Partida Rol por web

Aunque comprendía muy bien sus intenciones de liberarse no pude evitar reír con la demostración de Saiki y Patricia aunque estaban muy bien coordinados y su plan podría funcionar.

Aunque todo paso muy rápido seguía sorprendido y algo aterrado,no solo había surgido una nueva llave de la pierna de Saiki si no que el choque de las llaves mando una a volar directo a mi cara siendo bloqueada por una tercera llave que salió de mi brazo.

Más que preguntarme de dónde estaban saliendo estás llaves solo pude preguntar algo -¿Ustedes están tratando de matarme?- me quedé esperando una respuesta me di cuenta del reportaje de las noticias.

Parece que han encubierto todo sobre la explosion- en mi mente simplemente se hizo la idea que esa mujer sabía mucho más acerca del trabajo de Bob -Creo que nos trajeron aquí para que no digamos nada acerca de lo que sucedió y posiblemente víctima de la que hablaba esa mujer sea Bob,creo debemos salir de aquí cuánto antes- búsque con mis ojos algo que nos ayudará a escapar.

Mientras buscaba girando su cabeza de un lado a otro en busca de cualquier cosa que pudiera servir, Zaki se percata de la vil presencia de una mosca gorda que anda rondándole, por suerte para el joven estudiante, sopló contra este vil insecto para alejarlo. Por desgracia, el insecto se enfadó e hizo un ataque "Kamikaze" contra el ojo derecho del joven.

El espectáculo de luces estúpidas que propulsaron a las llaves grandotas, también propulsó la cabeza de Patricia, que intentó morder alguna de las llaves al vuelo. Se oyó el ¡clec! de sus dientes chocando entre ellos y todo, se notaba que se dejó el alma en intentar alcanzar la salvación. Y como no lo consiguió, se sintió muy culpable. L-lo siento... Y con el bajón, se dio cuenta de que no era la única que sacaba cosas raras del cuerpo. ¡Vosotros también! Y eso la hizo sentirse mucho más unida a sus fortuitos compañeros. Sin duda aquello, a sus ojos, era algún tipo de señal del destino, y de momento de su cabeza no salía nada que se moviera autónomamente, es todo un progreso... Y por mágicómico que fuera, era delo más frustrante... 

La tele no anunciaba nada bueno, y le dejaba muchas incógnitas que no ayudaban a su estabilidad emocional: ¿Por qué nos raptaron y a Bob no? ¿Qué quieren hacer con nosotros? ¿Por qué se dejaron la tele encendida? ay ay... Le dolía la cabecita. Se la abría acariciado para calmársela, pero en esa inmovilidad tan horizontal - y ligeramente erótica - poco podía hacer. El rubio llevaba razón, el escape era cada vez más urgente. A lo mejor esas declaraciones en la tele eran lo que estaba otorgándoles ese tiempo, y la raptora estaba volviendo en ese instante. La perspectiva no era bonita, daba miedo, y el miedo hizo temblar el cuerpecito de Patricia, revolverse otro poco... Con el movimiento, volvió a sentir el frío metálico del broche. Haruko... T-tengo otra idea... a ver si llego a pasarme el broche a la mano... Le pareció importante comunicarlo para no perder la esperanza.

Colocó las patas firmes en el colchón, ¡como si fuera a parir! Pero en vez de parir, intentó quedarse medio incorporada, todo lo medio incorporada que la horizontalidad obligatoria le permitiera. Si conseguía tener la frente cerca de las manos, quizás podía agarrar el broche, y con el broche en las manos quizás podía cortar el amarre...

Quedé ojiplático y con la mandíbula colgando un buen rato tanto por el hecho de expulsar metal de mi cuerpo mediante lucecitas como por la parábola que describió la llave contra el otro chico. Impresionante pero inútil. Podría ser nuestro lema. Suspiré fuertemente y visiblemente alicaído.

-Lo siento. -me disculpe con el otro chico de forma breve, pero sincera.

Empezaban a agotárseme las ideas acerca de como salir de ahí. Le eché un vistazo al televisor que había comenzado a emitir de golpe, y reconocí en la pantalla a aquella mujer:

-Eh, es ella, es la tía que nos drogó antes... ¿Cómo se atreve a mentir de forma tan descarada en televisión? Un conductor eléctrico, mis *****. Fijo que se ha llevado a Bob para quedarse con su experimento. -dije, bastante cabreado. -Eh, ¿alguno se ha fijado si era en directo? Si lo era tiene que seguir aquí, no puede andar lejos. Porque estamos en el SFIT, ¿no? -pregunté pataleando al aire sin intención alguna, cada vez más frustrado con aquella situación.

-¡Mierda! -Si tan solo pudiese coger la llave. Si la había sacado de mi cuerpo, igual había alguna forma de lanzar algo más. Patricia parecía estar bastante ocupada haciendo algo, como para preguntarle acerca del tema, además de que por su sorpresa anterior, tampoco parecía ser ninguna experta en la materia. Agité los brazos lo poco que pude. Nada. Luego traté de concentrarme al máximo, como no lo había hecho en años de instituto. Miré fijamente mi mano, con la palma extendida. Mi vista y mi mente clavadas con toda intensidad en mi mano. Inspira. Espira. Concentración. Intuye el flujo de toda tu energía por tu cuerpo, Saiki, y todas esas chorradas que tu abuelo siempre te explicaba y tú ignorabas. Toda tu energía a tu brazo.

Patricia se fue cansando y cansando de intentar liberarse... cansando... muy cansada... su mente también se cansaba... pero siguió luchando... liberarme... cortar cuerdas... 

El sonido de unos tacones poco a poco fue haciéndose eco en el pasillo colindante a la habitación, hasta que, finalmente, con un ligero crujido y chirrido, la puerta de la misma comenzó a moverse y mostrar a los tres jóvenes que aquella mujer, que minutos atrás, estaba siendo entrevistada, ahora estaba ante vosotros.

No sé quienes sois vosotros ni qué hacíais en el SFIT a esas horas de la noche, pero me alegro que os encontréis bien y no tengáis más que un ligero chichón como heridas -dijo mirando a Elan- Yo soy la Profesora Granville, la tutora y profesora de Bob, al cual ya conocéis... antes de nada quiero decir que está bien, inconsciente, pero no tiene ninguna herida grave, por suerte.

La voz de la profesora se entrecortó por un instante antes de continuar.

Si sois amigos de Bob, ya sabéis como es él, una mente apasionada y brillante que busca hacer avanzar la ciudad de San Fransokyo y mejorar la vida de todo el mundo con sus ideas y sus inventos. Por desgracia, la emoción descontrolada le llevó a cometer fallos, fallos que podrían haberle matado -y a vosotros-. -La profesora tragó saliva antes de continuar- Yo también fui descuidada, le incentivé que siguiera sus sueños y no le puse límites, le di la llave del laboratorio y eso casi os cuesta mucho... Yo... Yo... Me disculpo...

He asumido las culpas ante las autoridades y mañana mismo presentaré mi dimisión del SFIT, pues si descubren que la explosión fue causada por Bob, este sería el expulsado y el mundo no merece perder a una persona tan buena, amable y brillante como es Bob. Es por eso que ordené a E.X.I. 3.0 que os llevara aquí, para poder hablar de todo esto y asegurarme que arruinaréis la vida a Bob ni negaréis a San Fransokyo los avances que esta joven mente tiene por dar.

Con esto dicho, E.X.I. 3.0 entra en la habitación y comienza a liberar, uno a uno a los aprisionados niños; mientras tanto, la joven profesora se siente en la silla libre a la espera de tener una charla larga con cada uno de los jóvenes que decidan condenar a Bob, que lo expulsen del SFIT y probablemente una vida de trabajos sociales, carcel y una enorme deuda por pagar.

Los tacones quitaron el embobamiento mental que el aprisionamiento estaba causándole a Patricia. Al ser por fin liberada, se acarició las muñecas, que le dolían de haber estado intentando liberarse inútilmente. Se incorporó en la cama, sentada en el borde, y miró la habitación. Luego miró preocupada a Mrs Ganville, quien por lo visto estaba demasiado ocupada con sus problemas como para fijarse en que habían tren llaves grandotas tiradas por ahí. O quizás nunca habían estado, y había sido una alucinación colectiva causada por el estrés traumático y post-traumático.

Primero, miedo. ¿Ahora es cuando morimos...? La adolescente asustadiza clavó los ojos en las manos de la secuestradora de niños, imaginó que se dirigían a las medicinas sobre el carrito, que torturaba con gran destreza, y alimentaba esas fantasías macabras con un miedo tan palpable que casi eran más reales que la realidad. Casi. 

A medida que aquella señora se iba explicando, Patricia iba dejando de tenerle miedo, y empezaba a captar otras emociones. Tristeza, culpa, ¿afecto? Esta señora quiere mucho a Bob... Todavía le temblaba la voz y el alma, pero le daba igual. N-no se preocupe s-señora, n-no diremos nada... e-encontramos una mochila, y tenía una etiqueta, y v-vinimos a devolverla... a donde decía la etiqueta... y entonces conocimos a Bob... porque la mochila era suya... y entonces... entonces... con el ordenador... la dinamo... la pudo terminar... bueno, no, ya sabe... pero no diremos nada, y no se nos puede relacionar con Bob... Y entonces elevó la cabeza como una suricata sorprendida. 

Mierda. El conserje.

Nada, no ha sucedido nada. Bueno, sí, había hecho estiramientos como para correr la maratón. Cada segundo que pasaba podía notar como el nerviosismo general aumentaba. ¿De verdad a ninguno se nos iba a ocurrir un plan para salir de ahí?

Mierda, nos la hemos cargado con todo el equipo, pensé al oír el ruido de tacones y el chirrido de la puerta. Me sorprendió el hecho de que la mujer nos desatara y nos dejara marchar bajo unas condiciones tan razonables, demasiado razonables. Era bastante sospechoso, pero decidí seguirle el juego, al menos por ahora. Al fin y al cabo, la mujer parecía bastante sincera y realmente preocupada y aquello ni siquiera cualificaba en el top de cosas más extrañas que habían tenido lugar aquella noche y que con todo derecho, copaba la aparición de las dichosas llaves. ¿Seguían ahí siquiera?

-Me alegro por Bob, parece un buen chico. Si es por él, no se preocupe, no diremos ni una palabra. Después de todo, tampoco fue culpa suya y no se merecería para nada un castigo tan severo como el que dice que recibiría, señora. -Después de todo, yo mismo había hecho cosas bastante más ilegales de forma más consciente. -Por cierto, que ha sido de los restos del como-se-llamaba, del trasto de Bob, ya sabe? ¿No le podrían incriminar o algo así con ellos?

-Patricia, ¿pasa algo? -le pregunté al ver que se sobresaltaba. 

Me sentía inútil mientras Saiki y Patricia intentaban liberarnos yo me quedaba quieto solo mirando no era tan atlético como ellos y tampoco pude ayudar con mi cerebro una simple mosca fue suficiente para inutilizarme,me sentía patético e impotente.

Cuando llegó aquella mujer que no hace mucho estaba en las noticias lo cual podría mostrar que estamos aún en el SFIT eso o esa mujer es muy veloz,esa mujer se me hacía conocida desde que la vi y no fue hasta la explicación sobre su relación con Bob que recordé a la perfección quién era.

No hay que preocuparse nosotros no diremos nada Bob solo cometió un error- Pero ¿realmente el hizo algo mal? Me quedé mirando al piso fijamente estaba deprimido -yo estudio en el SFIT aunque empecé apenas hoy- mantuve el silencio no podía dejar de pensar que Saiki, Patricia y Bob se vieron lastimados por mi culpa -Lo siento fue mi culpa si solo no le hubiera dado la dinamo,si solo hubiera puesto más interes quizás pude haberlo evitado ¿Cómo está Bob?- mo vos estaba algo quebrada mis ojos estaban cristalizados -Es imposible que puedan usar la máquina de Bob cómo evidencia Saiki,ya que se puede decir que estalló por un efecto en cadena.

La Mujer saca de su bolso una pequeña escultura abstracta de metal, dejándola sobre la mesilla de noche, entonces se quedó en silencio por un par de segundos antes de continuar con su explicación, o mejor dicho, empezar la explicación acerca de qué era esa cosa que había dejado sobre la mesilla y que ante los ojos de los niños, no tenía aspecto de ser nada en absoluto.

-Esto fue lo que quedó, el pisapapeles más caro que tendré o el recuerdo imborrable de mi error al no poner límites... no es más que basura, trozos de metales compactos...

Guardando de nuevo en su bolso, aquella mujer científica decidió esperar un par de segundos antes de continuar hablando, hoy había sido un día muy duro para ella y estaba cansada, además tendría que prepararse para el día de mañana, el cual sería aún mucho más duro, y aún más quedarse sola en la noche con sus recuerdos.

-Bob está bien, aunque le están haciendo pruebas... fisicamente está bien... pero... los médicos creen que puede tener alguna secuela neurológica... no soy ese tipo de doctor, me disculpo...

-Sobre el conserje... no te preocupes... ya le he borrado el registro de datos...

Con esto dicho, la Profesora Granville se fue de la habitación y con ella el robot también desapareció, dejando a los 3 niños solos un rato antes de que finalmente decidieran volver cada uno a sus respectivas casas, a fin de cuentas, la noche había sido demasiado larga y ya habían ganado demasiadas experiencias.

A medida que uno tras otro iban saliendo del edificio, quizás tuvieran un presentimiento que alguien los estuviera observando desde las sombras, quizás no, pero definitivamente todos se encontraban incómodos mientras se alejaban, achacándolo al malestar por la explosión y nada más.

Mientras tanto, desde las sombras de aquel edificio abandonado, a espaldas de aquellos niños, una pequeña luz se iluminó progresivamente revelando finalmente quién se encontraba observándolos desde las sombras... por desgracia para los jóvenes, ninguno se percató.

Habían pasado tantas cosas que Patricia no se atrevía a recordarlas del todo... la labor heroica debía ser muy dura, concluyó. Se imaginó que Élan acumulaba todas esas experiencias cada noche, y eso le dio miedo y admiración a partes iguales. Y sobretodo miedo... la oscuridad de la noche seguía espesa a aquellas horas, y la sensación de que podían chocar contra ella, que explotara algo, o que la secuestraran se respiraba en el aire, como una especie de polen maligno. 

Al final, había acabado sintiendo compasión por aquella pobre mujer que los había secuestrado. Qué decisión tan difícil había tomado - pensaba -, renunciar a todo lo que había conseguido en el SFIT para salvar a su alumno... la adolescente se había despedido afectuosamente, deseándole que las cosas mejoraran y que le fuera bien, y hasta le dijo que si alguna vez se veían por ahí podían hablar de cualquier cosa. 

Volviendo al presente, el miedo seguía ahí. Pero también la sensación de que había hecho lazos muy particulares con sus dos compañeros, el tipo de vínculo que se consigue compartiendo un trauma del que no podrían hablar con nadie más. Además, ellos también sacaban cosas raras del cuerpo. Después de un silencio incómodo al salir, decidió preocuparse un poco por el bienestar emocional del grupo, encogida y asustadiza. ¿Como estáis?

Es imposible que puedan usar la máquina de Bob cómo evidencia Saiki,ya que se puede decir que estalló por un efecto en cadena.

-Entiendo. -La explicación de Yanko tenía sentido y la profesora Granville enseguida aclaró la duda que Patricia parecía tener. Me quedé algo más tranquilo, aunque aún había algo que no me acababa de encajar, que me rondaba como la mosca de Zaki. Me despedí de aquella mujer y su ayudante mecánico confiando algo más en ella, pues parecía sincera. Y no quería ni imaginar por lo que tenía que estar pasando al hacer ese sacrificio. Eso era algo que podía entender y lo que realmente más me hacía empatizar con ella.

No me había dado apenas cuenta y ya estábamos los tres fuera del SFIT, en completo silencio a altas horas de la noche de San Fransokyo. Fue entonces cuando fui realmente consciente de lo cansado y magullado que estaba realmente. Me dolían todos los músculos del cuerpo, que decidió expresarse en un laaaargo bostezo.

¿Como estáis?

-Bien, creo. Mañana cuando haya procesado todo esto, creo que estaré mejor. -Me quedé unos momentos en silencio, aquella desagradable sensación de que faltaba alguna pieza en el puzle seguía rondándome- ¿Alguno más tiene el mismo... como lo diría... "choque de irrealidad" que yo? Es decir, nos explota un cacharro y salimos prácticamente ilesos, sacamos luz y un cacho de metal de nosotros como si nada, nos secuestran y nos sueltan en la calle inmediatamente. Es todo muy raro... -remarqué mucho esta palabra- sobre todo lo de las llaves gigantes. ¿Ha pasado realmente o lo hemos flipado con la droga que nos ha dado Mrs. Granville? A mí no me ha parecido una alucinación... -dejé la pregunta al aire, aunque más que la de Zaki, la respuesta que me interesaba era la de Patricia. Con ella había comenzado aquella noche tan extraña y ella parecía ser la que tenía alguna idea acerca de lo que estaba pasando. -También me preocupa Bob. ¿Creéis que nos dejarían visitarlo?

Patricia se sintió un poco mejor al saber que Élan tampoco estaba del todo seguro con todo aquello. A lo mejor no era tan cobarde como creía, si hasta el héroe tenía sus dudas... a lo mejor hasta era útil compartir sus miedos... 

Choque de irrealidad... Recordó golpes en la cabeza, y sus consecuencias. Se acercó un poco a Élan: le daba miedo quedarse atrás. También miró al rubio, cuyo nombre aun desconocía*, preocupada porque fuera él el que se quedara atrás. Bajo aquella noche espesa, sentía la necesidad de cercanía. Si lo hemos alucinado, hemos alucinado lo mismo a la vez... A lo mejor tuvimos suerte con la explosión, pero lo de las llaves... no sé... Mi amiga sacaba cosas de mi cabeza cuando me emocionaba mucho, pero tenía... choque de irrealidad... una herramienta... para hacerlo... Agachó la cabeza, todavía pensando que creerían que estaba loca, y la vergüenza la hizo quedarse un paso atrás. Pero nunca me habían salido cosas sin ella... y nunca nada como una llave rara... y además vosotros también habéis sacado una llave, y no conocéis a mi amiga... Se acordarían de Haruko. No sé si podemos visitar a Bob... no nos tienen que relacionar con la explosión y eso... pero a mi también me gustaría saber como está... 

Entre tantos cabos sueltos, habían fabricado muchos e intensos recuerdos en poco tiempo. Patricia se sorprendió de todo lo que se podía vivir y compartir en una sola noche, empezando por la particular situación en la que conoció a Élan... y la cara se le sorprendió. Quizá era una tontería, quizá solo pensaba eso porque era muy tonta, pero dio tres pasitos rápidos para acercarse al grupo otra vez, y expresó sus ideas. C-cuando Élan y yo... nos conocimos... esta noche, digo... Élan estaba persiguiendo a... un villano. El villano tenía la mochila de Bob... La perdió antes de que Élan lo atrapara, pero no vimos si se le cayó o la dejó caer a propósito... Y si... y si... ¿Y si manipuló el trabajo de Bob? 

Le había costado decir lo que pensaba, y estaba casi segura de que le dirían que era una imbecilidad suprema sin ningún tipo de sentido, se notaba en su forma de mirar a ningún lado.

Al fin habíamos sido liberados aún me sentía culpable en mi cabeza se repetía una y otra vez que quizás pude haber evitado todo y nadie habría salido herido aunque sacudí mi cabeza intentando deshacerme de ese pensamiento ya que ahora había cosas más importantes que rondaban mi cabeza como el hecho que aquélla mujer de antes era profesora y tutora de Bob así que quizás era su único familiar aunque no podía confirmar nada.

Tenía una gran inseguridad en ese momento no solo pude ser la causa de la explosión si no que además mi único aporte a nuestro intentó de escape fue quedar ciego por una mosca aunque a los otros no parecía interesarles y estaban más procupados por el tema de las llaves -Estoy seguro que todo lo que vimos fue real ya que las probabilidades de alucinar algo son altas pero ya que todos vimos lo mismo es imposible que no fuera real quizás el estallido de energía fue lo que hizo que las llaves aparecieran o incluso pudo ser algo más.

Al igual que Salió también querría visitar a Bob pero si él estaría bien con que nosotros lo visitamos aún era una gran incógnita -No creo que allá problema si visitamos a Bob pero según esa mujer Bob sufrió un daño neurológico así que realmente no sabría cómo reaccionaria incluso puede que no recuerde nada de lo sucedido o recuerde cosas mal.

Haciendo algo de memoria me di cuenta que no me había presentado hasta el momento -Por cierto mi nombre es Zaki Yanko creo no había podido presentarme por todo lo ocurrido- la pregunta de Patricia tenía un buen punto no tuve en cuenta eso tampoco -De hecho que los archivos de Bob fueran manipulados es algo que tendría mucho sentido quizás cuando estemos un poco recuperados podamos buscar al ladrón que vieron,el hecho de robar los archivos de Bob solo podrían ser un intento de sabotaje pero se supone nadie sabía acerca de su trabajo ya que tanto Bob como la profesora Granville parecían muy prudentes sobre todo- tenía una mueca rara en mi cara con mi mano tomaba mi mentón miraba arriba a un lado y mi labio inferior sobresalía estaba pensando.

-Hmm, tenéis razón, si todos vimos lo mismo, tuvo que ser real... -bostezo- Patricia, ¿crees que podríamos hablar con esta amiga tuya? -otro bostezo. Me froté los ojos, empezaba a tener que hacer un esfuerzo consciente para poder seguir la conversación.

El villano tenía la mochila de Bob...

-Sí, es verdad, el tipo ese.... Chicos, ¿creéis que podríamos vernos mañana e intentar buscar alguna pista? Ahora mismo creo que no estoy en condiciones de nada. Aaaaah- bostecé de nuevo estirando los brazos. Mi cuerpo pedía con urgencia una camita sobre la que caerme muerto. Además, cualquier excusa era buena para saltarse clases y que me zurzan si aquella no era una excusa condenadamente buena. 

Mire a Saiki algo divertido no podía creer que tuviera sueño después de estar una hora en cama pero eso no era lo importante debíamos buscar respuestas -Me parece perfecto reunirnos mañana quizás deberíamos intercambiar números de teléfono o darnos nuestras direcciones para llegar aquí a la misma hora- me quedé mirando a Patricia y Saiki y no pude evitar preguntarme si este sería un buen punto de encuentro para todos -Chicos ¿Donde viven ustedes queda muy lejos de aquí?- también me preocupaba lo tarde que era y conociéndolos ellos eran algo temerarios.

Patricia, ¿crees que podríamos hablar con esta amiga tuya?

La pregunta le sacó una sonrisa de hada traviesa, hihi, no... no creo, no sé donde está ahora. Aunque tratándose de ella... quien sabe... 

Lo de tener sueño e ir a casa ya no le gustaba tanto... eso le sumó gravedad a su frente.

*

Y lo de de intercambiar direcciones la puso muy tensa, el cambio en la actitud corporal fue tan evidente como patético; le temblaban las manos, un sudor frío la hizo temblar desde la nuca, y no sabía qué hacer con tantas manos. Eh... hmm... no, osea, sí, no muy lejos, pero tampoco muy cerca, es decir, sí, aquí, en San Fransokyo, claro... Podemos quedar en este cruce de aquí, por la tarde, a las 19:00, por ejemplo, o más tarde, si queréis... 

A medida que la aventura nocturna iba claudicando y los caminos se iban separando, Patricia iba entristeciendo, recluyéndose... Bueno, supongo que nos vemos mañana...

El grupo de adolescentes llegó temprano al SFIT, en esta ocasión decidieron investigar y descansar un poco en aquel ala de enfermería abandonada en el que horas atrás habían sido encerrados por una ex-Profesora del SFIT. Pese a estar atentos a los alrededores, no notaron nada fuera de lo usual, o mejor dicho, nada que les llamara la atención.

Por suerte para ellos, lograron curar sus heridas, algo bueno tendría que tener.