Partida Rol por web

El edificio se alzaba ante ella con orgullo, pues había llegado en el momento justo para verlo en toda su esplendor. Seis criaturas aguardaban frente a sus puertas, y Zavara se ruborizó al pensar que había llegado tarde para la ocasión. Las lágrimas brotaban sin control de sus ojos, deslizándose lentamente por sus blancas mejillas, aunque sin que ella emitiera ningún sollozo ni ruido alguno. Todos entraron, así que ella siguió a sus hermanos.

Esa palabra la llenaba de satisfacción y felicidad.

Siendo la última, recorrió con emoción contenida la estancia, moviéndose con elegancia, casi bailando y deslizándose sobre sus pies desnudos. Zigzagueó evitando los rastros de fuego de su hermano, dejando a su vez un rastro de hielo transparente por donde sus pies entraban en contacto con el suelo. No pudo evitar, además, desviarse para acercarse a las paredes, apoyarse y pasar sus manos por ellas, notando su solidez, su calidad de real. La belleza que veía en ese lugar casi bloqueó sus sentidos, puesto que se añadía a la inefable emotividad que sentía al estar cerca de sus hermanos.

Al verse lejos de los demás, se apresuró para no ser una carga. Al llegar, todos excepto su hermana habían tomado asiento en unos tronos que parecían amoldarse a su naturaleza. Pese a la oscuridad de alguno de ellos, Zavara sentía la necesidad de acercarse y hablarles, confesarles su admiración, hacerles preguntas y tocar sus rostros, aunque no los tuvieran. Mirari, como se hacía llamar, tenía dudas, al igual que ella, y pidió algo que Zavara también deseaba.

- Por favor, hermana, permite también que te abrace.- le dijo, ya incapaz de contener su emoción, llorando y sonriendo, y casi lanzándose a los brazos de su hermana. Intentó templar su gélida temperatura para que Mirari no sintiera aprensión por el abrazo, sino que recibiera el amor que Zavara quería transmitir con él.- Soy incapaz de contaros lo mucho que he deseado que llegara este momento. Seis hermanos para compartir mi existencia. ¡Qué detalle tuvo padre al concederme el honor y la ilusión de contar con seis hermanos!- exclamó.

Al fin soltó a su hermana, y la miró sin poder creerse aún lo que estaba viendo. Suspiró con alivio y entonces se acercó al trono que debía ser para ella. En cuanto se sentó en la piedra lisa y gris, ésta se congeló por completo, dibujando formas redondas y cristalinas, haciendo que la luz se dividiera y se reflejara, alzándose con elegancia en el aire vacío, y finalizando con líneas sinuosas y elegantes.

Miró de nuevo a cada uno de sus hermanos y esperó con expectación a que algo ocurriera.

Sevoriam miraba a su alrededor y observaba todo lo que ocurría, seguía sin añadir ningún tipo de palabra, pero al escuchar la petición de  Mirari, se extrañó. No podía haber alguien que demostrara tal debilidad de forma tan clara, pero él no caería en esa trampa, si es que lo era.

Como un montón de truenos, estruendos y el sonido que podía provocar un relámpago, todo surgió de esa masa que era Sevoriam mientras, una parte de él, formaba algo parecido a una cabeza como la de sus hermanos, con unos huecos en los que brillaban los truenos de una tormenta interna- Mi nombre es Sevoriam -dijo simplemente a todo lo que estaba ocurriendo en ese lugar.

Por último, otra hermana llegó y se dispuso a hablar con la otra. Hablaban de familia e ilusión; pero esas palabras eran extrañas en la mente de Sevoriam, en la que solo cabía sitio para otros valores bastante diferentes y, según quien, puede que más oscuros.

-El miedo no es aceptable, el ser inferior tampoco -dijo con esa voz tormentosa- el valor para sobreponerse al miedo y hacer lo que hay que hacer, sea cual sea el precio, eso si es algo aceptable, un valor digno -esa especie de cabeza se giró de nuevo hacia Mirari- las disculpas no son aceptables, implican arrepentirse de un hecho en lugar de intentar afrontar las consecuencias.

Mirari abrazo a Gargoltar, su piel sensible únicamente percibía el metal, pero no le importó, al separarse de su hermano, el abrazo de Zavara le fue cálido a su chispa divina, más de nuevo, su cuerpo resintió el aura de su hermana, llegado el momento de separarse sonrió, podía titiritar pero le dedico en su lugar una sonrisa a sus dos hermanos.

Gracias Zavara, Gracias Gargoltar, no olvidare nunca su amabilidad.

Se dirigió a su hermano Urdamesh.

Hermano, valorare tu consejo, por toda la eternidad.

Luego miro con tristeza a Sargolax, Messeth y Sevoriam, eran sus hermanos y sentía un cariño especial por ellos, pero algo en su interior le insto a no seguir insistiendo.

Entiendo hermanos, Sargolax, Messeth y Sevoriam. Aun así los considerare mi familia.

Se dirigió a su trono, pero en vez de sentarse en él, se colocó detrás del respaldo, pues a pesar de ser su silla, algo sentía dentro de sí misma, otra vez ese sentimiento con una mezcla de asombro, pues al acariciar la silla desde atrás pensó.

Este lugar, esta silla, pueden acoplarse ante todos nosotros, ¿Qué somos en comparación a quien creo este lugar? Si esta es la obra de padre… ¿Acaso todavía somos infantes en su comparación?

Volvió a mirar el lugar y recordó que aun ante ellos, la vieja puerta no se abrió, aun los hijos de padre, sin estar completos, tenían dominio sobre ese lugar, más allá del permitido por el creador.

El jardín, el castillo, las habitaciones, todo rematado con la silla, capaz de transformarse según su dueño, entonces un dejo de competitividad surgió dentro de su chispa, alguien había sido capaz en crear todo eso a la medida de ellos.

Sus plumas se hincharon y sus cabellos se esponjaron.

¿Somos hijos o creaciones?

Pero así de rápido como llego ese sentimiento, uno de tranquilidad la conquisto, alguien debía quererlos mucho para darles todo eso, más aun, esperaba mucho de ellos y despreciarlo sería una ofensa, lo correcto sería estar a la altura, pero lo demostraría a su modo.

Mirari permaneció detrás del asiento, con voz clara y servicial hablo.

Hermanos, Hermana, estoy encantada de conocerlos, pero algo nos llamó y nuestro hermano Sargolax dijo, “Hay mucho por hacer”, a lo cual me gustaría saber, si todos tenemos la misma idea en mente.

Espero la respuesta de sus hermanos y hermanas. 

- También quisiéramos que el hermano Sargolax explicara al resto qué eso tan importante que debemos hacer. Deber implica obligación, y somos las criaturas más infinitas de la Creación. Hubo un Padre, sí, pero ahora somos los Padres de esta Realidad. ¿Quién nos obliga a nada?

Las decenas de voces que acompañaban los discursos de Meseth provenían de muy lejos, de miles de líneas temporales distintas, de miles de dimensiones, de miles de vidas.

- Y sin embargo, la joven Mirari parece que tiene clara su misión. Compártela con el resto, hermana.

-Ah, mi buen hermano... tu mismo has respondido tu propia pregunta -Contesto con voz irónica el dios del saber volviendo su máscara hacia el semblante vacio de Meseth . -Somos... en efecto, las criaturas mas infinitas de la Creación... pero no por ello infinitas de por sí. -La máscara se giro hacia el resto de deidades -Estoy seguro de que al igual que yo, todos vosotros, hermanos y hermanas, sentís un hambre crecer en vuestro interior... un hambre que no se sacia desde nuestra mismísima concepción... un hambre que tarde o temprano nos consumirá... como ocurre con todas las cosas de la creación.

La deidad se alzo de su trono acercándose a la mesa que ocupa el centro de la sala, ante todos los demás.

-¿Quien nos obliga a nada, nosotros padres y madres de esta realidad?... nadie, salvo nosotros mismos. Pues somos padres de una creación vacía y que no puede sustentarnos permanentemente. -Sargolax paso la mano sobre la mesa, vacía y carente de sustento, como su mismo cosmos.

-El gran enigma, es como lograremos sustento, para perdurar hasta la llegada del fin de los tiempos. Ese es, en este momento, nuestro principal objetivo -Deslizándose sobre su oscuridad, el guardián de los secretos no dio respuesta a ese enigma. Y volviendo a su asiento añadió - tal vez la idea de nuestra hermana sirva para tal cometido... así pues, ilumínalos con tus pensamientos Mirari.

Ante las palabras de Sargolax todos pensaisteis en el vacio que sentiais en vuestro interior desde el momento en el que adquiristeis conciencia. Se habia acentuado ligeramente desde la llegada a Ruth-Adum.

No era algo de lo que preocuparse mas de la cuenta, puesto que tampoco sabiais como paliar aquella sensacion tan extraña, Ruth-Adum en si aun era un misterio por resolver. Su reconstruccion ante la llegada de los siete dioses, su pasillo con infinitas habitaciones, sus jardines y muros colindantes con el fin de la realidad.

Mirari se sorprendió al ser el centro de atención, al ver a sus hermanos y hermana tuvo claro de que ella se guiaba por sentimientos, ya que su chispa no mostraba temor.

Desde que existo, me he hecho preguntas y he sentido la necesidad que todos ustedes tienen.

Sus alas se remueven de inquietud al mencionarlo, parece tener problemas en ordenar sus ideas.

Este salón, este lugar, si Padre ha creado todo esto, siento que debo estar a la altura de sus expectativas, de algún modo nos legó a nosotros la… gracia de conceder a otros, lo mismo que se nos ha concedido, he creado cosas pequeñas, me he maravillado con la simple existencia de algo que dura poco, y viendo todo esto, no encuentro existencia o tiempo suficiente para crear.

Sus alas se extienden como si Mirari fuese a emprender el vuelo.

Dar vida, ser como padre.

Sacude su cabeza y eleva sus brazos, está claro que es la oradora del grupo.

Es un sentimiento, hermanos y hermana, que más que explicar, quiero demostrar.

Empieza a cantar, la canción que uso como primera creación, pero esta vez sí se desprende su esencia divina, motas de luz salen de su cuerpo al lento ritmo de la canción, como un torrente de luz liquida azul, que baila sobre la mesa, arremolinándose hasta formar una idea.

Una casa para las creaciones, así como la casa de los dioses, pero esta es un lienzo, un lugar donde convivirían las creaciones de todos, donde todos serian como Padre, altivos, orgullosos y creadores de sus propias ideas.

La esfera se consolida como una idea, una versión en miniatura de lo que plantea y queda flotando en el centro de la mesa, tan solo mide lo de una cabeza pero...

Una maqueta tan bien hecha que las vistas divinas pueden divisar la inmensidad del proyecto, tan similar a la sala en la que están, pero todo en blanco salvo figuras talladas de desniveles y horadaciones en lo que debiera ser una superficie plana, todo irregular, tan extenso, demasiado para uno solo y tal vez esa sea la idea de Mirari, un proyecto que una a la familia.

Mirari deja de crear la idea, pero con su mirada ánima a sus hermanos y hermana a que hagan lo mismo, que molden esa esfera a su gusto, que materialicen sus ideas en aquella maqueta.

Con un gesto de su mano, la maqueta que había creado su hermana con una canción se convirtió en cenizas, desmoronándose sobre la mesa. Una corriente de viento inexistente empezó a hacer volar las cenizas por la habitación.

- ¿De dónde sacáis que Padre quería que creásemos vida? Mirad a vuestro alrededor, mirad lo que nos rodea. ¿Por qué Padre no está con nosotros? ¿Por qué desaparecer, para traernos aquí? - las cenizas terminaron por desaparecer - Estáis ansiosos por crear, altivos de vosotros, y ni siquiera os habéis parado a preguntaros con quién compartís el Panteón. ¿Habéis recorrido Ruth-adum? ¿Habéis visto cada una de las habitaciones? ¿Os habéis parado a pensar que quizás vuestras ideas ofenden a los demás?

Acabó su discurso mirando a Mirari.

Zavara observó el ritual de su hermana con expectación, maravillada por la canción que creaba de la nada. No pudo evitar acercarse a la bella maqueta que se había alzado en el centro, puesto que quería mirarla de más cerca y contemplar sus infinitos detalles. Sonrió, coincidiendo con las ideas de su hermana, sintiendo más apego a ella porque ahora sabía que creía en la unidad tanto como ella misma. Cuando el proyecto se convirtió en cenizas por obra de Meseth, Zavara soltó un quedo "Oh", ya que se encontró a sí misma mirando a la nada durante unos instantes. Se quedó donde estaba, y escuchó las palabras en contra de la idea de Mirari.

- Cuando hablas de los "demás", ¿te refieres a ti, hermano?- le preguntó con un tono amable.- Yo opino que las palabras de Mirari han sido acertadas, si bien estaban basadas en conjeturas, no en hechos. Concedo que tienes razón respecto a nuestra falta de conocimiento pero, ¿no tienes tú también ese vacío en el interior? ¿No crees que este mundo será triste si permanece vacío?- como si bailara, dio una vuelta sobre sí misma con elegancia.- Padre creó todo esto y lo amoldó a nuestras esencias. Este lugar se adapta a nuestros deseos. ¿No puede significar eso que nos ha permitido llevar la carga de una gran responsabilidad, como es la de embellecer este mundo? Si no estás de acuerdo con Mirari, podemos hacer lo que tú propones... pero luego, ¿qué vendrá?- preguntó a Meseth, pero sin dejar de mirar a los demás.

Sevoriam escuchaba a sus hermanos y veía lo que se creaba con la canción de Mirari. Admiró la belleza de lo que creaba? El potencial que tendría ese lugar, pero en ese momento Meseth lo convirtió en cenizas.

Una carcajada surgió ante el conflicto que se iniciaba, una parte de esa nube informe parecía disfrutar con eso y, en su interior, esperaba que fuera a más.

-Me gusta que habléis de Padre como, si por mencionarle, ya estuviera todo bien -dijo esa voz tronante- pero, ¿donde está? Quizás no está por que no quiere estar, quizás no está por que tenemos que buscar en nuestro interior y ver que tenemos que hacer, cual en nuestra función aquí y descubrirlo por nosotros mismos -paseó la mirada por sus hermanos- o quizás no, puede que no esté por que no le hemos complacido y estemos aquí como castigo, solos y perdidos.

La divagación habia sido profunda y sin mucho sentido, pues planteaba más dudas que respuestas- Puede que Mirari quiera crear esa que dice, pero puede que la esencia de Meseth sea evitarlo, ¿como saberlo?

Incliné levemente la cabeza como muestra de satisfacción al ver que Mairi aceptaba mi consejo, pues siempre era agradable poder mostrar el camino a los demás, especialmente a un hermano, tras lo cual me puse a escuchar las opiniones que tenían todos sobre Padre, sobre el motivo de nuestra existencia, sobre nuestro deber.

Un leve gruñido de irritación fue mi respuesta al recordatorio de Sargolax sobre el vacío que sentía, si es que se podía llamar así, a pesar de lo cual aparté rápidamente ese tema a un rincón de mi mente. No era el momento de preocuparse por ello, sino más bien en lo que se dijo a continuación, pues aunque ni la canción de su hermana ni el dramático gesto de destrucción de su hermano atrajeron su atención, sí que lo hacían las ideas que había tras ellos.

Haya paz, hermanos, no dejéis que el temor ante las dudas que nos asaltan nos lleve a iniciar vanas discusiones- dije de forma severa, interviniendo para calmar la situación –Es cierto que la idea de crear, de emular a Padre dando vida a nuevos seres es atrayente…- le dije a Mairi, mostrando en mi voz el respeto por el valor que había mostrado al hablar de lo que sentía sin saber si sería apreciado por sus hermanos -… pero nuestro hermano Meseth tiene razón. Son muchas cosas las que desconocemos aun, empezando por este lugar. ¿Qué es Ruth-Adum, que misterios esconde? Está claro que nos estaba esperando, así que Padre debe haber hecho esto por algún motivo. Tal vez en el interior de este lugar encontremos alguna respuesta- añadió a continuación, mostrándose de acuerdo con su hermano, tras lo cual se levantó de su trono, caminando hasta el centro de la sala, donde, a un pensamiento suyo, la capa de fuego que llevaba a la espalda, se desprendió, deshaciéndose en un millar de llamas que rápidamente tomaron forma individual y salieron raudas de la sala, en dirección a cada rincón de Ruth-Adum.

Sea lo que sea lo que encontremos en este lugar, creo que quien más cerca está de la verdad es nuestro hermano Sevoriam- dije mirando a todos –Al fin y al cabo, si Padre nos creó tal como somos, en nuestras naturalezas deben estar incluidos sus designios- sentenció

Gargoltar escuchó a unos y otros, en silencio. Es cierto que sentía dentro de él mismo cierto vacío. Y no podía negar que, en su ser, había cierto gusto por la creación. Pero, en principio, pensaba en la creación de cosas, herramientas y artefactos de todo tipo. En cambio, otros parecían estar insinuando otra cosa. Finalmente, el metálico dios se decidió a hablar.

-No tengo respuestas sobre Padre, puede ser cualquiera de las opciones que dijo Sevoriam, u otras muchas. Mi opinión es que nos dejó para darnos libertad de seguir nuestra naturaleza. Y precisamente es esa naturaleza, hermano Meseth, lo que hay que tener en cuenta. Yo soy lo que soy, igual que el resto de vosotros sois como sois. Cada uno tenemos un modo de pensar y unas motivaciones distintas, y es eso lo que nos enriquece... Aunque a veces podamos ofender a otro en el proceso. Opino como Sevoriam y Urdamesh, por tanto. Cada uno es como es por un motivo. 

El dios del saber contemplo la maqueta pensativo, y después ahogo una risa cuando la vio deshacerse en cenizas, mientras escuchaba hablar a sus hermanos con sus propias ideas y teorías.

-Es inútil preguntarse que querría el Padre... y es algo que carece de importancia, ya que estamos solos y alejados de él en esta realidad en la que somos los amos. Lo único que sabemos es quiénes somos y nuestros propios deseos...

La oscura deidad se acomodo en su trono, apoyando el mentón de su máscara sobre los nudillos de su mano derecha, en la postura que encontraba más cómoda.

-Aunque ciertamente, antes de crear, deberíamos comprobar si existe algo en este lugar o en sus alrededores que pueda sustentarnos.

El ojo del trono oscuro empezó a girar como loco, haciendo movimientos de zig zag en direcciones caóticas, buscando y reconociendo lo que se encontraba en las paredes de ruth-adum y mas allá.

La tenebrosa presencia de Meseth escuchó las réplicas de cada uno de sus hermanos silenciosamente, y les fue respondiendo uno a uno, sin alterar el tono ni la cadencia de su voz.

- No queremos un mundo vacío, queremos una fuente inagotable que sacie nuestra hambre. No queremos sentarnos aquí, esperando a que la necesidad sea tal que empecemos a devorarnos unos a otros, pero somos Hermanos, somos iguales, y sin embargo, no sabemos nada los unos de los otros. - dijo a Zavara, para luego mirar a Sevoriam - Somos el Final de Todo, pero para llegar a nosotros, debe de haber un Principio. Nos complacerá que haya una forma de alimentarnos.

Luego habló Gargoltar, y Meseth separó sus manos de las mangas de la túnica, mostrando una mano negra y retorcida que, de repente, chasqueó dos dedos. A las espaldas de Meseth se materializó un gigantesco rollo de pergamino: el papel estaba fabricado con piel reseca, y los ejes eran de un hueso ennegrecido y quebradizo. El pergamino se desenrolló, cayendo violentamente en el suelo con un estallido de baldosa y piedra. 

- Somos El Devorador. El Eterno Hambriento. El Fin de Todo. En estos textos quedará reflejado el fin de toda vida, de toda creencia, de todo sentimiento. Cuando no existan dioses en Ruth-adum y todo sea polvo y cenizas, también quedará reflejado. Porque somos los Escribas del Destino. Eso somos, Hermano.

Volvió a guardar las manos en la túnica, expresando con su silencio que daba paso a sus Hermanos para que también describieran sus ansias y necesidades.

Mirari cerró sus ojos cuando su maqueta desapareció. Sus alas bajaron y su actitud decayó mientras escuchaba las opiniones.

¿Acaso padre deseaba esto?

Su chispa divina le guio de nuevo, siempre intuía cosas y no podía odiar a su hermano por la ofensa.

Somos familia, parte de la misma chispa.

Susurro al tiempo que agito sus alas y sin parar de batirlas se elevó sobre su silla.

Veamos si en verdad puede cambiar a la voluntad de su dueño, ya que es mi voluntad saber lo que necesito.

Descendió suavemente sobre su trono y coloco su mano sobre la mesa. Aquel lugar parecía adaptarse a ellos, proveerles lo que necesitaban, así que tentó al destino y hablo, pero no a sus hermanos. Estaba retando Ruth-Adum.

Si en verdad este trono y este recinto se adaptan a nuestras necesidades, necesito saber las respuestas, dímelas, comunícalas ¿O es mentira Rut-Adum? Alguien te nombro… Ahora ofreces 7 tronos, sea así, que este trono se transforme en las respuestas y la guía que necesito.

Abre alguna puerta que conduzca a esas respuestas.

Sin saber bien que hacer, proyecto su divinidad, tal como lo había hecho para crear la maqueta, desprendía aquellos puntos luminosos esperando que el trono se transformase, contemplaba el salón buscando alguna respuesta.

Y es que algo le decía en su interior que ese recinto tenía algún tipo de conciencia, y que el espectáculo del muro viejo, que se transformaba conforme llegaban, era más de lo que aparentaba. Todo eso sumado a las palabras de su familia la había hecho sentir una perturbación en su divinidad.

Ya existía, nos llamó, se restauró conforme llegábamos, alguna inteligencia por primitiva que fuese debió guiar esos hechos, o quizás fueran instrucciones de padre, cualquiera fuese el caso, lo sabré dentro de poco, si la silla no cambiaba en lo que buscaba, entonces… no sabría qué hacer.

Mantuvo en su mente las preguntas, dudas y cuestionamiento de sus hermanos, la idea de padre, todo con respuestas grabadas en su silla, tal vez líneas que guiasen, o simplemente algún modo de comunicarse, cualquiera, pero dentro de ella, esperaba ver la figura de padre, de su querido padre respondiendo todo a su hija.

Y Ruth-Adum no hizo nada. La morada del cosmos habia cambiado ante la llegada de los dioses. La presencia de la divinidad en su cercania le hacia volver a un estado anterior. Mas las necesidades y los deseos de los dioses podian hacerlo cambiar. Pero el hogar de los dioses no era un ente per se, por lo que no podia responder a las preguntas de los dioses o mostrar algo que no contenia. Simplemente, nada ocurrió.

Pasó un tiempo sin que nada se moviese en Ruth-Adum. Los dioses en sus tronos esperaban ver si Mirari conseguia algo, pero no. Mas en la mesa apareció un mapa, un mapa en blanco y de nuevo una llamada similar a la que trajo a los dioses a Ruth-Adum volvió a aparecer en la mente de estos. Algo volvia a requerir su atención.

En la mente de estos apareció el boceto que Mirari habia creado en una maqueta, pero... tenia algo muy diferente a la maqueta, parecia estar imbuido con la esencia de padre, la esencia prima que componia el universo. Era una esfera totalmente lisa, sin nada en su superficie.

¿Un ultimo regalo de padre?¿el porque de su existencia?¿el destino del panteon?

El guardián de los secretos asintió ante las últimas palabras del escriba del destino, aprobando su cometido.

-Si tu deber es redactar el final de todas las cosas, te ayudare en esa tarea, pues mi deber es el de ordenar todos los conocimientos e ideas que surgen, brillan y mueren en la infinidad de nuestra existencia. Desde mi concepción he visto brillar las ideas que el Padre estableció en nuestra existencia, incluidos nosotros mismos, y siento que he de guardar estas ideas a través de su conocimiento, para que perduren mas allá de nosotros mismos. Pues soy el Guardian de los Secretos, que guarda el conocimiento de eones y los protege en la oscuridad.

La deidad del saber aguardo esperando a que los demás que aun no habían anunciado sus dominios se presentasen debidamente para conocerse.

Contemplo en silencio el intento de su hermana por obligar a la morada de los dioses a darle respuestas. Aguardo esperando que sucediera algo, y nada pasó... hasta que la mesa central mostro un mapa en blanco.

-Interesante... parece que nuestro nuevo hogar no fue lo único que dejo atrás el Padre... tal vez la idea de creación de nuestra hermana no estaba tan alejada de los designios de nuestro creador, que parece ofrecernos un lienzo vacio al que dar forma.

Gargoltar tomó nota de las presentaciones de aquellos dos hermanos, pues siempre era bueno tener al menos una idea aproximada de las aspiraciones de cada uno, y la filosofía que había tras sus poderes. Cosa que, más o menos, estaba quedando clara.

-Por mi parte soy Gargoltar, el Forjador. Señor de los metales y patrón de la tecnología. Disfruto diseñando y construyendo toda clase de cosas, y creo en el equilibrio, y quizás en un orden que llegue más allá de nuestra misma existencia. Éso solo Padre lo sabe...

Al parecer, los intentos de Mirari habían dado fruto, o algo de lo que habían dicho o hecho había desencadenado un proceso en Ruth Adum, que ahora les mostraba aquella esfera: inmaculada, perfecta y atrayente. 

-Puede ser, efectivamente, que la creación sea, al menos en parte, el motivo por el que estamos aquí. 

Zavara no vio ningún inconveniente en discutir sus naturalezas y los dominios que Padre les había confiado, puesto que, como hermanos, debían confiar los unos en los otros, así como sincerarse para poder ayudarse mutuamente. Escuchó con atención las descripciones de los demás, y tras Gargoltar decidió hablar sobre sí misma.

- Fue la voluntad de Padre que de mí surgiera el Frío. Soy la Dama del hielo y de la escarcha, y creo en la paz y la armonía entre todos los seres. Por ello espero poder comprenderos y establecer con vosotros una relación equilibrada y de mutua aceptación.- dijo a sus hermanos.

Después de eso, apareció un mapa vacío. ¿Quizá ese era su objetivo? Mirari se había acercado muchísimo con su propia propuesta. Es posible que ella fuera la más indicada para cumplir los designios de Padre, al menos en esa misión concreta. Zavara miró a su hermana con dulzura y asintió en señal de aprobación y felicitación.

- ¿Cooperaremos, entonces, por trabajar en el proyecto que nos ha sido mostrado?- preguntó a los demás con expectación.

Sevoriam escuchaba las presentaciones de sus hermanos y se mantuvo en silencio, como si esperara que se olvidaran de él, pero mientras uno quería redactar el fin de todo y otro ayudarle, Mirari intentó hacer algo que no consiguió hacer, y mientras tanto seguían presentandose.

-Pues siento que voy a decepcionarte, hermana -dijo Sevoriam a Zavara- pues yo soy la representación de la fuerza más salvaje que existirá, y solo los más aptos podrán sobrevivirla. El conflicto y la supervivencia crearán lazos entre diferentes seres, pero no creo que la "armonía" o la "paz" puedan tener una cabida absoluta.

Al ver ese mundo en blanco, Sevoriam se levantó recobrando esa forma humanóide y se acercó a esa imagen, como si intentara apoderarse de ella antes que el resto de sus hermanos, mientras ellos observaban simplemente- Así que esto es otra razón para estar aquí -una risa profunda surgió de él- creo que al final puede ser hasta divertido.