Partida Rol por web

Iba a replicar con ingenio a Aldwen pero se mordió la lengua al ver cómo estaban las cosas en cubierta.

¡Están locos!- Por una vez estaba de acuerdo con Kormack. No iba a subirse a ese bote.

Los cabos sueltos silbando en el aire le recordaban a Ogna el chasquido de su nueva adquisición, su látigo.  Con suerte esquivó uno que casi le saca un ojo y llegó a cubrirse tras la pesada barcaza.

- Esta barca...Será nuestro ATAUUUUUUUUUD.-  Dejó caer todo su peso contra la barcaza, desesperada y asustada.

Losse se dispuso velozmente a acompañar al segundo oficial de a bordo. Sus prisas fueron tales que apenas se dio cuenta de un enorme barril que rodó hacia él impactándole de lleno. No tuvo tiempo a reaccionar y cuando quiso abrir los ojos, se encontraba en medio del océano, con el barco tambaleándose entre las olas. La angustia puso a prueba al elfo lunar que realizó las brazadas más efectivas de su vida. El nuevo hombre pez acababa de nacer de nuevo.

Tirando del poder mágico de sus botas (ahora sí), Losse trepó por el lateral del barco y en dirección a donde se encontraba Hasler. Pegó un salto al interior de la cubierta y dejó que su empapado pelo cayera hacia atrás con la ayuda del fuerte viento que azotaba la cubierta, levantó el pulgar para hacer ver a todos que estaba bien y continuó corriendo. No tardó mucho en llegar y, sacudiéndose la cabeza, le gritó para ver cuál era el antojo del capitán del barco. - ¡BUENO, AHORA DÍGAME QUÉ QUIERE! - Las manos del elfo se movían agitadamente y a prisa.

Hasler y el hombre moreno de nariz aguileña, el timonel Calishita Ethel'cen, que lo asistía desde atrás, miraron sorprendidos al elfo lunar tan pronto como se personó ante ellos. Habían visto a muchos marinos caer por la borda a lo largo de sus vidas y pocos de ellos habían vuelto a la relativa seguridad de la cubierta; y mucho menos ninguno de ellos sin contar con la ayuda de nadie. ESO HA SIDO INCREÍBLE ELFO!! - Gritó el capitán para hacer que su voz se elevase por encima del aullante soplido del viento y sin apartar la vista de la cubierta. NO PODEMOS ACERCARNOS MÁS A LOS ATOLONES!! COMO DIJE AL SEÑOR ALLEN, ÉSTA ES LA DISTANCIA MÁXIMA A LA QUE PUEDO DEJAROS SIN PONER EN RIESGO LA MISIÓN Y MI BARCO. - Hasler cambió su peso a su pierna derecha para girar el timón hacia babor a fin de evitar otra de las gigantescas olas. El timonel se acercó hasta él para ayudarlo a mantener la posición y evitar que el timón volviese a su posición original. Entre ambos, con un gruñido de rabia que provocó otro aún más fuerte del propio barco, consiguieron girar el Trueno del Mar lo suficiente para elevarse por un lateral de la ola asesina. Con la situación controlada de momento, Hasler se giró de nuevo hacia Losse. ¿VES AQUELLA ISLA? - Preguntó señalando al norte. - UNA VEZ REBASÉIS LA BARRERA DE CORAL, EL OLEAJE SERÁ MENOR. NO PIERDAS EL RUMBO Y LLEGARÉIS DIRECTOS A LA TORRE DE LAS DRIZAS EN MENOS DE DOS HORAS. - Los dos experimentados marinos volvieron a girar a toda prisa la inmensa rueda del timón hacia la derecha. YO OS ESPERARÉ AL OTRO LADO DE LA ISLA. NO ES MUY GRANDE, COMO MUCHO 6 O 7 MILLAS. OS ESPERARÉ POR DOS DÍAS, PERO SSI NO APARECÉIS PARA ENTONCES...SABRÉ LO QUE HA PASADO Y NO ME QUEDARÁ MÁS REMEDIO QUE VOLVER. - Dicho esto, el capitán miró por debajo de las velas principales y gritó hacia la cubierta. - MIERDA, MIERDA, AGARRAOOOOOS!!!

Losse quiso ironizar sobre el comentario inicial del capitán y, por qué no, desencajar un poco más su cara de sorpresa - ¡LA VERDAD QUE ESTABA UN POCO FRÍA EL AGUA! - Tras escuchar las instrucciones que éste le entregó, asintió con la cabeza y confirmó sus órdenes - ¡TODO ENTENDIDO! POR SUERTE LA ORIENTACIÓN ES MI FUERTE Y NO EL NADAR. SI TODO SALE BIEN, EN DOS DÍAS NOS VEMOS ALLÍ. ¡MUCHA SUERTE AQUÍ ARRIBA! -

En seguida, el casi recién resucitado vio la que se les venía encima de nuevo. Imitando a los animales que habitualmente veía en el bosque, el elfo se colocó a cuatro patas sobre la cubierta y, aprovechando el efecto del hechizo que todavía seguía presente, avanzó hacia sus compañeros.

COSTA SUR DE LA ISLA

Davros corrió allá donde le necesitaban, por suerte, los barriles y cajas que se deslizaban por la cubierto le pasaron muy lejos, llegó a la barca sin demasiados problemas y la agarró en el primer hueco libre que vio, cuando dieron la orden de empujar, lo hizo con toda su alma, por desgracia, el fornido guerrero resbaló con su pie de apoyo hasta que hundió la rodilla en la cubierta, dejando su tremendo esfuerzo en algo inútil. - ¡Joderrrr! -

Como buenamente pudo Zanc se levantó sosteniéndose de la balista, procuraba mantener el equilibrio lo mejor que podía a la vez que miraba el garfio... -Claro!, intentaré enganchar la cuerda- Pensó al tiempo que revoleaba la cuerda sobre su cabeza y la lanzaba buscando enganchar el bote, nada más lejos de la realidad al ver como el garfio salía completamente desviado por causa del fuerte vendaval que sacudía la embarcación.

-¡Maldición!- gritó Allen al ver a sus dos compañeros ser arrastrados por las olas. Entre el fuerte viento y el descomunal oleaje apenas podía mantener el equilibrio y mucho menos ser de alguna ayuda. Sabía, que si intentaba lanzarse al agua a por ellos el mar lo tragaría sin apenas inmutarse, por lo que esperó a que los acontecimientos se desarrollasen.

Aliviado vio cómo Losse apenas rozó las bravas aguas que movían el barco de un lado a otro pero de Zanc no había señales aún. Suponía que el pequeño gnomo podría agarrarse a cualquier cosa que flotase y conseguir estabilizarse sin correr ningún peligro. Hasta que por fin asomó entre las balistas de estribo sano y salvo también.

-¡Vamos, empujad!!- Arengó a sus compañeros y a los marineros que se afanaban en hacer que el bote se pusiese a flote.

La barca comenzó a deslizarse con el crujir de la madera contra la madera apenas audible por las inclemencias del tiempo. Ogna seguía empujando con todo su peso, que dicho de paso no era demasiado. Los cabos sueltos, trozos de madera arrancados del barco volaban sobre sus cabezas con la fortuna de que ninguno golpeó su frágil cuerpecillo.

El capitán alerto a todos con un grito aterrador. Ogna se aferró fuerte a la barcaza y logró mantener el tipo.

- ¡Por los dioses!- Ya estaba. La barca estaba en la borda. Un último esfuerzo más para poder meterse en el ataúd donde reposaría de por vida alimentando a los pescados.

El paladín se encontraba fuera de lugar, no sabía si lo que estaba haciendo era lo correcto. Lo que sí que sabía es que debían poner a flote ese bote para poder llegar a tierra firme donde por fín se encontraría con sus pies reposando sobre el inmóvil suelo, cualquiera que este fuese. Así pues asió con fuerza uno de los laterales de la barcaza, que quedaban libres, y empujó con fuerza aquella embarcación para que llegase al enfurecido mar lo antes posible, antes de que una de esas sogas o cualquier otro objeto de los que volaban sin control sobre la cubierta del barco lo lanzase fuera del mismo.

Zanc recogió nuevamente la cuerda y cuando levantó la cabeza ya tenía el bote casi encima, cuando dio un salto a un lado para hacer lado a la barca, un barril rodaba estrepitósamente hasta su nueva posición, estrellando al pobre Gnomo quien quedó al borde de caer nuevamente, pero una vez más sus ágiles reflejos evitaron que cayera al agua, quedando colgado de un brazo.

Y ahí estaba Kormack intentando subir la cuerda, cuando hizo la más mínima fuerza esta calló. Arriba un marinero había soltado su agarre. El enano enmudeció eh...EH!!! EEEEEEEH!!! gritaba mientras arañaba la cubierta del barco. Aunque con aquel vendaval era imposible oír nada. Sus compañeros se afanaban por remar y le pedían que hiciese lo mismo... apunto estuvo de enloquecer, pero se recompuso y comenzó a remar... estamos perdidos... decía mirando aquellas gigantescas olas ...perdidos! repetía sistemáticamente. No escuchaba ni el ritmo que marcaban sus compañeros incluso a menudo se le veía girando para el lado contrario. Seguramente quería volver a lo que antes había llamado "bañera con trapos", comparado con el bote en el que ahora estaba... el barco era un paraíso! perdidos... parecía que la lucidez del enano hacía tiempo que se había ido a un lugar más templado lejos de aquel mar embravecido por la furia de lo que oyó algún dios caprichoso...

Sus compañeros caían y se levantaban, como fieras, al instante, la mala suerte se estaba ensañando con Zanc, pero no podían hacer nada para evitarlo, debían bajar ese montón de madera hasta el agua, se irguió y a la carrera, llegó para el segundo esfuerzo conjunto tras, ésta vez por muy poco, esquivar grandes trozos de madera rota y algún barril 

La barca de remos llegó junto a la borda justo en el momento que otra gigantesca ola entró por babor arrastrando todo a lo que encontraba a su paso por la cubierta. Uno de los marinero, Gleric, un Amniano que estaba casado con una mujer en cada reino de la costa de la espada, salió despedido por encima del bote y fue a parar directo al mar, donde la espesa espuma blanca lo devoró al instante. Sus compañeros, empujaron con todas sus fuerzas para lanzar aquella maldita barcaza al agua. Con suerte Gleric podría agarrarse a ella si conseguía salir a flote.

AGUANTA GLERIC!! - Gritó Aldwen quien se colocaba bajo la pesada barca y empujaba hacia arriba con todas sus fuerzas. En ese momento el endurecido marinero consiguió asomar la cabeza por encima del agua para gritar en busca de ayuda.

Y allí seguían empujando la barca una y otra vez. Una nueva ola impactó en el Trueno del Mar haciendo que varios de los marineros  salieran despedidos, alguno de ellos incluso al mar. El resto que quedaron en pie continuaron con la faena hasta que por fin la barca cayó al mar.

Rápidamente Losse, que se encontraba en la parte de abajo del barco gracias a sus botas, sujetó la escala y cada componente del grupo fue descendiendo cuidadosamente a la barca. Por fin podrán poner rumbo a tierra, quien sabe si hacia un peligro aun mayor… 

Al levantar la cabeza para ver el lugar en el que se encontraban sus compañeros, Losse pudo comprobar que él no era el único que lo estaba pasando mal. El traslado del bote hacia el mar había sido una tarea algo complicada también y se asustó al comprobar que uno de los marineros cayó al agua mientras que Zanc seguía a bordo de milagro. Finalmente la barca alcanzó el agua y el explorador comenzó a descender pegado por la superficie lateral del barco.

Un pequeño salto hacia el interior de la barca permitió a Losse sujetar la escala que habían lanzado para que comenzaran a descender sus compañeros. Una vez hubo bajado el primero de ellos, retiró la cuerda que siempre llevaba enganchada en el cinturón y se la lanzó al marinero cuya vida aún estaba en peligro. - ¡Joder! - Exclamó Losse una vez que vio que la cuerda no alcanzaba su destino. Recogió la cuerda rápidamente y volvió a lanzarla, de manera mucho más certera esta vez. Ahora sólo quedaba que el marinero pudiera agarrarla.

 Al ver como Pelonieve bajaba caminando como si nada por un lateral del barco y al estar el bote en el agua, ahora sólo quedaba bajar hasta él. Se acercó como buenamente pudo hasta la escalera de cuerdas que dispusieron para abordar el bote y como pudo se aferró a ella para bajar hasta el bote detrás de Morwing. Ciertamente hoy no era un buen día para el Gnomo, parece que todas las desgracias caían sobre él, pero al menos consiguió llegar al bote. Aún faltaba tiempo para tocar tierra y sobrevivir a tan endemoniada tormenta que tantas desgracias le había causado.

-Debemos llegar pronto a tierra... Coff, Coff- Exclamaba un resentido Zanc. -No hemos ni llegado a tierra y ya estoy mas golpeado que un saco...JeJeJe... Aghhhh, Condenada tormenta. Aghhhh!- Decía en tono de broma aún adolorido por los recientes golpes recibidos mientras agitaba el puño hacia el cielo.