Partida Rol por web

Tiempo, era verdad, no lo había notado, aunque aún no descartaba la idea de volver en busca del padre de Erica, pero al constatar que eran casi 60 metros y que esas cosas o sujetos ya estaban tan abajo, había pasado un rato en qué habían perdido la conciencia, así que era más seguro que el soldado estuviera muerto. ¿en qué momento todo se había torcido tanto?. Wynonna se agachó y le hizo un gesto a todos para que se agacharan y no hicieran ruido, mientras recogía un palo del suelo, moviéndolo con suavidad, avanzarían hasta el sendero agazapada y buscando el resguardo de los árboles y arbustos, ahí, se orientarían para buscar el automóvil. 

— universitario, toma a Erica, muévanse detrás de mí — era el más fuerte o eso quiso pensar, aunque Goro se veía igual de fuerte, así que le dio una mirada para que se pusiera al lado de la chica de ojos rasgados, rogando que no entrara en colapso ahora que dejarían el cadáver de su madre ahí. Les indicó la dirección del sendero, ni sabía de donde sacaba tanta determinación y seguridad, quizás por eso sabía que debería ser policía, pero aún insistía en pelear contra su naturaleza y el hecho que mal le veían las órdenes de los superiores. Levantó el palo, tal como si fuera un bate, si eran robots, poco y nada le harían, pero los daños en sus brazos harían que su fuerza al golpear disminuyera. 

"Yo os sigo" dice Dominique. Por primera vez en mucho tiempo no tiene su eterna sonrisa gótica. Esto no tiene nombre. Erika ahora, aparte de torturada en el colegio ha quedado huerfana.

No se merece lo que le está pasando.

Aun así, cuando la joven no mira, Dominique hace algo muy irrespetuoso, pero desgraciadamente... es sabio:
Toca el cadaver, y toca la sangre -esto ultimo con un dedo meñique, algo disimulable- Si la sangre está coagulada, podemos llevar más de una hora inconscientes. Si la madre empieza a estar fria, serían ya varias horas.

"Vamos, adelante"

Me dirigí hacia la chica -oí a ese chico que te llamabas Erika ¿Verdad? Yo soy Hans. Ahora sí me permites- me acerque a ella con intención de llevarla en brazos, siempre y cuando me lo permitiera -¿vamos hacia el sendero para alejarnos lo más rápido posible?

Me parecía sensato agacharme para que pasáramos desapercibidos, así que, imitando a Wynonna, agazapado me movió, poniéndome al otro lado de Erika – a un lado de ella ya se había puesto Hans. Como la chica estaba muy atolondrada, flanqueada por los dos lados, sin embargo, deberíamos poder hacerla mover. “Luego vendremos por tu madre, ahora tenemos que salvarnos a nosotros antes de que haya más… cuerpos”, terminé la frase un poco torpemente.

A su alrededor había movimientos, aunque realmente no era muy consciente de lo que estaba sucediendo hasta que Hans se le acerca y le habla, ella asiente a lo de su nombre, pero cuando se acerca para cogerla da un paso hacia atrás y niega con la cabeza:

No… no… yo

Suspira profundamente, estaba aún en shock, pero aun temía demasiado el contacto con desconocidos, e incluso con conocidos, y parecía que su instinto de supervivencia se había empezado a activar, aunque fuera solo levemente:

Yo… puedo andar

Dice mientras se inclina levemente delante de su madre, escucha a Goro y asiente mientras dice:

Gra…gracias

Para después apartar la mirada y seguir a los demás, le dolía mucho, pero tenía que seguir, lo que le habían dicho era cierto, hacia un par de semanas ella quería desaparecer, huir de ese mundo, pero ahora no podía, no porque quisiera vivir, sino porque tenía que hacerlo, lo había comprendido, sus padres se habían sacrificado para protegerla y mantenerla con vida, sentía como que no era decisión suya el vivir o no, le habían obligado a seguir viviendo y era lo que tenía que hacer, por lo que cabizbaja siguió a sus compañeros.

Mientras descendeis por la ladera, os vais ocultando entre la vegetación, aprovechando los troncos de los árboles mas gruesos para ocultaros. La dirección os lleva a tener que cruzaros de forma inevitable por donde se mueven los jimmers. Erika iba apoyada de Goro, la cual se movía algo mas torpe asumiendo la tragedia de su madre. No puede evitar tropezarse con un tronco y rozarse con unas zarzas. El pequeño grito que emite por el dolor alerta a uno de los jimmers, el cual la ve a ella como a Goro. El resto del grupo, cerca, pero no a la vista del enemigo.

Dominique, viendo el percal, intenta atrapar al Jitter al lechuga y meterlo en la maleza, al estilo de Ezio en ASS-2, para que entre Wynona, Hans y ella lo apalicen un poco antes de que de la voz de alarma.

Aki, al instante que ve el enemigo cruzarse con ellos, se agacha para tomar una piedra y luego la lanza con todas sus fuerzas contra el … la máquina o sea lo que sea. “Por favor, Erika, ayúdame!” le insta a la chica a su lado en voz baja pero urgente, porque ya se ha dado cuenta que está recobrando ánimos, que casi ya no más necesita su apoyo. “Recoge algo y echalo contra… ese.”

Confía en que los demás se darán la vuelta un instante al otro y volarán hacia ellos.

Iba adelante, abriendo paso y siendo lo más cuidadosa posible para no llamar la atención, y realmente lo era, se movía sin hacer ruido, casi como si no tocara el suelo, pero las cosas no son como uno espera o quiere, y lo supo apenas escuchó ese ruido, el gritito de dolor que no fue fuerte pero si lo suficiente como para hacer que las máquinas los detectaran, por lo menos a Goro y a Erica. 

Wynn mentó a todos los antepasados tuercas de esos robots y se apartó del árbol donde estaba agazapada, yendo enseguida donde estaban sus compañeros y colocándose delante de ellos  con el palo entre las manos y listo para darles en sus cabezas, aunque Dominique tenía otros planes al parecer, rayos, perdían el tiempo, había que avanzar hacia el automóvil, aunque no era seguro que aún existiera. 

— ¡avancen al auto, no pierdan tiempo! ¡corran!— abrió un poco sus piernas y bajó el palo, igual como un bate y apenas estuvieran a su alcance, les daría duro, eran cuatro, nuevamente en desventaja numérica, aunque ya debería aprender que ese grupo de chicos les gustaba mucho dar de hostias, casi tal como ella, pero esta vez no sólo iban a ganarse algún ojo morado o magullones en los puños, no, aquí se jugaban la vida. Empezó a dar pasos hacia atrás, y hacerles indicaciones, ya no podrían seguir con el sigilo, había que correr. 

—¡muévanse si no quieren que nos maten! — les gritó, ella cerraría la huída, y no era porque no pidieran con esos cuatro sujetos, sino que habían a lo menos 6 más y el tipo de la cara de cerdo que de un momento a otro podrían aparecer...

Erika caminaba tratando de no hacer ruido, pero aun no tenía la mente en lo que estaba haciendo, su cuerpo estaba allí, pero su mente en gran parte no estaba allí, fue en ese momento que se tropieza y se roza con una zarza, aquel arañazo hace que se despierte un poco, pero no puede evitar quejarse:

Ay

No lo dijo muy fuerte, pero si lo suficiente como para que uno de esos robots verdes le escuchase y les descubrieran a ella y a Goro, escucha lo que este le dice, realmente no sabía qué hacer, por un lado le daban miedo, pero por otro odiaba a esos seres y a su líder por lo que le habían hecho, le habían robado a su familia, mira al ser con odio y sin pensarlo se mueve hacia delante para empujarlo mientras exclama:

¡¡Amsalja!!

Ella no sabía pelear, realmente parecía más que estaba tirándose sobre aquel robot que tratando de pegarle, para cualquiera que supiera algo de pelea podía ver claramente que ella no sabía pelear y que su movimiento era fruto del miedo y el odio.

El jimmer alertó  con extraños sonidos robóticos a otros próximos de vuestra posición  Un total de 5 se movían hacia allí. Vuestra reacción es rápida y os proponéis hacerle frente para reducirlo.

Goro decide lanzarle una piedra de un tamaño decente para hacerle daño  El golpe le asesta en la cabeza, cayendo le la placa delantera y dejando al descubierto sus circuitos. Éste cae derribado al suelo  

El número a enfrentar os igualaba y nada aseguraba que llegaran más, o incluso los dos monstruos. A lo lejos podéis ver una entrada pequeña de una cueva. Podía ser una opción para escapar.

"Cht"

Habria sido fácil. Podrían haber hecho la maniobra Ezio, pero por su culpa, no han podido. Así que ahora...

"Chicos. Ahora usaremos ESTO" dice arremangandose un poco la faldita gótica y enseñando las piernas "Es hora de usar el poder que tenemos en los pies... ¡Y salir de aqui por patas!"

Aki estaba bastante sorprendido que había podido dejar completamente fuera de combate a uno de los autómatas, tenía que haber tenido mucha suerte al lanzar la piedra contra él. Sin embargo, no podía confiar en una suerte igual con los demás de las máquinas, y tampoco los demás podrían contar con ella. Desde luego, sólo había una opción, la que Dominique acababa de señalarles: huir. Y aunque seguro en una carrera estuvieran inferiores a los autómatas, una cueva se veía cerca, y hasta ella se dirigía Dominique.

Como Erika parecía haberse ya bastante desperezado del choque, al menos bajo la influencia inmediata de la adrenalina, sabía que no tenía que arrastrarla, bastaba con darle un empujón, lo que hacía, y luego él mismo se echó a correr. “Vamos hacia la cueva!”

Apenas fue un paso el que Erika dio en dirección hacia aquel ser cuando una piedra voló y lo golpeo destruyéndolo, eso en cierta forma le saco de la rabia que sentía. Pero no había sido lo suficientemente rápido el golpe ya que más de esos seres se acercaban. La voz de Dominique suena diciendo que corran, al parecer había una cueva cerca, Erika nota como Goro le impulsa a moverse, ella le mira y asiente cuando empieza a correr.

No era muy consciente de lo que estaba haciendo, prácticamente desde que se despertaron actuaba por instinto, moviéndose según se movían sus compañeros, no sabiendo realmente a donde iba, era como un sueño, o más bien una pesadilla que hacía que simplemente se moviera hacia delante o, mejor dicho, detrás de ellos.

Una cueva parecía ser la única salida que tendrían, pero aquella cueva era una trampa, una vez ahí, no podrían salir, nadie conocía por completo el entramado de los túneles rocosos y sólo quedaba resguardarse ahí, esperando que los fueran a rescatar, esperando poder sobrevivir, sin embargo, tenían a esas cosas detrás de ellos, y parecían poder comunicarse. El futuro no era provisorio para ellos y luego de haber sobrevivido a ser desbarrandos por los tipos del disfraz, encontrarían la muerte en ese sitio. Wynn tenía miedo, pero seguía sosteniendo el palo para seguir golpeando a los tipos, pero el piedrazo de Goro había acabado con uno de ellos.

Ahora estaban corriendo, con la pelinegra, cerrando el paso, sin embargo Goro en su escapatoria se había tropezado y Wynn soltando su improvisado bate, se detuvo para jalar a su compañero del brazo y levantarlo, ni siquiera sintió el dolor en sus manos, tenía cortes en sus nudillos, pero al estar con la adrenalina tan alta, el dolor o el cansancio no existían. 

— vamos vamos, que no te dejaremos aquí — le dijo, Erica corría delante de ellos y más adelante iba Dominique, que era la que encabezaba aquella carrera. Wynn volvía a sentirse mareada, pero aún así sostenía con fuerza el brazo de su compañero para hacerlo correr nuevamente hacia aquella cueva.

Empezais a correr en dirección hacia la cueva. Los movimientos de los jimmers no eran tan torpes como los primeros que visteis. No tan rapido como vosotros, pero si bastante mas agiles. Lo que os salvaba era la distancia que os separaba. Quizas se convirtiera en una trampa, pero el campo abierto bien podria significar ser presa de ellos. Como unica opcion plausible entrais en la cueva.

La entrada es algo estrecha, casi un rendija por donde solo pasa una persona. Presionados vais entrando de uno en uno hasta su interior mucho mas amplio. La luz que entra del exterior os permite ver que esta se va adentrando hacia la montaña. El suelo es arenoso y las paredes de piedra caliza. Según os vais adentrando se nota mas humedad. Cada vez mas oscuro, os moveis a tientas, quizas ayudados con la poca luz de algun mechero. Llegais a un punto del que parece no tener salida. Alguien de vosotros apoyado sobre la pared presiona sobre esta y el suelo se desploma.

La caída es poca, cayendo a una especie de pasillo metálico. Luces de emergencia iluminan lo que parece ser una antigua base militar. El pasillo conduce hacia ambos lados, pudiendo ir hacia la derecha o la izquierda. Realmente no sabeis donde estais pero almenos a salvo de los jimmers.

Dominique se levanta un tanto dolorida por la caida, frotandose "los posteriores" como corresponde a un desafortunado desplome como el que han tenido

"Au... uy... ¿Estais bien?"
"¿Goro, Eri?" dice preocupandose un poco más por los compañeros de clase a quienes conoce un poco más

"No podemos quedarnos quietos" deduce, pues quizá sea cuestión de tiempo lo que tarden los de la banda de las lechugas en seguir nuestro rastro "Vamos"

Ella le tiende la mano a ambos, para ayudarles a levantarse
 

Aki miró consternado en su alrededor. Que había una cueva rocosa dentro de una montaña por supuesto era algo muy natural, pero que había pasillos metálicos debajo de suelos de piedra arenosa era, desde luego, algo completamente espeluznante. Y como muchas cosas espeluznantes en la vida real, era algo que tenía que tener alguna relación con el ejército. “Una base militar secreta?” murmuró lo obvio.

“Gracias, sí, estoy bien”, se dejó ayudar por Dominique, contestando al par a su pregunta. No se olvidó a volverse hacia Wynonna y a tenderla una mano para alzarla: “Gracias por ayudarme afuera en la corrida.”

Luego miró hacia arriba y se dio cuenta que no había manera para poder alcanzar de nuevo el pasaje rocoso en la montaña del que habían caído.*

“Debemos avanzar, sí", dio la razón a Dominique. "Os dejo eligir la dirección. Pero lo más importante es andarnos con cautela. A los militares no les gusta demasiado que se descubran sus secretos.”

También era una trivialidad, lo más obvio del obvio, pero aparentemente en las situaciones irreales valían mucho lo que sólo se creían ser trivialidades.

Observaba todo el rato con preocupación a Erika, temiendo que todo lo sucedido no acabara con sus nervios. Por acabar de presenciar la muerte de su madre, sin embargo, mostraba una gran fortaleza de ánimo desmentido por su fragilidad física.

Seguir a los chicos parecía haber sido una buena opción para escapar de los robots, pero de pronto una nueva caída...

Al levantarme dolorido por las heridas de la anterior caída que había sido peor exclamó -Joder, solo hacemos caer y caer- me apoyo en mi rodilla para tratar de incorporarme y tiendo la mano para ayudar a aquellos que todavía no lo hicieran.

Observo la sala con mucha atención, me parecía muy curioso lo que estaba ocultando está montaña, -Da igual que camino tomemos si nadie conoce esto, ¿ Nos separamos 3 y 2 y quién encuentre la salida que avise el resto o seguimos todos juntos por si hubiese más de esos robots infernales aquí dentro? - cualquiera de las dos opciones solo dependería de nuestra suerte el sobrevivir