Partida Rol por web

 El grupo muestra un aspecto, en general, bastante malparado. Varios de vosotros muestra alguna u otra herida fruto del asalto de los hombres bestias, a parte sir Tymos muestra claras muestras de profundas heridas. Y, entre los brazos de Rod, descansa el cuerpo inconsciente de la mujer.

 Alrededor del grupo es visible el suelo embarrado del Refugio de Sigmar, después de más de un día de intensa lluvia, difícilmente habrá un lugar en el campo que pueda ofrecer un descanso adecuado. En cuanto a donde poder encontrar los otros campamentos... en fin, ninguno de vosotros ha estado aquí antes.

A la salida del refugio y ante las palabras del resto, Rod para un segundo mientras mira a lo lejos y luego atrás observando las luces del refugio y hablando en voz baja como para si mismo..

- Supongo que es tarde para ir a la posada a buscar un buen guia, mmm.. de todas formas tenemos una ligera idea de por donde ir.. no es así Rod? -mientras recuerda la palabras de Omar y la posadera- intentemos llegar al refugio más cercano; mientras nos alejamos de aquí ya encontraremos algún lugar aceptable para descansar y quizás más viajeros incautos.. - sonríe maliciosamente un instante -

Finalmente habla al resto en tono serio y increíblemente seguro de si mismo -quizás "confundido" por algunos por pura "chulería".. -

- Confiad en mí, soy bueno en esto y sé que algunos de vosotros también.

Completamente de acuerdo con Rod, añade: - Seguramente si continuamos por el camino que lleva hasta El refugio de Sigmar, este nos lleve a otro refugio de los alrededores... aunque no sabemos la distancia y en estas condiciones no será rápido tampoco.
Dareus apunta esta posibilidad de donde dirigirse, pues como ellos desconoce la zona. - Quizas alguna ruta más o menos directa comunica los refugios entre si.

Dareus disimula la mirada de preocupación por la heridas de Sir Tymos - Parecen serias. Deberiamos encontrar a alguien que las pueda curar. seguro que algún matasanos hay en algún refugio.

Enricco se encogió de hombros ante las palabras de sus compañeros, pues poco tenía que añadir. Ya le habían privado de un merecido descanso, y ahora no tenía donde dejarse caer muerto, así que no perdía nada por intentar encontrar otro lugar seco donde descansar.

Mientras esperaba a que los "expertos" tomaran el camino correcto, intentaba calentarse con la capa.

El caballero bretoniano no tenía duda alguna sobre las palabras de Rod, ni sobre las habilidades de Dareus así que se dispuso a seguirlos felizmente a donde estos quisieran ir. –Vamos Foyle, no te entretengas. Estamos de suerte, como ves ha dejado de llover.-
Miró a sus compañeros y añadió. -No comprendo porqué no nos hemos quedado en la posada, igual el hostelero nos hubiese cedido una de sus cuadras, y un lecho de paja siempre es mejor que un lecho de barro. - Después sonrió al ver como Mandivulas jugaba con el escudero despreocupadamente.

 Los guardias os siguen con la mirada cuando Rod, Dareus y Enricco emprenden la marcha, pero cuando Tymos sugiere ir a la posada. Pues el grupo aún está en el interior de la empalizada del Refugio. Los guardias levantan las ballestas.

 - No habeís oído. Largo del Refuigo. No teneís tiempo para ir a la posada ni visitar a Gantt, largaos ya. El próximo aviso será después de soltaros una andanada.

Digamos que la irritación que sintió el caballero por la rudeza en que lo trataron le duró unos instantes antes de verse ahogada por los ánimos de un espíritu encendido y joven como era el suyo. Y tampoco es que el caballero fuera buscando “brega”, por el momento se satisfacía de poner a la pobre mujer a buen recaudo.

 -Pues ya lo oyes Foyle, salgamos al ancho mundo donde aún debe quedar algún lugar donde la luz del sol alcance a iluminar la razón.-

Y se dirigió hacía la salida, con paso tranquilo y seguro como si aquello no fuera más que un paseo.

 Bajo la atenta mirada, y las malas pulgas, de los guardias el grupo abandona el emplazamiento del Refugio de Sigmar, dejando a sus espaldas la mole maciza que conforma el torreón salpicada por las titilantes luces de las antorchas derramadas por las saeteras.

 Una vez en el exterior, en el suelo embarrado, el grupo desanda, con resignación, parte del camino recorrido horas antes, hasta alcanzar una bifurcación donde se mezclan multitud de huellas, mayor mente viejas pisadas de cascos de caballos y carretas profundamente hundidas.

 PEro sin lugar a dudas era difícil orientarse por la falta de luz, pues en el cielo, las nubes ocultaban la poca iluminación que podría haber por la luna y sus compañeras las estrellas.

- Sin duda esta es la clase de hazaña que narrarían los bardos en sus canciones... Dijo Enricco distraídamente mientras chutaba, sin demasiado empeño, un trozo de barro del camino.

- "Y el valeroso caballero, vago perdido en medio de un hediondo barrizal". Mientras pronunciaba estas palabras, el espadachín las entonó con una tonada popular.

Estiró un poco los músculos de los brazos, y dirigió su mirada hacia sus compañeros. - ¿Por donde ahora? Guardó silencio un segundo, y volvió a hablar. Como si hubiera olvidado mencionar algo la última vez que había abierto la boca.

- Y por cierto, ¿Alguien ha sido lo suficiente cortes para atender a la "noble" dama? Solamente nos faltaría que la "pobre" hubiera fallecido, y no nos hubiéramos dado cuenta... Sería un bonito estribillo... 

Enricco, volvió a entonar la melodía de la conocida canción popular. - "Tras el valeroso rescate, la doncella murió, pues el frío se la llevó"

- Sin duda una gran balada... Dijo casi para si mismo.

El hombre de capa y sombrero para y observa con detenimiento, no sonríe.. se mueve rápidamente por el camino como siguiendo algo.. por un segundo parece frustrado..

- Un momento señores aquí nos falta algo, maldita sea no caí en eso!

Luego se acerca al limite del camino y busca unas ramas lo menos humedas posibles, luego algunos trapos secos de su mochila y unas piedras.. Rod tarda unos minutos pero poco a parece que algo se ilumina.. chispas y poco despues fuego.. Finalmente vuelve al camino con una antorcha improvisada llameante iluminando parte del camino y prosigue donde acabó.. pronto se encamina hacia un lado..

-  siii aquí.. alguien se paró y luego.. , si señor! és por aqui! venid! finalmente añade.. - Busquemos más luz creí que nunca lo diria pero deberemos priorizar la luz a nuestro sigilo en esta noche oscura..

Desmond busca alguna rama para utilizarla como antorcha y la enciende con la de Rod.

'Bien, sera mejor movernos unos kilometros antes de acampar,no me gusta tener ballesteros poco amistosos a mis espaldas'

Mirando a la chica suspira cansado.De su mochila saca una manta y la cubre con ella.

'Demonos prisa, todos necesitamos descansar despues de un dia tan...ajetreado'

El caballero siguió mecánicamente a sus guías pues ellos sabían lo que había por hacerse.

Si bien su mano derecha apretaba si las costillas para que no se moviesen mucho, intentaba sobrellevar la compostura, su espíritu se sentía satisfecho de saber que se había comportado dignamente, y si bien no había habido honor o gloría al menos había salvado a la “inocente” mujer. Quizás fuera por eso que no supo comprender las continuas indirectas que Enricco le regalaba, y seguía adelante con el rostro sereno.

Acostumbrado a los paisajes urbanos, la falta de refencias visuales, calles u otros modos de orientarse hacia que Dareus estuviera fuera de lugar... - Habrá que confiar en la pericia de los demás para encontrar un camino bueno.

Aunque no era muy dado a las capacidades de orientación y demás al aire libre, si dedicó unos momentos a observar el camino por el que transitaban. Estaba atento por si veía alguna pisada poco común, algo así como la de los "cabronazos" de la noche anterior.

- Si esta noche llegamos a dormir bajo techo, te pago la siguiente ronda, Rod. Dijo con el ánimo un poco más animado, ahora que tenian algo que hacer por delante.

 Foyle se prestó para cargar con el cuerpo de la mujer inconsciente muchacha. Liberando así con parte del peso de ser Tymos. Quien a pesar de su gallardía y dignidad anda con visibles heridas, más graves que unas simples magulladuras.

 El grupo avanzaba con extremada lentitud, por el barrizal en que se había convertido el camino, la escasa iluminación a pesar de las dos titilantes antorchas y por el cansancio acumulado por toda la larga jornada para llegar al Refugio de Sigmar. Pero a pesar de la lentitud parecía que la ruta era la adecuada... más a cuanto estaría el siguente refugio? Y qué encontrarían allí?

Enrrico caminaba pesadamente, con las botas llenas de barro, mientras entonaba para si mismo la conocida tonadilla con los versos que él mismo había inventado.

El camino se hacia largo y pesado tras las danzarinas luces de las antorchas.

- ¿Que os trajo a estas mal olientes tierras? Dijo el espadachín rompiendo su silencio. - ¿Hay alguna razón más, a parte de riquezas y oro?

 El grupo llevaba más de una hora andando y menos de dos cuando el tileano de las pistolas hizo una pregunta interesante a los que el destino puso junto a él.

- Todo lo desconocido es conocimiento amigo, mañana seremos mas diestros que hayer y estaremos más cerca de nuestro destino, si te quedas en casa poco conocerás..Eso es lo que me trae a estas tierras extrañas, lo que no te mata te hará más fuerte.. así que vigila tus espaldas.

Rod sigue su rastreo, mientras sonríe disimuladamente buscando ya un lugar para descansar..

El bretoniano se sentía cansado, “magullado” y mareado pero no por ello perdía la sonrisa ni la compostura. -¿Sabéis? Mi buen maese Rod. Tenéis una interesante forma de verlo, ciertamente andamos a la búsqueda de nuestro destino, y espero que los dioses nos reserven uno de bien elevado y que pueda ofrecer a los pies de mí bien amada la más bella de todas, Pandora.

Por desgracia anda mucho hombre sin honor estos días. Donde antes se vertía la sangre si preciarla más de lo que es, hoy se retrocede en pos de una paz deshonrosa, y con ello no digo yo que sea un hombre que se desvive para la guerra.-