Partida Rol por web

Macready no pudo evitar contener un grito de terror al ver tan escalofriante hallazgo, estaba de más avisar a sus compañeros ya que estos habian volteado a ver la mano despues de escuchar a su compañero. Este se levantó de inmediato aún sin dar crédito a lo que veían sus ojos.

-Eso es una maldita mano, una mano de persona. ¿Que diablos pasó aquí? Por lo menos creo que sabemos que le ocurrió a uno de los miembros del equipo anterior. Sin duda esto no fué un accidente, vean el corte y los tendones aún unidos, esto lo hizo un animal..- No pudo contener más el impulso de dar un trago a su licorera que llevaba oculta y que solo había compartido el secreto de su existencia con Vance. No quería que la Dra. Cooper la viera ya que no quería dejarla saber que aún tenía aquel feo vicio de dar un trago de licor en momentos estresantes como este, ya que esa podría haber sido una de las causas de su separación. Sin embargo, este momento realmente lo ameritaba.

-Y una mierda con el Dr. Rockstar, no hay osos polares mis polainas. Esto fue hecho por un animal así o más grande, no hay más. ¿Que vamos a hacer? Propongo buscar dentro de las instalaciones a algun miembro del equipo y preguntarle que ocurrio, luego agarrar a los perros y largarnos. Ahora no parece tan descabellado haber pedido las armas ¿no?- Dijo de forma sarcástica.

La Doctora Cooper reprimió las ganas de vomitar ante la vista de aquella mano cortada o arrancada. Entró en el edificio principal —Hola, ¿hay alguien aquí?,¿Hola? — llamaba primero tímidamente, después con mas insistencia y fuerza. Era imprescindible encontrar a alguien que explicase que había pasado allí.

Pero por primera vez pensó en la posibilidad de que no hubiera a nadie que encontrar y se alegró de tener a todos sus perros para abandonar aquel lugar si algo terrible había ocurrido.

Mientras llamaba y siempre sin alejarse demasiado de sus compañeros busco el laboratorio, era su terreno y pensó a que allí podía encontrar alguna respuesta más allá de los signos de violencia evidentes a simple vista.

—Joder Vance, ¿qué demonios está pasando aquí? voy contigo espera. —Mientras avanzamos compruebo si las luces funcionan.

Keith se volvió al sentir el grito. Jamás había escuchado a Macready gritar así, ni siquiera en la intimidad de las sábanas¹.

Cuando vio aquella mano, no dudó.

—Todos adentro— luego miró a George —Debemos averiguar qué ha pasado. Doctora Cooper, Macready, esperad por mi.

No era momento para separarse. Mientras caminaban en el interior de la base, comentó al resto del grupo.

—No he encontrado nada fuera de lugar dentro del contenedor. Lo que sea que haya sucedido, ha sido rápido, de lo contrario la basura revelaría alguna pista.

Vance avanzó con paso sigiloso y con el arma apuntando hacia delante... al poco tiempo llegó a lo que creía que era la puerta del laboratorio y dejando el arma a un lado de la puerta intentó abrirla, mientras que la doctora Cooper se aproximó y se mantuvo con él mientras la abrían. Un grito desgarrador se escucho fuera, al parecer era el científico. - ¿Qué pasa?, le comentó a la doctora mientras seguía queriendo abrir la puerta del laboratorio... pero cuando giró la cabeza viendo el pasillo vacío algo le hizo estremecerse, una mano amputada que estaba en la nieve. - Mire doctora bueno mejor no mire es algo terrible... "le dijo a Cooper mientras seguía intentando abrir la puerta para acceder al laboratorio."

La ingeniera militar apareció comentando que no había encontrado nada en el contenedor, mientras que la aparición del biólogo quejándose y de forma sarcástica hacía mención a las armas recibidas. - Por Dios Mcready no sabemos si el animal que ha hecho todo esto puede estar en la instalación, seamos prudentes...

Vance había alcanzado la puerta del laboratorio. Le hubiera gustado ser más sigilosa pero Cooper daba voces por el pasillo mientras intentaba encender las luces sin éxito. No parecía haber electricidad. Quizás el generador estuviera averiado, cosa que no debía sorprender a nadie tras ver como estaba la antena de radio. El aparato estaría en la parte de atrás del edificio, habría que echar un vistazo. Pero en ese momento Vance abrió la puerta del laboratorio y lo que su linterna alumbró hizo que la mano encontrada en el exterior pareciese una niñería.

La enorme cantidad de sangre que salpicaba las paredes daba fe de la violencia que se había desatado en aquella estancia. El instrumental estaba destrozado y esparcido por el suelo. Y en medio de ese mar de caos dos camillas en pie sobre las que reposaban los cuerpos de dos de los científicos de la base Moore. Los cuerpos habían sido abiertos en canal desde el cuello hasta la ingle y sus tripas colgaban por los laterales de la camilla como una obscena decoración navideña. Desde la puerta donde se encontraba la linterna de Keith alumbró algo que había en los cuerpos masacrados, un objeto extraño ovoide que parecía congelado, claramente ajeno a la anatomía de los difuntos¹. Las linternas de los recién llegados intentaban abarcar el enorme espacio del laboratorio, quizás temiendo encontrar algo emboscado entre el material destrozado, pero parecía que fuera lo que fuera que había pasado allí no era reciente².

La Doctora enmudeció bruscamente y dio un paso hacia atrás, tambaleándose, hasta apoyarse con la pared del pasillo. Lo poco que había podido ver desde el umbral de la puerta era más que suficiente para no querer ver nada más. Pero la oscuridad del pasillo, extendiéndose a derecha e izquierda, y el silencio gélido que se había hecho de repente en toda la estación, le recordaron que no había opción de darse la vuelta y olvidarse de aquello. —qué nadie se separe—consiguió decir esta vez en un susurro exiguo, —¿y dónde diablos esta Mac?

Poco a poco, paso a paso, se obligó a entrar en el laboratorio. Con el material no había nada que hacer, y desde luego ahora mismo no tenía ningún interés en rescatar ADN de oso, la clave de lo que había pasado allí estaba en aquellos cadáveres, y le gustase o no tendría que estudiarlos a fondo, al igual que aquella cosa que parecía más y más siniestra a medida que se acercaban con los haces de sus linternas. —Keith, no te alejes demasiado, si alguien pudiera iluminarme más aquí— les pidió mientras su propia linterna recorría los cuerpos.

Las heridas eran grotescas, pero lo que más había sorprendido a Keith era la disposición de los cuerpos sobre las camillas. Lo que había hecho aquello era un ser inteligente - ¿alguna tribu particularmente violenta de inuits? - o alguien había sobrevivido al brutal asalto y había dispuesto a los cuerpos sobre las camillas. Expresó estos pensamientos en voz alta, a efectos de intercambiar pareceres con el resto del grupo.

La militar obedeció con presteza las indicaciones de la Doctora Cooper, iluminando allí donde ella se lo indicaba.

—Doctora Cooper, realice una inspección rápida, y luego nos vamos de aquí. Debemos reportar lo sucedido en Sarkweather, y retornar con un equipo más prepardo— ni siquiera la posibilidad de que hubiera sobrevivientes persuadió a Keith de permancer allí más tiempo que el estrictamente necesario.

—¿Ha visto aquello, Doctora?— preguntó señalando a la extraña protuberancia que se encontraba dentro de los cadáveres.

Macready vio como sus compañeros se dirigían hacia el laboratorio, después de aquel horrible hallazgo no sentía ganas de alejarse del grupo por mucho que le molestara la gente en situaciones normales, al incorporarse dio otro trago a su licorera  la guardó para sacar la lámpara. La encendió y fue a reunirse con el resto del equipo, sin embargo la situación no era mejor en el laboratorio.

-¿Que diablos pasó aquí?.- Dijo en tono de desagrado después de observar aquella grotesca escena.

-Estoy totalmente de acuerdo en largarnos de aquí en cuanto tengamos algo de evidencia de lo que ocurrió.- Dijo el biólogo después de echar un vistazo a los restos humanos con sus propios ojos. Inmediatamente después se dispuso a tomar fotografías a modo de evidencia usando su teléfono celular.

¿Alguna idea lo que pudo ocurrir Cooper?- Preguntó a su ex-pareja sobre su opinión profesional.

George abrió la puerta del laboratorio para ver un espectáculo espeluznante: - Pero qué coño... "dijo sin terminar la frase mientras iba avanzando para ver los cadáveres dejando la escopeta en el suelo, después iluminó con la linterna y con la otra mano se tapó la boca, pues el olor era tan horrible que le podían dar arcadas para vomitar". Fue andando hasta los cuerpos para mirarlos y ver aquel extraño objeto que le había llamado la atención. - Una cosa está clara esto no la hecho un animal, los cuerpos están puestos en camillas con lo cual es obra de algún psicópata que está suelto, y que le da por rajar los cuerpos, un Jack el destripador pero en este siglo. "Comentó mientras avanzaba en aquella postura sin prestar atención a lo que estuvieran haciendo lo demás, por ahora quería ver más de cerca los cuerpos y saber a qué clase de psicópata se enfrentaban". 

Cooper estudió los cuerpos con detenimiento, ayudada por su propia linterna y la de Bennings mientras Vance echaba un vistazo al otro cadáver. MacReady, visiblemente nervioso, se mantuvo en el umbral para darle otro trago, de forma disimulada, a su petaca.

La apertura del tórax no parecía producida por un arma o herramienta. Era demasiado escabrosas, desgarradora, sucia... Parecía más bien como si un animal enorme hubiera abierto el pecho a aquellos hombres. Además tenían otras heridas de contusiones y lo que parecían mordiscos. Definitivamente lo que había acabado con aquellos científicos había sido una bestia de gran tamaño, como podría ser un oso polar adulto¹.

Pero desde luego lo que era curioso eran los huevos. Porque eso era lo que habían dejado en medio del torax abierto de los cadáveres. La doctora Cooper los examinó fascinada porque nunca, en su vida, había visto algo semejante. Estaban congelados hasta el punto de la petrificación pero no habían sido puestos allí de cualquier manera: habían formado una simbiosis con los órganos de alrededor trazando unas vías similares a venas que se conectaban en varios puntos del pulmón, el corazón y el hígado. Le recordaba a las larvas de ciertos insectos que utilizaban el tejido necrótico para crecer y alimentarse en su nacimiento. De hecho los huevos tenían un aspecto insectoide más que aviar. Aunque por prudencia la doctora no los había tocado ni había intentado abrirlos su estructura externa parecía ser un tejido similar a la carne, con venas protuberantes a su alrededor que se conectaban con el anfitrión. Tenían un tamaño considerable, como medio balón de rugby y estaban congelados aunque allí no hacía tanto frío como para que eso sucediera. De hecho analizando el conjunto podía verse como la congelación se había transmitido a los órganos de los difuntos conectados a la entidad parasitaria. No había ninguna señal que indicase que se conservase vida. Los huevos parecían completamente inertes².

La luz de las linternas era insuficiente para un análisis más exhaustivo. Tendrían que buscar el generador en la parte exterior si querían recuperar la electricidad para poder hacerlo.

—Nunca en mi vida había visto algo como esto, pero os puedo asegurar que estos huevos no los ha puesto ningún oso. No tiene ningún sentido, es como si los huevos estuvieran congelando los restos de tejido humano, como si se mantuvieran más fríos que el ambiente por sí mismos. Parecen inertes, pero no puedo averiguar más con esta luz. Además, si no arrancamos esos generadores vamos a pasar algo más que frio aquí.

Cooper hizo una pausa, necesitaba pensar, aquello no tenía sentido, pero era aterrador. Deberían comprobar toda la estación por si quedaba alguien vivo. Aunque no tenía ninguna esperanza sobre eso.

¿Alguien me acompaña a buscar aquí dentro mientras encendéis los generadores? — miraba a Vance que suponía que tendría más facilidad para apañárselas con los temas eléctricos.

Keith había contemplado muchos cadáveres, pero jamás algo así.

—MacReady, acompaña a George a buscar el generador eléctrico. Yo me quedaré aquí ayudando a la Doctora Cooper.

Incluso en aquella situación tan desagradable, la idea de impartir órdenes a aquellos hombres le resultaba satisfactoria.

Después de un trago más a su licorera, Macready había recuperado un poco la serenidad.

-Estoy de acuerdo preciosa, creo que nos vendría bien algo de luz en este ambiente. Una vez que se restaure la energía tal vez podamos investigar quien o que mató a esta gente en los vídeos de seguridad. Aunque regresemos habrán muchas preguntas sobre lo ocurrido y por el bien del proyecto más nos vale tener evidencia, después de todo no es una minucia lo que se ha invertido y un evento como este podría ser desastroso si los medios lo sacan de contexto. Será mejor que busquemos ese generador Georgie-. Apuró a su compañero. 

George vió uno de los cuerpos lo que parecía huevos o algo así, la doctora pudo confirmarlo al hablar en voz alta sobre su diagnóstico. - No me diga que un bicho enorme anda suelto... esos bichos que ponen huevo y abren la tripa de los humanos no existen. Debemos de investigar más, a ver si se han estado realizando investigaciones ilegales y se han probado mutágenos con seres humanos. Eso es un crimen y está castigado, si podemos encontrar los vídeos u hojas de este experimento entonces podremos marchar y poner entre rejas a los responsables. 

Ante el comentario de los demás para ver el cuadro eléctrico... George se opuso a que se separaran tanto... - Por favor Mc Ready quédese usted con las mujeres... que para investigar un cuadro eléctrico lo sé hacer solo, además no me gusta que las mujeres se queden solas, aunque lleven a una experta militar... ese bicho si anda suelto necesitará más de un disparo... iré sólo ya está dicho. "Dijo George convencido y sin dejar que la conversación se alargara se separó del grupo sin más, no sin antes coger su arma".- Miraré en la parte de atrás del edificio... "comentó Vance a medio camino ya del pasillo".

—Como queráis, pero no creo que ninguna de las mujeres presentes tenga ningún problema en apañárselas solas si es necesario, sería mucho más sensato que dejarte ir completamente solo ahí fuera, pero supongo que la sensatez no te resulta sufrientemente masculina.

—Vamos—le digo a quién se quede investigando el interior mientras Vance sale fuera, — echemos un vistazo aquí dentro, cuando estemos seguros de que estamos solos, decidiremos que hacer.

Salimos del laboratorio para inspeccionar la siguiente sala más cercana.

Vance retrocedió hasta la puerta de entrada y salió al exterior. Se había levantado una leve ventisca que levantaba la nieve a su alrededor, pero todavía no parecía una tormenta de la que preocuparse. Rodeó el edificio avanzando pesadamente por la nieve. Cuando llegó a la parte trasera descubrió que el generador estaba estropeado. Pese a ser de metal estaba abollado por varios puntos por extraños golpes, exhibiendo marcas como si algo metálico le hubiera dejado cortes simétricos en su superficie. Y pensaba en objetos metálicos porque, la verdad, le parecía imposible que un animal hubiera sido capaz de hacer aquello.

El caso es que el chisme estaba bastante destrozado pero con un poco de suerte podría recomponerlo, aunque le costaría un poco. Y la ventisca no es que ayudase.

Mientras Vance volvía a salir al exterior los demás rebuscaron por los distintos cubículos de la base. No parecía haber supervivientes en el interior de la misma pero si que encontraron muestras de que allí había pasado algo. Muebles tirados, uno de los catres de una de las salas de descanso desgarrado como si lo hubieran apuñalado, sangre abundante por varios sitios. Estaba claro que en ese sitio se había desatado una violencia inusitada.

Por fortuna el equipo de radio parecía estar intacto, aunque la falta de la antena era un problema. Sin embargo MacReady se fijó en uno de los tablones donde había un mapa que marcaba la ubicación de la Base 31, que había sido el puesto anterior, abandonado a favor de la Base Moore por ser ésta más moderna y grande. Pero era más que posible que en la Base 31 hubiese todavía material aprovechable e incluso cabía la posibilidad de que hubiese una antena que no estuviera despedazada. Calculando la distancia en el mapa podían establecer que la Base 31 estaría a unas dos horas de trineo.

Encontraron también comida en la despensa interior y material para curas en la enfermería. Vieron un armero metálico en uno de los pasillos pero estaba abierto y vacío, aunque había cajas de munición vacía por el suelo. Por último, al regresar de vuelta al laboratorio, vieron toda la documentación tirada por el suelo. Informes, cintas, datos... el trabajo de los científicos se había desparramado por el suelo durante el combate que había tenido lugar en aquel sitio.

Puso los ojos en blanco ante la bravuconada de George. Sin embargo, no fue preciso contestar ya la doctora se le había adelantado. Por suerte. Lo último que queria era aumentar la tensión con su ex, pero eran ese tipo de actitudes las que le exasperaban de George. Además, juzgando por el grito de Macready al ver la mano amputada, las mujeres allí presentes se comportaban con mayor entereza ante el peligro.

Continuaron explorando la base, lentamente. Keith iluminaba el camino al tiempo que su diestra sostenía la escopeta, mientras los científicos recorrían la instalación.

—Me parece que los inuits no eran tan pacíficos, después de todo— aportó Keith ante el armero vacío. Era la única explicación razonable que se le ocurría, aunque no explicaba los extraños huevos en los cadáveres.

—Tal vez podamos discernir con exactitud cuándo ha ocurrido todo esto, y algo más... esta documentación debe de estar fechada, es posible que incluso encontremos algun diario... Doctora Cooper, ¿le parece bien si ponemos orden y damos un vistazo a los registros? Entretanto Macready puede intentar reparar los vidrios de la base.

Vance habia decidido salir el solo a ver lo del generador, Macready simplemente asintió y lo dejó hacer su acto de macho. De cualquier manera, si lo que habia causado estas muertes seguia afuera no quería encontrarselo.

-Es buena idea arreglar las ventanas, así no moriremos de frío, pero creo que prefiero ayudarles a investigar que es lo que pasó aquí. Podemos hacer muchas suposiciones pero creo que la respuesta podremos encontrarla en las grabaciones de seguridad cuando Vance restaure la energía. Mientras tanto, como bien mencionas, Bennings, todo trabajo de laboratorio se registra en bitácoras de trabajo.- Le dice a su compañera indicandole el lugar en el que suelen guardarse. Mientras tanto el biólogo se dedica a buscar con la lámpara algó más de evidencia que indique la presencia del algún animal (huellas ensangrentadas en el suelo, marcas de razguños en el mobiliario, restos de pelo.-