Partida Rol por web

Crónica del Heredero - Episodio II - El Ascenso.

V - El Preludio

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16/05/2015, 12:24
Kormack Quebrantahuesos

El enano miró de refilón como caía la bestia, sus peores pesadillas acababan, ¿o acababan de empezar? Sea como fuere -Tú, ¡rrrrema!- - Ordenó a los dos soldados. A medio camino de Crimmor una bestia alada parecía llevar a gente a cuestas como meros tripulantes al otro lado del río. El enano estaba alucinando con aquello y hubiese podido jurar que eras sus compañeros los que veía encima. - Seguir rrremando- Decía el enano mientras veía acercarse los muelles de la ciudad. Para cuando consiguieron llegar, todos ya estaban allí. El enano no daba crédito a lo que veía. Miraba hacia la isla y volvía a mirarlos. Parecía como si nada hubiese pasado y Kormack hubiese vivido una pesadilla. No podía explicar bien como, pero sudores de gotas frías recorrían su espalda. Sus compañeros tramaban cual era el siguiente paso a seguir. El enano seguía alucinando cuando Losse se acercó. -¿Qué dices? ¡Ese puto árrrrbol fue lo que nos salvó!- Y aunque hubiese sido por error del enano, la realidad fue que eso fue lo que hizo que la estructura no se cayese y los aventureros pudiesen bajar. -Perrrro si te rrrefierrrres a como bajé del árrrrbol... Bueno, crrrreí que saltando tarrrrdarrrría menos en bajar.- O también se podía haber descrito como una caída torpe y desenfrenada hasta el suelo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Activo el cinto +12 P.G

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16/05/2015, 19:51
Davros Zokk

La oportuna flecha de Ogna acabó dejando a Bealedur tambaleándose frente a Davros, su garra pasó amenazante a un dedo de su rostro, el último ataque antes de desaparecer de este plano.

Sin duda, su presencia en su plano de origen provocaría consecuencias aún más terribles para los aventureros, más demonios aún más poderosos vendrían pronto con el mismo objetivo que Bealedur y otros muchos antes no consiguieron.

Una leve sonrisa se dibujaba en el rostro del guerrero, con una gran sombra de preocupación detrás. Había visto la muerte muy de cerca, y no sólo la suya, si no la de varios de sus compañeros, algo que le preocupaba más que su propia vida.

El miedo invadió a Davros en esa isla, apoderándose de cada músculo de su cuerpo, pero supo aprovecharlo como una ventaja, dejando su mente más preparada que nunca para llevar acabo las acciones más adecuadas en cada momento. El enano, en cambio, no pudo sobreponerse a él, una vergüenza que le acompañaría hasta su muerte, allá donde ocurriese. Todo aquel muro tenía levantado a su alrededor se había derrumbado, el gran luchador había rehuido el combate más importante hasta el momento, dejando a Davros y el resto del grupo en una delicadísima situación. Estaba seguro de que no pudo evitar que aquella voz calara profundo en sus miedos, el efecto mágico atravesó sus defensas, pero con los antecedentes del enano... Esa acción le separaba aún más del grupo. Desgraciadamente, Davros sabía que aún no era conveniente alejarle, una guerra estaba a tan sólo un río de distancia, y Kormack era una baza importante a pesar de que el último combate se apañasen suficientemente bien.

- Me has salvado el culo ahí, Ogna, parece que día a día mejoras tu puntería.- Felicitó a Ogna, merecedora del halago. - Todos habéis estado increíbles, de no haber sido así no estaríamos hablando ahora. Bien, dejemos ya de chuparnos las pollas y salgamos de aquí cagando leches. De acuerdo, Allen, vayamos.- Respondió al paladín mientras que el pequeño Zanc se le subía encima sin perder un instante. - Tú también me salvaste el culo, amigo, no dudes, no dejaré pasar la oportunidad de devolverte el favor. Y tú, Allen, cuida bien de tu nuevo amigo, no tiene precio...- Dijo Davros mientras surcaban el cielo, sintiendo la velocidad de aquel bello ejemplar de hipogrifo.

Una vez en el muelle, asintió a la propuesta general de separarse una vez más para asegurarse de que los túneles se sellaban a tiempo y reunirse después en el palacio. - Tened cuidado, sé que podéis cuidarlos solitos, pero no tendréis músculos junto a vosotros... Nos veremos pronto.- 

Notas de juego

Esta noche a más tardar reorganizo el cinto de pociones, voy con Allen cuando vaya a encargar la armadura, por si se puede comprar.

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17/05/2015, 19:51
Lord Angirwar Gheldieg

Tras las bromas entre los compañeros la tensión acabó diluyéndose. El muelle, alrededor de donde Allen los había ido depositando, se convirtió pronto en un hervidero de soldados que acudían más para saciar su curiosidad que por estar sinceramente preocupados por la salud de los aventureros. Ésto fue así al menos hasta que el sargento Tlemar divulgó a grandes rasgos, omitiendo los detalles más vergonzosos de su actuación, lo que había sucedido en la isla. Una vez hubo finalizado su intervención los soldados corrieron a sus puestos en las máquinas de asedio; era imprescindible barrer con fuego de artillería la orilla opuesta en cuanto el ejército enemigo estuviese a la vista para así evitar que pudiesen instalar sus propias piezas de asedio. Otro grupo de hombres se dirigió a la gran balsa para ir en busca de las patrullas que vigilaban la orilla norte. Como había apuntado Allen, aún bajo la apariencia de Lord Hembelan, dejar abandonados a aquellos hombres a su suerte era un desperdicio de fuerzas, algo que la ciudad no podía permitirse.

No tardarían los rumores más disparatados en correr por las calles de Crímmor alimentados por el miedo, el caos y por el sonido lejano de los tambores de guerra. Pronto todo aquel que no fuese combatiente o estuviese dispuesto a dar su vida por defender las murallas que le daban cobijo estaría escondido bajo la cama de su casa o hacinado en los salones de las tabernas. Todos aguardarían en silencio, aguzando el oído, como si de un momento los gritos guturales de los orcos fuesen a hacer acto de presencia.

Allen, Davros, Kormack y Zanc decidieron separarse del grupo para ir a hacer unas compras de última hora. Algo que a esas alturas podía resultar un tanto difícil puesto que los mercaderes se apresuraban a poner sus mercancías a buen recaudo y a buscar un lugar donde ocultar sus bienes más valiosos y preciados. Sin embargo, como Crímmor era una ciudad grande y sobre todo llena de mercaderes, siempre había gente dispuesta a hacer negocios aunque estuviese frente a los mismísimos enviados de Kélevorn para llevárselo al mundo de los muertos. Su otra misión, ésta de distinta índole, era asegurarse de que Grimbel el Oso había dado la orden de destruir los túneles de contrabando. Para su alivio, cuando lograron dar con él, vieron que había cumplido con su palabra y el túnel que no había sido derrumbado lo sería pronto. No obstante existían varios miles de personas en las puertas de la ciudad clamando a los dioses para que se las dejase entrar; aunque los soldados que vigilaban los exteriores, conmovidos por la situación de aquellas familias, hacían la vista gorda con respecto a los grupos que corrían hacia una arboleda cercana y misteriosamente desaparecían, Grimbel no lograría introducir a todas aquellas personas en la ciudad en menos de un par de horas con los dos túneles que permanecían abiertos. Fue entonces cuando el contrabandista pidió a los aventureros acerca de si podían hacer algo para que esas pobres almas entrasen por las puertas principales. Quizás la intercesión de los aventureros ante Lord Hembelan haría que el gobernante se replantease aquella estúpida orden.

Lejos de la reunión entre el brazo musculoso del grupo y el líder de los contrabandistas, Ogna, Losse y Morwing veían confirmadas las sospechas de la joven bardo. Los alrededores del palacio del Representante del Consejo habían caído en la confusión. La noticia de la muerte de Lord Hembelan, aunque no había trascendido al pueblo llano, era tan evidente como que el susurrante había estado allí y había dejado en aquel estado a todos cuanto ocupaban el edificio. Los guardianes corrían de un lado a otro sin un destino fijo, dando órdenes sin sentido, o contradictorias en el mejor de los casos. Para sorpresa de los tres aventureros nadie les dio el alto, nadie parecía fijarse en ellos. Los ojos desencajados por el horror y por pensamientos ajenos que aún persistían en sus mentes había hecho mella en los soldados que, aunque veteranos, nunca se habían enfrentado a algo así. No fue hasta que el reducido grupo llegó a la primera planta cuando encontraron a los primeros soldados a los que podía aplicárseles el adjetivo de cuerdos. Junto a ellos, entrando y saliendo de la cómoda del gobernante de la ciudad, se encontraban diversos funcionarios y oficiales de alto rango así como altos nobles de las casas más importantes de Amn. Lord Hembelan...ha fallecido. - Dijo Lord Angirwar tan pronto los tres compañeros estuvieron cerca. Tras el, aún con color en su tez, dos soldados que habían vigilado la puerta del gobernante se encontraban tendidos en el suelo víctimas probablemente también del mismo que había asesinado a Lord Hembelan.

Lord 

Notas de juego

Ogna, Losse y Morwing acaban de llegar al palacio.

Allen, Davros, Kormack y Zanc llegarán al cabo del rato, pero podéis incorporaos a la conversación como si esta llevase ya un rato, una vez hubieseis completado vuestros recados.

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18/05/2015, 07:48
Allen Shesar

Allen y sus compañeros llegaron de nuevo a guarida de Grimbel el oso, esperando que todos, o la gran mayoría de túneles estuviesen ya derrumbados. En efecto, tan sólo uno de ellos permanecía activo por el que continuaban llegando refugiados.

Las palabras del conrtabandista tuvieron eco en el pensamiento del paladín, -Haremos lo que esté en nuestras manos para hacer entrar al mayor número de personas posible, no te quepa la menor duda. No obstante, en el momento en que escuches gritos o bien el sonido de las balistas de la ciudad, debes destruir el túnel-, recordó a Grimbel quien parecía tener una empatía con los refugiados fuera de lo común en un contrabandista.

-Vayamos a reunirnos con los demás e intentemos que el mayor número de personas que aguardan en las puertas consigan beneficiarse de la protección de las murallas-.

Notas de juego

Si alguien quiere escribir algo más aquí con Grimbel que lo haga, porque postearé como si nos hubiésemos ido ya.

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18/05/2015, 07:56
Allen Shesar

De camino a palacio, el grupo realizó una rápida parada en una de las tiendas con más renombre de la ciudad suponiendo que aquel herrero mantuviese su posición durante todo el asedio pues sería harto complicado el mover la inmensa cantidad de mercancía que albergaba aquel lugar.

Una vez tomaron las medidas del paladín y unas compras de última de hora, el grupo se dirigió a donde habían quedado con sus compañeros, el palacio de Lord Hembelan.

Parecía que el nerviosismo y el caos se había apoderado de aquel lugar. Los aventureros pensaron que una vez llegasen a la casa del regente el ambiente sería más serio pues era el lugar donde se gestaría la vistoria o la derrota ante el ejército invasor, pero lo que se encontraron distaba mucho de ese ambiente.

Los soldados, desencajados, se movían como pollos descabezados sin saber hacia dónde dirigirse o qué hacer, algo que escamó al grupo pues contaban con que aquella inexpugnable ciudad lo sería por contar con una guardia disciplinada o un regente con buenas capacidades para la defensa. Y quizás así lo fue, pero en este caso habría que improvisar puesto que las noticas que escuchaban mientras avanzaban hacia el salón de palacio no eran nada alagüeñas, -¿Que Lord Hembelan está muerto?-, preguntó a nadie en particular el paladín intentando pensar en algo si aquella noticia se confirmaba.

Una vez se reunieron con sus compañeros, el paladín preguntó, -¿Qué ha ocurrido?, ¿es cierto que Lord Hembelan está muerto?-. Todo parecía indicar que era cierto, que el regente había sido asesinado. Debían actuar deprisa si querían investirgar la escena del crimen y dar con el culpable mientras la sangre estaba aún caliente.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Lanzo detectar el mal en un círculo (4 asaltos)

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18/05/2015, 21:41
Morwing

Y Bealedur cayó al fin… Morwing hubiese deseado despedirse con alguna de sus frases picajosas que le hicieran revolverse de rabia por el resto de la eternidad en Phelgethos, sin embargo la secuencia de golpes de los aventureros y la distancia de seguridad que mantenía hizo que esto le fuera imposible.

El combate había sido épico, lo que desencadenó una serie de felicitaciones más que merecidas entre unos y otros. Todos habían aportado su granito de arena al combate, alguno incluso quedando al borde de la muerte. Tan sólo una sombra iba creciendo con mayor intensidad en un grupo de aventureros que cada vez parecía ser más unido y poderoso… el enano Kormack. Su actuación había sido poco menos que lamentable, se había retratado como un auténtico cobarde abandonando al resto de compañeros a su suerte, una mancha que le perseguiría para el resto de sus días y que dejaba su relación con el resto herida de muerte. La arrogancia característica del enano ya no era más que una burda falacia.

 Con los ánimos más calmados llegaría el momento de regresar tras las murallas de la ciudad. Morwing esperaría su turno junto con Ogna y Losse, a lo que trataría de sacarle el mayor provecho posible. En primer lugar se curó el resto de sus heridas, tras ello se aproximó a las ruinas de una torre de vigilancia que no pudo sostenerse más en pie. Colocó sus manos sobre una gigantesca piedra mientras susurraba un conjuro en voz baja. De pronto, aquel gran escombro desaparecería de la vista de todos, convirtiéndose en una roca poco más grande que el misterioso Crothual y que fácilmente podría guardarla en uno de sus bolsillos. – Quizá más adelante nos sea de utilidad…

Una vez llegados a la vivienda de Lord Hembelan, las peores sospechas de Ogna se hicieron realidad. Por fin el asesino que le acechaba había conseguido su objetivo. Quién sabe si el mismo susurrante, ejecutado a manos del poderoso paladín, era el responsable de  consumir la vida del gobernador dejando sin mando a la ciudad ante un inminente ataque y hundiendo las defensas de Crimmor en un auténtico caos.

-Es un contratiempo importante… comenzó diciendo, - pero no es momento de lamentaciones y mucho menos de guardar luto. Tenemos el enemigo a las puertas… ¿Quién está al mando de las defensas de la ciudad ahora que Lord Hembelan ha muerto? Hay que prepararse…  

- Tiradas (1)

Notas de juego

Poción de Curar Heridas Leves: +3PG (Añado 2 bayas para quedar a tope. TOTAL: +5PG)  (Descontado Bayas y Poción)

Pergamino de Encoger objeto sobre Roca  (descontado)

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18/05/2015, 22:06
Heomar de Silaría

Heomar de Silaría, un hombre guapo, fornido y joven para la media de los generales del ejército,  dio un paso al frente cuando el hechicero preguntó por la persona al mando. Mi señor, creo que preguntáis por mi. - Su voz cálida y su trato cercano le dotaba de un carisma que al instante proporcionaba una sensación tranquilizadora. Helmita retirado por caer bajo los encantos de una joven Muranniana, Heomar, aún un muchacho imberbe, había enfocado su carrera en servir como ayudante de numerosos generales Amnianos, aprendiendo y absorbiendo sus conocimientos como una esponja. Llegó el tiempo en que todo lo aprendido acabó por dar sus frutos. Gracias a sus dotes como estratega logró reducir numerosas paridas de orcos que huían del Reino de Tezhyr y que pretendían asentarse en Amn. Aquello le valió para obtener rápidos ascensos hasta que por fin,Lord Hembelan Findoren lo reclamó para su servicio en Crímmor cuando se supo que sería él quien ocuparía la plaza como gobernador de la ciudad. De aquello habían pasado ya varios años pero su entusiasmo y sus ganas por hacer las cosas bien seguían vivos en él.

El general hizo un gesto para que los tres aventureros se acercasen hasta la habitación donde poco a poco los nobles comenzaban a desalojarla tras una última despedida al difunto. Los dos soldados que habían muerto vigilando la puerta también fueron introducidos en la habitación del gobernador y colocados frente a la cama cubiertos con unas sábanas de lino. No es que presentasen horribles heridas en sus cuerpos y por eso tuviesen que ser cubiertos, ya que simplemente parecían estar dormidos, pero aquello era una forma de mantener alejadas a las moscas que pululaban por el pasillo atraídas por el olor de las heces que los cadáveres habían dejado escapar a través de sus esfínteres cuando en el momento del deceso. 

Aún no doy crédito a lo sucedido. - Dijo si poder apartar la vista del cuerpo de Lord Hembelan. Éste había fallecido abrazado a sus rodillas y sentado sobre la almohada de su cama con la espada pegada al cabecero de esta. No había señales de violencia en él más allá del charco de sangre que se había formado alrededor al salir ésta en gran cantidad por sus orificios nasales. ¿Cómo ha logrado el asesino hacer esto? Sólo Lord Hembelan conocía todas las defensas mágicas del palacio. Es increíble que no haya saltado ninguna de las alarmas mágicas... - Comentó mirando en derredor. 

La llegada de Allen y el resto de la compañía coincidió con la puesta en orden de los soldados que se habían mantenido alejados del palacio y que habían escapado a la influencia del susurrante. Estos cachearon a todos los nobles según salían del edificio y fue allí donde Allen tuvo la oportunidad de buscar indicios de maldad en cada uno de ellos. En mayor medida aquella gente parecían ser de fiar aunque el paladín de Tyr sabía que entre los nobles y altos dirigentes era común el equiparse con objetos mágicos que ocultasen sus alineamientos. No obstante no encontró traza alguna de maldad en la planta baja. Sólo cuando éste llegó hasta las estancias superiores fue consciente de que el mismo susurrante que había abatido momentos atrás había estado allí. Los restos de su pérfida magia aún seguían coleando por la zona aunque reducidos a tal punto que resultaban inofensivos.

Notas de juego

A Heomar ya le habéis visto con anterioridad la noche antes cuando los nobles mantuvieron la reunión con Hembelan.

Si ahora Heomar es General al mando de la defensa de Crímmor quiere decir que está al mando de las tropas tanto del ejército regular como de los que protegen el palacio.

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18/05/2015, 22:52
Director

Notas de juego

Resultado de buscar:

No habías estado con anterioridad en la estancia de Lord Hembelan pero parece que todo está perfectamente ordenado y que el gobernado ha tenido una muerte "no violenta". No hay marcas ni signos de lucha así como tampoco rastros de que la puerta hubiese sido forzada.

El escritorio de Lord Hembelan permanece tan pulcro como el del mismísimo Cuinthere aunque la tinta del tintero está completamente seca.

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18/05/2015, 23:09
Morwing

Morwing frunció el ceño al observar al joven muchacho que con admirable valor se presentaba como la persona al mando de las defensas de la ciudad y en el que caería toda la responsabilidad de lo que estaba a punto de acontecer… - ¿Y este joven será capaz de asumir esta carga?, se preguntaba desconfiado.

A pesar de la juventud de Heomar, éste presentaba un talante sereno y seguro de sí mismo. Las dudas del hechicero no desaparecieron por este pequeño detalle, pero desde luego eso podría ayudar a que la moral del ejército no se derrumbase como ya lo hizo la torre de vigilancia.

- ¡Basta!, exclamó el hechicero golpeando la mesa de la sala de reuniones. – La muerte de Hembelan es algo que ya no podremos remediar. Tenemos el enemigo tan cerca que los tambores de guerra ya se solapan con los latidos del corazón de tus hombres… ¡HAY QUE CENTRARSE!, dijo con un tono preocupado por la situación. – Ni os imagináis lo que se nos viene encima… continuó. – Si creéis que tras esas montañas tan sólo se aproximan una horda de orcos estáis muy equivocados… Ogros, Chamanes o Criaturas del abismo capaces de esquivar protecciones mágicas como las de esta casa y hacer correr despavorido al guerrero* más diestro en combate se aproximan con paso firme hasta aquí… Dime muchacho, ¿cómo pensáis contenerlos?, concluyó.

Notas de juego

* Guiño al enano xD

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18/05/2015, 23:29
Allen Shesar

El paladín acompañó al nuevo regente de la ciudad de Crimmor, Heomar de Silaría, hasta sus ya propios aposentos. Un joven con carisma y, al parecer, con experiencia en la estrategia y toma de decisiones.

Allen se detuvo primero para dar un último adiós a Hembelan, no perdiendo la oportunidad de seguir escudriñando el cadáver en busca de pistas que se le hubiesen pasado en un primer momento. El cuerpo carecía de heridas, algo que sólo dejaba como posibles causas el envenenamiento o la magia pero, dado que dos de sus soldados habían muerto de la misma manera, dedujo que sin duda la presencia que sentía haber estado allí era la del susurrante que eliminó haría menos de una hora en el islote.

Se dio cuenta de que la tinta del escritorio estaba seca, señal inequívoca de que el hechizo que usado para asesinar a Lord Hembelan había causado tal reacción. -Puede que les hiciera hervir la sangre, puede que se la congelase, o puede que eliminase el agua...- pensó para sí mientras echaba un vistazo a la estancia.

Una vez hecho esto, el paladín se presentó ante Heomar. - Saludos Lord Heomar, permítame no darle mi enhorabuena dada las circunstancias de su ascenso, sólo espero que esté a la altura dado el poco tiempo de preparación que va a tener para hacer los preparativos de la defensa del asedio. Como bien sabrá, Lord Hembelan tenía preparadas ya la defensas de la ciudad por lo que su trabajo será mucho más ligero del esperado. ¿Tiene pensado realizar algún cambio de última hora?-

Nervioso ante la posibilidad de que el muchacho no fuese lo suficientemente diligente ante una situación como la que estaba acaeciendo, se propuso ponerle al corriente de los averiguado. -El ejército orco se aproxima por el rio, o al menos parte de él. Son numerosos y cuentan con la ayuda de otras criaturas, hemos sido conscientes de ello en nuestras propias carnes. Creo que el asesino de Hembelan es el mismo al que hemos derrotado en la isla que sirve de vigilancia en el mismo cauce el río por lo que es posible que existan más como él, no estaría de más reunir a quienes hayan aplicado las defensas mágicas al palacio, me gustaría hablar con ellos-.

-Por otro lado, los túneles que los orcos podían haber usado para internarse en la ciudad han sido destruidos, por lo que parece que si quieren asediar la ciudad deberán hacerlo desde fuera de las murallas. ¿Se me olvida algo?-, dijo dirigiéndose a sus compañeros en busca de información relevante de la que el nuevo regente debiera ser conocedor.

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18/05/2015, 23:38
Kormack Quebrantahuesos

El enano iba a la diestra del paladín, no abrió la boca de momento, en los túneles no fue necesaria su intervención. El carisma y la mera oratoria de Allen era suficiente para llevar a buen cauce cualquier negociación. Sí asintió ante las palabras de Grimbel el Oso debido a su repentina bondad. Ésta parecía haberle tocado profundo, quizás fuesen negocios, pero también se preocupaba por la gente de la villa.

Al llegar al hogar de Hembelan el muy perro había muerto y para colmo Morwing gritaba como una perra en celo buscando un palo que le calmase*. El enano ponía cara de disgusto ante la lamentable actuación de enclenque, por suerte Allen salía al encuentro para calmar la situación y asistir gentilmente a una mejor relación con el que sería el encargado del la defensa de la ciudad. Ante la pregunta del paladín el enano carraspeó la garganta ​- Ehem... ejem... - y asintió a Allen. Sí, hay una cosa más... La demanda de Grrrrimbel... - Dijo en tono cómplice con el paladín. ​En las puerrrrtas se agolpan numerrrrosos aldeanos que no tienen dónde guarrrecerrrse. Comenzaba a exponer el enano. Tú antecessssor no querrrría darrrrles entrrrrada... como bien dice mi compañerrrro, tenía los sesos comidos porrrr esa mala bestia... Esperrrro que tú no hagas lo mismo. Dijo con una mirada penetrante. Sus ojos se posaban en el joven, con la intención de presionarlo. Prrrrotege a tu pueblo. Da esa imagen y apuntala la ciudad. Si das imagen de unidad, todos te apoyarrrrán... - Aconsejó el enano creyendo en sus palabras. Sin duda la ciudad debía unirse y la camaradería debía reinar si querían tener la más mínima ayuda. Tenían que saber que no había opción a huir, era una lucha a muerte...

- Tiradas (1)

Notas de juego

*Si, puede ser mi hacha ;).

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19/05/2015, 00:30
Morwing

Allen, con su talante tranquilo y sereno característico, tomó el testigo de la conversación incluso antes de que el joven Heomar pudiese responder las subidas de tono del hechicero.

Después llegó la participación el enano. Su sola presencia ya le resultaba incomoda al hechicero después de su desplante en el campo de batalla, su respiración era molesta… y no digamos ya el oírle hablar… - ¿Protege a tu pueblo?...será falso… más vale que lo proteja porque como dependan de tu valentía…, pensaba sin poder ocultar una sonrisa perniciosa*.

No obstante, el enano logró aportar algo más que gritos de retirada en este asunto. El pueblo se mantenía indefenso a las puertas de la ciudad tras la orden del fallecido Hembelan. El antiguo gobernante desconfiaba de la posibilidad de permitir el paso a un enemigo infiltrado si no cerraba a cal y canto las puertas de la ciudad, y no le faltaba razón, sin embargo la vida de tantos inocentes era un alto precio a pagar.

- Si decides permitirles el paso debe ser cuanto antes para poder asegurar esa entrada, añadió, - y no estaría de más controlar en cierto modo el acceso, toda precaución es poca…, sentenció.

 

Notas de juego

*Guiño, guiño xDDDDD

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19/05/2015, 03:54
Zanc Piesligeros

El fuerte golpe del enorme demonio cayendo devastado por los golpes de los compañeros indicaba que el combate había finalizado, habían salido victoriosos, cosa que confirmaba el paladín al acabar con el último de los segadores que combatía contra el pequeño bribón, quien tuvo que dar un salto hacia atrás y cubrirse debido a la fuerte ráfaga de viento que provocó la arremetida del Hipogrifo. -Waaaaaaoooooooo!.... GENIAL, LO CONSEGUIMOS!!- Gritaba eufórico corriendo de un lado a otro felicitando a todos y cada uno de sus compañeros, sin embargo algo andaba mal... Claro!, ¿donde estaba Kormack?, mirando al horizonte confirmó con verguenza ajena como huía en la lejanía buscando llegar a la barca, ¿Los había abandonado su fiero amigo enano?, sacudía la cabeza con incredulidad, el enano tenía muchos defectos, era testarudo, grosero, impertinente, cabezota, maloliente, prepotente, arrogante, entre muchas otras cosas, pero ciertamente nunca e imaginó que el miedo y la cobardía formaban parte de la larga lista de cosas negativas que caracterizaban al enano ártico.

El sonido de la torre de vigilancia viniéndose abajo devolvieron a la realidad al hiperactivo Gnomo, quien se apresuró a revisar entre las ruinas hasta que consiguió lo que buscaba, el garfio de escalada que había enganchado en el árbol mágico cuando buscaba afanosamente huir... -Huir...- Susurró al recordar cómo por un momento el más grande de los temores le había invadido y sólo pensaba en huir de aquel lugar, ¿acaso le había pasado lo mismo a su amigo enano?, sí, eso era lo mas probable.

De regreso en la ciudad de Crimmor, los compañeros se apresuraban a tomar decisiones, Zanc se encaminó junto al grupo musculoso en busca de Grimbel el Oso, de paso aprovecharía para hacer algunas compras de último minuto, tuvo que deshacerse de algunas pertenencias y pedir prestado a sus compañeros para conseguir el costoso objeto que deseaba, unas finas botas de mithril de color verdoso que hacían juego a la perfección con sus brazaletes, había escuchado que si completaba las tres partes del juego, adquiriría nuevas habilidades, así que estaba enfocado en conseguirlo.

Ahora estaban de nuevo en el palacio, la noticia de la muerte de Lord Hembelan era algo que ya se esperaba, así que decidió no intervenir, por ahora se dedicaría a escuchar mientras su mente pensaba en lo que se les venía encima.

Notas de juego

Vendo mis antiguas Botas y un anillo.

Pido prestadas 1000 po a Ogna o Kormack.

Sólo así logro comprarme las botas que son la segunda parte del set.

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19/05/2015, 07:13
Heomar de Silaría

El General tomó asiento en una de las sillas tapizadas de terciopelo que reposaba junto al escritorio. Sobre la amplia mesa de madera existía un mapa de la ciudad con las posiciones demarcadas de cada torre, barricada, así como de un detalle de todas y cada una de las armas de asedio que se utilizarían para detener la ofensiva orca. 

Señores, estamos a la espera de las noticias que traigan los mensajeros, pero he de decir que he decidido no hacer muchas modificaciones al plan original ya que yo mismo formé parte durante su elaboración. Según me han comentado Lord Hembelan ha ordenado traer de vuelta a las unidades apostadas en la orilla norte, cosa que es un acierto. No sé cuándo lo hizo pero creo que por fin recapacitó sobre esa decisión. Es un alivio porque allí estaban condenados a morir como ratas en un incendio. - Dijo contestando a las palabras de Morwing y Allen. Esas tropas las dispondré como tropas de refresco, listas para apoyar los sectores que soporten lo más crudo de la lucha. - Con gesto tranquilo desabrochó las correas uno de sus guantes metálicos.

Tengo repartidos a cuatrocientos cincuenta hombres a lo largo del perímetro amurallado. - Comenzó diciendo mientras pasaba su dedo por encima de la muralla. Cien soldados más están a cargo de las armas de asedio. El resto de las dotaciones para catapultas y balistas las he dispuesto con voluntarios. Son gente valiente y capaz, pero quiero mantenerlos alejados de las zonas de combate más intenso. Son mercaderes, carreteros, pescadores y artesanos...no son soldados. Si esos seres intentan tomar las murallas quiero a gente preparada allí arriba. Con ésto, y siendo optimista, la orilla del Álandor podemos decir que cuenta con unos cuatrocientos combatientes entre dotaciones y soldados.

Los treinta hombres que vienen de camino a la ciudad desde la orilla norte se unirán a las cuatro patrullas restantes y se repartirán entre las guarniciones de las puertas. Veinticinco para cada una. - Dijo esta vez señalando las dos puertas de la ciudad. Todas las fuerzas que ahora mismo estaban bajo las órdenes de Lord Hembelan aquí en palacio, unos noventa hombres, tengo pensado repartirlos también entre los sectores éste y sur, cerca de las puertas, preparados para apoyar las zonas más castigadas. Hasta que no sepamos donde asestará el golpe fuerte el ejército que tenemos enfrente...prefiero no arriesgarme. 

Heomar torció el labio en señal de disgusto. - Contamos también con parte de los ejércitos privados de las familias nobles. Forman una mezcolanza de lo más variada y aunque no me gustan...son gente que sabe sostener una espada. Forman un grupo heterogéneo de unos trescientos y algo hombres. Confío en que a lo largo del día vayan uniéndose más ciudadanos, pero no creo que vayan a marcar mucha diferencia. 

La mención de Kormack acerca de los refugiados hizo levantar la cabeza al general. Tienen razón sobre los refugiados, hay que ponerlos a salvo ya mismo. Puede que encontremos a hombres dispuestos a luchar entre ellos. Si vienen acompañado de sus familias...sé que harán lo posible para defenderlas. - Dijo convencido. Además de todo esto, diversos grupos de aventureros y cazarrecompensas están siendo contratados...puede que en total sobrepasemos los mil doscientos hombres pero no creo que lleguemos a los mil quinientos. - Un tono de preocupación salió a relucir en su voz. 

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19/05/2015, 12:18
Ogna

Ogna escuchaba con gran interés la lista de defensas, entre las que se incluían catapultas, balistas, soldados, mercenarios, que el joven Heomar enumeraba para el grupo de aventureros. nunca se había visto presente en una reunión de tan alto nivel y ante una amenaza tan peligrosa. El asedio de una ciudad como Crímmor por un ejército tan poderoso, la organización de las defensar tan numerosas se el antojaba una misión en extremo complicada. A pesar de su juventud, el general desprendía un aura muy capaz lo que tranquilizó un poco a la porta-antorchas. 

- Será muy interesante saber qué información traen esos mensajeros.- No pasó desapercibido para la bardo la mención de que se estaban contratando los servicios de mercenarios. Ella no consideraba a su grupo como tal, pero Hembelan les había contratado a ellos y puede que la ciudad volviera a necesitarlos*. Un brillo similar al que se le ponía en los ojos a la muchacha cuando miraba a Losse se instaló en sus ojos al pensar en la posible remuneración económica por un trabajo bien hecho.- El mismo Hembelan nos contrató para eliminar la amenaza que se cernía sobre Crímmor y así hemos hecho. Fuerzas demoníacas extendían sus sombras en la ciudad, dispuestas a debilitarla para luego acabar con ella de un único pero demoledor golpe. Ahora que la ciudad está limpia, Crímmor tiene una oportunidad. Lástima que para Lord Hembelan sea ya demasiado tarde...- Dijo compungida. Se acercó al cuerpo de Findoren y lo examinó para ver sus heridas y qué objetos tenía el cadáver aún caliente.** Tras el minucioso examen al muerto, Ogna continuó con su disertación.- Nosotros nos dirigimos a Athkatla, pues también será atacada.- Así dejaba caer que tenían intención de abandonar la ciudad a no ser que el nuevo general quisiera contratar sus servicios. Miró a sus compañeros, por supuesto ignorando al enano, para dirigirse a ellos con su voz inspiradora. - ¿Qué opináis muchachos? Creo que aquí todavía podríamos prestar nuestros servicios para evitar que caiga una de las principales defensas de Athkatla. El ataque es inminente. Si se logra repeler sería un duro golpe para el plan de Stenzag y, por lo tanto, un éxito para todo Amn.

- Tiradas (1)

Notas de juego

* Hembelan ya nos pagó lo que nos debía?

**Tirada de buscar: Sé que al menos Findoren tenía un bonito anillo. Dime qué más tiene escondido el cabroncete.- Ogna se sube a la cama, coge a Findoren por los tobillos y lo sacude hasta que caigan los objetos y la última moneda que lleve en lso bolsillos.

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19/05/2015, 15:22
Heomar de Silaría

Sí, recuerdo que me habló de eso. - Confirmó el general ante las palabras de Ogna. Se os recompensará con lo prometido. Avisaré para que os paguen con lo estipulado. - Heomar no pudo reprimir lanzar una mirada de asombro hacia la aparente frágil muchacha debido a su resolución. No seré yo quién se interponga en su viaje mi lady, si es que ese es su cometido, pero en efecto su ayuda sería bienvenida tras estos muros. Todo brazo capaz de alzar un arma contra el invasor será recompensada justamente. - Añadió como referencia al pago que se estaba llevando a cabo para contratar los servicios de mercenarios. Pero disculpe, ¿ha dicho usted Steznag? - Preguntó un tanto contrariado. ¿Estamos hablando del pirata? ¿Qué tiene que ver él con todo esto? - Su ceño se arrugó como una uva pasa.

Unos pasos acelerados por el pasillo llamaron la atención del grupo. Tras unos nerviosos golpes en la puerta del cuarto, un soldado entró jadeante. - Mi señor, los Crytrappers han abandonado el Fuerte Bueno. No hay nadie en su interior a parte de unos cuantos sirvientes. Según dicen la señora Lamia dejó sus propiedades junto con sus hijos esta misma mañana.*

El general resopló fuertemente. No era de extrañar, Lady Ophal o alguno de los otros debe haberla avisado tras la reunión de anoche. Gracias soldado puede retirarse, que me avisen tan pronto lleguen los mensajeros. - El soldado se cuadró ante su oficial, saludo con la cabeza a los presentes y salió de nuevo a la carrera tras dar un sonoro golpe con los tacones de las botas. 

Una vez a solas el general miró al grupo dejando ver el porqué no le gustaba tener tratos con las familias nobles. Ahora se encontraba con un fuerte amurallado a poca distancia de sus mismas murallas del que debía encargarse so pena de ser ocupado por el ejército invasor. Permítanme la queja señores pero no saben ustedes cómo odio estas cosas. - El gesto para contenerse de dar un golpe sobre la mesa fue demasiado evidente.

Notas de juego

* El Fuerte Bueno es una de las propiedades que la familia Crytrappers posee en Crímmor. Es un antiguo fuerte reconstruido que se encuentra a poca distancia de las murallas de la ciudad. En el exterior. Es el número 80 en el mapa de la ciudad.

* Podéis contar con las 2000 p.o por cabeza que os prometió Lord Hembelan.

* A los mercenarios se les está ofreciendo 100 po/día mientras dure el asedio.

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19/05/2015, 15:47
Director

Notas de juego

Resultado de la prueba de buscar:

El gobernador aún conserva sus anillos. La mayoría deben ser ornamentales pero entre todos ellos destaca el que se quitó la noche anterior para que Allen pudiese observar que no había maldad en él.

Además de ello aún viste también uno de sus collares que probablemente sea mágico también bajo la camisa.

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19/05/2015, 16:01
Director

 

MAPA CON LA DISTRIBUCIÓN DE FUERZAS

 

Notas de juego

 

Zona azul oscuro: murallas, guarnición 450 hombres. (Todos soldados)

Zona azul claro: zona del puerto. Soldados a cargo de las armas de asedio. (400 personas como dotaciones 1 de cada 4 soldados)

Zonas de las puertas de la ciudad: cada una cuenta con 25 soldados para ocuparse únicamente de su seguridad. (50 soldados en total)

Zonas amarillas: áreas donde se acumularán las tropas de refresco que apoyarán las zonas más castigadas. 90 soldados de la guardia de palacio, 370 guardias privados de las familias nobles, 225 ciudadanos voluntarios y mercenarios)


Fuerzas totales: apróx 1685 de los que 500 son ciudadanos voluntarios .

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19/05/2015, 16:26
Ogna

Cuando Ogna se acercó al cadáver de Hembelan vio que el pobre estaba en posición fetal.

Pobre, como un niño de vuelta en el vientre materno.

- Si me lo permite echaré un vistazo para asegurarnos de la causa de la muerte. Posiblemente haya sufrido un ataque masivo de lo que se conoce en el plano de Plethegos como un demonio susurrante.Se lamentó de no tener el monóculo que había regalado a Kormack. Dicho instrumento siempre daba un aire mucho más intelectual en inspiraba confianza. No le importaba no haber dicho bien el nombre del plano. Al levantar la sábana con la que Hembelan estaba cubierto había podido ver el llamativo anillo y un curioso collar. Continuó hablando mientras movía las manos a una velocidad pasmosa.- Colapso interno de todos los órganos. Epitaxis aguda. Ictericia. Ausencia de otorragia.- Uno de los hermanos de Ogna, Esculapio, era matasanos, así que simplemente la bardo copiaba la palabrería que solía usar para hacerse el importante, engañando a la gente como si fuera un auténtico profesional de la sanación.- Al parecer el demonio llevaba actuando sobre el un tiempo indeterminado. No sé cómo no pudimos darnos cuenta. ¿Nadie había notado un comportamiento extraño...- Se llevó la mano a la boca y abrió los ojos en una expresión de evidente sorpresa.- ...¡Oh! ¿Pero qué ven mis ojos?- Desenfundo a Vishna y pasó su filo por encima del cuerpo del gobernador difunto, a pocos centímetros de su piel, como si poseyera un radar interno de diagnóstico.-  Así fue cómo pudo engañarnos.- Miró al joven general con cara de preocupación.- Creo saber la razón de cómo el demonio pudo traspasar las defensar mágicas.- Con un rápido movimiento usó un pañuelo para retirar el anillo y luego el collar envolviéndolos en el trozo de tela.- Morwing, creo que deberías echar un vistazo a esto en un lugar tranquilo.

- Tiradas (1)
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19/05/2015, 16:53
Heomar de Silaría

¿Cómo? - Preguntó el general al ver a la muchacha enredando en el cadáver del difunto. No por favor, no lo toquéis. Deben estudiarlo los magos encapuchados en cuanto hagan acto de presencia. Puede que así tengamos más pistas de lo que realmente sucede, puede que a lo mejor puedan intercambiar opiniones con ellos. - Aunque había gran parte de verdad en aquella afirmación, el general, no disimuló la mirada de sospecha hacia la muchacha, a la que veía con las manos demasiado largas.

- Tiradas (1)