Partida Rol por web

Cuando Tyler llegó a la puerta la abrió y cedió el paso a Tabitha gentilmente. Cuando ella hubiese entrado él la seguiría de cerca, y si decidiese tomar asiento en algún lugar Tyler retiraría suavemente la silla para que la joven se acomodaste con su ayuda.

Esperaba poder sentarse a un lado de Tabitha y que su hermano se situase al otro lado de la doncella. Sin embargo, tras percatarse de la presencia de Lord Rhys se dio cuenta de que era bastante improbable que se dispusiesen de aquel modo. Estaba casi seguro de que Tabitha se sentaría junto a su padre.

También pensó en que él, por su noble cuna, podría tomar el desayuno en el comedor, pero dudaba de que los sirvientes no tuviesen otra opción que la de volverse a las cocinas y comer con aquel terrible olor. Que se sentasen a la mesa de Lord Rhys se le antojaba imposible.

Acompañando sus palabras con una reverencia dijo a Lord Vaelys al entrar:

-Buenos días mi señor-

Llegó detrás de su prima. Mientras caminaba mantenía el porte en la espalda recta, la barbilla alzada y los hombros hacia atrás, pero la delataba en su dolor la lentitud de sus pasos y como tenía que calcular cada uno para no apoyar su peso en la pierna que continuaba atormentándola. Cada pulsación le hacía apretar levemente los dientes.

No sabía si pasaría. Antes de partir tomó una infusión herbal, pero temía que su cuerpo necesitaba realmente reposo... y que no fuera casual el dolor y el día que este se presentó.

Al llegar, mantuvo su sonrisa serena e hizo una leve reverencia al lord y a su tío, más leve que de costumbre por su padecimiento físico, que venía a sumarse a la carga mental.

Gracias -canturreó cuando Ser Tyler Risefeller abrió la puerta del comedor y le cedió el paso. 

Se sorprendió al ver a su padre allí, cosa que no debería porque era su padre, era su comedor y era la hora del desayuno. Pero dadas las circunstancias no esperaba que estuviera allí. Se acercó a él y se inclinó hacia adelante. 

Buenos días, padre. 

No tomó asiento a su lado. Su lado estaba siempre reservado por su madre, y el otro lado por su hermana mayor, así que Tabitha solía sentarse en cualquier otro lugar de la mesa sin ningún tipo de favoritismo. Prefería, cuando había invitados, mezclarse entre ellos, era la mejor manera de ser partícipe de muchas de las conversaciones y/o escuchar historias de aventuras diferentes. Por otro lado, cuando estaba con sus hermanas, procuraba tomar siempre asiento entre sus hermanas Lenia y Mira. 

Así que esta vez fue a tomar asiento a cualquier sitio cerca de la comida pero no al lado de su padre, así pues, los Risefeller iban a poder flanquearla (por asombro suyo) y enfrente tenía a Marvin Curton, al que también saludó escuetamente. Mientras Ser Tyler apartaba la silla, pero, ella miraba a Ginevra. 

Ginevra, ¿te importaría ir a ver si mi vestido para la fiesta está ya terminado? -le preguntó con una ligera sonrisa- Gracias -esta vez agradeció a ambos: a Ginevra y a ser Tyler. 

Tomó asiento y esperó que se sentaran también los hermanos Risefeller antes de empezar a comer algo de fruta. 

El vestido de Tabitha hace días, por no decir semanas, que está terminado. Justo hace tres días se lo volvió a probar para el último ajuste y el último retoque. 

Nunca habría disimulado ante su padre, pues le daba más bien igual que la viera como la niña salvaje y alocada que era, con sus buenas migas entre el servicio, pero estaba guardando las apariencias ante los Risefeller y ante Curton. 

Lo del vestido no es más que una excusa para que Ginevra pueda ir a sentarse. Probablemente le hubiera preguntado ella misma, pero con los invitados por allí, no quiere exponerla a ningún peligro... Y tampoco es tan idiota como para exponerse ella misma. 

Se sintió satisfecho al ver que Tabitha no se sentaba junto a su padre. Simplemente porque así su hermano y él mismo podrían estar más cerca de ella y entablar una conversación más cercana. La fiesta empezaría más tarde, pero era estúpido no aprovechar las ventajas de las circunstancias lógicas.

Tomó asiento a la izquierda de Tabitha, cediendo el puesto a su derecha para Bernard, si él deseaba aprovecharlo. Esperó a que tanto ella como Lord Rhys empezasen a comer antes de probar bocado. Estaba muy hambriento, pero no sería por algo así que Ser Tyler perdería su educación.

Evan entró en la sala mucho más tranquilo. Tras lo sucedido y lo decidido por Tábitha no tenía nada más que añadir. Estaba satisfecho con cómo se habían solucionado las cosas, ahora la pelota no estaba en su tejado, sin duda.

Al ver a Lord Rhys le hizo una reverencia. Después hizo otra hacia el resto de los presentes.

-Buenos días a todos- 

Observó la sala. Algunos ya se habían sentado, pero no estaba seguro de hacer lo propio. Quizás lo más prudente sería dejar a los señores y retirarse a algún lugar más sencillo. Con todos estos pensamientos se mantuvo cerca de la puerta, simplemente supervisando que todo estuviese en codiciones óptimas y ver si podían necesitarle en algo. 

La peste que había en la cocina, ésa que olía a establo les acompañó todo el camino hasta llegar al Gran Comedor

La peste que había en la cocina, ésa que olía a establo les acompañó todo el camino hasta llegar al Gran Comedor

La peste que había en la cocina, ésa que olía a establo les acompañó todo el camino hasta llegar al Gran Comedor

Cuando los recién llegados llegaron al Gran Comedor, una terrible peste a cuadra inundó la sala.

Cuando los recién llegados llegaron al Gran Comedor, una terrible peste a cuadra inundó la sala.

Cuando los recién llegados llegaron al Gran Comedor, una terrible peste a cuadra inundó la sala.

Lord Rhys no pudo evitar fijarse en la sobrina de su mujer, Ginevra lucía cansada y agotada, como si hubiera pasado una mala noche, además parecía cojear y su aspecto no parecía ser el más adecuado para el día que les acontecía. Alzó la mirada para observarla con más detenimiento y miró con gesto extrañado. ¿Te sucede algo, Ginevra? Parece que hubieras dormido mal o en una mala postura. 

Tras aquella frase vio llegar a los hermanos Risefeller a su mayordomo y por último a su hija Tabitha. Buenos días. Saludó, y al verles miró directamente a Evan, su rostro pareció sonrojarse y parecer enfadado. No quería humillarle en público, pero el olor era más que evidente y no podía consentir que un día como ése el jefe de cuadras no estuviese perfectamente aseado. No si quería gozar de ciertos privilegios durante la fiesta. Esperaba que con su mirada de desaprobación fuese suficiente para que se diese por aludido.

Al ver como su hija daba órdenes a Ginevra, él no tardó en hablar con Evan. Deberías decirle a Fiona y Gwen que vayan a despertar al resto de mis hijas, y también a mi señora. Es hora de desayunar y no me gusta esperar. Cuando estemos todos dad la orden de que sirvan el desayuno.

El olor dio a John en las narices.- ¡Pero a que mier...!.- no termino la frase, se llevo la mano a la nariz. No es que fuera sensible para ciertos olores pero no se esperaba que el salón oliera de esa manera. Pensó que alguien había estado gastando la broma de meter mierda de caballo debajo de las alfombras.
Con la mirada recorrió la sala esperando encontrar a su señor. Debía conocer el estado de su invitado, era su deber, despues se encargaría de averiguar a que demonios olía aquella.

Al ver la expresión en la cara de su señor comprendió que no esperaba verle allí, aunque siendo el mayordomo no resultaba tan ilógico. Quizás se había equivocado al detenerse. Lord Rhys debía estar nervioso por la fiesta inminente y todo lo que suponía, y lo que menos necesitaba era ver a Evan aparentemente rezongando.

-Se hará de inmediato-

Respondió a su señor, y haciendo una reverencia justo antes de salir por la puerta desapareció con paso ligero.

De todos modos Lord Rhys pudo apreciar que las ropas de Evan estaban aparentemente limpias, y sus botas sin una mota de polvo. Cosa muy inusual en él. De todos modos unas ropas limpias no aseguraban que el hombre se hubiese bañado.

Bernard entró en la sala y llevó su mirada a Lord Rhys. Asintió levemente. -Buenos días.

Sonrió al ver que su hermano se sentaba junto a Tabitha. Decidió sentase a su derecha. -Con permiso- Luego añadió en voz más baja -Parece que ese olor nos acompañará allá donde vayamos- se inclinó hacia adelante para ver a su hermano -no olvidaste asearte esta mañana ¿verdad?- bromeó manteniendo una amplia sonrisa. Bernard respetaba a su hermano más que a nadie y en su tono era obvio que no pretendía ofenderlo, especialmente ante Lord Rhys y Tabitha.

Estando a solas era más tentador provocar a Tyler. De pequeños era común que llegasen a las manos, generalmente por culpa de Bernard. Tyler solía aceptar las gracias de su hermano, así que Bernard había necesitado bromas más pesadas para provocar la pelea. Ser capaz de romper la calma de su hermano era un reto y estaba orgulloso de haberlo conseguido varias veces. Ahora ya tenían una edad, pero le gustaba rememorar esos tiempos. Desde el punto de vista de Bernard esas peleas les habían hecho mucho más cercanos.

Sonrió levemente ante el comentario de su hermano. 

-Pues la verdad es que me he bañado a conciencia. Aunque por desgracia solo he podido usar tu jabón, espero que no sea por eso- Dijo siguiéndole la broma.

A continuación observó al resto de los presentes. Lord Rhys parecía algo tenso. Aún faltaban el resto de sus hijas y Lady Myriah. Suponía que no empezarían a comer hasta que ellas llegasen. Desde luego no probaría bocado si no empezaba Lord Vaelys.