Hará dos semanas que partiste en busca de respuestas sobre tus padres.
Ya hace 11 años que los perdiste, y aún no sabes la causa ni el porque, y Amres tampoco quiso darte muchas más explicaciones, ni sobre las circunstancias de su muerte, ni sobre tus padres, a los que apenas recuerdas. Ignoras si trata de ocultarte algo, o si el recuerdo de tus padres aún le resulta doloroso.
El caso es que recién cumplidos los 15 años, decidiste partir en busca de tus propias respuestas; Amres mencionó en alguna ocasión Helience, y la posibilidad de encontrar a gente que conociese más detalles sobre tus padres, ya que fue en el último lugar en el que vivieron antes de morir.
Tras atravesar el Bosque Escarlata con sus otoñales paisajes, empezó a vislumbrarse, la ciudad de Helience; acostumbrada las grandes urbes como Anticum, en principio no creías que te pudiese sorprender, pero la ciudad rebosaba un ambiente místico a la vez que misterioso que hizo que aligeraras el paso para llegar lo antes posible.
Las calles estaban repletas de gente, no podía ser menos, el llamamiento del Rey Stenon había atraído hasta Helience a una gran cantidad de aventureros, evento que pretendías usar para pasar más desapercibida, pues sabías de sobra que Amres habría enviado a alguien tras de ti, si es que no aparecía él en persona...
El caso es que tenías toda una ciudad delante de ti para explorar, y en ese momento estabas entusiasmada con esa idea...
Pues Arie, como se ha dicho antes, está bastante entusiasmada por ver todo aquello: miles de calles misteriosas por descubrir y curiosear. Sobretodo sin la vigilancia de Amres, que a veces puede resultar algo agobiante, aunque tiene que admitirlo: le echa de menos. Pero debe conseguir entrar en contacto con las personas que pudieran contarle algo sobre sus padres, cueste lo que cueste. Y lo peor es que no sabe por donde empezar, ni siquiera a quien buscar: habrá que contar con la suerte...
Aunque antes, Arie ha decidido que va a echar un vistazo a la zona comercial y a la cultural: podría hasta comprarse algún bonito recuerdo. Pero no muy caro, ya que sin duda, le queda demasiado camino por recorrer.
Arie siempre lleva puesta su peculiar capita y de vez en cuando se baja aún más la capucha con el objetivo de que nadie consiga distinguir bien sus rasgos. Como su pinta no es sospechosa y cuenta con su dulce voz y su físico delicado, espera que nadie le pida que se descubra.
Empiezas a recorrer las calles de Alese y empezaste a oír nombres de personas, héroes recitando sus hazañas, rumores que corrían por el reino, una mezcla de todo en medio del gran gentío que se había reunido con motivo del llamamiento.
Y en medio de tu búsqueda de información y algún pequeño recuerdo, pasó por tus oídos un nombre que sí te resultaba familiar, Cuncius, ese nombre lo habías oído de boca de Amres antes.
Pues por curiosidad se acerca a un guardia y le pregunta con suavidad:
- Disculpe, señor guardia, me gustaría saber si conoce el paradero de un hombre llamado Cuncius. Soy extranjera y me han dicho que podría ayudarme con un problema. Le ruego su ayuda (hace una pequeña pero bonita reverencia).
- ¡El señor Cuncius es el consejero del Rey jovencita! Y dada la situación actual no recibe a nadie salvo que sean aventureros que deseen participar en la misión que encomienda el Rey. - Dijo el soldado con un tono bastante militaresco.
- De todos modos, puede acercarse a Palacio dentro de unas semanas cuando todo esto haya acabado y solicitar una audiencia.
- Muchísimas gracias, señor guardia. Me temo que no podré esperar tanto tiempo así que iré a Palacio.
Se retira entonces primero a Palacio, para ver si allí se puede informar algo mejor sobre esa misión de la que tanto se habla. Pero mientras se fija en el panorama, incluso si ve a alguien conocido o que le pueda resultar algo interesante.
Te dirigiste a Palacio, pero al llegar viste un control de acceso, que solo permitía el paso a grupos de aventureros para ser evaluados para la misión que tenía preparada el Rey.
Arie suspira profundamente y decide dejar el lugar: ella no tiene grupo, así que o lo busca o se las apañará de alguna otra manera para entrar en contacto con Cuncius. Así que va tarareando una bonita canción mientras se va a la zona comercial, vagabundeando con la idea de, al menos, comprar algún objeto bonito. Dos semanas no será tanto tiempo... Y es que ¿quién va a querer a una cría en un grupo de aventureros?
Sabemos de sobra los gustos de Arie: todo lo que sea bello y delicado es de su agrado. Aprecia la buena artesanía casi por encima de todo.
Canción: I´m walking in the air de Celtic Women.
Empezaste a recorrer las calles más centrales de Helience, viendo todo tipo de tiendas: armas, armaduras, vestidos, joyas, nada que no pudieses encontrar en Anticum.
O eso creías, hasta que viste un bonito escaparate lleno de juguetes y muñecas, con bailarinas y todo que se movían, de hecho alguna te resultaba algo familiar...
Observando con algo más de atención te diste cuenta de que entre los recuerdos de tus padres, tienes alguna figura de la misma manufactura que la de la tienda.
"Así que mis padres pasaron por aquí" piensa sonriendo "Quizás podría entrar aunque sea para ver y... preguntar..." Mira otra vez el escaparate y se decide al final a entrar, no sin cierta timidez.
¿Qué muñeco de la tienda era el que tenía Arie? Hagamos memoria
Saliste de la tienda y viste que el panorama de la ciudad cambió por completo. Muchos de los aventureros abandonaban la ciudad al parecer porque se celebraría un torneo para decidir quienes irían a la misión del Rey y tendrían una audiencia con él y su corte. Lo cual te dio una idea de como podrías hablar con ellos antes de un mes que te habían dicho los guardias de Palacio.
Al regresar a la plaza principal de la ciudad, viste una cola delante de las puertas que conducían al castillo, posiblemente para apuntarse a dicho torneo.
Arie suspiró mientras miraba dicha cola y pensó que quizás le tocaría participar en ese dichoso torneo. No era algo que le apeteciese en absoluto, pero sería la única manera de hablar con Cuncius y conseguir la información. Por todo lo que le ocultaba Amres, sabía que en la historia de sus padres había demasiados cabos sueltos...
Así que se dirigió a la cola sin dudarlo.
Te pusiste en la cola, que avanzaba lentamente pero sin pausa. Mientras estabas en dicha cola te llamó la atención una pareja que parecía discutir con el soldado al cargo de la lista y que el que parecía el hombre se tuvo que llevar casi a rastras a la chica que discutía con el soldado.
Una vez llegó tu turno el soldado te miró y te preguntó: - ¿Nombre? Imagino que se apuntará para el torneo individual - notas que el soldado te mira con cierta duda y continuo con las preguntas: - ¿No eres muy jovencita para meterte en un torneo de este tipo?
Arie sonrió levemente cuando dijo eso el soldado:- No se preocupe, soy mayor de lo que aparento. Mi nombre es Tenanye Brie.
Dice todo esto mirando al soldado con tranquilidad, confiando en que le inscriba en la lista y no haya mayores problemas.