Partida Rol por web

Ves cómo Cassie entra en el cubo 253 y la compuerta se cierra. Permaneces de pie, fumando. Estás sola.

Siento una extraña calma en mí interior. La egocéntrica celebridad me tenía de los nervios con su histeria, su voz condescendiente y egocentrismo. Le doy una lenta calada a mi cigarro mientras pienso en el fotógrafo. Él empezaba a caerme bien. Expiro el humo observando cómo se contonea en el aire, libre y sin gravedad. No puedo quedarme de brazos cruzados.

Pensaba que finalmente me habían pillado. Y esto podía ser una especie de prisión en fase de experimentación. Pero todo esto es demasiado extraño. En definitiva, un rompecabezas. De pronto caigo en el móvil. Lo saco y compruebo la cobertura y ya de paso compruebo si hay algo extraño en él. Busco una llamada o un mensaje extraño. Alguna pista.

El móvil no tiene cobertura. Tampoco hay nada extraño, ninguna pista que te diga algo de este lugar.

Con un resoplido expulso de nuevo el humo cabreada de la incertidumbre que me rodea. Voy a la compuerta que señalaría las 3:00 9:00 y presiono la plataforma. Igual la voz del hombre que escuchamos antes sigue ahí. 

Esa es la puerta por la que ha salido Cassie. ¿Quieres salir por ahí?

Subes la escalerilla y abres la compuerta. Ves un cubo blanco, vacío y aparentemente en calma. Los números son 252 (del lado del que vienes) y 251 (del lado del cubo que estás viendo).

Cuando abro la compuerta y compruebo que es otro estúpido cubo igual que en el que estoy, pongo los ojos en blanco. No sé de qué me sorprendo en realidad. Me fumo la última calada del cigarro y lo apago junto al número 252 para después arrojarlo detrás de mí. Me adentro en  la la “nueva” sala exhalando el humor hacia arriba.

Por un momento el cubo estaba tranquilo. Pero percibes que las luces bajan levemente su intensidad. Notas que el aire empieza a volverse más denso, empieza a oprimirte el pecho, a oprimirte todo el cuerpo. Los oídos te comienzan a doler y oyes un pitido. La presión en el cubo está aumentando.

La presión sólo te produce un fuerte dolor en los oídos. A los pocos minutos (que se te hacen insoportables), la presión vuelve a la normalidad y el pitido va desapareciendo gradualmente. El cubo está tranquilo.

Al entrar el cubo parecía exactamente igual que el otro. Pero de pronto algo se torna diferente. Las luces disminuyen su intensidad y empiezo a notar el ambiente muy cargado, como si algo me oprimiera y presionara el cuerpo. Me arrodillo tapándome los oídos a causa del dolor, incapaz de moverme por unos instantes. La sensación es como si estuviera en el fondo del mar incapaz de aguantar la presión. Y lo primero que noto es el fuerte dolor en los oídos provocándome que grite de agonía. Me tumbo al suelo sintiendo que no puedo soportarlo mucho más. Pero de pronto y de forma gradual la opresión va desapareciendo. Aprovecho para levantarme con la rapidez que puedo y asustada para llegar hasta la compuerta que tengo en frente. 

La puerta está bloqueada. Suena un ruido de error y no se abre.

Golpeo la puerta consciente de que no puedo forzarla y corro asustada tapándome los oídos hacia la puerta de la derecha. Quiero salir cuanto antes de este cubo, antes de que pueda bajar la presión de nuevo. 

Te diriges a la derecha de la puerta bloqueada. Abres la puerta que da al Cubo241. Blanco y aparentemente en calma. No hay nadie. El techo está algo ennegrecido.

Hueles el aire de la habitación en busca de algún olor extraño.

Al abrir la puerta me quedo dubitativa en la trampilla de entrar o no pues el techo está ennegrecido y algo me dice que no es bueno. Puede ser humo u otra cosa. A saber. Asomo mi rostro un poco y olfateo el ambiente. Busco humo, incluso el humo del cigarro de Cliff. Quizás haya pasado por aquí.