Partida Rol por web

De algún modo de repente se encontró contemplando el círculo de compañeros, todos ellos malditos. No eran amigos pero, de algún modo, todo aquello les unía. Aún cuando no habían hablado, cuando no tenían nada en común. Por algún motivo se dio cuenta de que estaba dejando de pensar que estaba solo en aquello. Las penurias unían a la gente. Por eso, un grupo de perfectos desconocidos podía encontrarse allí y beber juntos.

- Me parece bien - por una vez, se dio cuenta de que estaba sonriendo, algo extraño en su rostro serio y distante.

A pesar de que le gustaban las competiciones, aquella no era una del tipo que se tomaría en serio. No, Alain en todo caso disfrutaba de aquellas que le suponían un reto. Y aún así, ahí estaba una chispa de entusiasmo. Tal vez, la primera en mucho tiempo.

- Si así empezamos la noche, me pregunto cómo acabaremos.

Ver que todos los demás parecían unirse a aquella competencia... ¿Sana? Relajó un poco el rostro indiferente de Réamann ya que se veía dispuesto a convivir aunque él no parecía que participaría. Comenzó a menear su hidromiel en el vaso sin beberlo, mirando  a Garlan cuando se soltó a reír por el comentario de Stella y poco a poco, se decidió que siempre sí bebería, se le notaba en su mirada un destello de reto, deteniendo su atención en el caballero cuando éste les recordó la apuesta de la última vez.

-Tranquilo. Esa noche todos teníamos cosas más importantes que hacer, ¿no es así?-inquirió con un gesto que, aunque fue breve, concordaba con la de un rostro joven que disfrutaba del momento. Incluso parecía que el chico no tenía la maldición que le acarreaba y todos fueron testigos de ello luego de la fiesta-. Bueno, no quería beber pero... creo que siempre sí lo haré. Y esperemos que acabe bien, Alain.

Una sonrisa fantasmal apareció para corresponder al gesto de la pelinegra, luego recorrió su atención a los participantes y sin decir nada, dio el primer sorbo sin detenerse y sin tomar tiempo, así como Hogward. Al terminar suspiró y dejó el recipiente vacío esperando a que le sirvieran la segunda. 

Y así, sin más, Réamann declaró lo siguiente.

-Voy a perder-mientras sus mejillas comenzaban a adquirir color y suspiraba profundo-. Obviamente, aunque esta no sea la que me trajo Aed, con solo probarlo se que es de mi barril más antiguo, de más de cinco meses. Entre más se deje pasar el tiempo, su sabor cambia y...

Oh, vaya. Réamann comenzó a dar un discurso sobre la hidromiel y cómo prepararla. ¿Tan pronto se había visto afectado por el alcohol?

Si capturar seres mágicos le había llevado a contraer la maldición, esperaba tener que liberarlas, pero eso no había ocurrido, tampoco les había ayudado (que ella supiera), pero bueno... Lo que sí sabía era que quizás, sólo siendo ella misma, la maldición acabaría por deshacerse poco a poco - supongo que, ser yo misma...

Comiendo sus postres, miraba como se desarrollaba l competición, sin duda ganaría ella porque ellos tenían pinta de ir a emborracharse a lo grande.

¿La bebida sería aquello que les sacase de aquel humor sombrío en el que se habían sumergido en esa última semana? La verdad, nunca había sido una gran amante del alcohol y lo había probado en contadas ocasiones, mucho antes de llegar a la taberna. Pero cuando Stella la miró con seguridad diciendo que no dejarían que ganasen los chicos, no pudo evitar asentir y sumarse a aquella competición. - Prometido, no les dejaremos. - 

Mientras más bebía, mas temblaba su muñeca y sus mejillas se enrojecían. Poco a poco comenzó a mostrar claros signos de ebriedad aunque eso le hizo esbozar una sonrisa. - Esto está delicioso. Pero no por ello me rendiré - Respondió y escuchó con atención a Réamman, cuya charla ahora le resultaba interesante. Pero ahora se podía ver como desviaba su mirada hacia la puerta sin ningún tipo de sutileza hasta que al final optó por levantarse con cierta dificultad. Había perdido y ni siquiera se había dado cuenta.

- Voy a ver si Parfait necesita ayuda. - Dijo antes de avanzar hacia la puerta con cierta estabilidad, había algo de torpeza en sus pasos pero de momento no parecía que fuese a caerse.

Cuando llegó hacia la puerta no pudo evitar devolverle una mirada desafiante a su hermano mientras se colocaba al lado de Parfait, tenía claros signos de ebriedad pero su mirada desprendía seguridad, o al menos estaba segura de que estaba enfadada. Se cruzó de brazos y miró a su hermano. - ¿Que sucede aquí, Parfait? - Normalmente Fiorella era más correcta y educada pero... estaba borracha. Podía pasar cualquier cosa. 

Hogward ya se estaba sirviendo el segundo vaso de hidromiel. Al chico no le importaba la competencia o lo que fuera que estuvieran diciendo, solo quería seguir bebiendo para ver si podía dejar de pensar, al menos por un tiempo. Sin dudar un momento, Hogward termino, vaso tras vaso de un solo empujón. Cuando estaba terminando con el último, un hilo de hidromiel se le escapó por un lado de la boca recorriendo su camino hacia abajo hasta perderse entre sus ropas.

Las mejillas del peliblanco ahora si estaban notablemente enrojecidas y su vista poco a poco empezaba a vidriarse. -¡Heey! aun no he terminado....jeje- dejó escapar una pequeña risa al final. Esto no estaba tan mal, las cosas empezaban cada vez a verse sin importancia. Además la hidromiel no estaba tan mal. Hogward se sirvió un sexto vaso antes de vaciarlo en su boca mientras se dejaba caer de espaldas sobre una silla -Haaaaaa- dio una gran exhalación.

-No sabe mal esta hidromiel- dijo Hogward mirando el fondo de su vaso para ver si había dejado aunque sea una gota -Pero dices que hay mejor ¿De donde decías que era? ¿La taberna de Aed? Debería pasarme por ahí uno de estos días ¿donde queda?-

Waltz se veía confundido ante la respuesta de Rin. Parpadeó un par de veces y la miró aún más confundido - No comprendo. ¿Debes ser tú misma para romperla? Porque no sé si tiene sentido. ¿Qué ha sido diferente entre lo ocurrido el día de la fiesta y los demás días? - seguía un tanto confundido y esperaba una respuesta de la chica.

Mientras tanto, la competición se desarrollaba con cada uno bebiendo lo que le correspondía, aunque Hogward parecía dispuesto a seguir bebiendo. El efecto se hizo notorio con cierta rapidez, mientras Réamann parecía estar contando la historia de la hidromiel con soltura... O al menos así lo escuchaba en su cabeza porque su lengua comenzaba a enredarse. El mismo Garlan tomó el último trago y dejó caer pesadamente el vaso. No sin antes mirar a Réamann con reproche y las mejillas sonrosadas, pero sin duda el alcohol no era el causante de esto. Al menos no aún. Cayó junto a Hogward, ya que sentarse no era una expresión adecuada para lo hecho por el espadachín, y le contestó a su pregunta con un tono de voz considerablemente alto - Es la taberna que queda a las afueras de Caelfall. Pero no, no, no. No querrás ir - y rió para luego acercarse con una sonrisa traviesa y decirle "en secreto" -. Réamann tiene uno de esos barriles y no quiere compartirlo - y rió otra vez mientras servía otro vaso para el peliblanco y para él. Al igual que otro para Réamann. Parecía tramar algo.

Stella se veía bastante bien, a diferencia de Réamann cuyo tono de voz y mejillas sonrosadas delataban su estado. Alain era el segundo que mejor se veía, aunque esto no implicaba que el licor no hiciera mella en los vencedores. Técnicamente, las chicas vencieron gracias a Stella. ¿Qué seguiría ahora?

Fiorella se paró con decisión y se retiró de allí, pero lo que normalmente habría sido un trayecto en línea recta, se había convertido en todo un laberinto para la chica. Era bastante notorio que trataba de no mostrar lo ebria que se encontraba e incluso su mirada luchaba por mostrarse seria. La ganadora podía dar órdenes según lo pactado. ¿Compartirían el premio Stella y Alain?

Mientras caminabas, el camino se te hizo especialmente largo y, cuando por fin estabas junto a Parfait, te estabas yendo hacia los lados de manera casi involuntaria. Con tanta firmeza como tu estado de alto alicoramiento te lo permitía, te cruzaste de brazos para mirar a Dante... O mejor para tratar de enfocar a Dante. ¿Acaso tenía algo esa hidromiel? Porque estabas bastante ebria.

La mirada de Parfait y Dante cuando llegaste fue de estupefacción. El mismo Dante parecía dejar su enojo a un lado y te miraba incrédulo - ¿Fiorella? ¿Qué... qué te pasó? - y te miró de pies a cabeza. Al pararse de frente a ti pudiste ver lo mucho que te tambaleabas, ya que su figura era borrosa y se movía de un lado al otro. Parfait suspiró - Tendré que reprender a Garlan por esto. Pero creo que recuerdas a Dante, ¿verdad? - sonreía tan amable como podía.

- Lady Parfait, ¿a esto se refiere? No puedo creerlo. ¿Cómo permite algo así? - y aunque no era tarea fácil enfocar el rostro de tu hermano, por su tono de voz sabías que estaba molesto. Te tomó de los hombros para tal vez "obligarte a no moverte y habló" -. ¿Cómo puedes ser tan irresponsable? - y no parecía dispuesto a soltarte, por más que Parfait le pedía que lo hiciera.

Fue un simple momento de curiosidad, aunque tal vez era preocupación, pero te giraste hacia Fiorella para seguir su trayectoria hacia la puerta. Estaba completamente borracha. No debías conocerla mucho para notarlo, y aunque también estabas con cierto grado de alicoramiento, estabas claramente mucho más lúcido que ella.

Esta se cruzó de brazos mirando a alguien con severidad mientras que este molesto la tomaba de sus hombros con algo de brusquedad para mantenerla quieta. Le estaba hablando fuerte a Fiorella, casi como si estuviera molesto con ella.

Réamann interrumpió su verborrea acerca de la hidromiel cuando Hogward preguntó sobre el barril que había dado Aed y que Garlan sugirió que no se fuese a ver al lado. El peliblanco negó con vehemencia con su rostro completamente sonrojado y... ¿molesto?

-No... no.. nooooo. Nadie va .... beber esa hidromiel. Nooo-aunque se veía bastante afectado por el alcohol, daba la sensación de que no era la primera vez que se emborrachaba así-. ¿Qué no veeeen que faltaban Karma y Deloraaa?  ¡No estamos todos! ¿Cómo compartiremos la mejor bebida si... si....? ¡Falta gente!

El vaso que le dio el ex-caballero se lo tomó sin dudar, exhalando profusamente mientras veía el estado de todos, quedándose viendo demasiado obvio a Alain y Stella. Se levantó con bastante torpeza y tomó el lugar que había dejado Fiorella. Tenía una sonrisa de oreja a oreja a la vez que reía levemente.

-Bueno, estamos a su..... merced-¿Se le había olvidado esa palabra? Aún así no se veía inquieto o preocupado-. Stella, ¿vas a dejar que te... quiten tu oportunidad? Créeme... en serio, créeeme... ahora soy completamente tuyo-tomó su mano y le dio un beso a la palma. De ahí, comenzó a reír y cerrar los ojos recargado en el asiento. 

Parpadeó cuando le preguntó si recordaba a Dante. - Claro que lo recuerdo, pero ese no es el problema, Parfait. - Pese a que estaba borracha, la maldición no le permitía decir más. 

Las manos de Dante hicieron que se estremeciera por un momento cuando la sujetó por los hombros, pese a que todo le daba vueltas, su furia hizo que no tolerase la crítica hacia Parfait, y más de él que nunca había sido un ejemplo. - Dísculpame pero creo que no eres nadie para criticar a Parfait. Además, somos libres de celebrar las fiestas que deseemos en la taberna. No estamos abierto al público. ¿Por qué crees que tienes autoridad sobre nosotros? - 

Levantó la mano hacia Parfait mientras la escuchaba tratando de pedirle a su hermano que la soltase, tratando de alcanzar su hombro, tranquilizadora. - Tranquila. Sólo es... un bocazas. No te preocupes. Estoy bien - 

¿Cómo iban a acabar...? Stella, de todo lo que pudo imaginarse, no creía que acabarían de esa manera. Para su sorpresa, estaba bastante sobria aquella vez. ¿Habría desarrollado alguna resistencia al alcohol? Con sus mejillas ligeramente sonrosadas y unos aires más alegres, Stella no pudo evitar reír un poco al ver el estado en el que Fiorella se había puesto, así como Hogward y el mismo Réamann. Que hablase sobre hidromiel estando borracho no le sorprendió, era algo que hacía sin estarlo. La verdad, la reacción de todos era graciosa. Con cierta complicidad miró a Alain, siendo este el único que parecía estar medio sobrio además de ella.

—Creo que el premio... —iba a decirle algo, pero la repentina actitud de Réamann la sorprendió. Su primera reacción fue... reírse, pero cuando lo vio llegar torpemente a donde ella estaba, para luego decirle eso y besarle la mano... Rápidamente apartó la mano, sintiendo su corazón acelerarse. Se había ruborizado un montón y estaba muy avergonzada— No creo que el premio sea algo importante, ¿no? —miró a Alain, intentando ignorar por un momento al borracho de Réamann— Deberías ir con Fiorella... No se ve muy bien —volvió a mirar a Réamann y se ruborizó un poco más. En verdad la había dejado sin mucho qué decir—. Pues si harás lo que diga, apenas termine la fiesta vete a dormir... Borracho —se había escuchado molesta, pero en realidad no lo estaba. De hecho, estaba bastante divertida... pero muy avergonzada. No se le ocurría qué otra cosa decir.

Seguramente, las fiestas de la alta sociedad habían preparado su estómago y le habían proporcionado aguante, pues era bien sabido que los negocios, con unas cuantas copas de por medio, fluían bien... siempre y cuando fueras quien mantenía la mente más despierta. Fuera como fuera, se quedó contemplando cómo sus compañeros se veían afectados por la bebida. Réamann parecía de lejos el más gracioso, pues su aura fría y distante había sido sustituida por una verborrea que versaba entorno a la hidromiel. Aunque debía decir que su acercamiento hacia Stella logró provocarle una sonrisa divertida, a la par que la chica se ruborizaba furiosamente. Hogward también parecía más dispuesto a relacionarse con los demás, aunque curiosamente la conversación daba vueltas a lo mismo. Fiorella, que parecía de las más perjudicadas, se marchó dando tumbos.

Alain, por us parte, miró a Garlan primero para terminar por dirigir una sonrisa a Stella. Aunque se sentía algo mareado y achispado, aún se sentía dueño de sí mismo al igual que esos dos. Se apartó de la mesa, tambaleándose un poco antes de reafirmar su equilibrio.

- Según cómo lo utilices...disfruta de tu premio, Stella, creo que un poco de vergüenza hoy puede irle muy bien mañana. Si no se te ocurre nada, pídele ayuda a Rin. Estoy seguro de que esa cría sabría animar el ambiente - dijo, con tono divertido, dirigiendo una mirada significativa a Réamann. Todos necesitaban desmelenarse un poco. Que la chica le tomara el pelo un poco a Réamann, de forma bienintencionada, no le haría daño a nadie. Su mirada se perdió por donde se había marchado Fiorella, asintiendo a las palabras de Stella -. Voy a ver qué tal está Fiorella. Me da que el alcohol no es lo suyo.

Sus ojos habían seguido a Fiorella con cierta preocupación cuando la había visto tambalearse, según parecía en busca de Annice. Sin embargo, no había planeado seguirla. No había sido algo inmediato, ni siquiera premeditado, pero dos factores hicieron que acabara por decantarse por hacerlo. El primero, había sido que Stella misma le había sugerido hacerlo para asegurarse de que la chica estaba bien. El segundo, cuando un desconocido la había tomado por los hombros en un gesto que parecía cargado de agresividad.

Alain acostumbraba a ser una persona comedida, poco dispuesto a meterse en donde no le llamaban y menos cuando olía a problemas. Incluso si se hubiera decantado por hacerlo, su participación se habría mantenido en tonos tranquilos y miradas displicentes. Pero estaba cambiando. Y, por más que se sintiera controlado, el alcohol siempre daba impulso a emociones que normalmente se mantenían silenciadas.

Así que cuando llegó, no preguntó. Cuando llegó, le dio un empujón al chico, provocando que soltara a Fiorella, y se puso entre ellos, con la intención de defenderla de quien, para él, era su atacante.

- ¿Estás bien? Ni se te ocurra volver a tocarla así - gruñó, con más ferocidad de la que se creía capaz, mientras miraba al chico de arriba a abajo en busca de armas -. ¿Quién se supone que eres? ¿Cómo has logrado entrar aquí?

-¿Eeeeh? ¿Y por que no? No hay nada más noble que arriesgarse por una buena bebida ¿no crees?- dijo animadamente. Cuando oyó lo del otro barril, a Hogward se le encendieron los ojos -¿En serio? ¿Donde esta?- preguntó el peliblanco mientras se levantaba algo tambaleante. Pasandose la lengua por los labios se dirigió a la bodega para buscar el otro barril.

-Baaah que importa, solo serán unos tragos- Hogward hizo caso omiso a las quejas de Reamann -Ya tomaran cuando lleguen- El joven no parecía enterado de ninguna competencia y mucho menos de que había perdido una. Ahora lo único en lo que pensaba era a que sabría el hidromiel de Aed

Fiorella no se veía asustada. De hecho, parecía estar confiada. Justo cuando llegó Alain con ella para apartar al pelirrojo de un empujón, la mano que la chica tenía sobre la de su "agresor" se movió. Parfait se sorprendió, pero ese pelirrojo de mal carácter no parecía sino enojado. Realmente no despegaba la vista de Fiorella.

- ¿Autoridad sobre todos? Oh, no. Solo sobre ti, cría malagradecida - dijo con un tono bastante mordaz. Cuando Alain se hizo en medio, el chico parecía listo para golpearle o algo, pero entonces Parfait dio un paso al frente y empujó al chico por los hombros.

- Oigan, oigan. Por favor deténganse - miró entonces a Alain asombrada y a Fiorella -. ¿Cómo fue que...? Olvídalo. Luego lo hablaremos. Él está aquí porque yo le pedí que viniera. Su nombre es Dante Van Hauber y era el invitado que esperaba y que corrió una suerte parecida a la de Claire contigo, Alain. Por favor, solo cálmense todo. Y tú, Fiorella, ten cuidado. No te sostienes del todo sola. ¿La sostendrías por favor, Alain? No quisiera que se lastimara - y se giró hacia Dante.

- Él es Alain, otro de los residentes aquí en The Marchen. Si vas a quedarte, deberás calmarte - y luego se giró hacia Fiorella -. Aunque creo que lo mejor es que vuelvas mañana temprano. Ella no parece en condiciones de prestar la atención debida y tal vez no recuerde la mitad de lo que hablaremos. Puedes quedarte aquí si quieres, pero tendrás que pagar tu estadía - rió el hada como si no estuvieran a punto de pelearse.

Dante escuchó a Parfait y a medida que el hada hablaba, su rostro se relajaba, su postura se destensionaba y su porte se hacía más dócil. Chasqueó la lengua molesto y luego dijo - Está bien. Volveré mañana - se giró de medio lado para detenerse un momento y señalar a Alain -. Y tú, más te vale que no te sobrepases - y se marchó.

Parfait suspiró mientras el pelirrojo se alejaba sin pausa, pero sin prisa. Ni siquiera se giró para mirarlos por última vez. Solo siguió su camino. El hada los miró - Eso fue intenso, ¿verdad? - sonreía tranquila como si nada de aquello hubiera pasado. Momentos después miró al chico - ¿Por qué no vas con Fiorella al bosque cercano a caminar un poco? Tal vez el aire fresco le ayude a espabilarse un poco - parecía una sugerencia, pero la intensidad de la mirada de Parfait lo convertía casi en una orden. Le guiñó el ojo a Alain y se quitó del camino para que pudieran salir a dar esa caminata.

Alain se había marchado para ir hacia donde había ido Fiorella antes, y ahora los dos estaban lo suficientemente lejos como para no escucharles.

Apenas Réamann mencionó a Delora, Garlan se echó a reír, pero de manera bastante exagerada - ¿Dijiste Delora? Oh, ya veo - y golpeó a Réamann en la espalda con la suavidad que le permitía su estado de alicoramiento, que realmente no era mucha -. Admítelo. Solo es que te gustan las mujeres mayores - y en ese descuido del pelinegro, el otro peliblanco ya se había puesto de pie para ir por la hidromiel de Aed. Garlan reía mientras mantenía sus mejillas sonrosadas por completo. No es que se encontrara del todo en sus cabales. Fue tras Hogward esperando alcanzarlo.

- ¡Yo sé cuál es! - gritó con la clara intención que cierto ex-caballero escuchara su declaración. Se dirigió a la parte donde Réamann guardaba las cosechas especiales y no volvió hasta después de un rato con vasos servidos para todos. Si Réamann quería detenerlos, tendría que regar los vasos ya servidos. La pregunta podía ser: ¿cómo le había hecho para servir todo eso y llevarlos sin derramar una gota? Bueno, la única explicación era "experiencia".

Tras dejar la bandeja, fue por Hogward a la bodega y lo sacó del cuello de la camisa para sentarlo junto a Réamann - Ahí está. Todo tuyo - y se reía mientras seguía cruzado de hombros.

Junto a una silenciosa Rin, Waltz suspiró - Era innecesario, ¿no crees, Garlan? - pero este no parecía atender a las palabras del joven de ojos escarlata.

En la bodega, Garlan te explicó que la cosecha especial de Réamann tenía un lugar para guardarse y te convenció de jugarle una broma al hombre aficionado a la hidromiel. Tomarían solo un vaso de la reserva de Aed y servirían los demás de otra reserva vieja. Si él ganaba, podría decidir qué hacer. Si no, todos beberían de la cosecha especial. Además, te dio un vaso de la cosecha especial en secreto, pero te dijo que no dijeras nada. Habría cuatro vasos y solo uno de ellos era de la hidromiel de Aed que ya habías tenido el placer de probar.

Sin duda, era la mejor. Más espumosa, más suave y muchísimo más fuerte que las demás.