Partida Rol por web

Crónica del Heredero - Episodio II - El Ascenso.

IV- Tambores de guerra

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20/01/2015, 16:30
Director

Notas de juego

No detectas que Ogna haya hecho nada raro en tu barba.

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20/01/2015, 16:51
Ogna

Ogna parecía ser la única que compartía la preocupación mostrada por Morwing a causa de la temperatura adquirida por el medallón.

- ¡A ver!¡Déjame tocarlo!- Quería ver que no era una ilusión de su mente atormentada. De nuevo adquirió una actitud silenciosa y pensativa. Cuando Ogna reflexionaba solía sacar buenas conclusiones. Sólo se distrajo un momento al entrar en la espectacular posada de Feldepost. Era una maravilla y no pudo más que bromear con Davros, el cual les había llevado a unos antros en los que sólo Kormack (el antiguo, no el nuevo y aseado) estaba a gusto.

- No me dirás Davros que esto...- Dijo haciendo un barrido con su brazo, en un grácil gesto, mostrándole el pulcro y cuidado salón.-...no es mejor que esos antros donde nos llevas tú.  Aún recuerdo el Festín de los Mares y al pulgoso de Pulgar jajajaja.- Se rió ella sola de su propio chiste. No podía evitarlo. Era entrar en una taberna y darle ganas de ser el centro de atención. Ahora bien, las suspicacias de todos los del grupo volvieron a poner en alerta a Ogna. Asentía a las palabras de Morwing y Davros y se atrevió a corregir a Allen, al menos con respecto al medallón.- No lo entendéis.  Fue cuando Morwing, Davros y yo visitamos el barrio de los Templos en Athkatla cuando Glanderel, Maestro de la canción de Melil, todo un trovador de los pies a la cabeza, nos contó que ...- Iba a decir Crothuales pero se contuvo, por si las moscas. Bajó la voz y se acercó a sus amigos para susurrar y que nadie pudiese escuchar loq ue decía.- ...el medallón se calentaba cuando se estaba haciendo uso del portal. Es realmente preocupante eso. Muy preocupante.- Miraba a Morwing con aprensión. Estaba de acuerdo en que el paso no estaba cerrado por casualidad, aunque a estas alturas del año, con las fuertes nieves, era algo normal. Pero los rumores que estaban escuchando y la información del Emelgar coincidían y podían suponer la presencia de gran cantidad de espías por todas partes. Ogna clavó su mirada en Feldepost. Los posaderos eran su presa favorita, eran como un libro abierto para ella. Y lo mejor de todo es que se notaba que el negocio de Feldepost iba viento en popa. ¿Cuánto sabría el posadero de todo lo que acontecía en la zona? Lo malo es que Ogna percibía que no era una presa fácil. No parecía ser una putilla que por cinco* monedas de oro fuese a soltar la lengua pues tenía un negocio serio que mantener, y la discreción era importante. Ogna se arremangó la camisola, se recolocó su chaleco de cuero negro y se puso sobre la cabecita una guirnalda de flores, como en los viejos tiempos.

- Ahora vuelvo.

Poco a poco, como un murmullo que se va haciendo más y más audible, la joven Ogna fue entonando un canto. Había sacado un viejo laúd que hacía tiempo que no tocaba y acompañaba su canto con unas notas sueltas de sus cuerdas, simplemente como un acompañamiento al servicio de su voz. A medida que progresaba las voces se iban callando y su voz se sobreponía al silencio que dejaban. 

Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo;
enfermedad que crece si es curada.

Éste es el niño Amor, éste es su abismo.
¿Mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!

Al terminar, Ogna observó inquieto a su público y pronto sonrió para hacer una pequeña reverencia. Se arremangó la falda para hacer una especie de improvisado saco donde os parroquianos pudieran echarle unas monedas, a voluntad. Ogna agradecía las monedas con un leve toque en la mejilla de aquellos más amables, o un guiño fugaz para los más picarones.

- No os amodorréis. Pedid otra cerveza e invitadme a mí a otra. ¡No seáis rácanos!¡Qué no se diga!- Con la falda arremangada por encima de las rodillas Ogna se aupó para echar las monedas encima de la barra delante del posadero.

- Perdone que me haya tomado esas libertades, pero una nunca sabe cuando le viene la inspiración. - Miraba a Feldepost con la cara más inocente que podía poner. Sin Vishna en la mano no dejaba de ser una muchacha raquítica y desvalida.-Quédese con lo que sobre si da para alquilarme una habitación para esta noche y lo que haya bebido y tomado. Permítame que le diga que es increíble lo bien que tiene su local. He actuado en tantos...y en este la inspiración me viene sola. Por cierto, quizá usted pueda ayudarme. Mañana partiré pero me gustaría hacer unas compras. ¿Puede indicarme algunos locales?- Después apoyó los codos en la barra y el mentón sobre las manos entrecruzadas poniendo cara de sumo aburrimiento.- Mis amigos y yo queríamos cruzar el paso de las montañas, hacia el sur, pero me temo que tendremos que quedarnos en Naskhel. Por lo que parece la cosa está movida por allí y el paso está bloqueado.- Dejaba tiempo para que el posadero contestase y luego volvía a indagar más, como si nada.- ¿ Y por aquí en Beregost? ¿Están los ánimos más calmados?

 

 

- Tiradas (3)

Notas de juego

*Sí, las que le dio Losse al mago elfo :P

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20/01/2015, 16:48
Zanc Piesligeros

Finalmente habían llegado a la taberna sin mas contratiempos que aquella ligera llovizna, el Gnomo se encaramó en uno de los altos taburetes y espero ansioso la bebida que le humedecería el gaznate a la vez que se quitaba la capucha y sacudía sus húmedos cabellos. Sus ojos se paseaban curiosos por toda la habitación, observando a aquellos inquilinos, justo cuando traían su orden de comida, a sus oídos llegaron los comentarios de una mesa cercana. -Lo sabía!.. algo sucede con aquel extraño bloqueo en los Picos Nublados, estoy seguro que esos sucios piratas tienen algo que ver - Pensaba para sí, cuando se percató de que Davros se acercaba curioso para averiguar más. Mientras escuchaba lo que pasaba, no dejaba de observar el lugar, analizando las reacciones de las personas, quizás alguien sabía algo más o había escuchado algún rumor que pudiera dar mas luz a lo que pasaba, de lo contrario, deberían averiguarlo con el tal Tugman del que hablaban, mientras pensaba en esto fue que se percató de algo, a lo que se acercó alegremente a Davros e indagó a aquellos comerciantes. -¿Y el antiguo Gobernador... de que murió?... ¿Hace cuanto está en el poder Tugman?- El Gnomo creía que, quizás Tugman sería uno de los hombres que tiene Steznag, era algo poco probable, pero aún así, probable.

- Tiradas (2)
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20/01/2015, 17:21
Davros Zokk

- Aquí uno de mis inquietos compañeros -, sonrió mientras zarandeaba ligeramente a Zanc - Con el que parece que comparto la misma forma de pensar... Cualquier malpensado podría sospechar que el tal Tugmar tiene algo que sacar de esa situación, de esos... agoreros, y el bloqueo del paso, ¡Pero sólo los malpensados bebidos en tabernas con ganas de habladurías, claro! ¡Jajjajaja! -

¿Sobre qué malmenten esos alarmistas?

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20/01/2015, 17:38
Feldepost

Aunque Feldepost permaneció tenso en un primer momento al ver como la canción de aquella espontánea chiquilla adquiría cada vez más intensidad, su angustia no tardó mucho en desaparecer por completo. Las caras de felicidad de los parroquianos, así como la facilidad con que éstos se desprendían de sus monedas al paso de la mujer, fueron motivo suficiente como para que el dueño de la posada respirase aliviado y reanudara sus tareas incluso permitiéndose el lujo de disfrutar de la canción.

¡Bravo señorita! Maravillosa actuación. – Felicitó el posadero aplaudiendo tras colocarse el paño de secar los platos sobre el hombro. –Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto de una canción tan bonita y mucho menos mientras trabajo. – Dijo con una amplia sonrisa. Mi nombre es Feldepost, Feldepost de Beregost. Como verá yo también sé rimar. – Rió a mandíbula batiente con su broma pese a solía utilizarla cada poco tiempo para romper el hielo con los nuevos clientes.

Feldepost contaba las monedas mentalmente según las deslizaba por la barra directamente hacia su palma extendida. No se disculpe señorita, ha sido un auténtico placer tanto para mí como para estos caballeros el haber podido presenciar su magnífica actuación. – Con gran soltura otorgada por sus años de práctica y un anillo regalo de un antiguo cliente, una copa de vino apareció en su mano salida de la nada. – Se lo ha ganado. Por supuesto que hay suficiente con esto para sus consumiciones y una exquisita habitación en mi modesta posada. – Dijo realmente agradecido. Agradezco sus bellas palabras hacia mi local. Lo quiero como un hijo, y créame cuando le digo que me ha costado mucho más criarlo que si realmente lo fuese.-

Durante un rato más el posadero habló largo y tendido sobre el edificio, su juventud y cómo había trabajado noche y día para hacer del negocio lo que a día de hoy era, aunque siempre de una manera modesta y evitando caer en lo jactancioso. Cuando por fin hubo terminado pareció recordar la pregunta acerca de los locales de la ciudad.

En Beregost tenemos uno de las mejores tiendas de suministro de la zona, propiedad de mi amigo Taerom Fuiruim, díganle que van de mi parte si se pasan a verlo mañana. Es un gran herrero y sus creaciones son de excelente manufactura. – Taerom Fuiruim realmente estaba muy bien considerado dentro de su oficio y su nombre era conocido por todos los de ese gremio a lo largo de la Costa de la Espada. El porqué de que el orgulloso herrero eligiese Beregost como lugar para establecer su herrería era aún un misterio, pero poca gente de los que llegaban hasta allí se lo planteaba si quiera.

Lamento decirle señorita, y no quisiera yo aprovecharme de la desgracia de los ciudadanos de Nashkel, pero la ciudad está desbordada con los mercaderes que ansían por atravesar el paso de los Picos Nublados. Sólo los dioses han querido que esto haya sucedido en invierno, cuando el tráfico de carretas es más escaso. No quiero imaginar qué hubiese sucedido si esto mismo pasa en verano. – Aunque La Posada de Feldepost siempre solía mantener una clientela mínima durante cualquiera de los días del año, no había que ser muy avispado para ver que aquel invierno estaba siendo muy rentable para el dueño de la posada. Como si entreviera lo que Ogna podía pensar, el hombre se disculpó de antemano y mostró su total sinceridad en sus palabras. Aunque no puedo quejarme demasiado, como comprenderá para mí son todo ganancias.

Por aquí por Beregost las cosas, gracias a los Dioses, están bien. Este otoño pasaron por aquí un par de grupos de aventureros en busca de riquezas y terminaron con gran parte de los farfulleros y trasgos que merodeaban por los caminos. Exceptuando algunos ataques de lobos y algún borracho que dice haber visto un fantasma, por lo demás estamos tranquilos. 

Notas de juego

Alojamiento y comida pagada para Ogna.

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20/01/2015, 18:40
Bintalmur Peltero

¿Fue el año pasado verdad? – Preguntó Bintalmur a su sobrino. Sí creo que fue por aquellos entonces cuando sucedió. El pobre Berrum apareció muerto una mañana en el interior de su casa. Parece ser que el pobre hombre tropezó o se resbaló al bajar por las escaleras durante la noche con tan mala suerte que al golpear contra la puerta se partió el cuello. – El hombre saludó al gnomo tan pronto éste se unió a la conversación haciendo un gesto para que tomase asiento si así lo deseaba. – Fue una auténtica lástima porque era un hombre decidido y al que no le importaba arremangarse la camisa para hacer lo mismo que pedía a sus hombres. Los alrededores de Nashkel siempre fueron seguros cuando él llevaba la vara de mando en la ciudad. – Confesó con toda la admiración que un Cormyriano podía sentir por un Aminiano al que sólo veía contadas veces al cabo del año si es que coincidía con él por las calles. Aun así, y aunque la opinión de Bintalmur valiese lo mismo que una moneda de corcho en aquellas tierras, lo cierto es que Berrum había sido mercenario antes que gobernador y sus decisiones así como su iniciativa no dejaban lugar a dudas sobre cuál había sido su anterior profesión. Incluso se decía de él que dormía con la armadura puesta, cosa que resultó ser falsa tal y como comprobaron los que encontraron su cadáver vestido con un camisón muy poco favorecedor.

Compréndanme, no quiero decir con esto que Tugmar no sea digno de ser gobernador…pero ya saben. – Su cara se contrajo mostrando las dudas que bullían en su interior. – Es un muchacho joven, de buena familia. ¿Por qué demonios querría venir a gobernar una villa como Nashkel que es una de las más alejadas de la capital? No lo conozco lo suficiente y parece ser que el muchacho lo intenta y algo hará bien, porque la gente está contenta con su gobierno, pero le falta ese ímpetu que el viejo Berrum tenía.

El mercader negó tras el último comentario de Davros. No sé, no creo que todos estos episodios puedan favorecerle ya que se ve que no daría la talla como un gobernante capaz en caso de independizarse o tratar de unirse a Puerta de Baldur. Su familia son importantes comerciantes Amnianos y los Balurianos lo que menos quieren es tener cerca a esas familias. Ya saben, rivalidades. – Sonrió por el hecho de que él mismo era mercader y sabía cómo pensaban los gremios de las ciudades con respecto a las otras familias de países vecinos.

Como he dicho antes esos charlatanes no paran de poner a Riatavín y Petrasenda como ejemplos a seguir en sus reivindicaciones sobre los impuestos, ya que ellos son los únicos separados por las montañas del resto del país y su situación no es muy diferente a la de estas ciudades. Lo gracioso es que esos hombres no son ni del pueblo según escuché por allí en el poco rato que estuve allí.

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20/01/2015, 23:00
Kormack Quebrantahuesos

El enano dejó que la porta-antorchas tocara su sedoso cabello, pero la verdad es que de tanto toquetearlo le iba a despeinar o llenar el pelo de grasa y había estado mucho tiempo lavándolo... Manos-delicadas, como se autodenominaba la chica, le hizo revisar su equipaje por si las moscas, pero sería que se autodenominaba así por la compañía élfica que frecuentaba; como decía el tabernero de Candelero: Más limpia que el trrrraserrro de un elfo! - Recordaba con una sonrisa en su poni rumbo a Beregost. El camino pese a la ligera llovizna fue divertido, el enano se iba a arrancar con su Popopopo habitual mientras fumaba de su pipa, cuando alguien mencionó las archifamosos Picos Nublados - ¡Sería cierto! ¿Pisaré los Picos Nubados?  - Una voz traída del interior de dos ogros comenzó a brotar del pecho del enano, una historia, una leyenda contada generación tras generación por los enanos del ártico! 

Terminando la canción, Morwing parecía nervioso y excitado, estaba dispuesto a estropear el momento mágico que había creado el enano. Atento miraba a enclenque, todas las abejitas parecían revoloteando en el panal. El problema de fondo era el colgante. Es de la suerrrte. - Dijo con cierta avaricia el enano, mientras un ojo se le cerraba a la par que la mano le llevaba un nueva calada de su magnífica pipa de cedro. Un suspiro exhaló una buena bocanada de humo. En el humo se podía observar las intenciones del enano. Más vale que te aclarrrres, muchacho! - Dijo el enano a Morwing y así hizo, Morwing comenzó a relatar que posiblemente ese amuleto unido a otros creasen un portal. ¿Un porrrrtal a donde? Preguntó Kormack, no hubo respuesta. Su ojo derecho volvió a crear esa mirada de sospecha y su mano a dar una nueva calada de aquel magnífico tabaco. Parecía que el tabaco relajaba al enano.

Una vez llegaron a Beregost, otro pueblo humano de arquitectura sobria y desaprovechada, fueron directos a la posada, no sin antes recibir un par de buenas críticas sabias de un buen arquitecto enano - ¡Qué desperrrrdicio de materrrrial! - Se quejó tristemente y apesadumbrado antes de entrar en la posada. Y si antes criticó el pueblo ahora bien tenía que halagar aquel confortable espacio. Hmmm... quizás tengan... iUna buena cerrrveza! - Dijo algo más alegre y eso fue un halago para aquel lugar, pues quizás fuese cierto que los enanos hiciesen la mejor cerveza de todo Faêrun, o quizás sólo fuese la mejor cerveza al paladar de un enano. 

Kormack ya disfrutaba de su cerveza cuando Ogna ya procedía a dar la tabarra como acostumbraba - ¿No puedes tenerrrla atada? - Le decía a Losse mientras esta actuaba. Tras acabar y ver como todos la halagaban y premiaban con oro el enano no daba crédito a lo que veía. -  Perrro-p-perrro... - Dijo atónito. Casi le daban ganas a él a salir y demostrar como realmente se cantaba. Y apunto estuvo, pero el tintineo de una buena bolsa llena de oro le hizo recordar que eso lo hacían los seres inferiores y pobres, claro está! JA! - Rió ante su ocurrencia. Para entonces sus compañeros ya hablaban con dos comerciantes y un nombre salió a la luz "Taerom Fuiruim" - Dijo con los ojos como platos. Gran herrero - Corroboró Kormack, sin duda a la mañana siguiente iría a ver a semejante artesano y era más artista que artesano, desde luego no mentían al hablar de su maestría ni de que debía estar loco por estar en semejante cloaca de pueblo como era Beregost. La conversación terminó girando en torno a Nashkel y los picos nublados. El enano no era tonto y había escuchado muchas habladurías en torno a la ciudad y a las montañas, no acostumbraba a dar eco a charlatanes, aunque su atención giraba en torno a Nashkel. ¿Y el hierrrrro? - Interrumpió - ¿Sigue maldito? - Preguntó el enano desde otra mesa a la singular pareja de comerciantes, por supuesto no haría ademán en unirse a dos humanos mercaderes. Si el hierro estaba maldito quizás eso fuese perjudicial para la compra de material que tenía pensado. ¿Y qué pasaba realmente en los Picos Nublados? - Pero su cerveza se cruzó en su camino y prefirió no hablar sobre el tema, que fuesen sus compañeros más charlatanes los que dirigiesen la conversación.

Notas de juego

 

 

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21/01/2015, 01:38
Losse

Las calles por las que ahora transitaba el grupo de aventureros le resultaban familiares a Losse. No hacía mucho tiempo que transitaba por aquí y en compañía. La recomendación de los ciudadanos fue la misma que en la vez anterior, La Posada de Feldepost.

Losse se mostró taciturno todo el tiempo, sumido en sus pensamientos y apenas abrió la boca. Continuamente miraba uno de los rincones en el que se encontraban tres hombres casi borrachos a los que les esquivaba la mirada continuamente para evitar problemas. La canción de Ogna levantó a aquellos hombres de sus asientos, dejando libre la mesa y la ventana que tenían junto a ellos. Por un momento le pareció que el enano le había dicho algo y lo miró con la misma cara con la que uno se despierta de sobresalto. Esta vez no se acercó a alabar a Ogna, se levantó y su destino fue aquel rincón y la vista que recogía desde la ventana.

La noche era lluviosa, igual que meses atrás. Pese a la algarabía que se formaba a su alrededor, desconectó del mundo, no existía nada más que su pensamiento, su recuerdo.

- ¿Ves el ambiente que hay esta noche? Ésta es la vida que quiero, pero sin las preocupaciones de estar mirando constantemente mi bolsillo. Quiero riesgos, aventuras, alegrías, desesperación y, sobre todo, tesoros, muchos tesoros.

- ¿De verdad crees que esos tesoros te darán la felicidad?

- ¡Totalmente! ¡Mira aquel cabrón de allí, está invitando a esos quince tíos! Yo apenas tengo para unas botas nuevas. Algún día nos dejaremos las piernas en estos caminos y quien sabe si algo más. No vamos preparados para combatir contra todos esos bichos que se mueven por las montañas, es más, no sé si podría incluso defenderme ante una mofeta.

- ¡JAJA! Eres todo un personaje. Me gusta la ilusión y la forma en que persigues tus sueños, pero ándate con cuidado, no creo que todo sea tan bonito como lo pintas.

- ¡Venga anda, no seas amargado! Es más, otra vez te lo digo, deberías venir. ¡Lo pasaremos en grande! ¿Nunca has pensado cómo sería entrar en cada ciudad y ver cómo las mujeres se mueren por follarte sólo por llevar un precioso saco de monedas? Mmmm, sí, humanas con una piel de color tostado que jamás viste allí en el norte. Cuando una de esas se te suba encima y sólo la escuches decir "Y dame más, y dame más, y dame más", es cuando te darás cuenta de la fantástica vida que estás viviendo.

- Me encantaría acompañarte sólo por verte y cómo cuentas tus fantasmadas, pero aún tengo mucho por hacer y descubrir.

- ¡Bah! ¡Amargado, que eres un amargado! Seguro que eres ese tipo de hombre que se conforma con una mujer escuchimizada, casi tan pálida como tú, con unas orejas de soplillo y plana como esta mesa. ¡Cuánto te falta por descubrir! ¿En serio tienes 75 años? A tu edad incluso la gente me pedirá consejo. Pero está bien, aceptaré tu decisión. Sabes que te guardo gran aprecio, Losse. Eso sí, cuando quieras sabes que puedes venir a visitarme. Espero que no te entretengas mucho en esas cosas que tienes que hacer.

- Da por hecho que, si mis pasos me llevan cerca de allí, iré a hacerte una visita. Seguro que no será difícil encontrar el único burdel de ese pueblucho.

- ¡JAJAJA! ¡Veo que empiezas a conocerme, granuja!

- Venga, anda. Acábate esa cerveza que mañana tenemos mucho que andar o toda la ciudad conocerá el nombre de Spujnur de las veces que tendré que llamarte.

- ¡Bravo señorita! Maravillosa actuación -  Fueron las palabras que, junto a los muchos aplausos, sacaron a Losse de su trance. Éste tragó saliva con la memoria de su amigo fallecido aún en su mente y se acercó hasta Ogna. - Desde el principio fuiste muy grande, Ogna. - La humana le miró con cara extraña ante aquella extraña felicitación y luego el elfo se dirigió hacia la barra.

- Estoy buscando un vino llamado Uva Fría. Sé que es poco frecuente encontrarlo, pero estoy dispuesto a pagar bien por él. - Diez monedas de oro parecía un precio excesivo, pero cuando uno de los piratas del Hijo de Thuran, con toda su larga experiencia en bebidas, lo había recomendado a otro de los piratas a los cuales dio muerte en escasos segundos, no podía ser una mala inversión. El explorador levantó el vaso en el que había derramado aquel carísimo líquido y lo engulló disfrutándolo a modo de homenaje - Va por ti, Spujnur -

Cuando Ogna lo encontró allí bebiendo solo, ésta se acercó y le quitó la botella. Parecía que la humana no estaba dispuesta a que sólo fuera él el que disfrutara de aquel exquisito vino.

Notas de juego

* Me descuento las 10 po que supuestamente cuesta la botella (aunque no tengo ni idea de si costaría eso)

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21/01/2015, 06:39
Director

Fue una noche extraña bullente de recuerdos en la que abundaron los buenos, aparecieron malos, e incluso dio tiempo para que emergiesen de las profundidades de la mente algunos mucho peores. Era la sexta jornada de calma que los aventureros compartían después de veinte largos días con sus respectivas noches librando increíbles luchas contra orcos, piratas, tormentas y seres que hasta entonces sólo habían habitado en las páginas de los libros. Las cicatrices surcaban sus cuerpos con su color rosado indicativo de que aún la herida, incluso después del uso de las pociones curativas, aún seguían curando lentamente bajo la piel.

Losse y Ogna compartieron en silencio una cara botella de vino apartados del resto de compañeros, quienes de una forma u otra se interesaron por todo lo que Bintalmur Peltero tenía que decir acerca de lo que les esperaría más adelante, cuando las calles de Nashkel se abriesen ante ellos al día siguiente. El everlunita podía ver cláramente a un despreocupado Spujnur acercándose hasta una de las mesas donde tres mujeres reían ajenas a la mirada nostálgica del elfo.

Kormack por su parte durmió tranquilo al conocer que las minas de Nashkel ya no eran aquellas de las que se extraía el hierro con el que Taerom Fuiruim se abastecía para su forja. La enfermedad del hierro, que al final no había sido tal ya que se trató de un mero acto de sabotaje, había dejado al límite de la extenuación las ya de por sí desgastadas vetas de mineral de las minas de la ciudad vecina. Aguantaron varios años más después de que un grupo de aventureros, muy semejante al que hoy día formaban ellos, desenmascarase a los que se hallaban detrás de aquel turbio asunto. Hoy en día sus galerías, en su mayoría anegadas por las aguas del río que pasaba muy cerca de ellas, servían como cobijo a alimañas y a seres que los habitantes de la zona evitaban incluso mencionar. Mientras estuvieran allí y no ocasionaran problemas no había porqué darle más importancia de la que merecían.

A la mañana siguiente, otra de aquellas ventosas y húmedas mañanas del mes de Mazho, el grupo abandonó temprano la posada de Feldepost tras un desayuno digno de nobles que corrió a cuenta del dueño del local. Pese a haber puesto los pies sobre el suelo varias horas antes de que los tímidos rayos del sol hiciesen acto de presencia tardaron bastante en perder de vista los rojos tejados de las casas de Beregost. Las compras, tanto en la herrería de Taerom en la que Kormack disfrutó gratamente, como en el local de un tratante de artículos mágicos, con el que Morwing regateó hasta la última moneda de cobre para vender los objetos mágicos encontrados durante su periplo en el Atolón de la Sirena Muerta, demoraron enormemente la partida de los aventureros.

Los ánimos durante la marcha no fueron muy distintos de los que inundaron los corazones la noche anterior pero al menos no empeoraron, cosa que era de agradecer. La jornada, por suerte o desgracia, depende de a quien se preguntase, transcurrió sin sobresaltos al igual que su viaje desde Candelero hasta Beregost dando a los amigos otro merecido día de descanso.

Para cuando cruzaron el pequeño puente bajo el cual serpenteaba el riachuelo del que Nashekl obtenía el agua para su vida diaria, hacía varias horas que el sol había sido engullido por las frías aguas del Mar de las Espadas. No obstante, a pesar de la hora que era, Nashkel era un hervidero de actividad. Docenas de hombres conversaban para paliar el aburrimiento junto a las carretas estacionadas a los lados de principal camino que recorría el pueblo de norte a sur. Charlaban animadamente cubiertos con sus mejores pieles para combatir el frío y, el que más y el que menos, se ayudaba de algún que otro trago de cualquier bebida alcohólica para mantener el calor. A medida que los aventureros pasaban a su lado, la mayoría saludaba amigablemente deseando buenas noches al grupo. De haber no haber sido conscientes los compañeros de que aquellas gentes se encontraban allí debido al bloqueo del paso de los Picos Nublados cualquiera hubiese pensado que aquello era una feria o algo semejante. 

Detuvieron sus monturas y pisaron el cenagal en el que se había convertido la plaza de Nashkel después las últimas lluvias y del ir y venir de tanto caballo y carruaje a través de ella. Sólo hasta que el caminar a través de ella se convirtió en un suplicio Tugman no inmovilizó todos los carruajes a lo largo del Camino del Comercio y en los lindes de la plaza. 

Notas de juego

 

LEYENDA

  1. Casa del Representante del Consejo. (Hogar de Tugman Bezosdeoso)
  2. Templo de Helm
  3. Casa de Suministros de Gendan Boler.
  4. La casa de las Siete Velas (Posada).
  5. Guarnición de Soldados de Amn.
  6. El Eructo del Dragón. (Taberna)
  7. Plaza de Nashkel.
  8. El Colchón de Lana. (Posada)

 


 

Os encontráis en la plaza de Nashkel (7). En torno a ella y a lo largo del camino que habéis recorrido desde la parte inferior del mapa (Norte geográfico) hasta llegar ahí, habréis contado en torno a setenta carretas.

La mayoría son de mercaderes que regresaban a Amn después de su último viaje comercial al norte, aunque también los hay que pretenden llegar hasta la joven nación en busca de cargamentos que puedan comprar baratos a los mercaderes de las ciudades que o hayan conseguido deshacerse de sus suministros.

 

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21/01/2015, 15:20
Morwing

Cada componente del grupo se fue retirando progresivamente a sus habitaciones dando por concluida la jornada y con el buen sabor de boca de haber recopilado algo de información de los problemas que existían en su próximo destino: Nashkel.

El hecho de tener que aventurarse de nuevo a dormir sin la certeza de lo que le depararía aquello, provocó que Morwing estuviese sin pegar ojo hasta altas horas de la noche. Por suerte para él, en esta ocasión no hubo sobresaltos y amaneció plácidamente con los primeros rayos de sol.

Quizá por este motivo el humor del hechicero se suavizó significativamente, animándose incluso a disculparse con sus compañeros durante el desayuno en la posada de Feldepost.

- Debo pediros disculpas, señores, comenzó diciendo, - Como sabéis ayer no tuve un buen día y me mantuve algo ausente. También quería agradeceros a muchos de vosotros la preocupación mostrada, y siento no haberos podido explicar lo que me pasaba… no es sencillo cuando lo único con lo que cuentas son recuerdos descolocados y sensaciones que escapan a tu control…, se lamentó dando paso a una pequeña pausa.

- La noche pasada…, continuó, - ...tuve lo que cualquiera hubiese llamado horrible pesadilla…pero no lo fue, ¡ahora lo sé!, dijo aumentando el tono de voz y golpeando la mesa con el puño. – Estoy seguro que se trataba de algún recuerdo pasado, y que tengo almacenado en mi subconsciente. En él me encontraba en Phelgephos, una de las siete capas de Baator. Sus paisajes eran como narran las escrituras, mares de lava, volcanes y fuegos animados que surcan el aire… pero la sensación que reviví al estar allí, es… es indescriptible, era como si me faltase aire…, comentó con consternación. – Estaba huyendo de alguien…o algo. Una voz que me resultaba muy familiar me animaba a continuar y me consolaba por lo que había hecho… no puedo recordar ni quien era esa voz, ni que acaba de hacer…pero sí sé una cosa,  lo que fuese que hice tuvo que ser grave para los interés del Gran Belial, pues también recuerdo…. que se dirigió a mí con esa voz que derribaría montañas, acompañado de su siniestra hija Fierna y blandiendo su llameante lanzón. Tan sólo me dijo: NO HAY SALIDA, NO HAY ESCAPE DE PLHEGETOS PARA TI… suficiente para estar atormentado desde que las volví a oir…, concluyó agachando la cabeza mientras las miradas de sus compañeros reflejaban desde asombro y preocupación hasta lástima por un hechicero que probablemente haya perdido la cordura.

Concluido el intenso desayuno y una vez realizadas las compras pertinentes, el grupo de aventureros puso rumbo a Nashkel. El viaje, una vez más sin contratiempos, fue rápido y permitió a los aventureros llegar a la ciudad no muy entrada la noche.

Cuando llegaron a la plaza de la ciudad, lo que más llamaba la atención era la cantidad de gente que había a pesar de las horas que eran. Era el momento de decidir por dónde empezar.

- Bueno, parece que no todo el mundo duerme…, bromeó evidenciando una clara mejoría en su carácter. ¿Qué os parece si nos dividimos para aprovechar lo máximo lo que queda de día…o noche? Un grupo podría ir a indagar en algunas de las tabernas y otro directamente a hablar con Tugman, con suerte aún le pillaríamos despierto… 

Notas de juego

Las compras intentaré dejartelas detalladas esta tarde/noche ;)

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21/01/2015, 15:54
Losse

DIARIO DE AVENTURA

Memoria

"Tras una leve travesía en el mar, era el turno de poner los pies en tierra firme, poner los pies en Faerûn. Por fuerza mayor, nos vimos obligados a realizar nuestro desembarco mucho más al norte de Athkatla. El que parecía un barco que flotaría hasta el fin los tiempos, comenzaba a mostrar símbolos de debilidad. El constante trabajo de achique de los marineros no bastaba para detener las grietas que comenzaban a originarse en el Trueno del Mar.

Echando un bote al agua, decidimos separarnos de la tripulación e intentar alertar a la ciudad amenazada cuanto antes, mientras los demás buscarían algún aliado en Puerta de Baldur. Desconozco qué habrá sido de ellos, pero, por lo que a nosotros respecta, creo que hemos cumplido.

Candelero nos cobijó durante aquella noche en la que deseábamos quitarnos nuestras húmedas ropas de encima. La hospitalidad del posadero de La Pluma Eterna no tenía que envidiar nada a la de Pulgar, aunque la comida era infinitamente mejor. Entre aquellos platos y jarras, surgió la figura de otro pariente elfo, que, si bien, no me terminó de causar una grata sensación al principio, debo decir que, a la mañana siguiente, resultó ser la persona más útil con la que me había topado en mi travesía desde Everlund.

Por fin logré hallar algo de información sobre mi pasado. Al parecer, debo averiguar más sobre unos fanáticos que se hacen llamar los Siervos del Equilibrio para encontrar más respuestas. Nuestro pasado nos convierte en lo que somos: somos memoria.

Pero no fue el único descubrimiento de ese día, pues, quizá, una de las presas que perseguíamos no sea quien creíamos inicialmente. Al parecer, está a la orden del día suplantar a ciertas personas para lograr perversas causas y Todler no fue más que otro peón del juego. Ése es el nuevo problema al que nos enfrentamos, además de una conspiración que abarca toda la Costa de la Espada.

Sin mucho más tiempo para entretenernos, llegaba la hora de abandonar Candelero, dejando atrás la Biblioteca del Saber. Ahí están recogidas las más importantes obras de Faerûn: el arte, la ciencia, la magia... Ahí está recogida nuestra memoria.

El camino hacia Beregost resultó tan despoblado como cruzar el Desierto de Anauroch en pleno verano. No había nada ni nadie que pudiera amenazarnos y nuestro avance fue rápido.

Un sobresaltado Morwing a la entrada de la ciudad me hizo ver que aquella estancia no sería demasiado agradable. Ese medallón que lleva, siempre amenazante, y el hecho de no saber nada sobre su pasado, debe convertir tu vida en un continuo infierno. No hay que ser muy despierto para darse cuenta de como le está afectando, de cómo se vive sin memoria.

Qué difícil es volver a un lugar cuando sabes que un amigo que allí te acompañó se ha ido. Me será difícil, si alguna vez regreso, no volver a pensar en Spujnur. De las buenas conversaciones que teníamos, de su forma de ver la vida. Ni siquiera una botella de Uva Fría, el mejor vino que jamás he probado, puede apagar el dolor.

Qué bueno habría sido poder compartir esa botella contigo, amigo. Qué bueno hubiera sido volver a recorrer los senderos y mantener nuestras largas conversaciones. Qué bueno hubiera sido que conocieras a Ogna para que pudieras darte cuenta de la forma en que yo veo la vida. Qué bueno hubiera sido que ahora estuvieras aquí y no tener que encontrarte únicamente en mi memoria."

 

Una buena mañana aprovechada para realizar compras, acabó con más pergaminos en la bolsa de Losse y un renovado aspecto de su fiel arco y su brillante armadura. - Si ahora me viera Spujnur, quizá pensaría que las mofetas ya no son una amenaza - El grupo al completo de nuevo se puso en marcha, esta vez hacia Nashkel. Esperaban que, con un poco de suerte, pudieran evitar el bloqueo y encontrar la senda que les llevaría, de nuevo, hacia Athkatla.

Morwing, con aires renovados, propuso la escisión del grupo nada más llegar. Ésto les permitiría saber qué estaba ocurriendo en la zona, donde las carretas inundaban el camino. - Bien, yo prefiero ir a la taberna. Quizá pueda enterarme de ese camino que los siervos de la Exploradora Suprema seguimos. Si vais a ver a Tugman, andad con cuidado y no llaméis mucho la atención, creo que podría ser uno de los muchos infiltrados de esos piratas. Nos vemos luego por allí. -

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21/01/2015, 17:46
Ogna

Feldepost había resultado ser un viejo aburrido hasta el extremo y Ogna luchaba por no bostezar escuchando su aburrida perorata. Ogna no era de las que tenia paciencia para escuchar, todo lo contrario, ella estaba hecha para que la escucharan. Al menos había conseguido hacerse con unas monedas, una habitación exquisita y los halagos de su amado. Brindó con losse  con el excelente vino y no le interrogó ante su extraña actitud. tenía miedo de meterse donde no la llamaban y el elfo había hecho un gran esfuerzo la noche anterior sincerándose con ella. Aún así le gustaría ser como Vishna y poder hurgar en los más profundos recovecos de la mente del elfo lunar.

Con Morwing vale, pero con Losse sería una traición...- Se sobresaltó de su propia idea. ¿Valdría la pena??Se dejaría el hechicero? No lo creía. Mejor sería comentárselo en otro momento.

Tampoco fue baladí la información acerca del herrero Taeron Fuiruim, pues sus trabajos eran magníficos. Hasta Kormack parecía conocerlo lo cual era muestra de que sería de confianza. Por la noche Ogna volvió a disfrutar de las dulces y empalagosas mieles del amor y durmió el resto de la noche como un bebé. A la mañana siguiente se dispuso con sus compañeros a ir de compras. Lo más destacable fue un refinado yelmo que en combate sustituiría a su corona de flores.

Durante el trayecto hasta Naskel Ogna daba su opinión sobre la información que sus compañeros habían recabado y que ella no había escuchado pro encontrarse actuando.

- Ese Tugman será un niño mimado. Pero puede que lo que necesite es nuestra ayuda para liberar el paso- A cambio de una buena suma de dinero claro está. A su llegada Morwing propuso dividirse para ganar tiempo, que no les sobraba.- Por mí bien. yo también iría a la taberna. Creo que deberíamos dejar a Allen el placer de conocer a Tugman.- Allen calaba enseguida a la gente y podría conseguirles otro trato como el de la Isla de la Sirena Muerta.- Yo quiero actuar de nuevo.- Dijo mirando con malicia Kormack. Quizá si decía que iba a dar la nota en la taberna el enano decidiera separarse de ella y Losse y acompañar al paladín. Sonrió al imaginarse al enano negociando con el niño mimado ese que gobernaba Nashkel. Pero realmente no quería cantar nada, sino estar un rato a solas con Losse. Cada rato con él era un tesoro. De todas formas, si el enano no iba a la taberna pensaba hacer una actuación cómica para que le saliera gratis el alojamiento. La compañía del enano, de carácter tan ...digamos chocante, le había inspirado multitud de chistes sobre la peculiar raza. Por supuesto no era tan tonta de contarlos delante de él, para luego tenerlo de morros todo el día y acabar con su cabeza ensartada en el hacha enana.

- Oye Morwing, yo lo veo muy claro, ¿sabes?- Dijo con toda seguridad y palmeando la espalda del enclenque elfo.- Te infiltraste entre esos sucios magos del círculos para acabar con ellos y sus indignas pretensiones.  Cuando el Heredero invocó a Ethegax conseguísteis meterlo dentro.  ¿No crees que esa voz familiar pueda ser la de tu maestro, Balgoban el Alto? Los dos quedasteis encerrados en ese plano con el Heredero pero sólo tú conseguiste salir.*- Ogna dudó si decirlo o no, pero al final se envalentonó.- Quizá haya forma de buscar entre tus recuerdos. Puede que Vishna pudiera hacerlo, o si no , algún clérigo o mago.

Notas de juego

* no sé si cuadra muy bien, me dices master por si edito y lo corrijo. De memoria me parece que era así.

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21/01/2015, 19:47
Allen Shesar

Dejando atrás la estupenda posada de Feldepost y con fuerzas renovadas, el grupo continuó viaje hasta Nashkel. El camino fue tranquilo para el grupo, lo cual era de agradecer pues desde que se embarcaron en el Trueno del mar no habían podido pasar un día entero sin tener que usar sus armas. No es que al paladín le incomodase usar su espada para mandar al infierno a indeseables piratas, pero tanta muerte podía pasar factura hasta el hombre más firme, siempre que tuviese un mínimo apego por la vida humana, claro.

Morwing explicó por fín el sueño que lo mantuvo taciturno durante una jornada entera. El paladín escuchó atentamente la explicación del hechicero alegrándose de que, al menos, el gran Belial quisiese acabar con él, -Será que hizo algo que no le gustó, bein por Morwing- pensó para sí mientras terminaba de escuchar su historia.

Por fín el grupo llegó a Nashkel y, aunque la luna presidía el cielo desde hace ya tiempo, el grupo al ver el bullicio de las calles infestadas de gente decidió que podrían comenzar cuanto antes sus quehaceres. Losse y Ogna tenían intención de visitar la taberna para recopilar toda la información que pudiesen, -Preguntad por los soldados, por si alguien conoce a alguno de los que ha desaparecido, pues por lo que comentaron aquellos parroquianos en la taberna de Feldepost parecía como si nadie conociese a ninguno de ellos- comentó a la pareja antes de que el grupo se separase.  Por otro lado Ogna le sugirió que fuese él uno de los que fuese a hablar con Tugman, a lo que el paladín contestó afirmativamente, -Sí, seré precavido a la hora de preguntar pero intentaré conseguir la máxima información posible. Si trabaja para... ese-, evitó pronunciar el nombre de Steznag en público, -lo sabré- concluyó con firmeza.

Allen esperó a que el resto de sus compañeros decidiese qué hacer. Tiempo que usó apra hacer cuentas y hacer una lista mental con los útiles que compraría más tarde.

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21/01/2015, 20:25
Morwing

Morwing agradeció el gesto anímico de Ogna, así como la teoría que expuso sobre su pasado. El hechicero ya había contemplado esa posibilidad, pero también estaba la otra cara de la moneda que dejaba abiertas otras muchas preguntas… ¿Y si la voz que escuchaba no era Balgoban?, en ninguno de sus recuerdos había podido ver el rostro de esa persona y por lo tanto podría ser él como el mismísimo heredero misterioso. - ¿Quién era el anciano que descubrió al despertar en aquella cueva? Podría tratarse de Balgoban también, no conseguía recordar su rostro… ¿Y cómo murió y por qué?, la posibilidad de que el mismo Morwing fuese su verdugo para arrebatarle el Crothual era posible si en aquel entonces estaba dispuesto a hacer regresar al heredero. Todas estas preguntas dejaban abierta la posibilidad de que Morwing fuese realmente una persona de bien como Ogna quería pensar o pertenecer al lado oscuro.

Fuese lo que fuese, el hechicero aún no estaba preparado para conocer la verdad. Si aquel estoque lo delataba como un enemigo probablemente se derrumbaría, por lo que declinó la propuesta de la joven bardo a la vez que se reservaba sus oscuras teorías.

- Gracias Ogna, quizás tengas razón… pero la verdad es que no consigo recordar el rostro de mi maestro en los recuerdos... No sé, barajaré la posibilidad de la ayuda de un clérigo cuando tengamos ocasión, sentenció devolviéndole el palmeo.

- Bien, me parece buena idea que Allen vaya a visitar a Tugman, yo le acompañaré. ¿Alguno más queréis venir?

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21/01/2015, 23:31
Allen Shesar
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro averiguar intenciones por si noto algo. (Tirada para post en la Casa del Representante del Consejo)

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22/01/2015, 06:28
Kormack Quebrantahuesos

El enano salía de Beregost muy contento. Su visita a la fragua fue todo un hito en la vida de Kormack, de allí salió con una reluciente armadura que bien parecía plata con ribetes dorados. El enano estaba majestuoso con aquella armadura, parecía incluso noble subido a su poni. Seguramente a la distancia, de cerca sólo parecía un auténtico señor enano, con su trenzas. Su escudo era el orgullo del enano. Ya no tenía aquellos pinchos que ensuciaban aquel precioso escudo* pavés. El escudo estaba totalmente nuevo, color verde y el escudo de la familia en su interior. Una maza dorada que recordaba al martillo de Moradín. Un ribete dorado rodeaba el escudo. Kormack iba majestuoso y señorial, incluso se creía que estaba hecho de otra pasta.

La historia de Morwing desconcertaba al enano, nunca había escuchado tantas cosas fantasiosas, pero claro estaba nunca había estado con un auténtico mago y aquel tipo aparte de ser escuchimizado y enfermizo también era de los más peligrosos. Mucho más que el cabeza hueca de Davros, que sólo gritaba y meneaba su espada. Aquel tipo tenía poder y a su paso era temido. Sin duda aquel tipo alcanzaría una gran fama si seguía manipulando la magia como lo hacía. Kormack sólo asintió a Mornwing, su futuro era incierto y claramente el paladín intentaba posicionarlo al lado bondadoso. Al enano no le interesaba nada - Algún día rrrecorrrdarrrás. - Comenzó a decir el enano. ​- Ese día tendrrrrás muchas rrrrespuestas, perro hasta las alas de una marrriposa pueden cambiarrrr el futurrrro. - Dijo misterioso.-  Perrrrro nadie puede cambiarrrr el pasado. - Y mira que se le ocurrían bromas con esta frase y la extraña pareja, pero mejor contenerse. - Errres inteligente amigo mío. - Dijo con un gesto de camaradería. Un saludo enano, la mano se posaba en la frente mientras caía en señal de respeto.

El resto del camino fue coser y cantar. O fumar y cantar, pues un leve - PopoPopOOOOooooo - precedía su al grupo hasta que llegaron a Nashkel. Sin duda otrrrro pueblo de mala constrrrrucción humana. - Dijo esta vez en alto el enano. Apagó la pipa y vio como la golfa de Ogna quería intimidad con el rematamuertos de Losse.- ¿Quieres que la toque yo primero? Es la única forma de que la remates... - Pensaba el enano, pero esas palabras supondrían un escándalo, cosa que no le importaba, pero iba demasiado elegante para mancharse con un torpe elfo. Además no había muchos árboles cerca, sería jugar sucio.
Te acompaño- Dijo el enano a enclenque. Necesitarrrás arrrgumentos de peso! - y no había nada más pesado que Kormack.

Notas de juego

*jijiji cagada mía no pueden llevar...jijiji

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22/01/2015, 06:28
Zanc Piesligeros

La noche había transcurrido con tranquilidad en la posada de Feldepost, la información que habían obtenido daba un nuevo rumbo a su objetivo inicial, ahora deberían hallar la manera de cruzar los picos Nublados, pero también averiguar si Tugman estaba involucrado con la invasión pirata y develar realmente si era una marioneta más al servicio de Steznag, todo parecía indicar que su estadía en la ciudad de Nashkel se iba a prolongar más de lo que se había pensado en un inicio.

La mañana llegó y con ella se levantaban los ánimos de los compañeros, quienes madrugaron para tomar un merecido desayuno y abastecerse para la nueva travesía que se avecinaba, en su recorrido por Beregost, el Gnomo se encontró con una tienda donde vendían todo tipo de curiosidades y objetos extraños, allí se interesó por un hermoso brazalete de cuero verde decorado finamente con detalles en mithril y plata, dándole un aspecto elegante y misterioso, pero eso no fue lo que más llamó la atención del curioso Zanc, realmente lo que había logrado captar su interés fue la historia que le había contado aquel mercader, ¿sería cierto aquello?, guiado por su instinto y por su excesiva curiosidad, finalmente decidió adquirir aquella costosa pieza, pieza que ahora lucía con gallardía ante sus compañeros.

De todos es bien sabido que la niña ojerosa podía resultar irritante y fastidiosa la mayoría de las veces, situación que había cambiado considerablemente desde que andaba de amorios con Pelonieve, aún así, también se sabía que la bardo conocía infinidad de cuentos, historias, rumores y leyendas, por lo que el Gnomo no desaprovechó oportunidad para indagar acerca de los Corredores Verdes, corroborando* la historia del mercader y de su nuevo brazalete. Una nueva noche llegaba y cuando la luna estaba en su punto mas alto, divisaron la ciudad de Nashkel, la algarabía reinaba a pesar de la hora, cosa que era de suponerse con tanto comerciante atascado debido al bloqueo, finalmente el grupo optó por separarse y comenzar a investigar de inmediato, cosa que apoyó el Gnomo. -Iré a la taberna y así podré informaros de lo que podamos averiguar- Agregó mientras acercaba su Poni hasta la pareja de enamorados. Escoger entre Allen, Morwing y Kormack no fue difícil, así que recurriendo a su ya conocida habilidad, creó el vínculo que mantendría en contacto a Gnomo y Paladín.

Notas de juego

*Suponiendo que el conocimiento de bardo de Ogna me haya informado más acerca de los objetos que conforman el set.

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22/01/2015, 06:29
Guardia Nashkel

Los compañeros, una vez decidieron a dónde iría cada uno, se dirigieron tras unas breves indicaciones hacia la vivienda de Tugman, que también era el lugar desde el cual desempeñaba sus funciones, al igual que sucedía con Aranar Brusta en Oaksville.

¡Alto ciudadano! – Gritó con potente voz uno de los guardias que patrullaba el recinto de la Casa del Representante del Consejo cuando vio acercarse a los aventureros. La patrulla estaba formada por cuatro hombres altos que se acercaron a buen paso hasta que la claridad de la antorcha iluminó la cara de Allen y Morwing.

El Representante del Consejo no recibe visitas a estas horas. Sus asuntos deberán esperar hasta mañana. – Prosiguió el mismo hombre sin despegar la mirada de la armadura de Allen. ¿No son ustedes mercaderes verdad? – Preguntó al reparar en la confusión inicial.

Notas de juego

Estáis en el 1.

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22/01/2015, 06:30
Allen Shesar

-Saludos-, contestó con tono sereno Allen y, ante la pregunta del guardia prosiguió, -No, no pertenecemos a tal gremio mi buen señor. Mi compañero y yo somos aventureros, y nuestro paso por su respetable pueblo, aunque fortuito, bien podría dar un respiro ambos. Mi nombre es Allen Shesar, paladín de Tyr, y en nuestro camino desde el norte hemos escuchado historias que ahora podemos confirmar. Se nos decía que el paso de los Picos Nublados es inaccesible y que nuestro viaje tendría que esperar pero, si bien su señor tiene el problema de aquel paso nosotros podemos ser la solución. No es nuestra intención quedarnos mucho aquí por lo que viendo el trasiego de personas y la vida que se respira en esta noche, podría tener a bien su señor el recibirnos para plantearle una oferta. Le prometo que seremos breves y seguro que desalojar el pueblo no le vendría mal a la distinguida guardia, ¿me equivoco?-. El paladín pensó para sí que quizás el pasar tanto tiempo con Ogna y Zanc había pulido su don de negociación, cosa que no entusiasmó demasiado al paladín puesto que tenía la firme convicción que llevando de su lado la verdad, la palabrería no la haría cambiar de lugar.

Notas de juego

Motivo: Averiguar intenciones
Tirada: 1d20
Resultado: 5(+8)=13
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22/01/2015, 06:31
Director

El interior del Colchón de Lana recibió a los aventureros con un bofetón de aire caliente nada más abrieron la puerta. El murmullo de las conversaciones, audible desde bien lejos del edificio, pasó a ser un estruendo en toda regla cuando éstos entraron en el atestado salón. Decenas de personas conversaban apretadas unas contra otras en un ambiente opresivo en el que el olor a humanidad ocultaba incluso el del humo del tabaco. Nubes de este humo azulado flotaban por encima de las cabezas de los mercaderes y viajeros que se habían reunido allí dentro para ahogar su frustración en alcohol rodeados por otros que entendían perfectamente lo que sentían.

No hacía falta preguntar para percatarse que de entre todas las conversaciones que se daban al mismo tiempo en tan reducido espacio el principal asunto seguía siendo, al igual que en días anteriores, cuándo estaría el paso despejado. Muchas de aquellas personas llevaban fuera de sus hogares más de medio año en asuntos comerciales que los habían llevado incluso hasta el Valle del Viento Helado. Tan sólo disponían de los dos meses de invierno para compartir sus vidas con sus familias o simplemente para gastar sus ganancias de la forma en que les viniera en gana. Además, debían contar con tiempo suficiente como para hacer los preparativos para su próximo periplo en el año que acababa de entrar, por lo que estar detenidos a las puertas de su país no era algo que los agradase en demasía.

El caso contrario se daba entre los vecinos de Nashkel, que habían visto en aquella desgracia natural un gran aliado. Las ganancias, directas o indirectas, para la población eran cuantiosas ya que aquel ejército de carretas tenía que abastecerse por completo de los recursos de la zona, lo que había hecho que los precios se encareciese y los bolsillos engordasen.

Notas de juego

En en momento en que entráis hay unas 180 personas de pie en el salón formando nutridos grupos de conversaciones cruzadas.

Podéis interactuar como buenamente queráis teniendo en cuenta que moveros a través de la gente es una tarea difícil ya que el salón no está preparado para acoger a tales multitudes.