Partida Rol por web

Ramzi asintió obsequioso a Vero mientras le decía - Ese es un error muy común, la palabra faraona no existe. El cargo de faraón no tenía sexo. Las mujeres que ostentaron el cargo como Hatshepsut también recibía el nombre de faraón, así que podría ser perfectamente una mujer. - Cuando le dijo si estaba en lo cierto o no Ramzi se encogió como si lo hubieran golpeado y se mantuvo en silencio antes de decirle - Sé que suena a una locura pero no es menos locura que un cocodrilo de hace 4 milenios haya intentado acabar con nosotros.

Ricard no pudo permanecer más tiempo en silencio y le dijo a Ramzi a gritos - PERO QUE DICES NENG???? CLARO QUE EXISTE UNA FARAONA!! BUENO, DOS, LA LOLA FLORES Y LA JESSIE, QUE ES LA FARAONA GITANA. QUE TE HAS METIO UNA PIRULA Y TE HA SENTAO MAL? QUE VES UN PIDGEOTTO Y TE FLIPAS!

Gregorio intentó hacer que Ricard se calmara, diciéndole que seguramente Jessie ya estaría fuera del museo a salvo pero Ricard negó con la cabeza.

- Neng, cuando estás con una chorbi como la Jessie la detectas cuando está cerca, es, como una especie de dolor de huevos que no se quita mientras está cerca. Es como el del quinto sentido, pero yo no veo muertos... y con las capsulas neng los sentidos se me desarrollan FUAAAAA, un montón.... y no es lo único que se me desarrolla. ABUELO MANUEL, si necesitas tener un subidón ya sabes eh? Te doy una monjeta mágica y como nuevo...por ejemplo, por aquí huele a momia un montón. No lo oléis?

Manuel sonrió y miró al cielo preguntándose que había hecho él para merecerse aquello. Miró las escaleras con el arma levantada, temeroso que aquel mandril tuviera algún tipo de percepción extrasensorial, pero salvo la capacidad de decir tonterías no parecía tener mucho más, aunque sabía que al menos dos momias seguían recorriendo el museo.

Sam y Silver se abrazaron una última vez y se separaron. Silver serio, algo realmente extraño en el instagramer, y Sam con mirada preocupada. Sam se reunió con Lexi mientras esta intentaba reconfortar al abatido guía. Se encogió de hombros y les dijo con voz obsequiosa del que teme perder la propina

- Familia Ramzi, lo siento mucho, pero es la primera vez que tengo contacto con una manifestación de Horus, ruego que me perdonen.  - Miró a Vero y le dijo - No puedo estar seguro, pero no creo en las coincidencias, y que posibilidades hay de que al recuperar la tablilla del primer faraón, donde aparece Horus bendiciendo al nuevo faraón, aparezca Horus en esta misma sala? Entonces.... - entonces Vero no debía ser faraón, porque si lo hubiera sido, se habría aparecido a ella en la planta baja, Ramzi tragó saliva y omitió cualquier tipo de pensamiento en ese sentido mientras les decía - No, yo no puedo ser faraón, además, hemos tenido faraones de otros lados, por ejemplo durante el periodo Helenístico hubo faraones griegos, como el mismísimo Alejandro Magno o la famosa Cleopatra.  No hablemos de quien debe ser faraón, no es importante.

Se quedó callado durante un momento antes de decir

- Necesitamos poner a los dioses de nuestra parte, y cuantos más objetos que representen el poder del faraón mucho mejor nos irá. Los faraones han sido inmortalizados cientos de veces portando un ankh, o llave de la vida. Otros elementos que se suelen usar son los cetros nejej y heka, el cayado y el flagelo, con los que guiar al pueblo y castigar a los enemigos. Las coronas del alto y bajo Egipto también podrían servir y el pergamino con el pacto con los dioses que yacía en el interior de la pirámide de Keops. Ah, y un nemés, un rabo de toro....la tradición estaba llena de simbología, y se aplicaba una u otra dependiendo de la celebración. Algunas cosas sé donde están, pero otras solo tengo ciertas sospechas, aunque creo que en el primer piso debe haber algún ordenador para explorar el catálogo. En la sala de papiros o de restauración seguramente...

Los miró intentando encontrar signos de mofa o de dudas en los ojos de su grupo, su familia como les había llamado desde el primer día de crucero. Con cierta duda les dijo

- Suena a una locura, todavía podemos intentar salir del museo... Yo... no puedo garantizar que nada malo les va a pasar. Lo siento mucho, no merezco ninguna propina.... perdónenme. Señorita Vero, usted que tiene una gran capacidad de intuición, que cree que deberíamos hacer?

El narrador omnisciente que escribía la historia de Vero, leyó al narrador omnisciente que escribía la historia general de aquella aventura de museo y momias. 

...entonces Vero no debía ser faraón, porque si lo hubiera sido, se habría aparecido a ella en la planta baja, Ramzi tragó saliva y omitió cualquier tipo de pensamiento en ese sentido mientras les decía...

Y el narrador omnisciente de Vero dijo: " ¿y tú qué sabrás? ¿quién es la psicóloga aquí? Imbécil..."

Por suerte Ramzi fue más inteligente que el propio narrador y supo valorar las cualidades de Vero. Si, Vero era una mujer muy intuitiva, a la par que inteligente y increíblemente sexy. 

- Lo que dice, Ramzi, tiene todo el sentido del mundo. - Le dijo Vero. - Sabía que no existía el término faraona en el viejo Egipto, pero en los tiempos que corren debemos utilizar un idioma más inclusivo. - Aleccionó a ese árabe. Al fin y la cabo era musulmán y por lo tanto machista. Intentaba de alguna forma no padecerlo, pero su cultura, de la cual no tenía culpa pues era la que le habían inculcado, era predominantemente machista. El patriarcado era aún más fuerte en el mundo árabe que en la sociedad occidental. - Déjeme que me centre y le digo...

Vero cerró los ojos y se llevó las manos a la cabeza. Acto seguido los abrió de nuevo y estaban totalmente blancos. 

- Debes ser coronada como faraón. La corona del Alto y Bajo Egipto te pertenecen Verónica Garrote. Eres la elegida de Horus y solo tú tienes la convicción necesaria para reinar por encima de los viejos faraones. - Dijo Vero con una extraña voz profunda y gruesa que parecía salir de lo más profundo de una tumba.

Acto seguido Vero comenzó a temblar. Estaba convulsionado y finalmente cayó al suelo. Durante unos pocos segundos más siguió convulsionando en el suelo y finalmente las convulsiones cesaron. Momentos después exhaló, como si le faltara el aire y abrió los ojos. Parecía asustada.

- ¿Qué... - balbuceó. - ... qué ha pasado? - Preguntó.

Esa jodida corona debía ser suya. Aquellos ineptos no podían portarla, no sabrían, no eran dignos. Ella si merecía ser considerada faraón. Faraona relamente, sería oficialmente la primera faraona de Egipto. Iban a cambiar las cosas en Egipto y ella sería la causa. 

Urdió un plan perfecto en décimas de segundo. Fingiría una posesión por parte de Horus y asumiría el mando que no le habían dado hasta ahora. Sometería a Silver, a Ramzi y a la zorra de Sam. Todo por ellos, por salvarles. Pero sobre todo por salvarse a sí misma, que si tenían que depender de Arturo Fernández para sobrevivir, estaban apañados.

Al parecer no creían que yo pudiera ser el faraón porque era de Gijón y no de aquí. ¿Qué sabrían ellos? Les demostraría que los dioses egipcios sabían valorar una buena percha como la mía y me habían elegido a mí como rey supremo. ¿A quién le quedaba mejor un traje de rey? ¡Pues a mí y mi porte regio! Ramzi comentó la idea de cargarnos de baratijas y objetos de los antiguos faraones, además de darnos otra lección de historia antigua. Estaba de acuerdo con él, era el que más sabía.

Vero empezó a hacer cosas raras, como si se hubiera tomado una pirula del yonqui de Castefa. Me recordaba a esas videntes de la tele, que solo decían sandeces para timar a la gente, como la pitonisa Lola y sus velas negras. Sonreí al recordarlo y ver su actuación. Esa chica me sorprendía por sus recursos: animar a Pablo a que fuera al encuentro de la muerte, el pique que tenía con Sam, el acaparar objetos antiguos, la huida ante la batalla... Sabía sobrevivir y eso indicaba que era fuerte y lista.

-"Bueno chatines, no importa quién sea el faraón, lo que importa es conseguir todas esas cosas chulas que ha dicho Ramzi. Yo digo de ir a por todo e intentar detener este despiporre."

Le sorprendió un poco que Ramzi preguntase a Vero. No dudaba de las capacidades de la chica, pero sí de sus intenciones. Por otra parte ella había ido a la planta inferior y sabía cómo estaba el tema por allí, aunque no respondió a Arturo cuando éste se lo preguntó a su regreso.

De repente la psicóloga puso los ojos en blanco, lo que daba bastante yuyu por cierto, y bueno, aunque había visto muchas cosas extrañas e imposibles esa noche, su mensaje le pareció un auténtico paripé. Seguidamente la chica comenzó a temblar y convulsionar, llegando a caer. Ante algo así, fingido o no, tenían que tomarlo en serio y actuar.

-¿Qué hacemos? -miró al resto de compañeros. Por lo pronto, Lexi se aseguró de que no hubiese ningún objeto peligroso cerca de Vero, que temblaba estirada en el suelo y podía resultar herida, y cuando las convulsiones cesaron la colocó de lado, pensando que estaría mejor así.

Al poco la chica volvió en sí.

-Ha sido preocupante. ¿Te encuentras bien? ¿Habías sufrido antes una crisis epiléptica?

Arturo propuso seguir el plan del guía de recopilar los objetos. Lexi asintió. -Sería interesante conseguir un listado con la ubicación de esos objetos -admitió conforme a la idea de Ramzi-. El cayado y el flagelo están aquí arriba -recordó cuando sugirió a Sam que podía cogerlos-. Podemos ir por ellos y mirar si encontramos a Jessy de camino a la sala. ¿Qué pensáis? -preguntó al grupo.

Vero siempre tenía razón y lo sabía todo, que para algo era psicóloga, así que le dio la razón a Ramzi mientras se la quitaba a la vez. Los Egipcios eran machistas y.... no, hasta aquí hemos llegado, que una cosa es ponerse aquí a postear con más sueño que un ladrón y la otra es que me levanten la omnisciencia, que se inventen a un narrador y que me llamen imbécil.... Paso, ya no narro más, que narre el apuntador de la Vero que es tan listo. Que va de psicóloga y todas esas mierdas!!! Pues que sepan todos que la mayoría de asignaturas las aprobaba sin exámenes, a no ser que los exámenes se reduzcan a lencería!!!!

Que es? A parte de una niñata de papá marisabidilla, eh? Yo soy un faraón? FA-RA-ÓN!! T'ENTERAS???

Que no, que dimito.....que hasta aquí hemos llegado. Que una cosa es que te contradiga una psicóloga y otra el narrador de una psicóloga. QUE LO SEPAS LISTO!!! QUE TU NO ERES PSICÓLOGO!!!!

Venga hombre, no me jodas, ahora? a medio desafío? Solo por que Vero oye voces en la cabeza? Hombre, no me falles, que no tengo con que sustituirte. Que eres? Tut-ank-abrón o tut-an-cagón? Quien manda? Tú! cósele la boca, échale una momia, un rayo divino, no sé, métela en una partida de castronegro, pero no nos dejes tirado, ellos no lo harían, bueno sí, porque ellos son crueles.... pero yo no lo haría... hazlo por mi.

Que eres como la moreneta pero en egipcio.... Vamos, hazlo por Sam, por Silver, porque triunfe el amor más allá del espacio exterior y por el goya que le van a dar a Arturo. Hazlo por la jubilación de Manuel, que se pueda ir a Langreo a darle de comer a las palomas.....

No nos dejes!!

Esto... ejem.....está bien, por ti, eh? pero si me dice más cosas chungas me llevo el scattergoris.... Pero cuando acabe la partida Bianca tiene que venir al valle de los reyes a hacerme twerking!

Esto, ejem, ejem....pues....

Vero siempre tenía razón y lo sabía todo, que para algo era psicóloga, así que le dio la razón a Ramzi mientras se la quitaba a la vez. Los Egipcios eran machistas, y no solo eran machistas, sino que eran mujeriegos, que un tipo tan feo como Ramzi tenía nada más y nada menos que tres mujeres, algo impensable en cualquier sociedad donde el buen gusto o los espejos estuvieran extendidos. Era un machista, pero al menos no era uno demasiado tonto, porque sabía a quien tenía que escuchar, y nadie sabía hacerse escuchar mejor que ella. Cerró los ojos y empezó su numerito de posesión faraónica, causando distintas impresiones entre sus compañeros.

Manuel la grababa enfebrecido con la cámara, mientras Sam le lanzaba una mirada significativa a Silver, una mirada que decía ves?, no te lo decía yo?, Ramzi la miraba incrédulo, entre la indignación y la sorpresa y Gregorio, bueno, Gregorio estaba blanco como el papel, porque el no creía en esas cosas, aunque aquello era como las meigas, que no existen pero haberlas, haylas. Solo uno de sus compañeros la miraba como si todo aquello fuera real, Ricard tenía los ojos fuera de las cuencas, más de lo normal, tanto que la rana gustavo a su lado quedaba como una ojos-hundidos. Miró a los demás y les dijo

HOSTIAS NENGS! OS JURO QUE NO LE HE DADO NINGUNA MONGETA MÁGICA! QUE LA VERO LO HA FLIPADO COMO SI FUERA LA NIÑA DE LA CURVA. LLAMAD A UN ESCAPISTA DE ESOS ANTES DE QUE EMPIECE A HACER EL CANGREJO POR LAS ESCALERAS Y EMPIECE A HABLAR EN ALEMÁN NENGS! JODER NENG, QUE SE APELLIDA GARROTE!!! PA MI QUE HABLA ASÍ PORQUE ES UN TRAVELO! QUE FUERTE, RAMSI, ESTO ES MUY FUERTE, QUE SE LE HA METIDO EL LORUS DENTRO, O ESO O LA VENENO.

Vero volvió de su trance convencida de que su artimaña había tenido éxito y se encontró que salvo Lexi y Ricard los demás la miraban con duda, mofa o directamente con miedito de que alguien tan zumbado supiera lanzar las dagas con tanta puntería.

Ramzi tomó la voz cantante y les dijo

- Conseguir las coronas no será tan sencillo pero su poder mágico y simbología puede ser justamente lo que necesitamos. El problema es que no están expuestas, son demasiado valiosas, y deben estar en alguna de las cajas del sótano y para ello debemos localizar algún ordenador para localizarlas. Hay demasiadas cajas como para buscar, necesitamos un ordenador y solo conozco de la ubicación de uno, en la sala de papiros en la planta baja. Vayamos a por los elementos que están en esta planta, el ankh y los cetros nejej y heka - un aullido de un perro hizo que se callara de repente y que Manuel empezara a apuntar con el arma en todas las direcciones esperando un ataque. Les pidió que se acercaran y bajando el tono les dijo - Iremos a por eso y si es seguro bajaremos, y si podemos salir les pondré a salvo. Síganme por favor pero antes hay que hacer algo.

Se acercó al cadáver del director Hawass y se arrodilló a su lado con reverencia antes de empezar a palpar por debajo de sus ropas con una expresión que denotaba asco. Tanteó durante unos segundos hasta que sacó una tarjeta blanca con una banda magnética. Miró a izquierda y derecha y se la dio a Lexi mientras le decía

- Creo que es la única que tiene algo de sentido común. Seguro que esta tarjeta abrirá alguna puerta, guárdela. Y ahora en marcha

Se movieron en dirección norte con menos sigilo del deseado, pero parecía que el aullido del perro se había quedado en la planta baja y no subía. Era un quejido lastimero de quien siente un profundo dolor, que se repetía cada pocos segundos y que llenaba el museo con su tétrico sonido. No tenían tiempo para chuchos.

Piso 1, P12

Siguieron avanzando en dirección norte, echando vistazos fugaces a las salas por si veían a Jessie pero no dieron con ella. Parecía que el museo la había engullido y solo la seguridad que parecía tener Ricard de que seguía viva les hacía albergar esperanzas. Llegaron a la sala P12, una sala dedicada al reino nuevo, donde destacaban distintas piezas de joyería menor, como una pequeña representación del ataúd de Ramses IX, una vasija de barro con el cartucho de Hatshepsut y una máscara funeraria de 30 centímetros de oro macizo. En el centro de la sala, iluminada con un haz proveniente del techo se iluminaba una llave de la vida hecha con turquesas. Se veía que la pieza había sido talladas en 9 partes distintas y ensamblada con envidiable maestría. Tenía poco más de 30 centímetros y no tenía ningún tipo de jeroglífico.

Un ruido les llegó desde el otro lado del pasillo. En P24 Corr una figura caminaba hacia el extremo del museo donde se encontraban. Era la misma momia que había estado a punto de atraparles, la momia que había burlado Pablo a costa de su vida, y parecía mucho más cerca que nunca de recuperar la vida. Seti I se estaba alzando entre los muertos, y solo necesitaba un poco más del ka de los vivos para volver del reino de la noche.

Su patraña sobre la posesión de Horus no había surtido el el efecto deseado y era una contrariedad. No esperaba que fueran tan inteligentes como para discernir la verdad de la mentira, aunque quizás era todo lo contrario. Eran tan idiotas que aún habiéndose creído su farsa, no entendían lo importante que era hacer caso al mismo Horus en ese momento. Si, posiblemente fuera eso... Lo único cierto era que estaba sola ante aquel problema. Tendría que apañarselas sola como había hecho hasta ahora.

Entonces escucharon aquel ruido, alguien se acercaba. Aquella maldita momia se estaba acercando hacia ellos. No sabía muy bien como, pero parecían tener un sensor para detectar a los vivos. Aunque pensándolo bien, con lo silencioso que era el imbécil del Neng, hasta los muertos llamarían a la policía por quejas de ruido.

Enseguida se puso a buscar  un ordenador y ya que estaba, los trastos que Ramzi había mencionado. No sabía si estaban en aquella sala, pero de ser así y encontralos, se marcaría un puntazo. Por otra parte sería de vital importancia darse prisa y salir huyendo de aquella estancia. Si la momia llegaba donde estaban ellos, habría problemas y lo último que quería Vero era eso, más problemas. Suficiente tenía con tratar de manipular la mente de aquella gente que estaba a su alrededor. 

- ¡Daos prisa! - Exclamó mientras agarraba la daga de la princesa Ita. Lo que tenía claro era que en cuanto la momia estuviera cerca, saldría por patas de allí.

- Cojamos el ankh y salgamos de aquí... - Propuso la psicóloga. 

Ella misma se encargaría de coger aquel trasto si nadie más lo hacía, pero consideraba que ya iba lo suficientemente cargada como para tener que cargar con algo más. 

Cuando estuviera segura de que se habían hecho con aquel objeto, saldría disparada hacia la sala P3, donde sin duda se encontrarían el resto de objetos necesarios para... Para lo que fuera que estaban haciendo.

Recibir el apoyo de Lex dibujó una sonrisa de orgullo de sí mismo en su rostro, pues consideraba a esta una de las personas más inteligentes que hubiese conocido jamás. Y si ella creía que su teoría no estaba tan desencaminada, es que realmente debía haber tenido un buen punto. Así que, conforme también con las palabras de la chica, asintió cuando esta dijo al guía que lo seguirían. Por supuesto, estaba dispuesto a hacer eso y lo que fuera con tal de acabar con ese cuento de terror en el que de pronto estaban envueltos. A estas alturas, hasta extrañaba la idea de una visita aburrida al museo.

Cruzando un brazo en su torso, se llevó el pulgar de la otra mano a la boca, mordiéndose la uña mientras escuchaba. Todo esto sobre quien seria el faraón le ponía de los nervios, casi tanto como tener que recolectar objetos por ahí. Ahora, el recolectarlos no era el problema en sí, sino que seguro en el camino seguirían encontrándose con amistosos animalillos como lo habían hecho hasta el momento.

Con la declaración tiránica de Vero, Silver fue consciente de como se mordía la uña él mismo por nervios y la apartó de su boca, a dos segundos de decir algo antes de que esta empezara a convulsionar. Extrañado, y temiendo que al final fuera algo más grave o espiritual que un simple acto para llamar la atención, se tensó esperando a que terminara. No le saltaría encima, porque ni sabía de primeros auxilios ni quería que se le pegara más de lo que ya lo había hecho, así que se quedó mirando a ver que hacía al resto con toda esa situación de la que prefería abstraerse y se limitó a encogerse de hombros ante la pregunta de Lex, negando con la cabeza para desentenderse, antes de asentir a Sam con un suspiro. 

Te seguimos - reafirmó a Ramzi cuando expuso lo que sería el plan a seguir - No me quejaré yo por disfrazarme de egipcio, cosas más ridículas he hecho para el instagram - comentó intentando aligerar un poco los ánimos. Más o menos por cuando escuchó el aullido, tomó el escudo, abrazado por medio de los agujeros como había hecho antes, y se preparó a salir, protegiendo la retaguardia. Total, podía caminar en reversa si hacía falta con lo lento que iban, y si algo venía por delante se enteraría seguro.

Contrario a lo que había pensado, no se encontraron a la momia en el camino, sino cuando ya hubieron llegado a la sala del ankh. No era que le entusiasmara particularmente objetos sagrados ni nada así, especialmente ya medio confirmado que existían los dioses egipcios, pero si no los habían castigado hasta ahora habría que seguir confiando en que seguirían sin hacerlo.

Adelantándose mientras Vero rebuscaba, tomó el ankh y se lo guardó en el bolsillo de la cazadora, pensando que mientras quedara dentro del grupo daba un poco igual si se lo quedaba él o alguien más y que necesitaban moverse pronto, idealmente antes de que la momia aquella los alcanzara. Con un instagrammer muerto por evento catastrófico ya bastaba y sobraba, y Bianca ya había llenado ese cupo.

Pues estuve a punto de aplaudir la actuación, pero no teníamos tiempo. Había que conseguir los objetos de esta planta y buscar en el ordenador dónde estaban los otros. Abajo se escuchaba el ladrido lastimero de un perro, que sonaba cuando dejaban a uno eolo en casa y echaba de menos a su dueño. Volvimos por donde habíamos venido, mirando por los alrededores para ver si encontrábamos a Jessie, cosa que no sucedió. Pobre chica...

-"Lo siento Neng, o como te llames. Seguro que tu novia está por aquí cerca escondida y a salvo, no te preocupes. Si nos oye cerca, seguro que sale de su escondite y se reúne con nosotros."

Al llegar a la sala P12, nos pusimos a buscar los objetos que nos valieran. Silver cogió uno muy bonito y se lo guardó. Vero metía prisa, cuando vimos a la momia del principio en el otro lado del pasillo. Seguramente estábamos en su punto de mira. Había que salir echando ostias de aquí e ir a la siguiente sala.

-"Manu, chatín, estate pendiente de esa momia que viene hacia aquí. Creo que no te quita ojo, así que si se acerca mucho la ametrallas."

Me quedé pensando un rato, cosa que hacía no pocas veces. Yo no podía correr mucho, así que quizá lo suyo sería hacerla frente aquí y despacharla enseguida. Entre todos podíamos con ella o por lo menos eso pensaba.

-"A ver chatines, podíamos tenderle una emboscada a la momia. Si dos de nosotros se quedan tras la entrada y alguien se pone de cebo en el medio de la sala, la cogeríamos por todos los ángulos."

-“Parece que alguien quería darte un mensaje pero se ha confundido y nos lo ha dado a nosotros” -fue la respuesta que Lexi no dio a Vero cuando preguntó por lo ocurrido. La situación era tan bochornosa y poca la confianza que tenía con ella, que prefirió ahorrarse la broma.

Se hizo un incómodo silencio que Ramzi rompió para alivio de todos. Trazó el plan a seguir, pero antes de ponerse en marcha buscó entre las pertenencias del director. Lexi cogió la tarjeta que le entregó, asintiendo y guardándola a buen recaudo.

Caminaron por el pasillo buscando a Jessie por las salas colindantes, pero no hubo éxito. Si era buena o mala señal no podían saberlo. Escucharon el llanto de un perro en la planta inferior, pero el animal no subió, era como si no pudiese separarse de su dueño o dueña. Sin embargo sí había otra presencia cercana, una nada optimista. Silver tenía el ankh y todavía quedaba coger el cayado y el flagelo, pero Lexi no las tenía todas de poder entrar y salir sin encontrarse con la momia humana. Era tétrico y espeluznante. ¿Qué debían hacer? Por instinto la evitaría. Pero, ¿Qué ocurriría si la esquivaban ahora y más tarde la encontraban totalmente recompuesta, un humano de carne y hueso exactamente igual que ellos? Si les atacaba, ya no se trataría de combatir una momia.

Arturo propuso un plan de ataque. Lexi estaba nerviosa en ese momento. -Es buena idea -respondió a Arturo-. Solo quisiera comprobar antes que no nos espera ninguna momia dentro de la sala. -Seguramente así fuese, pero prefería no enfrentarse con dos o más a la vez.

Planta P1, Sala P3

Ricard, tan ruidoso habitualmente, se había transformado en un ninja, buscando sigilosamente habitación por habitación en busca de su reina gitana. Parecía que los efectos de la pirula se estaban empezando a atenuar y estaba de bajona, sudando profusamente y poniendo cara de estar comiendo cocido en un invernadero. Miró a Arturo como solo lo puede hacer un chihuahua enrabietado y le dijo

- Mira yayofosil, no me toques los nengs que todavía te llevas una yoya. Si no aparece os voy a dejar más tiraos que una colilla neng, que ya sé que la Jessie chilla como un gorrino en un charco, pero es mi chorbi neng.... y en silencio, que como venga el chucho ese de abajo todavía vamos a cobrar

Llegaron a la P12 alentados por Vero a que se dieran prisa, aunque las huellas de la tensión de la noche y el esfuerzo físico empezaban a notarse especialmente en Ramzi, que se mantenía en silencio mientras boqueaba en silencio. Silver se decidió a coger el ankh, pero no fue la única persona que lo intentó coger. Dos manos convergieron en el amuleto de turquesa, las de Silver y las de Sam. La mujer lo miró y bajó la mirada, mientras retiraba la mano con timidez y le decía

- Es mejor que lo cuides tú. Le preguntaré a Ramzi si hay alguna otra arma que pueda utilizar. Cuida el ankh bien...y...ya sabes.... - dijo mirando de reojo a Vero. Se retiró para pedirle a Ramzi si recordaba alguna daga o similar y le respondió que creía recordar que había otra más en la planta baja, y que si les pillaba de paso algo la llevaría.

Manu no le quitaba el ojo a la momia del padrísimo, Seti I, padre de Ramses II, el faraón más conocido del antiguo Egipto, que, visto su aspecto, había hecho un ERTE de turistas pero a base de bien. Manu apuntó con el arma y dijo

- Desde aquí podría fallar el tiro y solo quedan tres balas, además, no quisiera quitarte la oportunidad de ligar hombre. Déjala que se arrime, si a tu lado la única diferencia es que a él no le falta un cacho de pie. - sonrió cínicamente pero se le veía que le preocupaba, más cuando la piel del zapato se estaba tiñendo de un tono más oscuro.

Con eso en mente salieron de la habitación y vieron como la momia iba en la misma dirección, y que probablemente les daría alcance si entraban en la sala P3, pero allí estaba él, el Patton de Xixón, el Alejandro Magno de la madre Asturias que sugirió que la mejor manera de despachar aquella criatura era ponerle un cebo. Así es como se pescaba en el Cantábrico, y bastaba con poner un buen cebo para que la momia picara, y que mejor cebo que poner a Sam, era rubia, estaba como un tren y estaba desarmada, y si tenía suerte le vería como era, un verdadero paisano asturiano con muchos kilómetros recorridos y más aun por recorrer.

Manuel se arrodilló en el montoncito que había sido el policía y lo registró en búsqueda de otro cargador y encontró uno, además de una tarjeta parecida a la del director. Con gesto rápido cambió el peine e hizo señales para que todos entraran en la sala y se pusieran en los lados. La momia gruñó y gritó y aceleró el paso mientras Sam se ponía bien visible y el resto se agolpaban en las paredes. De esa sala habían sacado sus armas y allí estaban el flagelo y el cayado de Tutankhamón, pero no había tiempo de cogerlos, la momia entró en la sala y se dirigió a por Sam, que ejerció su papel de cebo tan a la perfección que gritó como si la criatura vendada fuera a comérsela de verdad. Era lenta, pero parecía fuerte, y de sus acciones dependerían que Sam saliera de aquella con vida.

Silver había hecho el trabajo. Tenía el Ankh y eso era lo que importaba. Al menos a todo el mundo, pues a Vero, lo que seguía dándole vueltas en la cabeza era el hecho de que aquel imbécil siguiera rondando al rededor de la furcia rubia y no estuviera lamiéndole los dedos de los pies, literalmente. Se las pagaría, a una diosa del sexo como era ella, no se le despreciaba. ¡Y además era psicóloga! ¿Cómo podía siquiera pensar en la posibilidad de contradecir sus designios? Increíble... Hombres...

Aquella momia apareció de forma improvista y les impidió seguir con su recolecta de cacharros del antiguo Egipto. Por suerte, Vero ya se estaba alejando de la entrada por la que aquel ser regresado de la tumba, había hecho su aparición. Sin embargo, eso no era impedimento para que la psicóloga pudiera ser letal. Tenía la daga de Ita, con la que tan buenas migas había hecho y tenía a la momia a tiro. No era muy difícil sumar dos más dos, para que te diera cuatro. Esa daga iba a acabar entre ceja y ceja de la momia. Eso lo tenía claro.

Sin pensárselo demasiado agarró la daga de la princesa Ita, apuntó hacia la momia y la lanzó. La dirección era la adecuada y la fuerza bastante. Si aquella momia no era mucho más resistente que el macaco, su lanzamiento la dejaría fuera de combate. Y si era así, Vero se replantearía su oficio, eso de lanzar dagas se le daba muy bien.

- ¡Vuelve a tu tumba, zorra! - Le gritó a la momia.

Como por arte del destino, Sam y él acabaron tomando el ankh al mismo tiempo. Sonriendo, estúpidamente nervioso para alguien que nunca había sido en absoluto tímido con las chicas, estuvo a un segundo de retirar la mano y dejarle la reliquia a la rubia. De hecho, por dejarle algo, estuvo apunto de entregarle la daga también, pero para cuando espabiló un poco Sam ya se había alejado y él no había alcanzado ni a ofrecérsela. Se la pasaría en cuanto hubiera un momento, porque no quería que fuera indefensa hasta la planta inferior.

Carraspeando otra vez para disimular lo tonto que se había quedado por un momento, aprovechó de guardarse la figura hecha de turquesas. No tenía idea de para qué servía, si solo era bonita o efectivamente tenía algún uso más allá de pesarle en el bolsillo, pero como ya había dicho, si la cosa era recolectar cosas viejas para cosplay él sería el primero en disfrazarse.

No alcanzó ni a oponerse a que pusieran a Sam de cebo cuando la momia ya estuvo en rango visual y, siguiendo las señales de Manu, tuvo que ir a ponerse a uno de los lados. Su prioridad, una vez viera oportunidad de lanzarse, era quitarle de encima la momia a Sam embistiendo al cadáver con su escudo y, con algo de suerte, darle así oportunidad de correr a la rubia y ponerse a salvo. Eso no significaba, claro, que teniendo la oportunidad no fuera a intentar meterle una puñalada trapera al tal Seti.

Fuimos corriendo y nos preparamos en la sala, apostándonos a ambos lados de la entrada y enfrente. Cogeríamos a la momia de Seta 1 por los huevis, y la despacharíamos como debía ser, a hachazos y a dagazos. Manu apoyaría con su metralleta, sino fallaba el tiro, claro. El mostachón podía taparle la visión.

Me coloqué a un lado y esperé a que entrara la momia. Agarraba el hacha con ambas manos y tenía apoyada la espalda en la pared. El pie me dolía un montón y por eso apretaba tanto la mandíbula. Pareciera que estaba cagando. La momia pasó por delante mía, olía a choto, y cuando la tuve de espaldas, me lancé como un jabato a su chepa para destrozarla.

-"Toma esto chatín, no te dejes tu regalito."

Cuando Arturo habló de poner un cebo, Lexi creyó que se expondría él mismo, más aún teniendo en cuenta el estado de su pie. Pero para su sorpresa, ¡se lo pidió a Sam! Su amiga accedió y no tuvo tiempo de hablarlo, ya que Seti I entró y se dirigió hacia ella como quien ve un oasis en el desierto.

Poca broma con la momia. Nada más y nada menos que el padre de Ramsés II. No debían fiarse de su aspecto. La traductora recordaba perfectamente la enorme fuerza que tenía el chacal a pesar de su apariencia de fragilidad. Estando éste más cerca de la reencarnación, ¿sería menos fuerte por el hecho de ser más humano o más poderoso porque le faltaba menos para lograr su objetivo?

Lexi estaba quieta, con el corazón acelerado aguardando en un lateral de la sala tal como les indicó Manuel. Agarraba la daga con fuerza, concentrándose en el momento y el punto exacto donde atacar.

Vero lanzó su daga y Arturo se abalanzó sobre la espalda del faraón. Lexi decidió atacarle desde atrás pero por el lateral derecho, hundiendo su daga directamente en el hígado, a la par que controlaba los movimientos de la momia para evitar el contacto directo. Esperaba no topar con ninguna costilla. A continuación retiraría la daga y se apartaría antes del segundo ataque, a no ser que inmediatamente Silver embistiese con el escudo por el lado en que estaba ella. En tal caso se apartaría dejando la daga clavada para repetir el combo “Ahhotep”.