Partida Rol por web

Creación, Olvido.

Ruth-Adum: la casa del cosmos

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20/03/2015, 20:51
Director

La nube roja te rodeaba ¿durante cuanto tiempo llevabas en ese extasis? hasta hacia un momento podrias haber jurado que era una eternidad... o un segundo. ¿cuanto tiempo llevabas existiendo? quien sabe, pero el momento de romper aquel estado habia llegado. Rompiste tu crisalida. Si es que algo puede contener a un ser divino.

Eso era lo que eras. Un ser divino, un Dios. ¿y para que existias?¿por que? "padre" ese concepto te vino a la cabeza. Alguien habia decidido que era el momento de que existieras... Aunque el por que no parecias recordarlo. Era el momento de avanzar, descubrir la respuesta. Pero ¿que era en si el concepto de avanzar? Por un momento dejaste mirar dentro de ti y observaste la realidad que se extendia ante ti, podias con tan solo un pensamiento recorrerla.... Pues tu voluntad moldeaba cualquier cosa que hubiese en la realidad.

Notabas como la propia nebulosa que te permitia existir, que te rodeaba, roja, intensa, tambien te dejaba en un estado de debilidad. Pero algo hizo una llamada. Una señal. Habia algo que te incitaba a buscarlo.. ¿algo o alguien? ... Un lugar. Esa fue la respuesta. Quizá allí encontrarias las respuestas a tus dudas.

Notas de juego

Postead solo para el director.

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20/03/2015, 21:28
Sevoriam
Sólo para el director

En ese instante o eternidad en que surgió, Sevoriam tuvo conciencia de sí mismo y su nombre, pero todo ese lugar era desconocido. Un desasosiego y emoción recorrió la esencia del Dios cuando la palabra "Padre" surgió en su interior, como un ancla, una punto de referencia sobre el que moverse y dirigirse hacia, ¿hacia donde?

En el instante que surgió esa pregunta, algo le llamó, como si fuera otro punto de referencia, un punto al que dirigirse en ese lugar inexistente y totalitario a la vez.

Con su esencia informe y curiosa, Sevoriam se dirigió a toda velocidad hacia ese lugar, hacia ese punto en que había algo. A su vez, mientras se dirigía hacia allí otra sensación surgió en él. Quería ver lo que había allí, probarse ante lo que fuera y salir victorioso o desaparecer. 

En ese mundo solo podía existir aquello que pudiera sobreponerse a todas las pruebas que se le impusieran, y con esa certeza buscó ese lugar.

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20/03/2015, 21:36
Gargoltar el Forjador
Sólo para el director

La consciencia que era Gargoltar despertó de pronto, o quizás siempre estuvo despierta pero no tenía conciencia de sí misma. El caso es que de pronto se dio cuenta de que existía. Y tras un tiempo indeterminado, que pudo haber sido tanto de segundos como de eras geológicas enteras, en el que se regocijó en su propia existencia y en su interior, comprobando como verdaderamente ahora era, llegó el siguiente paso lógico. Después del "ser", vino el "estar". ¿Dónde estaba? 

El dios no tenía una respuesta para eso, a pesar de que su percepción dejó de enfocarse hacia su interior para desplazarse hacia el exterior. Había muchas cosas, sí. Una verdadera inmensidad. Pero nada que le indicara un sentido, nada familiar. Sólo la nebulosa en la que se encontraba, que le rodeaba, roja. ¿Rodeaba? Seguramente sería lo apropiado, pues la masa informe del dios se encontraba en aquel lugar. 

Sin embargo, pronto hubo algo más. Algo que parecía atraerle, como si fuera un material magnético reaccionando con diversos metales. Sin embargo, valoró de nuevo su propia forma informe, y comprendió que no podía emprender ninguna clase de exploración de ese modo. Conforme avanzara se disgregaría, y tardaría demasiado en llegar a ningún lugar. Por ello empezó a concentrarse, y consiguió atraer restos de estrellas y cometas a su alrededor, moldeando los metales de los que estaban formados, fundiéndolos y enfriándolos con su poder divino. Dándoles forma. Finalmente, quedó satisfecho, y empezó a enclaustrar su existencia dentro de ese producto, mientras a la vez la extendía para que eso también fuera él.

Así el Forjador empezó a ganarse su título, moldeando los metales para crear su primera obra: a sí mismo. O, al menos, la forma que mantendría a partir de aquel momento, con pequeñas variaciones. En el centro de aquella armadura hueca reposaba, concentrada, el metal fundido de su forma original, enclaustrada en un entorno seguro desde el que podría hacer tantas cosas... Como viajar, cosa que ya había retrasado demasiado. Así que se puso en marcha, proyectándose por el infinito por mera fuerza de voluntad, en busca de aquella cosa que había captado, fuera lo que fuera. 

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20/03/2015, 22:31
Sargolax
Sólo para el director

Una forma etérea se retuerce en la nebulosa carmesí, el éter de la creación se siente atraído por ella, y la forma se extiende, intentando abarcar todo, expandiéndose por su instinto primordial de devorar aquello que le sustenta.

...

En el principio solo existía el Padre y nada mas... En el vacio oscuro e infinito, sin pasado ni futuro, la nada abarca el todo, y el todo es la nada

...

 La criatura abre sus ojos... no ve nada, se siente vacío en la oscuridad eterna del cosmos. En el principio no ve nada salvo a sí mismo, sin ser capaz de reconocerse. ¿Que era el? ¿Como había aparecido? ¿Cuál era su mismo origen?.

Tantísimas eran las preguntas sin respuesta, que tuvo tiempo suficiente como para poder ver más allá de sí mismo. Y en ese momento contemplo que la nada que lo rodeaba se llenaba de la creación en su gloria, pura y nativa, sin lógica, sin explicación. Pura y simple existencia que no conoce nombre, ni orden... solo ideas. 

...

Pero el Padre miró mas allá, y nos vio a nosotros... vio la idea de la existencia, en la que el todo, no es la nada... Y en su último suspiro, el Padre cambió todo. Y así lo que antes era nada, se llenó de ideas que brillaron por todo el cosmos

...

Las ideas surgen en la mente del ser, pone nombre a lo que ve, aunque no es capaz de entender el porqué, sabe que todo tiene un nombre, sabe que todo es una idea, sabe que todo este cosmos era la creación de una vasta idea, y un floreciente jardín de conocimientos y misterios.

Rodeado por la oscuridad, observando sus propiedades y las de todas las cosas que abarca en la vasta negrura, solo rota por pequeñas luces distantes que veía con total claridad. La figura contemplo como todo cambiaba ante sus ojos, y las cosas que se creaban, las brillantes ideas que habían despertado su imaginación y su afán por darles nombre, se esfumaban. Las ideas no eran eternas, no tanto como él. Vivian... brillaban... y morían, y todo seguía ese triste y bello ciclo, y le hizo pensar, si el mismo perdería su brillo para volver a la nada.

Las ideas lo aterraron en ese momento. ¿Iba a desaparecer?¿Cómo?¿Cuando?¿Podría evitarlo?¿Habría algún modo de escapar al destino?

El ente busco la paz en su mente, pues aun era suya y busco como controlar su destino. En su mente se forjó la idea, sintiendo una fuerte atracción hacia un destino incierto, pero sabiendo algo primordial. Y ese algo, era que el mismo no era un ente completo... se sentía hambriento y separado, notaba otras presencias ¿Otros como el? Quizá, pero tendría que comprobarlo si quería respuesta a ese enigma. Solo necesitaba ir al lugar al que se dirigirían todos. Donde el mismo notaba la necesidad de ir para saciar su sed de conocimiento y sustento.

 ...

Así fue como nací, y contemplé las ideas del Padre, que tomaban forma ante mis ojos. Y en la oscuridad, comprendí mi tarea... pues sin alguien que las organice, las ideas terminaran pereciendo

...

 Tomando las fuerzas de las que disponía, resolvió algunos de los enigmas más acuciantes, y acaparo el conocimiento. Noto que el dar nombre y obtener conocimientos le daba fuerza sobre aquello que sabía, por lo que se dio un nombre a sí mismo, así como una tarea primordial en la que dedicar su existencia, pues sabía que tal era su destino.

La una vez etérea forma divina se volvió mas solida al conocer su propio nombre, y tomando la luz de los lejanos astros se forjo a sí mismo una máscara, con la cual nadie conocería los conocimientos que guardaba, pues estos eran su más preciado secreto.

Bajo la brillante mascara, que ocultaba la oscura realidad, el ente habló por primera vez en su existencia con sus propios labios, ocultos tras la mascara.

...

El cosmos y nosotros mismos somos conocimiento que debe ser preservado en la oscuridad, para que no se extinga como una llama avivada con demasiada fuerza. Y por ello yo soy el Guardián de los Secretos, el que busca y guarda el saber de eones, y esconde las verdades eternas en la oscuridad. Yo soy Sargolax.

...

El cosmos se doblo ante sus palabras, como si se inclinara ante la vanidad de la deidad, aunque era esta misma la que hacia doblarse a la existencia.

Y de igual manera que se abre una puerta, la divinidad azló la mano, haciendo que el tiempo y el espacio se doblaran en un vórtice oscuro que no dejaba escapar ni la luz mas intensa. Y avanzando como un espectro surgido de las mas oscuras brumas del cosmos, se adentro en el vórtice, con rumbo a su destino, al que solo era capaz de llamar "Hogar".

 

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20/03/2015, 22:58
Meseth
Sólo para el director

La oscuridad infinita que había dejado la carmesí nebulosa al marcharse se agitó violentamente en el espacio. Sólo una criatura de inmenso poder e inconmensurable sapiencia habría sido capaz de diferenciar la Nada del Todo en aquel momento. El Vacío, esa energía negativa que existía desde el primer momento, había tomado conciencia de sí mismo y ahora avanzaba a toda velocidad devorando estrellas y aniquilando existencias.

De repente, cuando la llamada de aquel distante lugar le atrajo de forma inexorable, un cúmulo de sensaciones, de imágenes, llegaron a su infinita y poderosa mente como un eco lejano. Palabras como energía y conocimiento resonaron con tanta intensidad que desdibujaron el Vacío y lo retorcieron.

Conocía esos términos como suyos, pero sabía que no eran suyos. ¿Por qué escuchaba una voz en su cabeza que no era la de Padre? ¿Por qué sentía la necesidad de dejar un registro de todo lo existente?

Con un rápido movimiento, esos sentimientos desaparecieron de su interior para, esperaba, nunca más volver. Primero debía acudir a esa llamada. Luego encontraría las respuestas que buscaba.

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20/03/2015, 22:58
Meseth
Sólo para el director

La oscuridad infinita que había dejado la carmesí nebulosa al marcharse se agitó violentamente en el espacio. Sólo una criatura de inmenso poder e inconmensurable sapiencia habría sido capaz de diferenciar la Nada del Todo en aquel momento. El Vacío, esa energía negativa que existía desde el primer momento, había tomado conciencia de sí mismo y ahora avanzaba a toda velocidad devorando estrellas y aniquilando existencias.

De repente, cuando la llamada de aquel distante lugar le atrajo de forma inexorable, un cúmulo de sensaciones, de imágenes, llegaron a su infinita y poderosa mente como un eco lejano. Palabras como energía y conocimiento resonaron con tanta intensidad que desdibujaron el Vacío y lo retorcieron.

Conocía esos términos como suyos, pero sabía que no eran suyos. ¿Por qué escuchaba una voz en su cabeza que no era la de Padre? ¿Por qué sentía la necesidad de dejar un registro de todo lo existente?

Con un rápido movimiento, esos sentimientos desaparecieron de su interior para, esperaba, nunca más volver. Primero debía acudir a esa llamada. Luego encontraría las respuestas que buscaba.

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20/03/2015, 22:54
Mirari

En un principio fue el pensamiento…

Entre más pensaba, más se delimitaba, las dudas que bombardeaban su ser, daban forma a su cuerpo.

Se había separado de lo demás, y por alguna razón quería delimitar ese espacio.

Y así formo su cuerpo, una chispa de divinidad contenida en algo que superaba la materia.

Así nació la diosa.

Pero algo dentro de él le impulso a ser femenina, concepto borroso, pero igual que “padre” estaba arraigado en su chispa de divinidad, era dadora y protectora, esa era su naturaleza.

Es ahí donde comenzó su búsqueda, y mientras avanzaba canto.

Y dio con su voz armonía.

Y con la canción inspiro su creación.

Y de la canción nació el Ego.

Con la canción se preguntaba sobre su padre, y sus preguntas se respondían, estaba sola, se sentía sola, pero contemplar todo la hacía sentirse… viva, y agradeció eso, desenando poder conocer al ser que le permitió sentir, ser un individuo, con eso en mente también quiso crear, que otros seres como ella surgieran de aquella nube primitiva, y si podía hacer eso, ¿Podía moldear la creación? ¿Podía ella crear?

Así su propia canción la toco, ¿Era ella capaz de crear algo tan hermoso? Y ¿Quién era ella para poder cantar?

Con un impulso que termino de darle su aspecto físico, ella se autonombro Mirari, ya que era un milagro su existencia. Su nombre le dio impulso y supo que podía viajar, viajar tan rápido como quisiera a donde muchas de sus dudas serian respondidas.

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21/03/2015, 00:15
Urdamesh
Sólo para el director

No sabía si algo había cambiado, o si era yo el que había cambiado. No había motivo o razón, ni tampoco señal alguna que indicase que era el momento. Pero lo era, y en respuesta a ello, sin ser realmente consciente de cómo, expandí mi ser hasta romper, si es que esa era la palabra, aquello que me había contenido, liberándome en forma de una inmensa bola de fuego.

 

 

Soy un Dios

Dije sin voz, revelando ese pensamiento que había cruzado por mi mente a todo lo que me rodeaba, pues aunque no conocía el origen de tal pensamiento, sabía que era cierto. Era un Dios. Pero esa certeza no despejaba las dudas que surgían en mi mente ¿Por qué existía? No lo sabía, aunque algo me decía que mi existencia era la voluntad de alguien… ¿Pero quién?

Padre

De nuevo un pensamiento surgió en mi mente, y lo lancé al exterior como una llamada, una pregunta, una súplica. Sabía que era a Él a quien debía mi existencia, pero no recordaba el motivo tras ella. Busqué su presencia en todas partes, desplazándome con mi mente por el espacio que había a mí alrededor, pero no hallé rastro alguno de su presencia, ni una simple pista, tan solo aquella nebulosa que se extendía por todas partes rodeándome, así que centré en ella mi atención.

Sentí como era la propia nebulosa la que me sustentaba mi existencia, pero que al mismo tiempo me dejaba en un estado de debilidad. ¿Un precio a pagar para que pudiese mantenerme? No lo sabía. En ese momento sentí algo, un destello lejano, una sutil señal. Algo me llamaba, algo distinto… un lugar. Parecía incitarme a ir a buscarlo, como si me prometiese respuestas a mis preguntas pero… ¿era cierto? ¿Obtendría respuestas allí? Tal vez, más… ¿podría si quiera sobrevivir lejos de aquella nebulosa que me mantenía? No lo sabía y al menos donde estaba tenía garantizada mi existencia. Tal vez Padre me había dejado allí con un motivo. Tal vez.

Valor

De nuevo un pensamiento surgió en mi mente, pero con una intensidad infinitamente superior a cualquiera que hubiese tenido antes, haciendo que lo gritase con todas mis fuerzas, a la vez que el fuego que la inmensa bola de fuego que era mi ser se empezaba a contraer, haciéndose más y más brillante hasta alcanzar un blanco puro y sin macula, que tras alcanzar su máximo esplendor se extinguió. En aquel lugar ya no había fuego, pues este había tomado forma.

 

 

Soy Urdamesh- dije, hablando por primera vez con mi cuerpo. Ahora las piezas encajaban. Quedaban preguntas sin respuesta, pero ya no había ni rastro de duda. El miedo que me había asaltado antes, que me había atenazado e incitado a quedarme en la seguridad de la nebulosa había quedado atrás, superado por el valor que daba sentido a mi existencia –Ahora a buscar las respuestas- dije con determinación, y con un mero pensamiento, me dirigí a aquel lugar que me llamaba.

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21/03/2015, 18:53
Sólo para el director

Parece que no haya nada mas que yo... ¿Por que existo? ¿Por que soy capaz de manipular las cosas? ¿Quien soy? 

Soy Noah...

Cuando no sentía nadamas que vacío note algo que me llamaba, un lugar al que sentía que debía ir. Con solo pensar en estar en aquel lugar fui capaz de desplazarme hasta allí y abandonar aquella nebulosa roja.

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22/03/2015, 13:59
Director

Poco a poco la esencia de cada uno de los dioses llegaba a la casa del cosmos. Ruth-Adum, resonó en la cabeza de cada uno de ellos. "el hogar de padre"

Los muros que rodeaban el palacio divino estaban en un estado deteriorado y derruido. La puerta seguía cerrada y presentaba un aspecto deslucido, agrietada y sin cerrojo o manera alguna de abrirla.

Así estuvo ante Sevoriam, mientras el estuvo solo fue incapaz de entrar, traspasar aquel muro, aquella barrera que escapaba a la voluntad de un dios. Tras el, Un ser que parecía lucir una armadura creada de los mejores metales que se encuentran en las estrellas apareció. Gargoltar. Y los adornos de metal y bisagras empezaron a relucir de nuevo con un aspecto glorioso.

No tuvieron tiempo de intercambiar ni una palabra ninguno de los dos dioses. El primer encuentro divino. Una máscara seguida de oscuridad llego tras Gargoltar. La oscuridad tomo una forma humanoide y unos ropajes oscuros envolvieron aquel ser. Sargolax. El tercer dios había llegado. Algo pareció brillar levemente tras los muros, y luego todo volvió a quedarse igual.

Mientras los tres dioses observaban aquel brillo algo parecido a un agujero negro empezó a consumir la realidad tras ellos, para después vomitar a otro ser, otro dios. esta vez la oscuridad no dio forma a nada, si no que unas ropas parecían intentar ocultar la ausencia de algo, como si se tratase solo de unas ropas ocultando el vacío. Los muros temblaron al llegar el cuarto dios, Meseth ,pero tan solo para recuperar una forma fina y estable, dando la impresión de volver a ser una muralla y no solo un montón de piedras.

Y del humo que levanto el muro al reconstruirse y los escombros que quedaron en el suelo de restos del pasado se abrió paso Mirari. La diosa caminó entre sus hermanos para llegar hasta la puerta también, y esta se retorció y se pulió dejando de nuevo el aspecto de un glorioso portón. Divino. Que invitaba a entrar de nuevo. La luz tras los muros volvió a brillar. Como si el lugar estuviese reconstruyéndose con la llegada de cada uno de los dioses.

Pero las puertas seguían sin abrirse.

Un meteorito llego a aquella localización, Y de las llamas del estallido apareció Urdamesh el 6º dios. Con su llegada poco cambio se pudo apreciar en los muros. Pero la señal que venía de lo que había tras ellos se incrementó.

Ya tan solo faltaba el 7º, Zavara llegó la ultima, flotando entre polvo de estrellas, dejandose llevar mecida por el vacio, apoyo sus delicados pies sobre la superficie frente Ruth-Adum y por fin las puertas se abrieron. Invitando a pasar a el panteón al completo.

Un camino cruzaba un jardín de maravillas inimaginables, diferentes plantas jamás vistas ni pensadas rodeaban el lugar y en el centro una magnifica estructura se alzaba, cada dios podía percibirla de diferente manera. Quizá para Gargoltar fuese un castillo de metales y engranajes, todo en movimiento cada vez que una puerta se abría. Y para Meseth simplemente un pozo negro cambiante. Con una abertura para absorber a los que adentro quieren pasar. Lo que era obvio para todos es que aquel lugar era el hogar de los dioses, de ellos.

Si entraban, un largo pasillo con infinitas habitaciones se abría paso hasta un salón. En aquel salón una gran mesa descansaba en el centro, rodeada de 7 tronos. Cada uno con unas características relacionadas con su legítimo dueño.

Ruth-Adum cambiaba, se adaptaba a los dioses y les proveía de cualquier cosa que necesitasen, pero no es solo un lugar que sirve a la voluntad de los dioses, pues, mas antiguo que ellos es.

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23/03/2015, 10:51
Meseth

La nada tomó forma ante sus iguales, pero de su cercanía no se escuchaba sonido alguno. Mirar al interior de su capucha era igual que mirar al infinito, y cuando avanzó hacia el portón que daba acceso a la morada, lo hizo con un leve murmullo lejano. Sus pasos no levantaban polvo, ni resonaban en la piedra del patio, de hecho, ni arrancaban sombra. Sus hermanos sabrían que estaba allí porque sus ojos no les mentían.

Sin dedicarles palabra alguna, avanzó por la puerta y se internó en Ruth-adum. A su paso, las plantas morían y se marchitaban, e inmediatamente después volvían a florecer cuando Meseth se alejaba de su cercanía. Todo a su alrededor parecía descomponerse si no había otro dios cerca, pero era algo efímero, temporal. Así era el poder de la Morada de los Dioses.

En la sala de los tronos, uno de ellos, colocado a la misma distancia de la mesa que todos los demás, parecía anhelar la presencia de su dueño, de su señor, de su amo. A cada paso que el dios dirigía hacia él, se estremecía y temblaba, rompiendo su estructura y desmoronándose. Finalmente, cuando el Señor del Vacío hizo ademán de sentarse, una miríada de cilios y formas retorcidas hechas de pura sombra atravesaron la Realidad y abrazaron la estructura, dando sustento a lo que se había convertido en apenas unas pocas piedras.

La Nada había tomado asiento.

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23/03/2015, 14:50
Sargolax

La túnica de Sargolax se agito levemente, mientras la máscara que destacaba por encima de todo el ente, observaba uno a uno a todas las deidades. Caminó unos pasos... o más bien flotó, pues no eran visibles unos pies bajo las ropas, sino más bien una oscura niebla de zarcillos oscuros e informes.

-Así que finalmente el uno se ha convertido en siete ... -La voz de la divinidad era profunda y siseante, somnolienta y a la vez sarcástica, como si hablara para sí mismo o los demás no estuvieran allí presentes. -Siete ideas con sus siete dominios...  que apropiado...

Sargolax floto a escasos centímetros del suelo adentrándose en el hogar de los dioses y proyectando su oscuridad a su alrededor y ocultando todo a la luz. Siguiendo a la silenciosa deidad del vacío, el Guardian de los Secretos se dirigió a su propio asiento, que tomaba forma ante él.

Un trono sencillo y negro como la noche, de una obsidiana que no dejaba escapar la luz.  Coronando el trono había una pequeña esfera blanca, que recordaba a la máscara de la deidad del saber, como una pequeña luz que se entrevé en la mayor oscuridad.

La oscuridad de Sargolax tocó el trono y lo abrazo, mientras la deidad tomaba su asiento, momento en el cual ell trono se vio iluminado por una serie de caracteres dorados, como runas que contaban una historia aun no escrita. La pequeña esfera se giro, mostrando una pupila que empezó a mirar de un lado a otro, escrutando a las deidades.

-Venid a tomar asiento hermanos... hay mucho que hacer...

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23/03/2015, 17:53
Gargoltar el Forjador

La imponente figura del Forjador avanzó con paso firme, pesado y resonante, a diferencia de sus dos hermanos que le habían precedido. Su figura, de resplandeciente metal, se veía iluminada por alguna clase de emanación interna, en aquellos momentos muy leve, de un color dorado, que escapaba entre los huecos de su armadura, aunque no se proyectaba mucho más allá. Finalmente, sus pasos llegaron hasta la silla que sin duda debía ser suya. Era un armazón dorado y plateado, que asemejaba la forma de un trono, pero que constaba de múltiples ruedas dentadas, pistones y demás mecanismos, que se activaron ante la cercanía de Gargoltar, con algún propósito desconocido. Sin embargo, estaban tan bien conservados y ensamblados que apenas producían ruido, más allá de un leve repiqueteo metálico. 

El dios tomó asiento, y, tras unos segundos inmóvil y en silencio, asintió.

-Sin duda, hermano-proclamó, con una voz metálica, que tenía a la vez la delicadeza de una campana de plata y la contundencia de un gran martillo de acero golpeando un yunque-pero, ¿qué debemos hacer?-preguntó, no como si no conociera la respuesta, sino como si quisiera saber lo que opinaban el resto. 

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23/03/2015, 22:32
Sevoriam

Sevoriam se mantenía como una masa informe, como si fuera una nube tormentosa en la que, de vez en cuando, algo centelleaba en su interior, observando esa ciudad y pensando qué podría ser. Según otros entes, que podía sentir que eran como él, iban llegando, podía apreciar como la ciudad se iba resonctruyendo.

Así estuvo hasta que aparecieron los otros séis dioses que, en ese momento, se percató de que todos tenían la misma forma, por lo que optó por imitarlos en cierta forma. La masa se modificó para tener una forma vagamente humanóide, extendiendo esas nubes y relámpagos de su interior como brazos y piernas, pero no era una forma sólida. Aunque estaba quieto, su esencia se movía, aumentando y disminuyendo su estatura y la longitud de sus extremidades.

Al ver que las puertas se abrían, algo en su interior le hizo esperarse y no ser el primero en entrar a ese lugar, pero vio como iban entrando uno a uno al interior de esa ciudad. Sevoriam siguió al tercero, pero con cada paso parecía llevar algo con él. Unas raíces salían en cada lugar que pisaba y parecían extenderse sin control alguno durante unos metros, trepando por columnas, reptando por el suelo y, sobre todo, intentando evitar esa zona de muerte y vida que parecía acompañar al primero de los dioses que había entrado.

Cuando entró a la sala, pudo ver como los tres primeros se dirigían a unos asientos que tomaban forma según su dueño, y él se sintió atraído por el que estaba situado justo frente a Gargoltar, y ese trono cambió mucho. Las raíces y ramas que salían de sus pasos se dirigían hacia el trono, donde empezaron a crear un entramado en el que formaba un pequeño asiento y luego subía hasta alcanzar el techo, formando una gran columna de vegetación que empezó a extenderse de nuevo por el techo y por el suelo durante cierta distancia. Sevoriam se acercó y se "sentó", si es que puede llamarse así, donde su forma volvió a tener esa forma de nube informe salvo por lo que podría ser la cabeza, que parecía dirigirse hacia todos los presentes, y se mantuvo en silencio ante sus hermanos.

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23/03/2015, 22:50
Mirari

Mirari entro en la sala admirando su construcción, la belleza de la estructura y de las marcas que el tiempo había grabado en ellas, pero poco tiempo tuvo de admirarlas, ya que todos sus hermanos parecían poderosos, o al menos algo en su interior le decía que eran hermanos.

Imponentes, orgullosos de ser hijos de padre, cosa que parecía uno de los pocos lazos que compartían.

Ella ¿Qué era en comparación? Su forma física no mutaba, tampoco era etérea y menos desprendía algún aura divina, en cambio su piel era frágil, podía sentir el frio, experimentar las emociones e incluso sus conocimientos no eran competencia para sus hermanos, sumando a ello necesitaba de su ropaje para sentirse cómoda, sin ser este último especial de alguna manera.

Si había algo de lo que ella estaba orgullosa, era de existir y habitar esa forma, tenía dos pies y dos manos, así como un par de alas, estaba contenta con ser quien era, incluso de haber podido crear algo tan básico como ella misma y sus vestimentas.

Aimo…

Pronuncio esa palabra, al ver su trono, y entonces supo que debía hacer, aquel trono se transformaría para ella, pero…

Con su cuerpo físico realizo una reverencia, ademan del respeto a sus hermanos mayores, pues según sus instintos, ella era menor a sus congéneres.

Hermanos, gratos son los sentidos que los notan, disculpen mi atrevimiento e ignorancia, pues solo soy la menor de ustedes –hablaba con voz prístina a los que ya habían tomado posesión de su trono y a los que aún no entraban a la sala. Pero seré la última en tomar asiento, ya  que mi hermano ha sido claro y ha llamado a sus hermanos, así que la hermana menor esperara.

Señalo respetuosamente con una de sus alas a la deidad que había convocado a los hermanos.

Mas mis dudas son tan grandes como esta sala, mas unas gotas de saber podrían calmar mi sed, no me regañéis, solo tengo tres preguntas.

Alzo así tres dedos, bajando cada uno con su pregunta.

¿Podrían decirme cualquier cosa sobre nuestro padre? Ya que se dé su existencia, pero nada más.

¿Cómo os llamáis hermanos míos? Pues la familia debe de conocerse, protegerse entre sí y espero que a futuro podamos convivir como la familia que somos.

La tercera pregunta la guardare a futuro, ya que debemos cuidar nuestros recursos.

Sus cabellos se ondularon cuando sacudió su cabeza, estaba contenta de saber que tenía familia y que en su mayoría estaban todos juntos.

Ahora les pido otra disculpa por presentarme primero.

Les dedico a sus hermanos una sonrisa y procuro grabar sus facciones en su memoria. Pero seguía sin acercarse a su trono.

Soy Mirari, estoy a su servicio hermanos, desconozco muchas cosas pero me alegrare el poder ayudarlos, en lo que gusten o lo que mande nuestro padre, se poco… pero me gustaría poder dar el mismo don que nosotros, a otros, que nuestra familia crezca, si la gracia de padre es responsable de esto, juntos podríamos hacer algo de lo que el este orgulloso.

Una lagrima de alegría broto de sus ojos, corrió por sus mejillas y se escondió en sus ropas.

Estoy contenta de conocerlos… disculpen –se limpió el rostro y avergonzada pregunto. ¿Puedo abrazarlos? Esa no es mi tercera pregunta, es mi deseo como su hermana y familia, algo que no me puede conceder este salón. 

Notas de juego

No ocupo el trono.

Formulo 2 preguntas y un deseo. 

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23/03/2015, 22:56
Meseth

El vacío que ocupaba el rostro de Meseth se dirigió hacia su hermana, escuchando atentamente lo que tenía que decir. Y cuando habló, su voz reverberaba, como seguida por decenas de otras pequeñas voces: de hombres, de mujeres y niños. Sus manos no se movían del interior de sus mangas, si es que había un cuerpo bajo aquellos ropajes, por lo que era imposible saber si estaba enfadado, molesto, o congratulado por las palabras de su hermana.

- Éramos uno, ahora somos siete. Pronto seremos uno nuevamente - sentenció, para luego continuar - Siete iguales, siete divinos. Nadie es menor, nadie es mayor.

El trono se agitaba nervioso ante las palabras de su señor.

- Toma asiento, Mirari. Nuestro hermano no diferenciaba entre unos y otros -  con esas palabras, su brazo se movió y pareció indicar uno de los asientos, el que parecía responder a la diosa - Somos Meseth... y no, no puedes. No a nosotros, pues no existimos realmente. No somos más que una proyección de lo que Ha Quedado Atrás.

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23/03/2015, 23:17
Gargoltar el Forjador

Gargoltar observó a su hermana, puede que con curiosidad... Era difícil distinguir las expresiones y emociones en el dios, si es que las tenía siquiera, y escuchó también la réplica de su hermano.

-Mi nombre es Gargoltar-dijo simplemente, sin mucha más ceremonia, aunque sí había cierto orgullo al pronunciar su nombre, quizás por lo que era, o por el simple motivo de su propia existencia.

-Sobre Padre, no sabría decir mucho. Sólo que nos creó, sin duda con un propósito en mente. Pero no sé más de él. En cuanto a tu petición... Si es tu deseo, te lo concederé, aunque no creo que encuentres un tacto reconfortante en mí. 

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23/03/2015, 23:41
Sargolax

El Guardian de los Secretos soltó un sonido levemente ahogado por su máscara, una risa posiblemente, divertido por la aparente inocencia de su hermana ya fuera fingida o real, aunque tendía a pensar más en lo primero.

-Hermanos o hermana... es indiferente en el devenir de nuestra existencia, toma asiento cuando gustes... hermana.

El ojo de cristal del trono de Sargolax giro sobre sí mismo, mirando a todas partes para luego centrarse en la diosa de la tierra. El dios del conocimiento se acomodo en el trono, escuchando las palabras de su hermano en contestación y asintiendo levemente.

-Lo que necesitas saber del padre lo sabes por ti misma, al igual que el resto de nosotros... uno fuimos y siete somos-Sentencio con un gesto despreocupado, era consciente de que posiblemente acabaran volviendo a ser uno, pero eso era un destino incierto de las muchas probabilidades y secretos que albergaba el futuro lejano... aunque probablemente sería el más exacto -Si deseas saber nuestro nombre... respondo al nombre de Sargolax, un placer conocerte Mirari... aunque los nombres no son más que mascaras, pues somos los que somos.

No dijo nada de abrazos, ni realizó amago alguno... más bien le parecía algún tipo de broma estúpida a la que no prestó atención.

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24/03/2015, 01:38
Urdamesh

Emergiendo de entre las llamas provocadas por mi llegada, observé aquel lugar que me había llamado. O que nos había llamado, mejor dicho, puesto que a mi alrededor se encontraban otros cinco seres, seres distintos a mí en mayor o menor medida, pero con los que compartía algo, una especie de vinculo… aunque de que no sabía que podía significar. Entonces otro ser apareció, y algo pareció completarse. Las puertas de aquel lugar se abrieron, invitándonos a su interior.

Hermanos

La palabra sonó con fuerza en mi mente, y con ella, el conocimiento. Hermanos, dioses que como yo habían surgido de Padre, a pesar de las evidentes diferencias que nos separaban. En silencio, uno tras otro, fueron traspasando las puertas de aquel lugar, entrando en su interior como si conociesen su destino… y tal vez lo conocían, pues algo en mi mente parecía indicarme el camino a seguir, por lo que con paso firme, avancé tras ellos, y con cada paso que daba formaba una huella derretida llena de un fuego que no quemaba nada pero que iluminaba a su alrededor de forma que parecía resaltar lo mejor de aquello que fuese alcanzado por la luz que emitía, marcando el camino que yo había recorrido. Al llegar al salón, me detuve unos instantes en el umbral, observando la sala antes de entrar

No debes temer, hermana- le dije a Mirari con una voz clara y vibrante que recordaba a la de un hombre en su plenitud –Mi nombre es Urdamesh, y sé que aunque diferentes, todos aquí somos iguales, tal y como lo quiso Padre– dije con seguridad conforme entraba en la sala deshaciendo son un simple pensamiento las alas de fuego de mi espalda de tal forma que acabaron formando una regia capa de fuego que alcanzaba hasta rozar el suelo –No eres inferior a ninguno de nosotros en manera alguna, es tan solo tu miedo a fallar a Padre el que te hace creer tal cosa- añadí, colocando con confianza mi mano en su hombro, tras lo cual me dirigí hacia el trono que sabía me pertenecía.

En principio era un simple trono de roca gris, formado de una sola pieza sin nada que indicase a quien correspondía, pero conforme me acercaba, iba cambiando para amoldarse a mi naturaleza. La roca empezó a hervir, aflorando el rojo y dorado desde su interior hasta hacer desaparecer todo rastro de gris. La roca, que ya no era tal, comenzó a cambiar, a fluctuar hasta adoptar la forma de pequeñas e innumerables llamas que se unían unas con otras hasta formar una gran hoguera de metal rojo intenso y brillante dorado que cambiaba sin cesar como si estuviese vivo, aunque manteniendo la forma básica de un trono. Entonces me senté en él, y su interior pareció brillar con aun más intensidad, mientras que entre las formas de sus llamas empezaron a distinguirse escenas de muestras de valor y coraje de todo tipo, de seres enfrentando y venciendo sus temores, sin importar lo grandes o pequeños que estos pudiesen ser.

Enfréntate a ese miedo, afróntalo con coraje- le dije a Mirari desde mi trono –Así descubrirás tu valor- sentencié.

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24/03/2015, 17:35
Zavara
Sólo para el director

Zavara, ése era su nombre.

Despertó, si realmente había estado durmiendo, esbozando una sonrisa sincera en su pálido rostro. Extendió sus brazos, intentando abarcar todo cuanto la rodeaba, y estiró las piernas para conseguir el equilibrio en ese oscuro vacío. No sabía si debía sentirse feliz o asustada. Estaba sola, y notaba que le faltaba algo. Necesitaba respuestas a las dudas que inundaban su mente. El vértigo causado por la ignorancia hizo que su expresión se aseverara un poco, aunque fuera incapaz de perder su aspecto jovial. La soledad era incómoda y desagradable, y tan solo había empezado a experimentarla. La posibilidad de ser la única, la unidad, no le inspiraba vanidad, sino horror.

Por fortuna, no tardó en notar un tirón. Como si un hilo fino e invisible tirara suavemente de su pecho, algo empezó a atraerla. Se dejó llevar, meciéndose con gracia y elegancia, pero jugueteando con las partículas de la nebulosa en la que había cobrado consciencia. Un lugar bonito, pero frío y engañoso. No podía permanecer allí. Es por eso que no se opuso a seguir su instinto, responder a la llamada etérea de algo o alguien. De hecho, tuvo la tentación de gritar de alegría, esperando un eco lejano que rompiera el silencio y verificara la existencia de seres semejantes a ella. Sería emocionante, pero no lo hizo. Aún debía ser precavida.

Zavara consiguió encontrar el camino de salida de la nebulosa, y entonces se dio cuenta de que, en realidad, el frío era ella. Se acarició los brazos gentilmente, comprendiendo su naturaleza gélida, y no pudo evitar sonreír de nuevo por haber descubierto esta característica suya. También se pasó las manos por el rostro, los labios, el pelo y el cuello, reconociéndose a sí misma y experimentando con el tacto, buscando la suavidad envuelta de frío que ya era parte de ella.

Haciendo esto, llegó en un viaje que le pareció corto y placentero al origen del estímulo que había causado su primer movimiento. Alzando la cabeza, observó, maravillada, lo que no pudo comprender a simple vista, pero que consiguió que su ojo derecho desprendiera una helada lágrima de alegría contenida...