-¿Quién era? ¿Tu padre o el otro hombre? - pregunto.
-Mi padre. - Respondo con notoria sequedad.
-¿Dónde estás ahora? - pregunto, preocupado. La muerte de su padre supone que está más indefensa.
-Lo siento pero... ya no me fio... no después de lo que ha pasado.
-Lo entiendo - digo, encogiéndome de hombros - entonces... ¿qué quieres?
Me quedo unos segundos en silencio... sin saber qué hacer.
-No lo sé...
La miro fijamente a los ojos, dejándola pensar.
-Suopngo que necesitaba creer en ti, pero ahora... es inútil.
-No es inútil, siempre puedes darme otra oportunidad... - digo, la miro a los ojos. Me encojo de hombros para acabar - pero eso solo depende de ti.
-Tu tampoco podrías confiar ya en mi... Creo que siento algo por ti, Edward, pero creo que es imposible.
Me ruborizo ligeramente y digo:
-Dime un lugar, un día, haré lo que sea para ir yo solo. Haz lo mismo - me encojo de hombros y digo - solo es una sugerencia, no tiene por qué ser imposible.
-No puedo separarme de Holden, él... él ha pjurado estar siempre a mi lado y no me quita nunca el ojo de encima.
Sí, también Holden.
Me encojo de hombros y me giro, dispuesto a marcharme sin tener nada que decir.
-Te... te q... - Digo, pero decido permanecer en silencio.
Me giro al escucharla intentar decirme algo y digo:
-Lilith, yo estoy seguro de que siento algo por ti.
Me vuelvo a girar, y empiezo a caminar, de forma que solo me volvería si me respondiera.
-Ojalá fuese posible - Mascullo entre dientes.
-No hay nada imposible - digo, dándome la vuelta y saliendo de ese plano.
Esta conversación la localizamos en la sigueinte vez que duermas.