Partida Rol por web

TERCIO:

- Durante tu guardia, ves lo que parece ser una figura humana que camina lentamente hacia el campamento desde la penumbra del horizonte...

- La figura se detiene y permanece inmóvil justo antes de llegar al radio de iluminación de la hoguera.

VLADYMIR:

- Tienes un sueño inquietante: rodeado de los graznidos irritantemente burlones de los cuervos de esquisto, un hombre camina lentamente desde la penumbra del horizonte vuestro campamento.

- Justo antes de llegar al círculo iluminado por la hoguera, se detiene de un modo ominoso...

- Abres los ojos y te das cuenta de un hecho incómodo: te has quedado medio dormido por un segundo durante tu turno de guardia. Miras a tu alrededor y ves a Tercio concentrado mirando algo. No parece haberse dado cuenta de tu fallo.

El viaje a través de los días ha sido sumamente agotador. A pesar de que el vehículo es lo suficientemente amplio para todos, no es demasiado agradable ni cómodo para todos el mantenernos viajando tantas horas seguidas.

Los compañeros de viaje no parecen demasiado amistosos. He oído las criticas que se me ha hecho por parte de Vladymir, a quien no le contesto pues no vale la pena. Para ser un acólito de la Inquisición parece demasiado atascado en los actos de moralidad gris que ha tenido que cometer por una misión.

Fuera de eso, no me molesto en contestar ni intervenir en las conversaciones pues estoy cansado y sumamente herido aun. Ningún gasto de energía que no haga en el nombre del mismísimo sería justificado. Incluso el Vidente Aristarchus se ha dado la molestia de amenazar a Kurt para dejarle claro quien es el que manda. No apruebo esa clase de conductas, pero no estoy en posición de contradecir a mi superior y mucho menos de defender lo que, por otra parte, tampoco es defendible.

Permanezco callado y asiento cuando se me otorga el primer turno junto con el legionario penal. Pienso en que debemos cavar un agujero para prender un fuego y pasar la noche. Me siento y saco uno de mis revólveres, listo para hacer la guardia primera de aquella noche.

Antes de aquel tipo (o lo que fuera) pudiera siquiera pensar en atravesar el límite del campamento, mi pistola ya estaba en mi mano dispuesta a hacerle unos bonitos agujeros que le recordaran siempre que no debió andar por el Yermo de noche.

- Bien, amigo - dije apuntándole con la pistola y poniéndome en pie.- Ahora vas a dar exactamente un paso adelante, ni uno más, y luego te quedarás quieto, muy quieto, como si fueras una estatua ¿me entiendes?

Al menos quería saber quién era. De todas formas, si aquello era una especie de emboscada quizás hubiera más en los alrededores, por lo que no descuidé mis sentidos y me mantuve alerta.

Renata miró furiosa a Ostrogov que,  de forma claramente intencionada, lo había separado de Kurt, estableciendo aleatorios turnos cuyo objetivo era la escisión y prescindía de la más mera lógica. Era ya mucho tiempo junto a su osito, formando un equipo que funcionaba bien y que sabía cómo desenvolverse ante la adversidad. No obstante no dijo nada, ni elevó protesta alguna que no fuera una mirada furibunda a aquel bigote con piernas. 

Dispuesta a dormir, se introdujo en el vehículo, reacia a hacerlo en el incómodo suelo sin más protección que su abrigo. Sin nadie más para molestarla, cerró los ojos, sumiéndose en un intranquilo sueño que de reparador no tuvo nada. Cuando la llamaron para iniciar su turno de vigilancia, el humor de Renata distaba mucho de ser el mejor del mundo y las ganas de patear el culo de Ostrogov, inmensas. De haber dormido bajo el protector brazo de su osito, habría dormido de un tirón y sin pesadillas asquerosas plagadas de bichos que la miraran sin ojos. 

En mitad del segundo turno de guardia, se escucha con claridad la voz de Tercio:

- Bien, amigo. Ahora vas a dar exactamente un paso adelante, ni uno más, y luego te quedarás quieto, muy quieto, como si fueras una estatua ¿me entiendes?

TERCIO:

- El hombre no responde, y en un momento dado parece desplomarse al suelo.

VLADYMIR:

- En tu duermevela, la voz de Tercio te despeja por completo.

- Abres bien los ojos, pero no ves a nadie, y te preguntas si lo has soñado.

TAURON:

- La voz de Tercio te despierta de inmediato, con el corazón acelerado.

- Miras hacia el exterior del círculo de luz de la hoguera, donde debería de estar la persona con la que Tercio está hablando, pero no ves a nadie.

Sin saber muy bien que ocurría, Vladymir cogió el rifle láser y se dirigió a Tercio. Parecía que había visto algo, aunque lo cierto es que a él se le había escapado... A no ser que ésa breve visión fuera cierta. 

-Tercio, ¿hay alguien acechando?

- Si, hay un tipo ahí delante, pero acaba de desplomarse en el suelo - le contesté sin dejar de apuntar a la misteriosa figura.- Cúbreme, Vladymir, podría haber más en los alrededores.

Y después de eso me acerqué hasta el hombre, listo para dispararle si hacía algo raro.

-Mira rápidamente. Tanto si le capturas como si no, despertaremos al vidente... No me gusta que nos ronden de noche en mitad de un páramo.

El guardia permaneció alerta, con el rifle cargado y listo para disparar. Si alguien atacaba a Tercio, le dispararía y daría la voz de alarma inmediatamente. 

"Quizás sólo se lo ha imaginado..."

TERCIO:

- Al aproximarte al hombre caído, lo iluminas con tu linterna.

- Deduces que es alguien que sufrió una muerte violenta hace ya algún tiempo... Hay un largo tajo diagonal que va de la clavícula hasta el cuello. El cuerpo está tostado por el sol y ya ha empezado a descomponerse: su hedor es verdaderamente nauseabundo y le han sacado los ojos a picotazos.

- Tirada de Miedo (Voluntad +0).

- Qué cojones- bufó al ver su sueño interrumpido.- Putos bichos del demonio…

No era la primera vez que ocurría porque desde que su turno había terminado se encontraba en un estado permanente de duermevela por culpa de aquello malditos bastardos desojados que no solo molestaban estando despierto, también tenían que andar jodiendo en sueños. Durante su guardia no habían sido pocas las veces que había arrojado una piedra a aquellos bichos cuando se acercaban demasiado, lo malo es que ni una había acertado en su objetivo y no había podido sentir la satisfacción de reventarle los sesos a ninguno. Claro que quizá sus pesadillas, o como coño pudiera llamarse aquello, eran la venganza de los cuervos por intentar cargárselos a pedradas.

- “Bastardos…”- pensó mientras buscaba mejor postura en el suelo.

Pero aunque él no lo supiera -porque en el sueño la voz se había presentado como un graznido- no había sido despertado por un cuervo sino por Tercio. Así que al escuchar la pregunta del señor bigotes en respuesta a lo dicho por pelofino, Kurt tanteó el suelo en busca de su hacha antes de ponerse en pie maldiciendo.

- ¿Tenemos compañía o qué?

Mi guardia transcurre sin ningún percance, cosa que agradezco pues no estoy en estado de participar en ningún combate. Cuando llega el momento de que Vladymir y Tercio me relevan, me recuesto con una sonrisa en mi rostro y concilio rápidamente el sueño en un acto casi inmediato de apoyar la cabeza y dormir.

Pero los sueños queman en mi mente como si fuesen agujas al rojo vivo. Pesadillas terribles acerca de sangre y fuego herético inundan mis pensamientos desde el momento mismo de caer dormido. Veo a Arlan y a otros psíquicos más que desatan la Disformidad sobre los puros y queman con su poder la carne de sus víctimas mientras inundan el ambiente de sus risas sardónicas casi teatrales.

Despierto de a poco mientras intento entender qué parte de lo que mis ojos captan ahora es sueño y que parte es realidad. Veo a una figura sombría caminando lentamente hasta llegar al límite de la luz de nuestra fogata. Se detiene y no logro divisar bien la figura que está allí parada. En ese momento Tercio habla, por lo que despierto completamente y miro donde estaba la figura, pero ya no soy capaz de verla.

Tomo mi revólver y apunto hacía donde se supone que estaba aquella figura y me levanto con gran dificultad para ponerme al lado de Tercio, quien parece aun capaz de verlo. Una vez a su lado, le hablo:

- "Creo haberle visto recién. ¿Qué sucedió?"

Intento vencer la diferencia de la luz y las sombras para mirar en esa zona mientras apunto con mi arma en alto directamente hacía donde mis ojos escrutan el espacio, listo para disparar ante la primera muestra de hostilidad.

TAURON:

- Caminas hasta donde está Tercio, justo fuera del círculo de luz de la hoguera del campamento.

- Está iluminando algo en el suelo. Parece un cadáver de Ashleen, a juzgar por el olor a podrido no es muy reciente.