Partida Rol por web

LAZERUS-20-SILON:

- Haz una tirada normal de Competencia Tecnológica.

A Tercio le espera una aburrida semana en cama en la enfermería del campamento de la Guardia. Esos días se dedica a descansar y charlar con los otros guardias de la enfermería. Ahora son héroes, y Tercio procura disfrutar y aprovecharse de las atenciones que le dan.

A Vladymir, la habitual monotonia de campamento militar le reconfortaba mas que cualquier apotecario o el mejor de los tragos de mataratas. El poco tiempo que habia pasado en su nuevo y particular destino le habian hecho alejarse de su anterior vida como Guardia Imperial, hasta el punto de que ya solo recordaba anecdotas y situaciones del pasado con tintes de haber sido hace varios eones.

En cuanto el jefe de cirujanos empezó a hacer la vista gorda, Vladymir salia de su camastro para relacionarse con los guardias, comentar experiencias y compartir cicatrices.

Pero una parte de si mismo deseaba volver a probarse en combate, como el yunque de acero sobre el que el astillado martillo del enemigo golpease hasta quedar totalmente mellado.

- Una lanzadera acude ráuda y se lleva el cuerpo inconsciente de Tauron Faith.

- Si en algún sitio logran salvarle la vida, será a bordo del Crucero Imperial "Defensor de Scintilla III".

LAZERUS-20:

- Puedes oficiar los "ritos funerarios" por la máquina, y rellenar los innumerables impresos autorizando su desguace...

TRANSCURRE UNA SEMANA.

091.810M41.

- Arlan, Scythia y Lazerus: No resultaron heridos y se encuentran en perfecta forma física.

- Arlesha y Vladymir: Sus heridas eran leves y ya se han recuperado por completo.

- Tercio recupera 3 heridas, aún dista de estar bien, aunque no corre peligro.

- Tauron (a bordo del Crucero Imperial): Ha sido sometido a una limpieza completa de sangre, tratamientos de regeneración celular y varias intervenciones quirúrgicas que le han salvado la vida. La infección por fin remite, aunque deja sus secuelas.

- Tras completar las operaciones de mantenimiento y repostaje en una cercana estación espacial, el "Defensor de Scintilla III" se pone en órbita sobre Sepheris Secundus.

- Todo está listo para proceder al embarque de tropas.

- Los transportes pesados del Crucero comienzan el embarque de tropas y materiales del 97 Batallón de Sibellus, liderado por el Comisario Nihilius.

- Los Acólitos Inquisitoriales son embarcados a bordo en uno de los transportes, dejando atrás el planeta Sepheris Secundus.

- Una vez completado el embarque de tropas, el Crucero Imperial, que lleva también a bordo a los Acólitos Inquisitoriales, sale de la órbita y pone rumbo hacia el exterior del sistema para saltar al Inmaterium.

- Los Guardias Imperiales permiten a los Acólitos acceso a la Enfermería de la nave, infinitamente más avanzada y preparada que la que tenían en el campamento sobre el planeta.

- Tauron está consciente y puede recibir visitas, aunque sigue postrado en la cama.

- Tercio tiene que ir aún en silla de ruedas.

Tan sólo unas horas atrás...

Lazerus desapareció de la vista de sus compañeros. tenía una tarea que hacer, una tarea sagrada que no admitía excusas.

El tecnosacerdote recogió varias de sus pertenencias, y vestido con la túnica roja propia de su rango de novicio en el Adeptus Mechanicus, acudió en solitario al lugar en dónde el envejecido Chimera había exhalado su último aliento.

Tras varias vueltas en torno al desvencijado transporte, en las que admiró cada una de las heridas y cicatrices sufridas, Lazerus asintió para sí mismo y se detuvo ante el frontal del vehículo. Con fuerza, tomó su bastón metálico y lo clavó profundo en la tierra. Después repitió la misma operación en media docena más de lugares, formando un círculo perfecto, en cuyo centro se hallaba el propio Chimera.

Realizada aquella operación, Lazerus sacó un pequeño frasquito del interior de su túnica, un recipiente que el tecnosacerdote trataba con sumo cuidado y respeto reverencial, y retiró el sello sagrado que indicaba que era un orducto del Manofactotum Imperial. Con un sonido sordo, retiró el tapón y vertió una gota del sagrado óleo en su dedo, para acto seguido dibujar un símbolo en el chasis del Chimera. Gota a gota, Lazerus fue grabando con el óleo las diversas runas secretas que tan sólo los miembros del Culto conocían, para que el espíritu menor que tan bien había servido a la Guardia imperial y por ende al propio Emperador, pudiera abandonar la carcasa metálica y descansar al fin en paz.

[Que tu partida sea ligera, y encuentres de nuevo en la voluntad del Dios Máquina, un destino para poder volver a servirle] musitó el tecnosacerdote, con una mano repleta de sensibles implantes electrónicos apoyada en el frío y muerto metal.

De vuelta al campamento de la guardia imperial, Lazerus sorprendió al intentdente de campo, solicitándole que le dejara hacerse cargo del tedioso papeleo que suponía dar de baja un vehículo de la Guardia. Varias horas más tarde, la autorización para que el Chimera fuera desguazado y sus partes reutilizadas descansaba sobre la mesa del intendente con la rúbrica sobria de un tecnosacerdote real.

Itsua contemplaba su nuevo camarote. Dejo en él sus cosas, pero a diferencia de hacía unas semanas, no le apetecía la soledad del mismo. Más bien al contrario, lo que quería era encontrarse con el resto del grupo. Asomó la cabeza por la puerta y miró a uno y otro lado.

- Arlesha, Lazerus, Vladymir, ¿os apetece un paseo por la nave? - dijo en voz alta confiando que le escucharan desde los camarotes contiguos. Aunque por el volumen de su voz, no había duda de que habría que estar sordo para no oirlo -. Me gustaría hacer una visita a esos vagos de Tauron y Tercio - señaló con seriedad, aunque en su voz se detectaba un leve atisbo de humor -, y decirles lo que ha supuesto tener que hacer nosotros todo el papeleo de la misión.

Lazerus, ya instalado en el nuevo camarote de la nave que ahora les transportaba, escuchó la propuesta de Itsua. El psíquico debe estar ablandándose pensó sonriendo casi sin darse cuenta.

Pero en realidad también al tecnosacerdote le apetecía recorrer la nave, para conocer sus entresijos. en la Negra Esperanza había aprendido mucho, y no podía desperdiciar una oportunidad así.

Tras colocarse el manto carmesí sobre el caparazón medio metálico que era su torso, y asegurar de nuevo el vocosintetizador en su posición, lazerus salió de su camarote.

[De acuerdo] dijo sin más a un Itsua que ya aguardaba afuera.

Despierto de mis pesadillas, los malos sueños que me han acompañado durante todo el tiempo en el que me he debatido contra la fiebre causada por la infeccion del mas asqueroso y vil de los enemigos. El Demonio habia infectado mi cuerpo con la inmundicia de su averno y mi biologia humana no habia podido hacer nada contra aquella batalla que se libraba en mi cuerpo.

Ahora por fin vuelvo a abrir los ojos y veo el techo de la enfermeria. Hay gente a mi alrededor y noto que no estoy en la imporvisada enfermeria de Sepheris Secundus, sino en algun otro lugar, uno que cuenta con todos los dones tecnologicos que el Dios-Emperador nos ha permitido utilizar.

Intento moverme y el dolor me recorre. Mi pierna yace comprometida aun e incluso en mi rostro siento cierta agudeza. Me toco la mejilla y noto las secuelas con las que he quedado. Marcas de un combate contra la Disformidad. Primero me siento profanado, pero luego, el orgullo me inunda:

"No muchos cargan con marcas como esta. Es una muestra del legado que el Dios-Emperador me dio para derrotar a los enemigos oscuros de la Humanidad."

Mi pierna me preocupa y no quiera verla. Me recuesto nuevamente y meditando de todo lo ocurrido. Hay un gran episodio que no viví y quisiera saber lo que sucedio. Mis compañeros se encargaran de contarmelo, si es que vuelvo a verlos.

La Tripulación del Crucero Imperial os trata con cierta deferencia, siempre y cuando procuréis no estorbar.

No sois exactamente huéspedes de honor, pero sí algo así como pasajeros que se han ganado cierto nivel de respeto.

Localización: Enfermería.

Tercio probaba la silla de ruedas que le habían ofrecido cuando escuchó a Tauron revolverse en su camilla, y fue a recibirle con una sonrisa.

- ¡Eh, viejo! - Entre sus heridas y su expresión ahora de verdad parecía mayor que como le había conocido. - Llevo una semana esperando a que despiertes. Ganamos, ¿lo sabes? Y te debo mis ojos y mi barriga. De eso te acuerdas, ¿verdad? Me sabía mal celebrarlo sin ti. Hay dos señoritas muy finitas que también están esperando para celebrarlo - esperaba que pillara lo de las varillas de lho. Por si acaso, le hizo un guiño.

Al escuchar la alegre voz de Tercio, me incorporo con dificultad y le sonrio, para luego contestarle:

 - "Claro que lo recuerdo, aunque no creo que mi estado me permita disfrutarla. ¿Que mas sucedio, que paso desde que quede inconsciente?"

Se notaba que tenia cierta ansia de conocer, un ansia que intentaba disimular de manera no muy efectiva.

MEGAFONIA DEL "DEFENSOR DE SCINTILLA III":

- Se escucha la voz de un oficial por los altoparlantes:

- "¡A toda la dotación! Saltando a la Disformidad... ¡Ya!" -

Se siente un extraño estremecimiento en toda la nave y una cierta sensación de mareo y agobio cuando la nave Imperial cruza al Espacio Disforme.