Partida Rol por web

Se dio la vuelta sorprendida al escuchar la voz de Inzar, el mercenario habia salido bien parado de aquella aventura. Una lastima para Syara le hubiera gustado ver como caia el dragón.

-Yo soy Syara.

Penso en el joven mercenario, tenia sus dudas sobre que el muchacho los acompañara, no sabia si en algun momento podria volverse contra ellos, no obstante no dijo nada.

-Bueno sera mejor que nos pongamos en camino cuanto antes.

-Confío en que así sea, Inzar.

Comentó el mago, sonriéndole algo.

-Yo soy Seryuu. Soy un silfo, de lo mas profundo de los bosques. Si lo que deseas es seguirnos, que así sea. Tal y como he dicho me agrada tu presencia, y confío en que no te rebeles contra nosotros.

Luego se puso al lado de Syara.

Por un segundo, y aunque la muchacha no entendía muy bién porqué, oprimió su mano con la de él. Acto seguido una voz en su mente se apoderó de la misma.

-Debemos de vigilar al guerrero. Su naturaleza es neutral, por lo que es posible tanto que se nos rebele como que nos sirva de ayuda. En todo caso, mantente alerta.

Luego de aquello, le soltó la mano pero siguió caminando a su lado, mirándola primero y luego posando su vista en el frente.

Sintio el contacto de Seryu y escucho sus palabras, pero no le vio mover los labios, lo cierto es que los poderes del silfo cada vez la sorprendian más. No sabia si el podia escucharla a ella, por lo que le miro y asintio. Estaria alerta.

Evidentemente el mozalbete estaba ignorante de aquella ligera desconfianza echó a andar junto con ellos, y al cabo de póco comenzó a hablar para romer el hielo sobre algunos pueblos que había visitado, sus gentes y los paisajes. Su cháchara fue saltando de territorio en territorio, habiendo pasado de Zanda a Orem, y ahora a Shrae.

-Nunca habéis visitado la isla del Gran Jag? Es toda una experiencia, hay criaturas muy extrañas que viven ahí, pero en su mayoría tranquilas.

Dejó de nevar al poco a medida que avanzaban por el bosque, aunque con algo mas de trabajo que por el camino principal. Allí en la espesura estaban libres de miradas de los viajeros de turno que pudiesen haber por el camino, y si alguno se asomase un poco de entre el verde podría apreciar la carretera del Carámbano en toda su extensión. Faltaba menos para la capital, quizá poco mas de medio dia a pie si seguían a ese ritmo. Rozaba el medio dia en ese instante, y siendo el momento del dia en el que la gelidéz de Zanda se replegaba en su mayoría al menos hacía mas llevadero el trayecto. Se respiraba humedad de entre las plantas, y cada poco entre los arbustos se escuchaba movimiento, seguramente de algún animal pequeño que se asustaba con los pasos de aquella companía.

Su andar continuó de manera pacífica y calma. Su cuerpo relajado mantenía una postura y una esencia de quietud máxima, mientras que sus pies dejaban un rastro bajo los mismos entre la hierba.

Apenas audibles, los estímulos sonoros provenientes de las entrañas de la tierra se podían identificar como pequeños animales que allí habían encontrado el cobijo de la madre Gaia. Sin embargo, era menester conocer todos los detalles de aquella realidad y de si en verdad resultaban ser solo pequeños animalitos.

-Aguardad un momento, compañeros. Solo unos segundos.

La energía los delataría. Las criaturas de Gaia acudirían a la llamada de la naturaleza. No así los humanos, quienes no estaban preparados para escuchar un sonido de tan baja frecuencia.

Colocó el bastón color de la perla en su diestra. Con ella aferrada, clavó el extremo inferior en tierra suave y cómodamente. De ella brotó una energía que pareció extenderse por la pradera. El simple hecho de hacer aquello debía de atraer a todo elemento vivo hasta él.

No tardo en cambiar el panorama, de entre los arbustos surguieron por lo menos una docena de Tognias: parecían gatos pequeños de pelaje plateado, y su característica cola con multiples rizos y reflejos nacar relucía a la luz del sol. Pese a que usualmente eran tímidos salieron al encuentro del mago, y ronroneaban frotandose en sus piernas revelando una actitud afectuosa. También resultpo cómico que unos cuantos pájaros variopintos que estaban entre los árboles bajaron a posarse sobre los hombros, los brazos e incluso uno se atrevió a intentar sentarse en la cabeza del muchacho, trinando animadamente. Los que no llegaron a ocupar un "lugar" antes de que no hubiese sitio se posaron por el suelo.

Hasta un topo de nieve asomó de entre la misma para unirse a aquella escena tan peculiar.

-Esto no se ve todos los días

Tosió un poco, bromeando. El muchacho luego se acuclilló y posó una mano con suavidad sobre el lomo de uno de esos felinos, y le acarició. El animal se vio encantado sin duda, ya que ronroneó algo mas fuerte (aunque era poco perceptible esto debido al sonido general que reinaba). Algún otro Tognia al ver esto se acercó también, buscando algo de atención.

Escuchaba a Inzar hablar sobre los diferentes paises con algo de envidia, ella nunca habia salido más alla de una pequeña parte de Zanda, de hecho lo mas lejos que habia llegado era precisamente hasta alli.

-¿Isla de gran Jag? creo que no, nunca he estado alli

Seryu iba algo más callado de lo habitual, y ciertamente lo comprendia ya que la ligera desconfianza que habia ocasionado Inzar los tenia alerta a ambos. El silfo continuaba algo meditabundo cuando de pronto se paro y la innuhe pudo observar como todos aquellos animalitos acudian a el, una magia preciosa sin duda.

-No, no se ve todos los dias -Syara sonreia, mientras ella tambien se acerco a los hermosos Tognias y acuclillada empezo a acariciar uno.

Cubierto de aves y Tognias, el muchacho comenzó a reir alegremente. Aquello era algo único, le habia pasado varias veces pero las experiencias siempre eran diferentes.

Comenzó a acariciar el lomo de una ave y colocó la mano de tal modo que un tognia llegó hasta ella, sentándose sobre esta. Entonces comenzó a acariciarlo levemente...

-Al menos ahora sabemos que aqui solo viven animales... y que no estamos en peligro.

Comentó, sonriente y encantado por la situación que él mismo había provocado

-La isla del volcán de Shrae -suspiró- ahí van los enviados de Alanku a cazar elementales de fuego. Es una pena, no parecen criaturas dañinas las pocas veces que vi uno de cerca.

Dió un leve manotazo al aire, cuando notó que hasta los insectos estaban revoloteando alrededor. Y mirando con cuidado si, podían percibirse algunos de los escasos invertebrados que se habían adaptado al clima frío.

Levantó al Tognia que estaba acariciando con una mano, sin brusquedad. Era algo curioso ver a un guerrero tan curtido en aspecto tratar con amabilidad a una criatura tan delicada.

Hizo bajar a todos los animales y despues de acariciar a un tognia que parecía ser una cria, lo dejó en el suelo, y reanudó su marcha.. Había recuperado su sonrisa, y ahora miraba a la muchacha bastante sonriente.

-Es mágico...pero aun así, bueno, tenemos que llegar a la ciudad, recuerda.

Comentó, tratando de recuperar la compostura. Poco a poco siguió la marcha hacia la ciudad. Aquella experiencia había sido inolvidable, aunque corta, puesto que habían cosas mas importantes que hacer, por desgracia.

El muchacho dejó bajar al animal con un pequeño brinco de parte del mismo a tierra.

-He visto muchos magos crear bolas de fuego, rayos y cambiar el clima, entre otras tantas, pero unos cuantos no podían acercarse a un Tognia sin que saliera disparado a esconderse

Comentó, riendo disimuladamente. Emprendió marcha caminando a la siniestra de Seryu y haciendo una seña a Syara para que no se quedara atrás. Conforme pasaba el tiempo Iznar parecía acostumbrarse mas a la companía, dejando ver un lado bastante distendido y afable.

-Falta poco para llegar a la capital, probablemente una hora mas de caminar.

Con algo de lástima, Syara se alejo de los hermonos Tognias y continuo con su camino.

-Tienes razón -le dijo a Seryu- Además tengo ya ganas de llegar...

-¿Qué harás cuando lleges?

Comentó, curioso, dejando que se pusiera a su lado. La miró interrogante.

-Yo recuerdo que te dije mi misión allí, y ahora es posible que podamos aumentar la información, con la confianza que nos tenemos.

Volvió a cojerla de la mano, y automaticamente  su voz resonó en la cabeza de ella.

-Mi misión fué una misión encomendada por los silfos y las hadas del bosque: Preocupadas por la destrucción de la vida, me mandaron a camuflarme entre los humanos, habiendo vivido entre ellos se me hacía mas facil que cualquier otro de mi raza. Preocupados por la tiranía de Gamias D´Thyre, necesitan una razón por la que hace estas cosas y ver si lo podemos solventar. Si no es así...mi misión es detener este mal que asola nuestra tierra. Ahora... no hace falta que hables, solo piensa. Mantendré el contacto mental un momento más: Es buen momento para que practices ese enlace..

Por un momento quedó callado, aunque al momento la voz volvió a sonar, algo tímida.

-Ah si... en realidad el contacto físico de las manos no es completamente necesario... ayuda a la conexión, pero he conseguido tal nivel que no es necesario.

Luego la soltó de la mano, algo avergonzado. Aunque realmente no lo mostró, al menos no demasiado, manteniendo su marcha hacia delante.

Dejó que Seryu volviese a tomar su mano, le gustaba el contacto de su piel, sus manos eran sorprendentemente suaves.

Decidió que ya era hora de contarle un poco más sobre ella y lo que había venido a hacer a Seiní. Se concentro en su misión y trato de transmitírselo al silfo.

-Nuestros objetivos no son muy diferentes. Mi padre me encomendó la misión de venir hasta aquí, ya que debido al hermetismo de mi pueblo es difícil que lleguen las noticias y necesitamos, nos preocupa saber sobre D`Thire. Ya que su ambición debe ser muy grande si ha llegado a nuestros oídos.-paro un poco, su padre le había mandado sola si, y había una explicación para ello. -El motivo por el que me encomendó la misión es porque en su opinión ya debería haber encontrado a mi espíritu lobo. Creo que el deseaba que lo encontrara en el camino...

Miro a Seryu cuando le confeso que el contacto físico no era realmente necesario y se sintió algo decepcionada cuando le soltó la mano, aunque tampoco dio muestras de ello.

-Comprendo...

Había prestado atención a sus palabras, pero, sobre todo, a sus emociones ante todo. La sensibilidad a la naturaleza lo hacía en cierto modo sentir emociones de otros, saber en qué estado de animo se encontraban. Sin duda se percató de la desilusión que le había dado que no siguiera aferrándole la mano. Pero... ahora ya era demasiado evidente, si lo volvía a hacer.

-Y.. ¿No has encontrado aún tu espíritu lobo?

Era una pregunta estúpida, se dió cuenta después de hacerla.

-Bueno, seguro que en algún momento conseguirás sacarlo. No te preocupes, esas cosas son como la magia, y la magia no se puede encorsetar o oprimir, solo...canalizar, dejar que fluya.

Le sonrió agradablemente, y luego se volvió al guerrero, aunque después de quedarse mirándola unos segundos. Volvió a hablar, y no a transmitirle pensamientos a la chica.

-Me agrada tu cambio de planes. Si conoces seiní, por favor, ¿Podrías hablarnos del lugar? Y sobre todo de lord Gamías. Nos harías un grán favor.

-Uhmmm... vaya si has elegido un tema con bastante jugo -Iznar rascó la cabeza algo pensativo- pero por partes. Seiní es un gran lugar, hay muy buen ambiente y suelen dejar el paso a cualquiera tras un pequeño reconocimiento inicial. Claro que hay mas vigilancia que en ningun otro sitio y pueden estar monitoreando cada calle practicamente. Tener un trozo de terreno ahí es como un tesoro, en estos tiempos... -Mientras andaba, el muchacho iba reafirmando los protectores de hueso y movió algo los hombros como desperezandose- Hay mucha buena fé. Despues de todo eso representa la capital, hospitaildad y fé, el espíritu de Zanda vamos. Hay algunas personas que acampan por un tiempo allí armandose tiendas por algun callejón o donde no estórben ya que las plazas libres en cuanto a viviendas estan ocupadas desde hace años. Aunque bueno siempre se esta intentando construir mas sitios donde vivir, sobre todo hacia arriba. Mientras no transpases el muro que separa al castillo con el resto de la ciudad...

Las palabras tranquilizadoras de Seryu la animaron un poco.

- Acabare encontrandolo... -dijo con una traste sonrisa.

Después escucho con atención a Inzar ya que poco sabia sobre Seiní en realidad. Pasarian un reconocimiento inical y despues tendrian que buscarse un sitio donde vivir, cosa que por lo que contaba el mercenario no era demasiado dificil.

El muchacho continuaba hablando sin enterarse demasiado de la preocupación de aquellos.

-Bueno el rey actual esta con una leyenda negra encima, era el único pariente vivo de la familia real que quedaba para ocupar el trono y la verdad la gente no está nada contenta con su idea de "unificar" todo el reino,  o lo que es lo mismo, poder saquear a gusto lo que quiera y cuando quiera.