Va a ser como una fiesta donde todo el mundo lleva una máscara y no sabemos quien hay detrás.-

Se quedó pensativo cuando Alyra le repitió la pregunta. -No es una pregunta sencilla. Es algo que llevo días preguntándome, y cuando pienso que sé lo que espero algo ocurre y me hace meditar de nuevo. Por ejemplo, la presencia del Targaryen es algo que no entiendo. Fuimos invitados a la fiesta como candidatos para casarnos con las hijas de Lord y Lady Vaelys. Obviamente es una buena oportunidad para nuestra posición, y prefiero que estéis con nosotros que con algún extraño de a saber dónde. Os conozco un poco y os tengo aprecio. Lo que más me gusta es cuan diferentes sois todas las hermanas.- sonrió. -También deseo que todos los Vaelys y sus empleados tengan un buen futuro. No deseo que el futuro Lord traiga a su gente y eche a los que llevan tiempo viviendo aquí.- Dudó un instante si seguir diciendo lo que esperaba de esta fiesta, pero si esperaba sinceridad también debía mostrarla. Tampoco le importaba demasiado que todo aquello se hiciese público, aunque no creía que Alyra se lo explicase al resto. La miró un poco más serio. -Y si es cierto que Ser Mordred viene con malas intenciones, quiero ser yo el que lo detenga. No permitiré que ese hombre os ponga una mano encima.

Escuchó a Lenia sin interrumpirle y con gran atención. El que ella demandase privacidad le hacía entender que era algo importante lo que deseaba decirle. Y a pesar de todo no esperaba aquello, le sorprendió y no pudo evitar sonrojarse un poco. Normalmente las damas no eran tan directas y eran ellos quienes daban un paso tan importante. Le cogió desprevenido, a pesar de que sabía que las hijas de Lord Vaelys no eran las típicas doncellas, ninguna de ellas, todas eran especiales y gozaban de una personalidad fuerte. 

Cuándo ella terminó Tyler le estaba mirando con ojos brillantes y serenos, con gran afecto. Sonrió un poco, pero no era una sonrisa como si todo aquello le hubiese resultado divertido, si no una sonrisa sincera y de cariño.

-¿Porque creeis que estoy más interesado en Alyra que en vos?- Le miraba directamente a los ojos.

-Sois la tercera hija, justo la de en medio- dijo asintiendo a lo que ella había señalado con orgullo - decís no ser tan fuerte como Astrid ni tan decidida como Alyra, pero acabáis de hacer una de las cosas más valientes y decididas que existen. Me habéis abierto vuestro corazón y eso hace que os admire aún más. Decís no ser tan divertida como Tabitha, y sin embargo a mi no me lo parece, pues estoy disfrutando mucho del día de hoy y os lo debo mayormente a vos. Es otra virtud la de ser modesta y la de admirar a vuestras hermanas la que poseeis. Pero la realidad que veis en vos misma no es la que vemos los demás, al menos yo.- Hizo una breve pausa y se acercó un poco más a ella.

-Es cierto que esta noche está en juego el futuro de la casa Vaelys, el vuestro y el de vuestras hermanas. El nuestro puede cambiar o quedarse igual, pero no por ello es menos importante esta fiesta para mí.- Tomó las manos de Lenia en las suyas con delicadeza - Es cierto que he podido conocer más a algunas de vuestras hermanas  que a vos, pero eso no cambia el hecho de que creo que seríais una esposa perfecta. El poder pasar estas horas junto a vos me ha hecho plantearme muchas cosas. Contraer matrimonio es una gran responsabilidad y una gran decisión, no deseo un matrimonio infeliz ni de esos que se rompen con el tiempo. Quiero a mi princesa a mi lado y en mi lecho siempre sonriente y con una mirada brillante, quiero, como vos, un cuento de hadas. Envejecer juntos sin importar lo que la vejez traiga consigo, tener hijos, poder compartir nuestras penas y alegrías sin temor a qué pensará el otro, porque si hay amor no hay sitio para la decepción.-  Bajó un poco la mirada, como meditando a cerca de lo que diría después, pasado un breve instante volvió a mirar a los ojos de la dama -Quizás sea un estúpido, pero comprenderéis que no puedo pedir ese sacrificio todavía. Esta noche conoceréis a muchos caballeros, y... bueno, muchos de ellos serán nuevos para vosotras. Como he dicho deseo una compañera para toda la vida y es por ello que no quiero cerraros las puertas a nuevas opciones. Deseo que conozcáis a los otros pretendientes, deseo que disfrutéis de la velada, y si después de todo estáis convencida de que sigo siendo valedor de vuestra mano volvamos a hablar.- Hablaba despacio, buscando las palabras, aunque temía que no encontraba la forma deseada de expresarse. No quería condicionar a Lenia en su decisión definitiva. Suspiró y sus ojos brillaban con una cierta tristeza, temor o nostalgia -Quiero que si contraigo matrimonio mi esposa esté convencida al cien por cien de que quiere pasar el resto de su vida junto a mí. Pues tampoco creo que pudiese vivir con un corazón roto- Si Lenia no había retirado sus manos del contacto con el caballero él estaría acariciando levemente su suave piel con uno de sus pulgares, en un movimiento casi inapreciable pero que el tacto delataba.

Parecían que lograban hablar en los mismos términos y llegado a similares conclusiones, tanto en juego, tantos enemigos.

—  Mordred, Targaryen, Edric... — levantó las cejas — solo por mencionar a algunos... — y tenía sospechas de que había algo podrido detrás de todo eso — ni siquiera sabemos cuántas son las serpientes que se esconden entre las flores, solo sabemos que están — muerde su labio inferior, avanzando hacia él, mirándolo, ahora sí inquisitivamente — y tiene un punto, seria mejor que "quedemos" en sus manos que en manos de extraños, pero tengo dos apreciaciones sobre eso... primero, son solo dos, y nosotras cuatro, asi que a menos que nuestros padres acepten la poligamia, creo que dos quedarían solas — se río divertida por la idea de matrimonios de tríos— y lo segundo, no me considero tan indefensa como para quedar en manos de alguien, pero agradezco la intensión — era imposible saber si lo decía de broma o no, pero era claro que no estaba molesta, al contrario.

— ahora bien — tomo un poco de aire y se puso más seria — tengo un problema con usted, y no digo que lo esté juzgando, como dije, comprendo ciertos intereses en esta fiesta, solo algunos, claro, pues no comprendo a nadie que busque lastimar a mi familia y mi gente, pero... si doy sinceridad, espero recibirla de vuelta, bajar las mascaretas, obviamente, así que le cuento...  me llegó el rumor de que a usted no le interesa realmente casarse con alguna de nosotras, sino que la fortuna y la posición, si logra casarse, ¿que tan cierto es esto? — no había un tono acusador, no, solo de mera curiosidad, después de todo, estaban hablando con sinceridad — creo que lo primero ya lo confirmó, pero lo segundo me falta dilucidar así que lo pregunto directamente, ser Bernard — dejó de mirarlo, nuevamente observando el arbusto con las pequeñas flores blancas, era un romero - adoro este aroma, ¿sabía que su flor significa sinceridad y es símbolo de buen agüero?  — cortó una rama y la pasó por su nariz, esperando la respuesta del ser.

-Sois de verdad directa. Parece que la gente no me aprecia mucho si dice eso de mí.- Bernard sonrió. No parecía afectarle lo que pensasen de él y le gustaba esa actitud sincera y de frente que tenía Alyra. -Creo que podría explicarme mejor. No me refería a que no busque el amor si me caso con vos o una de vuestras hermanas. La verdad es que tengo muchas ganas de conoceros más y pienso que esta fiesta es prematura. Me gustaría tener el tiempo suficiente para conoceros y que me conozcáis mucho más. Que no fuese una especie de competición. Dar tiempo a que lleguen los sentimientos.- Se sorprendió un poco al escucharse a sí mismo, pero Alyra era tan sincera que las palabras del caballero salían solas. -¿No pensáis que esto es prematuro? No dará tiempo a que conozcáis realmente a ninguno de los visitantes, ni que os conozcan. No nos invitaron para eso. Pienso que invitaron a muchos caballeros ofreciéndoles posición para asegurarse de que una de sus hijas era la heredera. Si algo le pasase a vuestro padre y ninguna estuviese casada, el heredero sería otro y la fortaleza no volvería a ser la misma.

Guardó silencio durante unos segundos. -Yo estoy aquí porque fui invitado y porque el tiempo que esperaba tener no es más una posibilidad. Si fuese por mí sería de otra forma, pero en la vida hay imprevistos que te obligan a decidir sin suficiente tiempo para meditar. ¿Será un beneficio para mí si me caso hoy? Sí, posiblemente será beneficioso para ambas familias. Sin embargo me gustaría tener más tiempo para que tanto vosotras como nosotros pudiésemos tomar la mejor decisión.

Dejó de estar tan serio y sonrió un poco. -Me alegro de que al menos os esté conociendo un poco más con esta conversación. Y espero que no os llevéis una impresión equivocada de mí.

era una conversación interesante, y la estaba realmente satisfaciendo, parecían estar de acuerdo en muchos puntos, más de los que en un principio se pudo prever. Se sentía gustosa, ahora solo faltan ver cómo le había ido a su hermana mayor, pero aquello no podía ir en perjuicio de su objetivo ¿o sí? En realidad no lo sabía, Lenia era como un pajarito, pero Tyler era un gran sujeto, sin embargo su expresión al verla la seguía incomodando.

— no hay tiempo — respondió rápidamente — por eso he dicho que esto no se resolverá por los sentimientos, sino por una decisión racional, con la poca información que se dispone, claro está — se acercó de nuevo al hombre y le prendió de su ropa la ramita de romero con las flores — solo del conocimiento puede derivar el amor, y cualquier amor, no solo el del que siente un hombre por una mujer, sino... la amistad — arregló su ropa, a pesar de la cercanía de ese gesto, no dejaba de ser un acto solemne — pero para eso no hay tiempo, usted muy bien dijo, la fortuna y todo pasará a manos de otro, y mi madre y mis hermana, incluyéndome, seremos lanzadas al viento — dio un paso hacía atrás.

— desearía que mis hermanas tuvieran La oportunidad  de encontrar el amor real, Lenia sobre todo que siempre lo ha soñado, — miró con ternura en la dirección que estaba su hermana — yo, en cambio, sé cuál es mi deber — su mirada se ensombrece por unos instantes, antes de volverlo a ver.

— no me llevo ni una mala o buena impresión de usted, como dije, a pesar de ser verdad ese rumor, no será muy distinto a los intereses de otros que vengan, así que tan terrible no.. no es, ser Bernard, pero he quedado confirme, espero que podamos forjar una amistad, sea lo que sea que fuera a pasar — le tendió la mano, sonriendo.

Bernard sonrió cuando le puso la rama de romero en sus ropas. Alyra le había explicado antes su significado y apreció ese gesto con gratitud. Asentir con la cabeza fue suficiente para demostrarlo, sin necesidad de hablar.

La mano de Bernard era fuerte y tenía durezas por el constante entrenamiento con la espada. A menudo estrechaba la mano con su hermano tras un entrenamiento y ambos apretaban para medir su fuerza, era como un juego. Sin embargo, en esta ocasión le dio la mano a Alyra con suavidad. No estaban midiendo sus fuerzas. Era un gesto de amistad. -Yo también lo espero. Confío en que será así- dijo sonriente. Parecía que esta conversación le había subido el ánimo. Había despertado interés y curiosidad en Alyra. -Espero que no os importe si en la fiesta me acerco a hablar con vos. Ahora sé a dónde ir para mantener una conversación sincera e interesante. Si hace falta apartaré a los hombres enmascarados que tengáis alrededor. A no ser que estéis interesada en alguno, claro- sonrió. Su tono bromista había vuelto. 

-Yo no he escuchado rumores sobre vos. Deseo lo mejor para todas vuestras hermanas, pero si permitís mi opinión, vos tenéis el porte para ser la señora de la casa. A pesar de que puedan surgir celos, creo que todos en la fortaleza agradecerían que fueseis vos la siguiente. Sincera, confiable y os preocupáis por todos ellos. Lady Alyra de la casa Vaelys- hizo una leve reverencia como si ya fuese la señora, sonriendo. -Sea o no el afortunado, sabed que tenéis aquí un amigo con el que podéis contar.

tomó con humildad aquellas palabras, no era el primero que pensaba que sería una buena señora de la casa, ni siquiera era el primero en decirlo ese día, pero debía calmarse, no volverse arrogante a pesar de los deseos de los demás y la miel sobre sus orejas, sino, muy distinta a Astrid no sería, aunque no podía evitar que su ego se encendiera, otro, alguien alejo la reconocía así, ¿por que su madre no lo hacía?. Al final todo se reducía a el aprecio que podía despertar en sus padres, Lord Rhys a veces le decía que entre sus gemas era la más valiosa, pero solo en contadas ocasiones y eso no le quitaba a Astrid su posición de heredera. A veces se cuestionaba si sus propias intenciones eran sinceras o solo obedecían a la competencia que tenía con la mayor de las hijas Vaelys, y había llegado a la conclusión de que era ambas razones, porque estaban íntimamente relacionadas, pues si Astrid fuera distinta, ella también lo sería. Ella sería libre.

Se estrecharon las manos, Bernard también pudo sentir la mano fuerte de la joven, una mano marcada por algo que él conocía muy bien. Una espada, aunque era obvio que en menor medida, al parecer tomaba medidas para que aquellas marcas no fueran tan notorias, pero ahí estaban. Era diestra. Alyra observó sus ojos, con esa sonrisita traviesa en los labios, esperando que hiciera algún comentario. Soltó su mano y las colocó sobre su regazo. Quiéralo o no, toda esa solemnidad y compostura lo había sacado de su madre.

— quizás sea el único que se me acerque, con esto marcando mi rostro, Ser Bernard — lo dijo en tono de broma, aunque era una gran posibilidad — y solo puedo agradecer el que me tenga en tan alta estima, la verdad es que solo quiero lo mejor para mi casa y su gente, incluso para ustedes, pues, su vasallaje depende también del señor que tome esta casa, por desgracia, a las mujeres no se nos tiene permitido gobernar y por tanto, su lealtad deberá ser hacia el extraño que se case primero con una de nosotras, y por eso dependen también de nuestras decisiones, y en este momento, quizás principalmente de Astrid, que es para mis padres la heredera por ser la mayor — no iba a decir nada más sobre Lady Astrid, aunque era obvio que no le profesaba cariño y no la incluía en su concepto de hermanas, ya lo había dejado en claro muchas veces, como para que ya lo fuera un hecho sabido.

— pero bueno, cambiando a temas más felices, ¿cuál de mis hermanas llama más su atención? — ya no era necesario  hablar de temas tan tristes, por otro lado Lenia no aparecía y Alyra se estaba impacientando, volviendo su rostro hacia dónde ella estaba, ¿se habrían ido?. Su madre ya debería estar impaciente por su regreso, y no sabía si ir por Lenia o no.

-¿Quién llama más mi atención? No es una pregunta fácil.- Se llevó la mano al mentón pensativo y sonrió. -Sin duda, tras esta conversación vos sois la que llamáis más mi atención. Seguramente pensáis que cualquiera diría esto sabiendo que solo vos estáis escuchando, pero lo digo de verdad. Aún así, imagino que querréis saber qué pienso de vuestras hermanas. Veamos...- hizo una pausa y finalmente decidió empezar por la mayor.

Astrid es una incógnita para mí. Muestra un gran entrenamiento en modales y parece que su vida haya sido encarada únicamente a ser la señora de la casa. Ese sea probablemente su objetivo. Es competitiva. No sé cuál es su verdadera personalidad, la que se esconde tras esa necesidad de destacar. Me gustaría saber cómo es en realidad, pero tengo la impresión de que tiene una coraza difícil de penetrar. Eso en parte es bueno, una defensa necesaria para alguien que gobierna. Decís que no se os permite gobernar, pero pienso que si Astrid es la primera en casarse va a dominar a su futuro esposo. Ella tomará las decisiones. Por otra parte, nunca sé lo que piensa realmente y he visto incluso a mi hermano cabizbajo tras hablar con ella. Aún me preguntó qué le habrá dicho. Pienso que Astrid será el foco de atención en la fiesta y ella lo sabe y le da confianza. Aquellos cuya prioridad en la fiesta sea gobernar, intentarán seducir a Astrid. Pensarán que si son el elegido tendrán muchas más posibilidades. Al mismo tiempo es arriesgado porque pueden acabar viviendo sometidos a ella y perdiendo la confianza en sí mismos. En definitiva, no la conozco para nada, y tengo la impresión de que seguiré sin conocerla por mucho que hable con ella hoy.

En cuanto a Tabitha, me parece muy interesante. Bromista, directa y no tiene vergüenza. Tampoco tiene miedo de decir lo que piensa. Creo que todas sois muy distintas, pero creo Tabitha es la que más se os parece de entre todas las hermanas. Creo que quien se case con Tabitha se asegura tener una vida muy entretenida.

Lenia parece una chica alegre. Le gusta quitar importancia a las situaciones incómodas y también salvar a sus hermanas de esas mismas situaciones. Parece un poco inocente a simple vista, aunque sospecho que en realidad es mucho más consciente de la realidad que tiene a su alrededor. Al menos eso espero, ya que no ser consciente de ello puede ser peligroso en un día como hoy. Es bastante coqueta y parece que va a por mi hermano.- sonrió.

Mira es muy pequeña y no la conozco para nada. Imagino que para una niña de su edad lo de hoy tiene que ser muy confuso. No se me ha pasado por la cabeza intentar nada con ella y tiene la posibilidad de ser una niña por más tiempo. No creo que se le deba arrebatar eso.

Pero vos las conocéis muchísimo más que yo. ¿Voy mal encaminado?

Amplía su sonrisa, mucho, y da un aplauso.

— muy bien hecho, ha realizado sus tareas, realmente las ha definido muy bien, a mis hermanas, aunque creo que le faltó mencionar el valor de Mira, un valor que aún no explota del todo, pero creo que nos dará a muchos una gran sorpresa — Mira, estaba preocupada por ella, y miró hacia la fortaleza, esperando poder saber pronto de ella.

— sobre el resto de mis hermanas, la verdad es que pienso similar de Astrid, aunque no sé si hay algo bajo la coraza de la que habla, ella ha sido criada para ser señora, mis padres la han enviado lejos por educación y claramente se siente segura, siempre lo ha sido — no necesariamente estaba hablando desde la admiración, pero reconocía que Astrid sabía como manejarse —  el asunto es saber cuanto ha aprendido sobre la corte —  y eso si que le preocupaba.

— sobre Lenia, pues... imagino que comenzó a hablar de caballos y de aves ¿no es cierto?, creí escuchar eso cuando me acerqué, le dije que hablara de aquellos temas, sé que Ser Tyler es amante de ambos... tuvimos una conversación, hace no mucho, en el último día de mi nombre, y compartimos sobre cetrería y el arte de la doma de caballos, creo que debí decirle algo más a mi hermana, para que pudiera hablar mejor, y no sólo dijera "me gustan mucho los halcones", pero me pareció adorable, realmente, y también creo que busca impresionar a su hermano, pero no entiendo por qué, ella, por sí misma, brilla sin tener que recurrir a otras cosas —   se perdió un poco en sus pensamientos.

—  Por último, Tabitha es la rebelde, altiva, como el viento, como una tormenta, debe ser la que más está sufriendo con todo esto, incluso si no está muy interesada en todo esto, es lista y sabe los peligros que se corren, — incluso si Astrid se hacía señora, no dudaba que Tabitha debía estar pensando exactamente lo mismo que ella.

— Ahora, no me ha descrito a mí, aunque es un poco impropio que lo pregunte tan abiertamente, a pesar de que ya me dijo sobre su preferencia, pero claro, tiene razón, no puedo negar que pienso que es solo porque estoy presente, así que me ha picado la curiosidad — pasó su dedo por su barbilla, y cruzó su brazo por su abdomen.

— ummm no sé si ir por Lenia, ya ha pasado bastante y tengo la corazonada que nos hemos tardado demasiado, madre podría estar buscándonos, — intentaba hacer que Bernard tomara la decisión de interrumpir a la pareja, pero quizás estaba como ella, sin saber que hacer con Tyler y Lenia.

Tenía confianza en que no iba desencaminado al describir a sus hermanas, pero la confirmación de Alyra le hizo sonreír orgulloso.

-Os describí un poco antes, aunque es cierto que no dije todo lo que pienso. Aprecio vuestra sinceridad. Me gusta vuestra curiosidad y que no temáis preguntar lo que sea. Me gusta conversar con vos, y aprecio vuestros gestos- señaló con su mirada a la ramita de romero que había puesto en su ropa. -Como dije, os preocupáis por vuestra familia, aliados y la gente de la fortaleza. También sois desconfiada. Ahora lo que diré son conjeturas, corregidme si no estoy en lo cierto. Tengo la sensación de que, si hubieseis nacido varón, habríais sido mejor guerrero que muchos de los que han venido hoy. Y eso que hay grandes guerreros entre nosotros. Quizá os hayáis preguntado en alguna ocasión cómo habría sido vuestra vida como hombre. No me malinterpretéis, no os infravaloro por ser mujer. Simplemente dudo que podáis dedicar tanto tiempo a la espada como nosotros. Tendréis ciertas exigencias como una de las hijas de Lord Vaelys que quizá no son lo que vuestro espíritu desea. Eso os puede causar inseguridad a veces.- Hizo una pausa mirándola a los ojos, como si la estudiara. -Tenéis manos de dama y de guerrera a la vez. Aunque no podéis hacerlo tanto como desearíais, practicáis con la espada. Queréis ser autosuficiente y no necesitar un protector si estáis en problemas, sois luchadora. Vuestras hermanas conocen vuestro potencial y es fácil que alguna tenga celos y os la pueda jugar.- Claramente hacía referencia a lo que le había pasado en la cara. -Hasta la candidata predilecta para el trono podría temer que le paséis por encima. Pero creedme, eso no es suficiente- le guiñó un ojo con una sonrisa simpática. 

-Hasta ahora he tenido a mi hermano para entrenar cada mañana. Por lo que estoy viendo tiene muchas posibilidades de no acabar el día soltero- alzó las cejas dando un par de cabeceos hacia donde estaban Tyler y Lenia, sonriente. No tenía claro que acabasen casándose, pero su hermano tenía un porte y posición que atraía a las mujeres. -Me encantaría tener a alguien con vuestro espíritu guerrero a mi lado. Sea como esposa o como amiga, yo podría entrenaros. Sed libre, sed fiel a vuestro espíritu- Mostró el puño cerrado en señal de fuerza para remarcar su última frase.

Cuando Alyra habló de volver con Tyler y Lenia, Bernard los miró. No tenía ganas de volver a hablar de pájaros, caballos y metáforas de amor. Pero era cierto que ambas tendrían cosas que hacer y demorarlas más podría causarles problemas. -Haré un gesto a mi hermano para ver si necesitan más tiempo.

Bernard y Alyra habían hablado durante un buen rato. En cierto momento el caballero miró hacia Lenia y Tyler intentando captar su atención. En cuanto su hermano lo miró, le hizo un gesto con la cabeza para saber si estaba listo o necesitaba más tiempo.

El hombre había leído lo que había deseado que leyera, se daba cuenta que realmente no tenía rumores sobre ella, de tenerlos, opinaría distinto.

— en algo se equivoca — levanta un poco su ceja derecha — soy mejor que muchos caballeros — y lo era, aunque era torpe en muchas cosas que se esperaba que fuera buena — un día, podríamos medirnos, porque temo que si hiciera algo así un día como hoy, mi madre me encerraría o peor — ríe, sin saber si pasaría realmente — aunque claro, el entrenamiento me agrada, ya sea como compañera o como amiga o como el destino nos diga, Ser Bernard, todo es una rueda de la fortuna, Quizás ni tantos planes detbamos hacer sobre el futuro — había una parte de ella que se mantenía pesimista sobre todo, si las cosas seguían como estaban, terminaría lejos, muy lejos. 

— aunque no se equivoca en algo, si me he preguntado mi suerte de ser varón, aunque quizás estaría muerto, así que no importaría el haberlo sido, por otra parte, de serlo, el saber usar una espada no me haría especial, me haría solo alguien más, — lo cual no era menos cierto, los hombres sabían de espadas, las mujeres, de costuras — y no sé si me quisiera de esposa, soy un desastre en la mayoría de las  labores que las damas saben ser diestras, aunque podría ayudar en derecho económico y admistración, no se pasa una vida en este lugar, sin aprender algo o por lo menos eso pienso — o quizás ni siquiera se aprendía tanto, no si no se invertía tiempo y esfuerzo en aprender.

— creo que aún hay una o dos cosas que no ha podido dilucidar de mí, pero no pretendo ocultarlo, con el tiempo y la amistad, podremos compartir una justa o una carrera de caballos, asumo que como su hermano, deben gustarle — se da cuenta del gesto que le hace a Tyler y los mira, esperando ver si se juntaba con ellos o aún les faltaba tiempo — odio interrumpir su momento, pero quizás vuelvan con buenas nuevas — se acerca al hombre para mirar hacia Lenia.

— por cierto ahora lo llamaré Romero, si no me molesta — el hombre olía a romero, al igual que las manos de Alyra. 

Se acerca a Bernard para mirar a la pareja y salir de los abetos en donde se habían puesto para darles intimidad, ella, por su parte, busca la mirada de Lenia para saber si todo estaba bien o si debían esperar, quizás deberían, Bernard y ella, ir directamente a las caballerizas.

Habrá que ser cautos con Eric, desde luego. Espero que entre todas mis hermanas, si tiene deseos de poder, intentará desposarse conmigo, pues soy la heredera. Pero, si conoce los detalles del testamento, irá a por cualquiera. Sólo espero que la educación que se nos ha dado haga de mis hermanas mujeres inteligentes, y sepan que él no es en absoluto la mejor decisión. sentenció sobre el joven bastardo. Lo mejor para todos es que él no hubiese nacido o no apareciera en esa fiesta, intentar llegar a acuerdos con él en el futuro... Pero a Astrid seguramente la suerte no le iba a sonreir.

He pensado mucho en mi posición, septón, y mi deseo de ascender y posicionarme cerca de la reina Lannister. Pero mucho me temo que no estoy en una situación de hacerlo de una forma tan directa. Cuando mi hermano y yo estuvimos allí, antes de que él enfermara, se nos tenía buena consideración. Incluso llegué a tratar con ella. Peor una vez que enfermó... La familia Vaelys somos como la peste, una enfermedad andante. O descubrimos y erradicamos la enfermedad, dándolo a conocer al mundo, incluso festejándolo, o todo va a ser imposible.

Sólo se puede hacer de manera indirecta. Mis hermanas son la clave, incluso la presencia de Ginevra también es fundamental. En esta fiesta he de hacer contactos políticos, conseguir intereses y maridos para mis hermanas... Pero siendo yo la primera en casarme. Si logro buenas relaciones, nos haremos un poderoso bloque, y los Lannister acudirán a nosotros, simplemente por el hecho de llegar a ser una fuerza que deseen tener a su lado. Mi casamiento con ser Tyler puede parecer de poco poder, pero desde luego es un movimiento táctico para mover mis piezas. reveló sus intenciones, considerando que la opinión del septón era válida, y quizá podría aportarle algo de luz a toda aquella situación.

El traidor también es algo que juega en mi contra. Nuestros vasallos ya conocen su presencia, estamos en peligro. Y la única manera de conseguir silencio es consiguiendo poder. No puedo desobedecer a mi padre y entregarlo a los Lannister. Habrá que esperar a conocer sus verdaderas intenciones para poder seguir actuando en consecuencia.

Dejó que el septón Tiziano continuara hablando de los dioses, y Astrid casi desconectó de la conversación, pues esa parte sí que era la esperada por ella. Pero las últimas palabras la llamaron poderosamente la atención.

¿A qué se refiere con las puertas ocultas, septón Tiziano? No logro entenderle.

Se le dibujó una amplia sonrisa cuando Alyra dijo que era mejor que muchos caballeros -No puedo esperar a veros manejar la espada. Pero entiendo que hoy no podrá ser.

-No me importa que no seáis buena en algunas labores comunes. Si os gusta la espada, eso lo compensa todo.- Rió -Además sabéis de economía y administración. Esas son las más importantes. El resto se puede delegar a sirvientes con experiencia.

-Sí, me gusta cabalgar y las justas sin lugar a duda. Pero aviso, soy bastante competitivo- sonrió de nuevo.

-¿Romero? ¿Acaso no os gusta mi nombre?- bromeó -Podéis llamarme como gustéis.- De hecho, podía ser divertido ver la expresión de otros invitados si le llamaban por otro nombre.

la pareja aún no los miraban, estaban entretenidos con lo que conversaban, de hecho ni siquiera podían saber como lucían sus rostros.

 — también yo soy competitiva — le aclara, mirándolo hacia arriba — deberíamos hacer una carrera con su hermano, él me debe una revancha, me ganó hace tiempo, pero solo por muy poco y porque yo cabalgaba a pelo, creo que Indómito se detuvo  en la carrera para no hacerme caer, así que... necesito medirme con igualdad de condiciones — sus ojos brillaron con intensidad, realmente hablaba en serio.

— Romero es un lindo nombre, pero sólo lo usaría cuando nadie estuviera, sino, creerian cualquier cosa, y no comprenderían la referencia — tomó otra ramita con las flores, y se la prendó en su vestido negro, la blanca flor resaltaba sobre aquella tela — vaya, aún no se dan cuenta que los estamos llamando, y también creo que mi hermana gusta de su hermano, — de hecho tenía la certeza de aquello — pero parecen estar hablando seriamente... quizás si hasta estén planeando la boda, ¿no? — bromeó, no sabía como sentirse en ese momento, estaba inquieta pero no podía dejar de sentir un dejo de alivio.

-Estoy seguro de que mi hermano aceptaría. Si esas fueron las condiciones, el resultado no es del todo válido. No me importaría hacer una carrera. Tyr no es el caballo más rápido, pero si la carrera se alargase pocos pueden compararse con su resistencia. Y no os recomiendo cruzaros en su trayectoria.-

Miró hacia Lenia y su hermano -No me extrañaría- se unió a la broma. -Quizá lo hagan incluso antes de empezar la fiesta. Ella es la siguiente en hablar con el septón, ¿no?

-¿Porque creeis que estoy más interesado en Alyra que en vos?-

Lenia hizo un mohín, nunca se había preguntado eso, en realidad - Pues ... no lo se, quizás es intuición - dijo confusa y algo nerviosa. Miró a Tyler a los ojos y se sonrojó apartando la mirada. 

 Alyra, pero acabáis de hacer una de las cosas más valientes y decididas que existen. Me habéis abierto vuestro corazón y eso hace que os admire aún más

Lenía alzó el rostro y sonrió orgullosa, sus mejillas, coloradas, le daban un aspecto dulce y su mirada llena de energía hacían que sus ojos brillaran con fuerza, se sentía feliz de escuchar esas palabras de boca de Ser Tyler.

 Es cierto que he podido conocer más a algunas de vuestras hermanas  que a vos, pero eso no cambia el hecho de que creo que seríais una esposa perfecta.

Lenia sintió que su corazón se llenaba de calor, ¿Ser Tyler podía llegar a pensar que Lenia podría ser una esposa perfecta?. Su sonrisa se ensanchó.

 Quiero a mi princesa a mi lado y en mi lecho siempre sonriente y con una mirada brillante, quiero, como vos, un cuento de hadas. Envejecer juntos sin importar lo que la vejez traiga consigo, tener hijos, poder compartir nuestras penas y alegrías sin temor a qué pensará el otro, porque si hay amor no hay sitio para la decepción.-  

- Opino exactamente igual, Ser Tyler - dijo mientras sentía que su corazón se aceleraba tanto que casi estaba hiperventilando.

 -Quizás sea un estúpido, pero comprenderéis que no puedo pedir ese sacrificio todavía.

La sonrisa de Lenia se apagó un poco, pero ella no permitió que se apagara, entendía sus palabras y sentía que Tyler en realidad se preocupaba de que ella estuviera segura, asintió con conformidad, le hubiera encantado saber que era la elegida, pero Tyler tenía toda, toda, toda la razón.

- Claro, lo entiendo - dijo asintiendo - Quizás sea una prueba más, porque si entre todos los hombres que pueda conocer, mi corazón sigue siendo vuestro ... significará que ningún hombre, jamás, podrá arrebatároslo - dijo con emoción.

Lenia sonrió feliz - Me ha encantado poder sincerarme con vos, Ser Tyler ... mi madre siempre dice que el pilar de un buen matrimonio, es una buena comunicación - sonrió y pestañeó, de forma coqueta - Gracias por entender mis miedos - susurró.

Habían ganado confianza y ambos estaban de acuerdo en los problemas principales, no tanto en las soluciones, pero él sabía que su lugar era a lo sumo el de un consejero, no era él quien tomaba las decisiones. Tras escucharla se sintió obligado a aclarar de inmediato la inquietud de esa mujer. - Las responsabilidades del poder nos hacen duros, y es algo necesario, de lo contrario no se podría gobernar. Pero en nuestro interior el corazón se encuentra solo, silenciado, censurado y ávido de un oído confiable. El mío está dispuesto si tienes un pesar que quieras compartir, ten la certeza que nadie jamás sabrá de ello, salvo los Siete, que ya lo saben en realidad- dijo, sabiendo que ella no era dada a compartir su interior con él. Pero sea cuales fuesen los ideales de Astrid, todos merecían la oportunidad de tener ese espacio de intimidad con los dioses, por medio de sus representantes, claro.

-Lady Astrid, Sir Taylor es una excelente elección. Sin embargo no estoy tan seguro que vuestras hermanas sean dóciles a tus pedidos, ya el hecho de lograr que no se casen con Eric lo consideraría una victoria. Si realmente quieres forjar esas alianzas y ganar el favor de la Reina, tendrás que asegurarte el vínculo con los Lannister y lograr que a menos una de tus hermanas este dispuesta a aceptar una relación con un noble de esa casa, de lo contrario tendrás que hacerlo tu misma. Por otro lado esta eso que se dice en los pasillos... si la vida de tu padre corre riesgos realmente, entonces no tienes mucho tiempo. Tal vez tengas que hablar claramente con las tres, si al menos una estuviese dispuesta a colaborar contigo entonces podríamos anunciar la boda esta misma tarde y asegurar tu posición antes que suceda una desgracia - excluyó a la menor de todas porque aún era una niña. No había tiempo, no era la salud de Lord Rhys el problema, sino la posibilidad de que fuese asesinado esa misma tarde.

- En cuanto al príncipe, entiendo que no quieras contradecir a tu padre. Pero si alguien lo encuentra, no habrá testamento que logre preservar tu liderazgo frente al Rey, todos seremos cómplices de traición. La Reina te verá con otros ojos si le entregas esa pieza en bandeja, tenlo por seguro. Tal vez los Risefeller podrían actuar por su cuenta, no os parece? Si ellos lo entregasen con tu consentimiento - sería mas adecuado decir que lo entregasen como exigencia para contraer matrimonio con uno de ellos - tal vez ni siquiera necesites a los Lannister para que todo el reino este hablando de ti. Es tan sencillo como un mensaje de un cuervo, y tendras a Desembarco del Rey de tu lado. No creas que te estoy poniendo a prueba con esto, no deseo que tus manos se manchen pero si que tu familia quede limpia, si vas a ser líder tendrás que corregir los errores de tu padre, y ten en cuenta que los Siete decidieron que sea Robert el Rey y no un Targaryen, no hago mas que poner en palabras lo que en hechos ya han expresado previamente- Esos jóvenes caballeros podían llevarse algo de crédito siempre que en el mensaje quedase claro que Astrid lo apresó, y él se encargaría de eso. Su padre no podría oponerse una vez enviado y hasta los invitados podrían verlo como un signo de fortaleza de la casa. Era política, y el Guerrero era igual de feroz en ese terreno que en el campo de batalla. - Si cambias de idea, ten presente que los cuervos están a unos pasos de la Capilla- dijo, y se quedó en silencio a la espera de lo que la dama quisiese agregar.

Astrid caminó al lado del septón un rato más, escuchando sus palabras, meditando, dejando que calara en su interior. Eran sabias, y entendía que su padre le tomara como consejero. ¿Escondería algún interés tras ellas? Sinceramente, eso no le preocupaba en esos momentos. Tenía asuntos que consideraba más importantes antes de hablar de posibles traiciones.

Creo que sabe bien que mi relación con mis hermanas no es buena en absoluto. Desde pequeña he visto claro mi objetivo y mis obligaciones, y voluntariamente he dejado mi infancia atrás a gran velocidad. Y eso es algo que ellas no han entendido ni me han perdonado. Soy como un monstruo entre ellas ni su voz ni su mirada denotaban dolor ni pena, todo lo contrario. Era su destino, y no le era desagradable mientras le quedase algo de fuerza para luchar por conseguirlo. Quizá a usted le hagan más caso. Tienen una concepción de casarse por amor, y eso... Bueno, creo que ni entre el pueblo es común. Las mujeres somos como bienes a negociar dijo, esta vez con algo de resquemor en su voz. Y eso es lo que precisamente estamos haciendo hoy nosotras. Pero ese debate no es algo que haya que discutir ahora abrevió, intentando evitar cualquier palabra sobre ese tema Si mis hermanas pueden llevarme la contraria, lo harán. De hecho, si pueden casarse antes que yo, lo harían sólo para hacerme enfadar sobre todo la bruja de Alyra Quizá a usted, alguien a quien tienen más aprecio, le hagan más caso.  Si no... dejo las palabras en el aire. Pero si tenía que casarlas por la fuerza, lo haría. Su padre, si seguía vivo, entendería sus movimientos tácticos

¿Cree que es loable hablar con ser Tyler antes de la fiesta? Ver si tiene interés por mí. No se si es algo de mal gusto para con los demás invitados. Aunque, desde luego, ninguno piensa conquistar mi corazón, si no mi casa...

Respecto al traidor, su idea es buena. Entregar al Targaryen nos daría apoyos en muchos lados, pues ha perdido la guerra y éste ya no es su lugar. Cuantos más invitados vengan, peor será todo. Se que los hermanos Risefeller no ven con buenos ojos su presencia. Quizá sí que podría hablar con ellos para que actuaran...