Partida Rol por web

King fue caminando a paso presuroso, no se cansaba demasiado y los pies descalzos siempre habían sido el único vehiculo que tenía. Al notar que la Elfa parecía ir a buscar algo, el muchacho levantó una ceja al notar que se trataba de un niño y de manera inocente no pudo evitar soltar un.. -Una botana para el camino. -En claro tono de broma pero que escuchado por los demás y por parte de un sujeto de su contextura no parecía verse como una. Sin embargo, para quien le girase a ver el muchacho esbozo una sonrisa y movió las manos dejando en claro que no era en serio.

Continuaron con su camino hacia donde estaba el hogar de la Diosa, un lugar que no parecía demasiado grande para algunos pero para King era perfecto, un lugar con techo y patio le bastaba, mientras pudiera moverse con algo de libertad le parecía bien, además siempre tenía la claridad de que podía salir todo el día y luego volver solo a dormir, puedes sacar al monarca del bosque pero nunca el bosque del monarca. -Jajajaja...El jabalí albino tiene un buen sabor si se cocina a fuego lento. -Se giró hacia el tipo de cabello blanco mientras le encaraba con una enorme sonrisa afilada, casi desafiante, aunque no había muchas formas en las cuales el pelinegro pudiera expresarse. -Espero no arruines la comida, blanquito. -Realmente no quería que aquel Jabalí quedara mal. 

Volvió a mirar a la Diosa mientras levantaba uno de sus brazos a modo de aceptación. -Bien, vamos allá. Espero duela como el demonio. -Pronuncio con la gran sonrisa que le caracterizaba mientras seguía a su Diosa. La fuerza estaba cerca y no le importaba demasiado como fuera que le entregaran la Falna, mientras pudiera hacerse más fuerte todo le valía. Miro a sus compañeros antes de irse. -Si me dejan una cama pequeña, los mato. -Nuevamente su tono de broma no parecía ser una broma.

Finalmente habíamos llegado, no pude contener un suspiro de asombro cuando vi la fachada, ¡es preciosa! Tiene toda la pinta de una casita cálida y acogedora como... como... Nada, me encanta, además al entrar es enorme, nada que ver con lo discreta que es por fuera, por más que se note que ocupa toda la manzana.

Entramos y después de que la diosa llama al primero dejo con cuidado en el suelo al pequeñín que traigo a mis espaldas.
—¿Puedes caminar? Vamos a sentarnos allí, ¿sí?
Tomo su manito y ando despacio hasta el salón, mirando todo alrededor. Se me empiezan a humedecer los ojos. No puedo creer todo esto, no sé si nos lo merecemos, yo soy una completa novata sin ninguna clase de mérito, ¿está bien que nos den todos estos lujos?
—Parece que viviremos aquí de hoy en más —le digo al niño, con la más tierna de las sonrisas, pero enseguida se me escapan las lágrimas. De verdad no puedo creerlo, es tanta la alegría que no sé qué hacer.

Nos sentamos en uno de los sofás, mirando todo alrededor con los ojos hinchados, pero bien sonriente. ¿Y será todo esto sólo para unos pocos? Aquí podría vivir un montón enorme de gente sin problemas.
Y me ruge la barriga.
—Uy.
Hay en una mesita de té un frutero con manzanitas de buen aspecto, pero cuando el pequeño estaba levantándose para ir a buscarme una, lo detengo y con suavidad lo regreso al sillón.
—No, primero hay que pedirle permiso a doña Eris, esas frutas son de ella, ¿vale?
El niño asiente tímidamente.

Finalmente allí se encontraba Marianne junto al resto de sus compañeros, en aquel lugar que tenía apariencia de castillo en su interior. Más allá de la sorpresa general y lo que conlleva estar con un lobo allí dentro, le llamó muchísimo la atención que Vivienne se haya traído un niño consigo. Seguramente sería su hermano, aún así era muy peligroso el lugar donde debían ir de expedición y no sabría la joven que peligros podrían encontrarse todos, al margen de que no era de su incumbencia. 

Y por esto, prefirió dejarlos solos mientras aquellas palabras de la Diosa iluminaron los ojos de la peliverde. Quería explorar, no podía estarse quieta y a ello fue, quizás repitiéndose así misma que no podía ir a la última planta. Pero eso no le impedía continuar explorando, así que en cuanto observó una escalera a su alcance, subió junto a Nieve. Le interesaba conocer un poco más el lugar en donde estará y habituar a su lobo con los olores. 

Seguro sería divertido, es más observó a sus dos compañeros por sí querían unirse también. Ella conocería cada rincón como la palma de la mano. ¡Eso lo tenía muy claro!

La elección de King como primero en obtener la falna de Eris me parece de lo más lógica. ¿Quién no querría apresurarse a tenerle en la familia? Si era doloroso el tenía pinta de no quejarse y desalentar al resto, de hecho apostaría a que viene diciendo que a él le ha hecho cosquillas...

La idea de jabalí para cenar me hace salivar pero mi curiosidad por el niño que traía consigo Vivienne iba en aumento e incluso superaba al interés que tenía por investigar aquel que sería nuestro nuevo hogar como parecía ir a hacer Marianne.

Acercándome al sofá donde ambos están sentados digo intentando entablar conversación:

Menuda casa tan impresionante. Me siento algo abrumado pero ver a dos personas tan unidas ya de inicio me hace sentir que esto puede ser un hogar estupendo. ¿Sois familia?

“Primero un lobo y ahora un niño, me pregunto que traerá el enano…”

Lance ignoró la presencia del crio, era de suponer que se trataba de algún familiar cercano a la elfa, posiblemente su hermano , tendrían su propia situación pero no era de su incumbencia, y si la dueña de la casa había permitido su entrada en la casa el no iba a ser quien se opusiera.

Al observar la fachada de la casa y luego el vasto interior, el joven no pudo evitar compararla con las diferentes viviendas de su vida, y aunque en cierto modo le recordaba al lugar donde paso los primeros años de su vida, sin duda este lugar no le resultaba tan repulsivo.

Los ojos de la peliverde parecían los de un niño emocionado por abrir su regalo de cumpleaños, claramente parecía dispuesta a explorar la casa con o sin los demás. Mientras, el salón parecía en medio de un momento emotivo que no le incumbia..., la decisión de a cual seguir era obvia.

-Comienza la adjudicación de habitaciones supongo…me pido una alejada de King, tiene pinta de roncar. – Con estas palabras Lance siguió a Marianne en su exploración, no sin antes dedicarle una mirada indiscreta al peliblanco, tenía un par de cosas que preguntarle, pero lo dejaría para después de entrar "oficialmente" a la familia.

—Ah, ¡Gerurun! —Al acercarse a nosotros el enano, lo recibo alegremente—. ¡Así es! Es mi bebote hermoso, su nombre es Vilfain.

El niño inmediatamente se esconde detrás mío, pegando su cara a mi brazo y aferrándose a mi ropa como si su vida dependiera de ello.

—Vamos, Vilfi, saluda. Gerurun quiere ser tu amigo.

Niega él con la cabeza, sin salir de su escondite.

—Oh, vaya... —Sonrío a Gerda—. Esto tomará tiempo, hehe.

Al ver que Lance siguió sus pasos, se detuvo para ir a la par y no pudo evitar el reír un poco ya que fue muy gráfico ese comentario sobre King. Se lo imaginó incluso roncando, así que añadió algo más a esa broma. 

—Oh vaya, yo también para evitar ese sonido gutural—dijo entre risas—. ¿Y tú roncas? ¿Debo elegir una habitación más alejada de ti?

Ya con un poquito de confianza, se atrevió a hacer esa broma mientras subían las escaleras. Además sería una buena oportunidad para conocer a su compañero y Nieve al parecer no tuvo inconveniente de que vaya con su dueña. Lo bueno es que ir de a dos, facilita la conversación y lo vio como algo beneficioso. 

—Por cierto... ¿Que te parece todo esto? —preguntó sonriendo—. No estoy acostumbrada en absoluto, pero bueno de ahora en más nos toca vivir dentro de los privilegios. 

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No puedo evitar sonreír ante la reacción del niño, escondiéndose tras su madre, pues me recordaba mucho a mi de niño. Es exactamente lo que yo hubiera hecho, incluso siendo más mayor que él. Claro que la respuesta de mi madre era diferente a la de Vivienne, muy diferente.

Es un placer conocerte Vilfain. Tienes ojos de fiero guerrero. Seguro que, cuando crezcas, te convertirás en el héroe más grande de esta casa. Digo en tono amable, intentando hacer sonreír al chiquillo.

Tras lo cuál sonrió a Vivienne y añado: El chico hace bien en desconfiar de gente que no conoce que porta martillos en la espalda. Esta bien educado. Río con esto último antes de preguntar sin saber muy bien cómo,  pues no quiero decir, delante del chico, cosas que quizás su madre no ha comentado con el: Pero... la... emm ya sabes, digo señalando hacia abajo no creo que sea un lugar... apropiado. El... ¿vendrá cuando bajemos?

La pregunta quizás sonaba absurda a algunos oídos,  pero tenía claro que, si hubiéramos vivido más cerca y no hubiera sido una carga, mi madre me hubiera llevado al combate lo antes posible para curtirme.

-Nadie me ha comentado que ronque...mucho, pero quien sabe, tal vez debería ser yo el que busque una habitación alejada de ti, no vaya a ser que acabe como aperitivo nocturno-Lance se encogió de hombros mientras sonreía ante al broma y la devolvió con las suya propia echando un vistazo al lobo. Las palabras no llevaban malicia alguna , sinceramente, el  animal parecía tan dócil  a su lado que no creía que fuera a atacarle mientras no causara problemas a la dueña.

-El echo de que consigamos Falna y…- Lance paró un segundo por una de las habitaciones y pasó un dedo por uno de los muebles, llevándose con él el polvo acumulado.- Una habitación polvorienta en una casa grande.... Sin duda es una buena oportunidad pero, los verdaderos privilegios habrá que ganárselos desde aquí. De echo quien sabe, puede que la casa sea una fachada y en realidad estemos endeudados, o Eris tenga un montón de enemigos y acabemos metidos en un montón de marrones, ¿Qué haría si fuera el caso? – En su caso particular había saltado al vació sólo por la oportunidad frente a él, y aunque su primera impresión de la diosa había sido favorable, no quitaba que se había metido en aquella familia a ciegas.

—Por supuesto que lo será —digo con alegría a la observación del enano—. Los genes los tiene. —Me llevo las manos a las mejillas, ruborizándome—: El guerrero más formidable, valiente, gentil, fuerte, apuesto... Aya, perdona, me he ido por las ramas.

Le dedico una mirada cargada de ternura a Vilfain.
—¿Verdad, príncipe? ¿Vas a ser un valeroso caballero que protegerá a todos?
El niño asoma un ojito para ver con curiosidad a Gerda, pero sigue sin responder nada.

Con la pregunta que hace el clérigo junto las cejas, variando apenas a una expresión severa, pero siempre risueña.
—¡Claro que no! Aún no. Él se quedará a cuidar la casa las veces que bajemos.
No le había dado importancia a ese detalle, imagino que mientras yo no esté, Eris podría encargarse de cuidarlo, no me gustaría que quede aquí solito en un sitio tan enorme. Será otra cosa de la que hable con la diosa cuando esté con ella.

Una sonrisa con tinte travieso se dibujó en el rostro de Marianne. 

—No me conoces y quizás por las noches me apetezca devorar compañeros, ten cuidado—dijo riendo, muy divertida y como Lance miró al lobo, agregó—. Él es el menos peligroso de los dos. 

Y le sacó la lengua, disfruta de la broma ya que era divertido para ella meterse con el rubio. Además mientras subían las escaleras la conversación se dirigió hacia su situación actual, momento en el que negó con la cabeza ante el pensamiento de Lance. 

—Hemos dado el primer paso a un precio, así sea todo una fachada bonita y ceremonial, ya estamos metidos en medio—comentó pensativa—. Tenemos mucho por hacer y no sé la verdad que nos espera, aún así será mejor que mi vida anterior. 

Aquella confesión fue sincera y preguntó:

—¿Cómo era tu vida antes de esto?

-Je, nada del otro mundo, era un simple vagabundo, buscaba trabajos aquí y allá intentando llegar a Orario de una pieza y sin morirme de hambre. La última estuve un grupo de mercenarios que escoltaban una caravana hasta aquí, fue un interesante último viaje pero un se cansa del techo de lona.– Aunque esa parte no cubría el total de su vida, era una descripción bastante acertada de sus últimos años de vida. Respecto a los anteriores, no había necesidad mencionarlos por ahora.–Ahora que lo pienso, hace unos años conocí a una elfa que también “devoraba” hombres por la noche… Aunque me sorprendería escuchar que te dedicabas a lo mismo que ella – Una sonrisa provocadora se dirigió hacia la elfa, era extremadamente fácil enganchar a Lance en una de aquellas conversaciones llenas de bromas yendo y viniendo, aunque en la mayoría de los casos acababa con alguna trifulca por haber ofendido a alguien.

Lo que ha contado Lance de su vida, de alguna manera hizo que Marianne lo viera de una forma muy distinta ya que ella había tenido una vida parecida. No sin techo, pero bajo unas exigencias que lejos estaba de ser un hogar normal y como todo al fin de cuentas se hizo con ello siendo parte de su vida. 

—Lo entiendo, en mi caso "mis padres" me dejaron en un ayuntamiento militar donde se entrenan en el arte de las armas. Aprendí de una forma exigente y crecí con ello, hasta que uno de los mentores que tuve me adoptó y he cambiado un poco de vida pero no demasiado—contó con sinceridad, aquel retazo de historia y dijo algo más—. Si, quizás con esto ya no tengas que vivirlo. Es una oportunidad muy grande, aunque imagino que con un precio alto. 

Luego de decir aquello, se mordió su labio inferior y bajó la mirada, para ella era una valiosa oportunidad para iniciar su vida de una forma totalmente distinta. Independizarse. Sólo que todos esos pensamientos se dispersaron cuando escuchó la broma de Lance y no dudó en empujarlo sin malicia, como la típica de reacción de una chica que roja como tomate se "molesta"

—Uff, tonto—protestó y se puso más roja—. Como voy a devorar a los hombres de noche de esa manera, si jamás he estado con nadie. Me refería a morder, morder... 

Esto le dio más vergüenza aún, incluso Nieve alzó su morro para mirarla. 

Le siguió con tranquilidad, en el momento que le indicaron si podía quitarse los ropajes no tuvo mucho que decir, tampoco es que estuviera utilizando demasiada ropa, la misma Diosa pudo dar fe de ello, el muchacho pelinegro emanaba una cantidad de calor que dejaba en claro el porque no utilizaba algo más de ropa, es como si tuviera una temperatura propia completamente ajena al exterior. 

Se tumbo tal como le había indicado y disfruto del show, las sensaciones le gustaban más que molestarle y no podía evitar sonreír mientras sentía y escuchaba a la Diosa, si no tuviera la costumbre de mantenerse completamente alerta debido a las dificultades del bosque lo más seguro es que se hubiera quedado dormido debido a la sensación de relajación que poseía. -¿Destreza un poco baja? ¡Imposible! -Pronuncio mientras se levantaba con la enorme sonrisa caracteristica. -Aunque lo de la Fuerza y Resistencia lo sabía. -Dijo al notar el color en el dedo de la Diosa. -Eso ha sido mejor de lo que pensaba. Aunque deberías ir con calma. -Claramente lo decía por el dedo. Sin embargo, cambio rapidamente el tema mientras se apuntaba. -Confió en ti, Diosa. Hazme la persona más fuerte de todas las familias y conquistaremos todo lo que quieras. -Acto seguido decidió bajar con ella.

Es la segunda vez que me llama "Gerurun", parece algún tipo de apelativo de carácter amable. Quizás en su lengua nativa rurun signifique compañero...

Con una sonrisa por ese pensamiento contesto a la pregunta de Vivienne:

Siendo sincero estaba temblando pero he sido completamente sincero. La diosa Eris me ha escogido para formar parte de su familia, ¡A mi! Que obviamente carezco del imponente fisico de otros enanos. Daré mi vida por proteger el honor de esta familia sin dudarlo.

Intentando no parecer un fanático, quizás tarde, digo en tono más jovial y amable:

Pero me alegra saber que, cuando blanda mi martillo ahí fuera, la casa permanecerá a buen cuidado bajo la protección del gran caballero Vilfain jejeje

—Supongo que estamos aquí por algo que doña Eris vio en cada uno —digo sonriente—. Ya descubriremos qué será en su debido momento.

Y respecto a eso otro que dice...

—Oh, vamos, ¿qué importa si temblabas? Tú subiste ahí y dijiste esas hermosas palabras, ¿qué te parece más meritorio? ¿haberlo hecho sin dudarlo aunque tuvieras todos esos nervios encima? ¿o hacerlo con displicencia sin sentir nada?

Mi expresión se vuelve más seria, mirándolo fijamente, y continúo:
—Los nervios y el susto denotan responsabilidad, Gerurun, si te sientes así quiere decir que todo esto te importa y te preocupa que las cosas salgan bien. Eres una persona muy sana. ¡Así que ánimo!
Al decir lo último, regreso al tono jovial de siempre.

Mirando alrededor descubro que los demás chicos han ido a recorrer la casa, así que me quedo mirando preocupada a Gerda.
—¿Quieres ir con Marin y Lan-Lan a explorar?
Bajo un poco la vista al suelo, entrelazando los dedos sobre mi regazo antes de continuar hablando
—Yo, perdón, pero aunque de verdad me gustaría conocer mejor el lugar donde viviremos, no puedo hacer que Vilfi camine mucho, preferiría no moverme de aquí por ahora.

-Pff, jajajajaja, entiendo, “morder”… – Recibiendo los empujones sin defenderse  Lance comenzó a reírse con cero tacto hacia la reacción de Marianne quien parecía  que acababa de tener un golpe de calor- Dejaré el aquí el tema de tus gustos nocturnos…de momento, no queremos que te sobrecalientes- Claramente estaba disfrutando pero era mejor racionar los comentarios al respecto o el tema se volvería aburrido.

La expedición de la casa continuo mientras Lance calmaba la risa, luego continuo con la conversación en un tono ligeramente más serio.

-Crecer con exigencias ¿eh? Puedo simpatizar con eso…-“Y con alguna otra cosa”-Y respondiendo, estoy haciendo lo que quiero porque quiero.  Considero que he tenido una vida  bastante decente y, sinceramente, creo que esto es más una apuesta que estar pagando un precio, asique si ibas a sentir pena por mi, guárdatela para quien la necesite.- El mero pensamiento de que alguien sintiera lastima por él le irritaba, asique era mejor dejarlo claro desde el principio.

No paso mucho tiempo antes de que se escucharan sonidos en la planta superior y tanto la diosa como King bajaran las escaleras. Mientras caminaban hacia el salón escucharon en la segunda planta como parecía que Marianne y Lance charlaban amistosamente explorando la casa, mientras que en la planta baja Gerda, Vivienne y quien parecía ser su hijo, Vilfain, descansaban. En el patio, ya se podía ver como las primeras volutas de humo de un fuego recién encendido ascendían hacia el cielo.

Uno por uno, finalmente fue llamándoos a todos.

Cuando la Eris te reclamo, pudiste ver como su dedo índice estaba ahora recubierto por una venda. La diosa te hizo seguirla a la tercera planta donde había solo tres habitaciones. Entro contigo en la primera que había nada más subir. Una gran habitación con cristales tintados daba un aura de penumbra a la sala en la que, si bien se podía ver, todo quedaba en tonos apagados. 

Así, te hizo pasar a un diván que había en un lateral.- Lo haremos en tu espalda. Si puedes quitarte la ropa para dejarla al descubierto será más fácil.- Mientras lo decía se había acercado a una mesita cercana donde había cogido una aguja extremadamente larga. Con treinta centímetros de longitud la coloco encima de un pequeño cuenco con liquido cerca del cual había varios rollos de vendas y unos papeles en blanco. Cuando tuvo todo preparado se aproximo a ti.- Bien, túmbate.

Cuando lo hiciste notaste como la diosa se sentaba junto a ti. Tras un momento notaste como su mano se apoyaba en tu espalda y como seguidamente notabas un pequeño pinchazo, como si una picadura de mosquito hubiera sido. Momentos mas tarde notaste como algo caliente se deslizaba por el centro de tu espalda, siguiendo el rumbo de tu columna. Un pequeño escalofrío te recorrió mientras dejaste de notar nada en la espalda. Podías escuchar como la diosa hacia algo con el cuenco y las vendas por pura curiosidad giraste la cabeza para ver que hacia y la vistes envolviéndose nuevamente el dedo índice con una venda.

Cuando termino cogió uno de los papeles en blanco y lo apoyo en tu espalda. Tras unos momentos lo retiro y se dispuso a observarlo.-Veamos. Fuerza y resistencia muy por encima de la media inicial, y... pareces ser de los que hablan antes de pensar...

Pues parece que acabamos. Bienvenido a la familia. ¿Muy doloroso verdad?.-Guiño su ojo hacia ti con respecto a la broma, aunque pudiste ver claramente como la punta de la venda que cubrían su dedo habían empezado a teñirse ligeramente de un color granate.- ¿Bajamos?-Dijo mientras se levantaba y caminaba hacia la puerta.