Partida Rol por web

Me acerco al graderío para interpretar lo que pone en los textos escritos. Cuando escucho a como los interlocutores de la nueva pareja increpan a Tatiana me giro a ver cómo les cruza la cara. Tras las semanas pasadas en el barco se que no le ha sentado bien, pero por suerte reprime y no tenemos un lío tan pronto. Les dejo con su conservación y sigo mirando las pintadas.

Cuando las he leído miro a mi alrededor para ver de cual de los presentes puedo obtener más información para dirigirme hacia ellos y emprender una conversación. Comentando sobre las recientes campañas y las revueltas en Hispania.

Tras asentir ante aquellas palabras justificatorias de Séneca.

—Al fin y al cabo vota el populacho, y ellos sólo entienden de vandalismo —dijo el más mayor —. Incluso algunos optan por desposar a gente que no es romana.

—Calma amigo... Calma que ellos no tienen nada que ver con la política. No oíste que viene de provincias, allí es más frecuente topar con gentes de costumbres exóticas que de defensores de las tradiciones. —miró entonces a los dos como disculpándose por el carácter avinagrado de su colega, tal vez su mentor—. Será mejor que cada uno vuelva a lo suyo.

Las pintadas eran variadas y múltiples. Algunas, las más fáciles de identificar eran símbolos fálicos, incluso había en algunos casos hombres en actitud homoerótica. A ambos lados de éstos se habían garabateado diversos nombres, C. F. Flaccus era el que llevaba el rol más dominante, mientras que el sumiso estaba nombrado Q. C. Piso

Más allá había otras pinturas más castas pero también había otros tantos nombres, algunos de ellos difíciles de leer. Pero uno de ellos se repetía más que ningún otro:

Ti. S. Gracchvs¹

En un extremo se había pintado aquel nombre sobre una figura que parecía representar un Apolo triunfador.

Tal vez fuese por la imagen del dios, pero cayó entonces Paco en que durante sus campañas acostumbraba a unirse con sus compañeros en sus ratos libres al amparo del licor de Baco. Por aquellas zonas poco había de tal elixir y mucho menos de lugares húmedos y sucios en los que proliferasen las trifulcas y las fulanas a partes iguales.

Se fijó Tatiana en que la discusión no había pasado desapercibida para los demás hombres de política, los que estaban en el asiento se habían incorporado para apoyar a sus colegas. Sin embargo el resto observaban desde las sombras.

Se dirigió al grupo de tres senadores que se encontraban a los pies de las escalinatas. Me acerco despacio escuchando la conversación para buscar algún tema donde me pueda enganchar. Mientras me acerco hecho un vistazo a las sombras donde se encuentran mis compañeros para ver cómo van.

- Buenos días caballeros. Días ajetreados por aquí.

Espero su réplica con actitud tranquila puesto que mi entrada en la conversación ha sido un poco abrupta y poco ortodoxa. Mientras hablo con ellos pienso que quizás es momento de ir a hablar con alguno de los protagonistas.

- ¿Quién es ese Tiberio Sempronio Graco que está por todo el graderío?

- Reciban ustedes mis más sinceras disculpas - dijo el filósofo con una leve reverencia - y gracias por su atención - terminó en una sonrisa.

Se giró llevando a Tatiana consigo y se acercó a su oído para hablarle en un susurro.

- No hemos tenido demasiada suerte con ellos dos, quizá los que están en la grada cerca del mercado sean un poco menos agrios - comentó mientras caminaba a paso constante - ¿Qué opinas? - le preguntó a su improvisada esposa.

Aquella propuesta, la de ir a hablar con los dos restantes senadores, solo respondía a lo que Lucio veía con sus propios ojos. Paco ya se había acercado al trío de hombres que formaban el tercer grupo de personas que se hallaban en el Senado así que a la "feliz pareja" solo le quedaba intentar recabar algo de información de la pareja en las gradas cerca del mercado.

Tatiana le dio un beso en la mejilla al filósofo. Aprovechó la cercanía para comentarle.

- Creo que están descontentos porque Graco no respeta las tradiciones y el pueblo le apoya. Conservadurismo contra progreso le llamamos en nuestra época.

- Es mejor que me aleje de este lugar, estamos levantando demasiadas sospechas por mi presencia. Os espero fuera. Cualquier cosa me llamáis, intentaré no alejarme demasiado. Estoy segura de que averiguaréis más sin mi.

Se separó de él con una sonrisa y se marchó para alejarse un poco del Comitium.

—Uno de los Graco —contestó uno de los interpelados al recién llegado Paco—. Y parece que uno de los favoritos del pueblo para las elecciones del Senado.

—Es joven y ya ha sido cuestor en Hispania. Su ambición no tiene límites y ya hay voces que están pidiendo que se modifique la ley para que pueda ser elegido como Cónsul. Posiblemente estén comprados por los Graco.

Se giraron entonces para ver más allá cómo esta vez Séneca volvía a la carga con el grupo que restaba. Pasó en su recorrido muy cerca de ellos y siguieron su mirada pues habían escuchado la conversación que había tenido lugar.

—Son Catonistas —quiso aclarar como si Paco supiera de qué se trataba—. Hay muchas posturas en el senado y han ido a parar con los más radicales. Se encargaron en el pasado de la destrucción de los Escipiones y desde que cayó Cartago... Bueno las cosas han cambiado.

En ese momento alcanzó Séneca a la pareja que le quedaba por entrevistar. Tatiana por su parte se alejó y volvió a dirigirse hacia el mercado, a una distancia prudencial como para que no la perdieran de vista pero suficiente como para que aquellos viejos senadores que repudiaban la presencia femenina en la política bajasen su guardia. En ese momento escuchó a una pareja de hombres que hablaban, vestían la toga y se dirigían hacia el senado:

—Es una pena que Escipión esté muy viejo para eso, no puede ser elegido Cónsul de nuevo. Una razón muy poderosa necesita el Senado para ello y ahora mismo... No parecen ser necesarias medidas extraordinarias.

Una vez tanteados los diferentes grupos de senadores que han encontrado, quizá es momento de juntarse y pensar cuales serán sus próximos pasos. Se despide educadamente del grupo de senadores con el que se encuentra y se dirige hacia el exterior en busca de Tatiana. La encuentra pensativa y pendiente del intenso movimiento del mercado.

Le cuenta a Tatiana lo que ha podido averiguar con el herrero y en el Senado. Habla con ella sobre las pintadas del Senado, donde hay varios nombres pero pero destaca el de Tiberio Sempronio Graco. También comentan como los senadores sospechan que los Graco intentarán cambiar las leyes para que Tiberio sea elegido Cónsul como ha pasado, tiene que evitar que se salgan con la suya. 

Tras escuchar las averiguaciones de Tatiana, le dice que deberían ir ha hablar con Escipión y distribuir por Roma rumores sobre los peligros que aguardan en Numancia. Los numantinos son un pueblo peligroso pero tenemos que conseguir que en Roma sean los más temidos para mandar al mejor general a aplastarlos.

- ¿Qué te parece, Tatiana?

Séneca por su parte después de "despedirse" de Tatiana se acercó a la pareja de senadores que quedaba por "entrevistar" y a los que llegó con paso decidido e interpeló de forma directa.

- Son malos tiempos para la política por lo que veo - dijo apesadumbrado -. Ya no se respeta el lugar sagrado de la democracia, alguien debe tener muchas ganas de salir elegido cueste lo que cueste... sería una pena que el Senado se viera condicionado por la intimidación. ¿Se sabe quien ha sido? ¿Y sus razones? Mal rayo les parta.

Tomó una pose un poco más agresiva que con los otros dos hombres con los que habían hablado, quizá si pensaban de la misma manera podría ayudarles a soltarse y a soltar algo más de información de la que llevaba recolectada, a lo mejor por separado Tatiana también podía conseguir algo más de conocimiento y quizá Paco ya tendría algo con lo que trabajar en adelante, pero Séneca quería recabar algo más de información, gastar todas las balas, que se decía en los tiempos modernos del Ministerio del Tiempo.

- Me parece bien Paco, deberíamos no solo buscar a Escipión sino también buscar a Graco para interrogarlo. Estaría bien comprar algo de vino, comida... lo ideal sería que pudiéramos dar una fiesta en algún lado con alguna excusa e invitarles o colarnos donde estén... - se encoge de hombros - Tal vez en el foro averiguemos donde viven o donde suelen estar.

—El populacho —contestó uno de ellos a Séneca—. Acostumbran a sus pintadas por todas las paredes de Roma...

—Previo pago de los candidatos no lo olvides mi buen Décimo. Sin embargo hay una regla no escrita de que estas gradas están fuera. Supongo que el entusiasmo de los seguidores de los Graco es irrefrenable, no obstante me niego a apoyar cualquier candidatura de Pretor o superior suya.

—Joder, ¿qué mas quieres? ¿Cónsul? Es jovencísimo, que se conforme con ser Edil. —agregó nuevamente el primero—. Por cierto, quién eres... Es la primera vez que os veo por estos lares.

Unos metros más allá se encontraban Paco y Tatiana debatiendo acerca de sus siguientes movimientos¹. 

- Mi nombre es Lucio Anneo - dijo -. viví aquí hace ya mucho y tuve que viajar lejos para emplearme en política, aquí di mis primeros pequeños pasos, pero más adelante el destino me ha llevado a aplicar mis conocimientos en otros lares.

Séneca prefería mantener su tapadera antes formulada para que sonase lo más verosímil posible, por si a alguien le interesaba cotejar mentiras que hubiera contado.

- Parece que los Graco están dispuestos a todo por conseguir un buen puesto - comentó entonces -. Si hicieran más caso de los que aquí toman decisiones en vez de intentar influir de esa manera tan burda, quizá las cosas pintasen de manera distinta.

Séneca hizo un gesto de hastío como compartiendo el pesar de aquellos dos senadores. Se despidió de palabra y con un gesto y se encaminó al exterior en busca de Tatiana y Paco.

Explicó a sus compañeros lo que había averiguado acerca de quien intenta influir en las decisiones del senado.

- Los Graco tienen el apoyo del pueblo, ¿no se conformará con eso? ¿Tenéis algo más? - les preguntó.

A Lucio no le gustaban mucho las fiestas, como buen estoico entendía que aquellos placeres de la vida eran completamente prescindibles. Por suerte, el tiempo trabajando para el Ministerio le había ofrecido otra óptica, si la fiesta era necesaria para atraer gente poderosa y facilitar llegar a ellos debía hacerse.

Al llegar a la villa que les había conseguido el ministerio que empleaba a los tres agentes, Séneca la miró con cierta satisfacción, era un descanso saber que, casi cualquier cosa de este estilo que necesitasen podrían pedirla y la conseguirían.

Había asistido a algunas de aquellas fiestas durante su carrera política y sabía lo que se llevaba, alimento y bebida debían estar cubiertas, la elegancia de la decoración, pero sus conocimientos del tema no llegaban demasiado allá, quizá no atrajera a las altas esferas de la política de la época, aunque con la ayuda de sus compañeros podría ofrecer un matiz distinto que llamase más la atención.

Tatiana se limitó a hacer lo que le decía Séneca para atraer al personal. No había mucho pudiera proponer pero sí que podía ayudar. Las mujeres muchas veces entre ellas comentaban cosas y tal vez consiguiera que las esposas de los senadores se convencieran de que era una fiesta a la que acudir.

El objetivo era llegar a Escipión así que lo intentó a través de su esposa, de su hermana o de su hija, le daba igual cómo pero tenía que conseguir que se acerca a la casa.

- Paco, por qué no te haces pasar por alguien venido de Hispania que relate cosas horribles sobre los Numantinos y llene de miedo a nuestros invitados?

Cuando llegaron a la villa proporcionada por el ministerio descubrió, encontró un sitio que sin lugar a dudas les permitiría montar un buen sarao que atrajera a lo mas florido de la sociedad romana. El ministerio había puesto los medios a su disposición, ahora estaba en sus manos conseguir que acudieran los senadores mas influyentes.

Paco acompaña a Lucio a visitar e invitar a los senadores a la fiesta que van a celebrar. Deja la voz cantante puesto que este es su terreno y además aunque unos siglos después es el mas conocedor de las costumbres de la época. El se limita a hablar con algunos pocos veteranos de las guerras de Hispania. Seguro que serán útiles para relatar la ferocidad de los numantinos. 

Paco se puso al servicio de sus compañeros y fue cerrando algunos encargos a lo largo de Roma. Unos becerros, vino para que no faltará, Garum algo de pescado procedente de Ostia y entretenimiento.

Era una buena mano ejecutora aunque su conocimiento de Roma no era muy amplio y necesitaba indicaciones sobre las costumbres romanas.