Partida Rol por web

Corristeis como seguramente no habias hecho en años, alejandoos como podiais del lugar. El umbral de hormigon dio a una especie de habitaculo defensivo con una puerta de metal reforzado. Era literalmente imposible que ninguno de vosotros pudiera abrir esa puerta, era de antes de todo, con una tecnologia que a dia de hoy no se podia replicar. Un callejon sin salida.

Dante dejo a la niña en el suelo, buscando una silla donde pudiera sentarse y miro el panel. Fruncio el ceño, inspiro, expiro y nego antes de emter la mano en tu abrigo. Se medio giro, os miro a todos y luego miro a la puerta por la que habias venido. Era el final del camino, de eso no habia dudas. Saco un par de recipientes, jugo con ellos entre los dedos.

Rea rio con algo de fuerza mientras se apoyaba contra la pared, con la sangre aun en los labios y la barbilla, la verdad es que tenia una pinta mas amenazadora que otra cosa. Una psicopata de las arenas que habia vuelto a la vida de entre las fauces de un monstruo. - Puta mierda...

Derek se apoyo en uno de los muebles, dejando la escopeta encima del mismo. Su mano fue a su pierna, apreto donde estaba la herida porque dolia como mil demonios.

La unica medico habia muerto, la unica posibilidad era encontrar a Erik pero si estaba vivo, estaba mas alla de esa puerta de metal.

El suelo se estremecio, cada vez estaba mas cerca. Para colmo de repente toda la estructura de la puerta se vio sacudidad con una fuerza descomunal a la par que un aullido que os obligo a poneros las manos en los oidos sonaba dos veces consecutivas. El sonido era atronador, de los que te hacen castañear los dientes, notas como tus huesos vibran y no tienes claro si te han dejado sordo o no. Literalmente abrumador pero mas importante, no parecia provenir del impacto de esa bestia enorme, sonaba... a un arma de fuego.

Dante se estaba moviendo hacia afuera. - ¿Que cojones?

De repente sin que nadie de vosotros se diera cuenta, la niña se habia acercado a un panel que todos habiais pasado por alto. Oisteis una especie de sutil pitido bajo con cada boton pulsado. Para cuando mirasteis, el ultimo numero era marcado y un titulito pequeño y verde rezaba asi .

ACCESS GRANTED

No tardasteis en escuchar el chirrido de maquinaria al ponerse en marcha mientras la puerta lentamente se abria dando paso a la ciudad.

Correr, correr y nada más que correr durante un tiempo que casi parecía eterno mientras buscábamos un lugar en donde sentirnos medianamente seguros, si aquello era siquiera posible con aquellas bestias persiguiéndonos. 

Una puerta, una enorme puerta de metal de esas antiguas, de esas que sería imposible abrir por ninguno de los que allí habíamos por lo que simplemente golpeé con fuerza aquella estructura - ¡Mierda!

Tras aquel ligero arrebato me posicioné mirando hacia la puerta por la que habíamos llegado mientras volvía a coger mi cuchillo, colocándome en posición alerta y defensiva por lo que pudiera aparecer.

- Vamos Rea, aún puedes patear culos. 

Antes de poder siquiera decir algo más aquel aullido provocó que tuviera que llevar mis manos a los oídos, tapándolos de forma que el cuchillo no me dañara y gruñendo con cierta mueca de dolor al sentir aquella presión en mis tímpanos. 

- Eso mismo Dante, ¿Qué cojones era eso? Debemos salir de aquí o buscar una manera de abrir esa jodida puerta... 

Mas entonces aquel pitido hizo que girara mi cabeza para encontrarme de lleno con aquel mensaje que parecía permitirnos el acceso a aquella estructura. Miré a la niña no sin cierta expresión de sorpresa.

- Bien hecho, gracias. - Miré al resto - No bajéis la guardia, la niña ya nos dijo que había gente con grandes monstruos a los que parecían liderar. Tengamos cuidado. - Permanecí en aquella misma posición mientras seguía hablando - Que alguien compruebe si la entrada es segura, yo seguiré cubriendo la retaguardia. 

Llegaron a su destino y Ania apretó los labios con frustración al ver cortado su camino. Al girar sobre si misma, buscando a saber que, se topó con Derek. La culpa por no haberse detenido a ayudarlo se desparramó por su interior, como un liquido espeso que se pegara en sus visceras. Si no fuera por Azra...

Dió un paso en dirección al corredor de la arena pero aquel horrible ruido... Dante le robó las palabras de la boca. Su hermana parecia igual de sorprendida. La puerta se abrió ante aquel mensaje surgido de la nada. ¿Aquello era magia? Había oido hablar de cosas parecidas pero nunca las había visto...

Asintió con rictus serio pero decidido a la petición de asegurar que la entrada era segura. Desenvainó de nuevo y se deslizó como una gata hasta la puerta, pero desde un lado, no de frente. Le daba resquemor aquella compuerta que se había abierto sin tocarla directamente... ¿se cerraría igual?

Intentaría escuchar antes de asomarse con rápidez. Si le parecia seguro, volvería a asomarse con más cautela. - ¿Crees que puede haber trampas, pequeña? - le susurró a la niña.

La nina nego a Ania. - No queda nadie cuando sali, no deberia haber nadie. No hay trampas, porque no hay nadie para activarlas.

La puerta se abrio y al atravesarla, os encontrasteis en una zona que sin ninguna duda habia sido creada para una sola cosa. Matar.

La nina miro a Ania. En otro momento quizas, pero estaba claro que esta estructura no estaba hecha para "humanos".

Un cubiculo de cinco por cinco metros, con un sinfin de puntos de disparo en los laterales y con estructuras reforzadas en la parte mas frontal donde estaba el unico umbral para poder acceder a la ciudad. Estaba claro que en algun momento habia existido una puerta o similar, pero ahora al menos, en este momento, no estaba.

Avanzasteis con cuidado, sin que se oyera de inicio ningun ruido. Cruzasteis el cubiculo y luego el umbral, dando lugar a una zona donde en otro tiempo quizas se hubiera asentado un arsenal. Los armarios de armas se sucedian a ambos lados, como minimo una decena de ellos. Todos vacios.

Una puerta doble delante vuestra y al abrirla, de nuevo la luz del dia golpeando con su fuerza. Estabais dentro de Helmtown.

Por lo que recordabais la ciudad tenia forma de Y, la base de la Yera la puerta principal, vosotras estabais en el lado derecho de la Y, viendo el camino que llevaba hasta lo que era el centro de la ciudad, la union de la Y.

La ciudad estaba destrozada en mas de un sentido, los edificios estaban literalmente arrasados, pero no parecia que hubiera una estrategia en si, sino simplemente, destruccion por puro placer o por la caza de los supervivientes. Siendo el inicio de la ciudad la que se habia llevado la peor parte y el lugar donde estabais, el que menos. Despues de todo era la zona mas fortificada y mas militar, pero tambien estaba preparada para ataques frontales, no interiores.

Cerca de la zona central se veia lo que parecia como una barbacoa o similar, una especie de puesto de observacion que estaba vacio, a excepcion de un cadaver. De un lateral, a vuestra izquierda segun mriabais, parecia haber algo en la misma pared, y de alli lentamente iba saliendo un humo negro bastante caracteristico. Teniendo en cuenta donde habiais dejado a vuestros companeros, tenia toda la pinta de que bien podia ser cosa suya...

Una vez alli dentro Dante se aparto alejandose para mirar en direccion al otro lado de la ciudad, al otro extremo de la Y y suspiro. Alli habia una elevacion clara de roca. - Ese ruido ha tenido que venir de alli...

Los pasos eran ahora lentos, más pausados y cautelosos, como si el más mínimo sonido pudiera significar un nuevo peligro y no podían permitírselo, ahora no... rea necesitaba atención médica y seguramente alguno que otro también, incluida ella misma, aunque no lo reconocería o, al menos, se quedaría para las últimas pues no consideraba graves sus heridas, en la arena las había sufrido peores. 

La salvaje observó todo cuanto les rodeaba, analizando las estructuras, la disposición, como quien estudia el terreno rival e incluso como quien intenta memorizar aquellas estructuras y disposiciones para poderlas utilizar en su propio beneficio en caso de ser necesarias. Buscando los mejores lugares para posicionar las armas de distancia, las mejores zonas para asaltos y emboscadas, como si cada fibra de su ser se encontrara atenta a todo. 

Olfateó el aire, incluso sacando ligeramente la lengua para intentar discernir si había algún tipo de residuo en el ambiente, como si aquellas pequeñas cosas pudieran darles más información aún mientras observaba las posibles marcas en las paredes, puertas... casi como si creyese poder encontrar algún acceso oculto o secreto, alguna especie de túneles de escape o algo parecido.

Caminaba con cautela, atenta a todo y cuando vislumbró el cadáver fue acercándose a él para analizarlo, mínimo para intentar averiguar si se trataba de algún vigía, ciudadano, asaltador... E incluso, si había muerto por heridas de disparos o causadas por explosiones o animales.

Escuchó atenta las palabras de Dante y asintió.

- Vayamos hacia allí - Dijo señalando la zona del humo -  si tenemos suerte quizás sean nuestros compañeros. Esperemos que hayan logrado la infiltración, después de todo se supone que el tal Erik había creado aquel grupo para eso mismo. Sigamos alerta, andando con cautela e intentando no hacer ningún ruido... - Miró a la niña - ¿Qué hay en aquella dirección? - Le preguntó indicándole la dirección que había dicho Dante.

Siguió a la pequeña, intentando ayudar a Derek si este lo necesitaba para avanzar y conteniendo el aliento con su estómago endurecido debido a este gesto, pues aunque le había asegurado que no había trampas activadas, cruzar aquel cuadrado le hacia imaginarse que en cualquier momento una flecha y/o bala podría emerger de aquellos pequeños agujeros que lo decoraban.

Al asomarse por aquel lado de la ciudad toda aquella destrucción sin sentido le hizo recordar la maldad que habitaba en aquel inhóspito mundo. Su diestra se cerró y se abrió varias veces, y la cabeza del lobo que tenía tatuado en el envés de su mano, parecia que diera dentelladas al compás

Inspeccionó la calle que se abría ante ellos intentando discernir algo útil entre tanta desolación. Entre tanto metal y cristal roto. Se centró en el humo cuando Azra señaló la zona y pensó en lo bueno que sería reencontrarse pero... ¿sería seguro? Volvió a buscar puntos ciegos, estructuras debilitadas que pudieran derrumbarse en cualquier momento... cosas así, aunque era muy dificil discernir aquello solo mirando...

Mire a Erik. - No no soy de aqui, pero he venido otras veces. - Senalo la zona fortificada que quedaba a vuestra derecha, la que no era la montana. - Si buscas un refugio... no se me ocurre uno mejor...

No muy lejos de Keira, me quede mirando a los recien llegados y acabe por mirar a Erik porque se suponia que habia estado aqui antes y por ende quizas sabia lo que era eso, sino acabaria por suspirar. - Eso es posiblemente uno de los armamentos mas avanzados de este territorio... - Esperaba obviamente las miradas de todos, simplemente me encogi de hombros. - No se mucho, aparte de que esta conectado al bunker, pero no hay acceso desde la superficie por lo que se supone. Solo mira en una direccion... - Senale en direccion al Yermo, al del lado oeste, al que habian usado el resto de vuestro equipo para venir. El infierno se suponia. - Y por un buen motivo, si ese bicho de ahi atras os ha parecido jodido, mejor no vayais mas alla de la ciudad en direccion oeste... ese lugar es monstruolandia.

Un rugido de rabia e ira, grave y siniestro se escucho de repente a lo largo de toda la ciudad. Provenia obviamente del oeste. Instantes despues la misma ciudad temblo como si hubiera un terremoto, pero se detuvo relativamente pronto. Habia sido un choque... de eso no habia duda.

Mire hacia alli. - Es bueno que al menos siga funcionando... sino la cosa se pondra mucho peor... - Parecia saber de lo que hablaba.

La nina te miro y sonrio, con una alegria extrana, sin duda estaba en casa y se notaba. Parecia que ver la montana, estar bajo su abrigo y oir ese ruido la tranquilizaba, como si fuera una cancion que conociese. - Canones, canones grandes!* De los que matan monstruos a montones. - Asintio con vehemencia.

Una lagrima resbalo por su rostro pero se la limpio rauda. Trago y sorbio mocos antes de miraros. - La entrada esta bajo tierra. - Senalo a la hendidura que habia entre vosotros y la montana en cuestion.

Como si fueran deshonilladores, un grupo de siete personas salieron caminando de la cueva que seguia dejando salir humo como si fuera una vieja chimenea. Por sus movimientos no es que estuvieran en sus mejores condiciones pero estaban enteros, y al menos tres de ellos se movian relativamente bien.

El humo negro ascendia lentamente, pero sin pausa, dejando una marca indeleble por el momento en el azul del cielo. Una marca que sin duda muchos a vuestro alrededor reconocerian y que podia traer problemas.

Estaban hablando de algo cuando uno de ellos senalo en direccion a la zona fortificada. Al seguir su mirada, vuestras miradas se encontraron con otro grupo, variopinto pero reconocible, a excepcion de una figura mas menuda que les acompanaba. La mayoria iban tambien tocados o medioarrastras cogidos de algun companero.

El reconocimiento fue mutuo por ambas partes. Cada uno a su manera habia encontrado su camino hasta el interior de Hemltown. Sin embargo tambien fue claro que los numeros no cuadraban, y es que el Yermo siempre se cobraba un precio. Eran obvias las bajas de Lermin y Alice.

Azra caminaba con una herida en una de sus piernas, una herida que ya apenas sangraba pero hacia que cojeara muy ligeramente. Además, ayudaba a Rea a caminar ofreciéndole su cuerpo como apoyo mientras llevaba su cuchillo (más tirando a un machete) sujeto con fuerza sin dejar de mirar a todos lados, como si esperara un ataque desde cualquier rincón.

Sus ropas también estaban ligeramente rasgadas y uno de sus brazos presentaba lo que parecía una pequeña quemadura, aunque parecía más bien hecha con algún líquido ácido que por algún tipo de fuego. 

Miró al resto que se encontraban ante ellos, observando un poco más a las nuevas caras y con una expresión fría, seria y salvaje. Sus dorados cabellos estaban cubiertos de polvo y habían rastros y salpicaduras de sangre por sus ropas, su piel y claramente en su arma.

- Debemos largarnos de aquí cuanto antes. La puta gusano gigante podría dirigirse a Parody y esta ciudad ya no puede salvarse... Debemos salvar Parody.

Fría, directa y seguramente algo despiadada, nada había cambiado en la guerrera, salvo quizás el que estaba de peor humor. Tampoco hizo ademán de preocuparse por el estado de quienes se habían encontrado, después de todo tratar las heridas sería mejor hacerlo en un lugar más seguro. 

Escuchaba con atención, el temor a un enfrentamiento con los dos desconocidos se había disipado casi en su totalidad, y es que no había nada como un enemigo común con mutaescorpius amaestrador para unir a la gente…

La gente de la ciudad es muy restrictiva con respecto a la entrada a la zona subterránea, siempre lo han sido, y a pesar de que llevo unos cuantos años comerciando con ellos, apenas si he visto la entrada y poco más era más que un bunker, ¿quien sabe lo que podía haber realmente ahí abajo? ¿Un complejo del mundo anterior? Y si, conozco ese armamento del que hablas, lo he visto en acción, pero como dice, no supone una amenaza si estamos en el interior de la ciudad confirmó lo que decía el chico a sus compañeros.

Tienes razón Keira, no podemos quedarnos aquí miró a la joven con confianza y siguió la sugerencia de Teela y se encaminó a la zona fortificada estoy de acuerdo contigo Teela, no parece un objetivo al azar, y apostaría a que quieren lo que hay en el subterráneo, pero ya os digo que entrar ahí abajo no va a resultar en absoluto fácil había muchas cosas que sopesar, el objetivo de la misión era conseguir toda la información posible en caso de no poder resolver el asunto…

Yo también me alegro de que estés a salvo Azra en realidad era totalmente cierto es un alivio volver a veros si, no estaban todos, pero era el yermo, y aunque le dolía cada baja, siempre se decía que debía estar en el bando de los vivos…

Erik tenía la ropa manchada de sangre, ligeramente chamuscada, pero no parecía presentar ninguna herida propia Son Keira y su amigo, nos han ayudado ahí atrás explicó a la guerrera antes de que esta pensara en atacarles o algo así vayamos a un lugar más seguro y decidiremos que hacer y ver las heridas que tengáis hizo extensible esta propuesta a los dos nuevas incorporaciones ¿qué eso de un gusano gigante? ¿realmente tenían una cosa así? Con eso tal vez podrían acceder al subterráneo, pero le resultaba increíble que pudieran darle ordenes de alguna manera.

Dicen que hay una veintena de enemigos más o menos, aunque hemos dejado a unos cuantos por el camino…

Observó al resto, dedicando una ligera sonrisa a Dante seguida de un asentimiento de cabeza a Dante. 

La joven negó ante la pregunta de Teela, visiblemente frustrada:

- Sé que son caníbales... Y que probablemente estén enfermos - Señaló el cadáver que descansaba junto a los restos de una hoguera - Al menos ése lo estaba. Tiene el cuerpo hecho un asco, cubierto de llagas. Un puto desastre...

Zack apuntaba a la fortificación cuando divisaron a un nuevo grupo - Me cago en... - Una ceñuda Keira se adelantó unos pasos en la misma dirección, sosteniendo la pistola con firmeza, intentando identificar si eran o no una amenaza por su comportamiento. Inconscientemente se había posicionado por delante de Erik.

Mierda...

Observó a los desconocidos en la distancia. La idea de que aquel arma no fuera una amenaza para ellos (de momento) fue bien recibida. Al menos algo parecía ir en su favor. Aunque, por razones obvias, no les aportaba demasiado mientras permanecieran en el interior de la ciudad: Lo que hubiera dentro se lo iban a tener que comer ellos solitos. Y la mitad estaban para el arrastre. 

Asió el arma con fuerza al escuchar el lamento proveniente del oeste, seguido del temblor de tierra. Sentía los nervios a flor de piel y un ansia por liarse a tiros contra algo. ¡Lo que fuera! Estaba hasta los cojones de aquella pesadilla de ciudad, y algo le decía que ésta aún no había sacado lo mejor de ella... Por suerte, la actitud afable de Erik lograba calmarle los nervios como si se tratara de un narcótico. O quizás no exactamente... Más bien la hacía distraerse y volverse... "blanda". Como un puñetero gummy bear.

Retrocedió de nuevo cuando entendió que las caras nuevas eran conocidas para ellos, alzando una ceja al oir hablar a "Azra", quien también parecía estar disfrutando de su visita a la ciudad. Si celebraran un concurso de mal humor el primer premio iba a estar muy, muy repartido.

- Joder... - ¿Salvar Parody? Apenas podían salvar Helmtown. Se sintió tentada a preguntar por el "gusano gigante", pero sabía que no iba a hacer falta - Si nos movemos tenemos que movilizar al resto de supervivientes - Dijo tras escuchar a Erik. Se dirigió entonces a Zack - Quiero volver a la tienda a por el resto de los suministros - De nuevo al resto - Hay un pequeño almacén con provisiones, no muy lejos de aquí. Podemos formar dos grupos si los heridos necesitáis ser atendidos con urgencia - No veía a muchos de ellos en condiciones de caminar innecesariamente, pero ella no iba a tomar la decisión por ellos.

Quiero dinamita.

Vestía pantalones ceñidos, botas hasta media pierna y una cazadora cuya capucha ensombrecía sus facciones, parcialmente cubiertas por un pañuelo negro que, muy seguramente, le había sido de utilidad hacía un momento. Algunos mechones de pelo rubio descansaban sobre su pecho, y sus ojos azules revoloteaban de un individuo a otro. No parecía estar herida a primera vista.

Caminó despacio junto a sus compañeros y las dos nuevas adquisiciones. Cuanto más consciente era de la situación, más rápido alcanzaba el dolor a sus nervios, estallando en un apocalipsis tortuoso detrás de sus ojos. Los calmantes y las drogas se diluían en su sangre, perdiendo efectividad.

-¿Cómo coño sigo en pie?-murmuró más para sí que para el resto. Mantenía los dos revólveres en las manos, las gafas puestas, el pañuelo calado hasta los ojos. Había perdido su sombrero, sangre, un compañero. La ropa chamuscada, sucia de sangre propia y ajena. Su cerebro cada vez menos embotado no recordaba los agujeros que decoraban su cuerpo. 

-Ha estado bien, eh, hermanita. ¿Preparada para la siguiente ronda o ya te has rajado? -decirle eso a Tee era ganarse una hostia segura. Pero lo mismo ni notaría el dolor. 

Se acumulaba información. La separaba en porciones cuando vio aparecer al otro grupo. Se reencontraban, y debían haber recibido lo suyo por el "sano" aspecto que presentaban. Se quitó el pañuelo y los saludó sonriendo con afectuosidad en una sonrisa que no dejaba de tener su punto gamberro incluso en esa situación. 

-La misteriosa mujer de la máscara y el bizcocho. Y la simpática gladiadora. -Escuchó el comentario sobre el gusano gigante y frunció el ceño. Pero más lo hizo cuando miraba aquí y allá y sus enrojecidos ojos no encontraban a Alice. Tampoco a Lermin pero casi ni se dio cuenta de ello ante la ausencia inquietante de la curandera. No era difícil sospechar lo sucedido, pero con todo, preguntó al grupo.

-¿Alice...?

La mujer mostraba ropas y piel cubiertas de suciedad, sangre y quizás algún resto de.. ¿visceras? El cuero mostraba algunas manchas de corrosión pero muy pequeñas. Su costado parecia tener 3 agujeros de colmillos atravesando el tatuaje del potro. Sus rubios cabellos, despeinados y alborotados caían sobre su rostro, pero ella no hacia ademán de apartarlos, como si ahora que no llevaba la máscara, aquello fuera lo único a lo que pudiera recurrir.

Caminaba al lado de una niña con las mejillas llenas de churretones mezcla de lágrimas, sangre y tierra. Iba atenta a los pasos de un muy malherido Derek, con su katana sobresaliendo por la espalda. Esquivó miradas pero si giró el rostro hacia Erik

- Derek necesita ayuda. Y Rea - deslizó su mano por los hombros de la niña en un evidente gesto protector pero también para enfatizar la presentación - Os presento a esta pequeña guerrera - la miró para que se presentara y de repente cayó en la cuenta de que no había tenido tiempo de preguntarle su nombre... ni la de su hermano... se le hizo un nudo en la garaganta pero logró disimularlo bien*.

- Es un gusano más grande que... no sabria decirte bien... demisiado - suspiró - se desplaza bajo tierra y creo que se guía por las vibraciones. Él y sus pequeño monstruos - sin percatarse, se pasó la mano libre por las heridas del costado

Sus ojos viajaron inquisitivos sobre Keira. ¿De que le sonaba ese nombre? No importaba mucho en esos momentos. La saludó con un ligero cabeceo y tras escucharla, giró el rostro hacia Isaías. Negó con cierto pesar. No porque apreciara mucho a Alice, si no porque siempre era una lástima perder vidas humanas.

- Yo puedo acompañarte para recoger esos suministros. Nos harán falta - se ofreció. Comenzaba a sentirse incómoda sin su máscara. La necesitaba. Perderla delante unos pocos en una situación de urgencia no le había afectado, pero ahora que habían entrado en stand by....

Como otros de sus compañeros, Tee no estaba en su mejor día. De comienzo, estaba prácticamente cubierta de sangre. Tenía el rostro, torso y muslos salpicados por gotas infinitas de alta velocidad, algunas formando manchones más grandes al juntarse, y desde las rodillas hacia abajo su ropa estaba teñida de sangre seca, como si se hubiera arrodillado en un charco de esta cuando estaba fresca. La herida que el resto conocía, aquella en el muslo, parecía haber sufrido unos cuantos desarreglos más. En concreto, se le había abierto y la habían vuelto a parchar. Y justo al lado de esta, había una herida de bala que parecía haberla atravesado limpiamente. Un segundo disparo le había abierto un agujero en la mano izquierda, aunque ahora la llevaba vendada, al igual que la pierna. Más allá de eso, los morados y magulladuras eran abundantes en su cuerpo, aunque ciertamente secundarios considerando lo demás.

Aún revoloteaban en su cabeza alguno que otro pensamiento preocupante cuando escuchó el pique de Isaías. Con una sonrisa de medio lado, lo miró a los ojos como diciendo "¿Es que estás buscando morir?", en parte recordando su primer encuentro hacía tanto tiempo atrás. Sin embargo, en vez de transmitir el mensaje de un golpe, y quizás porque en el fondo disfrutaba un poco de ese desafío necesario, solo le impartió una colleja con la mano buena.

Luego de aquella reciente confirmación sobre lo letal del lado oeste, Tee se había temido lo peor respecto a sus compañeros de viaje. Por ello, al verlos relativamente enteros, aunque claramente tocados, una sutil sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios. Gente dura, donde se viera. A poco estuvo de no reconocer a Ania, aunque una evaluación rápida de aspecto y armas acabó por confirmarle el rostro tras la máscara. Fue recién entonces, al mirar a esta, cuando cayó en la presencia de la niña a su lado.

Poniéndose en cuclillas, no sin arrugar la nariz por el dolor en el muslo herido, Tee se esforzó por mostrarle una sonrisa amable a la pequeña guerrera, como la había presentado Ania. - Me llamo Teela, pero puedes decirme Tee. - se presentó, mientras escuchaba la descripción del gusano - ¿Y tú? ¿Como te llamas, o como quieres que te llamemos? - le preguntó, manteniendo esa expresión amable. Odiaba ver niños metidos en la guerra. Sabía de primera mano lo que era. Conocía sus consecuencias, y conocía de sobra sus riesgos. Y, cada vez que veía un niño en esa situación, y recordaba la última vez que había visto a su hermano, el estómago se le hacía un nudo. 

Desde donde estaba, alzó la mirada al resto cuando escuchó la pregunta de Isaías. Al ver negar a Ania, se puso de pie lentamente otra vez, pendiente de la reacción de su amigo. - Lo siento - murmuró, simplemente, poniéndole una mano en el hombro. Sabía que las palabras sobraban y no servían de nada, pero al menos le serviría para recordar que no estaba solo.

Isaías y yo deberíamos ir a atendernos, podemos ir con Derek y Rea, y quien lo necesite. - confirmó a lo de los dos grupos, llevándose la mano que había posado sobre el hombro de este al pecho para sobar ligeramente. Llevaba doliéndole un buen rato. No muy fuerte, pero persistente, lo suficiente para hacerse notar y actuar de alarma. - Y si lo que dice la loba es cierto, luego de eso tenemos que movernos pronto y rápido. Parody tiene recursos para aguantar, pero no demasiados  - lo que les daría tiempo, calculaba, para atenderse y buscar suministros, pero no para mucho más si no querían correr riesgos.

Una vez la corta presentacion fue hecha, un escupitajo sono claramente entre todas vuestras palabras. Pudisteis ver que era Rea quien habia escupido al suelo y acababa tosiendo dejando algunos espumarajos de sangre en sus labios. Dante la sostenia apoyandola contra su cuerpo en un lado y en el otro estaba Derek, el cual no decia mucho mientras usaba una de sus manos para contener una herida sangrante en el muslo.

Por el tono de sus rostros, estaba claro que necesitaban atencion medica y no una miradita superficial simplemente. Fue Dante quien tras una sonrisa a Erik y una mirada larga a Isaias y a Teela, donde podia notarse su preocupacion, hablo.

Es un placer ver que estais... al menos casi medio enteros. - Su mirada acabo sobre Erik, tras escuchar a Teela. - Estos dos sacos... - Una mirada fulminante de Rea podria haberlo matado alli mismo, pero la guerrera del Yermo estaba en bastante mal estado, como para que incluso esa mirada pasara casi desapercibida, mientras buscaba llevarse un poco mas de aire a los pulmones. El silbido que emitian estos, no era para nada alentador. - Como dice Anya, necesitan atencion medica urgente... - Miro a Isaias sobre todo tras eso. - Aunque no son los unicos, por lo que veo. ¿Se puede saber dentro de que bestia os habeis metido? Porque la gorda y fea esta ahi atras... - Señalo hacia el oeste, dejando constancia de a que se referia.

Acabo por mirar a Keira. - Soy Dante... y no se de que supervivientes hablas, pero si nos encuentras un sitio donde descansar un rato. Sin duda mis amigos te lo agradeceran.

Pearl parecia estar un poco mas detras, algo chamuscado pero entero. Su rifle de francotirador seguia donde siempre, a su lado, aunque sin mira.

De primeras Dante parecia estar bastante bien, o al menos, no excesivamente herido, aun asi se le notaba cansado. La excursion no habia sido un paseo justamente.

Zack por contra se quedo mirando a Keira cuando esta avanzo como si con su arma pudiera detener a los que venian por ahi. No dijo mucho en todo el rato, pero acabo suspirando cuando empezaron a hablar del gusano gigante. - Ese bicho no ira a Parody, asi que tranquilos... tiene una vendetta con esta ciudad desde hace mucho... se asegurara de reducirla a escombros antes de ir a ningun lado. Esos cañones le han hecho mucho daño a lo largo del tiempo...

Si Keira le miro como pidiendo explicaciones, simplemente se encogeria de hombros. - No suele aparecer, es mas no es temporada de que aparezca pero... a saber... todo esto es una puta locura desde que esos cabrones canibales aparecieron, asi que...

Se movio entre los dos grupos, para acercarse a Derek. - A que puta zorra has sacado a pasear que te ha dejado asi tio? - Miro a Dante y luego a los demas, mientras se aseguraba de hacer de apoyo para Derek, este unicamente pudo sonreir levemente mientras no le salian las palabras.

Ya puedes estar jodido si no dices ni pio... - Aunque el tono aprecia con humor, la preocupacion en el rostro y las formas era obvia. Miro a Erik, porque parecia que era quien sabia curar. - Hay que darse prisa.

A su manera lo dejaba claro, nos debes una, te hemos salvado el culo, ahora salva a este hijodeputa.