Partida Rol por web

29 de marzo de 2018,

La vida en Santa Bárbara sigue con su tranquilidad cotidiana. La gente se prepara para la llegada de la Semana Santa con los eventos que prepara la comunidad Ortodoxa que vive en la ciudad. Mañana es Viernes Santo y se espera la visita del mismo Papa, Ratzinger Z. Pero es una visita de forma privada, con lo que no se ha exportado la noticia de forma mundial, ni en el propio país. Viene como invitado especial y a visitar a unos familiares que viven en la misma ciudad. Durante los eventos habrá una fuerte seguridad policial y se mostrará al público un pequeño secreto de la comunidad eclesiástica romana.

Pero nosotros no nos centraremos en lo que pase mañana sino nuestra vista se irá hacia las montañas que rodean el norte de la ciudad. Hay mucha gente que ha cogido vacaciones en estos días y ha aprovechado para practicar sus hobbies al aire libre: ir de caza, recoger setas, observar la naturaleza, hacer acampadas, se profesores de boy scouts con niños, hacer senderismo, etc. El clima no acompaña tanto para ir a la playa, y la montaña se ha convertido en un lugar ideal para practicar otros deportes. El ayuntamiento durante los últimos invirtió en proteccion ambiental tras el gran incendio de hace 6 años, así como limpiar senderos y colocar indicaciones para crear rutas internas.

Era un dia agradable para salir a dar un paseo por el campo, Erika habia recibido el alta hacia apenas un par de dias, por lo que aun podia verse un pequeño arañazo en su frente y en sus brazos, pero nada especialente llamativo, mas bien parecia que simplemente se habia caido o tropezado de la bicicleta o algo asi. Los medicos aconsejaron a sus padres que sacaran a la chica, que el contacto con la naturaleza le haria mucho bien, por lo que un dia coo el de hoy en el que la montañana era el mejor lugar para ir era el mejor destino paa ella.

Eika caminaba por el sendero con sus padres en silencio, no le apetecia nada salir de casa, pero no les diria a sus padres que no, en su interior era consciente que ellos lo estaban haciendo por ella, aunque a ella eso no le apeteciera, solo tenia ganas de estar en su casa, en su habitacion encerrada y metida en la cama a oscuras. Mientras caminan sus padres lehablan y ella simplemente responde sin mucho entusiasmo.

Pasé las vacaciones haciendo lo que solía hacer durante las vacaciones: estudiar. Pero no siempre encerrado en mi cuarto, sino que también andaba muchas veces por las montañas, preparándome una mochila con comida y bebida al despertar el día, luego subiendo con mis libros bajo el brazo y una libreta para tomar apuntes.

Me gustaba sentarme, dejándome calentar por el sol de primavera, en alguien rincón de la naturaleza y trabajar sobre problemas matemáticas y técnicas sacados de los manuales de mi instituto.

Por lo demás, la llegada del Papa en nuestra ciudad no me pasó desapercibido, desde luego que no, como vivía en una familia católica… Pero no me consulté con los clérigos que afluían más de lo usual al lugar, ni traté de captar un vistazo del Papa. Aunque… en cierto forma, sabiéndolo tan cerca me reconfortaba algo…

Así iba a pasar mis días, haciendo un poco el senderismo para despejarme el cuerpo, pero por lo demás, estudiando calmadamente, esperando el recomienzo de las clases en el insti.

El abuelo se había ido a un simposio de historia egipcia en Washington, así que básicamente estaba al otro lado del país, lo que era decir mucho, mientras que su tia Alice había salido a visitar a unos parientes fuera de la ciudad, así que básicamente no tenía nada que hacer con su vida la chica de los ojos azules, puesto que era obvio que su padre tenía muchas cosas más que hacer que compartir un tiempo de calidad con su único retoño, además, hace rato que Wyn no necesitaba de un padre. Cada cual se respetaba, más o menos, y se dejaban vivir en paz, más o menos, por otro lado, Wyn estaba segura que su padre había sacado novio nuevo y que debería estar fornicando en algún hotelucho de quinta, manteniendo una torcida historia, de aquellas que le gustaban. En eso quizás no eran tan distintos. 

Wyn había tomado su bicicleta y había decidido ir a la montaña, desde el fin de semana pasado que no había vuelto al mar luego de casi ahogarse, tras enredarse en unas olas, así que mientras pasaba el susto, era mejor ocupar esas energías en algo más. 

Ya en el mirador, detuvo su bicicleta y sacó su botella de agua para darle un trago, estaba completamente sudada lo que era gratificante, había gastado en parte esa ira que siempre parecía tener y que la había llevado a tener varios problemas, ahora, lista para seguir la ruta, revisaba el celular en busca de una nueva playlist de música y escuchar el resto del viaje. 

Aquel era el día ideal para hacer senderismo por la montaña. Prácticamente toda la ciudad estaba emocionada por la visita de Ratzinger Z, el Papa, aquel anciano que había escogido un nombre de Papa tan potente que me hacía pensar en Mazinger Z, la mítica serie que había visto por televisión cuando era pequeño.

En mi caso, había decidido que dedicaría ese día a acudir a realizar senderismo por la montaña. Acompañado por mi inseparable cámara de fotos, pretendía disfrutar del bello paisaje mientras practicaba algo de cardio y fotografiada el lugar. Llevaba unos auriculares en las orejas, mientras escuchaba música en mi primitivo MP4.

Me sorprendió que hubiera tanta gente que hubiera decidido a disfrutar del clima a la montaña durante ese día, aunque tampoco le di mucha importancia. Tarareando una cancioncilla, comencé a recorrer los senderos de la montaña, tratando de encontrar algún lugar bonito en el que reposar y observar el paisaje.

Es un dia bastante agradable. Y aunque la familia de Dominique no es especialmente religiosa, el señor Ratzinger-Z se está ganando su admiración por muchas declaraciones que hace, por sus políticas religiosas ¡Y por su increible conocimiento científico y su apoyo a Shidobashi-Sama de Kuratas y a los Señores de Megabot!

Con todo, hoy es un dia bastante bonito y agradable, y ha quedado con sus amigos, Jo y Miriam, para liarla un poco

Como siempre, han ido en el coche de Domi. Como siempre, Miriam ha hecho bocadillos. Como siempre, Jo insiste en llevar tacones, aunque sea a la montaña.

"La verdad, siempre se agradece un dia como este" dice Dominique "Aparte, con el calorcillo no era plan de estar en casa estudiando ¿No creeis? No habia cuerpo para eso"

Con todo, Dominique (Y sus amigos) van dando un poco el cante, por esa sombrilla gótica, por la pálida piel, por la ropa que llevan... o por la música que van escuchando.

Aunque parece que algunas niñas están imitandolas, o incluso bailando al ritmo de la música que ha puesto Miriam.

No era raro encontrarse con conocidos en un día como hoy, donde muchos habían decidido pasar el día. Uno de los lugares mas concurridos era el mirador de la carretera 101. Era un lugar amplio donde descansar y desde donde se podía divisar el interior del condado, opuesto a la ciudad. Largas explanadas de vegetación baja, zonas desérticas y pequeñas extensiones de praderas usadas para el ganado. Era común ver volar a algún ave rapaz, sobretodo algún águila. En una zona habian un total de 4 mesas con bancos de madera para descansar e incluso hacer picnic.

Muchos senderos se unen al principal y pasan por el mirador. Cada uno a su ritmo os llegais hasta allí, reconociendoos entre vosotros y viendo otros conocidos de la ciudad. Una chica gótica con una sombrilla acompañada de un amigo y amiga iban cargando una radio de las antiguas mientras mostraban su estrafalaria forma de vestir. El chico que llevaba tacones tenia problemas para andar mientras cargaba con una nevera y un cesto de comida.

Viniendo del norte un chico (Hans) iba caminando algo distraído con su mochila y escuchando música de su mp4. Iba admirando la cantidad de gente que pasaba y algo distraido se golpea con un hombre fornido ligeramente en el hombro el cual le acompañaba su familia asiática, quizas de procendencia china (familia de Erika). El hombre le pide explicación al recrimiarle un poco:

Oye chico, mira por donde vas!! No puedes ir distraído y menos escuchando música. Todos los jovenes vais igual. Hace rato se me cruzó una joven con una bicicleta durante una bajada. Por poco se me echa encima.

Al mirar hacia la barandilla, pudo reconocer la bicicleta y la señaló. A su lado había una chica (Wynnona) mirando hacia el horizonte admirando el paisaje y echandose un trago de agua. En una de las mesas se encontraba otro chico asiático, de origen japonés ( Goro) el cual se había llevado un libro para leer al aire libre. Su concentración se ve cortada por la voz de ese hombre, el cual recriminaba al despistado chico del mp4.

Dominique va caminando por ahi, con la sombrilla, y en eso que les reconoce. Uno es Goro, el genio de la clase. Podría sacar matrículas sin estudiar... pero aun asi, el seguirá estudiando y aprendiendo más.

Le saluda agitando la sombrilla "Buenos dias, Goro-San!" le dice, un poco sorprendida por encontrarselo aqui -ella siempre pensó que estaría todo el dia haciendo de las suyas en el laboratorio, ganando méritos para el prestigioso instituto Egon Spengler.

"¿Que, aprovechando la mañana?"

Y es que Dominique puede ser muchas cosas, pero discreta no. Da la impresión de que todas las miradas se clavan en ella -mérito Atractivo Doble- Y que sea capaz de caminar, correr y trepas sin problemas con esas botas New Rocks^TM tampoco hace mucho por que su paso sea disimulado

Mojó sus labios rojos, y una gota escurrió por su barbilla y cayó justo en su escote, justo antes de que la vociferación de aquel hombre interrumpiera sus propias cavilaciones. la chica entrecerró los ojos con un gesto de molestia, con el ceño fruncido y los labios apretados, odiaba a las personas que alzaban la voz, a menos que fuera en el estadio, pero comprendía que había individuos que eran incapaces de comprender las reglas mínimas de convivencia. Rodó los ojos y volvió su mirada azulada hacia el horizonte justo antes de que su móvil sonara con un mensaje de su abuelo.

El gesto de molestia fue reemplazado con una pequeña sonrisa al ver aquel mensaje, le llevaba un recuerdo, uno que se sumaria a todos los que tenía por cada viaje que hacia. Volvería a guardar el móvil antes de escuchar lo de la bicicleta, levantó su mirada de nuevo hacia el hombre y le sonrió de medio lado, una sonrisita odiosa y burlesca, aunque no se acordaba de haber casi chocado con él, aún así se adjudicaba el delito, todo por incordiar a sujetos así. 

Habían más personas, la montaña se había hecho popular, sin dudas algo demasiado molesto para una persona naturalmente huraña, pero pudo distinguir algunas caras, chicos del instituto, dos de hecho, que no estaban demasiado lejos, Goro, un chico demasiado listo y bastante guapo, aunque con una pinta de niño bueno que le daba algo de morbo.

— ey, grandote — alza la voz, llamando la atención del grupo, y hace gesto con sus manos, — deja el chico en paz, tampoco es tan grave, ¿a poco te va a romper?... vamos que con el ropero de tres cuerpos que te gastas... dudo que el flaco te haga daño — le guiñó el ojo al chico distraído, y se volvió hacia sus compañeros, todos de el mismo año aunque con planes completamente distintos, pues mientras algunos tenían claro que querían ser científicos, otras, en cambio, sabían que desean ser policías, pero que su estúpido orgullo se lo impedía, emitió un suspiro, ¿era necesario enfrentar al sujeto?, más encima estaba con su familia, y para peor, una de sus compañeras era parte de ella, sin embargo no podía evitar actuar así cuando veía que estaban abusando de una personas. 

— pfff... no podía quedarme callada... — dice en un susurro para sí, mientras mantiene esa cara de altivez y autosuficiencia. 

Erika caminaba cabizbaja con sus padres por el sendero, no tenía demasiadas ganas de estar allí ya que no quería ver a nadie, suponía que había rumores sobre ella, a fin de cuentas, había salido una noticia sobre lo que hizo, aunque no se le mencionara directamente el nombre, pero si el instituto, por lo que no sería muy difícil relacionarlo con ella, por lo que no quería ver a nadie.

Mientras caminaban una chica en bicicleta paso a gran velocidad, ella no le presto mucha atención ya que estaba más preocupada de no tropezarse que otra cosa, realmente se dio cuenta por la reacción de su padre, pero no levanto la mirada, no quería ver que estaba pasando.

Poco después llegaron a una zona con varias mesas en donde poder descansar y tomar algo, mientras llegaban Erika pensaba:

Espero que descansemos aquí… estoy cansada… no sé porque hemos tenido que venir… no me apetece nada salir…

Pero en esos momentos sus pensamientos son interrumpidos, ante ella en el mirador había personas que conocía, llamando bastante la atención estaba aquella famosa chica gótica con sus amigos, Erika sabía que era una chica bastante conocida en el instituto por su atuendo, pero también por su carácter abierto y que contrastaba totalmente con su forma de vestir.

No puede pensar mucho más ya que escucha a su padre increpar a alguien, sorprendida mueve la mirada y puede ver con estupor como su padre está gritándole a un chico, ella al ver esto da un paso para atrás y mira para otro lado tratando de que no le reconozcan, cuando escucha el comentario de la bicicleta y ve a la chica en cuestión, se trataba de otra de las chicas de su instituto que no duda en increpar a su padre.

No… es de mi instituto… ¿por? ¿Por qué hay tanta gente del instituto aquí?

Vuelve a dar un paso hacia atrás y se da cuenta que también esta Goro, aquel chico de origen japonés tan inteligente, Erika empieza a respirar aceleradamente sin saber muy bien que hacer, quería salir de allí corriendo, pero notaba como las piernas le temblaban. Iba a decir algo pero no le salía la voz, estaba asustada, su primer contacto con gente del instituto después de su intento de suicidio y era su padre echándole la bronca a uno de ellos y peleándose con otra, aquello era lo peor que podía suceder, respirando de nuevo apresuradamente nota como si se estuviera ahogando y decide marcharse de la zona a pasos apresurados, huyendo de esa situación.

Vaya, el plan que había tenido… hacer un poco de senderismo para despejarme la mente y luego sentarme para estudiar tranquilamente... plan bonito echándose pronto a bajo, primero cuando noté como una chica se acercó sobre su bicicleta, y me distraé por un momento al darme cuenta que iba en la clase paralela… la saludé con un gesto de la mano antes de hundirme otra vez en mi libro, pero luego..-

Sonó la voz de Dominique, que pude reconocer al instante. Casi dejé caer el libro de mis manos. Por supuesto, no fue un susto, más bien la sorpresa. Algunos llamaban la chica extraña, pero nunca había comprendido bien qué quería decir tal palabra aplicándose a una persona. No me importaba cómo la gente se coloraba el peinado o qué ropas vestía. Ni siquiera ponía atención en esto. En Dominique, sin embargo, apreciaba su carácter honesta y abierta, aunque echaba de menos en ella un la discreción. “Hola! No me hubiera esperado encontrarte aquí...”, respondí simplemente a su saludo. “Pero bueno, sí, el tiempo invita a salir.”

Mi di cuento del alboroto causado por un hombre joven y un hombre no tan joven tropezándose, y ahora de veras me llevé un susto al ver a Erika, de la que había oído toda la historia trágica. Noté, además, cuán incómoda tenía que sentirse con esta situación, su padre – seguro que era su padre - comportándose rudamente con los compañeros de su instituto.

Suspiré y puse el libro sobre la mesa, levantándome. Me acerqué a todos, haciendo un gesto pacificador con las manos. “No creo que valga la pena enemistarse por tan poca cosa. Mejor que olvidemos este pequeño malentendido y dejémoslo así”, dije a todos en voz calma, echando también una mirada significativa a... sí, Wynonna se llamaba.

Creyendo que si el padre sabía que conocíamos a su hija podría actuar un poco menos que un bruto, dije, como si sólo ahora la hubiera reconocido: “Oh, hola Erika! Qué gusto verte! Espero que vuelvas pronto al instituto, creeme, sé que hay mucha gente que te echa de menos, de verdad.”

El hombre esperaba una respuesta de Hagens, pero parece que otra chica se interpuso. Al ver los comentarios de otra gente, y como conocían a Erika, decidió disculparse de alguna forma. Al haver mas gente, se sintió algo incómodo e intentó cambiar la conversación sin responder a Wynonna:

Vaya hija, no esperaba que te encontraras con tus compañeros en el mirador. Quizas te animes más si estás con ellos. Yo a este lugar venia cada fin de semana con mis amigos y nos lo montábamos.

Al ver al resto, empezó a recordar su época de instituto y sus quedadas. Veía que su hija no estaba cómoda del todo, pero no sabía si era por salir con sus padres o el encontrarse con otros compañeros.

No se había dado cuenta que era la familia de Erika con la que estaba discutiendo, bueno, su padre, solo se dio cuenta cuando vio su figura buscando alejarse de todo aquello. Wyn chasqueó la lengua, si se hubiera dado cuenta que era ella, quizás no hubiera intervenido... A quien engañaba, igual lo hubiera hecho, aunque hubiera intentado ser más "amable", todo lo amable que un ser como ella podría serlo. 

Wyn bajó sus brazos, y se encogió de hombros, no quería mantener esa discusión, Erica era su compañera y aunque no hablaban ni eran cercanas, no quería decir que no supiera lo mal que la habría estado pasando en el ultimo tiempo así que suponía que la chica del rumor debía ser ella. Miró hacia otro lado por unos segundos, intentando pasar por alto el remordimiento que llegó a sentir, porque el ser una discapacitada social no quería decir que no sintiera empatía cuando se daba cuenta que se había pasado de la raya.

Por otro lado apareció Goro con su discurso de chico bueno, y caminando por lo menos dos centímetros sobre el suelo. Era odioso, claro, pero seguía despertando ese morbo que sentía cuando creía que podía meter la cola de flecha en algún asunto. Se mordió el labio inferior, disfrutando la pequeña presa que tenía delante.

— ohh... Goro Aki, caminando dos centímetros sobre el suelo y complaciéndonos con tu excelsa presencia, ¿que tal, guapo? —  el padre de Erika se había dado cuenta que todo eso estaba siendo demasiado para la chica menuda —  pero esta vez tienes razón, solo esta vez, ¿vale? —  le guiñó el ojo al chico y puso sus manos en su cintura — no fue nada grave y no hay daños que lamentar —  se acercó a Goro y le dejó su bicicleta, más bien lo obligó a tomarla al dejarla prácticamente caer contra él —  tenme esto, gracias —  había una sonrisa traviesa en sus labios y fue tras de Erica.

—  hola Anders, oye, ¿quieres venir conmigo? vamos, no te arrepentirás y juro que no haré que te tires en paracaídas u otra cosa extrema... jejem... ah, tengo todos los apuntes, de hecho te iba a ir a dejar una copia de todo —  se encogió de hombros de nuevo, ya había ido demasiado carisma por un rato y pensó que estaba haciendo el ridículo, sin embargo, como la mayoría de las cosas que hacía, las continuaba hasta el final, fuera cual fuera el resultado. 

Mientras estaba allí realmente incomoda nota como alguien se le acerca, era Goro, que había intentado mediar entre la discusión que tenía su padre, las palabras del chico después van para ella, que se queda mirándole sorprendida, le mira, pero rápidamente aparta la mirada para procurar que no coincidan las miradas responde:

¿Qué? ¿volver al instituto…? Si, si, gracias

La idea de volver al instituto, a su “cárcel particular” le horrorizaba ya que allí se encontraría con Amanda y su grupo y en su mente solo podía formarse la imagen de esas chicas abusando de ella de nuevo. Pero esos pensamientos fueron interrumpidos por una nueva intervención de su padre que le hablaba, ella asiente sin muchas energías y dice:

No… no lo sabia

Realmente desde que entro en el instituto solo fue un par de veces a ese lugar por lo que no era plenamente consciente de que era un lugar bastante habitual, además procuraba siempre no ir por los lugares populares entre los chicos del instituto y salir poco de casa, por fortuna como era una estudiante aplicada esa era la excusa que ponía. Entonces sucedió algo que no esperaba, Wynonna se acerca a ella y le dice que le acompañe, que iba a ir a llevarle los apuntes y que fuera con ella, Erika no sabía que hacer, en su mente no paraba de circular pensamientos de toda clase:

¿Es verdad? ¿me está diciendo la verdad y solo quiere darme unos apuntes?... no, espera, espera, Erika, quiere reírse de ti, seguro… seguro que quiere hacerte algo malo, claro… pero ella, ella nunca me ha hecho nada malo… incluso alguna vez me defendió… ¿Qué hago?

Se notaba que estaba bastante nerviosa e indecisa, evitaba constantemente mirar a la chica, entonces se da cuenta de la gente que había allí:

Me miran… seguro que me miran… ¿Qué hago?...

Sin mirar a la chica y con un tono de voz apesadumbrado dice:

Esto… gra… gracias, no quiero molestarte… no hace falta que interrumpas…. Que interrumpas tu paseo en bici por mi… te lo agradezco mucho pero no te preocupes

Decía mientras trataba de mostrar una sonrisa amable, aunque se veía claramente que era una sonrisa inquieta.

Aki ni siquiera se dignó de reaccionar a Wynonna. Por un instante la miró como un animalito raro, pero luego sacudió la cabeza. No comprendía su forma de ser, y no se daba la pena de intentarlo. Cuando ella dejó caer su bicicleta contra él, rápidamente hizo un paso atrás, así que, antes de caer en él, su bici cayó en el suelo.

Se volvió a Erika. He aquí una chica sensata. “Creo que Wyno… Wynonna”, sí, así tiene que llamarse, supongo, “lo dice en serio, Anders-san. Si no, también te ofrezco de copiar mis apuntes. Sé que es bastante difícil recuperar lo que se haya aprendido en tu ausencia en el instituto, pero no tengo dudas que lo logres sin más.” De hecho, no lo sabía, como nunca se hubiera permitido ausentarse de la escuela, salvo por una enfermedad terminal – pero sí se lo podía imaginar.

Fruncí el ceño al ver que aquel hombre fornido me echaba una reprimenda, y tuve que quitarme los auriculares para percatarme de que me estaba llamando la atención por ir caminando escuchando música. "Pero, ¿quién diablos se habrá creído que es?" me dije, para mis adentros. "¿Me meto yo acaso con su corte de pelo?".

Advertí entonces que la chica de la bicicleta le decía algo al hombre. Era una muchacha de cabello oscuro y con los ojos claros, bastante mona. Si no me equivocaba, acababa de guiñarme un ojo. Parecía unos cuantos años más joven que yo, aunque le había echado valor para quitarme de encima a aquel hombretón que se había encarado conmigo sin motivo.

-Déjeme -le pedí al hombre, que parecía ser el padre de una chica de aspecto asiático, hablándole en tono grave-. ¿No le da verguenza molestar a la gente que sólo viene a la montaña para dar un paseo? ¡Si casi podría ser de la edad de su hija!

Domonique saca un abanico (Uno muy gótico) y esconde una sonrisa detrás de ella.

Cita:

"Juassss, que carcaaa" piensa "Que forma más anticuada de hablar. Este habrá crecido viendo a Naranjito™ La Bruja Avería™ y jugando con Diskettes de 3½ ¡Cuando no con cassettes!"

Entonces reconoce a la chica. Es del colegio, de la clase de al lado. Erika.
Las abusonas de su clase, alguna vez intentaron hacerle daño. Y parece que lo consiguieron. Y con todo, ella siempre pareció una buena chica. Una buena persona que nunca quiso hacer daño a nadie

"Hey, tu eres Anders, la del equipo de campeones de la Gimkana del colegio, hace algunos años ¿No?"

Entonces mira a Hans Granger ¡La leche! Otro viajelas. Este tio deberia de estar acabando la universidad ya. Tiene alguna arrugita entre los ojos, así que debe de estar ya bien metido en los veinti-tantos ¡Que viejecito!
Como sea le echa una mirada y le gruñe.

"No te pases ¿VALE?" Dominique sin duda, sabe por qué el padre de Wynn la protege tanto.

Cuando escucha su bicicleta caer, le lanza una mirada asesina a Goro y le hubiera rugido dos o tres cosas, pero tenía asuntos mas importantes que atender, como por ejemplo a la compungida Erika que aún no se decidía a nada, así que sólo le mostró los dientes para dejar en claro que eso no se quedaría así (de seguro luego lo olvidaba). Estaba paralizada por el miedo, logró sentirlo, ella había pasado por algo similar años atrás, cuando era pequeña y tuvo una terrible experiencia con unos tipos que querían hacer pagar a su padre por lo que les había hecho. 

Por otro lado, le tema del choque no se quedaría ahí, el chico despistado había decidido sacar las garras y ¿defenderla?, se le hacía gracioso que alguien quisiera defenderla de algo, pocas veces una persona creía que ella necesitaba algún tipo de ayuda, después de todo había pasado toda su pubertad y adolescencia demostrando justamente lo contrario, que podía sola y que era ella la que ayudaba, no al revés. Suspiró, lástima que el tema no terminara ahí, nada terminaría ahí, aunque el padre de Erika había hecho un llamado a la sensatez, ya estaban siendo observados por todos y claro, ella misma no había contribuido precisamente a acallar ese momento, tal como lo hacia la muñeca gótica que le respondía, al parecer al chico despistado. Vaya, debe aprenderse los nombres de las personas, por lo menos para más adelante, eso de llamar chico o chica, era algo confuso.

—  ven, vamos —  agarra de la mano a Erika y la jala hacía ella, Wynn era mucho más alta que la pequeña Erika y por unos segundos sintió que estaba protegiendo a su hermana menor, siempre deseo tener hermanos pequeños, pero como su padre era extremadamente gay, eso no iba a pasar tan fácilmente, así que habían muchas personas, menores que ella, a los que consideraba como hermanos pequeños. Llevó a Erika a su bicicleta, la que levantó sin mayores esfuerzos —  sube, demos una vuelta, lejos de este lugar ¿te parece? —  arriba de la bicicleta, se reclinó hacia atrás para dejar libre el perfil superior de la bici para que ella se sentara, Wynn estaba segura que podría pedalear con ella, siempre estaba segura de muchas cosas, aunque fallara en ellas. 

Erika escucha a Goro, le sorprendio que le digera un cumplido, a fin de cuentas no le conocia y ella no estaba acostumbrada a recibir cumplidos de los chicos del instituto. Era cierto que era buena estudiante y que solia sacar buenas notas, de hecho destacaba por eso, pero desde que empezo a recibir esos abusos sus notas poco a poco fueron bajando, a fin de cuentas no se sentia bien como para estudiar. A lo dicho por goro incluna levemente la cabeza en señal de agradecimiento.

El chico con el que tropezo su padre reacciono en ese momento y parecia bastante molesto por la situacion por lo que eso hizo que Erika se tensara mas ya que conocia el genio de su padre y no le extrañaria que respondiera, aunque el haber alli hico de  su instituto parecia frenarle, fueron ls palabrras de Dominique las que la sacaron de sus pensamientos, asiente y dice:

Esto... algo asi

Era cierto que habia participado en una gyncana academica al principio del instituto y aunque sus notas habian bajado porque no era capaz de concentrarse en clase si que estudiaba mucho, de hecho era casi lo unico que hacia en casa aislada en su habitacion ya que ni siquiera queria entrar en las redes sociales de las cuales no hacia uso. Fue cuando sintio una mano agarrarla que se asusto de verdad, era Wynona que le llevaba a donde estaba su bicicleta, casii en Shock se deja llevar, a fin de cuentas no es que fuera una chica oluminosa y pesada. Frente a la bicicleta asiente y dice:

Va... vale

Toma asiento como puede, por fortuna pesaba muy poco y los dias antes de saltar apenas comia porque se encontra realmente mal, incluso el dia que tomo su terrible decision no comio nada y aunque en el hospital habia ganado algo de peso no era casi nada. Sentada en la bicicleta mira de reojo a la chica mientras pensaba

¿No querra hacerme nada no?... no, es muy reciente... ademas hay mucha gente que estta enterada de lo que paso... y ella nunca me ha hecho nada... vamos Erika tranquilizate un poco, no te queda mas remedio que vivir con gente... tienes que acostumbrarte