Partida Rol por web

No era un lugar excesivamente lejano del pueblo el que las sombras le habían susurrado, de hecho probablemente Caerulea no se esperaba que estuviera tan cerca, por no esperarse no esperaba que hubiera una respuesta clara, o una mera respuesta a sus plegarias. Pese a todo allí estaba.

Era una azotea privada de una casa que daba al acantilado de White Island, para llegar a ella había saltado, trepado, subido, deslizado, corrido, saltado y ultimamente estrellado contra el suelo y una pared para llegar a donde ahora mismo se encontraba. Pese a ser cerca, el camino no era especialmente sencillo o agradable, pero ella tenía experiencia.

Poco a poco la luz del sol caía sobre el horizonte y las sombras de los objetos se hacían más alargadas y grandes por los objetos que estos los proyectaban, un brasero, un par de butacas exteriores, una mesilla...

Y fue entonces cuando Caerulea lo vio, en el suelo de aquella azotea había un dibujo particular, rompiendo con la estética de toda la ciudad, había dibujado y grabado en el suelo un agujero de una cerradura. Pese a que no entendía muy bien qué podría significar aquello, sabía que era importante, lo presentía.

Ya sabes lo que hacer

Las sombras susurraron de vuelta nuevamente; y cuando se giró no vio a nadie, tan solo unas puertas de cristal que daban a un salón, pese a que intento abrir dicha puerta, se encontraba cerrada, entonces la joven de azul se volvió a fijar en la cerradura y un repentino dolor inundó su pecho por unos instantes haciendo que cayera al suelo frente a la cerradura.

El dolor había desaparecido, y en su mano derecha, había aparecido... ¿Una llave? ¿Una espada?... Había aparecido algo.

La visita se había alargado demasiado, el sol poco a poco se estaba poniendo sobre los acantilados de White Island, la conversación con su compañero ya había dado su final y te encontrabas bajando las escaleras circulares de su habitación con el propósito de irte de una buena vez de aquel lugar y volver finalmente a casa.

Entonces fue cuando Hrolleif se percató mirando por una de las ventanas de aquella pequeña torre que en la azotea de su amigo había una joven chica de azul, que había llegado cayendose del muro de al lado que separaban ambos apartamentos y ahora estaba mirando por el suelo algo.

Ya sabes lo que hacer

Un escalofrío recorrió la espina de Hrolleif antes de girarse y comprobar que no había nadie en aquellas escaleras y que su amigo no había sido el que había hablado, a fin de cuentas, estaba lo suficientemente mayor y cansado de una vida de trabajo duro como para poder susurrar sin escupir los pulmones en el proceso.

Al volver a comprobar a aquella muchacha, parecía estar tratando de entrar en el salón, pero infructuosamente pues estaba cerrado a cal y canto, sea como fuere, esa chica no pertenecía a esa casa y mucho menos conocía al pobre hombre encamado de las escaleras de arriba, por lo que Hrolleif continuó bajando las escaleras hasta que sintió en el pecho un fuerte dolor que le hizo caer escaleras abajo hasta el salón.

Aún con consciencia se fijó que, a su izquierda, tras las puertas correderas de cristal, aquella muchacha se encontraba en pie con lo que parecía ser una llave enormemente desproporcionada en sus manos, y al tratar de levantarse comprobó que este también tenía una en su mano hábil. ¿Cómo había llegado ahí?.

Mi piel se eriza antes las misteriosas palabras escuchadas en silencio. Que sin lugar alguna, era imposiblle que alguien mas estuviera mas que yo.

Dejandome temoroso y confundido los primeros segundo, pero al seguir viendo como la chica continuaba moviendose, yo olvido esas palabras y me enfonco en el tema.

-Y ahora esta chica....¡Debe ser alguna ladrona,seguro! Ire a detenerla.

suelto el aire molesto porque mi cuerpo estaba ya muy menguado para estas cosas, que ni modo no habia mas opcion que bajar las escaleras.

Y empiezo mi caminata, respirando y soltando el aire mientras el trote hacia abajo me provocaba algunos dolores de espaldad--C...c....chi!

Las palabras se quedaban atorada en mi boca, mientras un dolor repentino me asaltaba. En efecto, provocando mi caida y haciendome girar como nunca antes hecho

-Arg, esto me dolera una semana completa. No, semana no, ¡El resto de mi vida!

Pensaba mientras me levantaba, sudoroso y con demasiado dolor. Que de tanto, una pequena lagrima habia salido de mi ojo.

Mirante, le.doy otra observada y alli veo el extraño objeto. Que si no fuera por la caida, estaria riendome de esa pobre eleccion de arma pe...¡Espera! ¡YO Tambiem tengo unas de esas!

¿Pero que es esto? ¿Quien seria el tonto que se le ocurrio crear esta arma? ¡Un joven, seguro! ¡ Solo ellos se le ocurria algo tan extravagante!

-¡D-D-Deten-n-neos!-Intento gritar, pero aun me duele mi cuero. dejandome algo tartamidoE-e-esto es, ¡O-Oh mi cuerpo!¡ Duele!-Y empiezo a llorar. dejandome ridiculo y haciendome que tenga que limpiarme el rostro.

White Island. Mi hogar. Una islita paradisíaca de blancas parades de mármol, construida en vertical sobre las rocas a pie de mar. Llena de serenos colores: el azul del mar, los tejados y el cielo, el blanco de la espuma del agua y los muros, el amarillo y naranja de las luces que empezaban a encenderse al tiempo de la anaranjada puesta de sol... Adoraba este sitio. Sabía que nunca me cansaría de él, y sin embargo...

Sin embargo quería irme. Debía irme. En busca de una estrella, mi estrella... Ah, me dolía tan fuerte el corazón de sólo imaginar qué le habría pasado para no poder regresar... Pero sabía que estaba vivo. ¡Debía de estarlo! Así que si él no podía regresar hasta mí, yo iría a él. No sabía dónde estaba, no sabía cuán extenso podría llegar a ser el mar de mundos del que me habló... ni cuán extensos los mundos... Pero no me rendiría.

Hacía mucho, mucho tiempo que no hablaba con mis viejas amigas las sombras. Tanto que casi había olvidado que de verdad respondían, que no eran amigas imaginarias, fruto de una niña sin amistades. Cuando estuve con mi prometido prácticamente me olvidé de ellas... Y aún así, al irse volví a pedirles ayuda.

Hay una forma... de viajar entre mundos...

Me contestaron, ellas nunca se habían ido, y como verdaderas amigas me contestaron, mostrándome el camino hasta aquí. Y aquí estaba yo, en una de las tantas azoteas por las que había corrido, trepado y saltado de aquí para allá tantas veces. Otra de las cosas de las que no me cansaría nunca... aunque ay... en la última caída había estado a punto de hacerme un chichón... Pero no importaba. La adrenalina corría por mi cuerpo, junto a una creciente esperanza y ansiedad, fruto de las ganas que tenía de reencontrarme con mi prometido.

Llegé a donde las sombras me habían llevado. Todo parecía normal... excepto aquel extraño grabado en el suelo. El dibujo de una cerradura... Simple, pero elegante... ¿Qué sería aquello? Era como una marca de un cruce de caminos... "Es esto... ¿lo que queríais que viera?" murmuré en pregunta, y recibí la respuesta muy rápido, tanto que hasta creí que era una persona real la que me había hablado. Pero no había nadie... Volví a mirar la cerradura y entonces... "¡Khhh!" un profundo dolor asoló mi corazón, haciendome caer al suelo de rodillas. Cuando volví en sí me di cuenta de que tenía en la mano un objeto... una especie de llave gigante, tan grande como esa cerradura...

Intenté, naturalmente, usar esa llave para abrir aquella cerradura. Clavé la llave sobre la piedra y la giré, pero no pasó nada, claro, después de todo era solo un dibujo. ¿Qué estaba haciendo mal? "¡Venga, vamos! ¡Abrete!" protesté, repitiendo el gesto, primero con una sola mano, luego con las dos manos, y nada... "¡Jopé!" ¡Tenía la llave para abrir el camino entre mundos, pero la cerradura no quería abrirse! Levantándome, frustrada señalé acusatoriamente a la cerradura con aquella llave gigante y grité...

"¡¡ABRETEEEEEEEEEEEEEEEEE!!"

.......................

De repente escuché unos gemidos. Tan concentrada habia estado en lo mío que no me había dado cuenta de que un ancianito había aparecido por el lugar no sé cuando, y ahí estaba, en el suelo llorando ...¿de dolor? ¡Oh no! "¡Señor! ¿Está usted bien?" solté aquel juguete y corrí hacia el abuelo. "¿¡Q-qué le ha pasado!?

Ya era demasiado tarde. La cerradura se llenó de una luz blanca y comenzó a emitir sombras en todas las direcciones, moviendo las sombras causadas por la puesta de sol en angulo con la rendija. Si eso fuera poco, el sol finalmente se puso sobre el horizonte dejando como única fuente de luz en la vivienda aquella cerradura luminosa.

La llave gigante que había soltado la joven había desaparecido y se había vuelto a trasladar a la mano de esta sin previo aviso.

-C-c-como que? ¡Es obvio que me cai!- Y con la llave gigante, la uso como soporte para levantarme, mientra me limpiaba las lagrimas con mi mano mala-Usted ladrona, ¡metiendose en casa ajena! ¿Y que carajo es esto ?- Y le enseño la llave, para cuando el sol oscurece y solo una cerradura queda en el piso-¿Que ? ¿Y esto de donde salio ?

"¡¿Qué?!" exclamé echando los brazos atrás y abriendo mucho los ojos en sorpresa. "¡Oiga! ¡Que yo no soy ninguna ladrona! _{Como mucho allanadora de azoteas...}" murmuré, metiendo las manos en los bolsillos de la chaqueta y mirando a otro lado disimulando con un silbido. "¡Y-y yo qué sé!" respondí cuando me preguntó todo alterado que qué era la llave gigante que tenía él en su mano y... ¡ostras! ¡Y yo en la mia! ¿Pero no la había soltado? Juraría que la había soltado... "¿No es esta su casa? ¡Pues serán juguetes suy- de sus niños o algo!"

Las sombras que se proyectaban desde aquella luz poco a poco cobraban forma de unas pequeñas criaturas, un ojo, un brazo, una pierna, una antena. Con una estructura corporal vagamente humanoide. Se puede ver que tienen una cabeza redonda y esférica con ojos circulares, de color amarillo brillante. También tienen dos antenas largas y retorcidas que brotan de la parte superior de su cabeza. Cada una de sus garras tiene tres dedos y sus pies son grandes y carecen de dígitos discernibles. Con la excepción de sus ojos, el cuerpo de esta criatura es completamente negro.

(Caerulea)

------------------------------------------- Ventana de Cristal -------------------------------------------

(Hrolleif Atslyr)

(Caerulea)

------------------------------------------- Ventana de Cristal -------------------------------------------

(Hrolleif Atslyr)

Las sombras que se proyectaban desde aquella luz poco a poco cobraban forma de unas pequeñas criaturas, un ojo, un brazo, una pierna, una antena. Con una estructura corporal vagamente humanoide. Se puede ver que tienen una cabeza redonda y esférica con ojos circulares, de color amarillo brillante. También tienen dos antenas largas y retorcidas que brotan de la parte superior de su cabeza. Cada una de sus garras tiene tres dedos y sus pies son grandes y carecen de dígitos discernibles. Con la excepción de sus ojos, el cuerpo de esta criatura es completamente negro.

Por el rabillo del ojo me pareció notar movimientos extraños a nuestro alrededor. Giré la cabeza y vi aquellas pequeñas criaturitas, tan curiosas y extrañas. Sus ojos amarillentos brillaban en la oscuridad, iluminándolas lúgubremente. ¿¡Pudiera ser!? ¡Mis amigas, las sombras, se habían mostrado por fin! "¡Mira, anciano!" exclamé sacudiéndolo. "¡Tiene ojitos y garras, y dos antenitas! ¡Son adorables!" ¡Y de verdad que lo eran! ¡Pero qué cosa más cuca! Me acerqué a una de ellas y me agaché en cuclillas tras el cristal. "¡Hoolaa!"
 

¡ja! ¿Creéis que no sospecho de la juventud mentirosa ? Yo te vi traspasando aquella muralla.- Señalo a la escaleras por donde descendi en aquel ataque cardiaco-kirby,Groa,Lagmann no juegan con espadistas exageradamente largas.- Niego con la cabeza, mientras bajaba la mirada y observaba la espada-Excepto el primero....Pero no de la forma que yo deseaba.....¡Estúpido Kirby, me avergüenzas, yo te cuide como un Hombre, no como un..... !- Y la frase quedo entre mitad, al notar como pequeñas sombras empezaban a nacer entre las luces.

Teniendo una forma muy particular, que no hace mas que dejarme mas confundido-Ladronas, llaves ¿y ahora eso ? ¿Sera que la caida me afecto mas la cabeza de lo que pensaba ?- Y temeroso por esa posibilidad, que toqueteo mis ropas, sacando la pequeña camara y tomando una foto de la escena-Pues en la foto se ve las sombras, asi que no estaria alucinando.-Pero para mayor seguridad, posiciono la foto al frente del cristal para que la joven pudiera verla-Ladrona, ¿Vez esta foto bien ? ¿Aparecen esas cosas negras ?-

Y con el regreso de los dolores fisico de la caida, yo vuelvo a empezar a respirar de formar pausada-Ni idea que estara pasando, pero no confio en esas cosas-Y abro la ventana, retirandome lentamente para que pueda pasar la joven-Juventud boba. ¡No seais tan confiada, ven aquí y cierra esto! Esas cosas negras-amarillas-raras no me dan buena espina

(Caerulea)

(Hrolleif Atslyr)

(Caerulea)

(Hrolleif Atslyr)