Partida Rol por web

Todo ha terminado. Esta vez no fue tan fácil como el combate contra los lobos. El grupo ha aprendido una lección. O eso espera Ilth. Jadeando, escucha la voz de sus compañeros e intenta tranquilizarse. Se apoya sobre su báculo, y se da cuenta de que no le quedan fuerzas. Las energías mágicas que ha canalizado le han dejado exhausto. Mira a sus compañeros, al enmascarado, a Auric... baja la cabeza apenado, y se aproxima a la hoguera, dejándose caer, rendido, al lado de Kanäe.

Fred no se ve con necesidad de registrar el cuerpo de Auric, pues él mismo le había dado las ropas que llevaba y esas ropas habían sido saqueadas antes de ser donadas. Da cuenta eso sí del resto de cuerpos, sacando un puñado de monedas, algún arma de baja calidad e incluso una amatista.

-Si no tiene ninguno flechas, no puedo reponértelas- dice Fred, el cual se sienta para remover el guiso. -Creo que esto se puede comer- busca boles por ahí y acaba dando con unos. Coge uno para él, se lo llena y se pone a probar aquel guiso, sin ofrecer y sin esperar a nadie para comenzar a comer. -Pues está rico. Y si no queréis skooma toda para mía- da otro tiento a aquella botellita pequeña. -Después vamos a dormir y con suerte mañana si no nos entretenemos llegamos a Ventalia al anochecer. Debéis de daros prisa, porque sin duda estáis caminando más lento de lo esperado.

Ilth coge un poco del guiso, come poco a poco, con la mirada perdida, como si estuviera en otro lugar. Sin decir palabra al terminar se acerca a un rincón y se echa a descansar.

-Bueno, el breton parece agotado, la magia consume mucha energía por lo que se ve... vosotros descansar, sobretodo tú, Fred, que has hecho un gran labor ayudando desde la distancia. Yo haré la primera guardia, que no me importa y no estoy cansado.- dice con un tono altivo y creído ante sus compañeros.

Agarro uno de los cuencos de mala gana y me sirvo una cantidad generosa, mis tripas empezaban a reclamar alimento. Al probar el guiso hago una pequeña mueca y pienso - Está comible.- mientras replico el gesto pensativo de Ilth aunque dejando la mente en blanco. 

Al terminar, busco un manta o algo que aísle un poco el frío del suelo pero mientras lo hago veo que Ilth está muy encogido y con cara de frío y decido arroparlo con ello. Luego me acerco al fuego y me siento al lado de Sigurd mirando las llamas bailar. - Me quedaré un rato aquí hasta que me entre más sueño. - Dirijo mi mirada hacia Fred momentáneamente - Bueno, ya arreglaremos cuentas cuando lleguemos a Ventalia.- Digo medio sonriendo ya que había comprendido que no podría sacar nada más de utilidad de Fred que algunas risas de vez en cuando.

La noche transcurre tranquila y sin incidentes. Bastante había sido la pérdida de uno de los aventureros, aunque en realidad no lo conocierais de nada. Al menos no era un capullo racista como Fred. La comida no es un manjar, pero se puede comer y llena la tripa. Por desgracia no sabe tan bien como huele. Fred decide beberse solo todo el skooma y acabar cantándole a la luna, de una forma un tanto ruidosa y desentonada.

Fred canta sobre el nacido del dragón y como un héroe está por llegar a Skyrim, pero su canción tiene poco de solemne. Más bien su tono es burlón, como si todo le pareciera un chiste.

Pese al concierto conseguís más o menos descansar y despertáis ante las ascuas de lo que fue la hoguera. Aunque enseguida algo más os despierta y es un sonido que no habéis oído nunca.

Cuando salís de la torre, veis por primera vez en vuestras vidas ¡UN DRAGÓN! ¿¡PERO NO SE HABÍAN EXTINGUIDO CON ALDUIN!? ¿QUÉ INVENTO ES ESTE?

Salgo un poco descolocada. Ese sonido no se parecía a ninguna bestia con la que me hubiese cruzado antes. Avanzo despacio y en sigilo cuidadosa para que no me viese. 

- Que Akatosh nos bendiga...- Digo en un murmullo al ver aparecer la imágen del dragón delante de mi. 

Me vuelvo por donde he venido y trato de avisar a los demás. - Ehh, chicos, me parece que estamos de fango hasta el cuello. No os vais a creer lo que hay fuera.- 

-¿¿Más bestias?!, ¿lobos?, sonaba mucho más grande como un troll, nunca he matado a uno pero estoy ansioso de conseguir su cabeza- dice hablando asi mismo teorizando sobre que criatura podria ser, mientras cogia su gran espada, que ya estaba preparada para empezar otra matanza.

Al salir y alzar la vista hacia la luna y ver como es eclipsada por tal majestuosa como aterradora bestia, Sigurd desprende una mirada confusa, ya que deseaba enfrentar a esa bestia, pero sabia que iba a salir muy mal parado si le hacía frente. Da un paso atras y se dirige a sus compañeros en un tono bajo- Hace cientos de años que no se veía un dragón por aqui, debemos resguardarnos en algún lugar a cubierto porque como nos lance una llamarada de fuego, no la vamos a contar, dudo que podamos vencerle, puede que el ruido de antes le halla despertado o atraido.

-¿He oído "dragón"?- dice Ilth mientras se incorpora de un salto. Curioso como es,​​​​​ instintivamente busca la ventana más cercana para apreciar de la forma más segura posible a la sierpe. Los ojos se le abren como si se le fueran a salir: -¡Uaaallaahh!... ¿Alguna sugerencia, Fred?

El dragón no solo sobre vuela vuestras cabezas, sino que os grita con furia como si vosotros fuerais el objetivo principal. Seguramente lo erais. Ahora es cuando por vuestras cabezas pasan pensamientos sobre lo que decían vuestras abuelas de los dragones “huye como si no hubiera mañana”.

Pero Fred no parece tener miedo, quizás es un valiente o quizás es demasiado idiota para tenerlo.

-¿Sugerencia? ¡Vamos a cazarlo!- dice con un tono de emoción que no habéis oído en él hasta ahora. Y él sale corriendo para fuera de vuestro refugio, esperando encontrarse con el dragón.

Mientras, de la nada, sin saber por qué, se oye un canto que empieza como un susurro y va ascendiendo en intensidad. Una música muy épica y que promete grandes aventuras.

-Loco descerebrado, será mejor que le ayudemos antes de que tengamos Fred a las brasas.- Digo mientras niego con la cabeza. Tomo mi arco y empiezo a subir por la torre. - Buscaré una ventana en la que posicionarme sin arriesgarme a sufrir mucho daño. Corred.- Avanzo y encuentro el sitio oportuno. Agarro una flecha y la posiciono para disparar esperando a que el dragón estuviese ocupado intentado achicharrar a Fred. 

-Joooodeeeer... ¡Chicos, al igual este es el momento que esperábamos para escapar de este degenerado!- dice Ilth cuando ve salir al enmascarado corriendo. Resignado, al ver a su compañera tomar posiciones, resopla y se coloca en la puerta. Ilth contempla rápidamente la escena, echa mano de algunos componentes y mientras gesticula grita -¡Espero que tengas un buen plan, Fred!- Acto seguido intenta conjurar el rayo de hielo, pero al dirigir la mirada para enfocar el hechizo queda por unos segundos paralizado por la visión de la bestia, sin poder reproducir los susurros arcanos necesarios para completar la canalización.

Sigurd viendo la situación suelta una gran carcajada- Bueno, pues viendo la situación habrá que luchar, ¿no?, Yo lo distraere ya que una espada poco puede hacer contra un dragón volando, a no se que apunte al cuello de este, pero hay que bajarlo de ahi arriba, mejor tirarle hechizos o flechas de esas para molestarle y que baje a donde llegue yo con la espada.

Entonces Sigurd decide alzar la piedra que cogio en principio y tirarsela al dragón para atraer su atención sobre él e intentar que baje.

La flecha de Kanäe se clava en la dura piel del dragón, no rascando ni la superficie de su músculo, lo cual no le causa daño alguno.

El hechizo de Itherion no llega a formar la aguja de hielo que él esperaba, sino que sale un vapor de sus manos que no llega a solidificarse.

La piedra de Sigurd hace una parábola perfecta, elevándose en el aire y cayendo a decenas de metros lejos del dragón.

El dragón desciende en vuestra dirección, aterrizando y temblando la tierra bajo vuestros pies. Algunas piedras sueltas de la torre caen con aquel temblor, haciendo que caigan a vuestro alrededor. El dragón os brama, aunque el único haciéndole frente en primer fila es Fred.

-¡Daanik, Dinok!- le dice Fred al dragón, con un grito bastante semejante al que la criatura había lanzado.

Al parecer Fred es una caja de sorpresas, es capaz de hablar en Dovah. El Dovah, o lengua dragón, es algo que solo los legendarios barbas grises hablan. Tras las palabras de Fred, este saca una espada bastante normal comparada con vuestras armas. Hace acopio de una agilidad para nada esperada en él y sube a la cabeza del dragón, clavándole la espada y agarrándose a sus cuernos.

Iltherion queda anonadado con la escena. Ese maldito racista parlanchín es una caja de sorpresas. Intenta reaccionar, analizar la situación... Sabe que aún está algo cansado de la refriega de ayer, y probablemente no pueda hacer ni cosquillas a la sierpe. Finalmente decide cubrirse tras la puerta y esperar a ver cuáles son los movimientos de sus compañeros.