Partida Rol por web

habiamos tenido mala suerte, no habiamos encontrado nada, y ahora que, eso mismo me atrevi a pregurar a mi superior...

- Señor, y ahora que?

Ustedes dos, -ordenó a los policías- vigilen a este hombre. Vamos a revisar este callejón en busca de algún artefacto. Hastings, vuelva al interior y ocupe su puesto. No conviene debilitar la vigilancia por una sospecha, aunque sea razonable.

Señor Elser, confío en que sea usted nuestro terrorista, de lo contrario nos estará haciendo perder un tiempo valioso.

La frase fue pronunciada con segundas intenciones, la de busacr un atisbo de satisfacción en su gesto, un leve movimiento que le condenara a la culpabilidad.

En el interior del local todo es devoción y atención, las palabras de nuestro dirigente son recibidas con entusiasmo y gran atención. Todo es euforia y exaltación, todos los movimientos parecen sospechosos y los nervios de varios policías están como los mios, a flor de piel y a punto de saltar. Los movimientos de Hastings y Rudolf no me pasan inadvertidos, pero no dejo mi puesto, algo pasa, esperemos acontecimientos.

- a sus ordenes señor!.

y dicho esto se encamina a su posicion, donde se mantiene en posicion de firme mientras observa lo que ocurre a su alrededor.

Cuando el teniente empieza a dar órdenes y Hastings regresa al local a acompañar a Martin y Rudolf, Heiser detecta una ligera mirada de nerviosimos del señor Elser al interior del edificio...

“Algo va mal...”

Noto una extraña calma en los huesos. Seco mi mano sobre la solapa de cuero que protege la empuñadura de mi automatica. Lanzo una larga mirada a la concurrencia, no sabiendo muy bien que debo buscar...

“Cualquiera de estas personas podria atentar contra el Fhürer. Cualquiera... Y tampoco nadie tendria porque hacerlo. Herr Kruger dijo que se trataba de extremistas, radicales... Idealistas politicos... Maldita sea... Tendriamos que estar en el frente, luchando como hombres ... De cara al enemigo, con un fusil en las manos y un himno en los labios... Maldita sea”

Hago un gesto con la cabeza, señalando la salida y echo a andar, seguro de que Hastings me habra entendido. Ya fuera del local, tomo aire antes de informar a nuestro oficial de lo infructuoso de nuestros esfuerzos...

“... Y eso es todo, Herr Oberleutnan. No hemos encontrado nada de nada...”

“Y sin embargo... SE que algo va mal...”

Está dentro...ya está dentro...

¿Cuánto tiempo tenemos, señor Elser? Sabe perfectamente de qué le estoy hablando. La bomba ya está dentro. El Führer saldrá en cualquier momento por esa puerta hacia un lugar seguro. Pero no todas las personas que hay dentro podrán salvarse, no podemos sacarlas a todas si no nos ayuda. He visto un matrimonio en al cervecería, con cinco niños, hijos suyos, o amigos de sus hijos. ¿Quiere matar niños? ¿Es acaso uno de esos monstruos? Dígame cuanto tiempo tenemos para salvar a todos los que podamos.

Von Heiser alzó la mano y le sacudió con el guante en la cara al relojero.

¡Ya!

Y con un gesto ordenó a Birnabum que se acercara.

"¡¡¿¿QUE??!!"

Noto como si me faltara el aire al escuchar las palabras del teniente. No puedo por menos que mirar a uno y a otro, mientras noto un leve temblor en las piernas...

"¡Dios mio...! Es cierto... ¡¡Hay una bomba en el local!!"

El sonoro guantazo que le propina el teniente a nuestro sospechoso tiene un efecto revulsivo sobre mi persona, y cierro la boca con rapidez. Con la misma rapidez con la que acudo al requerimiento de mi oficial...

"¡¡Jawohl, Mein Herr Oberleutnan!!"

Elser parece dispuesto a decir algo pero guarda silencio con firmeza ¿Sería acertada la premonición del teniente? ¿Había una bomba en el local o los planes sería otros?

Cabo... -empezó a decir el teniente, es posible que se jugara más de lo que podía imaginar en esa frase- que evacúen al Führer del local, con toda la dignidad que pueda conseguirse. Después que desalojen a los invitados.

Ya estaba hecho. Toda su carrera se había puesto en juego con esa orden.

Noto como la sangre abandona mis mejillas y palidezco visiblemente. Aun así, me cuadro con un taconazo firme y saludo, dispuesto a cumplir las ordenes.

“Evacuar a Adolf Hitler... Al Führer de Alemania... Con la mayor dignidad posible... De esta, o nos condecoran o nos fusilan...”

“Jawohl, Herr Oberleutnan Von Heiser.” Me giro hacia Hastings y los demás, haciéndoles un gesto para que me sigan. “Siganme.”

Mientras volvemos al edificio, susurro el plan de acción a los hombres de mi escuadra: “Bien. Quiero a Hastings junto al estrado y a otro mas con él. De guardia en la cocina y otro controlando la barra. Informaremos a los asistentes de que hay una fuga de combustible de la cocina. Sin dar demasiados detalles, conduzcanles a la salida, de forma educada pero con firmeza. Sacaré al Führer por la puerta de atrás y me reuniré con el teniente. Ante cualquier pregunta, remitanles a nuestro cuartel o a Herr Kruger. ¿Entendido?”

Detengo mis pasos y me giro para comprobar que me han entendido. Satisfecho, sonrió y me encamino hacia el estrado. Con decisión y firmeza, alcanzo al asistente mas cercano y le conmino a que me deje acercarme a Adolf Hitler.

“Soy el cabo Rudolf Birnbaum de la Wehrmacht. Tengo orden de evacuar al Führer. Tenemos un problema en la cocina. Mis hombres y yo nos hacemos cargo. Debo informar a Herr Hitler personalmente.”

Los soldados del comando asienten y siguen a Rudolf de vuelta a la sala. Allí Hastings se coloca a un lado del estrado mientras que los demás se posicionan en los lugares indicados. El cabo se acerca a uno de los asistentes del Führer que le escucha con las cejas enarcadas lo que tiene que decir.

-¿Está loco, cabo? -le espeta el asistente- ¿Evacuar al Führer por un estúpido problema sin determinar en las cocinas? Que se ocupen los empleados, por Dios. No podemos interrumpir el discurso de nuestro líder por una tontería de ese calibre. Regrese a su puesto, soldado.

Noto como me arden las orejas y las mejillas de verguenza ante la reprimenda del asistente. Y, durante uns preciosos segundos, me quedo sin palabras, con la boca abierta, sin saber que decir.

"Maldito chupatintas..."

Cierro la boca en el acto y tenso la mandibula antes de agarrarle por la pechera y acercarmelo a la cara. Con la otra mano, destrabo la solapa de la funda de mi pistola, listo para la acción. Entre dientes, con la voz mas amenazadora de la que soy capaz y mirandole directamente a los ojos, le espeto...

"Escuche, Herr Schreiberling*, tenemos un problema grave. Hay una bomba en el local y no tengo tiempo de localizarla. Voy a sacar a Adolf Hitler de aqui. De usted depende que conserve su dignidad o de que lo saque como a un saco de patatas. ¿Entendido?.**"

 Con profundo desprecio y deliberada lentitud le suelto y le atuso las solapas con la mano, mientras mantengo la otra sobre mi arma. Por el rabillo del ojo, controlo la situación de la sala, calibrando las posibles reacciones ante este incidente.

Los ojos del asistente se abren como platos cuando Rudolf menciona el tema de la bomba.

-¿Una... una? Pero es gravísimo... tenemos que... que... -se acerca hacia el estrado donde el Führer está tomando un respiro bebiendo un sorbo de un vaso de agua que tiene cerca. El asistente le susurra unas palabras al oído y Adolf Hitler lanza a Rudolf una mirada penetrante antes de bajar del estrado. El asistente se acerca de nuevo-. Ya puede dirigirse a la concurrencia, por favor, intente que no cunda el pánico.

Por el rabillo del ojo Rudolf puede ver a Kruger lanzar una media sonrisa maliciosa cuando ve los aprietos del grupo.

hastings no dice nada, sige a Rudolf pero esta alucinando, esto puede ser la terminacion de su carrera si no hay bomba y por lo que ha visto, en en water que es donde le pillaron al tio no habia nada y ahora le han cogido entrando, por lo que no ha podido tener tiempo de activarla, pero a el no le tiene en el ejercito para pensar, asi que deja de hacerlo y se pone en posicion, siempre un paso por detras de Rudolf.

El pequeño grupo que somos arropando a Rudolf, haremos lo que tengamos que hacer y más vale que parezcamos enérgicos. La tensión se puede cortar con un cuchillo, aunque la mayoría de la gente continúa atenta a las palabras del Fürher ajenas a todo lo demás.

Rudolf tiene éxito y le van a comunicar a Hitler la noticia. Este breve momento aprovecho para susurrar  nuestro cabo:

-Si la bomba no ha aparecido dentro, puede que se encuentre en el vehículo de evacuación, sería aconsejable usar uno camuflado de la policía y revisar el oficial. ¿Qué te parece?.

El asistente se dirige de nuevo a nuestra posición, lo que puede ser un batallon disciplinario o una felicitación se verá en poco tiempo.

Hago un esfuerzo por conservar la calma. Noto la garganta reseca y la fria y despectiva mirada de Kruger, asi como la expresión incredulidad d emis hombres... "Saben que no tenemos nada... Que nos la estamos jugando... Pero nunca han juzgado a un soldado por obedecer las ordenes de un superior... Joder"

Estiro la guerrera de mi uniforme, para dirigirme al publico, sin embargo, la sugerencia de Lahousen es razonable, asi que tomo la decisión de esperar un segundo... "Ademas... yo no quiero explicarselo al publico... Es a Herr Hitler a quien tengo que dar explicaciones... Maldito chupatintas... ¡¡Soy soldado, no politico!!"

Con rostro impasible y sonrisea petrea, doy instrucciones a los hombres:

"Lahousen, coge un coche de la policia... Me da igual las trabas que te pongan... Robalo si es necesario. Llevalo a la parte de atras y esperanos ahi. Tienes cinco minutos... Ve."

Pongo los ojos en blanco y me giro a Hastings, para espetarle:

"Mientras hablo al publico, saca de aqui a Herr Hitler y a ese ayudante suyo. Se amable y educado, pero firme. Tienes unas ordenes que cumplir, ¿entendido? Si en cuatro minutos, Lahousen no esta esperando con el coche, montad en el nuestro y salid de aqui."

Carraspeo sonoramente y, despues de saludar marcialmente a Adolf Hitler me vuelvo hacia la concurrencia. Espero unos minutos, calibrando las reacciones del publico, buscando cualquier indicio, cualquier gesto sospechoso.

"Mein Führer. Damas y caballeros. Tengo ordenes de evacuar el local de inmediato. Saldran de forma ordenada y se colocaran en la acera de enfrente, mostrando sus identificaciones a estos caballeros"

Señalo con un amplio gesto a las fuerzas del orden presentes y al resto de mis hombres. Lentamente, me coloco de forma que pueda escudar al Führer de un hipotetico disparo.

"Hemos detenido a un sospechoso, acusado de conspirar para atentar contra la vida de nuestro Führer y debemos proceder al registro e identificación de los presentes, en busca de colaboradores. Usted..." Señalo a alguien al azar, cercano a la puerta... "Vaya saliendo, coloquese en la acera de enfrente y muestre su documento de identidad al oficial que se lo solicite. Los demas, siganle en el sentido de las agujas del reloj."

Sin mas, concluyo y me quedo en pie, con la mano en la pistolera, observando como evoluciona el desalojo.

"Y, por Dios, que todo salga bien..."

Saludo a mi superior sin envidiarle lo que le toca.

- A sus órdenes. Creo que le reconfortará un saludo oficial y salgo todo lo rápido que puedo a por un vehículo policial mientras a mis oídos apenas llegan las palabras que Rudolf dirige a la muchedumbre. Seguro que lo hace bien, si sale todo bien, podría despegar otra carrera de oficial.

Cuando me encuentro fuera, trato de localizar a un oficial de policía. Hay mucha gente, pero también muchos cuerpos en la seguridad.

En cuanto encuentro a uno, me planto frente a él, le saludo marcialmente y le digo:

- Buenos días, hay que evacuar el local, necesitamos un coche policial lo más amplio, veloz y discreto posible para sacar al Führer, y lo necesito ya. Enfatizo las palabras "sacar al Führer, y lo necesito ya".