Partida Rol por web

- Pese a sus heridas, Tauron sigue con presteza a Vladymir y a la Hermana Scythia.

El Yermo es tan inhóspito como parece y su desierto paisaje no intenta enmascarar la enorme cantidad de muerte que alberga, cadáveres de épocas pasadas o presentes, que han diseminado los restos de múltiples humanos por todo este lugar, sembrando la podredumbre y el hedor de la descomposición.

Finalmente mi compañero parecen detectar una presencia que se oculta entre las rocas. Se bajan algunos de ellos para investigar la zona, pero hay que trepar una cuesta que parece sumamente alta y empinada. Veo como algunos de ellos logran escalar, mientras que Renata rueda por el suelo de una forma poco elegante. Miro a mi lado y Kurt no parece estar muy dispuesto a moverse.

Me remuevo un poco en el asiento mientras veo que Tercio tampoco será una gran ayuda a Vladymir y la Hermana Scythia. Voy a comenzar a ponerme de pie, pero la verdad es que estoy sumamente herido y sé que esa caída podría matarme.

Miro al Vidente y le hablo:

- "Creo que me quedaré con usted. No estoy en condiciones de escalar, mejor dicho caer, desde un cerro. Guardaré la poca vida que corre por mis venas para gastarla cuando lleguemos a la Catedral y no en el camino."

Saco mi revólver y me quedo esperando a su lado, apoyado en el vehículo para no ser una total carga y poder estar de pie sin morir de cansancio. Mi estado físico ha mejorado un poco desde el momento en que el demonio Arlan me dejó por muerto, pero lamentablemente no lo suficiente como para ser útil del todo en combate. Permanezco en mi posición mientras espero que vuelvan mis compañeros.

No entendía a aquel grupo ni creía que lo haría nunca. Su proceder hubiera sido impensable en el seno de la Armada Imperial. Y la precipitación en las órdenes tras silencios incomprensibles la frustraban. Con su osito todo era más fácil, aunque no siempre las cosas habían acabado como ambos hubieran querido. Ahora, ante la petición del Vidente, todos habían tenido que lanzarse como cabras en pos de una silueta, trepando un risco sin prever otras alternativas, otros caminos... Separarse, llevar a cabo una táctica envolvente, que alguien avanzara con el vehículo para cortar una posible ruta de escape... Como resultado, una larga caída donde su agilidad y reflejos la habían salvado de romperse algo o de lastimarse en medio de aquel erial. 

Refunfuñó algo por lo bajo mientras se situaba junto al vidente, pistola en mano. A su lado, Faith se materializó mientras Kurt parecía indeciso acerca de qué hacer. Una mirada de Renata le dio la libertad de hacer lo que creyera oportuno, aunque personalmente lo quisiera a su lado.

-Faith, no tendrás una pistola de más por un casual. Esta me arde -dijo agitando su mano izquierda- sin algo de peso extra. 

Me quedo mirando al lado del Vidente cuando Renata llega junto a nosotros. Después de unas miradas que indican que no es "feliz" la palabra que define su estado de ánimo actual, me habla, pidiéndome un arma para su mano izquierda.

Sin dudarlo un momento, saco de mi cinto un segundo revólver de bajo calibre y se lo tiendo al momento que le contesto:

- "Siempre llevo un segundo cargado. Nunca he sido muy rápido metiendo las balas en los agujeros del tambor y eso es un tiempo que no tengo para desperdiciar en medio de un combate. Si consigues otro, quisiera que me lo reembolses."

Esa es una verdad que aprendí en la Mina Gorgónida, pues no tenía tiempo para recargar el arma mientras avanzábamos por ese infierno con mutantes atacándonos detrás de cada rincón. La locura y corrupción de aquel antro me hizo estar más despierto y presto para repartir la ira del Dios-Emperador, lo que es más rápido sacando un revólver cargado que poniéndome a recargar uno vacío.

Aferrando su espadón con fuerza con ambas manos, Scythia marchó junto a Ostrogov y se situó a su flanco. No quería que fuera quien fuera la criatura que habían visto observándoles pudiera pillareles desprevenidos.

Los ojos de la sororita buscaron información en todas direcciones, en especial en el lugar en el que ella misma había divisado a aquel ser... intentando encontrar huellas o alguna pista del paradero de su misterioso observador.

El Vidente lanza una ardiente y feroz mirada a todos los que no han obedecido de inmediato su orden.

Incluso Kurt se siente algo intimidado y decide intentar subir al risco.

Kurt intenta trepar, pero le ocurre como a Tercio. Por más que se esfuerza no avanza entre las piedrecitas sueltas, la arena y las rocas resbaladizas.

VLADYMIR, HERMANA SCYTHIA:

- Ambos coronáis el risco y pronto os dais cuenta de que sois los únicos. Por desobediencia o incapacidad, los demás Acólitos y los dos agentes libres no han avanzado junto a vosotros.

- Registráis la zona, pero no halláis evidencia alguna de la presencia de la figura, aunque no tardáis en encontrar un burdo pictograma de gran tamaño grabado a fuego en una roca plana, en el que se representa lo que parece ser un pájara agarrando un cráneo con sus zarpas.

- Tirada de Saber Popular: Imperio -20, o de Saber Académico: Leyendas +0.

Scythia se agachó junto a la roca plana y examinó el pictograma. Sus dedos enfundados en los guantes rozaron levemente la superficie... pero su examen duró un par de segundos. Sus ojos volvieron a escrudiñar el entorno y volvió a ponerse en pie aferrando su espadón.

- No reconozco ese símbolo... ¿Le suena de algo? - preguntó a Ostrogov mientras vigilaba el entorno.

- Cuando Scythia toca la zona que rodea al pictograma se da cuenta de que está caliente al tacto. No nota, sin embargo, nada inmediatamente perverso ni maligno en el lugar.

- Vladymir intenta discernir si el símbolo es antiguo. No tiene manera de saberlo, aunque tiene la vaga sensación de que podría tener un significado militar arcaico.

-No, lo cierto es que no sé de que se puede tratar. Quizás algún emblema militar de la antigüedad, aunque ésto es más una sensación que algo que sepa. Deberíamos volver e informar al resto de lo que había.

El hombre se acercó al borde, echando un vistazo a la bajada. Esperaba que ambos pudieran bajar tan bien como habían subido. No sería nada bueno para la misión que alguno acabara con algo roto... O peor aún, con los sesos esparcidos por el suelo después de una desafortunada caída. 

Scythia se aseguró con la mirada una vez más de que no había nadie en los alrededores, asintió ante las palabras de Ostrogov e inició el descenso para reunirse con sus compañeros.

- Vamos. - no era una orden, sino mas bien  una confirmación de las palabras de su propio compañero.

Había sido una subida infructuosa, aunque quizá el Vidente pudiera desvelarles algo acerca del pictograma.

- Poco rato después, Vladymir y la Hermana Scythia descienden del promontorio con precaución y se reúnen con los demás en el camino.

- No había rastro de nadie. - comunicó la Hermana Scythia. - Sólo encontramos un dibujo de un pájaro sujetando un cráneo entre sus garras. Estaba grabado a fuego en una roca. ¿Le suena de algo, Vidente? -

Los ojos de Scythia no cesaron de vigilar los alrededores... todo había resultado muy extraño.

Vladymir iba a responder, pero la hermana Scythia se le adelantó. Ya estaba dicho todo lo que habían visto, aunque aún así, decidió matizar la información con sus propias impresiones.

-Creo que puede ser alguna especie de símbolo militar arcaico, pero no estoy seguro-dijo el guardia. Quién sea que estuviera ahí arriba se había desvanecido por alguna clase de método que no alcanzaba a entender. Quizás brujería, u otra cosa, pero desde luego ya no estaba. Sin duda era un enemigo, que advertía al resto de que iban para allí. Sea como fuere, éso no iba a alterar el curso de su misión. Detendrían aquellos extraños fenómenos de la catedral y acabarían con lo que sea que los estuviese generando.