Partida Rol por web

El gran trasgo vio como aquella mujer salía corriendo hacia  la sala donde se encontraban dos de sus esbirros, se subía sobre unas cajas y disparaba un virote contra  el trasgo que bloqueaba la entrada. El virote se incrustó entre las piezas se su armadura y se quejó amargamente, llevándose la mano a la herida sangrante. Aquel gran trasgo enfureció y sin pensárselo demasiado, salió tras ella dispuesto a darle un buen buen tajo con su hacha. Sin embargo, el golpe falló de forma estrepitosa.

- ¿Dónde vash culebra? - Le preguntó sonriente. - ¡Te voy a desollar!

Y allí estaban ellos, despreocupados tras un extraño combate, donde las columnas se movieron a su antojo dificultándoles la tarea, cuando Yoon dijo de seguir avanzando. No fue hasta ese momento cuando se percataron de que faltaba Aenifer. Pero no era la única persona que echaron en falta. Garrick, aquel viejo temeroso y lleno de cicatrices, tampoco estaba con ellos.

Debían decidir ahora hacia donde seguir, que hacer y si buscar o dar por muertos a sus dos compañeros desaparecidos.

Había cerrado los ojos un instante, sobre todo para poder recuperarme. Ni siquiera había prestado atención a todo lo que había ocurrido a mi alrededor. Pero cuando los abrí de nuevo y me incorporé para proseguir, descubrí con horror que Aenifer no estaba.

Miré alrededor, intentando encontrarla, hasta que frustrada, me di cuenta de que por algún motivo se había ido de allí.

-Alex. ¿Dónde está Aen? ¿Has dejado que se vaya sola? ¿Me echo un momento a descansar, y me encuentro con que no tienes ni idea de lo que le ha ocurrido?

Estaba enfadada, muy enfadada. Ya que la quería tanto, ¿cómo había permitido que desapareciese así como así? 

¡Hay que encontrar a Aenifer! -exclamé. Me di cuenta que no había sido el único en desaparecer, por lo que no podía ser una casualidad -. El anciano tampoco está. ¡Maldita sea! 

Me habia liado y ahora iba a despertar un avispero. Por un instante me imagene siendo devorada por ese ser repugnante y senti que algo se revolvio en mi estomago aunque ser esclavizada tampoco era alentador. Respire profundo antes de disparar mi siguiente flecha que demoro en llegar al objetivo aunque parecia no haber hecho mucho daño. 

Tengo que aguantar, no podran conmigo.

- Primero jugare con tus bolas, maldito....

Al parecer subirme habia sido acertado y si los otros dos no se animaban a subir podia acabar esto ilesa o patearles la cara si lo intentaban.

Tarkhan ignoró la amenaza de Belbara y posó la mano en el hombro de Yoon mientras pasaba de largo, en un contenido gesto de agradecimiento y orgullo por su gesto.

—Insensata —masculló entre dientes el anzano—. ¿Cómo se le ocurre ir a explorar por su cuenta en territorio enemigo? Si la cogen los ogros puede darse por muerta.

¿Había manera alguna de meter sentido común en el común de los mortales?

—La última vez que la vi investigaba la puerta del sur. Valyëvan, abre la marcha. Alex, ve con ella. Yo iré justo detrás de vosotros. A ver si podemos salvar a Aenifer de su propia insensatez.

Alex palideció cuando vió que Aenifer no estaba en la sala, había estado tan ocupado recuperando su equipo que no había visto en que momento se había ido, y para mejor su amiga venía a echarle la culpa a él de que no la hubiera vigilado. - Aenifer es grandecita por si no lo has notado, no me dijo que se iba a ningún lado, si no hubiera ido con ella.  - asintió ante la indicación del Anzano y terminó de acomodar el equipo mientras avanzaba - Gracias Tarkhan, cuando la encuentre le daré unos azotes por imprudente.

Aquel trasgo no tuvo piedad y desde su posición lanzó un hachazo hacia arriba que alcanzó a Aenifer en una de sus piernas causándole una fea herida.

- ¡Tirah el armah y podrash bibir! - Le propuso. - ¡Nosh dibertiremosh! - Y soltó una carcajada que sonó amenazante.

Una jabalina voló hacia Aenifer procedente del trasgo que tenía frente a ella. Fue lo suficientemente ágil como para apartar la cabeza antes de que se la atravesara.

- ¡Niaths! - Azló  la voz el piel verde.

Mientras tanto, el otro trataba de trepar a una de las cajas que tenía Aenifer a su espalda y cuando lo logró, lanzó un mazazo hacia ésta.

- ¡Nyanka jukha! - La dijo, aunque no entendió nada. 

Tras darse cuenta de la desaparición de Aenifer, todos se pusieron manos a la obra siguiendo las indicaciones del anzano. La dirección, la más obvia, el sur pues era el último lugar que alguno de ellos le había visto investigar. Tarkhan encabezó al grupo, pues era tanto o más hábil que la propia Aenifer encontrando y desactivando trampas. 

Al acceder a la primera sala al sur, se dieron cuenta de que era la típica guarida de trasgos, sucia, desordenada, meada y con mobiliario en el suelo destrozado y algún que otro nido a base de cojines viejos y paja para dormir. Alex ya había estado allí cuando escapó de una muerte segura a manos de los trasgos cuando salieron precisamente de esa habitación para tratar de matarlo en la sala de las columnas.

Siguieron avanzando hacia una sala un tanto más grande  y contigua a la primera. Se trataba de una sala bastante despejada y sin los típicos signos de presencia de trasgos en ella. Tarkhan dio el alto y se detuvo a examinar la estancia.  Localizó no sin demasiados problemas algunas baldosas sueltas, las cuales  parecían ser parte de un mecanismo, una trampa. Enseguida entendió que se trataba de una trampa de foso y tras manipular las baldosas sueltas, logró desactivar la trampa, era seguro seguir hacia adelante.

No obstante, antes de seguir adelante, Álex se detuvo para escuchar tras la siguiente puerta y escuchó voces profundas y cavernosas. Sin duda, del otro lado de la misma había alguien esperando. Abrió un poco la puerta, tan solo una rendija y pudo ver que se trataba de más ogros de aspecto fiero. Además vio una escalera de caracol que subía y un pasillo a la derecha.

No hizo falta que insistiera mucho para que nos pusiéramos en marcha. Me lancé detrás de Tarkham, con el hacha firmemente agarrada y preparada para lo que fuera.

Al entrar en la sala arrugué la nariz a causa del olor, pero eso no era suficiente para detenerme. Ni siquiera me entretuve en mirar a mi alrededor, sino que continué avanzando, hasta que Tarkham nos avisó para que nos detuviéramos.

De haber sido por mí, habría continuado pasara lo que pasase, pero tampoco iba a poner a los demás en peligro. Afortunadamente, su capacidad para detectar trampas nos ahorró bastantes problemas. Agradecida, me acerqué a él y coloqué una mano en su hombro para hacérselo saber.

Mientras lo hacía, Alex advirtió de la presencia de voces. El camino estaba justo delante, junto con más enemigos. Miré a los demás, asentí con la cabeza y así con mayor fuerza mi arma.

Tarkhan se pellizcó los bigotes tras desactivar la trampa y comprobar que había enemigos en la siguiente sala.

—No parece lógico pensar que Aenifer haya pasado por aquí —les murmuró a Alex y a Valyëvan—. Habría desactivado la trampa a su paso, o habría caído en ella. Y esos ogros estarían luchando contra ella. Aconsejo retroceder y probar por la otra puerta.

- Ahhhh. Grite de dolor al sentir el hacha abrir mi piel mientras me hacia perder cambiar de postura. 

- Pagaras por eso maldita escoria......

Sin pensarlo mucho me lance contra el cuerpo del gran trasgo para penetrarlo con mi estoque usando mi propio peso para hacer mas daño. Tenia que ser suficiente para derribarle al menos y darme tiempo de conseguir una buena posicion en las cajas que tenia frente de mi o si lograba correr a la habitacion de al lado podria manejarme mejor con el arco. 

- MALDITOOOOOOO

Ya no habia tiempo para pensar, ni siquiera podia imaginar el dolor de Alex o Valy si me encontraban muerta en ese lugar o peor aun, ser esclavizada por esos seres. No podia pensar en eso, tenia que estar enfocada en matarlos a todos.

No podia creer todo el daño que estaba aguantando ese trasgo, pero yo tenia que aguantar mas y era mas rapido que ellos, no me iban a alcanzar, yo puedo ser mas rapida....

Yo puedo ser mas rapida.....

El gran trasgo lanzó un nuevo hachazo contra Aenifer, pero casi se le escurrió el arma de las manos y acabó golpeando contra una de las cajas y haciendo que se partiera en una nube de astillas. Aquel desagradable ser que sangraba profusamente por las heridas causadas por Aenifer, miró el arma, como si ésta tuviera la culpa de sus fallos y acto seguido volvió a mirar a su presa.

- ¡Caerás! ¿Me has oídoh? - Le gritó a la mujer. - ¡Y despuesh de lo que te haremosh desearash no haber nacido!

Mientras el gran trasgo lanzaba sus maldiciones, otra jabalina voló cerca de su posición, la cual no tuvo ni que esquivar de lo desviada que iba. Sin embargo, quien no falló fue el trasgo que tenía junto a ella, quien le golpeó en el costado con su maza haciendo que casi soltara su estoque. Aenifer estaba malherida y no iba a aguantar demasiado. Sólo un milagro lograría que sobreviviera a aquello.

- ¡Jajajaja! - Se rio el trasgo lanzador de jabalinas.

- ¡Ka nyetej juahak niek! - Dijo el segundo mirando con lascivia a Aeny.

Tarkhan volvió a dar el alto al llegar a la nueva estancia. Si Aenifer, como sospechaba, había ido en aquella dirección no habría trampas aquí, pero no quiso arriesgarse. Dio el alto, y solo dio paso a los demás una vez estuvo seguro de que no había más baldosas sueltas esperando a incautos, o algún mecanismo que les rebanara la cabeza cuando intentaran abrir la puerta. 

Señaló a Alex, señaló su oreja y por último señaló la puerta. Después señaló a Valyëvan y señaló a Alex. Por último señaló a Belbara y señaló el umbral del pasillo que conducía al zulo de basura.

Indicó a Yoon que se acercara a él con un último gesto y aguardó a que sus compañeros se movieran por la estancia según el plan que tenía trazado en la mente. Quizá Alex necesitara su ayuda para abrir la puerta, pero eso podría significar que Aenifer no había pasado por allí sino que había ido al zulo de basura, pero el cagadero de unos trasgos no sería el destino que la vovit habría escogido en primer lugar.

Buscar trampas: 29.

El grupo encabezado por Tarkhan, se adentró en la sala que se encontraba al norte La sala que se encontraba contigua a la de la cual habían salido los trasgos, era muy similar a ésta. Llena de trastos inservibles, con olor a descomposición y sucia como una madriguera de rata. Una nueva puerta estaba cerrada en dirección norte y un largo pasillo acababa en otra pequeña sala, que desde allí también parecía un zulo lleno de basura.