Partida Rol por web

"¡Claro que traspasé la muralla, viejal-... anciano!" exclamé molesta, poniendo los brazos en jarras. "¿Si no cómo iba a poder llegar aquí? ¿Por la puerta? ¿Y con qué llave? ¿Esta?"  levanté la llave de juguete grandota que todavía tenia en mi mano. "¡He entrado por los tejados, pero eso no significa que le haya robado nada!" Después, el anciano se puso a hablar solo, de no se qué de un tal Kirby... ¿La bolita rosada? ¿Y ahora se ponía a hablar de videojuegos? Si no fuera porque yo hablaba sola a veces lo achacaría a la edad... aunque quizás ese fuera su caso, sí...

Me enseñó la foto que acababa de hacer de las criaturitas lindas. "¡Oooooh! ¡Sí sí, se ven perfectamente! ¡Qué bien han salido! ¿Puedo quedarme la foto?" inquirí preguntándole sobre sus mascotas. Por lo visto no, no lo eran. Entonces abrió la ventana invitándome a pasar, así por las buenas. "Oiga, ¿invita a pasar a todo el mundo que le allana la morada? Bueno vale pero como intente algo raro le crujo con el palo este ¿eh?" le advertí levantando la llave de juguete gigante, antes de entrar y pasar a ver a esas criaturitas. "¡Hola sombraaas! ¡Soy yo, Caerulea! ¡Es la primera vez que os veo carita a carita!" volví a agacharme para mirarlas y saludarlas, luego levanté la cabeza para mirar al anciano. "¿Cree que podría acariciarlas, o se asustarán?"

Enseguida aquellas criaturas saltaron con sus garras listas contra aquellos dos portadores de llaves excesivamente grandes como para abrir el diario de una adolescente fea, sin amigos y realista con la vida que le ha tocado vivir y por tanto desesperanzada con todo lo que le rodea en su dia a día... emmm... ¡Los monstruos saltaron a atacar a ambas personas, usando sus garras como semblante!.

 - Ventana Abierta -

(Hrolleif Atslyr)  (Caerulea)

- ¿Es que no tienes modales ? ¡Entra de una vez! Ademas, estoy casado. ¿Porque me interesaría en una carne fresca como la tuya ? Me dolería la espalda en solo levantar tu peso.

Dado su respuesta con la foto, yo guardo la camara y miro a mi alrededor. Buscando una salida, para cuando veo que tambien tengo aquella criaturas detras mio-¿Donde salieron estas ? ¡Menos mal que la cache antes que fueran tarde!........¿Pero ahora como hago ? -Y por la insistencia de la chica, que yo le doy la foto sin prestarle mucha atencion-Aja, un regalo vamos.-Y pensaba lanzar mi llave espada, al ver si se alejaba, pero ante la pregunta de la chica me quedo en silencio perpetuo-¿Enserio desea tocarlas ? No sera muy inteligente, o sera cosa de la estupidez joven

-Eh, no creo que sea bu...Espera, ¡si, si tocalas!-Y le muestro mi espada-Pero con esto,¿ vale ? ¡De seguro le gustara tocar la espada!- Y pensaba usarla como conejillo de indias, pero la sombras se mueve antes de poder verla en accion, y yo asustando hago el viejo truco confiable.

Saltar encima de ella, y caerle encima.

Y parece que funciono, porque no me dio. Aunque mis huesos decían lo contrario en la caída y no tardaba yo en levantarme y alejarme de esta. Mala suerte, que otra sombra deseaba atacarme y yo, agachándome del dolor que al parecer recibio poco daño, pero parte de mi ropa salio algo rasgaña por este.

Asi que molesto por esto, agarro mi llave como si fuera unas de mis herramienta de granja. Pero a reves, golpeandolo con el mango y no con la espadita por lo apresurado de mi ataque. Tras esto, mi cuerpo vuelve asaltarme por el dolor.

-¡Ahy,ahy, ahiiiiii! Este cuerpo ya no soporta nada.

Pero con el peligro acechante, no tengo mas opcion que seguir batallando. Asi que aun con la mala agarrada, corro haci.....Mejor dicho, que me caigo y intento pegarle desde la caída a las sombras.

"¡Pues ya somos dos! ¡Yo también estoy casada!" le enseñé mi anillo de compromiso, y después me crucé de brazos pensativa. "Bueno... casi casada, comprometida vamos, pero es lo mismo... ¡Oh, muchas gracias!" agarré la foto cuando me la dio de verdad y todo.

¡Qué abuelete tan majo! Me dio permiso para tocar sus mascotas, pero con el palo, perdón, la espada esta que teníamos... "¿Espada?" levanté el objeto de juguete y lo miré confundida. "¿Esto? Pero si no tiene filo, es redonda, como una llave... Lo más que tiene de espada es el mango y la protecc- ¡Uaaah!" caí de espaldas echándome atrás cuando una de esas criaturitas se lanzó a arañarme, y boca abajo en el suelo vi que otro par intentaba lo mismo, así que giré sobre mi misma en el suelo hacia la derecha. "¡V-vale! ¡No son amistosas! ¡No son amistosas!" concluí temerosa, repitiendo una vez más la voltereta por el suelo cuando volvieron a lanzarse sobre mí. A duras penas conseguí levantarme, y abrí la boca para hablar pero sólo salió de mi un gritito de susto mientras me lanzaba otra vez al suelo en una voltereta cuando las cuatro sombras saltaron al unísono contra mí, sin tregua alguna. "¡Anciano! ¡¿Qu-qué son estas cosas?! ¿¡Pero qué tipo de mascotas tienes en casa, hombre!?" ¡Que estaban intentando cazarle él también!

Una vez que aquel hombre golpeó, quizás por suerte, quizás por habilidad o quizás porque se pusieron en el camino con esa espada a aquellas criaturas, estas emitieron un sonido de dolor en el contraataque y cuando el hombre volvió a alzar el arma contra estas viles criaturas desaparecieron en una nube de humo, desvaneciendose en el aire dejando tras de sí lo que parecía ser un objeto luminoso con forma de corazón que se elevó y se desvaneció.

"¡Fuera! ¡Shuuuh! ¡Fuera, fuera!" intenté echarlas agitando esa llave, o espada, o lo que fuera que tenía en la mano.  esta cosa de juguete agitándola de izquierda a derecha, con mucha fuerza para intimidar y para que hiciera ruido al cortar el aire. Tuve la mala fortuna de que le di a una en toda la jeta, sin querer. "¡Ay! ¡Perdona, cosita! ¿Estás bien?" Pero para mi sorpresa desaparecían sin más, por lo menos aquellas sobre las que se cayó el viejo encima. "¡Hala! ¡Las has aplastado! ¡¿Te parece bonito, hombre?! ¡Pobrecitas!"

Aquellos monstruos volvieron a la carga, esta vez otros dos saltaron sobre Hrolleif y el monstruito restante trataró de desgarrar la piel de aquella chica esquiva de color azul. Por desgracia para estas criaturas, las primeras recibieron un mandoble en todo el pecho que las mandó contra una pared y la otra no logró alcanzar a la azulada muchacha.

Me levanto habiendo eliminado 2 criaturas por mi torpes habilidades de la-cosa-llave.

-Ohhh, elimine 2. ¿Que sera eso que vuela ahora ?-Y saco la camara para tomar una foto del corazon saliente, pero al parecer es demasiado rapido para mi camara-Oye, "carolina" cierra la ventana. Asi las otras no se van a meter-Y con guardar mis cosas, vuelvo a la accion.

Realizando el mismo ataque como habia aprendido en la granja, levantar la espada y que la gravedad hiciera el resto. Al terminar, mi cuerpo cansando empieza a sudar y yo empiezo a limpiar mi rostro-Mucho trabajo..... ¡terminalo tu carolina, que pa eso ta joven!

¡Caramba con el viejales! ¡Era como un superhéroe! Se movia más rápido que yo, y esquivaba y contraatacaba los zarpazos con el arma cual legendaria técnica del mono borracho. O el mono viejales, ¡o o yo qué sé, pero molaba un quintal!...

...Fue entonces cuando me llamó Carolina y perdió en un segundo todo el respeto que en un segundo también se había ganado.

Se me debió de marcar la vena en la frente del cabreo que me pillé. "¡¿Qué Carolina ni qué Carmina!" espeté, agitando en el aire la espada llave esta como si fuera un palo. "¡Me llamo Caerulea! ¡CA E RU LE A!" Una vez más, sin darme cuenta le di a uno de esos pobres bichitos otra vez.

Todos los monstruos desaparecieron dejando tras de sí aquellos corazones flotantes que irremediablemente también se desvanecieron en el aire. Al parecer aquellas armas que teníais en las manos eran especialmente poderosas contra esas criaturas, pese a no ser más que "Garrotes Fashion" más que llaves o espadas.

Esto era raro, muy raro. "¿Qué eran esos bichos?" le pregunté al anciano, que tenía pinta de saber cosas. Especialmente porque además habían aparecido en su casa... "¿Por qué tiene mascotas tan raras? ¿Dónde las compró? Y... eh... ¿seguro que no las hemos matado?" también quería preguntarle si les había puesto nombre, pero pensé que ya eran demasiadas preguntas...

-No soy un filosofo para pensar en cosas mas allá de mi entendimiento. Mira, observar el luga ahora, dime si vez algo interesante.- Respondo mientra sacaba mi libreta, y empezaba anotar todo lo sucedido en estos momentos- Solo aparecieron y ya esta. Yo no cuido animales tan violentos.- Y guardo mis apuntes, mirando ahora con detalle a "carolina". Que sin pedir permiso, le agarro la mano al notar el anillo en su meñique-¿un anillo ? Pero....--Y mi cara cambia de confusion a de asco, para terminar en decepción- ¡Usted es muy joven aun! No deberías ligarte de esa manera. Que Amores fugaces, dolor a la larga.-* Y le suelto la mano, ahora mirando el suelo y el techo en busca de algo interesante que no halla notado*-Soy Hrolleif Astyr y trabajo en la granja con mis hijo, Groa,Kirby,Lorgmaan,. Ahora dime, ¿porque bajaste hasta aquí ? l..... -"Ladrona" pero mis palabras se quedaron en el labio, pensando que por ahora. Mejor sacarle la información de forma disimulada y no tan agresiva.

No hay nada que te llame la atención más allá del desorden que hay por el destrozado salón de tu viejo amigo enfermo. De hecho, lo que más pudiera llamar tu atención sería el hecho de que tu amigo enfermo no haya dicho nada ni se haya molestado en bajar a mirar qué era lo que pasaba ahí abajo.

Le hice caso y sali afuera otra vez, ventana abierta para seguir oyéndole, y miré la terraza y después las vistas de la ciudad. "No veo mucho... está muy oscuro..." le avisé. "Así que entonces esas criaturitas no eran suyas... Me pregunto si eran mis amigas las sombras..." sin darme cuenta de ello empecé a murmurar en voz alta otra vez. _{"Pero ellas no me habrían atacado... Quiero preguntarles pero no suelen responder nunca si no estoy sola... son bastante tímidas..."}

De repente el anciano me agarró la mano para mirar con su miopía el anillo en mi dedo anular, con mucha sorpresa, diciendo que me había precipitado. "¡Bah! ¡Qué amor fugaz ni qué amor fugaz, abuelete! ¡Que nos conocimos cuando yo tenía trece años!" recuperé mi mano y con rostro nostalgico me acaricié el anillo mientras seguía hablando. "Eso son casi cinco años juntos... conviviendo en el mismo techo, e-en camas separadas, claro... Y digo casi porque desapareció el año pasado, justo el dia después de pedirme la mano... Me dijo que volvería pronto... pero algo debe haberle pasado..."

"Hohenheimf... Hohef... Hoef... Horrolheif... Roheif..." ¡qué nombre tan enreversado y complicado! "Uhhh... ¿Puedo llamarle _koroSensei?" pregunté. "Sensei, como se llama a los maestros de artes marciales exóticas, porque parecía usted un samurai con esos movimientos de espada. ¡Huah! ¡Haaai! ¡Haiyaaaa!" sonriente y animada me puse a imitarlo, exagerándo y mitificando.

"Bajé hasta aquí porque un pajarito me dijo que había una forma de viajar entre el mar de los mundos... " miré hacia la noche estrellada. "Y que la encontraría aquí, donde esta cerradura... Pero debo haber hecho algo mal, porque sigo en White Island..."

Miras algo extraño, la "Noche Estrellada" no tiene estrellas. De hecho mirando hacia abajo no ves el pueblo, tan solo oscuridad. Comprobando qué es lo que había pasado mirando a todos lados descubres que os encontráis en un espacio vacío, donde tan solo existes tu, el anciano, el balcón y el salón destrozado; todo lo demás es un inmenso vacío, una caída sin fin a la oscuridad más absoluta.

"Un momento... ...¿por qué no hay estrellas?"

...

Ahogué un grito y abrí mucho los ojos en completa sorpresa. "¡Gasp! ¡Sensei, no veo el pueblo!" me di cuenta de que ya le había dicho eso y traté de matizar mis palabras, nerviosa, alarmada. "¡No hay nada! ¡Ni las luces de las casas, ni el reflejo de la luna en el mar, ni las estrellas del cielo, ni la luna ni..."