Partida Rol por web

Salís a la calle y tras recorrer unas cuantas calles, llegáis a la plaza principal, donde veis claramente que mucha de la gente que llenaba la ciudad se marchaba, y empezáis a oir de pasada algo de un torneo.

- ¡Un torneo! ¡Hacía años que no se celebraba uno! - decía uno de tus aprendices excitado con la idea.

Y tras caminar algo más el otro muchacho os señaló un cartel que acababa de poner un soldado. - ¡Mirad! Es un torneo para decidir quienes irán a la misión del Rey, ¡por eso había tanta gente marchándose! Habría mucho aprovechado entre los que se presentaban y se han ido al ver el desafio.

En lo que si pudiste fijarte es en una pequeña cola de aventureros delante de las murallas de Palacio que debían ser los que si iban a apuntarse a dicho torneo.

- ¿Nos tomaremos el día del torneo libre para poder ir verdad? - te dijo uno de los muchachos entusiasmado, mientras Cecilia ponía cara de resignación.

Ralnin frunció el ceño. La mayoría de su clientela habitual estaría en el sitio del torneo. Quizá podría llevar a los chavales con bandejas de muestra para vender por el público. Sin embargo, era más probable que se las acabasen robando entre el gentío.- Coged una de las nuevas cajas musicales, un reloj de bolsillo con talla, y un par de piezas más de exhibición. Vamos a exponernos por el torneo, y ver si conseguimos algunos encargos extra.- Un torneo no era motivo para dejar de trabajar, a ojos de Ralnin. Cuando estuvo satisfecho con las muestras, se puso en ruta a sus potenciales clientes.

Cecilia que se acercó al cartel a leerlo más de cerca comentó algo al respecto: - Maestro, el torneo se celebrará en 3 días, me temo que no hay prisa para preparar el negocio y organizarnos. - dijo señalando la zona del cartel en la que venía la fecha del torneo.

En lo que regresáis a tu tienda ves a tu tía Silf esperando en la puerta, y al veros llegar se acerca a vosotros.

- ¡Ralnin! ¡Sobrino, han estado buscándote, te envían una carta de Palacio! Al tener cerrada la tienda fueron a mi casa a dejar el sobre para que te lo entregase. - decía tu tía mientras te entregaba la carta, en esta ocasión con el sello real.

Una vez abres la carta lees lo siguiente:

"Amigo mio, al parecer podremos hablar sobre el tema de tu familia exiliada antes de lo que creíamos, por la presente quedas invitado al torneo, donde acompañarás a su majestad junto conmigo. Así durante la celebración del torneo podremos hablar distendidamente de como ayudar a tu familia.

Tu amigo, Cuncius Ecked"

Ralnin leyó la carta, y la resumió para su tía.- Creo que te interesará saber esto - dijo, entregando la carta del hermano de Ralnin y sobrino de Silf. - Habíamos salido a ver el terreno para dentro de tres días, llevar un poco la tienda al torneo. Me reuniré con el consejero: Por supuesto, estás invitada a venir, tita. - dijo, con una sonrisa que indicaba una broma habitual, pero carente del humor de la misma.

-  A mi no me gustan esas paparruchadas de torneos. Precisamente me fui de Thurabaz para no tener que aguantar peleas y borrachos, y los torneos aquí significan precisamente eso. Me quedaré en la tienda para atender a aquellos que como yo no les gusten esas cosas. - dijo Silf de forma clara y concisa, repondiendo así a la broma de su sobrino.

- Eso sí, al menos queda bien con el Rey y el consejero, que nuestra tienda puede despegar mucho más aún si cuentas con el Rey o alguno de sus hijos como clientes. - Silf, aunque no tenia tu olfato de negociante, si conocía mucho mundo y era capaz también de ver las oportunidades cuando se la presentaban.

Ralnin se frotó las manos.- Bueno, ya habéis oido a la jefa. A trabajar, que tenemos que sacar este negocio adelante! Cecilia, ve separando algunas piezas, yo tengo que volver atrás para dejar lista una caja musical que realmente podamos enseñar, y además tengo que preparar una reunión importante en el torneo. Tendremos que preparar stock extra. Venga, volved al trabajo. Podemos hablar en privado, tía Silf? - Ralnin llevó a su tía a un reservado, donde pudieran estar solos.- De verdad creo que deberías leer la carta de tu sobrino Darnug. - Esperó a que su tía leyese la carta.- Como puedes ver, la reunión con el Rey va a tener que tratar de asuntos más urgentes que vender mercancía. Si los Varlakianos avanzan, podría significar conflicto abierto, y condenar a lo que queda de nuestra familia y clan. Tengo que ver la disposición de la cámara real antes de elegir un plan de acción, pero me vendría bien tu opinión sobre el asunto. Tenemos que hacer lo que podamos para ayudar a los que quedan en casa.

Tu tía al leer la carta y escucharte no pudo evitar poner una cara de cierto malestar y en parte también de tristeza.

-¿Cuántos miembros de la familia más tendremos que perder hasta que los Thargun queden satisfechos? Si bien es cierto que tenemos que hacer algo... Espero que tengas ese piquito de oro listo para sonsacar toda la ayuda que puedas de ese amigo tuyo y el Rey durante el torneo... - sentenció Silf antes de dirigirse a su casa.

Tus aprendices y Celia empezaron a preparar la mercancía para el día del torneo...