Partida Rol por web

Nar mira a Makeda con los ojos como platos mientras va cambiando de color desde el blanco, al rojo.

Tras hacer unos extraños movimientos con la cabeza y sopesar la situacion se calma y comienza a hablar.

-Estimada compañera, es cierta la necesidad honrar a esta noble criatura quemandola o enterrandola. Pero no es menos cierto que no habría mayor sacrilegio para ella que acabar siendo un monton de cenizas o de carne y huesos podridos bajo la tierra.
-Todos sabemos que los dragones son una rareza, y como tal algo valioso. Yo propongo dar una utilidad a este cuerpo más alla de la muerte del dragon.
-De algún modo, a traves de sus partes vivirá un poco más.

Nar se queda satisfecho con su discurso y comienza a rebuscar en sus libros y a pensar...

El druida, que era viejo zorro ya, se dio cuenta que Makeda no era trigo limpio, pero no dijo nada. Al fin y al cabo no había dicho nada. Y ese era el problema. Qué sacerdote o sacerdotisa no aprovechaba inmediatamente la oportunidad de hablar de su doctrina? Si se lo había dejado en bandeja... 

Bien decís que el dragón guardián de este lugar sagrado bien merece una digna sepultura, Makeda. Concederé el honor de pronunciar los rezos adecuados y presidir los ritos si lo deseáis. Shafir le daría otra oportunidad más a la hembra morena de desvelar algo más de su fe. 

Sí te pediré, mi buen Narirrim, que no profanes sus restos si no conoces el destino de sus órganos y partes. Y que, si demuestras tener los conocimientos adecuados, honres especialmente su alma con una ofrenda a su espíritu ancestral. El cuerpo no es más que una cáscara vacía que otros seres vivos aprovechan para alimentarse, pero si no hemos de alimentarnos, debemos dar buen uso de los elementos que lo componen. Los Dioses creadores dieron forma a este ser y su obra es tan sagrada como un templo. 

Decidme, Makeda, cómo acabasteis atrapada en una vaina del Dragón? Cuanto tiempo creéis que habéis estado así?

Makeda no se inmutó ante la demagogia de Narirrin, conocía de buena mano la codicia que ennegrecía los corazones, no sólo los de los enanos.

- Lo que tengáis que hacer hacedlo rápido.-Le espetó. Tenía la carne de gallina y jugueteaba con algo entre los dedos, nerviosa.- Es un consejo que os da Makeda. - Estaba claro que muy herido no debía estar así que no se preocupó más.

Dejó que el druida se ocupara de supervisar la operación. Si hacía la ceremonia al menos no se levantaría de entre los muertos para acabar con ellos. Se dejó caer sobre sus piernas junto a Agis y Bhob, tiritando de frío por la humedad. Sentía aún la cabeza embotada.- Lo último que recuerda Makeda es intentar entrar en la gruta prohibida de los elfos.- Su mirada quedó perdida en el infinito. No conseguía recordar qué es lo que le había sucedido ni cuánto tiempo había pasado. Se puso a limpiar como pudo el arco, las flechas y sus preciadas dagas, como algo automático. Al menos tenía parte de su equipo aún.- Las razones...-Dejó una pausa. No le hacía gracia explicarse delante de extraños. Había salvado la vida de uno de ellos. Debería ser suficiente para que la sacaran de allí.-...las razones no las desvelará Makeda ni aquí ni a vos, al menos por ahora. Quizás si Makeda hubiera sido más precavida no estaría aquí encerrada. - Empezó a sollozar.- Makeda pecó de soberbia, snif, haciendo sola el trabajo que apenas han podido realizar 5 valientes, ¡tal son las virtudes de Makeda!- La elfa se estaba echando flores sobre sí misma, lo cual no desentonaba demasiado con la peculiaridad de que hablara de ella misma en tercera persona.

-Estimado Shafir, no tengo intencion de mancharme las manos y de destrozar un cadaver por ninguna razon en especial.
-Confio en sacar algo de valor y aprovechar el cuerpo.
-Todos deberíais tratar de ver si podéis sacar algo de valor....tal vez escamas o piel.
-No es tan habitual encontrarnos frente a una bestia tan imponente como esta, sería una tragedia malgastar esta oportunidad.

Agis se incorporó aún debil por el combate y se acercó al dragón para decir unas palabras mientras sujetaba el símbolo de Deb´Fo, ya que se percató que Shafir estaba atendiendo a los heridos.

Lamento el daño causado, la perdida de tus hijos es un dolor insondable dificil de soportar. Comparto este dolor y te recordaré, pues luchamos para evitar el olvido, ahora reunete con los tuyos y descansa.

Las últimas palabras las dice mientras apoya una mano sobre el dragón para arrancar una escama de su cuerpo, una intacta cerca de las heridas para que sea más fácil obtenerla con la ayuda de su cuchillo.

Dicho y hecho prestó atención a las palabras de los presentes mientras susurraba

Gracias Wanon por estar a mi lado.

Makeda, te estoy agradecido por salvar mi lamentable estado, pero ten cuidado con tus palabras, pues puedes volver a pecar de soberbia al insinuar que haces el trabajo de lo que los 6 aquí presentes apenas han podido.

Agis desvia la mirada a la derecha de Makeda para luego volver a posarla sobre sus ojos.

Soy Agis, hijo de Arquidamo, portador de Wanon y lider de los Campeones de lo imposible. Por lo que me costa, te hemos salvado la vida y, aunque yo esté en paz contigo, estimo que tienes una deuda de gran importancia con el resto de mis compañero. Lo menos que podrías hacer es mostrarte más comprensiva y decirnos los motivos por los que estás aquí y como llegastes, pues para nosotros no nos fue fácil llegar hasta aquí.

Mientras sollozaba observaba al hombre que había curado recitar unas palabras vacías y, ya de paso, arramplar con una escama del dragón. Ella también recordaría a ese dragón, pero en sus pesadillas si no se iban de allí pronto. Cuando Agis se acercó, le miró desde su posición de inferioridad con ojos de cordero degollado, pero aquel hombre no parecía dejarse embelesar por su belleza y aspecto vulnerable. No le gustó nada el tono con el que se dirigió a ella, aún así le contestó de manera educada, como su padre le había enseñado hacer con la gente importante. En su rostro no quedaba ya rastro del llanto, más que la húmeda huella que habían dejado las lágrimas saladas.

- Las palabras se las lleva el viento, como realmente se peca es con los actos. - Dijo mirando la escama que faltaba en el cuerpo del dragón.-Perdonad si Makeda os ha ofendido con ellas.- Aguantó la mirada del hombre. Los ojos de Makeda eran misteriosos y, como los de un felino, no se estaban quietos mucho tiempo. Notó la humedad en su cara que se iba secando y la muerte dulce- dulce porque había terminado en su deseada boca- de la lágrima que perfiló su labio superior. Sacó la pícara lengua para saborearla.

- Está claro que Makeda tiene buen ojo para saber a quién administrar los cuidados. Justo al jefe, al líder natural, perfecto. Hablad pues con Makeda, pero ya os ha dicho lo que el decoro le permite decir. - Produjo un chasquido con la lengua contra el paladar disgustada y se cruzó de brazos. Después soltó toda la información de carrerilla como si al decirlo rápido no calara en sus interlocutores- Mi nombre es Makeda, hija de Narciso, un importante diplomático de los elfos silvanos. Si sois de esta zona quizás le conozcáis. Me contrataron para entrar aquí. El padre de MAkeda la matará si se entera. - Se esforzó por no sonreír ante la imagen que se le formaba en la cabeza.- Hay que reconocerlo. Desde niña Makeda creció conociendo las historias sobre esta Gruta. Especulando qué es lo que podría contener. Es natural, pero la curiosidad mató al gato. Afortunadamente Makeda tiene siete vidas y os agradece de corazón que siga siendo así.

De repente tenía mucho calor a pesar de estar pringada de aquella sustancia viscosa. ¿Es que no había nadie que se preocupara por una joven delicada que necesitaba que la sacaran de allí? ¿Ya no había caballeros en el mundo? Empezó a tiritar de nuevo, quizás más por la gélida bienvenida que por la temperatura ambiente. Al parecer era prácticamente una esclava con una deuda que saldar. Se aflojó la parte superior de la armadura para sacarse la camisola mojada. Sus turgentes pechos de piel broncínea quedaron al descubierto. La piel mas morena de sus grandes pezones destacaban como la nieve en la elevada cima de unas montañas.

-¿Tendríais algo de ropa seca para Makeda?- Dijo suplicante.

Agis mantuvo su mirada firme sobre los ojos de Makeda, desviándola de vez en cuando a su derecha, manteniendose imperturbable como tempano de hielo.

Por eso hay seres que defienden sus palabras con actos, Makeda. No nos has ofendido, nuestra misión es muy importante y todos los aquí presenten ya hemos hecho grandes sacrificios por lograr avanzar. Estamos aquí para descubrir y reparar lo que se escondío. Espero que te contrataran por lo mismo porque no tenemos intención de salir de aquí sin cumplir con el deber adquirido.

Objetos mágicos utilizados

Wanon el purificador

Escudo Paves de Deb´Fo +2

- Lo que se escondió...- Repitió Makeda pensativa.- No creo que Makeda pueda escapar de aquí sola. Makeda no sabe cuanto tiempo ha pasado desde que quedó encerrada ni si su contrato sigue en vigor, así que os acompañará.- No le quedaba otra a la elfa que rodearse de personajes tan poderosos como aquellos que habían matado al dragón. Los ojos se le abrieron como platos al ver semejante tesoro, que no había podido apreciar por la presencia del cadáver de dragón.

Mi voto va para Bhob. Me gusta ese gordito.

Mi  voto para JMV va esta vez para Shafir. creo que ha mantenido constancia y ha roleado como debe ser. Dudaba entre el y Agis, pero al final, me he decidido por Shafir.