Partida Rol por web

El escenario para nuestro viaje hacía Orlankan está frente a nosotros: Los muelles. Aun entre la porquería que parece ser esta parte del planeta habría esperado algo más de organización y civilización, pero me decepciono nuevamente al darme cuenta que no en todas las cloacas que se hacen llamar mundos la gente administra de manera efectiva sus recursos como lo hace el Mechanicus.

"Pero no estamos en Los Tornos, estamos en un rincón asqueroso y alejado de la verdadera civilización, por lo que debo hacerme la idea y maniobrar en función de donde estamos y de como se hacen las cosas aquí."

Veo el camino y noto lo saturado que está y lo peligroso que es aventurarse por aquella plataforma. En nada nos serviría ver caer a miembros del grupo para encontrar un estúpido final en el mar. Debemos usar la cabeza para lograr llegar a nuestro destino y eso no se logrará sin una estrategia.

Me quedo junto al grupo mientras comienzo a mirar la zona, buscando una manera más segura de acercarnos a las embarcaciones y de abordar, que no considere subirse a esas inestables pasarelas y caer a una muerte segura.

- Caminar con precaución por este lugar resulta razonablemente seguro, pero resulta evidente que si estallase una trifulca o pelea, sería muy fácil precipitarse al vacío para encontrar una muerte casi segura.

Intius observó mientras se acercaban unas cuantas embarcaciones listas para ser soltadas en el agua.

-Cualquiera de esas podría servirnos. Dijo casi en un susurro. Tanta discreción le estaba volviendo paranoico.

Las pasarelas colgantes comenzaron a abarrotarse de gente a medida que se aproximaban al lugar donde algunos capitanes de embarcación o algunos de sus tripulantes negociaban las tarifas. Intius encabezó el grupo decidido a intentar conseguir el mejor de los pasajes para todos pero enseguida se dio cuenta que estaba totalmente perdido entre la constante ida y venida de las demanda y las ofertas.

Esto no va a funcionar, no conseguiré nada.

Se volvió hacia el resto del grupo y miró entre ellos si alguno estaría dispuesto a hacer la negociación.

-¿Alguno podría encargarse de esto? No soy bueno negociando.

Era una ironía que su familia se dedicara al negocio de los transportes y que él no fuera capaz de comprar un simple pasaje, pero quizá por eso nunca había tenido en cuenta seguir su carrera en el negocio familiar y se había hecho arbitrador. Había cosas que le sobrepasaban y tener que andar regateando precios era una de ellas.
Esperó a que alguno de sus compañeros no tuviera reparos en hacerse cargo del asunto y se dio cuenta que aquellas pasarelas no serían el mejor lugar donde encontrarse si por alguna razón cundía el pánico entre la gente o se desataba una nueva pelea. Miró hacia abajo, donde el mar revuelto iba y venía mareante y se sintió agobiado durante unos instantes. Decidió fijarse en su alrededor y estar atento y preparado por si sucedía algo.

Parecía que aquello iba a ser un proceso excesivamente largo y agotador, y aquello no le gustaba al guardia. Sin embargo, tenían que pasar por aquel maldito cuello de botella para avanzar al destino de su misión, y poco o nada podrían hacer. Entonces llegó la pregunta de su "líder", y el vostroyano negó con la cabeza.

-Nunca me instruyeron para nada así. 

Desde que Vladymir y Tercio se habían comido las rosquillas, Xerxes había permanecido muy atento a cuanto hacían temiendo que en cualquier momento los dos hombres se desplomasen en el suelo por culpa de alguna indigestión. Pero nada más llegar a la zona de los puertos con todas sus inestables pasarelas dejó de prestar atención a sus dos compañeros, obligado como estaba a fijarse muy bien dónde ponía los pies. Hasta aquel momento ninguno había mostrado síntoma alguno de enfermedad, lo que no significaba que esta no estuviera esperando para golpear después.

Fue mientras caminaban con el sonido del romper de las olas bajo sus pies cuando Intius formuló otra pregunta. Xerxes lo miró de pasada, justo después de comprobar que el último de sus pasos había sido seguro y antes de asegurarse de que el siguiente lo sería también, pero no dijo nada. La respuesta a aquella pregunta ya la había dado en el Predio de Leocadio y no quería repetirse. Repetirse era un desperdicio de tiempo…

- Con gran esfuerzo y cuidado, habéis logrado situaros cerca de una de las embarcaciones que parece que todavía acepta pasajeros.

- Os fijáis que muchas embarcaciones están en reparaciones, o que han llegado hace poco y sus capitanes no tienen prisa por marchar, al menos no sin antes conseguir una carga lucrativa.

- Poco a poco la multitud parece dejaros un poco de espacio, especialmente tras un par de fuertes codazos que el Vostroyano propina casi por instinto a dos posibles (que no confirmados) carteristas.

Os acercáis al único barco que parece estar en predisposición de zarpar en breve.

Tercio intenta hablar con el capitán, pero este le espanta casi a manotazos, como si fuese un moscón molesto. Después se fija largo rato en Intius Varnias antes de espetar:

- "¿Mercenarios, eh? ¿Y queréis ir a Olrankan o a otra zona de guerra? Parecéis bien armados, lo que indica que no lleváis aquí tiempo suficiente como para haber perdido vuestro equipo apostando, bebiendo y comiendo.

Está bien, puedo llevar a un grupo como el vuestro en mi barcaza. Serán cincuenta Tronos de oro por cabeza. Precio final no negociable. Si intentáis regatear, os buscáis a otro." -

Intius miró al hombre y asintió. Le gustaba la gente directa y que decía lo que quería. A él tampoco le gustaba regatear, aunque suponía que el precio sería elevado para los estándares del transporte de la actualidad y las circunstancias concretas del planeta, pero mirando a sus compañeros y viendo los nulos o fracasados intentos de encontrar otra forma de moverse pensó que sería la mejor opción.

-Nos parece bien. Afirmó seguro mientras tendía la mano al capitán. ¿Cuando zarpamos?

Al fin y al cabo el dinero era secundario, importaba más cumplir la misión lo antes posible y de la manera más efectiva. Y una de las claves para pasar desapercibidos era hacerlo lo más rápido posible. Desconocía si sus compañeros tenían el dinero, pero al menos él podía pagar su pasaje y otros dos más.

-Espere un momento, voy a reunir su dinero.

Intius se giró y se reunió con sus compañeros.

-Ya lo habéis oído, no creo que tengamos más opción así que si queremos llegar a Olrankan rápido es nuestra oportunidad. ¿Tenéis todos 50 tronos?

- "Por la mañana justo antes del Alba. Estad aquí a tiempo y con el dinero." -

Después os mira un rato a cada uno.

- "Si no tenéis alojamiento podéis pasar la noche a bordo, a condición de que vigiléis que no se cuelen polizones." -

Parecía que ya habían encontrado una manera de ir al lugar. Sin duda no les iba a salir barato, pero poco podían hacer.

-Yo tendría que sacar algunos tronos más, pero sí podría afrontarlo con los fondos de mi cuenta. Tampoco me parece mala opción "alojarnos" en el barco, será gratis. 

-Bien es un trato razonable. Nosotros dejaremos su barco libre de polizones Capitán.

Al menos no tendrían que pagar por el alojamiento y no llegarían tarde a embarcar. Hizo un gesto a sus compañero para que subieran al barco. Tendrían que hacer turnos de vigilancia.

-Alojamiento gratis, no está mal ¿no? Dijo mientras iban subiendo. Deberemos repartirnos en turnos de vigilancia. Von Braun y Vladymir harán el primer turno, Tercio y Titus el segundo e Itsua y yo el tercero. Cuando no estéis de turno aprovechad a descansar si queréis. Y sobre todo procurad que nadie se suba, no quiero que el Capitán se enfade.

Un novato con un veterano era una combinación bastante aceptable y aquella fue la primera que se le ocurrió.

- ¡Eh! ¡Eh! - dije mientras me alejaba de las sucias manos de aquel tipo.- Tampoco hace falta ponerse así, hombre...

Me sacudí el abrigo, a saber que clase de basura había estado tocando aquel tipo, y esperé a ver lo que pasaba pues parecía que Intius si que le había caído bien.

- Se me dan mejor las mujeres - dije en un susurro mientras recuparaba mi eterna sonrisa.

Al final el tipo quiso negociar, aunque más que negociar... ya sabía que sería caro pero el viejo estúpido ni siquiera quería negociar el precio ¿Pero en qué mundo vive ese tío? Seguro que había cientos... ¿Qué digo cientos? ¡Miles! Miles de otros marineros dispuestos a llevarnos. Por suerte para él, mejoró la oferta.

- Que así sea - asentí ante las órdenes de Intius.- ¡A descansar entonces! Avisadme cuando sea mi turno.

- "Alto, alto, primero el dinero, luego embarcan. Son: uno, dos, tres, cuatro, cinco y seis. Total, trescientos Tronos de oro." -

- Si usted lo considera así…- respondió a Intius.

Obviamente Xerxes consideraba que por cincuenta tronos el “alojamiento” estaba más que incluido en el precio, más aun teniendo en cuenta que durante una noche deberían ejercer sin remuneración alguna como vigilantes de seguridad de aquel usurero.

- En cualquier caso lo que está fuera de toda consideración es que yo no dispongo de tal cantidad de dinero.- Ni siquiera se preocupó en bajar el tono de voz. Para qué hacerlo, así se aseguraba de que todos los ladrones que había a su alrededor lo supiesen. No debía haber pocos ladrones, como tampoco había pocos matones y asesinos dispuesto a apuñalarlo por la espalda.- Tampoco podré disponer de ella en breve- añadió, tras echar un vistazo en rededor.

Itsua permaneció impasible ante el exorbitante precio demandado. Así cómo ante la rápida aceptación de Intius de aquella pequeña fortuna. La cantidad demandada se ajustaba curiosamente al dinero que había sacado del expendedor crediticio, lo cual le dejaría sin nada de dinero para cualquier otra eventualidad. Ello le colocaría en una situación de precariedad muy arriesgada una vez llegaran a su destino.

-Ese pago agotará mis recursos. Debería exigirse un documento que acredite el abono del viaje si esperamos recuperar ese dinero y si es que finalmente se viaja con él. Y además me coloca en una situación de pobreza total de cara al futuro. Lo cual en un emplazamiento asediado augura problemas. 

Finalmente tomamos contacto con el capitán de una embarcación susceptible de llevarnos a Olrankan. El anciano habla con dureza y deja en claro sus términos. Estos incluyen una cantidad de Tronos por persona para el viaje, además de la posibilidad de dormir a bordo a cambio de un rudimentario servicio de vigilancia.

El líder de nuestro grupo acepta y comienza a juntar los tronos, momento en el que me doy vuelta hacía él y le respondo con total sinceridad:

 - "Intius, no dispongo de esas cantidad de dinero y no la tendré hasta la próxima paga a fin de mes. No cuento con más de 15 o 16 Tronos."

Le miro con cara de resignación, pues nunca he recibido una cantidad muy sustanciosa, pero ahora me pilla en un momento de especial escasez de dinero, por lo que no se me hace posible pagar aquella cantidad.

Aquellos tipos tenían aún menos dinero que él por lo que parecía, afortunadamente había sacado todo lo que tenía en la cuenta y con eso podría ser suficiente. Hizo rápidamente unas sencillas cuentas mentales.

-Bien, yo puedo hacerme cargo del pasaje de Von Braun, de Titus añadiendo lo que el tiene y del mío propio. Solo tengo 134 tronos que con los de Titus sumarían los 150. Itsua tiene lo justo pero al menos puede costearse el viaje y Vladymir puede hacerlo si saca más del cajero. No sabía si habría un cajero por allí o tendría que volver al que habían utilizado antes. Se quedó mirando a Tercio esperando que dijera que tenía suficiente para su pasaje o estarían en problemas. En ese caso le daría todo lo que tenían al Capitán esperando que aunque fuera menos aceptara eso en vez de nada. Quería preguntarle a Itsua si ese tipo de gastos los reembolsaban después de terminada la misión pero aquel no era el momento más oportuno, además ahora su única preocupación era conseguir el pasaje para todos, simplemente se limitó a darle permiso para pedir un recibo. Puedes encargarte del documento si es necesario.

- Por mi no hay problema - respondí ante la atenta mirada de Intius.- Pero dado que hay un pequeño problema de liquidez...

No estaba dispuesto a rendirme ante la oferta de aquel tipo que con tan malas formas me había tratado, a saber si la embarcación era capaz de llevarnos a algún sitio, tenía pinta de que se hundiría en cualquier momento. Además el tipo quería ahorrarse el precio de contratar unos mercenarios para hacerle todo el trabajo, por ahí no iba a pasar...

- Haremos algo, amigo - dije sonriéndole al tipo del barco.- Dado que te vamos a proteger el barco durante la noche, cosa que en otros circunstancias tendrías que pagar bien pagado, te pagaremos la mitad ahora y la otra mitad cuando zarpemos... No te preocupes por el barco, nosotros sólo sabemos disparar ¿Qué me dices? ¿Trato hecho entonces?