Partida Rol por web

-¡Oh!¿Le interesa la coleccion de armaduras? magnifico esta en el primer piso... por aqui por aqui les guiare por la torre. –El jorobado soltó una risilla pasando por encima del mostrador... o solo su mitad superior, dado que sus piernas bajaron por las escaleras rápidamente -Vamos vamos, no tenemos toda la noche -De un bote, el tronco del mayordomo salta del mostrador y se recoloca en las piernas con un desagradable crujido.

Tras subir las escaleras, el extraño personaje Ianog condujo a los aventueros a una sala llena de vitrinas, algunas rotas y otras intactas. Los muros se encontraban guardados por armaduras de extraños diseños y estanterías con diversas piezas de arte, cuadros, jarrones, algunas armas y de más instrumentos. En el centro de aquella extraña sala, los aventureros se toparon con lo que parecía ser una gigantesca estatua de oro macizo de un enano más bien poco agraciado. Sería difícil saber si el que esculpió la estatua era un maestro o tenía una pobre concepción de los enanos, pero era como si esa estatua mirara de vuelta al los héroes desde su posición fija.

No solo la estatua, por momentos el aventurero le parecía que las armaduras giraban levemente sus yelmos hacia el. Pero lo que más llamaba la atención descontando aquella estatua de oro era los tres grandes cofres a sus pies.

-Bienvenido, visitantes, al museo de Dorinal Dorenson, o como lo llamo yo “don no toques mis cosas o te corto en dos” –El mayordomo estalló a carcajadas solo entendiendo en la gracia de su frase, aunque se podía imaginar que tenía que ver con el hecho de que antes estuviera cortado en dos. –Pero no os preocupéis, el bueno de Dorinal perdió su capacidad de cortar en dos a la gente cuando decidió convertirse en una estatua de oro macizo sobredimensionada ¿no es verdad amigo mío? –El mayordomo se volvió a la estatua que parece irradiar ira en su congelada figura dorada y le da unas palmadas. –Claro que su especialidad era crear objetos mágicos como estos jarrones y armaduras. y últimamente pasa el tiempo en darles vida tomando almas de visitantes, así que hagas lo que hagas ¡No toques sus cosaaaaaag!!!! –Una lanza salió volando desde detras de los aventureros, empalando al mayordomo contra la pared contraria. -auch..¿Otra vez? -Pregunta el jorobado mientras otras tantas armaduras cobraron vida ante los ojos de los heroes, amenazándolos con sus armas. No solo las armaduras si no todas las piezas del museo. Los jarrones se alzan en el aire y se lanzan contra ellos, así como los cuadros, mientras varias luces espectrales sobrevuelan la sala girando alrededor de la furiosa estatua de oro

No hay lugar al que retroceder. Rodeados, los héroes se vieron obligados a enfrentar las armaduras animadas bajo la vigilancia del gigante dorado.

Los aventureros avanzaron hasta el primer piso, allí las vigilantes guardianas de la torre se encontraban como antes: aguardando a cualquier intruso que intente arribar a la "fiesta" de su señor.

-¡Igor! ¡Pequeño libidinoso! ¡Parece que hasta te gustan los golpes! -exclamó Deadpool cuando el sirviente fue empañado por una lanza.

-¡Chicos! ¡Haya paz! ¡Recuerden quién las despertó de su opresión laboral! -vociferó, cuando las armaduras se lanzaron, naturalmente, sobre ellos- ¡Deberían amarme!

Siguió la guiada del tétrico mayordomo a lo largo de la torre con paso tan liviano como seguro hasta dar con las estancias de las estatuas doradas. Sentía a su alrededor la energía de la que hablaba el jorobado. La esencia de las estatuas refulgía de historia y significado, pero otra presencia, de más poder y magnitud, mágica y con una voluntad atada a un solo propósito, sacó a Valdärikel de la contemplación. Los gritos de Deadpool rellaban la estancia en contraposición a la silenciosa actitud de la guardiana, hasta que las armaduras animadas tomaron presencia.

Rápidos y precisos parecían ser los golpes de Deadpool, que las armaduras caían en el cordón de seguridad que había formado frente a la muchacha.

Elevó el cáliz por encima de sus hombros y su mirada se fijó en él con concentración y consagración hasta convocar un destello cegador desde su interior. El agua brotó de él, y éste reflejaba una intensa luz que llenó la estancia, llegando a cegar por unos instantes a todo aquél que la miraba.

Esta vez sobre aviso, los aventureros se enfrentaron espalda contra espalda contra las armaduras animadas. Sabiendo que un golpe normal no hara suficiente daño, Deadpool consiguió golpear las extremidades de las armaduras con sus armas, haciendo que se rompan bajo su propio peso y volviendo a las armaduras incapaces de blandir sus armas, mas poco faltó para que le asestaran otro golpe con uno de sus grandes mandobles.

Por su parte, la magia de Valdärikel surtió un gran efecto, golpeando con su luz cegadora las armaduras, que aunque no tenían ojos, caigan al suelo abandonadas por los espíritus que las poseían por la magia del enorme enano de oro, que miraba incapaz de hacer nada.

Finalmente los objetos cayeron al suelo, cuadros, vasijas, armaduras y de mas utensilios golpearon el suelo, extendiendo el ruido por toda la sala.

Ianog se descolgó como pudo de la pared, dejándose atravesar por completo por la lanza y escapando por el otro lado.

-Ufff… bueno eso no ha estado tan mal. Pero luego me tocará limpiar este desastre –Dijo desilusionado. -Bueno, ahora que las armaduras no van a seguir dando por culo, os presento la atracción favorita de los amantes del juego en la torre. –El jorobado mayordomo se acercó riéndose a los cofres que había a los pies de la estatua de oro, tres en total. –Los fabulosos cofres devoradores de Dorinal… cuidado no acerquéis demasiado ninguna extremidad u os la arrancara de un bocado.

Al decir esto los cofres se abrieron mostrando enormes dientes y grandes lenguas que estiraron intentando agarrar al mayordomo.

-Si dais de comer a los cofres cualquiera de vuestros objetos, los cofres os darán un objeto al azar que hayan guardado durante los últimos años. ¡Puede haber de todo! Montones de oro, pociones maravillosas, capas mágicas, tomos de poder, incluso bollitos de canela. Pero cuidado, también os puede soltar un montón de fabulosa nada, o escupiros los huesos de alguna pobre victima que se acerco demasiado sin darles de comer –Entre risillas maliciosas, el mayordomo indico a los aventureros que se acercaran –Adelante, podéis usar los tres, pero solo funcionara una vez. No está bien sobrealimentarlos ¿no os parece? Cuando estéis listos subiremos las escaleras.

Deadpool se quitó el polvo de los hombros mientras Ianog les presentaba los mágicos y tenebrosos cofres.

-¡Ah! -gritó el aventurero de rojo- ¡No pienso acercarme a esas bestias! ¡No dejaré que arruinen mi traje! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Que quiero comer chimichangas!

Desvió la mirada, sin prestarle más de dos segundos de atención a los cofres. Ningún sortilegio de Caratra podía ser comparado a un juego de azar.

-Bien entonces sigamos a…–El mayordomo dió un salto cuando los cofres intentaron darle un bocado y se colocaron bloqueando el acceso a las escaleras del siguiente piso. –Bueno, parece que no aceptaran un no por respuesta y su magia es demasiado fuerte como para romperlos. Tendréis que darles de comer para que nos dejen pasar. Vamos animaos a jugar, seguro que os tocara algo magnifico y siempre podéis usar lo que consigáis de un cofre para alimentar al siguiente…

El mayordomo se frotó las manos -¿Estáis seguros? Han comido tanto durante las últimas décadas que es seguro que os darán algún objeto a cambio del que le deis de comer… además siempre podéis usar el objeto que os de uno de ellos para alimentar a otro ¿Estáis seguros de que no queréis probar?

- ¿Y qué ocurriría si rompemos el conjuro que ata a esos cofres a su voluntad? ¿no estaría a nuestro alcance lo que contengan de igual modo? No me es atractivo deshacerme de algo valioso para ganar algo que ignoro su utilidad.

-Mhm... -dijo Deadpool, pensativo- Ahora que lo dices, si tengo algo que me incomoda -se llevó una mano al trasero, rebuscó allí y extrajo una enorme antorcha apagada-. Listo, ahora me siento más libre. ¡Toma, pichicho!

Sin más, arrojó la tea a uno de los cofres, quien la devoró en un periquete.

El cofre escupe:

Ponles una imagen que tú quieras y nárrales como las obtienen. Que se las apunten en su equipo y las añadan a la descripción de su personaje.  

El cofre animado atrapó la antorcha con la lengua y la devoro con voracidad, tragándosela de un bocado. Tras masticar durante unos segundos, el cofre escupió un cinturón cuya hebilla de oro tenia la forma de una cabeza de león y estaba rodeado de tres runas mágicas.

El mayordomo abrió los ojos con sorpresa –Oh! Que afortunado eres! Ese es el Cinturón del Caballero Leon. Lo recuerdo muy bien, Dorinal lo creó hace muchos años para sanar a su portador incluso durante el combate más encarnizado. Con sus tres runas mágicas podrás usarlo tres veces para sanar tus heridas. Un gran objeto sin duda alguna.

-Bien, ¿queréis abrir algún cofre mas en vista de lo que podéis obtener o seguimos subiendo?

- La Dama Fortuna os sonríe, Deadpool. Con este artefacto el éxito en nuestra empresa se encuentra más cerca.  -Miró después al mayordomo y asintió solemne. - Continuemos.

Deadpool dejó escapar un chillido de placer ante la vista del artefacto. Con delicadeza lo tomó y se colocó el cinturón sobre el suyo.

-¡Soy tan hermoso! -soltó, contemplándose con embelesa- ¿Qué te parece mi nuevo outfit? ¿No te seduce mi figura?

Escuchó que Valdarikel quería continuar.

-¡Espera! -dijo, mirando al mayordomo- ¡Igor! ¡Quiero probar suerte de nuevo! Esto es muy divertido. ¡Es como ir a la feria!

Deadpool tomó una de sus pociones y la arrojó a un segundo cofre.

Una vez mas, el segundo cofre se tragó de un bocado la pócima, y tras un sonoro eructo escupió a los pies de Deadpool un pergamino lleno de runas mágicas con el dibujo de una figura humana rodeada por una esfera.

Tras míralo con ojo crítico, el mayordomo pudo identificarlo. –Oh si, eso es un pergamino de conjuro “Esfera elástica de Otiluke” un conjuro de cuarta esfera de lo mas divertido. Envuelve al conjurador en una esfera mágica que hace rebotar cualquier ataque… Peeeeero –Tras una risilla añadió –Atrapa al conjurador en una bola de hámster gigante desde la cual no puede usar armas físicas, aunque si magia. Obviamente requiere un tiempo adecuado para activar el pergamino, asi que se recomienda no hacerlo en combate o podría salir mal y acabar como el propio Otiluke… asfixiado en una bola de hámster gigante –Rió malicioso ante la temible perspectiva.  –Bien, queda un cofre mas ¿Quiere probar suerte una ultima vez señor Deadpool?