Partida Rol por web

Inicio de la aventura. Prólogo para los personajes.

El ruído de la música, el humo y la trémula luz del antro hacen aún más inquietantes los rostros que te miran al entrar. Embozada en tu capa no puedes disimular tus tentáculos azules. Todos te han reconocido como Twi'lek, aunque aún parece no reconocer tu sexo ni tu profesión.

Llevabas un tiempo intranquila. Sentías una perturbación en tu equilibrio interno. La Fuerza fluye en tí de manera extraña, por lo que has acabado en una de los antros más lúgubres del planeta, pendiente a algún acontecimiento que te haga recobrar tu estabilidad.

El personal presente no dista mucho de la imagen que presentas, por lo que no se extrañan de que un tipo cubierto hasta los ojos tome asiento en una mesa apartada.

Un par de soldados de asalto se encuentran tomando un refrigerio en la barra, a cuenta de la casa. Un extraño tipo se encuentra en otra mesa, con los pies sobre la mesa y su bláster ycasco junto a ellos, degustando uno de los brevajes que allí sirven. Y tres seres con múltiples brazos se entretienen jugando a algún juego de mesa autóctono.

Un Besalisk se acerca hasta tí - "¡Pide algo o vete!" - te gruñe, denotando su desagrado con el trabajo que desempeña.

El ruído de la música, el humo y la trémula luz del antro hacen aún más inquietantes los rostros que os miran al entrar. Os preguntáis por qué siempre eligen sitios similares para establecer contacto con nuevos compañeros.

Una comunicación reciente os conminó a aquel antro para reuniros con Jay Fluke, un brillante ingeniero que parece ser de confianza. Deberéis esperar a Jarno Erelan para que os recoja. Ese fue el fin de la comunicación. Os conocéis desde que os alistásteis en la Rebelión. Lardeek, pilo Duro, un tipo de confianza, y Luther, un antiguo militar retirado y desengañado del Imperio.

El personal presente no dista mucho de la imagen que mostráis, por lo que no se extrañan de que toméis asiento en una de las pocas mesas que quedan libres.

Un par de soldados de asalto se encuentran tomando un refrigerio en la barra, a cuenta de la casa, por supuesto, lo que os hace miraros de manera intranquila. Un extraño tipo se encuentra en otra mesa, con los pies sobre la mesa y su bláster y casco junto a ellos, degustando uno de los brevajes que allí sirven. Tres seres con múltiples brazos se entretienen jugando a algún juego de mesa autóctono. Un besalisk parece regentar el tugurio, que se encuentra atendiendo a un Twi'lek, cuyos tentáculos lo delatan, sentado en otra de las mesas.

En uno de tus descansos en Talus, en el Sector Corelliano, una comunicación te llegó no hace mucho. Debes retirar un pequeño repulsor para 5 pasajeros y acudir al bar conocido como La Boca del Sarlacc esta tarde...

Bajo los pliegues de la gruesa y amplia capa, completamente arremolinada a su alrededor, Zeenah se encoge de hombros. Una brecha que muestra los ojos deja que su mirada azul responda antes que su voz. No va a dejarse intimidar, pero el tabernero está en su sitio, y ella ha venido para eso, precisamente. Una copa, un paréntesis... y quizá algo más.

-Ponme uno de esos.

Responde señalando uno de los combinados dibujados en una especie de panel, con un precio asequible al lado. No es habitual que beba, pero hoy hay algo en el ambiente, o en sí misma. Algo que despierta una alerta en su interior...

Atardecer en Dearic, capital de Talus, uno de los planetas siameses de la federacion Del mundo Doble.

Un deslizador Arrow 23, algo destartalado pero con los motores y el armamento en optimas condiciones, desciende frente a la zona de aterrizaje del garito la Boca del Sarlacc. Uno de los locales con peor reputacion de la zona mas sordida de la capital Planetaria. Una vez que se posa, los motores detienen su agudo siseo pero no se apagan totalmente. LOs sistemas quedan en Stan by. Una precaucion adecuada teniendo en cuenta quien es su piloto.

De su carlinga, baja de un salto un individuo con cara de pocos amigos. Y de entre todo su aspecto, destaca su blaster enfundado bajo, muy bajo. Facilitando su posible uso.

Un droide de vigilancia se aproxima y el piloto del deslizador, acorta distancias con el el droide cuando lo ve llegar.

No tarda en producirse un intercambio de créditos y unas palabras resuenan.

Guarda este trasto con mucho cuidado. No quiero el mas mínimo problema a la hora de reembarcar. Espero que esto, te haya quedado claro.

El Droide asiente con su cabeza y antes de echar a caminar hacia la entrada del garito, el piloto echa un vistazo a su alrededor.

Y no puedo evitar sonreir con cierta mueca irónica cuando descubro que no soy yo solo el único que ha dejado su vehículo en condiciones para un despegue rápido. Si. La fama del antro al que voy a entrar, es de sobras conocida en todo el sector.

Avanzo con paso rapido hasta la entrada protegida por dos matones. Uno de ellos echa un vistazo a mi blaster y yo, encogiendome levemente de hombros, me limito a señalar la entrada. El matón asiente y las puertas se abren ante mi.

Al entrar, me golpea en toda la cara el aire viciado y el estridente sonido de la música de moda. El local no es que destaque por su iluminacion. Pero yo, tengo trabajo que hacer. Por tanto, lo primero que hago es aproximarme a la barra y pedir a una de las camareras, una bebida bastante ligera. Pues lo único que quiero es pasar desapercibido en medio del ambiente. Y hecho esto, me limito a dar una vuelta por la sala principal del bar, buscando al individuo responsable de que halla aparecido por ese local.

Me reparo un par de motores de unos ala X y luego me voy a la cantina a beber una cerveza corelliana acompañado de un alienígena de color morado que ni habla ni entiende mi idioma

Tras entrar en el bar con paso firme y la cabeza erguida me siento no sin antes limpiar el asiento un poco, aunque sepa que no servira de nada.

- Esto me recuerda a mis tiempos de militar siempre esperando y lleno de tiempos muertos hasta que de repente surge la acción, y aqui estamos Lardeek y yo nuevamente en un tugurio de mala muerte rodeados de escoria. !Maldita sea, cuan bajo he caido por lo menos espero que la mision sea importante y no estemos perdiendo el tiempo de nuevo!. Por lo menos tomemos una "buena" bebida.

- ¡Besalik¡ ¡Dos nuskits con nitrogeno para esta mesa!

Algo extrañado por el tono de voz de su cliente, el camarero toma nota y mira con cara de pocos amigos al nuevo - "¿Acaso cree que me entero con tanto jaleo?" - el gran Besalik, más fiero por su aspecto que por su manera de actuar, se acerca a los recien entrados - "¿Decía el señor?" - pregunta con dulce ironía.

Lo primero que ves al entrar es a dos soldados de asalto descansando en la barra. Aún no te han visto, pero viene a tu memoria tus últimas correríias delante de una patrulla. ¿Te tendrán fichado? ¿No sería mejor esperar dentro de tu vehículo? Son las preguntas para las que aún estás a tiempo de corregir tu actuación...

Llegas lo más rápido que puedes. Hace dos minutos que habías quedado en éste local y, gracias al control del Imperio sobre sus 'ciudadanos', te has visto retrasado, cosa que te molesta sobremanera.

El ruído de la música, el humo y la trémula luz del antro hacen aún más inquietantes los rostros que te miran al entrar.

No sabes por qué, pero parece que quieren hablar contigo y no tenían otro sitio más agradable en el que quedar. La Rebelión parece no tener gusto por sitios de reunión. Lo único que te dijeron fuera que buscaras a un Duro llamado Lardeek.

El personal presente no dista mucho de la imagen que presentas, por lo que entras sin problemas y oteas entre los presentes.

Un par de soldados de asalto se encuentran tomando un refrigerio en la barra, a cuenta de la casa. Un extraño tipo se encuentra en otra mesa, con los pies sobre la mesa y su bláster y casco junto a ellos, degustando uno de los brevajes que allí sirven. Y tres seres con múltiples brazos se entretienen jugando a algún juego de mesa autóctono. Un Twi'lek ocupa una de las mesas y otra está ocupada por un duro y un humano, ¿será ese al que buscas? No te dijeron que fuera acompañado...

Un Besalik regenta el lugar y está con ellos, precisamente.

Un tipo algo apresurado entra en el bar.

Se planta en la puerta y otea entre la gente, ¿a quién buscará? Podría ser a alguno de ustedes. Todos tenéis un motivo para que os busquen... y por el que esconderos.

- Si camarero. He pedido dos nuskits con nitro, como sabrÁs un cÓctel clásico de los tugurios de pilotos.

Mientras hablo con el camarero sigo vigilando la puerta por si acaso entra en el bar el ingeniero que esperamos, y de paso observo si hay alguna otra salida de este sitio. Nunca esta de mas tener una vía de escape, como nos enseñaban en la academia hace tantos años.

El camarero lanza una sonrisa forzada - ¿pero quién se habrá creído el estirado éste?" - y responde - "va a tener suerte, 'señor', puedo servirle esa bebida que acostumbra a beber en tugurios de pilotos" - la indignación se hace palpable en sus palabras mientras se vuelve hacia la barra anotando la comanda.

El camarero se dirige hacia la mesa del duro, aunque éste no habla, pero sí parece mantener un intercambio de palabras tensas con el otro cliente, tras lo que se vuelve y se dirige a la barra.

El ruído te hace imposible enterarte de la conversación desde esa posición.

Un vistazo para ponerme en situación, eso basta. Las mesas, sus ocupantes, la barra...

...y ese tipo que acaba de llegar. Está barriendo el local con los ojos, como yo misma. Como todos aquí, excepto los que ya han puesto en ellos el velo turbio de alguna sustancia que les ayuda a aturdirse. Error, aquí dentro.

Pero ese tipo está bien despierto, y busca a alguien...

Sentado junto a Luther observo el resto de la cantina.

- Siempre igual... Hay millones de sitios mejores que este, ¿por qué siempre son en sitios de mala muerte las reuniones?

Sigo observando el bar y me percato de la presencia de una bella  Twi'lek.

- Eh, Luther, ¿por qué no invitamos a una copa a esa belleza? Así la espera se hará más amena.