Partida Rol por web

Me acerco a los hombres para intentar acallar sus rumores. Vamos vamos... dejad hacer al Doctor. Está loco pero es bueno en su trabajo. Y recordad que en cualquier momento puede que una pieza suelta, una bala perdida, o lo que sea os hiera. Y querréis que ese hombre esté a bien con vosotros. Les guiño un ojo y les sonrío.

Dejad que se divierta con su nuevo juguete. Yo me encargaré de deshacernos de esa... cosa.

Ahora... ya sabeis... esto no es un descanso cualquiera. Estamos en territorio hostil y actuaremos como tal.

Montad un perímetro defensivo, montad las armas pesadas. Vigilad los alrededores. Y tratad como a invasores de la madre Rusia a todo lo que se acerque.

Si no podía calmar a los hombres, al menos la rutina los mantendría ocupados. No había nada peor que tener a la tropa ociosa.

Me abstraje del exterior, ya que estaba haciendo la autopsia del animalejo, con todos los problemas que me está dando prefiero hacerlo bien y terminar lo antes posible...

Tal vez fuera el hecho de que el buen doctor quisiera diseccionar al conejo, aunque no parecía estar disfrutando de ello ya que se cubría el rostro con un pañuelo y pese a eso se notaba que se movía con pequeñas convulsiones debido al olor y lo que estaba observando.

Sin embargo las palabras del teniente Fyodorov consiguieron que la tropa se pusiera en marcha y dejarán de mirar mal al doctor, aunque continuamente las miradas acaban en él. Por contra el encontronazo entre triepinov y el comisario Petrovich había hecho saltar chispas, y aunque algún soldado apoyará al recién llegado frente a la actitud del comisario nadie se atrevió a mostrar de que parte estaban, aunque las miradas iban más dirigidas hacía los miembros del TASS. Estaba claro que este viaje no iba a ser una misión fácil de superar pero parecía que le echaban las culpas a ellos. Al fin y al cabo en el cuartel del ejército rojo se estaba mejor que aquí.

Entre los preparativos, revisar el lugar y las conversaciones frente a un fuego compartiendo un poco de vodka pasa rápidamente algo más de una hora mientras los dos conductores terminan de revisar el camión averiado. La avería parece haber sido causada por una filtración al motor, con esta baja temperatura el hielo se filtra en el interior del motor estropeándolo. Mientras terminan de picar el hielo que se colado y preparan un trozo de tela para cubrir el hueco empezáis a recoger el campamento improvisado.

Vistos que había que esperar y con intención de relajarme un poco por lo sucedido, me acerqué a donde se encontraba el doctor. Era algo bastante desagradable, busqué también un trapo y lo humedecí con nieve o agua antes de ponerlo delante de mi cara. Al menos mi improvisada mascarilla evitaría parte de los malos olores. No dije nada por no romper la concentración del hombre, que si bien me parecía un poco desquiciado lo que hacía, al menos parecía profesional.

Un temblor recorre mi cuerpo, he vivido años, me considero un hombre frío y cínico. Y por unos segundos he estado apunto de derrumbarme ante esta abominación... pero ¿Que demonios es? Un conejo deforme por la radiación no, su estructura es demasiada rebuscada, demasiado "diferente", demasiado anormal. Mi escarpelo tiembla por unos segundos mientras fragmenta sus "órganos" y llega a la médula. No, esto no debería poder estar vivo en un mundo cuerdo... pero ¿Acaso no estamos todos un poco locos?

Siento la presencia de Alexander y con la voz con un profundo temblor le espeto:- No se acerque... Maldita curiosidad tengo.- Lo tapo con el trapo con lo que había liado antes y levantandome busco la gasolina, en tanto que mi mano busca alcohol para entumecer mi mente:-  Quemare los restos y si quiera hacer preguntas, mi respuesta es ..., prefiero pensar que he tenido una pesadilla vivida.- 

Los soldados parecen calmarse ante la idea de quemar al bicho. Uno de ellos, el soldado raso yuzhlez se acerca rápidamente con la lata de gasolina para ayudarle al doctor en lo que quiere hacer.

Asentí a las palabras del doctor – Si, lo mejor será quemar “eso” – Aunque me inquietaba la reacción del doctor, debía de haber visto muchas cosas en su vida y pese a todo se le veía afectado.

Como no faltaban voluntarios para deshacerse del conejo me acerqué al vehículo con problemas por si allí podía echar una mano y reemprender el viaje cuanto antes.

Petr miró cómo preparaban la hoguera con el "conejo" y se detuvo unos momentos en la expresión perturbada del médico. 

Sacudió negativamente la cabeza y volvió a lo suyo sin decir nada, pero con semblante preocupado.

 Yuri observaba silenciosamente la escena. Se le veía pensativo, abstraído en sus propios pensamientos. Reacciona al escuchar el comentario del doctor y acude con fingido interés a presenciar la quema del "animalillo".

 Métase en sus asuntos- dice al pasar al lado de Petr en tono neutro.

-Cuidado. Mis asuntos son el interés del Partido y la Patria, y mi próximo "asunto" puede ser usted.- respondió de manera tajante Petr, acostumbrado como Komisario a oír todo tipo de amenazas cada vez que se presentaba un problema, por nimio que fuera, que resultase en enfrentamiento de diversos mandos.

 Pese a escuchar la amenaza Yuri continua avanzando sin detenerse, haciendo caso omiso de las palabras del comisario y evitando así llevar a palabras mayores la disputa.

Dugov se mantuvo al margen en todo momento, tanto de la disputa entre Petrovich y Triepinov como de las insinuaciones que hacia su superior al comisario. Nikolai nunca había sido de meterse en disputas, siempre salia perdiendo. Era mejor desaparecer a tiempo o esconderse detrás de alguien mas fuerte. Aun que al final siempre le caían los palos a el.

Mientras la gente acababa de arreglar los camiones Dugov volvió a cargar todo en su sitio, sin mediar palabra con nadie e intentando pasar desapercibido para que lo ignorasen se subió a donde antes estaba y se quedo quieto, esperando a que arrancasen de una vez.

Mientras intentaba echar una mano en el motor, pero era imposible no seguir de reojo lo que sucedía con mis compañeros y el comisario. Pero por el momento no quería buscar más problemas. Lo que quería era llegar cuanto antes a la Central, ver si el problema era puramente técnico, que lo comenzaba a dudar y largarme.

Me aseguro de que la criatura arda y que todos los hombres lo vean. A ver si se podían calmar de una vez. Sin embargo me preocupaba bastante lo que pudiese haber encontrado el buen doctor. Ya hablaría con él en otro momento.

No pude evitar darme cuenta de que los ánimos entre el camarada comisario y el camarada Kopolev. Si algo había aprendido es a no enojar al comisario político del partido. Solían disparar y luego argumentar. Además de que sin saber por qué, tenía la sensación de que el camarada Kopolev había comenzado la disputa...

Soldados. Todos a los camiones. En cuanto la avería esté solucionada nos pondremos en marcha. Recoged todo.

-Doctor. Cuando termine con eso quisiera tener unas palabras con usted.- dijo Petr mirando a Vissarion con una sonrisa.

Camarada comisario, si no le importa, me gustaría estar presente -murmuro al pasar a su lado.

-Claro que si, teniente. Esto nos atañe a ambos.- respondió Petr al pedido de Grigor

Después de incinerar el conejo, ya algo más calmado, todavía rumiendo sino habrá sido una broma de la naturaleza o ... mejor no pensarlo giro la caveza hacía Petr Petrovich y afirmo:- Por supuesto, cuando quieras.- Sabía que me esperaba una regañina por alterar a los hombres, aunque la simple visión del "conejo" ya había tenido ese efecto.