Iverdek se quedó algo blanca, le sorprendió la reacción del hombre; bien sabía aquello que le dijo, pero le pareció más utópico que real, toda su vida había sido una paria como para empezar a creer que había gente cordial y con ideales de igualdad. Se obligó a comer un bocado más para fingir su rubor y alegría internas, y para cuando hubo masticado y tragado volvió a hablar - Si... estaría bien hablar... de trabajo - y una ligera y solitaria carcajada salió por su boca
- Muy bien, a unos 5 días de viaje hacia el norte de aquí, hay una antigua fortaleza que se dice que fue un bastión de defensa en la Guerra de los Portales y que ahora está infestada de monstruos, pues bien, necesitamos a un grupo que vaya allí y recupere un artefacto de gran poder en forma de amuleto. - Habló el consejero mientras comía algo.
- Y te estarás preguntando porque no mandamos a nuestro ejército... También tiene su respuesta, debido a las tensiones con el Reino Unificado de Varlak, casi cualquier movimiento militar que haga cualquier nación humana les serviría como excusa para atacar Asteloth, lo cual es algo que nos gustaría evitar, de ahí que prefiramos enviar a un grupo pequeño pero capaz a recuperar el amuleto. - Seguía farfullando entre bocado y bocado.
- De modo que hemos convocado un torneo para elegir a los más aptos, y se formará así un grupo de 5 personas, de las cuales ya sois dos, un experto en mecanismos y tú, de modo que en el torneo tendremos que elegir a 3 personas más. Es posible que al experto lo conozcas durante el torneo. ¿Alguna pregunta joven? - Dirigió la mirada hacia ti cuando terminó de hablar y se limpiaba la boca con una servilleta.
No participaré en el torneo ¿No? - la idea de formar parte de algo así no le gustaba nada, había escuchado atenta las palabras del consejero, y lo expuesto le pareció razonable salvo la posibilidad de tener que ser una gladiadora... Un paladín luchaba por hacer prevalecer el bien, no para el divertimento del pueblo llano al que juró defender.
- No, no os habría hecho llamar si pretendiese que participaseis en el torneo, pero tampoco os debía haber preocupado, habrá un campo de fuerza que hará que todo el daño que se hagan los contendientes no sea letal, de modo que nadie saldrá herido. - Explico Cuncius tras la pregunta de la joven paladin.
- El torneo se celebrará en 3 días, y me gustaría que asistieses en calidad de juez para ayudarnos tanto al Rey como a mi a discernir quienes pueden ser los candidatos más adecuados.
Se removió sobre su asiento algo inquieta, aunque siendo sinceros, le tranquilizó la idea de que los contendientes no saldrían heridos de gravedad - Bueno es oirlo, ya lo creo - comentó con voz queda para rematarlo con un ligero suspiro - Acepto su petición entonces, pero deberá entender que la fuerza no lo será todo, hará falta que posean más virtudes... lealtad, compromiso, buen corazón... muchos estarán aquí por fama, dinero... pero el verdadero espíritu de esta misión exige un corazón noble dispuesto al sacrificio
- Para eso estás aquí joven. - Afirmó Cuncius. - Haré llamar a uno de los sirvientes para que te muestre tus aposentos, durante estos tres días sois libre de recorrer el castillo o ir al barracón a entrenar, o incluso visitar la ciudad, como gustéis. - Finalizó de hablar el consejero cuando hizo llamar a un sirviente.
- Acompáñeme milady... - dijo el muchacho que se acercó.
Sin más se levantó después de hacer una escueta y veloz reverencia y se dispuso a seguir al ayudante sin más ceremonia
el primer dia paseará por la ciudad, cada dia entrenara y tambien invertira tiempo en meditar
Pequeño hiato hasta que el resto de pjs alcance el mismo tiempo en el que te encuentras.