Partida Rol por web

Al menos la grabación los había capturado justo después de la batalla y no antes, porque de haber sido así lo que había quedado como una heroica escaramuza contra unos alienígenas que había acabado en victoria se hubiera convertido en una suerte de juego de pilla a pilla al xenos con batacazos por escaleras incluidos. Ahorrarse la vergüenza de más testigos innecesarios de aquel espectáculo era algo que el Cuestor agradecía.

Cuando las imágenes dañadas por el torpe intento (cadáver de Astropata incluido) del Administrador de borrar todo rastro de lo ocurrido terminaron, Xerxes sumó su silencio al del resto. Esperó alguna reacción más allá del pasmo por parte de los agentes que les habían detenido. Quizá nada tan llamativo como huir como dementes, desmayarse o arañarse la cara –al Cuestor todavía le dolían los arañazos-, pero sí algo de miedo y no solo sorpresa.

Al final se cansó de esperar, pero poco podía hacer más allá de carraspear para que el que debía tomar una decisión sobre qué decir a continuación, lo hiciera. A lo mejor había llegado el momento de desvelar su tapadera, al fin y al cabo no solo tenían las grabaciones sino todas sus pertenencias. Todas.

Probablemente no hayan registrado vuestras mochilas, pues de haberlo hecho hubiesen encontrado el material xenos guardado en las de Itsua Cadian y Vladymir Ostrogov.

El Escriba Janos mira directamente a Intius Varnias, quien ha quedado patente es el portavoz del grupo de supuestos mercenarios, esperando alguna clase de explicación.

Aquella misión, exceptuando el resultado, había resultado un desastre. Sus intentos de pasar desapercibidos se veían frustrados una y otra vez por las circunstancias o la torpeza y a pesar de todo habían conseguido hacerlo de la manera más discreta que les había sido posible. Nadie en Olrankan sabía de la existencia de los alienígenas y nadie lo sabría después de su marcha. Pero aquellas grabaciones eran un revés para ellos y para toda la operación.
Intius miró serio al escriba que parecía reclamarle una explicación, como si a esas alturas hiciera falta decir algo tras ver las imágenes.

-Como ha visto hemos cumplido con nuestro cometido aquí y nada más nos retiene en este planeta salvo usted, estoy seguro que no quiere retrasarnos más de lo necesario así que pagaremos nuestras deudas y nos iremos. Tendré que pedirle que me entregue el servocráneo y cualquier grabación o efecto personal del Administrador, será lo mejor para todos ustedes. Y olviden lo que han visto y a nosotros.

A esas alturas si el Escriba no sabía lo que estaba pasando es que era retrasado. De todas formas a Intius poco le importaba que lo entendiera o no, nada más le iba a decir. Al ver esas grabaciones todos los presentes acababan de despertar el interés de la Inquisición a la que le gustaba guardar celosamente sus secretos. Tanto si le entregaban lo que pedía como si no seguramente alguien acabaría visitando a todos ellos para asegurarse de que todos cumplían con la voluntad del Emperador.

- "Entiendo.

Haremos lo que pide. Y por supuesto no les cargaremos con ningún coste por el tratamiento médico ni por la estancia aquí tanto tiempo como necesiten hasta que les recoja una nave.

Sin embargo, necesito que uno de ustedes teclee sus códigos de identificación en el cogitador." -

Muestra un viejo cogitador con un teclado similar al de una vieja caja registradora.

- Cualquiera con la habilidad Código (Acólito) puede teclear automáticamente los códigos apropiados sin tirada. - Vladymir Ostrogov la tiene.

- Para los que no tengan esa habilidad, pero se sepan los códigos de memoria, es una tirada de Inteligencia +20.

- Xerxes no tiene la posibilidad de identificarse.

- Basta con una sola identificación de uno solo de los miembros del grupo, no de todos.

Vladymir se adelantó un par de pasos para teclear los códigos. Lo hacía de manera casi automática, algo fruto de la práctica, pues sin duda lo había repetido miles de veces hasta poder reproducirlos sin un sólo fallo.

Tras unos largos minutos, pulsó la última tecla.

-Creo que ya debería tener una identificación. 

- Vladymir teclea durante varios minutos mientras la pantalla se llena de símbolos que ocultan el verdadero código de números y letras, y que tiene una extensión de varios miles de caracteres.

- Cuando introduce el último dato, la pantalla se queda en negro durante varios minutos...

Todos esperan casi aguantando la respiración.

Finalmente uno de los agentes del Administratum dice:

- "Señor, el código es válido. Ordo Hereticus, Cónclave Calixiano. Acólito Vladymir Ostrogov, perteneciente al Séquito del Inquisidor Globus Varaak." -

- "Señores, tienen mi agradecimiento y el de la Autoridad Portuaria de la Isla del Emperador por sus acciones.

Pueden alojarse en los aposentos del Administrador. Según nuestros cálculos una nave de peregrinos con destino a Escintilla debería de llegar en menos de una semana. En ella habrá un astrópata con seguridad, que podrá contactar con sus superiores.

No se les cobrará nada por los gastos, por supuesto.

Además, como una pequeña muestra de agradecimiento transferiré trescientos Tronos a su Cognomen del Coblast, señor Vladymir.

El servocráneo fue destruido, pero pueden llevarse las imágenes de nuestros archivos. También cualquier cosa que encuentren en los aposentos del Administrador, aunque me temo que sus sirvientes no dejaron nada atrás.

El Adeptus Administratum desea mostrar su total colaboración con los sagrados ordos, señores." -

Veo como suceden las cosas y mi rostro no muestra ninguna expresión a pesar de lo sorprendido que estoy. La verdad es que pensaba que estábamos acorralados con esas imágenes y sin nada útil que decir, pero de alguna manera Intius se las ha arreglado para hacerles entender quienes somos y la codificación exacta de Vladymir les corroboró cualquier duda posible: Somos del Ordo Hereticus y servimos a la voluntad del Emperador.

Todo parece haberse arreglado. No sé si el haber reconocido nuestra afiliación a la Sagrada Inquisición haya sido lo correcto mas en vista de las circunstancias parece haber sido el único camino, independiente de su prudencia. Ahora estamos bien, hemos sanado nuestras heridas, hemos obtenido la ayuda necesaria y en menos de una semana viajaremos a Scintilla, desde donde podremos volver a nuestro cuartel... si se le puede llamar así.

Tras la correcta identificación de Vladymir las cosas parecieron relajarse y el Escriba estuvo más que dispuesto a colaborar con ellos, como no podía ser de otra forma una vez descubierta la verdadera naturaleza del grupo y su misión.

-Agradecemos su buena disposición y no será olvidada en nuestros informes, pero sobre todo estoy seguro que el Emperador los tendrá en cuenta. Intentaremos pasar desapercibidos mientras dure nuestra estancia aquí. En cuanto sea posible me gustaría visitar a Tercio y también registrar los aposentos del Administrador por si hubiera algo que aclarara su partida y no hubiera sido tenido en cuenta.

Le hizo un gesto de asentimiento para darle a entender que agradecía las atenciones que estaban recibiendo.

- "Naturalmente, tienen libertad de movimientos. También pueden recoger sus armas y equipo de las taquillas en que han sido guardadas. Claro que aquí están completamente a salvo y no necesitan ir armados." -

El Escriba os entrega vuestros Cognomen y os dice que con ellos podéis abrir las taquillas que os han asignado en los vestuarios de la planta baja.

Os muestra un plano de toda la torre de la Autoridad Portuaria, indicando donde están los elevadores que conducen a la planta baja, donde está la Enfermería, y como llegar a las estancias del Administrador en la parte alta de la torre, así como los códigos de acceso que abren las puertas.

- "Mi Medicae me informa de que dispone de una pierna protésica cibernética que sería compatible con su compañero. Lamentablemente, incluso siendo ustedes quienes son, recibir ese implante tendría un coste mínimo absoluto de mil quinientos Tronos, que sólo cubren el coste de la pierna cibernética en sí. Si están dispuestos a abonar esa cantidad, nuestro Medicae puede empezar la operación en breve." -

Itsua se acercó en silencio a Intius tras escuchar al escriba. Le tendió una bolsa que extrajo de un bolsillo y la agitó antes de depositarla en su mano. Las gemas repiquetearon entre sí, con un sonido argentino.

-Debería bastar -dijo, la voz áspera y ronca.

Intius asintió cuando el psíquico le puso la bolsa de piedras preciosas en la mano para acto seguido tendérsela al Escriba Janos.

-Estas gemas cubrirán los gastos, aunque no somos expertos en tasaciones deben tener un gran valor. Quizá Tercio podría hacerlo pero no estaba en condiciones.

Era una suerte haberlas encontrado o sino Tercio volvería de la misión con una pierna menos. En la situación que se encontraban era lo máximo que podían hacer por él, incluso aunque estuvieran perdiendo dinero en la operación.

Vladymir asistió impertérrito a aquel intercambio. Tercio, a pesar de sus defectos, tenía habilidades muy útiles para todos ellos, y debía costearse su recuperación a cualquier precio. Simplemente, era necesario allí, vivo y entero. Lo único que esperaba el guardia era que en el futuro no tuvieran que perder otra vez tantos de sus fondos, y más con la pobreza del Inquisidor al que servían. 

- Las gemas son evaluadas y tasadas minuciosamente por los Adeptos del Administratum.

- Finalmente, se les asigna un valor de tasación máximo equivalente a 750 Tronos, la mitad del coste total de la pierna cibernética para Tercio.

- Faltan otros 750 Tronos. En las pertenencias de Tercio hay 200 Tronos y Vladymir podría aportar los 300 Tronos que el Administratum le acaba de ingresar. Siguen faltando 250 Tronos.

Tras la tasación de las gemas Intius rebuscó en sus bolsillos.

-Tan solo tengo estos 287 tronos y puedo darte 200 de Tercio que estoy seguro estaría dispuesto a ofrecerlos dado el caso.

No disponía de más y tampoco podía exigir a nadie que se desprendiera de su dinero personal. Al fin y al cabo Intius nunca había tenido problemas de dinero y no le costaba desprenderse de esa cantidad. Al final de mes su cuenta estaría engrosada con la parte de los beneficios que le correspondía de sus negocios familiares y volvería a disponer de una buena cantidad de dinero.

-Soy un hombre de palabra y te prometo que a finales de mes satisfaré personalmente el resto de la deuda, pero ahora es todo lo que tengo, si tuviera más no escamotearía en pagar la pierna de ese hombre que lo ha dado todo por el emperador.

-Yo puedo aportar los 300 que nos habéis pagado por la misión, además de los 119 de que dispongo-dijo el vostroyano. Parecía que las gemas no habían sido suficiente, pero aún con todo, aquel pago debía hacerse, o perderían a un valioso miembro del grupo.

Se lleva a cabo el pago de 1500 Tronos de la siguiente manera:

- Gemas aportadas por Arlan Hex, tasadas en 750 Tronos.

- Fondos de Tercio Veridio: 200 Tronos.

- Recompensa ingresada a Vladymir Ostrogov: 300 Tronos.

- Fondos de Intius Varnias: 250 Tronos.