Partida Rol por web

Ceber Fanuin (sindar: El pico de la Noche nublada)

Escena III: el camino de vuelta

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12/01/2012, 10:02
Huinen el Vidente

Los criados de Huinen traen ricos ropajes a los aventureros para que, una vez refrescados de su encuentro con los attercops, atiendan a la cena convenientemente ataviados.

A la hora marcada, en el Gran salón se ha dispuesto un banquete principesco, como sólo los elfos pueden preparar, con todo tipo de manjares y bebidas dispuestos artísticamente para resultar, además, placenteros a la vista.

Cuando llegáis se encuentran allí Ringlin y Arien, así como otros  sirvientes de alto rango de Huinen. Todo el mundo permanece en pie a la espera de la llegada del anfitrión.

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12/01/2012, 12:28
Emeldur (hombre del bosque de las tierras Ásperas)

Me vino muy bien un baño ligero y ropas nuevas, un cambio de mentalidad dejando atrás la lucha.

El banquete era digno de elogios, y el hambre que sentía mucha, pero había que ser correcto y cumplir las costumbres, así que en pié junto a mis compañeros esperé a la presencia del anfitrión.

Supuse que nuestro cometido aquí había finalizado y que no tardaríamos en volver para explicarle a Radagast lo acontecido.

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12/01/2012, 13:53
Menelcar (Hombre del Bosque de las Tierras Ásperas)

¡Al fin llega la hora de la cena!
Tras una heroica lucha contra los malditos hilos de seda que se me han pegado por todas partes, logro obtener un aspecto mas o menos presentable.
Lo que en mi caso quiere decir que una vez aseado y limpio, casi parezco un individuo normal.
Echo un vistazo a las ropas que se me han ofrecido y no puedo evitar arquear una ceja. Me cuesta contener una carcajada pensando en como me van a sentar unos ropajes tan finos. Aunque claro. Siendo como soy, dos elementos de mi habitual equipo, me acompañan cuando al fin salgo de mi habitacion.
Mi cinturón del que cuelga mi hacha larga y mis botas de recio cuero negro. Limpias pero cómodas.
De camino hacia el gran salón en donde somos esperados, termino de cuadrarme la barba y cuando al fin atravieso el umbral del mismo, vuelvo a arquear una ceja a causa de la sorpresa.
Pues ante mi, se halla una mesa con una pinta realmente suculenta. Y no puedo evitar que una leve sonrisa se me dibuje en el rostro cuando distingo tanto jarras de hidromiel como un barril de vino a un lado de la mesa con su espita y todo.
Si. Ante estos detalles, mi sonrisa aumenta.
Doy un paso al frente e inclino la cabeza ante nuestros anfitriones. Me giro entonces y tras un gesto de saludo a Emeldur el cual yo diría que piensa lo mismo que yo sobre el banquete, aunque lo disimula bastante mejor, me coloco a su lado esperando que aparezcan el resto de mis compañeros.

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12/01/2012, 15:22
Till Hornblower (hobbit de la Comarca)

La "aventura" había dejado al pequeño hobbit un poco atontado. Aún no salía del estupor; si realmente alguno de sus compañeros hubiera dejado este mundo, él no podría haber hecho nada.

Esos pensamientos negros lo acechaban, mientras caminaban de vuelta, mientras le presentaron las ropas - que agradeció amablemente -, incluso ante la comida. Solo le apetecían una media docena de bollos, algo de bebida, un par de jarras, fruta, carne... vamos, nada para un hobbit hecho y derecho. De hecho, podría empezar a perder kilos. Su falta de apetito era preocupante.

Pero su mirada estaba ausente, y su humor agrio, mientras esperaba a Huiden junto con los demás.

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12/01/2012, 15:57
Borgil (elfo del bosque Negro)

Borgil estaba de pie, con el rostro inescrutable, mirando por una ventana que daba al Oeste.

Tula, vasa ar' yulna en i'mereth*, se le oyó murmurar en élfico, pero con un deje amargo.

Notas de juego

*Venid, comed y bebed, participad de la fiesta.

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18/01/2012, 10:45
Huinen el Vidente

Al cabo de un momento aparece Huinen, con su aire despistado habitual, aunque hoy parece algo más despejado.

He conseguido hablar con Aiwendil, dice como de paso. Muchas cosas han pasado desde que me refugié aquí, prosigue.

Puede que sea el momento de actuar de forma más decidida, pero debo estar seguro de que la amenaza ha pasado. Vosotros habéis de retornar a Rhosgobel, por lo que pasaréis cerca de Amon Lanc, que vosotros conocéis como Dol Guldur. Me gustaría encargaros una misión, con la que el propio Aiwendil está de acuerdo.

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18/01/2012, 11:07
Emeldur (hombre del bosque de las tierras Ásperas)

Reinaba el aire pensativo entre mis compañeros, incluyéndome yo, la cena transcurría sin novedad hasta que Huinen se presentó de nuevo.

Para mi sorpresa nos propuso una nueva misión, esta vez en Dol Guldur, aquella fortaleza me daba escalofríos.

- Vos diréis en que consiste la misión, si Aiwendil está de acuerdo, entonces podéis contar conmigo… - Pese a mis temores, el deber por encima de todo.

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18/01/2012, 15:17
Menelcar (Hombre del Bosque de las Tierras Ásperas)

La cena se desarrollaba en un ambiente solemne sin duda alguna, con un ruido de fondo.
Las conversaciones, quizás a causa del ambiente, no parecían desarrollarse de manera muy natural, pero el ruido de fondo seguía.
Nuestro anfitrión al fin aparece y nos comenta sus temores. Y el ruido de fondo continuaba.
Y cuando el vidente elfo, menciona Dol Guldur, la torre de la Hechiceria conocida y temida por todos, al fin cesa el ruido de fondo.
Y allí sentado, en el fondo al otro lado de la sala, dejo al fin la jarra ya vacía de Hidrimiel y doy por terminada mi cena.
Me repanchigo en mi silla y me limito a observar directamente a nuestro anfitrión mientras Emeldur le contesta. En ese breve espacio de tiempo, puedo darme cuenta de nuestro vidente particular, tiene un aire mas activo comparandolo con el que tenia en nuestro ultimo encuentro. Y eso es algo que me complace sin duda.
Por tanto, cuando Emeldur ha replicado, considero que es mi turno de hacerlo. Vuelvo a echarme hacia delante y con el codo izquierdo apoyado sobre la mesa, permitiendo que los dedos de mi zurda jugeteen con la jarra ya vacía digo.
Una nueva misión que cuenta con el beneplácito del propio Radagast el pardo y que ya ha sido aceptada por uno de los mios. Misión que, de propina, nos llevara a las cercanías de la maldita Torre del Nigromante.
Asiento decidido y concluyo.
Por supuesto que yo formare parte de esa misión. Indudable es que los días se oscurecen. Y yo ni pretendo saber ni entender los motivos de este oscurecimiento. Eso se lo dejo a mentes mas agudas que la mía en estos menesteres.
Al decir esto, me permito hacer un leve gesto hacia nuestro anfitrión con la zurda mientras inclino levemente la cabeza.
Pero lo que si se, es que ya toca empezar a hacer algo por nuestra parte para tratar de poner remedio a esto. Y si el remedio en cuestión necesita de una buena dosis de hachazos, yo encantado.
Y solo tras la ultima frase, únicamente tras esta frase, me permito sonreír mientras mi zurda, como si tuviera voluntad propia, ya se apresta a agarrar mi jarra de nuevo.

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19/01/2012, 15:57
Arien

La joven y bella asistente de Huinen, que hasta entonces ha estado escuchando con displicencia, interrumpe diciendo: Maestro, de verdad creéis que estos... aventureros van a estar a la altura de la misión que les encomendáis? Se me acierta a pensar que corren el riesgo de acabar delatando al Enemigo la ubicación de este refugio, y todo ello para complacer un capricho del mago Pardo.

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19/01/2012, 18:08
Emeldur (hombre del bosque de las tierras Ásperas)

Mi compañero humano se mostró favorable a llevar a cabo la misión, de hecho se mostró más entusiasmado que yo.

Levante una ceja por el comentario de la elfa, pero no dije nada, era tan bella como irrespetuosa, por suerte yo tenía más tacto como para responder a esas necedades.

No obstante me mantuve atento a la conversación y a lo que podía responder Huinen, pero realmente mi temer era lo que pudiese responder nuestro amigo el enano.

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19/01/2012, 19:28
Menelcar (Hombre del Bosque de las Tierras Ásperas)

Tras haber demostrado mi entusiasmo por la nueva misión, andaba yo sirviéndome mi segunda jarra de Hidromiel, asombrado de su excepcional calidad, teniendo en cuenta el lugar en donde nos hallábamos, cuando por toda la sala, se puede escuchar la voz de la compañera o discípula o lo que fuera de Huinen.
Sus palabras vuelven a producir un silencio bastante incomodo. Y por mi parte, de momento, no ayudo a romperlo no.
Estoy ocupado catando mi segunda ronda de hidromiel.
Y una vez adecuadamente catada, dejando la jarra temblando sobre la mesa, me limito a arquear una ceja de muy buen humor mientras observo a la compañera de nuestro anfitrión.
A media voz, mientras vuelvo a repanchigarme en mi asiento, me limito a decir.
Nada temáis señora. No se halla sentado ante vuestra presencia ningún Maeglin precisamente.
¡Ah!. ¡Que esfuerzos me exige el mantener la compostura!.
Y mirando con ojo critico a mi jarra, tomo la decisión de darle un descanso. Que nunca se sabe por donde puede uno acabar liado cuando el alcohol de alta calidad, acaba por producir su efecto.

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19/01/2012, 20:01
Arien

Cuando quiera tu opinión, edain, te la pediré, replica la elfa, que se va enfureciendo por momentos. Pero mientras hablan los adultos, los niños deben permanecer callados.

Luego se vuelve hacia Huinen y prosigue su discurso, con  apasionamiento: mi señor, yo digo que es peligroso encargar a niños misiones que son para hombres, y... 

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19/01/2012, 20:08
Menelcar (Hombre del Bosque de las Tierras Ásperas)

Y si. Mi sonrisa aumenta al escuchar la inevitable replica de la dama en cuestion. Sin necesidad de alzar la voz pues no es necesario y sin cambiar de postura siquiera, me limito a replicar.
Cuando me complazca dar mi opinión, eldar la daré. Si no te gusta, ya sabes lo que toca. Y como parece que alguien no parece haberse enterado de cierto detalle, añadiré ahora que los mayores, ya se han pronunciado.
Y aquí llega otro trago de hidromiel. Decididamente, me resulta difícil contenerme en tan grata compañía.

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19/01/2012, 20:14
Borgil (elfo del bosque Negro)

En ese momento Borgil, que hasta entonces no había rechistado, se levanta y, con voz tronante dice: 

Ed' i'ear ar' elenea! Dina!*

¡Soy Borgil, hijo de Barapher y de Gwenniel! ¿A quién estás llamando niño, mujer? ¡Llevo luchando contra el Enemigo desde mucho antes que tú nacieras, y puedo oler la cobardía en tus palabras. Mankoi lle uma tanya?** Estos que me acompañan, ya sean edain, naugrim o periannath han demostrado más valor enfrentándose a las arañas del bosque que tú, que jamás te has molestado en salir de aquí sin una escolta, y por ninguna otra causa que hacer una cortesía a tu señor. Así que, si lo que tengas que decir no es más bello que el silencio, ¡permanece callada o te haré callar yo mismo!

Notas de juego

*¡Por el mar y las estrellas, cállate!

** ¿Por qué haces esto?

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19/01/2012, 20:15
Menelcar (Hombre del Bosque de las Tierras Ásperas)

Notas de juego

Vaya. Nos hemos cruzado. ¿Es que ya no funciona el aviso que te impedía escribir cuando un compañero lo estaba haciendo?. Si mi texto incordia por estar en medio, no te cortes.

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19/01/2012, 20:31
Director

Notas de juego

No, está bien, lo que hace ahora es que no borra el mensaje concurrente sino que lo pone después. No importa.

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19/01/2012, 20:33
Menelcar (Hombre del Bosque de las Tierras Ásperas)
Sólo para el director

Notas de juego

Entendido. Sin problemas y sigamos con lo nuestro entonces.

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19/01/2012, 20:36
Director

Notas de juego

¿Qué te parece el tono para Borgil?

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19/01/2012, 20:37
Menelcar (Hombre del Bosque de las Tierras Ásperas)
Sólo para el director

Notas de juego

¿A mi?. Hombre, las frases perfectas. ¿Personalmente?. Lo de tronar en medio de la cena, quizás exagerado. Solo ciertos noldor "Feanorianos" todos ellos, tronaban.
Se les daba un par de leches para callarlos y listo.
Ah, pero es que resulta que a mi, precisamente a mi, Feanor y similares, no me caen muy bien no. Y se que se me nota.
Por tanto, no estoy excesivamente capacitado para juzgar el tono hombre. Si es que el frikismo me pierde.
Je,je,je,je.

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19/01/2012, 21:13
Emeldur (hombre del bosque de las tierras Ásperas)

Se me paró el bocado con las contundentes palabras de nuestro compañero Borgil, yo no me hubiese atrevido a hablar así, al menos no sin mucha confianza como para hacerlo.

Tras tarde un pequeño golpe en el pecho el bocado por fin bajó por el esófago, y di un trago a mi jarra para acabar de ayudarme con los alimentos.

Permanecí en silencio pues estaba en casa de invitados y no lo hubiese considerado un trato de respeto por mi parte, sin que se me hubiese preguntado la opinión.