Partida Rol por web

CID-2 vio cómo se acercaba la otra planta, pero mantuvo su ataque de pistola contra la primera. Si podían derrotarla rápido, las otras dos serían más fáciles.

Pero de vuelta, la mala suerte hizo que el disparo pasara rozando al enemigo sin hacerle daño.

Paralizada por un instante, Nueve comenzó a moverse con torpeza alejandose un poco de la planta que la había rociado. Ahora le tocaba rociarla a ella con sus glándulas de ácido...

Twaku seguía esquivando y seguía atacando. Sus compañeros parecían estar a otras cosas y, una vez más, se las veía solo contra un enemigo. Aquel grupo trabajaba, aparentemente, poco en equipo. Pero lo cierto era que Twaku estaba acostumbrado a hacer las cosas sólo. Con un salto hacia un lado, alejándose de la criatura, no pudo esconderse, pero el disparo fue efectivo y de nuevo causó daño a su enemigo. Quiso hablar y decirle algo, pero eso implicaría respirar, y prefería seguir aguantando la respiración. 

Karzar apuntó de nuevo a la planta que parecía estar dirigiéndose hacia CID-2 y apretó el gatillo con una sonrilla siniestra. Su rostro rápidamente cambió a confusión cuando su arma no disparó. Un pequeño error de cálculo mental suyo había provocado que disparara cuando aún se estaba refrigerando, añadiendo unos cuantos segundos más a este proceso.

Karzar, en su apuro, falló su tiro. Cid-2, a su vez, hizo el intento, pero también falló. Mejor suerte tuvieron Twaku y Nueve, que lograron causarle algo de daño a la vracinea que tenían en frente. Las plantas, por su parte, intentaron contra atacar, pero esta vez la suerte no les sorió.

El Ysoki movía los bigotes con nerviosismo. Ese combate estaba durando demasiado... ¡Eran plantas, por todos los dioses! Repitió la maniobra, pues se daba cuenta de que estaba funcionando, y trató de -por fin- acabar con su enemigo. 

El asalto con láser no había funcionado, así que CID-2 cambió a su espada y atacó a la planta que se le acercaba.

El vesk disparó su arma a la planta que tenía en frente, dándole de lleno e iluminando a los dos con esa caliente luz naranja que desprendía su arma. Una sonrisa triumfal apareció en su rostro al ver que dió de lleno a su oponente.

-¡Muere, ensalada!

Algo más alejada del peligro, Nueve comenzó a acumular energia y envío tres proyectiles mágicos a la planta que había esquivado con tanta facilidad su bocanada de ácido.

Los tres proyectiles mágicos salieron disparados, impactando de lleno en la criatura...

Karzar logró causarle mucho daño a la planta con un disparo certero. Cid-2 también tuvo suerte, logrando herir a la planta que tenía en frente, aunque esto pareció enfurecer a sus oponentes, por lo que contra atacaron. La tercera se había resistido hasta ahora, pero entre Twaku y Nueve lograron darle una buena paliza, aunque todavía seguía en pie, lo que le permitió, ahora que la tecnomancer había llamado su atención, acercarce para darle un buen mordisco.

El Grupo de guardianes, estaba siendo castigado por sus atacantes de una manera contundente. Estas plantas no eran meros zombis, aparte de resistentes, eran muy eficaces en el combate cuerpo a cuerpo. Nueve, comenzó ha evaluar las posibilidades del grupo y sus cálculos dedujeron que si continuaban luchando uno contra uno, seguramente caerían uno a uno.

- Concentremos ataques para ir eliminando oponentes, en uno contra uno, difícilmente podremos contra ellos.

Pero Nueve, tenía otro inconveniente, mientras tuviera tan cerca una de aquellas criaturas, no podía lanzar hechizos sin exponerse a bajar las defensas y recibiera un desafortunado golpe, por lo que decidió reactivar sus glándulas ácidas, derivando parte de su energía.

Twaku agradeció a Nueve su ayuda. Entre dos acabarían antes con aquella planta. El Ysoki se movía de un lado a otro, y mientras disparaba le comentó a su compañera. 

- ¿Cómo es posible que haya plantas así, Nueve? ¿No se supone que deberían haberse ido hace mucho? - estaba malherido, pero tampoco estaba acabado. Aunque no pudo sino agradecer que la planta le dejara un poco. El tentáculo de aquella cosa, abofeteó a Nueve con tanta fuerza que si hubiera sido el Ysoki, de seguro estaría sangrando por la comisura del labio. Pero los androides no sangran... ¿no? Sumido en sus pensamientos, falló el ataque. 

Agitó la cabeza, tenía que concentrarse. 

- Me encantaría ir hasta allá a ayudarles - replicó CID-2 - pero me temo que este arbusto está siendo un poco intenso -

Siguió cortando con su espada, tratando de llegar al tallo principal. Se movió apenas un poco para acercarse a Nueve y Twaku sin bajar la guardia.

-¡Entendido!-Exclamó el Vesk antes de deslizarse hacia la planta cargando su arma.

Una vez estuvo cerca, descargó el láser en la criatura, iluminando de nuevo su alrededor de naranja.

Karzar se aleja de la planta para intentar cubrirle las espaldas a sus compeñeros, pero no logró evitar que la otra planta le hiciera algo de daño a Nueve, nada grave por el momento. Cid-2 le asesta un buen golpe a la planta y se mueve para intentar reunirse con sus camaradas, justo a tiempo para esquivar el contraataque. Twaku falla su ataque, pero el chorro de ácido de Nueve consigue dejar a la planta muy debilitada. Mientras tanto, la planta que peleaba con Karzar decide acercarse y darle otro mordisco, pero falla en su intento.

La suerte ya le estaba sonriendo demasiado. CID-2 falló el ataque pero se acercó un poco más a sus compañeros.

- ¡Acabemos con ella y vayamos a ayudar nuestros compañeros, Nueve! - dijo Twaku tratando de inspirar a su compañera androide. Aunque, por otro lado, ¿Servía de algo animar a un androide? Seguramente en su cabeza se sucedieran los cálculos continuos para hacer los mejores ataques, las mejores defensas o las probabilidades de victoria. El Ysoki suspiró y miró a Karzar, al menos había alguien que entendería su pensamiento. 

Karzar esquivó de forma grácil el ataque de la planta, interponiendo su resistente armadura entre los dos. Rió en alto cuando el ataque rebotó contra esta y miró a sus compañeros. En ese momento se dió cuenta de que acababa de girar en la dirección contrária, costándole un asalto entero para dar la vuelta y poder apuntar a sus oponentes.

Aunque no pudiera atacar, sacó pecho y se interpuso entre Nueve y la planta, ofreciéndole algo de cobertura ante sus ataques pero sin limitar su capacidad de golpear al oponente.