Partida Rol por web

Creación, Nuevo Amanecer

Ruth-Adum. La casa de los dioses

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25/04/2016, 22:26
Director

En el principio solo estaba el Padre, solo, en la completa oscuridad del vacío, sentado en su trono desmoronado. Su esencia, débil, se difuminaba junto con las ultimas partículas subatómicas del cosmos, así como las ultimas energías mágicas del universo y las últimas leyes físicas.

Todo final es un principio, y después del Padre llegó un nuevo amanecer y un nuevo ciclo.

 

La nada se volvió todo y la nueva luz se expandió, iluminando un nuevo universo. La esencia del Padre se dispersó entre la luz de las estrellas recién nacidas, como pequeñas nubes que pugnaban por tomar forma.

En un tiempo que os parecieron segundos o eones, nacéis en ese nuevo universo. De la esencia del Padre, siete divinidades abren sus mentes por primera vez a lo que los rodean. Poco a poco sois conscientes de vosotros mismos, veis como las estrellas parecen obedecer a vuestras ordenes y os rinden pleitesía con su distante parpadeo.

La esencia que os dio forma termina de arremolinarse y unirse al ether de vuestros cuerpos. Sentís como esa esencia os alimenta y os da fuerza, mas en el momento en que se termina os castiga con hambre de mas.

Vuestros sentidos se extienden al universo y sentís como os atrae al centro del cosmos, donde toda la esencia divina parece dirigirse. Podéis sentir a otros entes como vosotros, o quizás solo sean reflejos de vuestra nueva hambre.

No sabríais decir cuánto tiempo transcurrió desde que fuiste consciente, hasta que estabas listo. Sentiste nacer y morir planetas, estrellas y galaxias. Hasta que decidiste que ya era suficiente de inactividad. El centro del cosmos y su esencia te atraen y tu destino solo está a un pensamiento de distancia.

Notas de juego

Post solo para el director por ahora.

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26/04/2016, 00:59
Urdamesh
Sólo para el director

Al principio no había nada, no era nada, no era ni tan siquiera un pensamiento, tan solo la sombra de uno, el reflejo de una idea inconsciente que sin pensamiento o voluntad alguna, simplemente existe, vagando por el inconmensurable universo al que Padre había dado vida en busca de algo que diese sentido a su existencia pero sin ser consciente de esa búsqueda… y ese algo lo encontró en el corazón del nacimiento de una estrella, una esfera de pudo fuego que envolvió la idea, moldeándola, dándole forma. La idea se volvió fuego, fuego que luchaba por mantenerse integra, por crecer sin ser absorbida por otras llamas o ideas de permaneces siendo ella, pero una ella mayor.

Con aquella lucha como combustible para su fuego, la idea fue creciendo como una inmensa esfera de violento fuego que ardía con furia mientras a su alrededor, incontables estrellas orbitaban a su alrededor, como si le rindiesen pleitesía. En ese momento, la idea que ya no era tal, había crecido también en espíritu hasta volverse una entidad capaz de moldear la propia existencia. Y entonces, en lo que bien pudo durar un solo instante o extenderse durante eones, aquella entidad despertó, consciente de sí misma por primera vez. Su primer pensamiento resonó en toda la Creación

Soy un Dios

Dijo sin voz, revelando en ese pensamiento su propia existencia, dejando patente su voluntad, y en respuesta a ello, las estrellas a su alrededor respondieron brillando con fuerza. Pero aquello no había acabado, no, era un Dios, pero sabía que me faltaba algo, que aún no estaba completo… y como respuesta a esa idea, la esencia que le había dado forma termina de arremolinarse y unirse al ether de su cuerpo, haciendo que aquella inmensa esfera de fuego empezase a contraerse, cada vez más, concentrando todo aquel fuego en una forma mucho más pequeña, definida y que vino acompañada por el surgir de una identidad propia.

Soy Urdamesh- dije, hablando por primera vez con mi cuerpo y al hacerlo, se volvió una realidad. Ahora las piezas encajaban, ahora sabía quién era, sintiendo como esa esencia que me había formado  me alimenta y da fuerza, haciendo que me sienta pleno durante un instante… pero el momento en que se termina dicho instante, aparece el hambre y me asalta el deseo de más. Y buscando como saciarlo, expandí mis sentidos hasta que noté una especie de tirón, de atracción, que parecía llamarme a lo que parecía ser el centro del cosmos, mientras que en otros lugares de aquel universo, esencias similares a la mía parecen reflejarse en él.

¿Qué eran? ¿Reflejos de sí mismo? ¿Vestigios de un distante pasado? ¿O eran algo más? Las preguntas surgían en mi mente mientras a mí alrededor, planetas, estrellas e incluso galaxias, nacían y morían, hasta que decidí que era tiempo de buscar las respuestas, así como una manera de saciar mi hambre…

Y solo había un lugar donde poder hacerlo.

Con un pensamiento, me dirigí hacia allí, transformándome en una ardiente esfera que en su camino dejaba una inmensa estela de fuego.

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26/04/2016, 02:43
Cassandra

El nacimiento de Cassandra, como supondría mas tarde para los demas dioses tambien, fue cuando un conjunto de estrellas junto a la esencia del padre de todos ellos.  Aunque a diferencia de sus demás hermanos habia algo mas en la esencia que había adquirido un poder extraordinario por sus faltas de limites que ella pronto llamaría magia.

Pero mientras proba los limites de esta sentia que la energia que le daba las estrellas no era suficiente y como una consecuencia inesperada la dejaba con un hambre que la hacia hervir de furia.

No pudo estar segura cuanto paso en sus pruebas cuanto tardo en descubrir tantas maravillas que la hicieron ignorar las destrucciones y vacio de varios cuerpos en su espacio proximo, a pesar que una parte menor de ello habia sido generado por su involucramiento. Sin embargo cuando noto como algo parecio llamar su atención a lo lejos no dudo en moverse a esa direccion esperando con ansias poder alimentarse hasta quedar satisfecho.

Aunque al notar otros seres como ella se indigno, sintiéndose menos especial mientras era acompañado por esos otros seres hasta el centro del universo.

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26/04/2016, 12:29
Aelfwen
Sólo para el director

Fruto de aquella esencia primordial, de la luz más pura, de las estrellas y los soles, nací yo, la diosa de la luz y la vida, eternamente enamorada de la luz que me dio forma. Poco existía, pero era bello y yo estaba complacida, flotaba letárgica en el cosmos recién creado, ajena a nada más que el alimento a mi ser. Hasta que se acabó. El hambre me azotó y sentí un tirón hacia el centro de aquel Cosmos neonato, sin duda una alegoría de la vida que estaba por llegar.

Otros hicieron también el viaje. Ardía de deseos de hablar con ellos, de explicar mis deseos de expandir mi felicidad, la vida, la luz, de alumbrar para el nuevo Cosmos todo tipo de maravillas. ¿Querrían los demás? ¿Qué aportarían?

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26/04/2016, 12:45
Sólo para el director

Al principio, no había nada. Nada salvo la esencia primera, que era el Padre. Nada salvo la eterna oscuridad.

No puedo afirmar que estuviese ahí, y tampoco podría negarlo, pues de alguna forma mi interior conocía lo sucedido. Conocía el pasado, el presente, y en una manera incierta también albergaba en mí el futuro. Sentí desde elññrincipio cómo la esencia del nuevo universo me alimentaba y me nutría, sentí cómo mi mano podía agarrar las estrellas e imponer mi voluntad a éste lienzo blanco que era el universo.

Pero eso era un futuro, un futuro cercano. Antes de eso, debería remitirme a mi principio. El momento en el que pasé a ser por mí mismo. En ese momento, lo primero que hice fue sentir... Sentir cómo lo que sería mi carcasa surgía, reteniendo la esencia que me componía en una forma clara: bella, perfecta... Divina, o casi. Poco a poco surgieron otros sentidos menores: aprecié el olor de las cosas; toqué el frio del espacio y el calor de las estrellas y mi piel se volvió oro; vi la infinita oscuridad y el brillo cegador y mis ojos se hicieron zafiro y lapislázuli; escuché la armonía que generaa el movimiento ordenado de los planetas y galaxias, y al mismo tiempo la cacofonía que se producía de alguno en específico; y por último noté en los labios el sabor de la ambrosía que me alimentaba, el poder absoluto, aunque de cierta forma sentí el sabor de todo lo que había en la galaxia, lo mejor y lo peor.

Y tras esto, entendí que ésta forma de comprensión era única: que sólo habría de existir en mí y en otros como yo si los había. Que era mi deber notar la existencia de todo ese orden, esa armonía, y mostrarla a otros seres conscientes si existían. Así pues, atrapé el caos y la furia, no se si de una estrella o algún planeta, y convertí el fuego desbocado en algo claro y definido, algo ordenado, e hice que fuese una capa que ondease a mis espaldas para adornar mi esencia divina.

Poco a poco, el alimento se acabó, y eso me despertó de mi letargo. Tarde o temprano debía ir a buscar más, y pensé que probablemente había sido de los primeros en despertar, pues estaba en mí el deseo de traer el orden a todo, y el hecho de que un ser como yo pudiera padecer de hambre era una de las primeras cosas que había que solucionar. Así pues, mi atención se enfocó hacia el centro de la galaxia, deseando ver y conocer lo que allí había y por qué allí se concentraba la esencia.

Notas de juego

Escribo desde el móvil y ando un poco mareado. Sinceramente, no tengo claro que el post esté dotado de la rimbombante actitud que quería darle, pero de momento así se queda xD

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26/04/2016, 18:28

En algún momento, el nuevo dios había obtenido conciencia. Extendió los brazos y las piernas, acariciando su propio cuerpo y gozando del tacto de su suave piel. Se pasó ambas manos por la cabeza, entrelazando los dedos con el oscuro cabello que caía hacia atrás y los lados. Un instante después, sonrió y se cubrió los ojos, creando de la nada una máscara que escondería su rostro y su expresión. Sabía cómo y por qué había nacido, pero no le interesaba más que esa extraña sensación que sacudía su interior. Después de haber absorbido toda la esencia que era suya por naturaleza, tuvo la necesidad de encontrar más.

Avanzó una distancia tan indefinida como el tiempo que había transcurrido desde que había abierto los ojos y la mente. Escuchó a la nada y volvió a sonreír. Siguió hacia delante, alcanzando con cada gesto la grandeza de todo lo que le rodeaba. Jugó con las estrellas, haciendo que brillaran a intervalos impredecibles y que lucieran colores distintos. Cuando las dejó atrás, se concentró en lo que había notado también desde sus primeros momentos de existencia: había más como él. ¿Serían iguales? Por su esencia, se atrevía a pensar que eran, al menos, muy parecidos. También sabía que, igual que él, se estaban moviendo hacia el centro de todo. Allí había algo que le llamaba. ¿Quizá la esencia que quedaba por consumir? ¿Quizá nuevas formas de conseguir esa esencia? El instinto primario se apoderó del dios, que mudó de forma y se transformó en una criatura totalmente distinta y que imitaba la apariencia de su máscara.

Corría a cuatro patas, meneando con alegría su nueva cola azulada y ladeando las orejas hacia todas las direcciones, buscando algún rastro de ruido. Pisaba en la nada, moviéndose a gran velocidad y haciendo temblar los astros que rozaba en su carrera. Le encantaba sentir la necesidad del deseo, el deseo de descubrir las novedades que le ofrecía su existencia, de encontrar a las otras seis esencias y de conseguir más de esa deliciosa energía pura que le daba fuerzas para continuar.

Al tener el presentimiento de que ya alcanzaba su destino, volvió a su apariencia original, recogiendo la juguetona figura animal de nuevo en su máscara. Continuó su camino con un movimiento más tranquilo, apreciando cada paso que daba por el universo. Algo le decía que no sólo encontraría algo de lo que alimentarse, sino que, además, podría alimentar a otros. Había un hueco en su esencia que las demás esencias podrían llenar de alguna forma.

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27/04/2016, 04:24
Isëa
Sólo para el director

Desde mi nacimiento me he mantenido observando la existencia con curiosidad, inmóvil, atento.

Desde mi nacimiento he observado todos los elementos del cosmos: estrellas y planetas; supernovas y agujeros negros; distorsiones de la física y agujeros de gusano; he visto hasta más allá de lo que los mortales consideran los límites del universo. Sin embargo, a pesar de todo ello, lo que más me ha llamado la atención han sido las pequeñas criaturas vivas, con don para la inteligencia, que han sido capaces de desafiar al mismo destino.

Civilizaciones de seres con una gran inteligencia, capaces de hacer suyo el verdadero conocimiento, pero que sin embargo acababan sucumbiendo por una mísera enfermedad, o dominadas por otros seres que conocían mejor el significado del poder.

Civilizaciones con la capacidad de conquistar su mundo, su galaxia y, si hubiesen sido lo suficientemente sabios, el propio universo; pero sin embargo cayeron presos de su propia arrogancia, limitándose a sí mismos y provocando su propia destrucción. No le prestaron la suficiente atención a la importancia del conocimiento para controlar su propio poder.

Civilizaciones que lo tenían todo, pero que se encontraban huérfanas en la soledad del universo. Niños, a ojos de un dios, con la necesidad de un padre que los cobije, que les cuide y que les explique el sentido de su propia existencia. Criaturas que no supieron cómo desarrollar su potencial, y acabaron reducidas a nada.

A todas ellas las sentía mis hijas, pero sabía que no lo eran. A todas ellas me habría gustado ayudar, pero decidí que lo mejor era esperar. Sin embargo, finalmente siento que mi tiempo de letargo ya ha terminado; en este momento finaliza una etapa en mi existencia, para dar comienzo a otra.

Antes conseguía callar mi hambre con el alimento que me proporcionaba la curiosidad, pero el resultado de esa curiosidad ahora me provoca frustración. Siento que debo intervenir de una vez en la existencia de manera directa, y eso es lo que haré: crearé a mis propios hijos, desde mi sabiduría les guiaré para que no cometan los errores de sus difuntos hermanastros, y con su felicidad y progreso me alimentarán con la satisfacción de ver a mis pequeños lograr lo que nunca antes nadie consiguió: dominar el verdadero poder y conocimiento sin caer en la sumisión, autodestrucción ni extinción.

Algo me dice a dónde debo ir, ¿el centro del cosmos? Sí… pues es el origen de todo, y seguramente sea allí desde donde deba dar forma a mi deseo.

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27/04/2016, 12:44
Sólo para el director

Era todo y nada, estaba en todos los sitios y lineas temporales y en ninguna a la vez. Algo que se expandía y se retraía infinitas veces durante mucho tiempo.

Tiempo.

Esa idea, es concepto surgió de este cúmulo de cosas y empezó a concentrarse en un solo lugar. Un parpadeo,  o millones de ellos, después, Rah'Gul tenía conciencia de sí mismo. Luchó por comprender qué hacía allí, pero lo que tuvo que hacer fue algo que estaba fuera de su decisión.

Algo lo atraía y antes de poder darse cuenta estaba en movimiento hacia ese lugar que lo atraía con fuerza. El viaje fue eterno e instantáneo. Pudo ver mundos, historias, eternidades y universos nacer y morir en lo que su viaje duró; pero al final llegó a su destino tomando un poco de todas esas historias y vidas y adquirió una forma humanóide antes de llegar a su destino.

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29/04/2016, 00:03
Director

Poco a poco las siete esencias divinas se desplazaron hacia el centro del cosmos, guiados por aquella extraña sensación que los atraía como la gravedad atrae a los astros entre sí.

Al acercaros al centro de aquel nuevo cosmos, contemplasteis un extraño lugar. Es un lugar diferente a lo que habíais visto hasta ahora pero extrañamente familiar a pesar de no tener memoria sobre él. Un gran palacio flotando en el vacío, rodeado de luces y tinieblas a la par. La estructura parecía dañada, como si apenas se sostuviera, mas a medida que os acercáis empieza a recomponerse como si reaccionara a vuestra presencia.

 

 

Una primera esencia llega al lugar, envuelta en una esfera de fuego incandescente y dejando tras de si una larga estela de llamas y ascuas danzantes. Urdamesh surge de esta esfera, posándose sobre los desaliñados jardines que se encuentran ante la puerta principal del imponente palacio.

Cassandra llegó a continuación, no con un gran destello si no con un simple movimiento, guiada por su voluntad y la esencia mágica que parecía arremolinarse en su ser con especial viveza.

Aelfwaen llegó arrojando su particular luz al lugar, el jardín pareció tomar vida y rejuvenecer ante su excitación y su curiosidad.

La figura dorada de ojos de zafiro que era Ijma se hizo presente, atraído por su hambre y el deseo de traer el orden. Nuevamente continuo mejorando el aspecto del palacio, cuyas torres antes derruidas se levantaban de nuevo orgullosas e intactas.

Dos figuras se acercaron a la vez con formas más extrañas. Kalan se desplazaba convertido en una extraña y juguetona criatura peluda y pequeña, corriendo a cuatro patas por el vacio del espacio y ladeando una elegante cola y sus orejas. Su figura se detuvo cuando se acercaba y su forma se convirtió en una máscara, dejando tras de sí un aspecto más humanoide.

La otra figura era Isëa, con su figura reptiliana, serpenteando entre las estrellas. Tras contemplar el cosmos se percato de que aun no había nada más destacable que las estrellas y los cuerpos celestes. No había civilizaciones o siquiera seres destacables... ¿Quizás lo que creyó ver fuera un atisbo del futuro?¿o quizás la idea de como debería ser? Difícil de saber, aun había mucho que hacer.

Con los seis dioses las agrietadas puertas del palacio se repararon por si solas, mas su cierre permanecía echado e infranqueable, incluso para las poderosas divinidades que allí se reunían y se miraban unas a otras sin saber de ellas o que hacer a continuación.

Por último la oscuridad se intensifico, pues un ser sombrío apareció entre sus hermanos, portando los últimos trazos de esencia divina que faltaban por acudir a aquel lugar. Apareció sin más, como si hubiese estado siempre allí, y la mirada de Rah'Gul se topo con la de sus nuevos hermanos y hermanas.

Con todos reunidos, el palacio resplandecía en su peculiar gloria, ni oscuro ni luminoso, ni bello ni terrible, sencillamente grandioso. El estar allí parecía relajar un poco el hambre de las divinidades, aunque aun sentían una leve punzada de molesta de vez en cuando.

Las puertas del palacio se alzan ante vosotros esperándoos y os miráis entre vosotros con la oportunidad de conoceros algo mejor.

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29/04/2016, 00:48

El viaje fue breve. Bastó con pensar que quería ver lo que sucedía en el centro de la Galaxia, donde se reunía todo aquel poder, para haberme allí. Y no era el primero.

Todo oro y piedras del azur más intenso, de la más preciosa a lo que podía parecer sólo un guijarro con otro matiz distinto de azul, engalanaban el rostro de mi torso, que parecía mirar al resto de dioses uno por uno, mientras mi cabeza rotaba hacia uno y otro lentamente, sin importar que estuviesen detrás de mí, como si no hubiese un cuello bajo ella.

Tomado el instante, en el que mi capa de fuego solar ondeaba perezosamente a mis espaldas, me erguí en toda mi estatura, lo cual no era sorprendente para ninguno de los demás dado que nuestro tamaño era algo relativo, en verdad. Me pregunté si había algún orden con respecto a nuestras llegadas o si significaba algo, pero decidí que no importaba.

- Bienhallados seáis en éste comienzo. -empecé la conversación. La voz, a pesar del aspecto brusco y de golem que tenía, era cadenciosa, armoniosa... tenía ese tinte resonante especial que caracteriza las palabras de los seres de este calado, pero aún así era como si hubiese cantado esas pocas palabras en un tempo perfecto- Así que somos siete... Aquí ante todos me presento como avatar del Bien y el Orden. Creí que era adecuado romper el hielo dada esa denominación... Y sería agradable escucharos también, si no es molestia. -el tono era algo rimbombante, y el si no es molestia sonaba quizás un poco a "sería lo justo", pero todo estaba encuadrado en esa misma música que parecía rodear mis frases.

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29/04/2016, 11:16
Aelfwen

Aelfwen la bella, su piel bañada por luz cálida que parecía acariciarle suavemente, dio un paso adelante. Su pie, desnudo, blanco y perfecto, parecía levitar sobre el suelo de la gran sala. El resto de ella no era menos agradable a la vista: sus pechos henchidos de vida, la curva de sus caderas y su vientre maternal, sus ojos dorados amables y candorosos, su cabello que parecía flotar y acariciar sus hombros redondeados y femeninos...

-Soy Aelfwen y mis dominios son la luz y la vida. Ardo de deseos de comenzar, de dar cabida en un lugar a lo que tiene lugar en mi interior. Ojalá os guste lo que haré. Y me gustaría saber qué queréis crear, tal vez pueda ayudaros, o serviros de inspiración, o vuestras creaciones complementar las mismas y crecer fuertes y bellas, ayudándose...

Era sin duda una diosa bienintencionada aunque tal vez demasiado ingenua. Pero no se podía dudar de su poder, al menos todavía no.

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29/04/2016, 12:14

Al abandonar su forma animal, Kalan se posó con delicadeza sobre el suelo del palacio. La máscara blanca escondía su expresión y una prenda de tela atada a su cintura cubría poco más de lo necesario, dejando casi todo su cuerpo al descubierto. Giró la cabeza lentamente, observando a cada uno de los seres que se habían presentado allí, seguramente movidos por la misma sensación que él había sentido desde un principio. Se fijó en cada uno de los detalles de su físico, repasando su apariencia de arriba abajo sin ninguna discreción. Era divertido conjeturar sobre qué demostraba cada uno de ellos con la imagen que querían dar.

Se pasó una mano por el pelo y aprovechó para acariciarse el cuello y el pecho. Un suspiro de alivio escapó desde detrás de la máscara; había llegado a su destino, y sin embargo el juego no había hecho más que empezar. Rió por lo bajo cuando el dios elegante y Aelfwen hablaron, complacido por la belleza de sus cuerpos y la armonía de sus voces.

Dio un par de pasos hacia adelante, apoyando con cuidado los pies desnudos sobre el suelo.

¡Cuánta belleza se muestra ante mis ojos!- exclamó con su voz dulce.- Veros aquí me llena de alegría e ilusión. Permitid que os halague con palabras lisonjeras, que son las que merecéis. Es un placer conocer tu nombre, querida Luz de la Vida.- dijo mirando a Aelfwen.- Yo me llamo Kalan, pero podéis usar el nombre que más os plazca cuando os dirijáis a mí.- hizo una breve pausa y rió de nuevo.- Espero que lo pasemos muy bien.- añadió con un tono sugerente.

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29/04/2016, 12:35
Urdamesh

Guiado por aquel extraño tirón que sentía, recorrí la inconmensurable distancia que me separaba de mi destino en apenas unos instantes, dejando tras de mi una estela de puro fuego que ardían con violencia marcando el camino recorrido. Incluso antes de llegar allí, pude vislumbrar que clase de lugar era aquel al que me dirigía, uno que era completamente distinto a cualquier otro lugar que hubiese vislumbrado en mi viaje... y sin embargo, al mismo tiempo, me resultaba extrañamente familiar, como si a pesar de no haber estado nunca allí, ya conociera aquel inmenso y extraño palacio que, flotando en el vacío y rodeado de luces y tinieblas, parecía aguardar mi llegada. La estructura parecía dañada, como si apenas se sostuviera, pero por otra parte, conforme me acercaba, parecía que iba haci´rndose ligeramente más solida. Sin dudarlo, descendí sobre aquel lugar.

Envuelto en llamas, descendí sobre los desaliñados jardines que se encuentran ante la puerta principal del imponente palacio en una incandescente explosión de fuego incandescente el cual se fue concentrando rápidamente conforme iba aumentando su brillo hasta volver a ser de nuevo uno conmigo. Envuelto en una imponente armadura por cuyas rendijas surgían en ocasiones lenguas de fuego y sujetando una poderosa lanza en mi mano, las ascuas incandescentes que tenía como ojos observaron aquel lugar, el cual seguía siendo una ruina, pero así como había sentido que cobraba solidez al llegar, también sentía a aquellas otras presencias acercándose, y como el lugar empezaba a responder a ellas.

Al parecer, no soy el único que ha sentido la atracción de este lugar- pensé -Pero si el Primero en llegar- me dije, sintiendo aquella verdad como algo importante, como correcto y fundamental.

Aquellas presencias fueron llegando, una tras otra, y con cada una, aquel lugar iba recobrando su su gloria y esplendor una detras de otra hasta que, una vez fuimos siete los allí reunidos, se sintió restaurado por completo. Algunos de aquellos seres que allí habían eran similares a mí de algún modo, otras completamente distintas o incluso definitivamente opuestas, pero a pesar de ello, todas iguales... solo que cada una a nuestra manera. Los observé a todos y cada uno de ellos, estudiándolos, hasta que uno de ellos decidió hablar, siendo seguido luego por otros.

Soy Urdamesh, el Primero- le dije, extendiendo levemente las alas de puro fuego que nacían en mi espalda –Soy el Fuego de la Lucha, la Llama del Desafío- añadí a modo de presentación con una voz profunda, dura y segura de si misma, coz que parecía llevar en ella los gritos y sonidos de cada batalla habida o por haber, voz que surgía de lo más profundo de la aquella armadura que era parte de mi cuerpo -Bienvenidos a este lugar- les dije a todos los allí presentes.

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29/04/2016, 15:02

Rah'Gul se mantuvo en silencio ante todo lo que ocurría. Había visto ese palacio en ruinas y recuperado, había visto como se recomponía con cada llegada aunque una parte de él no estuviera presente y otra llevara allí desde el inicio de los tiempos. Su esencia se arremolinaba ante la presencia de la luz que portaban algunos de los otros presentes, primero como si quisieran protegerse de ella y luego como si luchara por el espacio que cubrían.

Escuchó a sus hermanos hablar en un instante, pero tardó lo que parecía una eternidad en contestar, sopesando diferentes palabras y reacciones, aunque no tenía nada claro qué ocurriría con las reacciones de los allí presentes, como si fuera algo que aún estuviera por decidir.

-Me he autodenominado Rah'Gul y, simplemente Soy -dijo de manera críptica- he estado aquí desde que desperté y no he estado hasta que llegué, por lo que atribuirse el título de "el Primero" no creo que sea apropiado -explicó con una voz neutra y tranquila.

Su esencia se extendió ligeramente, como si la oscuridad que emanara de él intentara hacerse más presente y no ceder ni un solo nanomilímetro ante la luz proyectada por los demás.

-Digamos que sóis el Primero -comentó- no sería nada útil pues no ha sido hasta que ha llegado el último que este lugar se ha activado como corresponde, ¿cual es la llegada más importante entonces?

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29/04/2016, 16:06
Cassandra

Fue de una nube de estrellas y parte de la esencia del padre de todos que salia un ojo rojo que los examinaba a todos y a cada uno. Aquel ser amorfo no tardo en recomponerse tras observar las figuras de sus hermanos, amoldándose en lo que seria su nuevo ser que pretendia acomodarse junto al resto.

Fue casi un instante que una figura muy parecida a la de su hermana Aelfwen aparecio entre ellos, aunque su parecido solo era el genero de la figura de la dama de la vida. Con unas largas piernas que finalizaban en unos delicados pies y una figura que no se quedaba nada atrás de la diosa comparando la atracción que podria generar a sus hermanos mas hormonales.

Por lo demas las hermanas se diferenciaban bastante la una de las otra, invocando tan solo con verlas la oposición en uno de sus dominios que pronto seria conocido. Su piel que tenia una palidez que parecía que ninguna de las estrellas del universo habia podido bañar con su esencia, ademas que no se encontraba impoluta ya que llevaba ensima símbolos arcanos en gran parte de ella y joyas que le entregaban un brillo unico de ella. Sus ojos manchados con un rojo intenso que ya habian visto cuando aun no tenia forma, no eran amables sino que interesados por algo que parecia tener muy claro la diosa pero el resto de sus hermanos no. Finalmente el cabello era corto y de una tonalidad violeta comparada con la pequeña tela que ocultaba su figura sin mucho esfuerzo.

Tras formarse fue a examinar la puerta de aquel palacio mientras escuchaba las palabras de sus hermanos. Solo se voltio a mirarlos con sus ojos rojos al escuchar las presentaciones de los demas. “Mi nombre es Cassandra hermanos.” Dijo en una voz que extrañamente se sintio calida y acompañante a cada uno, seguramente diferente a lo que pensarian en un principio. “No entiendo su discusión hermanos, por lo que se todos llegamos al mismo tiempo o al menos todos llegaron junto a mi.” Comento tirando otra perspectiva a la discusión.

Sin embargo aquella discusión no era lo unico que le habia llamado la atension sino tambien las palabras de su unica hermana. “Hermana Aelfwen, mis dominios son la magia y la muerte. Si bien uno de mis dominios puede no atraerte demasiado, pienso que el otro podria llegar a realizar magnificencias en la creación si lo coordinamos como sugieres.” Dijo sin apartarse de la puerta y sonriendo a su hermana mientras mostraba en la punta de sus uñas largas un brillo semejantes a las estrellas cercanas.

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30/04/2016, 02:29
Isëa

Finalmente llegué al lugar que parecía estar llamándome; la extraña construcción me resultaba totalmente desconocida, pero a su vez una parte de mí sentía cierta familiaridad, un sentido de hogar que me reconfortaba de tal manera que conseguía paliar en cierta medida el hambre que no dejaba de atormentarme.

Fue el llegar a aquel lugar lo que hizo que condensara mi ser, transformándome en algo cuya forma alguna vez tuve, pero que hacía tanto tiempo que no utilizaba que llegué a olvidarme de ella.

Extendí mis alas, estirándolas tanto como pude, como si estuviera despertándolas y haciendo circular por ellas el poder que les pertenece. Infinidad de glifos y runas las recubren, y las líneas que les dan forma se iluminan con pura energía divina.

Estiré tanto como pude el resto de mi cuerpo, manteniéndome sobre mis dos patas traseras y dirigí mi cabeza hacia arriba: por primera vez en eones, si es que no fue la primera vez desde que existo, di un rugido con todas mis fuerzas, haciendo temblar por un momento mis alrededores, siendo capaz de ensordecer a cualquier mortal y de encoger el alma de cualquiera que no tuviera un corazón de héroe. Por todo mi cuerpo se dibujaron el resto de inscripciones que antes solamente aparecían en mis alas, expeliendo la misma energía que ellas con tal intensidad que durante unos instantes parecía un mero cúmulo de energía del que salían expulsadas innumerables ondas de poder.

A no mucho tardar paré mi rugido, dejando que las inscripciones gravadas en mi cuerpo parecieran no más que meros tatuajes y permitiendo que mi actual forma volviera a ser fácilmente visible. Me apoyé también sobre mis patas delanteras, plegué mis alas y caminé con total serenidad hacia donde se encontraba el resto de entidades; mi intención nunca fue atemorizar ni impresionar a nadie, sino únicamente adecuarme a mi actual forma y hacer que ésta hiciera lo mismo con mi poder.

Llegué, y los presentes ya habían tomado la iniciativa conversacional. Los observé y, con tranquilidad, me senté sobre mis cuartos traseros, paciente y con curiosidad —…¿Entonces existen entidades con una influencia existencial tan relevante como la mía? — Puestos a ser sinceros, no me pareció precisamente cómodo el descubrir que, hasta ahora, nunca supe de la existencia de otros entes como yo. Miré hacia el cielo por unos instantes, ¿cuántos más habrán como nosotros y que no conocemos?

Volví a dirigir la mirada y prestar atención a los que eran como yo: observé con especial detenimiento a los que no dijeron qué conceptos de la realidad representaban, tratando de deducirlos en base a sus palabras y comportamiento; escuché con especial atención a los que parecían sembrar vientos de guerra, previendo dolor y sufrimiento.

No sabía si sentirme incómodo y anhelar los tiempos en los que me encontraba acompañado por la soledad, o alegrarme por saber que, posiblemente, nunca más volvería a estar solo. De cualquier manera, todos habían ya hablado y parecían estar esperándome.

… Mi nombre es Isëa — digo con una voz totalmente asexual, siendo imposible descubrir mi género, si es que lo tuviera —y represento los conceptos del poder y el conocimiento… o eso he creído todo este tiempo — puntualizo, teniendo todavía gravado en mi mente mi desconocimiento respecto al resto de dioses.

Mi mirada se encontraba fija en la puerta de la edificación, ¿se podía entrar? Debería ser así y, de cualquier manera, no había muchas opciones a las que recurrir para descubrirlo.

Sin esperar más, vuelvo a caminar haciendo uso de mis cuatro patas hasta que quedo justo delante de la puerta. De nuevo me pongo en posición erguida y coloco una garra en la puerta izquierda y otra en la derecha, empujando con considerable fuerza para abrirlas de par en par.

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30/04/2016, 15:47
Urdamesh

Tras escuchar las palabras del oscuro ser que dijo llamarse Rah'Gul, posé mi ardiente mirada en él, así como en Cassandra, quien se presentó después.

Tal vez todos llegásemos al mismo tiempo, hermana… pero algunos nos manifestamos antes que otros- le dije a Cassandra -Y puede que sea cierto que el Primero no tenga sentido sin el Último… pero eso no hace que ambos dejen de ser lo que son- le dije a Rah'Gul -Y tenga o no tenga importancia el orden… para averiguarlo tendremos que adentrarnos ahí- les dije a todos, apoyando una mano en las imponentes puertas para así poder abrirlas y cruzar el umbral seguido de los demás.

Intuía que tras aquellas puertas se encontraban las respuestas a las preguntas que surgían en mi mente, y sobre todo, los desafíos que serían capaces de llenar mi ser y calmar mi hambre, por lo que no pretendía demorarme allí fuera más de lo necesario.

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30/04/2016, 15:53

Kalan rió de forma traviesa cuando Urdamesh respondió a los hermanos que se habían presentado como Cassandra y Rah'Gul. Miró a los tres con atención, esperando que ocurriera algo o quizá analizando sus actitudes. En seguida dio un salto hacia adelante y, mientras caía al suelo, su cuerpo brilló y se retorció, convirtiéndose en luz azulada. La máscara levitó frente a él hasta que cubrió todo su ser, fusionándose con el fulgor en el que se había convertido. Al posarse sobre el suelo, se había transformado en una criatura pequeña.

Correteó hacia el dios fogoso y dio un par de vueltas alrededor de sus pies, riendo por lo bajo y mirándole a los ojos. Meneó la cola y se detuvo frente a la puerta del palacio, esperando a que las puertas se abrieran.

- ¿Queréis competir?- preguntó con tono socarrón.- Veo que te importa mucho el orden en el que hemos llegado, hermano.- con la misma rapidez de movimientos, se encaramó por sus piernas hasta llegar a su hombro. Acercó su hocico al casco de Urdamesh y volvió a reír.- ¿Qué función le darías al Quinto, oh, sabio Primero? ¿Qué puedo hacer por ti?

Se aferró a su armadura y siguió mirándole con curiosidad. Sabía que, en su forma actual, para el dios del Fuego no parecería más que una criatura indefensa, pero se mantuvo allí como si fuera bienvenido.

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01/05/2016, 01:11

Hermanos.

La voz de Ijma resonó una vez más entre todos los presentes, armónica y suave, pero al mismo tiempo cargada de autoridad, llamando al orden a los seres que repentinamente estaban saltando unos sobre otros o discutiendo sobre nimiedades.

Todos habéis razón en algo.
No obstante, lo que importa es que nada estuvo en su sitio
hasta que llegamos todos, del primero al último.
Urdamesh, te manifestaste primero
aunque es difícil saber en qué modo las esencias de cada uno
poblaban éste lugar.
Vida existía en los jardines, aún mustios,
siendo éste el campo de Aelfwen.
Magia existe en éste lugar,
lo que en Cassandra habita.
Poderoso es sin duda el lugar donde nos encontramos,
y de Isëa emana tal don.
Orden existe en su estructura,
lo que a mí mismo me implica.

Señalé a cada Dios con un leve gesto y un ademán, sin referirme a él mismo, por ser a quien hablaba (y no tener claro si el fuego o el conflicto podían tener algo que ver en el sitio) ni a los otros dos porque no tenía claros sus dominios, pero el mensaje a fin de cuentas era claro: éste lugar no estuvo despierto por completo hasta que todos llegamos. Así que poco sentido tenía discutir.

Avancé con un movimiento fluido y tranquilo hacia Kalan, pasando con cuidado mi áurea zurda por el lomo de la forma que había adoptado (no era para mí muy importante ni ideal eso de cambiar de aspecto), y hago ademán de cogerlo, sin insistencia si no parece presto a dejarse. Con la diestra, mantengo comprimido el cuello de la serpiente, que movía la cabeza mitad inquieta mitad desesperada, deseando hundir sus colmillos en mi cuerpo, principalmente, pero por la dificultad cualquiera le valía.

No obstante, ajeno a ésta leve discusión
debo admitirme como gratamente sorprendido
al escuchar las palabras de la Diosa de la Muerte.
Temí que, sabedores de vuestra propia magnificencia,
nadie pensase en una oportunidad dar a sus opuestos.
La inmortalidad es algo reservado a aquellos
que sean pocos, que sean grandes.
Siento que una Obra hemos de hacer,
y para aquellos que sacien nuestra hambre,
el ciclo de la vida y la muerte puede ser
una representación del Orden
y una fuente de la Fe.

Dediqué un asentimiento deferente a Cassandra, o algo parecido a ésto, y después, si Kalan se había dejado coger, lo solté cuidadosamente en el suelo si seguía en mi mano (que si le daba por liarse a saltar por las distintas partes metálicas de mi cuerpo, allá él).

Así pues, compañeros, evitemos discusiones
que puedan llevar a la ruina aquel proyecto
en el cual podamos convivir.
Entended que el poder de todos, hijos del mismo padre,
puede depender de las disputas que generéis aquí.
Sin más os animo a unir las manos,
y tratar todos, como hermanos,
de emplear el poder que se nos ha concedido
para un bien común.

La "canción" que acompañaba cada párrafo de Ijma se extinguió una vez más, convirtiendo el universo en algo menos ordenado y claro, en apariencia, pero simplemente un gesto de invitación a todos precedió al momento en el que Ijma también trató de ayudar a abrir las puertas.

Notas de juego

Añadida una pequeña descripción de Ijma, para que sepáis, entre otras cosas, que no tengo piernas xD O el simbolismo que he aplicado a la imagen.

Por cierto, espero que no resulte muy confusa mi nueva forma de escribir.

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01/05/2016, 13:08

-¿Y qué es lo que son, hermano? -preguntó Rah'Gul- me parece que le das demasiada importancia a cosas que no la tiene y, que con lo que parece podemos llegar a hacer, no tienen ningún tipo de sentido.

Escuchó las palabras de los otros dos seres, y no pudo evitar negar con la cabeza. Llevaban allí una eternidad y un parpadeo, todo y nada, ambas cosas a la vez y parecían intentar hablar de opuestos, cuando estos se oponían y complementaban al mismo tiempo.

Hablaba de proyecto cuando no sabía nada sobre eso, hablaba de Padre como si lo conociera de siempre, cuando seguro que no sabía más que esa palabra, como le pasaba a él y, seguro, a sus  hermanos.

Esperó a que terminara la canción, por respeto y por no interrumpirle, tras lo que miró a Urdamesh.

-Veamos qué hay en ese interior -dijo, y siguió los pasos del dios que ya había abierto las puertas.