Partida Rol por web

Antes de que mi exploración de Ruth-Adum diese fruto alguno, esta nos mostró algo nuevo en respuesta a la petición de Mirari. Tal vez por eso, lo que surgía ahora en mi mente tenía tanta similitud con lo que ella nos había mostrado. O tal vez su actuación anterior había sido el motivo de porque Ruth-Adum había respondido a sus palabras. Pero fuese el motivo que fuese, no era importante, lo importante era esa esfera imbuida en la esencia de Padre. Y mientras contemplaba la esfera, mis hermanos fueron explicando sus distintas naturalezas, propósitos y motivos de existencia… de lo cual tomé buena nota.

Bastante similar a lo que nos mostraste, hermana- le dije a Mirari con aprobación mientras me dirigía de nuevo hacia mi trono –Si eso es parte del legado de Padre, tal vez en cada uno de nosotros hayan otras parte de él, así como Mirari intuyó la primera de ellas- dije conforme me sentaba, completamente convencido de mis palabras –En cuanto a mi…- empecé a decir –… yo soy la luz que brilla al enfrentarse al miedo, la hoguera que crepita para mantener a raya el pavor, la llama que arde con fuerza ante el terror. Yo soy el Fuego del Valor que arde en cada ser- sentencié desde mi trono, con cada una de mis palabras acompañadas por las flamígeras formaciones de este, tras lo cual me quedé en silencio durante unos un instantes, observando con intensidad la esfera.

Mirari contemplo absorta, y no fue hasta después de la aparición del mundo, que pareció recobrar el sentido. Se levantó de su trono para hablar.

Soy… soy Mirari, la representación de….

Aun no sabía la respuesta a aquello, su familia parecía saber con qué estaban imbuidos, la parte de la esencia de padre que tenían cada uno.

¿Qué soy?

Pensó rápidamente en sus cualidades, sus hermanos tenían formas que los delimitaban, al igual que formas etéreas, y todas cuadraban  con ellos, todos tenían formas identificables con sus elementos.

Ella tenía piel, unas prendas que ella misma había creado, su voz no resaltaba, sus alas, tampoco desprendían nada, sus brazos, pies, pensaba rápido, entre cualidades y habilidades, saltaba de una a otra, hasta que quedo en silencio su mente y decidió hacer caso de sus instintos.

Fijo su vista en la nueva esfera, por un momento le pareció una broma de padre, a segundos quería pavonearse ante sus hermanos que dudaron de ella, a otro momento sentía la vergüenza de hacer algo sin sentido, pero había algo en esa esfera que la cautivaba, un “no sé qué” tan atrayente para ella, como si la esfera le susurrara cosas.

Supo entonces, sobre esa esfera, cuál era su legado.

Tierra… Soy Mirari, cuyo nombre significa Replicadora de Milagros, pues mi meta es replicar los regalos de padre y mi representación como dominio  es esa –señalo la esfera y dijo el nombre de su elemento. La Tierra, tal vez nosotros estemos separados por ideales, pero mi dominio será donde nuestras creaciones estarán juntas.

No aparto la mirada de la esfera, era casi irónico que su elemento apenas fuese creado en su totalidad, pero la cercanía de Sevoriam la puso en alerta y sus alas se expandieron en un gesto autoritario.

Hermano, sé que estés ansioso por empezar, mas todos pidieron y dieron su opinión, incluso vos Sevoriam, hermano de todos, así que el derecho de empezar es de todos por igual.

No volvió a sentarse, si no que batió sus alas suavemente para sobrevolar la esfera que tenía cautivada su chispa, a su revoloteo se alzaron las cenizas de lo que otrora fuese su maqueta, volando alrededor de Mirari.

Es hora de replicar el milagro más sencillo de todos y el más difícil, Hermanos, Hermana os lo dejo a vosotros, pues mis dominios son la Tierra, y aun no estoy completa ¿Cómo deberá llamarse este lienzo en blanco? Pero ese es solo el comienzo.

Sus alas se extendieron, empezó a subir, seguida de sus cenizas, sobrevoló por muy arriba de los tronos de sus hermanos y hermana, conforme pasaba quería crear, pero debía actuar con el ejemplo. Además tenía algo en mente, sonrió a su hermana Zavara y a Gargoltar al pasar sobre ellos.

Cada quien tiene sus ideas, Hermanos, Hermana, os reto a crear algo para enriquecer la obra de padre, sin tocar la esfera, digan su creación, pero para evitar conflictos me gustaría cuidar la obra de todos.

Al volver a flotar sobre el centro de la mesa, su esencia divina volvió a desprenderse nuevamente, motas azules se juntaban en sus manos, esta vez creando algo aprendido de la esencia de sus hermanos.

Primero con lo visto del Metal de Gargoltar, un material plateado surgió de sus manos cambiando de forma, tan frio, bello y que podía traer la paz como el elemento de Zavara, este metal también era salvaje, podía traer conflicto y solo sería empuñado por la fuerza como Sevoriam, incluso podía forgar historias y terminarlas como Messeth, su hoja por mas plateada que fuese, no desprendería luz, y protegería la creación tal como Sargolax y cuando la espada tuvo su forma, se grabó en ella tanto físicamente, como divinamente el consejo de Urdamesh, Enfréntate a ese miedo, afróntalo con coraje, así descubrirás tu valor, pues ese objeto era para cubrir sus carencias frente a sus hermanos.

Un objeto así se materializo, pero aún faltaba la esencia de Mirari, así que alrededor de la parte más peligrosa de esa arma, se formó una funda, azul y dorada, con patrones sencillos como hermosos, no costaba adivinar que los colores venían de los únicos hermanos que la habían abrazado.

Estoy completa, con esto cuidare la obra de padre Hermanos, y por eso les doy las gracias, pues son ustedes quien me han dado lo último que necesitaba, la Inspiración, pues eso se necesita para recrear los milagros.

Y ciertamente ahora se veía completa, como una Divinidad más entre sus hermanos, aun cuando no desprendiese aura y tanto su aspecto como sus ropas fueran sencillos.

Ahora hermanos, hermana, sugiero que cada quien de sus dones iniciales, primero avise su creación, pues crear lo mismo dos veces sería un poco monótono, pero no los detendré si quieren hacerlo, solo imploro no destruyan la obra de otro sin consentimiento. No dudo que podrán crear primero sin tocar la esfera, pues somos hijos e hijas de Padre.

Mirari descendió hasta su trono, que no había cambiado y una vez sentada, las cenizas giraron violentamente en torno a su figura, parecía estar acumulando energía para empezar a crear.

-Yo en ningún momento he dicho que no puedan empezar ellos, pero al veros todos sentados me tomo esa libertad -dijo el dios antes de que las mismas ramas que surgían de su trono y empezaron a recorrer el mundo, cubriendo unas zonas de forma densa, otras ligeramente e ignorando otras de forma completamente aleatoria, al menos que supieran ellos. Estas raíces se dedicaban a cubrir el mundo hasta que hubieron cubierto unas zonas que, al parecer, satisfacieron a Sevoriam.

Tras eso, Sevoriam miró a sus hermanos- por mucho que queramos no somos iguales -puntualizó- pero siempre alguien tiene que dar el primer paso, y eso es lo que he hecho -se dirigió de nuevo hacia su trono y se sentó en él tranquilamente.

- ¿Ansioso por poseer esa esfera de tierra, Sevoriam? - las tenebrosas voces de Meseth hicieron que los sombríos tentáculos de su trono de estremecieran - ¿Y tú, Mirari? Ni siquiera es distinta a una mota de polvo, ¿y ya quieres bautizarla? 

Cuando quisieron darse cuenta, Meseth se había abalanzado sobre la blanca bola de tierra como un depredador, y su negra y huesuda mano extendía sus dedos hacia ella.

- Sería fácil... muy fácil... consumirla hasta convertirla en nada - pero luego su postura se relajó - pero no nos saciaría. Debe ser un lugar lleno de obstáculos, de desafíos... ¿Queréis crear? ¿Queréis poseer? No nos importa, pues tenemos nuestros propios planes pero... demostradnos que sois dignos.

Su mano arañó el propio tejido de la realidad que conectaba aquella suerte de maqueta con la verdadera esfera, y pronto los miembros del Cónclave de Dioses escucharon un estruendo. En el exterior, como una boca tenebrosa llena de oscuridad, surgió la primera amenaza de la Creación.

- Garganta - anunció Meseth, y todos supieron la finalidad de aquella singularidad.

Tras observar con aprobación como Mairi parecía encontrar lo que necesitaba para sentirse completa, volví a centrar mi atención en la esfera, meditando que hacer mientras mis hermanos comenzaba a actuar. Las raíces con las que Sevorian rodeo la esfera apenas si llamaron mi atención, al contrario que la actuación de Meseth, pues me quedé observando fijamente su creación, esa “Garganta” durante unos instantes.

¡Ja, ja, ja!- empecé a reír de improviso con una potente carcajada –Bien hecho hermano, nada como un gran peligro para hacer surgir el valor, y desde luego que tu Garganta es una inmensa y constante amenaza para la esfera- le dije complacido a Meseth –Aunque ante tal peligro, tal vez sea necesaria una pequeña ayuda, algo de luz para poder encontrar ese valor- añadí con una sonrisa, tras lo cual materialicé una diminuta esfera de luz ante mí, enviándola con un leve gesto de mi mano hacia la maqueta.

La esfera avanzó lentamente, poniéndose a girar al alrededor de la esfera, hasta que dejo de estar en la maqueta y pasó a estar frente a la verdadera esfera, aunque a gran distancia de ella, y tan diminuta que tan solo la mirada divina de los que nos encontrábamos en aquella sala era capaz de distinguirla.

Mejor un poco más grande- comenté como con cierta indiferencia, momento en el cual la diminuta esfera se expandió hasta ser una gigantesca bola de fuego orbitando la esfera, derramando luz sobre su superficie, iluminándola… pero sin esconder con ello la obra de su hermano.

Ilkáne- anucié, dando nombre a mi creación.

Los ojos de la máscara del dios de la oscuridad parecieron entrecerrarse al aparecer la esfera de luz junto al lienzo, y como respuesta sus zarcillos de oscuridad se alzaron como una mano ávida de abarcar todo cuanto se encontraba en el mundo plano e impoluto.

-Donde tu traes la luz, yo llevare la oscuridad, en la que las cosas no son lo que parecen y los secretos se guardan con celo hasta ser revelados.

Los zarcillos envolvieron el mundo en una densa tiniebla, solo dispersada por la luz del astro creado por Urdamesh. Sin embargo algunos de los zarcillos se ocultaban en los huecos mas recónditos, naciendo así la noche y las sombras.

La deidad se sintió tentada a crear un astro donde su oscuridad pudiese ocultarse, para así crear sombra al interponerse entre el lienzo y la brillante creación de su hermano, pero desistió en gastar esfuerzo en tamaña empresa, pues no entraba dentro de sus planes y la oscuridad de la noche le pareció suficiente. Sin embargo las sombras siguieron allí danzando, listas para hacerse hueco en el resto de creaciones de sus hermanos y hermanas.

Zavara frunció el ceño al ver la peligrosa singularidad que amenazaba la estabilidad de la esfera. Se levantó de su trono para acercarse a la maqueta inacabada y observó las creaciones de sus hermanos con atención, comprendiendo qué función haría cada una de ellas. Sintiendo que era el momento, se propuso añadir su grano de arena.

Extendiendo los brazos, creó cuatro afiladas agujas de hielo que se deslizaron por el aire hacia la esfera, colocándose cada una en su posición. Cada una fue a parar a un extremo de la esfera: los dos polos y las dos zonas centrales, conformando así una cruz. Con un rápido movimiento de muñecas, Zavara ordenó que las agujas se clavaran lentamente en la superficie de la esfera, filtrando todo su contenido hasta llegar a su centro. Allí se acumuló el hielo, formando otra esfera más pequeña que empezó a propagar el frío. Además, allí donde se habían clavado las agujas heladas se formaron zonas de nieve y hielo.

- El frío se extiende.- dijo con un tono extrañamente serio y enigmático.

- Las sombras y el frío se extienden - parecía que Meseth estuviera conforme con lo que sus hermanos habían hecho - y vemos que Urdamesh quiere asegurarse de que saciamos nuestro apetito. Te lo agradecemos, una Vida agotada y sin ansias por luchar no nos saciaría tanto como una que se aferra con garras y dientes a su supervivencia.

Los tentáculos de oscuridad parecían haber crecido, aferrando el suelo como un árbol que quisiera caminar con voluntad propia.

- Luz y Oscuridad, Frío y Muerte... ¿qué más espera a esta mota de polvo en el vacío?

Mirari sin abrir los ojos, sonrió, pues al parecer su familia comenzaba a crear, las motas de ceniza giraban más y más rápido en su órbita, cambiaban de colores. Pero en susurros los fue nombrando, no los había creado pero le parecían hermosos, más hermosos que cualquier cosa existente.

 Arden, gemeo, ultra,  azul, amarillo, rojo, infra, rada y baja.

Sin abrir los ojos y casi en secreto de sus hermanos, por miedo a que ellos los rompieran, cogió los colores con sus manos para esconderlos en el mundo, pero antes de terminar su labor, pensó que si solo ella apreciaba la obra, seria egoísta.

Tomo tres colores y los desperdigo por todos lados, el Rojo, Amarillo y Azul, pero al no ver, cuando tomaba los colores, estos se mezclaron creando tantos como cuartos tenia Ruth-Adum, pero solo se verían los que Mirari no escondió, los demás pintarían el mundo en secreto.

El resto de los colores los escondió, con cuidado, para que si sus hermanos los buscasen, los encontrasen.

Luego su esencia divina se desprendió, y comenzó a cantar.

Sacrificios de la materia

Os imploro a mi voluntad

Entonces Ruth-Adum, se sacudió, pues Mirari no planeaba solo crear, si no moldear la existencia misma. Su cantico parecía resonar en la esfera misma.

Aire, Agua y Fuego

Contemplad desde este día

La esfera vibro violentamente, partiéndose tan violentamente que por un momento pareció romperse. Mirari abrió los ojos y extendió sus extremidades, como si con todo su cuerpo, tratara de sujetar la violenta fuerza que desataba sobre la creación.

La Tierra que os lego

Sujeto la esencia del espacio y la esfera se desquebrajo, intentando desdoblar su existencia,

Tiempo y Universo

Sus manos se movían grácilmente mientras sujetaba con su ser el tiempo, el universo, entretejiéndolos en una cinta de moebius, siendo cada dobles un plano independiente pero al mismo tiempo ligado a los demás.

Conforme cantaba, un coro de las cenizas de su maqueta se dejó escuchar, voces fuera del tiempo, tan diminutas a los oídos de los dioses, pero al mismo tiempo tan claras.

Oh, Madre, Oh, Mirari

Creas un mundo de perfección

Fantasía o Realidad

Armonía en mente cabal.

Su labor era tan delicada que cada movimiento hacia vibrar la existencia, pero tan pronto como termino. La esfera, era ahora distintas materias, y tenía tres caras.

Cerró los ojos y se elevó con cuidado, pues aun sostenía en sus manos la existencia, la cual estiro y siguió estirando, pero sus pies y alas tocaron al parecer accidentalmente el tejido final, desgarrando en cuatro puntos la creación.

Suspiro y dejo de cantar, el coro paro, ella misma aún mantenía energía, como si apenas comenzase su obra, pero en su descanso miro como estaba quedando todo. De sus ojos brotaron lágrimas que al entrar en contacto con la creación se esparcieron por la esfera y más allá de la esfera, agua, suficiente para formar grandes cuerpos de agua, mas allá de la esfera formaron nubes de colores en el espacio, dando color al vacío que rodeaba la creación.

Una vez termino de llorar, hablo a sus hermanos.

He creado tres niveles del mundo, hermanos, hermana. He dado forma a la materia. Y ahora hay tres veces el espacio de creación.

Señalo el primer mapa, eran puras islas, puntas de montañas o tierras flotantes, todo separado de la superficie por distancias enormes. Y todo flotando en la atmosfera, salvo las cumbres montañosas. Era tan poca superficie que parecía un mundo poblado de islas.

Ultra, el mundo de los cielos, le he dado propiedad al aire de sostener materias de la mismas denominación, Ultras, y estas a su vez repelen su atracción al mundo.

Luego señalo el mapa inferior, este era una superficie variopinta, con tantas grietas como un rompecabezas, este tenía montañas que formaban el mundo Ultra y sobre él, junto con nubes, flotaban pedazos de tierra, algunos pequeños, otros tan grandes que debajo se formaba una noche artificial.

Mida, el mundo base, de aquí hay caminos a Ultra y el reino inferior.

Revelo a los ojos de los dioses, mapas subterráneos, caminos que horadaban, pero eran más que túneles, había espacios tan grandes que poseían sus propios mares y otros tan altos que podían albergar nubes.

Infra, el mundo debajo del mundo, el más basto de los tres, pues mide más que todos los otros. Se comunica únicamente con Mida por túneles y accesos.

Paso a señalar los puntos donde estaba rasgada la creación, eran tan dispares entre sí, que parecían eventos diferentes.

Lamentablemente he dañado la creación y estos cuatro puntos, son el fin del mundo, quien llegue a ellos pude caer al vacío del que venimos.

Zaluster. Ese es el nombre de esta esfera, y dentro de poco no estará sola.

Con esto el mundo tenia geografía en las tres dimensiones.

Volvio a cerrar los ojos, concentrándose, pero esta vez las cenizas orbitaron a mayor velocidad, pues al parecer Mirari, solo había comenzado a crear. En su rostro se reflejó un esfuerzo aun mayor.

La canción sonó, alterando y desgajando esa esfera, sentando bases, organizando todo como si se tratara la única criatura de aquel Panteón. Meseth permaneció en silencio, observando con su rostro sin facciones la creación de su hermana. No respondió, no intervino, sólo esperando a que ella terminara, y cuando su último aliento salió de sus labios, el dios de la Muerte, del Vacío de la Existencia... habló.

- No - su voluntad era infinita, como la de sus hermanos y hermana, y esa simple palabra fue suficiente para que la esfera que acababa de transformar su hermana se detuviera en el Tiempo y el Espacio. Ultra, Mida e Infra dejaron de alzarse y hundirse, y entonces por primera vez desde que todo había comenzado, Meseth se alzó de su trono - Ofendes a tus hermanos, Mirari, nos ofendes por segunda vez. Te tomas la licencia de fragmentar este mundo sin preguntar primero a tus seis hermanos si desean algo así, solicitando además que nadie toque tu obra. Lo rompes, adecuándolo a tus deseos, y además bautizas a esta bola de tierra como si fuera de tu propiedad.

No se había movido, y de repente su puño estaba golpeando la mesa con tanta fuerza que se rompió en mil pedazos, para luego recomponerse segundos después. Tal era el poder de la Casa del Cosmos.

- Dices que nos amas, nos pides abrazos y gestos de amistad, y luego te declaras soberana del Legado de Padre. Deberías avergonzarte - puso su mano sobre la esfera, aún sin tocarla - Detestamos lo que has hecho, detestamos el nombre que has elegido y detestamos sus tres niveles de Realidad. Pero al igual que exigimos que no te tomes licencias sobre este lienzo, nosotros no nos tomaremos la mano en deshacerla. ¿Qué opinan nuestros hermanos?

Mirari observo perpleja a su hermano, pues aun no terminaba de crear, y una parte dentro suyo se molestó con la interrupción, mas intento controlar sus impulsos pues estaba cargando mucha energía.

Pero sus palabras la molestaron más, con la energía que tenía cargada, esta se volvía inestable, por lo que en un descuido su irritación le provoco mover un parpado, suficiente para que un fragmento minúsculo de chispa saliese de su control y se desperdigara por la creación, esta tomo forma de vida primitiva, pero al nacer de un malestar de la diosa, se convirtió en un ser mezquino.

Si Mirari noto eso, no mostro menor signo de preocupación, pues concentraba la mayor de sus fuerzas en retener su labor.

Hermano Messeth. Mi propuesta fue ignorada, pese a eso repetiré mi pregunta, esta vez sin esperar respuesta.

¿Cómo deberá llamarse este lienzo en blanco?

Además de eso, mencione mis dominios, pues mi elemento divino, por Padre, es y siempre será la Tierra.

Como lienzo no es mía.

Mirari cruzo sus brazos y espero la respuesta de su familia, además del esfuerzo, estaba agotando su tiempo, pues la energía seguía acumulándose y posiblemente su siguiente creación se saliera de control si tardaba mucho.

- Fuiste ignorada porque bautizar a algo que aún no existe es ridículo - espetó - y sin embargo, decidiste tomarte el privilegio de ponerle nombre sin esperar a los demás.

Se giró hacia Mirari, ignorando el esfuerzo que la diosa estaba realizando para contener su poder.

- No comprendemos el concepto de Tierra - añadió, sin retirar la mano que amenazaba la integridad del planeta - pero estamos de acuerdo en que ese lienzo no es de tu propiedad. Siendo así, ¿por qué has actuado como si lo fuera?

Zavara estaba observando las acciones de su hermana con sentimientos opuestos de inquietud y admiración. Ver que Mirari estaba rompiendo la esfera para crear dos la llenaba de curiosidad a la vez que hacía crecer en ella una sensación incómoda, como si le estuvieran quitando algo suyo. Pero Meseth se apresuró a intervenir, amenazando la existencia de la creación de su hermana y dejando a ésta en suspensión, de modo que ambos se quedaron quietos mientras la tensión aumentaba a su alrededor.

Miró a uno y a la otra, y empezó a preocuparse, puesto que el conflicto estaba naciendo demasiado pronto. Zavara se acercó aún más a la mesa y alzó ambas manos hacia sus respectivos hermanos, pidiendo con este gesto que se detuvieran y la miraran un momento. Era el momento de mediar en el conflicto.

- ¡Hermanos, por favor! ¡No os peleéis!- exclamó con ternura y severidad entrelazadas.- En momentos como éste, es necesario reunir a los siete Dioses para que se llegue a una solución, puesto que claramente tenéis pensamientos e intenciones opuestas. Así que os pido que suspendáis vuestra actual acción hasta que cada uno de nosotros se haya pronunciado en ésta decisión: opino que, aquél de vosotros dos que consiga más apoyo, podrá realizar su acción. Ya sea crear... o destruir.- dijo mirando a Mirari con preocupación.

Sevoriam se alzó ante lo que estaba haciendo Mirari. Había disfrutado con todo lo que estabna haciendo sus hermanos, viendo tal variedad en ese lugar que habia múltiples cosas que hacer en este lugar. Pero en ese momento Mirari optó por destruír ese lienzo de una forma brutal que tuvo que pararla Meseth.

-¿De verdad me detienes a mí temiendo por este mundo cuando lo has destrozado tú? -increpó Sevoriam- según tú somos iguales, y en lugar de añadir algo a este lienzo lo tomas y modelas por completo a tu gusto -esos truenos que tenía en su interior se alteraban.

-No es necesario entender el concepto de los demás como para no respetarlo, no se puede intentar crear un mundo, o tres, por tu cuenta mientras nosotros somos simples espectadores -miró a Meseth- yo estoy con mi hermano Meseth, no puedes realizar todo a tu antojo sin que haya reacciones por parte de los demás. Así pues, deshazlo o lo desharé yo.

La deidad del saber soltó un leve suspiro ante la trifulca y volvió ha hablar con su voz ironica y despreocupada.

-Que nombre tenga la esfera me es indiferente, pero lo apropiado es que sea un nombre con el que todos estemos de acuerdo... Por otro lado, te has apresurado mucho en fragmentar la esfera, cuando unida aun está lejos de estar completa... Y crear otra que no esté imbuida con la fuerza del Padre, podría consumirte, hermana... por lo que será mejor que tengas cuidado con gastar demasiadas de tus fuerzas de una sola tacada, o tu final podría llegar antes de lo que te esperas.

Sargolax se recostó en su trono, observando la creación detenida por su hermano... tenía componentes que le gustaban y otros que no tanto, meditó unos instantes y finalmente se pronunció.

-Considero que la opción más razonable es que el mundo siga siendo uno, incluyendo los cambios en los que tanto esfuerzo ha puesto nuestra hermana, pero en una escala más humilde.  Que siga habiendo tierras alzadas en el aire y largas cavernas bajo la superficie, pero todo formando parte de un único mundo. ¿Os parece apropiado?

Gargoltar no se molestó en levantarse, y observó (o, al menos, cabía pensar que observaba) desde su trono como toda la creación de sus hermanos se generaba. Sin embargo, pronto estalló un conflicto entre ellos, hermanos, debido a las recientes creaciones de Mirari. El metálico dios escuchó a unos y otros, y finalmente intervino, aunque no se puso en pie ni hizo ningún alarde de violencia.

-Debe haber un orden y una armonía entre todos nosotros, hermanos. La única respuesta lógica ante todo lo ocurrido es que todos tenéis razón. Todos estáis configurados por Padre para tenerla, y para actuar de acuerdo a esta. Pero, por supuesto, a la vez todos estáis equivocados. Lo más sensato en este caso es un punto medio. La idea de Mirari me resulta... Curiosa, pero es cierto que es una transformación muy grande para ser ejecutada libremente. Opino como Sargolax. Algo así, en una escala más pequeña, sería más aceptable. En cuanto al nombre del mundo, todas las cosas deben tener un nombre, pero no tengo ninguna preferencia respecto a éste. 

Cuando Mirari comenzó su actuación, al principio sentí curiosidad, esperando ver que aportaba quien en un principio se había creído inferior al resto de sus hermanos… pero con forme avanzaba en su hacer, a pesar de no hablar ni intervenir de modo alguno mi ánimo se iba tornando más serio, a diferencia de Meseth, que en el último momento detuvo a Mirari, increpándola por lo que había hecho. Escuché con atención lo que mis hermanos decían al respecto, a pesar de que mi opinión ya la tenía formada desde un principio.

Reconozco el valor que has tenido al querer imponer tu influencia de tal forma sobre la esfera, hermana- le dije a mi hermana, en un tono serio e imperturbable –El coraje para llevar a cabo lo que uno siente que debe hacer no es algo pequeño, sin duda…- le dije, tras lo cual permanecí unos instantes en silencio –Pero no debes permitir que esa valentía se vuelva imprudencia, pues el valor no es actuar con temeridad temeridad, ni que la seguridad que te da el coraje se transforme en arrogancia, pues si como te dije antes no eres en nada inferior a ninguno de nosotros, pero tampoco superior. Y aunque no haya sido tu intención, con tus acciones pareces estar negando a tus hermanos... e incluso a Padre- le dije, reprendiéndola con un tono que podía recordar al de un hermano mayor regañando a una inconsciente hermana menor… aunque solo en parte –¿O acaso has pensado en que partir de tal forma la esfera desgarrará las raíces de Sevorian, o quebrará los pilares de Zavara? Eso sin contar que lo que has intentado es cambiar la esencia de la esfera que Padre nos ha legado, y eso no es algo que ninguno de nosotros debiera hacer por si mismo- le dije, inclinándome hacia delante en mi trono de tal forma que mis palabras parecieron tener aún más peso.

Aun así…- empecé a decir tras después, usando un tono mucho más relajado –Entiendo que ha sido tu naturaleza la que te ha llevado a actuar así, y por tanto también, en cierta forma al menos, ha sido la voluntad de Padre, por lo que creo que deberíamos mantener lo que has intentado moldear- le dije con tono afable –Y he de admitir que a mí también me intriga y atrae lo que has hecho- añadí –Aunque en una escala menor, conservando la esencia de tus cambios pero sin alterar la de la propia esfera- dije, mostrándome así de la misma opinión que Sargolax y Gargoltar -En cuanto al tema del nombre, aunque para mí, la esfera no es otra cosa que el Legado de Padre, entiendo que deberíamos buscar algo que todos sintiésemos como correcto- les dije.

Zavara escuchó a sus hermanos, relajada por el hecho de que todos hubieran presentado su opinión sin recurrir a métodos violentos como la amenaza o incluso la fuerza. Eso demostraba que la palabra era poderosa, y que todos ellos tenían, de un modo u otro, también el deseo de mediar en la medida de lo posible para resolver los conflictos.

- Gracias, hermanos.- dijo mirando a cada uno.- Por mi parte, y habiendo escuchado la aportación de Sargolax, me inclino a apoyar su propuesta, al igual que ha hecho Gargoltar. No podemos negarte el derecho a crear, hermana,- sonrió a Mirari- de modo que podemos amoldar tus deseos a algo que nos complazca a todos.- dio paso al silencio, preguntándose quién tendría la potestad de elegir qué argumento tendría más peso.- Si no lo encontráis atrevido, me gustaría deciros que las palabras de nuestro hermano Sargolax han sido las que más apoyo han recibido, y, a mi parecer, su propuesta es la más equilibrada entre el deseo de Mirari y el rechazo de Meseth. De esta forma, ¿veis justo que sea lo que hagamos?- preguntó, aunque en el fondo ella misma estaba pensando en una respuesta correcta.

Mirari asintió, las palabras la calmaron.

Solo ocurría un problema, si retrocedía la creación, la energía en bruto del momento destrozaría en verdad la esfera.

Al volver atrás su creación, separo con cuidado la energía sobrante y la coloco alrededor de la esfera, era donde menos estorbaba.

¿Así está bien?

Los mapas Ultra e Infra se habían reducido considerablemente, la esfera volvía a parecer como tal. Pero sin duda su superficie ya no era plana, tenía topografía.

Mas su labor se dedicó a moldear la energía restante, la cual giro como un cinturón alrededor de la esfera, la orbito lejos, le dio forma de sus cenizas, pues no estaban planeadas, aun así le gusto.

Eran anillos multicolores, flotando como un disco alrededor de la esfera.

Entonces se cruzó de brazos y preocupada por su acumulación de energía pregunto.

He suprimido la energía de la creación, si gustan darle nombre, o seguir formándola véanlo a su gusto.

Dentro suyo se preguntó ¿Cómo consideran que he creado demasiado si apenas iniciamos? Podrían ellos crear planos yuxtapuestos, mas desdoblamientos, o variar de infinidad las posibilidades  en el tiempo y el espacio.

Pero volvió a concentrarse, pues ya tenía la energía de sobra para su siguiente creación, no debía retrasar, por lo que no daría pie a discusión alguna.

¿Podemos proseguir? Lamento si os he ofendido de alguna manera. 

La huesuda mano del Dios de la Muerte se recogió con un repugnante sonido de huesos, y observó el colorido disco que ahora rodeaba al planeta. Su agresiva postura se relajó, y el trono de fragmentos rotos recogió a su señor para que volviera a sentarse.

- Nos place - sentenció, y observó en lo que se había convertido nuevamente el planeta. Aún quedaban algunos de sus hermanos por poner parte de su poder en esa esfera, así que Meseth consideró que debía esperar - Estás perdonada, hermana. Tu único pecado es entregarte completamente, olvidando que somos parte de un Todo. Al igual que Padre era Uno, y ahora somos Siete, este planeta tendrá parte de todos.