Partida Rol por web

Puestos a saquear a Vladymir:

- Pistola láser (quedan 24 cargas de 30).

Además tiene:

- Dos baterías adicionales de pistola láser.

- Un rifle láser (le quedan 54 de 60 cargas).

- Una batería completa de rifle láser.

- Una batería usada de rifle láser (con 45 cargas de 60).

- Un rifle láser largo (con 40 cargas de 40).

Lazerus es capaz de usar tanto el rifle láser como el rifle láser largo.

[En tal caso, que actúe como tal Tercio] respondió Lazerus con premura [Yo no estoy capacitado para semejante puesto, y él sabe moverse y desenvolverse mucho mejor en este tipo de situaciones.]

El tecnosacerdote entonces se acercó al malherido Vladymir, observando con ojo clínico sus armas tiradas en el suelo. [Creo que será mucho más úitl en mis manos que en las suyas por ahora]  dijo tras tomar del montón de armas el rilfe láser largo y las dos baterías del mismo [Arlan, si vas a usar eso ] le dijo altiempo que le lanzaba una de las dos baterías [será mejor que cada uno tengamos una de repuesto.]

Tercio no quería volver a luchar, no estando tan jodido como estaba, con tan pocos hombres ("¡Por decir algo!") y sin saber nada del enemigo. Pero no había más remedio.

Asintió las palabras de ambos. Comprendió. Le tocaba a Tercio tomar las decisiones, dirigir a su equipo a una muerte más que probable o a una gran victoria, o quizá utilizarlos para salvarse él mismo, aunque tampoco sabía ahora cómo podría conseguirlo. Así que empezó a dar instrucciones según un plan que si funcionaba salvaría a todos.

- Los dejaremos aquí, pero cerraremos los accesos a esta planta. Así, si fracasamos, mientras nuestros enemigos las fuerzan quizá Tauron y los otros despierten y tengan tiempo para volarse sus propios sesos y evitar convertirse en esos seres.

- Coged el dinero de Arlesha, lo usaremos para comprar a los narcos. Y mirad el equipo de los Magistratum, igual los visores y los abrigos nos sirven. Nos iremos en cuanto estemos listos.

Mientras los demás hacían su parte, Tercio sacó su machete y sin ceremonias le cortó la cabeza a uno de los recuperadores de cadáveres.

- Servirá para crear un golpe de efecto. - dijo con una sonrisa macabra mientras levantaba una cabeza con agujeros de disparos.

TERCIO:

- Examinas atentamente uno de los visores y te lo pones. La tecnología de los mismos no es gran cosa. Amplifican algo la luz existente y se ve todo en tonos de verde. Parece que funcionan con batería. La calidad de imagen es muy mala y sin detalles.

LAZERUS:

- Las dos baterías de pistola láser son para pistola láser.

- Tú coges la que ya lleva cargada el rifle láser largo y otra completa. Una vez empezada con un rifle normal una batería ya se debe usar con el rifle láser normal.

- Las baterías de tu carabina láser son para carabina láser.

Itsua asintió a Lazerus recogiendo al vuelo el cargador que le lanzaba e imitando el gesto de Tercio, tomó uno de los visores. Toda ayuda sería bienvenida.

- Podríamos coger también sus comunicadores - dijo tomando uno de ellos -. Puestos en el canal adecuado quizás obtengamos algo de información extra.

En aquel momento su mirada recayó sobre su linterna, aquella que había arrojado durante el combate. En dos pasos se situó junto a ella y la recogió, apagándola y guardándola.

- Tercio asume el liderazgo por necesidad mientras traza un plan. Aún no ha seleccionado armas o equipo. Toma la bolsa de dinero de Arlesha, es una cantidad exigua, un buen soborno para un adicto o incluso un operario fabril, pero un insulto para un jefe narco.

- Lazerus toma el rifle láser de cañón largo, buena tecnología, y una batería extra para el mismo. Se dispone a seguir las órdenes del nuevo jefe. El rifle láser largo está pensado para disparos precisos, disparando tiro a tiro. Puede ser bastante mortífero bien utilizado, aunque le faltaría una mira telescópica para ser del todo efectivo.

- Arlan coge un respirador y lo prueba. Es básicamente una máscara con un filtro de aire, para evitar respirar humo o gases nocivos.

Tras examinar uno de los respiradores y comprobar su función y estado, Itsua tomó para sí tres de ellos, para después entregar un par a dos de sus compañeros inconscientes.

- Os aconsejaría que cogiérais uno. No se sabe cuándo pueden resultar útiles. Y también uno de los abrigos de agente del Magistratum. Nos servirán para disimular nuestra identidad a ojos de nuestros enemigos - señaló al tiempo que se ponía el abrigo tras haberse quitado el anterior y enrollarlo precipitadamente para guardarlo -. ¿Tercio? ¿Partimos? Si queremos ayuda del exterior, solo tenemos una posibilidad. Emplear el teléfono de la comisaría y para eso, solo hay un camino.

- La verdad es que los abrigos y respiradores no constituyen un gran disfraz (ninguno tiene la habilidad adecuada).

- Lazerus no necesita respirador, tiene uno cibernético mucho mejor.

- Que todo el mundo declare taxativamente y de forma exacta lo que se lleva (aún no he apuntado nada en vuestras fichas). Después ante la duda el criterio será que no recogiste tal o cual cosa.

Tercio cogió un visor y un respirador que Arlan le ofreció. Y el resto de su equipo. Recordó que su rifle se encasquillo y trató de arreglarlo.

- Lazerus, ayúdame un segundo...

Cuando terminó, echó la vista a la escalera y declaró sin excesivo entusiasmo:

- Intentaremos convencer a los narcos de que somos de la Coblast y nos ayuden. Vosotros quedaos en segundo plano y seguidme el rollo, se tienen que creer que estamos haciendo alguna misión. ¡Nos vamos! ¡Por el Emperador!

Itsua cabeceó afirmativamente. Su rostro, serio, mostraba sin embargo un aire sarcástico. Tercio era el líder del grupo. No tenía nada que oponer a ello, más bien al contrario, aunque cuando llegara el momento de redactar el informe de la misión, estaba convencido que más de uno de los lectores de aquel informe se rasgaría las vestiduras.

- Les convencerás - dijo -. Y nosotros te ayudaremos a ello.

LAZERUS examina rápidamente el Rifle de Asalto de Tercio. Lo que tiene no es nada grave, pero necesita desmontarlo por completo, limpiar todas las piezas y engrasarlas, para después volver a montarlo. El proceso entero duraría una hora.

Probablemente sea más conveniente que Tercio coja una Carabina Automática y 5 cargadores de la misma.

- A Lazerus no le agrada hacer esto, pero viendo que Tercio no parece muy conforme, fuerza el mecanismo del arma hasta que logra expulsar el casquillo defectuoso. El Rifle de Asalto de Tercio puede volver a disparar ahora, aunque a Lazerus esta no le parece la mejor manera de tratar una buena arma (un Rito de Engrasado del Mecanismo, con las debidas oraciones al Omnisiah, sería mucho mejor).

Tercio sonrió al ver su rifle listo una vez más.

- Gracias, Lazerus. ¡Bien, vámonos ya de una vez!

TERCIO:

- Toma la bolsa de Arlesha con 60 Tronos, con lo que junta un total de 120 en efectivo.

- Recoge de mano de Lazerus su viejo Rifle de Asalto desencasquillado (el arma necesitará una limpieza a fondo cuando todo termine). Comprueba que le quedan 20 balas en el cargador. Aparte lleva otros tres cargadores con menos munición.

- Cambia el cargador de la pistola con silenciador por uno nuevo. Cambia también el cargador de su vieja pistola automática de la Guardia Imperial. Ahora ambas pistolas tienen 18 balas cada una.

- Guarda entre sus cosas un visor fotosensible de mala calidad, una máscara respiradora, y un viejo comunicador del Magistratum.

- Cuando salen, cierra con llave la puerta de las escaleras.

ARLAN:

- Coge un abrigo del Magistratum ensangrentado y se lo pone en lugar de su chaleco y del sobretodo de Colmena. El abrigo proporciona cierta protección en buena parte del cuerpo, excepto en la cabeza, donde conserva puesto su casco de la Guardia Imperial.

- Toma la pistola láser de Vladymir y le acopla el apuntador láser. A la pistola le quedan 24 disparos. Coge además las dos baterías de reserva de Vladymir.

- Coge un visor fotosensible de mala calidad, un viejo comunicador del Magistratum y se guarda tres máscaras respiradoras.

- Recupera su vieja hacha.

LAZERUS:

- Se quita su chaleco antifrag y se coloca un ensangrentado abrigo del Magistratum encima de su túnica roja del Mechanicus.

- Coge un viejo comunicador del Magistratum y un visor fotosensible de mala calidad.

- Recoge el rifle láser largo de Vladymir, con la batería que lleva puesta y una extra de reserva.

- Arlan, Lazerus y Tercio salen a la calle oscurecida (excepto por la quimilámpara de Tauron tirada sobre la acera).

- Han cerrado con llave la puerta blindada que da al piso de arriba. El resto se queda abierto, qué remedio.

- Arlan prueba la visión con el visor fotosensible, la calle se ve de color verde, pero la imagen es borrosa y difusa. Prefiere usar una linterna o una quimilámpara si es posible.

- Tercio toma la delantera y comienza a caminar en dirección a la Unión de Trabajadores...

 - Vamos allá. Convencer a estos es lo más importante ahora mismo. Los necesitamos, y no pueden pensar que somos de ya sabéis, y como alguien la mencione le pego un tiro yo mismo. Arlan, si ves oportunidad de cubrirme con tus poderes, adelante, pero que no se den cuenta. Lazerus, igual digo que nuestra misión es cargarnos al Cirujano y que trabajamos para otros mechanicus o algo así, estate atento por si tienes que intervenir.

Itsua probó el visor para descubrir un mundo de verde luminosidad y perfiles desvaídos. Con un gesto de contrariedad, se quitó el mismo y lo guardó. Tal vez, en un futuro, podría serle mínimamente útil, pero en el momento presente, era más un estorbo que otra cosa, de modo que tomó la quimilámpara de Tauron, muda superviviente del combate y que refulgía en medio de la calle, para alumbrar el camino hacia su destino.

- Tercio, mis poderes son limitados aunque quizás puedan ofrecernos cierta ventaja dependiendo de cómo se empleen - dijo mientras avanzaba -. Pero debes saber en qué consisten para saber qué utilidad puede dárseles y que te plantees una posible estrategia. Recuerdas a lso ladrones de cuerpos, el temor que nos inspiraron. Yo puedo hacer algo similar, de tal modo que cualquiera que me mire se sienta atemorizado, lo cual os incluiría ya que no puedo discriminar a las potenciales víctimas de mi poder, así que llegado el caso, deberéis evitar mirarme. Es más una forma de presión para que en el combate el enemigo deba superar sus miedos. O si, tal y como mencionabas antes, quieres que les presionemos para que no recuerden lo que no deben. Somos mercenarios - añadió con una sonrisa torcida -. Nos pagan por esto y matar y asustar es nuestro trabajo. 

Una vez equipados, los tres compañeros supervivientes salieron al exterior del edificio que acababa de servir como escenario de la sangrienta victoria de la Inquisición.

Con una mueca que quedó oculta por su vocosintetizador, Lazerus logró desatascar el arma de tercio, dejando caer el casquillo atorado con un ruido seco en el pavimento.

La calle de la Bajocolomena estaba oscura, había pocas fuentes de luz en aquellos lugares dejados de la mano del Emperador, pero en aquellos momentos les serviría para caminar algo más resguardados. No podían permitirse ser emboscados de nuevo.

[¿Estais seguros de que esos drogadictos nos serán de utilidad?] preguntó con voz trémula el tecnosacerdote. A pesar de que no sentía el frío como lo hacían los demás, se arrebujó en su abrigo recién adquirido, mas por ocultarse de miradas indiscretas que por la temperatura. [Los caminos del Dios Máquina son en verdad misteriosos. Vamos, será mejor acabar con esto cuanto antes.]

162.810M41.

MENOS DE UNA HORA PARA EL FINAL DEL CICLO NOCTURNO.